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¡Hey, Mr. Diva! por Edi

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Notas del fanfic:

Minho es insoportable, a hacerse de paciencia, por favor.

Notas del capitulo:

El principio.

 

Capítulo Cero

 

Una mujer cansada, agotada, sin tiempo, ahogada en folios y papeles de trabajo.

 

—Señora, su hijo sigue causando problemas.

Suspiró derrotada.

Choi Minho no entendía, no aprendía, y seguía igual de mal educado.

 

—Si no fuese por usted, ya lo habría denunciado con la policía.

Su hijo volvía a romper los cristales del vecino con su pelota de futbol.

Otra cosa más a la lista del chico.

 

¿Cómo podía ella hacer algo para cambiar el comportamiento de su único hijo?

Ser madre no era sencillo.

 

—Solo busca llamar la atención.

Juzgó su psicólogo, de manera seria, mientras tocaba el marco grueso de sus lentes.

Pero ella no tenía tiempo para ofrecerle algo más de atención a su hijo. Aunque quisiera.

 

—Minho, ¿cómo va el colegio?

Mal.

¿Qué podía esperar?

Rodó los ojos y se frotó las sienes.

 

—¿Y las clases de japonés?

Las había abandonado hacía semanas.

—¿Sigues entrenando?

Sonrió tranquila, sabiendo que su hijo al menos aun seguía yendo a las prácticas de fútbol.

 

Y aquel día libre, buscó una posible solución para que Minho ya no estuviese tanto tiempo solo, haciendo y deshaciendo a su antojo.

 

—Un sobrino acaba de llegar de los Estados Unidos —le comunicó una amiga. —Si quieres puedo hablar con él, es un año más grande que Minho, quizá se lleven bien.

 

El quizá había ido a parar al tacho de basura.

Su hijo no le arrojó la vajilla entera solo por pereza de levantarse del sillón en el que se encontraba.

 

—No me quedaré con un desconocido de sexo indefinido —gritó el alto, importándole poco y nada que el chico lo escuchara.

—Choi Minho—.Su mirada oscura y filosa puesta en su hijo. —Está decidido —dijo con una sonrisa.

 

—Escúchame bien —gritó el moreno, —tú, niña—.Sí, le hablaba al recién llegado. —Te haré la vida imposible.

 

El mayor sonrió de lado, retándolo altivo.

Le gustaban los desafíos.

 

—Tendrás un sueldo, estarás en la casa cuando yo no esté, lo vigilarás y harás lo que sea necesario para que se comporte —explicaba, agradecida de que el muchacho aceptara a pesar de la bienvenida que su hijo le había dado.

 

Y también le daría clases de japonés e inglés.

 

Minho bufó malhumorado.

Y él, sonrió satisfecho.

Ya se vería quién le haría la vida imposible a quién.

 

Estaba decidido, trabajaría en esa casa, cuidando a un niño… de diecisiete años.

 

Sería interesante.

 

—Bienvenido a la familia, Kibum—. Había dicho la mujer, estrechando su mano con una sonrisa pintada en la cara.

 

—Bienvenido a tu peor pesadilla, Diva —gritó Minho, mirándolo con sus orbes grandes y profundos.

 

—Muchas gracias — inició, devolviéndole la mirada al alto, —señora —agregó después de haber barrido con sus ojos perfectamente delineados al chico.

 

¿Por qué no habría de haber aceptado?

Le pagarían bastante bien, y solo por cuidar a un chico insoportable.

Casi tan insoportable como atractivo.

 

Sería divertido.

 

Cruzó la puerta de la casa y sonrió.

 

—Bienvenido a tu mejor sueño, Choi Minho.

 

 

 

Notas finales:

Nos leemos en el capítulo 1 :)


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