Proposiciones.
-Oye Min...
Minho bajó la vista, hasta donde sus dedos estaban enredándose con el cabello color castaño de su novio. Taemin se había recostado en la banca, colocando su cabeza en las piernas de Minho, mientras ambos sólo observaban como el día empezaba a bajar poco a poco en aquel parque. Le sonrió, jugando un poco más con su cabello.
-¿Sí, amor?- Sólo hizo un ruidito más, preguntándose qué estaría pensando su novio.
-Casémonos.- Taemin sonrió, mirando directamente a Minho.
Una perezosa sonrisa apareció en los labios de Minho, antes de considerar responderle al chico.
-Por supuesto.
-Lo digo en serio, Minho.- Taemin exhaló, frunciendo los labios.
-Yo también, acepto casarme contigo.- Estiró un rizo del cabello del menor. -¿Cuándo sería nuestra boda?
-Podríamos ir ahora al registro civil.- Taemin respondió con un coqueto movimiento de cejas.
-Buena idea, entonces vayamos.- Minho le animó a ponerse de pie, y después él levantarse. Le tomó por la mano, sonriéndole rápidamente. -Pero, necesitamos un par de cosas, como actas de nacimientos, identificaciones, y otros papeles...
-Ugh, cierto.- Hizo un mohín, que a Minho se le antojó adorable. -¿Sabes qué? Olvídalo, no hay que casarnos.- Tiró de la mano del mayor, esperando volver a la banca donde estaban sentados.
-Debes ser el peor novio del mundo.- Minho rio. -Me has propuesto matrimonio, y desecho nuestro compromiso en menos de cinco minutos.- Fingió ofenderse. -Casi como si fueras un novio de mentiras.
-¡Eso es!- Taemin dio un salto alegremente. Le estampó un rápido besos en los labios, tomándole las manos firmemente. -Minho, cásate conmigo...en el puesto de casamiento, que hay en la feria.- Propuso, sonriendo de oreja a oreja.
Minho parpadeó un par de veces, procesando lo que Taemin había dicho, terminando por reír. Definitivamente Taemin tenía la idea de casarse atravesada en su mente. Asintió, regalándole otro beso. Sabía que no podía decirle que no, Taemin se veía tan feliz, además a él también le agradaba la idea.
-Ya te dije que sí, Tae.- Afirmó. -Casémonos.
Taemin saltó emocionado unas cuantas veces más, arrastrando a Minho por el parque hasta llegar al cruce de peatones. Esperó a que el semáforo cambiara de color y volvió a apurar su paso. Minho reía a su lado, atrapando la mano del chico, para evitar que corriera demasiado lejos de él. Antes de darse cuenta, estaban pagando las entradas de la feria, y corriendo por entre los juegos buscando el puesto de matrimonio.
Taemin soltó una risilla boba al ver el pequeño puesto, donde un chico y una chica parecían aburrirse por completo ante la falta de clientes. Apuró a Minho, hasta que se encontraron frente al puesto, llamando la atención de los que estaban acargo.
-¡Queremos casarnos!- Estuvo a nada de gritar, mostrando una enorme sonrisa.
-¿Qué? Ah, si. Pero...- El chico se veía algo desconcertado, casi como si hubiese olvidado cuál era su trabajo y por qué estaba sentado ahí.
-Vamos, no tenemos nada mejor que hacer.- La chica se desperezó, dándole un ligero golpe en el brazo. -No tiene nada de malo que los casemos.
-Ah, sí. No se trata de eso, es que sólo son ellos dos.- Señaló.
La chica rodó los ojos, saliendo de la parte de atrás del puesto, para acercarse a Taemin y Minho.
-Yo seré su testigo.
-Pero aún falta otro...
Minho echó una rápida mirada rápida a su alrededor, encontrándose con una pareja que se veían igual de absorbidos por las mieles del amor. Se acercó a ellos, explicándoles brevemente que necesitaban al menos un testigo más para poder llevar a cabo la boda.
-Ellos también serán testigos.- Confirmó, tras volver.
-De acuerdo, en ese caso, sólo paguen por la ceremonia, y empecemos con esto.- El chico que fungía de ministro explicó, mientras su compañera sacaba de una caja los distintos accesorios que los que se casaban podían usar.
Taemin se apresuró a cojer el velo de novia y se lo colocó a Minho, después pegándole un bigote falso. Rio bobamente, buscando el ramo de la novia, le sacó una flor, colocándosela en el cabello, el ramo lo mantuvo entre sus manos. También se colocó una corbata de moño color rojo.
-Estamos listos.- Asintió rapidamente, subiendo la mirada hasta encontrarse con la de Minho. Él le regresó el gesto, asintiendo con una leve sonrisa en la boca.
-De acuerdo.- El chico asintió. -Estamos aquí reunidos para celebrar esta unión entre...- Señaló a Taemin.
-Lee Taemin y Choi Minho.- Comentó ansioso Taemin.
-Entre Lee Taemin y Choi Minho.- El chico repitió. -Quienes están aquí en pleno uso de conciencia, y bajo voluntad propia. Estas dos personas presentes estan de acuerdo en que se aman, y desean compartir este hecho a través de un contrato en donde prometen amarse y respetarse por el resto de su vida, o al menos hasta que se les acabe el amor. Estoy obligado a decir que el matrimonio no debe ser tomado a la ligera, pero ya que esto es un puesto en una feria, puedo decir que pueden hacer lo que quieran.- Se escucharon risas ante ese comentario. -¿Alguien que se oponga a esta unión?- Esperó un par de segundos. -¿No? De acuerdo, en ese caso les pido que llenen el contrato con su nombre y su firma.
Les entregó el contrato en donde señaló la casilla donde debían de colocar su nombre, y la casilla donde se colocaba la firma. Taemin fue el primero en firmar, luciendo alegremente ansioso. Minho firmó después. En todo momento se intercambiaron miradas cómplices, que mostraban lo satisfechos que se encontraban con esto.
-Ahora los testigos.
La chica del puesto firmó primero, como testigo de Taemin. El par de novios firmaron como testigos de Minho. Una vez que cada casilla estuvo llena con nombres y firmas, que se leyó en voz alta para constatar que estuviera todo en orden, y que se pusiera la fecha, el "ministro" colocó un sello de juguete en el contrato, avalándolo como contrato matrimonial de ese puesto.
-Ahora los desclaro esposos. Pueden besarse.
Minho cogió a Taemin por la cintura, atrayéndolo hacia sí para darle un largo y profundo beso. Está boda podía ser de mentiras, pero eso no le restaba importancia al compromiso que habían hecho. Se encontraba feliz de que Taemin le hubiese propuesto esta tontería. Tras el beso, les tomaron una foto con una cámara polaroid. Esa fotografía se anexo junto con el contrato, que Taemin estrujo contra su pecho en un acto de alegría. Practicamente no se percató de que Minho le estaba quitando los adornos que se había puesto para la boda.
-Disculpen, ¿les gustaría ser nuestros testigos?- Del par de novios, la chica de acercó, preguntando por aquel favor. Tal parecía que ver el casamiento entre Minho y Taemin les había animado para recordar esta ocasión con su propia boda.
-Los seremos.- Respondieron al mismo tiempo.
Ambos observaron como los novios se preparaban, el hombre usando el velo, alajas y el ramo de flores, mientras la chica se colocaba un sombrero corbata y un bigote falso. Participaron en la boda, y después aprovecharon estar en la feria para subirse a algunos juegos. Dejaron, entonces, que la tarde terminara de caer, introduciendo a la noche.
Un poco después, mientras Minho acompañaba a Taemin a su departamento, reían y señalaban cada cosa que les rememoraba alguna historia que tenían guardadas. El departamento de Taemin se encontraba en un segundo piso, al que de accesaba por unas escaleras externas. Las luces de la calle iluminaban las baquetas lentamente.
Taemin se paró frente a la puerta de su departamento, aún estrujando el contrato cerca de su pecho.
-Hey Minho...- Taemin se balanceó sobre sus pies, haciendo un puchero. -Ahora estamos casados.
-Sí, eso creo.- Minho se rascó la nuca, preguntándose a qué se dirigía Taemin.
-Somos esposos Min, los esposos no deberían vivir separados.- Jadeó de manera coqueta, parpadeando lentamente.
-¿Estás proponiéndome lo que creo que me propones?- Sonrió, acariciando la mejilla de su novio.
-Tal vez, pero yo ya he propuesto mucho hoy. Ahora es tu turno de proponerlo, y tal vez yo juegue a hacerme el difícil cuando en realidad ya sabemos cuál es la respuesta.
-De acuerdo.- Minho aceptó jugar. -Taemin, mi pequeño yeobo, ¿quisieras que vivamos juntos?
-Lo consultaré con la almohada, Min.- Rio, abriendo la puerta y girándose para entrar. -¿Sabes? Estoy seguro que lo pensaré mejor si duermes conmigo esta noche, y tal vez mañana te prepararé el desayuno, yeobo.
Minho sonrió, entrando tras Taemin y cerrando la puerta tras de sí. Rapidamente le abrazó por la cintura, apoyando su mentón en el hombro del menor.
-Me parece una buena proposición.
FIN