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Mi fuerza, tu debilidad por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Holi~

Bueno esto es un proyecto originado por un juego en el fic "Problemas de clase". Espero lo disfruten 

 

Su sonrisa es mi tesoro y aunque sea una leve curva que sólo ocasionalmente veo, es mi más grande necesidad. Cada mañana lo miro antes de que despierte, para que él no se entere de que memorizo cada detalle de su rostro.

 

 

Es la sábana la que se remueve levemente por el movimiento ligero que denota el despertar de una persona. Se desliza con lentitud por el cuerpo marcado con una cicatriz en el brazo derecho y una más en la espalda media; hendiduras en una piel pálida que reflejan un descuido desafortunado. Aquella persona aspira el aroma de la habitación y sonríe con sutileza porque no hay mejor cosa que detectar la mezcla perfecta entre él… y su omega. Un cálido matiz entre la menta y la cereza

Se acercó con cautela al ser que reposa a su lado, el mismo que estaba usando aquel pijama de seda blanca. El alfa adoraba que su pequeño omega usara aquellas prendas porque representaban pureza. Para el mundo podría parecer que aquella blancura no debería representar a un omega con más de dos años de casado, pero para Kyoya, esa infinita paz era la muestra más clara de que SU Tsunayoshi seguía siendo… “blanco”. Aquel color que devoraba todos los demás y los acoplaba para brillar sin límite… eso era lo que él necesitaba, lo que jamás soltaría porque le pertenecía por completo.

Lo amaba.

Para despertarlo hizo una única cosa: deslizó su nariz por el cuello expuesto; lo hizo por largo rato para embriagarse de ese aroma tan dulce. Después pasó su mano por el vientre marcado con mordidas debido a la lujuria de cada noche y volvió a morder la zona donde su lazo fue declarado. Esa cicatriz -que jamás se borraría- se mostraba con orgullo en la nuca de su gran amor, aún recuerda el sabor metálico de la sangre que se escapó de esa piel cuando lo hirió.

Un bonito recuerdo. Una cadena hecha de oro.

Escuchó un quejido leve ocasionado por la agresión, lamió con gula la zona atacada como una disculpa silente y empezó a ascender un poco más. Su nariz repasó la nuca, subió sin prisa hasta el cabello alborotado y castaño, posó un beso suave. Dejó a sus manos explorar por el pecho plano mientras una risita conocida nació como un arrullo. Kyoya adoraba sentir como Tsuna se pegaba más a su pecho mientras vibraba suavemente debido al intento vano por ocultar un gemido. El juego es el mismo cada mañana, sin decir palabra, sólo proseguir sin impedimentos.

El movimiento de la cadera del castaño hizo que la entrepierna del mayor le envíe un estímulo satisfactorio por el roce. Era un movimiento que se hacía más constante y atrevido. Era una invitación que no se ignoraría porque el lívido de un alfa aumentaba cuando las feromonas invadían el ambiente, Tsuna lo sabía y por eso se centraba en tentar a su amado usando un truco digno de su especie. Fue así como Kyoya dejó debajo de sí a su amante, a disposición de sus más oscuras intenciones. Colocó al castaño boca abajo y tomó esas muñecas para dejarlas a cada lado de la almohada que Tsuna mordía para reprimir sus gemidos iniciales debido al roce que el ya semi-despierto miembro tiene con sus firmes glúteos. No se cansan de seducir al contrario porque el uno es la perdición del otro.

El ruido posterior a su juego de seducción era lo de menos, porque siendo solamente ellos dos en esa casa, no molestarían a nadie.

 

 

—¿Te quedarás hasta tarde hoy? — Tsuna miraba a su esposo quien terminaba con su desayuno en el comedor — No quiero estar solo hasta tan tarde

—Lambo vendrá a hacerte compañía — dictaminaba con serenidad mientras veía el leve movimiento del labio superior de Tsuna. Lo adoraba —. No tengo horario de regreso

—Ya veo — sonrió sutilmente mientras retiraba el plato de Kyoya en conjunto con el suyo —. No te arriesgues demasiado. Quiero que regreses con bien

—Sabes que no caeré ante herbívoros inútiles como esos — bebió un sorbo de su café e ignoró el mirar preocupado de su pequeño esposo —. Te prometí que mantendría el orden en esta ciudad

—Lo sé — susurró — te admiro mucho por eso, Kyoya

 

 

Tsuna entendía que Kyoya tenía cosas que hacer, todo basado en una promesa mutua cuando el primer accidente pasó, cuando la primera mirada se dio y el contacto entre sus manos marcó un futuro. Pero no le gustaba la idea de mantenerlo lejos. No soportaba perder al alfa que le daba seguridad. No toleraba siquiera perder contacto con él y es debido a eso que…

 

 

—Uno — susurró para sí mismo — dos — Sus labios apenas se movieron y su aliento no escapó de su boca mientras daba otro paso hacia a cocina — tres — se mentalizaba para hacer aquello — cuatro — sostenía un plato en cada mano

—Me iré ahora, Tsunayoshi

—Está bien — «cinco» Tsuna giró levemente mientras daba un paso más y… era hora — ten un buen… — «seis» Forzó su pie derecho a chocar con el izquierdo. Perfecto.

—¡Tsuna! — un estruendo detuvo su camino. Identificó los platos al trisarse en el suelo, los cubiertos salieron volando, el cuerpo de Tsuna cayó hacia el frente y Kyoya olía las gotas de sangre — Tsuna — retornó y atravesó la estancia con velocidad. Sonrió tan sutilmente que ni Tsuna siquiera notó su diversión

—Ugh — miró sus manos. Dos porciones de la vajilla se incrustaron en su palma derecha y un pequeño pedazo hirió su dedo índice de la izquierda — duele — se quejó, pero sólo miraba la sangre brotar y suspiraba al sentir los brazos protectores que lo acunan por la espalda — yo… yo lo siento

—Espera — susurró junto a esa mejilla sonrosada mientras revisaba las heridas y quitaba los pedazos —. No son profundas. No necesitaran sutura — con sus dedos quitó la sangre y de inmediato escuchó el quejido adolorido — sigues siendo torpe

—Lo sé — se quejó de nuevo cuando los dedos de Kyoya presionaron uno de sus cortes. Le dolía, pero le reconfortaba también — lo siento

—Llamaré a Yasu, él te vendará

—Lamento retrasarte, Kyoya

 

 

Kyoya se quedó hasta que el médico terminara con el tratamiento básico para esa clase de accidentes. Yasu era el doctor que trabajaba en una clínica a dos cuadras y cuando Kyoya solicitaba ayuda, ese castaño iba casi corriendo sin quejarse, era porque Kyoya representaba una autoridad por donde fuera. Tsuna se quejaba por el ardor de los medicamentos, lagrimeaba un poco por el dolor de las heridas, pero internamente sonreía porque sabía que Kyoya volvería más pronto ese día solamente para cuidarlo.

La caída, el corte, la sangre… todo lo valía si Kyoya volvía pronto… todo valía si un beso más se daba en el día… todo lo valía si hacía que su esposo sintiese la grandeza que un alfa debería sentir.

El médico se retiraba tras bromear un poco porque las visitas a ese paciente eran continuas. Ofrecía un descuento por el número de curaciones y al final recomendaba más cuidado si es que la pareja quería tener un hijo pronto. Yasu conocía la vida clínica de sus dos clientes, pero no juzgaba, solo cuidaba, animaba y aconsejaba. No se quejaba ni revelaba, porque tenía un código de silencio que respetar. Aun así, cuando su teléfono sonaba y el nombre de Tsuna se recalcaba en la pantalla, se alteraba demasiado. Yasu temía que algún día la herida fuera de extrema gravedad.

 

 

—Cuídate mucho, Tsunayoshi-kun

—Gracias, Yasu-san — reverenció con una sonrisa. Sus manos estaban vendadas y le dolían, pero no le importaba demasiado — cuídese mucho

—Cuide de su esposo, Kyoya-san

 

 

Kyoya miró a Tsuna sólo un momento antes de apretarle las mejillas y mirarlo de frente. Besó esos labios mediadamente finos y rosados antes de abrazarlo con cariño. Lo necesitaba. Prometió volver pronto, acabar con su trabajo efectivamente y sin falla alguna. Decidía irse después de sentir que protegió a su omega; eso le quitaba la ansiedad y le daba fuerza, pues si podía cuidar de Tsuna también podía cuidar de todos los demás. Así había sido desde que encontró al castaño y así sería mientras lo tuviese a su lado

 

 

—Otra herida — suspiró Lambo al ver a su querido hermano mayor con vendajes y una mueca de dolor al abrir la puerta — ¿qué pasó esta vez?

—Caí y rompí los platos — sonrió mientras sentía la mirada escrutadora del azabache de ojos verdes

—Si él te maltrata, sólo dímelo — suplicaba con desespero, pues trataba de que su hermano mayor reaccionara. No era normal que Tsuna se lastimase por lo menos una vez por semana — Kyoya te…

—¡NO! — pero cuando se dio cuenta de que gritó, se disculpó con sus manos elevadas — él nunca me dañaría. Es sólo que soy un poco torpe y lo sabes, Lambo

—Tsuna-ni — suspiró resignado — me preocupas

—No pasa nada — abrazó a su hermanito y éste correspondió de inmediato — es sólo que… mis pies se enredan sin querer

—Te lastimas más seguido desde aquella vez — susurró quedito — Tsuna… no tienes la culpa de haber perdido a tu primer hijo

—Lambo — susurraba con la voz serena — eso ya está superado

—eso… espero — Lambo nunca entendió por qué la voz de su hermano no se quebraba ante la mención de ese acontecimiento… suponía que Tsuna fingía ser fuerte para no preocupar a nadie — pero jamás vuelvas a bajar por las escaleras de emergencia tú solo

—Lo prometo

 

 

El jefe imponía respeto cuando llegaba a su puesto de trabajo. Kusakabe había presenciado eso desde hace años, pero desde que Tsuna apareció en la vida del mismo, las cosas habían mejorado demasiado. Hibari siempre fue agresivo, impulsivo, peleaba sin importar las heridas y jamás tenía suficiente. Su jefe no solía entender quién estaba en lo correcto y quién no. Por eso Kusakabe agradecía a Tsunayoshi por aparecer, porque desde entonces Hibari ha tomado un buen camino… a pesar de lo extremista que esa relación podía ser, los beneficios eran mucho mayores

Kusakabe lo había visto todo desde que esa relación extraña empezó a fortalecerse más y más hasta terminar donde estaban en ese momento. Si por alguna razón el jefe y sus subordinados tenían que salir de viaje, al pasar las 24 horas, el antiguo Kyoya -que ni siquiera respetaba su propia vida- aparecía, mas, con Tsuna presente las cosas cambiaban. El poderío de Kyoya, el sentido de justicia, motivación, fuerza, todo dependía de ese castañito omega que sonreía tan brillantemente que embelesaba a muchos, pero que sólo pertenecía a uno. Kusakabe sabía que su jefe tenía una fuerte dependencia por el castaño… pero no podía detenerlo y en el fondo tenía miedo

Kusakabe había presenciado que Tsuna solía tener heridas y cada que eso sucedía, el humor de su jefe era mejor que lo acostumbrado.

Lambo había visto que cada vez que el brillo en los ojos de Kyoya se opacaba, era señal de que Tsuna aparecerá herido al día siguiente.

Ellos dos eran testigos silentes, que no podían hacer nada si ningún miembro de esa pareja pedía ayuda.

 

 

—Quiero un hijo — Dictaminaba esa noche, cuando, de regreso en su casa, abrazaba a Tsuna por la espalda mientras le cambiaba los vendajes de las manos

—¿E-en verdad? — susurró suavecito sintiendo una punzada en su pecho. Tsuna no quería perder el cariño de Kyoya… ni siquiera quería compartirlo con alguien más, aún si ese “alguien” fuese su hijo

—Te amaré más… si me das un hijo — Kyoya necesitaba algo más que encendiera su sentido de poderío. Necesitaba a alguien más que dependiera de él, pues sólo así podría satisfacer su síndrome narcisista — quiero un hijo — ordenaba con seriedad

—Ámame Kyoya — suplicaba sin temor y con una sonrisa. Si un hijo le daba mayor amor por parte de Kyoya… tal vez no debió forzar el accidente de las escaleras… pero ya no había como cambiar el pasado — y yo te daré todo lo que quieres

—Te amo… Tsunayoshi

—Yo te amo aún más… Kyoya

 

 

Era un pacto. Era una condena. El uno necesitaba del otro. El uno estaba enfermo por el amor del contrario. Y por eso… no podían vivir separados

 

 

 

Notas finales:

 

Bueno. Este es el primer “premio” dado a la persona que respondió correctamente al juego dado en “Problemas de clase”. Espero que haya estado de acuerdo a lo que se pidió… pues fue difícil plasmarlo XD

Ahora, para que juzguen si es que se cumplió con lo pedido les dejo el comentario de JavieraGonzalez056

“Podría ser omegaverse, 1827, pero no todo dulce y con muchos colores, sino que la relación sea de dependencia o co-dependencia (que 18 sea dependiente de la dependencia de 27), en donde terminen juntos”

……

Sinceramente espero haber captado la idea, pues tuve que estudiar el síndrome de dependencia emocional y el síndrome de personalidad narcisista para hacerlo XD

Fue divertido en cierto punto~

Muchos besos~

Bye-bye


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