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casi ayer por Ryoshin Di Juri

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Notas del fanfic:

Este es un one-shot a la par de tal vez mañana.

Notas del capitulo:

Espero les guste.

Te encontrabas en tu cuarto, recostado con un libro sobre el pecho y tu mente lejos de las letras de esa obra de Kafka.

Piensas que por poco ayer, casi lo habías logrado.

-------------------flash back------------------

Él se encontraba en la cafetería sentado con su grupo de amigos usual –lo sabias porque llevabas dos años observándolo a la distancia como un acosador todos los días, después de haberlo visto por primera vez en la sección de romance de la biblioteca escolar- platicando y compartiendo la comida que siempre llevaba.

Tú te encontrabas en la fila de la cafetería para comprar tu almuerzo, con un libro que no leías y que escondía tu cara –y tus intenciones de verlo reír- de las personas a tu alrededor, mientras lo mirabas por el rabillo del ojo izquierdo.

A tus ojos se veía como esas beldades que los grandes escritores describían en sus obras y de la cual ansiabas tu ser su dueño, tener su amor solo para ti.

Cada persona al frente de ti fue un segundo menos para tomar el valor que te permitiese tomar el almuerzo y decidirte a caminar hacia su mesa para, por fin, hacer contacto directo con esa delicada criatura de invierno.

Miraste al frente y faltaban diez personas, pasaste un par de hojas y viste en él un sonrojo que se te antojaba para comértelo a besos; vista al frente, siete personas, otro par de páginas más y le viste aceptar comida de su amigo mexicano; cinco personas, dos hojas más y su amiga –la linda chica rubia con el hermano celópata sobreprotector- le abrazo mientras él le sonrió de tal manera que te atenazo el corazón cron una envidia mal sana.

Te moviste otro espacio y la mayor causa de que no te le hubieses acercado nunca entraba por la puerta con un rubio -despeinado y escandaloso- pisándole los talones.

Quedan dos personas más y Lukas –sabes su nombre porque es compañero de tu hermano Kiku- atrapa tu mirada con otra que te advierte sobre la peor de las muertes al haberte cachado mirándolo.

Vuelves la vista al libro, pasa la persona frente a ti y despegas la vista del libro para hacer la elección de tu almuerzo el día de hoy, pero sientes su mirada quemando y perforándote la nuca de una manera escalofriante.

Tomas todo, con la bandeja del almuerzo das un vistazo rápido para descubrir a Lukas asesinándote con la mirada, y cuanto valor habías reunido se hizo añicos volviéndote el cobarde más rastrero al salir huyendo a los jardines de la institución en pleno invierno.

 

-------------------flash back------------------

Casi, ayer casi lo logras; pero a lo mejor mañana si podrás lograr acercarte al menos a decir hola,  y en tus sueños más atrevidos, a pedirle una cita como tantas veces has soñado en las clases que compartes con él. 

hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice hongice 

Te encontrabas en tu cuarto, recostado con un libro sobre el pecho y tu mente lejos de las letras de esa obra de Kafka.

Piensas que por poco ayer, casi lo habías logrado.

-------------------flash back------------------

Él se encontraba en la cafetería sentado con su grupo de amigos usual –lo sabias porque llevabas dos años observándolo a la distancia como un acosador todos los días, después de haberlo visto por primera vez en la sección de romance de la biblioteca escolar- platicando y compartiendo la comida que siempre llevaba.

Tú te encontrabas en la fila de la cafetería para comprar tu almuerzo, con un libro que no leías y que escondía tu cara –y tus intenciones de verlo reír- de las personas a tu alrededor, mientras lo mirabas por el rabillo del ojo izquierdo.

A tus ojos se veía como esas beldades que los grandes escritores describían en sus obras y de la cual ansiabas tu ser su dueño, tener su amor solo para ti.

Cada persona al frente de ti fue un segundo menos para tomar el valor que te permitiese tomar el almuerzo y decidirte a caminar hacia su mesa para, por fin, hacer contacto directo con esa delicada criatura de invierno.

Miraste al frente y faltaban diez personas, pasaste un par de hojas y viste en él un sonrojo que se te antojaba para comértelo a besos; vista al frente, siete personas, otro par de páginas más y le viste aceptar comida de su amigo mexicano; cinco personas, dos hojas más y su amiga –la linda chica rubia con el hermano celópata sobreprotector- le abrazo mientras él le sonrió de tal manera que te atenazo el corazón cron una envidia mal sana.

Te moviste otro espacio y la mayor causa de que no te le hubieses acercado nunca entraba por la puerta con un rubio -despeinado y escandaloso- pisándole los talones.

Quedan dos personas más y Lukas –sabes su nombre porque es compañero de tu hermano Kiku- atrapa tu mirada con otra que te advierte sobre la peor de las muertes al haberte cachado mirándolo.

Vuelves la vista al libro, pasa la persona frente a ti y despegas la vista del libro para hacer la elección de tu almuerzo el día de hoy, pero sientes su mirada quemando y perforándote la nuca de una manera escalofriante.

Tomas todo, con la bandeja del almuerzo das un vistazo rápido para descubrir a Lukas asesinándote con la mirada, y cuanto valor habías reunido se hizo añicos volviéndote el cobarde más rastrero al salir huyendo a los jardines de la institución en pleno invierno.

 

-------------------flash back------------------

Casi, ayer casi lo logras; pero a lo mejor mañana si podrás lograr acercarte al menos a decir hola,  y en tus sueños más atrevidos, a pedirle una cita como tantas veces has soñado en las clases que compartes con él. 

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