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Caminando juntos por aisaka-san

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Notas del fanfic:

Este es un fanfic de la era Burst, disponible en Wattpad bajo la autoria de Taiga-Aisaka-san

Notas del capitulo:

Como lo dice la descripción este fanfic pertenece a la era Burst y la pareja es Shu Kurenai x Valt Aoi , amo mucho a esos dos y tenia que escribir de ellos. Disfruten :)

 

 

 

 

"Estar solo es lo peor"

 

 

 

 

 

Era lo que siempre pensaba desde que era un niño y veía a los demás chicos corriendo y jugando, se veía que se divertían mucho y yo quería estar ahí, pero no podía. No sabia si algo estaba mal conmigo pero cada vez que me acercaba con alguien y quería hablar con ellos simplemente no salia nada de mi boca, no se me ocurría qué decir, y los niños me veían raro y rápidamente se iban corriendo a jugar con otros chicos, rápidamente deje de intentar hacer amigos, pasaron varios días en los que a la hora de descanso me sentaba solo en el patio a mirar como los demás chicos se la pasaban de lo mejor, eso hasta que un balón me golpeó en la cara.

 

-¡Waaa! Lo siento mucho -Escuche una voz preocupada mientras me sobaba la frente por el impacto.

 

-Ah...yo..- No alcancé a decir nada porque ese niño me interrumpió.

 

-Realmente lo lamento, mi amigo me reto a patear fuerte el balón pero no me fije que estabas aquí,. -Alce la mirada y pude verlo, era un niño de un raro cabello azul, sonreía mucho y me miraba atento, eso me puso nervioso y no sabia que responder así que solo me quede callado. -¡¡¡Ah!!! ¡Yo te he visto antes! -Grito muy feliz mientras me extendía la mano para ayudarme a pararme.

 

-¿E..en serio? -pregunte sorprendido, siempre creí que nadie me notaba.

 

-¡Pues claro! El otra vez tú mamá te llevo a la panadería saliendo de la escuela ¿cierto?

 

-Huum..sí -dije recordando que hace dos días tenia hambre y mamá me llevó a comprar pan.

 

-¡Mi mamá es la dueña, yo vivo ahí!

 

-¿Que, en serio? -no podía creer que ese niño me recordara, pero me sorprendí mucho más cuando tomó mi mano y comenzó a correr. -Ah..¡Espera!

 

-¡Vamos, juega conmigo y mi amigo Xander! El es superfuerte pero créeme que no te hará daño -decía corriendo mientras me sonreía despreocupadamente pero de la nada se detuvo- ¡Ah! Casi olvido decirte mi nombre, soy Valt Aoi ¿Como te llamas? -me pregunto muy feliz

 

-Shu...Kurenai...-le conteste muy bajito, no se si me habrá escuchado bien

 

-¿Shu? Es un lindo nombre -me sonroje hasta las orejas, el tomó mi mano de nuevo pero está vez con más fuerza y se echó a correr de nuevo- ¡¡Juguemos!!

 

-P..pero...

 

-Anda no pasa nada, vamos a divertirnos mucho ahora que ya somos tres.

 

-E..es que..olvidaste tú balón -se detuvo tan rápido que casi me caigo, me miró con los ojos tan pequeños como pulgas que no pude contener la risa.

 

-¡¡¡¡Wa..WAAAAA MI BALÓN!!!! -corrió con lagrimas gigantes saliendo de sus ojos mientras yo reía.

 

 

 

Al final de ese día de clases, Valt me llevó con su mamá y le dijo que era su nuevo amigo, además de que fue con mi mamá y le dijo que comprara más pan en la tienda de su mamá para que lo fuera a visitar todos los días, no entiendo muy bien porque la mamá de Valt se puso toda roja y le pidió disculpas a mi mamá. 

 

Desde entonces me juntaba con Valt y Xander en las horas del recreo, a veces solíamos salir a jugar incluso después de la escuela y nos divertíamos mucho, me gustaría vivir así para siempre.

 

 

 

Al paso del tiempo tuvimos que pasar del preescolar a la primaria, donde por desgracia nuestro amigo Xander no pudo quedarse en la misma escuela que nosotros debido a que se mudó a una ciudad un poco lejana, Valt lloro muchísimo al enterarse y yo me puse muy triste, a pesar de todo seguimos siendo grandes amigos y nos veíamos los fines de semana y en las fiestas de cumpleaños que nuestras madres nos hacían, nació entre nosotros la costumbre de mandarnos cartas para no perdernos los detalles de nuestra vida diaria. 

 

Por otro lado durante la escuela las cosas no eran tan diferentes a como lo habían sido en el preescolar, Valt hacía muchos amigos mientras yo solo lograba hablar con pocas personas siendo Valt mi único amigo de verdad.

 

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Todo era completamente normal en mi vida, en las mañanas me levantaba e iba a la escuela, después regresaba a casa mientras acompañaba a Valt a la suya ya que quedaba de paso, luego pasaba al supermercado y compraba varios ingredientes que me hacían falta para el platillo del día y finalmente llegaba a casa y practicaba mi pasatiempo favorito: cocinar. Después de que una vez Valt me contó que amaba mucho la comida mi mente voló e imagine muchos platillos que podamos disfrutar juntos, al poco tiempo comencé a darles forma con mis propias manos esperando que Valt los amara.

 

 

 

Esa fue mi rutina hasta que un día Valt comenzó a platicarme sobre el increíble fin de semana que pasó durante su visita en la casa de Xander.

 

-¡Oye Shu! Mira lo que tengo -extendió su mano y me enseñó un extraño objeto de color azul.

 

-¿Y eso que es? -pregunté intrigado.

 

-Es un beyblade, mi papá me lo dio -dijo con mucho orgullo mientras levanta la mano hacia el cielo con eso.

 

-Un bey..¿que? -ese nombre me dejó confundido, jamás en mi vida había escuchado sobre eso.

 

-Un beyblade, cuando fui con Xander el tenia uno de color rojo y jugaba con él en un estadio que había en el parque, lo hubieras visto se movía como...era algo...como ¡flush! y ¡paw! por todo el lugar -no entendía nada de lo que decía, como no me iba a responder solo me limite a mirarlo hasta que terminara de hablar- cuando regrese a casa le dije a mi papá lo asombroso que fue Xander y su bey, el me contó que también fue blader cuando era niño y como en su último viaje nos trajo varios regalos el me dio este bey.

 

-Umm...ok -honestamente no me interesaba mucho el asunto ese de los beyblade.

 

-¡Waaa, mi papá dijo que se llama Valkyrie! Además que es azul como mi cabello ¿Acaso no es lo más genial que has visto?

 

-Ehh sí, sorprendente -no tenia muchos ánimos de seguir con esta conversación.

 

-Ven, tenemos que probarlo -tomó mi mano y corrió directo al parque que estaba entre nuestras dos casas, allí siempre hubo un extraño hoyo que nunca supe para que servia hasta ese día.

 

-Mira -dijo soltando mi mano y sacando una extraña...¿pistola de juguete?- este es un lanzador bey, mi papá lo compró también especialmente para mi. -Se sonrojo y sonrió ampliamente, otra vez puso esa expresión tonta de satisfacción- Tomas a tú bey y lo colocas así. -Extendió sus manos y de un solo movimiento ambas piezas encajaron mutuamente- Luego apuntas a donde quieres jugar y tiras de esta cuerda..¡así! -Y tal como dijo tiró de la cuerda del lanzador y esa cosa salió casi volando por todo el estadio; se movía tan rápido y con mucha gracia que no podía apartar la mirada por más que lo intentara, hasta que lentamente se detuvo en medio del estadio.

 

-¿Acaso eso no fue genial? -dijo Valt cerca de mi cara, no me di cuenta en qué momento se acercó tanto, realmente quede muy ensimismado con este descubrimiento que se dio justo ante mi.

 

-¡Si, fue excelente! Quiero intentarlo. -Tome el bey en mis manos pero Valt rápidamente me lo quito.

 

-¡¡¡NOOOO!!! -Valt se resbaló y estampó su cara en el suelo

 

-Wow tranquilo, solo quería jugar también -contesté extendiendo mi mano para ayudarlo a levantarse, él la tomó y estando una vez de pie se sobo la nariz.

 

-Perdóname Shu, pero no puedo prestarte a Valkyrie.

 

-¿Y porque no? -pregunté un poco ofendido, si pensaba que iba a romper sus cosas entonces debería decirlo, ademas que es él quien casi siempre rompe los juguetes de los demás.

 

-No es que no confié en ti ni nada de eso -contestó rápidamente como si supiera lo que estaba pensando- es que tanto mi papá como Xander me dijeron que los beyblade son especiales para cada persona, es como si ellos te escogieran a ti y sabes... -Extendió su bey hacia mi, con la mano firme y una sonrisa decidida, algo que pocas veces veía en él- Realmente siento que Valkyrie es una parte de mi a pesar del poco tiempo que llevamos juntos, no se describirlo muy bien, es como si fuera la extensión de uno de mis brazos. -Miro a un momento por el suelo y continuó- Lo siento mucho Shu, pero no puedo prestarte a mi Valkyrie. -Escuche unos pequeños sollozos y me di cuenta que Valt comenzó a llorar. Esto es lo peor, yo no quería que llorara solo quería jugar un momento. Me acerque a él y le di un abrazo.

 

-Tranquilo Valt, tal vez no entienda muy bien lo que dices pero comprendo que Valkyrie es tuyo y de nadie más. -Valt paro de llorar y me miró con la cara toda roja y los ojos cristalinos por el llanto, sin embargo se adorno en su rostro una sonrisa deslumbrante que hizo saltar a mi corazón un poco.

 

-¿En..en serio no estas molesto conmigo? -Me pregunto sin quitar esa extraña expresión.

 

-N..no, para nada. -Apenas y pude contestarle, el pulso de mi corazón solo aumentaba mientras más lo veía. Aparte rápido mi mirada y deje de abrazarlo para que no notara que me estaba poniendo raro por alguna razón, si comenzaba a hacer preguntas no sabría qué responderle-Y..ya tengo que irme, olvide que tenemos mucha tarea para mañana y aun no la he terminado. -Justo a tiempo lo solté pues sentí como mi rostro subía de temperatura rápidamente, yo casi nunca me he sonrojado.

 

-¿Di..dijiste tarea? -Su voz vacilante me distrajo de ese extraño sentir, voltee a mirar su rostro lleno de terror.

 

-Emm si, ¿acaso no recuerdas que los exámenes se acercan y nos dejaron varios proyectos para repasar los temas? -Valt se fue poniendo blanco con cada palabra que decía, pronto una nube de polvo reemplazó a Valt y a lo lejos escuche que gritaba "¡Lo olvide por completo!"

 

 

 

Reí levemente, ese niño nunca cambiara; camine a casa después de eso pero me fue inevitable recordar lo raro que me sentí con Valt en esa tarde, justo ahora ya estoy normal; mi corazón ya no se acelera al recordar la cara que Valt puso. Aun así no dejaba de inquietarme ese extraño sentimiento.

  

 

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Mis padres eran investigadores muy dedicados, así que para mi era normal que al llegar a casa no me encontrara con ellos hasta entrada la noche; pero este día llegue y ellos estaban ahí.

 

-Hola hijo -saludó contenta mi madre desde la cocina -bienvenido a casa.

 

-Hum, hola mamá. ¿Qué haces aquí tan temprano?

 

-Tú padre y yo terminamos hoy por fin una de nuestras investigaciones, así que estoy preparando una cena especial para celebrar. -Me dijo sonriendo y tomando su cucharón.

 

-Vaya, eso si no me lo esperaba. Por cierto ¿dónde está papá? -pregunté con curiosidad pues no lo veía por ningún lado.

 

-Oh, ese hombre está bañándose, llegó y creyéndose el gran rey de la casa tomó el baño primero -Mi mamá hizo un puchero, reí bajito y es que sabía que era un acuerdo entre ellos que al llegar a casa el último en tomar el baño haría la cena, es una de esas cosas de pareja que me gustaría tener en el futuro.

 

 

 

Después de eso cenamos un festín digno de mi mamá, ambos me contaron sobre el proyecto en el que trabajaron y lo duro que fue para ellos terminarlo a tiempo. Les comente sobre el beyblade de Valt y que me gustaría tener uno, en ese momento las miradas de mis padres se iluminaron y ambos corrieron apresurados a su habitación y regresaron escondiendo algo entre sus manos. Se sentaron en frente mio y mi padre comenzó a hablar.

 

-Hijo, tú madre y yo guardamos esto para tu cumpleaños, pero creo que la emoción nos gano un poco y ya que ambos éramos bladers en el pasado... -extendió su mano frente a mi y reveló a un bey de color rojo, me emocione mucho, no sabia que decir.

 

-Y mira- mi madre me enseñó un lanzador como el de Valt pero este era de color rojo.

 

-Yo...¡Gracias! -abrace fuerte a mis padres, ellos rieron felices conmigo. Me dijeron que este beyblade se llama Spriggan, no puedo soportar toda esta emoción, ya quiero que sea mañana para enseñarle a Valt mi bey.

 

 

 

Todo hubiera sido así de no ser porque Valt llegó ese día aún más tarde de lo normal a la escuela, el director no paro de regañarle en frente de la entrada principal de la escuela para finalmente enviarlo de vuelta a casa. No quisiera ser él cuando llegue a casa y se encuentre a su mamá. Más tarde tuve que llamarlo por teléfono para que pudiéramos jugar juntos en el mismo parque de ayer, aunque para mi mala suerte no pude ganarle ni una sola vez.

 

 

 

Desde ese día mi rutina cambió, en las mañanas antes de la escuela salía a correr, llegaba a la escuela y me ponía a entrenar en los descansos en un estadio un poco viejo que tenían guardado junto al demás equipo deportivo. De regreso a casa me adelantaba a Valt y llegaba al parque donde entrenaba hasta que se ponía el Sol. No entendía que me impulsaba a mejorar en esto, tal vez era para divertirme o tal vez para ganar siempre, aunque sin darme cuenta en cada uno de mis pensamientos estaba imaginando la cara que pondría Valt al verme ganar, al demostrarle que yo era el mejor blader y que podríamos jugar juntos todas las veces que él quisiera. Sonreí y con más fuerza tire de mi lanzador logrando un ataque perfecto.

 

 

Unos meses después Valt y yo prometimos entrar al campeonato distrital de beyblade y enfrentarnos en la final, frente a un gran público que nos anime a ambos.

 

Nunca conté con el hecho de que su padre lo llevaría de viaje junto a su mamá y sus hermanos por Norteamérica durante tres meses.

 

 

 

Valt no se registró en el campeonato distrital.

 

 

 

 

 

Valt no asistió a ninguno de mis duelos.

 

 

 

 

 

 

Llegue a la sede donde se llevarán a cabo los combates distritales, me asegure de que mi lanzador y mi bey estuvieran listos para el combate, un poco de calentamiento en los estadios que habían instalado temporalmente y ya me encontraba preparado para el combate. Un poco antes de entrar en mi duelo, la vibración de mi celular me llamó la atención.

 

-¿Hola?

 

-¡¡¡SHUUUU!!! -aparte el telefono de mi oreja, solo una persona era capaz de gritar así por telefono.

 

-¿Valt?

 

-¡Shu, amigo! ¿Ya estás a punto de iniciar tú duelo cierto? -la voz emocionada de Valt me hizo sonreír.

 

-Si, no falta mucho para que empiece- pude escuchar un chillido emocionado de Valt.

 

-Waaa, no sabes lo que daría por estar ahí y combatir, ¡Gana Shu, tienes que hacerlo!

 

-Eso haré, ganaré por ambos -Valt comenzó a llorar de alegría, oí que alguien más tomó el teléfono de Valt.

 

-¡Animo Shu! -los gemelos Toko y Nika me desearon buena suerte, la llamada terminó pronto cuando por fin me tocó entrar en combate, pensé en la promesa que le hice a Valt y mi lanzamiento fue más que perfecto resultando en un final explosivo, acomode mi cabello con una mano y sonreí pensando en que Valt estará orgulloso de mi.

 

Esa noche un sueño extraño se me presento.

 

 

 

 

  

 

 

 

Me encontraba nadando, no supe cómo fue que llegué ahí ni a dónde iba pero no le tome importancia; el agua se sentía fresca, el viento que chocaba contra mi cara cada vez que salía a tomar un poco de aire era agradable. Nade y nade sin dirección, sin darme cuenta deje de buscar la superficie para tomar aire pero eso no me afectó en absoluto.

 

Nade más profundo, donde la luz apenas y llegaba y la oscuridad invadía el lugar.

 

 

En un momento me detuve y miré alrededor, ahora parecía que había llegado al espacio. Miles de estrellas resplandecían majestuosamente por todo el lugar, aquí no había un arriba o abajo, no había planetas acompañando el panorama y yo estaba flotando, perdido, solo y sin saber qué hacer. Eso fue hasta que escuche un grito muy familiar e instantáneamente algo choco contra mi.

 

-¡Waa! -baje un poco la mirada y ahí estaba Valt, levemente aturdido por el impacto, lo tome de la espalda para que no se fuera flotando- ¡Shu vamos!

 

-¿Ir...a donde? -pregunte confundido, no veía un lugar al que pudiéramos ir.

 

-¡Ven conmigo! Quédate conmigo...-Valt puso sus manos en mis hombros y comenzó a acercar su rostro al mío, no entendía qué era lo que quería. Un calor en mi nació e invadió mis mejillas y mi pecho, mi respiración se acelera mientras más se acerca Valt. Me sentía exactamente igual a aquella vez en el parque pero a diferencia de esa ocasión ahora no podía apartarme, no podría quitar mi mirada de los ojos de Valt incluso si lo deseaba, podría jurar que sus ojos destellaban aún más que las estrellas que estaban alrededor de nosotros. 

 

Cuando apenas unos milímetros separaban a nuestras narices, Valt se detuvo y rompió el maravilloso silencio que se había formado.

 

-¿Estarás conmigo? -me pregunto con una voz aún más inocente de la que usualmente tiene, antes de que fuera capaz de contestar Valt se acercó más y una extraña presión invadió mis labios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un salto me despertó.

 

 

 

Todo estaba a oscuras y me di cuenta después de un rato que ese salto lo había dado yo. Alcance el reloj que estaba en la cómoda y me di cuenta que apenas eran las 4 de la mañana, volví a acomodarme para dormir pero simplemente fue inútil ya me encontraba completamente despierto. Inconscientemente toque mis labios recordando la sensación que tuve en mis sueños, repase todo lo que pasó en el sueño y me di cuenta que Valt me beso en la boca; me sonroje y sin saber porque mi corazón se aceleró. 

 

No se porque soñé eso, ¿porque a Valt, porque ahora? Sin encontrar respuestas para ninguna de esas preguntas.

 

 

 

Esa noche no pude dormir nada, por suerte mía el día siguiente no tenía duelo contra nadie y me limite a mirar los combates que se llevaron a cabo para tomar información de los bladers que enfrentare. Con mucho esfuerzo logre ganar el campeonato distrital, mi contrincante final Wakiya realmente era muy fuerte, aun así no pude evitar pensar en que mi duelo con Valt pudo haber sido más reñido e intenso. 

 

Me enteré que habría un campeonato para aquellos bladers más prometedores que no lograron ganar sus duelos distritales puedan ganarse un lugar en el campeonato nacional, como no tenía nada que perder asistí y me encontré a Xander, al parecer regresó de su viaje alrededor del mundo y se ha convertido en uno de los 5 grandes, los bladers más poderosos de la tierra.

 

Rápidamente llegó la fecha de los torneos nacionales, las batallas por equipos fueron primero que las individuales, me parecieron muy interesantes, tal vez en el próximo año pruebe suerte y entre con un equipo y Valt. 

 

Finalmente las batallas individuales comenzaron, gracias a que seguí entrenando era imparable frente a todos mis rivales, o al menos era lo que creía hasta que me tope con una gigantesca pared: Lui Shirasagi. No solo lastimo mi ojo por su imprudencia, sino también lastimo mi orgullo, mi confianza y la promesa que le hice a Valt se hizo añicos.

 

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Tomé mi teléfono que llevaba un buen rato sonando y conteste.

 

 

 

-¿Quien habla? -fui cortante, recién acabo de perder frente a todo Japón no es como si estuviera con el ánimo hasta el cielo.

 

-Tranquilo soy yo Shu

 

-¿Valt? -reconocí su voz al instante pero me parece extraño que no me grite felizmente durante una llamada. Sentí un pequeño toque en el hombro, voltee a mirar qué sucedía y ahí estaba Valt frente a mi.

 

-Hola -saludo tímido, nunca lo había visto así, finalice la llamada que aún seguía en curso.

 

-Hola Valt -Apenas conteste el saludo el me abrazo

 

fuerte y comenzó a llorar, creo que ya sabía porque estaba tan raro- ¿Me viste cierto? -Sentí como asentía con la cabeza y me tapé el rostro enojado, no con él sino conmigo mismo por haber perdido con Valt estando aquí. -Yo lo siento mucho.

 

-¡No tienes porque disculparte, diste lo mejor de ti allá afuera! -Estaba a punto de contestarle pero observe a Valt con más atención, su rostro mostraba preocupación auténtica, no pude resistirme a esa cara y decidí quedarme callado. Valt comenzó a acercar su rostro al mío, por un instante recordé ese sueño y me paralice, su mano recorrió mi frente y llego a mi ojo donde una punzada de dolor me hizo reaccionar, quite su mano de mi y retrocedí un poco -¿Qué es eso?

 

-Yo..no lo se, debió haber sido por el golpe que tuve hace un momento. -Recordé entonces el golpe de mi bey en la cara, tomé mi teléfono y mire mi reflejo donde efectivamente había una herida superficial sobre mi ojo. Me sorprendí mucho, creí que por la velocidad de mi bey el golpe había sido doloroso, pero también fue grande la marca que me dejo Lui como recuerdo- Tengo que irme

 

-¿Que, a donde? -pregunto Valt preocupado

 

-Solo iré a lavarme esto -dije señalando mi ojo, Valt aun seguía mirándome preocupado. Sin detenerme ni un momento a pensarlo un poco me acerque a él y le di un beso en la frente- tranquilo estaré bien -le sonreí y él también me regreso la sonrisa.

 

Camine rápido al baño donde finalmente la herida comenzó a sangrar levemente, no quería que Valt viera esto. Con algo de jabón lave la herida sabiendo que después tendría que ver al médico para que descarte una posible infección. Mire una vez más mi reflejo en el espejo, me veía patético; esta vez me prometí a mi mismo no perder de nuevo frente a Lui Shirasagi.

 

 

 

Desde ese momento mi rutina de entrenamiento se volvió aún más rígida, ya no tenía tiempo de visitar a Valt o acompañarlo siquiera a su casa más a menudo; el nunca se enojaba conmigo por eso, hacia todo lo contrario a eso pues me daba ánimos y presumía sobre mi frente a todos sus conocidos, eso me avergonzaba un poco pero me hacía también muy feliz.

 

 

 

Sin darnos cuenta ya se acercaba el siguiente torneo distrital y esta vez Valt entraría en el, eso me emocionó muchísimo y entrene aún más duro que antes. Aun así Valt me preocupaba un poco, el solo dedicaba unos cuantos minutos a jugar beyblade y no estaba seguro si podría llegar a la final.

 

Todas esas preocupaciones se calmaron al ver su victoria frente a Rantaro Kiyama, uno de los primeros ocho lugares del año pasado; luego me enteré que comenzaron a ser amigos, un clásico de Valt, convertirse en amigo de sus rivales. 

 

 

 

 

 

De nuevo no volví a dormir bien.

 

 

 

 

 

En este sueño me encontraba en el salón de clases completamente vacío. Mire hacia atrás de mí y ahí estaba Valt mirando muy concentrado uno de sus cuadernos, quería hablarle pero no salia un solo sonido de mi boca. La puerta repentinamente se abrió dejando ver a Rantaro, este se acercó a Valt muy sonriente y este le brindó una cálida sonrisa, sin saber como o porque ambos se abrazaron. 

 

No encontraba explicaciones pero me enoje al verlos tan pegados uno al otro. 

 

No se cuanto tiempo había pasado ya pero aun seguían abrazados, no se soltaban, intente pararme de mi asiento para separarlos pero no podía, era como si estuviera pegado a él, gritar me resultaba inútil ya que aun no podía articular palabra alguna. 

 

Finalmente se soltaron un poco pero solo fue para mirarse fijamente, ambos comenzaron a acercar sus rostros, yo ya sabia como terminaría todo esto pero no lo iba a permitir por nada en el mundo. Con todas mis fuerzas intenté moverme, ya quedaba poca distancia entre ellos y grite desesperado como jamás me había sentido en la vida.

 

 

 

-¡¡NOOOO!! -salte y aterrice de cara en el frío suelo, muy agitado me recompuse como pude y miré alrededor asustado. Suspire y me volví a recostar en el suelo, por fin había despertado de esa pesadilla.

 

No puedo entenderlo, esta vez soñé algo que me pareció terrible y era justo eso lo que no entendía; ¿porque lo odie tanto? Valt es mi amigo, si encontrara a una pareja pronto lo que yo debería hacer es apoyarlo, se que solo tenemos once años y somos muy jóvenes para estos temas pero se que en algún momento sucederá.

 

 

 

 

 

Con el corazón inundado de miedo ante esa idea intente concebir nuevamente el sueño, inútilmente intenté dormir tranquilo.

 

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Valt se convirtió en un niño pequeño que seguía mis pasos en lo que respecta a los combates de beyblade. Siempre iba tras de mí, los consejos que le daba los seguía sin rechistar, mi entrenamiento lo inspiraba a crear los suyos propios al igual que las estrategias. Me rogaba por entrar al club de bey que estaba armando pero me negué, no porque no quisiera sino porque Valt estaba lleno ahí de amigos que podían apoyarse mutuamente y estando yo ahí simplemente los distraiga, además de que aun estoy algo enojado por el sueño que tuve con Rantaro.

 

Finalmente enfrente a Valt en las finales después de que creara un drama alrededor de mi hombro lastimado, es cierto que me duele pero no podría fallar una segunda vez a nuestra promesa. 

 

Con la ayuda de Xander di todo lo que tenía y pude vencerlo, Valt no me lo perdonaría de ninguna otra forma; con muchos esfuerzos Valt alcanzó a llegar a las competencias nacionales junto con Wakiya.

 

Después de pensarlo mucho y de esperar a que mi enojo absurdo se apaciguara, me uní al club de beyblade de la escuela para competir en las batallas por equipos; así todos juntos comenzamos a entrenar, apoyándonos mutuamente y volviéndonos cada vez más fuerte. 

 

Valt me impresionaba con el rápido ascenso que tenía, a pesar de llevar un año de entrenamiento de atraso la distancia que lo alejaba de mi cada vez se hacía menor, parecía un blader innato.

 

 

Cuando vi que Lui intentaba hacerle a Valt lo que me hizo a mi en la final de los combates por equipos, lo único que pude hacer fue advertirle y este con sus rápidos reflejos logró evitarlo, mentiría si digo que no me sentía orgulloso de él.

 

 

 

Perdimos los combates por equipo, de nuevo perdí ante Lui en los combates individuales.

  

Le falle a Valt, el lo sabe pero no me dice nada, incluso así puedo ver en su rostro la tristeza y la decepción plasmados.

 

Con mi Spriggan roto en la mano y la mirada hacia el atardecer juré algo que sin saberlo, sellaría mi destino:

 

 

Nunca volveré a romper una promesa.

 

 

Días después el director me notifico que un equipo internacional buscaba reclutarme, me lo pensé un largo rato y con el apoyo de mis padres finalmente decidí que si quería volverme más fuerte, debía de pararme en el podía donde los más fuertes en el mundo se enfrentan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sabía que Valt me seguiría, aún era un niño dando saltos sobre mis huellas.

 

 

 

 

 

Meses después de que entrara en el escenario mundial recibí las noticias de que el campeón mundial, Free de la Hoya se unirá al equipo dejando atrás a BC Sol.

 

-Free de la Hoya...-Estaba justo frente a mi, solo tenia una pregunta.

 

-¿Um? -apenas y pude percibir que hizo un sonido.

 

-Valt Aoi esta en su equipo en BC Sol, ¿porque los abandonaste? -Me miró indiferente y con simpleza contestó.

 

-Piensa eso si quieres. -Se dio la vuelta y comenzó a marcharse, no dejaría que se fuera así de fácil así que me pare y lo alcance.

 

-¡Te reto a una batalla!

 

-¿Y qué ganaría yo con eso? -pregunto indiferente, odiaba a este chico, parecía que no tenia ninguna emoción.

 

-Enfrentar al mejor amigo de Valt, ¡Mi nombre es Shu Kurenai! -ladeo la cabeza y por un momento creí haber visto sorpresa en su mirada. Después de un corto silencio contestó.

 

-Está bien, acepto.

 

 

No podía creerlo, ese chico ni siquiera usó un lanzador y me ganó con un final explosivo. Lo mire y una sonrisa que me pareció demoníaca se dibujó en su rostro.

 

-Yo gano, eso fue divertido. -Tomó a su bey y comenzó a irse, se detuvo un momento- Creí que Valt con lo elocuente que es tendría amigos un poco más fuertes, aunque creo que no debería de extrañarme saber que él es débil porque sus amigos también lo son.

 

 

Apreté los puños con fuerzas y golpee el suelo, ¡¿como se atrevía a hablar así de mi?! Demonios y aun así perdí frente a él; con mucha más fuerza golpee el suelo una y otra vez, no me importaba si me veían, ya estaba cansado de perder. Sentí una mano sobre mi hombro, era Theodore, el dueño del equipo.

 

-Ven conmigo -lo seguí a su oficina, me hizo una propuesta muy tentadora en la que me prometía hacerme más fuerte para ganar. Recordé los malos momentos donde siempre me la pase perdiendo frente a todos y no lo pensé dos veces.

 

La máscara de Red Eye estaba frente a mi.

 

 

 

La cara decepcionada de Valt después de que falle mi promesa cruzó mi mente.

 

 

 

Tome la máscara y la coloque en mi rostro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía dejar de ser Shu Kurenai para ganar y no defraudar a nadie nunca más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía de ser Red Eye para no romper mis promesas de nuevo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía ganar para que Valt sonriera en el combate final.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía de romper a mis enemigos para ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía matar a Shu Kurenai para ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía defraudar a Valt para ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía romper a Valt para ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Debía ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quería ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ganar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

GANAR

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La máscara se rompió, Lui Shirasagi la rompió.

 

De nuevo la vi, la cara de Valt.

 

No me gustaba.

 

Me fui, ahí lo deje, sus lágrimas me estorban.

 

Grité de nuevo con todas mis fuerzas, Lui lo rompe todo, mi felicidad, mi confianza y mi racha ganadora.

 

Ashten me encontró, me dijo que Spriggan ya no era digno para mi, lo vi y así era, demasiado débil para ganar.

 

Con mis manos lo rompí.

 

Renuncie a todos.

 

 

Solo estaba la victoria en mi mente, no me importaba como, no me importaba cuando, debía derrotarlos a todos.

 

 

 

 

 

A todos

 

 

 

 

 

 

Un destello y ya estaba en el suelo, la cabeza me dolía tanto y no recuerdo como llegue ahí. 

 

Lentamente abrí los ojos y una fuerte luz me dio de lleno.

 

"Se acabó, tenemos a un campeón de esta liga mundial y es..."

 

 

Una mano conocida se extiende justo frente a mi, mire el brazo de la persona a la que le pertenecía, luego llegue al cuello y finalmente vi una sonrisa amplia y hermosa como siempre había sido dirigida hacia mi. No deje esperando más tiempo a Valt y tomé su mano, de nuevo volví a sentir un agradable calor en mi interior, uno que se vio opacado hace tiempo por mi absurda ambición y el deseo de ganar.

 

 

 

Quería llorar.

 

 

 

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Necesitaba tiempo para recuperarme así que no entraría a ninguna batalla o torneo beyblade en un largo tiempo. Valt aún tenía asuntos que arreglar en BC Sol mientras que yo regrese a Japón; mis padres me dieron un gran abrazo seguido de muchos regaños por ser tan imprudente, no podía argumentar nada en su contra así que solo me limite a escucharlos durante 3 horas seguidas.

 

 

Mi regreso a la escuela no fue nada cálido, mi brazo aun me dolía mucho pero eso no era lo que causaba mi incomodidad.

 

"Míralo, ahí va..él" 

 

Escuche a alguien susurrar en los pasillos cuando me dirigía a mi salón.

 

"Es Red Eye"

 

"Escuche que rompió el beyblade de Valt Aoi" 

 

Voltee rápidamente a mirar a quien dijo eso ultimo pero desvió su rostro.

 

No recuerdo que algo así sucediera, es cierto que bajo el nombre de Red Eye la oscuridad orquestó muchos de mis actos de los que ya no podía acordarme, pero jamás llegaría a ese extremo, no con Valt.

 

No podía ser verdad, yo nunca haría algo así.

 

 

 

 

 

"Pero Red Eye si"

Un escalofrío recorrió mi espalda con ese último pensamiento; necesitaba respuestas así que corrí hacia la azotea donde el club de bey se juntaba a practicar, cuando estaba a punto de abrir la puerta para llegar un ruido me detuvo, eran Rantaro y Daigo hablando justo del otro lado.

 

-...es cierto, ha estado actuando diferente -contestó Daigo a algo que no escuche- Desde su última batalla contra Red Eye he notado que su mirada ha cambiado durante los enfrentamientos, incluso durante las prácticas ya no muestra la misma emoción de antes.

Me sorprendí mucho, estaban hablando de Valt. Sin hacer ruido me acerque lo más que pude a la puerta.

 

-Tienes razón -dijo Rantaro en un tono pensativo- Creo que nuestro viaje lo ha hecho madurar.

 

-Si pero ¿sabes que Audaz? -Daigo suspiro e hizo una pequeña pausa- No creo que este cambio sea para mal, supongo que Valt ahora puede analizar con mucho más detalle las batallas que cuando se deja llevar por sus emociones.

 

-Si estas en lo correcto -La voz decaída de Rantaro me llamó bastante la atención.

 

-¿Qué sucede, te sientes mal? -pregunto Daigo preocupado.

 

-Es que...creo que de alguna manera un parte de él se nos está escapando.

 

-¿Que cosas dices? Eso no es verdad. Valt es nuestro amigo y nada cambiará ese hecho.

 

-Tal vez tengas razón y ya estoy dramatizando un poco, creo que me escuche como una madre preocupada por su hijo -Ambos comenzaron a reír, me aleje lentamente de la puerta y regrese a mi salón.

 

La mirada de todos estaban puestas fijamente sobre mi pero eso ya no me importaba, sólo sabía que cambie a Valt a la fuerza, una horrible opresión en mi corazón me acompañó todo el día.

 

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Una semana más tarde Valt por fin regresó de España, me avergonzaba un poco verlo después de nuestra última batalla pero aun así fui a recibirlo al aeropuerto junto con todos los demás chicos del club, Xander, Ken, la madre de Valt, Toko y Nika también estaban ahí.

 

-¡Chicos si vinieron! -un grito nos alarmó a todos y vimos a Valt corriendo hacia nosotros; Rantaro y Ken fueron los primeros en abalanzarse sobre él y todos reímos.

 

-¿Como íbamos a perdernos la llegada del mejor blader del mundo, por cierto dónde está Free? -pregunto Rantaro sarcásticamente ganándose un grito de indignación de Valt. 

 

Este último saludo a todo muy feliz, su madre lo abrazó hasta casi asfixiarlo, Toko y Nika intentaron hacer lo mismo pero no pudieron y terminaron tumbándolo, Xander lo levantó sobre uno de sus brazos muy contento, Wakiya y Daigo le dijeron lo felices y orgullosos que estaban por el, eso si sin olvidarse de intercambiar unas palabras de rivales amistosos.

 

Cuando finalmente llegó mi turno de darle la bienvenida me acerque a él y me devolvió una amplia sonrisa que correspondí; antes de extender mis brazos para darle un abrazo acogedor el levanto su puño, me sorprendí bastante pero yo también levante el mío y ambos los chocamos levemente. 

 

Creí que iba a abrazarme.

 

Debe ser porque mi brazo aun no se recupera.

 

Días después poco había cambiado, el número de gente que aun seguía mirándome mal se había reducido considerablemente; Valt regreso a nuestras vidas y dedicaba mucho tiempo más que antes a entrenar, me recordaba a mi.

 

 

Aun estoy recuperándome y ahora que ya no tengo tiempo para entrenar me he dado cuenta de lo solo que estoy; mi casa estaba sola y estaba recostado en el sillón muy aburrido. Mire mi teléfono y guiándome por la curiosidad busque lo que tanto miedo me daba encontrar.

 

"Red Eye rompe a Valkyrie..."

 

Para mi sorpresa muchas páginas web y vídeos salían como resultado, sin saber cual escoger solo le di a un vídeo al azar donde con horror, presencié aquel momento que no yacía en mis memorias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa noche soñé con lluvia.

 

 

 

Una lluvia torrencial caía sobre todos lados en la ciudad, me refugie en casa pero poco a poco está se comenzó a inundar.

 

No había ventanas, no había escaleras para escapar y termine ahogándome.

 

 

La mañana siguiente recordé todo, los beys que rompí, la gente que lastime, las miradas decepcionadas de mis amigos y el rostro desilusionado de Valt. Ahora mis actos como Red Eye  podía cargarlos sobre mis hombros y me pesaban mucho más que cualquier cosa.

 

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Más lento de lo que debería de haber sido mi brazo por fin sanó, por fin podría combatir de nuevo con mis amigos, con Valt, por nada del mundo volvería a ser Red Eye. Eso era lo que quería.

 

 

 

En la azotea de la escuela Wakiya y Rantaro libran un combate mientras Daigo y yo mirábamos la estrategia que cada uno usaba. La puerta de la azotea se abrió y corriendo Valt llegó con nosotros muy feliz.

 

-¡Me iré de nuevo a España!

 

 

 

 

 

 

 

Podría jurar que mi corazón casi se detiene con esas palabras.

 

El equipo completo felicito a Valt pero yo ya no pude escuchar nada después de eso, sin que nadie se diera cuenta me fui de ahí.

 

 

Una vez más miré hacia atrás, el niño que solía saltar sobre mis huellas ya no estaba.

 

nunca iba a regresar.

 

 

 

Finalmente llegó el día en que Valt se iría, su propio destino lo llamaba y yo no tenía el derecho de pedirle que se quedara conmigo, solo pude desearle buen viaje y dejar que creciera por sí solo.

 

Decaído continúe con mi vida, el entrenamiento beyblade era lo único que me mantenía en pie, aun si ya no me interesaba ser el mejor del mundo.

 

-¡Oye Shu, nosotros ya nos vamos!, ¿vienes o qué? -grito Rantaro junto con Daigo.

 

-Me quedare otro rato más

 

-¡Está bien pero no te exijas de más! -Daigo se cubrió la boca sin dejar escapar una carcajada.

 

-De acuerdo mamá -conteste, solo escuche un "¡Oye!" a lo lejos y después la puerta cerrarse. Continúe practicando mi nueva maniobra cuando unos pequeños pasos y una voz me distrajo.

 

-¿E..Eres Shu Kurenai verdad? -un niño de cabello rubio y ojos rojos estaba cerca de mi.

 

-Si lo soy, ¿quién eres tú? -conteste lo más amable posible al pequeño.

 

-Fu..¡Fubuki! -contestó muy emocionado, sonreí un poco ante eso.

 

-¿Quieres jugar un rato conmigo? -se quedó pasmado un momento y sus ojos se iluminaron, me recordaba un poco a Valt y también me recordaba a mi.

 

-¡Si! -sacó su bey y su lanzador, jugamos durante un largo rato hasta el atardecer.

 

 

 

Durante el último lanzamiento que dio este niño realizó una maniobra impresionante para su edad, sin pensarlo mucho le hice una propuesta.

 

-¿Quieres unirte al club de bey y que te entrene?

 

Mire a Fubuki quien tenía toda la sorpresa plasmada en el rostro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Haber sido Red Eye era algo que aún pesaba en mis hombros, por eso haría lo que fuera para evitar que alguien mas pasara por lo mismo que yo pase.

 

 

 

Tal vez los grandes combates frente a un público que me animara ya no eran para mi, sin embargo eso no me impide que lleve a la cima a la próxima generación.

 

 

 

Trabajaría duro para así tal vez en el futuro redimirme un poco.

 

 

 

 

 

Con el mundo, con mis amigos y con Valt.

Notas finales:

Hice pocos cambios respecto a como Fubuki y Shu se conocen en Turbo, espero que les haya gustado. 

El proximo capitulo sera desde la perspectiva de Valt


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