Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Oportunidad (Johnlock -Kidlock-) por fannigram24

[Reviews - 85]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Adopción.

El señor y señora Watson eran felices con solo un hijo –y aunque ellos quisieren tener más no podían, al menos no la señora Watson– Pero John no pensaba lo mismo. Si, era grandioso tener toda la atención de tus padres, que te compren lo que deseas sin tener que pensar que tenían que comprarles a sus otros hijos,  que se preocuparan por los gastos. Era grandioso ser el único en ciertas partes. Pero al ir a la escuela y al final de clases darse cuenta que sus compañeros eran recibidos por sus padres y quizás de no uno sino varios niños que tomaban el papel de hermanos, le hacia sentir con ganas de experimentar aquello. De tener a alguien con quien jugar después de clases, alguien con quien divertirse.  Aunque suene peculiar, alguien con quien pelear.

Porque sí. Porque la casa estaba muy vacía. Porque se aburría. Porque al enviar a sus amigos a casa no podían porque querían pasar tiempo con sus hermanos, porque tenían que cuidarlos. El también quería tener a un hermanito. Uno menor, para cuidar de él.

Había escuchado, que los niños mayores eran muy aburridos. Que solo pensaban en chicas y que no tenían tiempo para ellos. Él no quería eso, él quería un hermanito menor para que fuera su cómplice en sus aventuras. Que juntos descubrieran lo que hay dentro de aquel feo armario.

No podía esperar a contarles a sus padres lo que quería.

 A ellos no les emociono tanto aquello.  

 

 

– Mamá, Papá. ¿Cuándo tendré un hermanito?

Los mayores estaban senados en el sofá viendo una película, John se paró enfrene de ellos, les impedía ver la televisión.  Henry Watson alcanzo el control remoto y apagó el televisor, a continuación presto atención a su hijo.

– ¿Cómo?

Creía haber escuchado mal.

– ya saben, un hermanito. – explicaba como si fuera un tema trivial,  lo era ¿no? – Solo pídanlo en donde me pidieron a mí y listo. – aquella inocencia de un niño de 6 años seguía allí.

– ¿para qué quieres a un hermano?

– para jugar. Todos tienen uno.

– no todos, John. – había millones de niños que no tenían hermanos y eso no les inquietaba. La señora Watson no estaba muy segura de querer tener otro hijo. – cariño, si lo que te preocupa sea que no tienes compañía. Podemos comparar un perrito.

– no, mama. El perro no me va a decir lo que piensa de mi plan cuando se lo cuente.

– si eso llegara a pasar, creo que sería muy extraño. – opto por decir Henry con un tono de gracia en su voz. – Hay que admitir que sería escalofriante.

– deja de decir tontadas.  – reprendió a su esposo la única mujer en la casa.

– ¿que? Es verdad, ¿no es así Johnny?

– ¡Si!

– ¿ves? tienes que acepar que sería sumamente extraño que de repente entre el perro y te diga; “Ey, tengo hambre ¿A qué hora estará la cena?”

– nos estamos desviando del tema.

– yo quiero a un hermanito y no a un perro. – John estaba seguro de querer un hermano,  no entendía por qué su madre ponía tanta resistencia.

–John no podemos tener otro hijo.

Sentencio la señora Watson.

 – ¿por qué?

– tu madre, no puede. – uso el término “no puede” para no decir “no quiere” ya que la señora Watson tenía miedo, tanto miedo como la primera vez. Su miedo era leve… pero ahí estaba. –Tenía miedo de morir en el parto, ya que con John las cosas se complicaron y casi no sale viva de eso. Después de aquel acontecimiento, la pareja decidió que solo tendría un hijo–

– ohh... pues tenlo tu papá. – el señor Watson al escuchar aquello sonto una carcajada.

– no funciona así, cariño. – respondió Ella, Ella Watson. La madre de John.

–  ¿no hay nada que se pueda hacer?

– Solo hay algunas pero no son muy favorables. Aun así si lo tuviéramos sería demasiado pequeño y cuando el creciera tú ya no querrías jugar con él.

¡Pues claro! Él se convertiría en el hermano mayor. No lo había pensado. Los hermanos mayores son aburridos. Él no quería ser un hermano aburrido.

– pero hay otra posible solución. – hablo esta vez Henry. A John se le iluminaron los ojos. Su padre siempre estaba de su lado.

– no habrá ningún animal en esta casa. – advirtió Ella.

– no estaba hablando de animales.

– ¿Cuál es, papá? – John solo quería saber lo que a su padre se había ocurrido.

– adoptar, adoptar a un niño. –  soltó Henry mirando al pequeño, John se había sentado en medio de los dos. El señor Watson prosiguió; – Podríamos adoptar a uno que sea más o menos de tu edad.

– ¡si!

– no sé si pueda vivir con un niño que  no sea mío. –susurro Ella, no le llamaba mucho la atención el hacer aquello.

– amor, salvaríamos a un niño de estar en la calle, de pasar frio – intentaba convencerla. Ella, viéndola por esa parte creyó que tal vez no fuera tan malo. Al niño lo criaría como suyo, lo querrían igual y aunque John no se había dado cuenta, Henry dijo aquello de la adopción para que el pequeño dejara de insistir en que Ella tuviera un hijo. El señor estaba al tanto de las preocupaciones de su esposa y lo que menos quería era forzarla. No quería que se preocupara. Y con aquella decisión John estaría feliz y Ella no tendría que enfrentar aquel miedo. –. Le daríamos más oportunidades y John estaría feliz ¿verdad?

– ¡si, hay que adoptar a un niño!

La señora le envió una mirada de agradecimiento a su esposo y este le sonrió y le beso la frente.

Estaba hecho, adoptarían.

 

 

Después de unas semanas en las que la familia se ponía de acuerdo en ir a un orfanato, el más cercano. Henry encontró uno. Solicitaron una cita, la cual se colocaba al día siguiente por la tarde.

John estaba que no podía quedarse tranquilo. A cada rato preguntaba a su madre a qué hora irían, que si ya era hora, que si tenía que vestirse formal o informal, que si ya casi era el día. Estaba más que emocionado. ¡Tendría un hermano! Ella, se limitaba a contestarle lo más calmada que podía.

 

 

Cuando llego el día de la cita Ella y John esperaba que Henry saliera del trabajo y los acompañara. John no estaba muy de acuerdo con el esperar a su padre, eso solo significaba perder tiempo y él lo que quería era ir ya. Ella le pedía paciencia mientras que se terminaba de alistar. John ya se había cambiado y todo. A cada rato miraba en dirección a la puerta de la entrada, esperando que por ella entrara su padre. Ella nunca había visto a su hijo tan emocionado con algo desde la última navidad.

Unos minutos más y Henry Watson travesaba el umbral de la puerta. John dio un brinco y lo tomo de la mano y lo jalo de nuevo a la salida. La señora Watson tomo su bolso y cerró la puerta detrás de ella. Le dio un beso en la mejilla a su esposo y subieron al auto rumbo al orfanato.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).