Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pity Party [WooYu One - Shot] por erickkbaj

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Feliz cumpleaños a Yuto!!!

Pity Party.

“Es mi fiesta y lloro si quiero llorar

Lloraré hasta que las velas prendan fuego a este lugar

Lloraré hasta que mi fiesta de consolación arda en llamas”

—Melanie Martinez.

 

Yuto Adachi iba a cambiar el rumbo de las cosas, estaba decidido a hacerlo, nunca supo que era lo que había hecho como para ser el chico más ignorado de su clase, parecía que a nadie le agradaba o lo odiaran por ser japonés, nunca se avergonzó de su origen, pero a los demás niños les generaba un problema y simplemente no lo incluían en ningún juego y eso lo ponía triste, solo tenía tres años cuando sus padres se mudaron y ahora a los siete la historia podría mejorar o al menos eso esperaba.

 

—¿Crees que lleguen? —Yuto se subió a una silla en donde colgaba un letrero de “Feliz Cumpleaños, Yuto”

—Por supuesto, envié correctamente todas las invitaciones, puse mi corazón en cada letra cursiva, soy un niño grande. ¿Podrías ayudarme? —

—¿Un niño grande como tú necesita mi ayuda? —Al ser mucho más alto que el niño se puso de pie para ayudar a colgar los adornos.

—Gracias, WooSeokkie. —Yuto abrazó las largas piernas de su amigo. No recuerda haberlo conocido, él había estado siempre a su lado desde que tenía memoria.

 

Yuto subió y se dio una ducha rápida al acabar de adornar todo para su fiesta. Esperaba que todos los demás niños jugaran con él, esperaba ser cercano a HwiTaek, era un niño muy cool, todos lo amaban en clase, siempre sonreía y todos le hacían caso al igual que a HyungGu, aunque todo mundo le decía Kino, nunca entendió por qué. Kino era muy popular y era el favorito de todos, incluso de HwiTaek.

 

—¿Qué te ha llevado tanto tiempo? —WooSeok abrió la puerta de la habitación de Yuto, encontrándole en medio de un desorden, toda su ropa estaba dispersa, estaba indeciso. —Eres muy pequeño, no debes de estresarte tanto por tu apariencia. —

—Es una fiesta importante, quiero que todos me quieran… a los demás niños los quieren. —WooSeok asintió mientras se hincaba y elegía prendas al azar para ayudarle a vestir, una camisa blanca y un short negro, acomodando sus cabellos mientras le observaba, a Yuto parecía agradarle la combinación, como agradecimiento le dio un rápido beso en sus labios y bajó corriendo después de que el más alto le ató las agujetas de sus zapatos.

 

Había pasado cerca de dos horas después de la hora que había puesto en las invitaciones, jugaba con un globo mientras estaba en el sofá, perdía el tiempo jugando con uno que otro juguete que había sacado para jugar con los demás. ShinWon había mencionado que le agradaban las figuras de acción, al igual que HongSeok, tenía al menos cinco pensaba que necesitaría al menos unos tres más. Seguía observando a través de la ventana por si sus amigos llegaban, no los haría esperar.

 

—¿Podríamos encender las velas del pastel? —Pidió a WooSeok, este había permanecido en el sofá de a lado viéndolo, cuando escuchó su petición sacó un encendedor de su saco y encendió las velas del pastel. Yuto sonrió y agradeció, sentándose a esperar por más tiempo.

 

Las velas se apagaron una a una, se habían derretido por completo y el día parecía nunca acabar, se sentía mal, quería morir pero a la vez reír. Observaba las agujas del reloj y estas nunca avanzaban, solo WooSeok le indicaba las horas que habían pasado, ocho horas.

 

—¿Dónde están? Puse mi corazón en las invitaciones, tenía la esperanza de que estos juegos me harían cercano a ellos, yo solo quiero un amigo con quien jugar. —Dijo conteniendo sus lágrimas.

—Esta bien llorar a veces, Yuto. —El mencionado se abalanzó sobre el regazo de WooSeok, llorando con todas sus fuerzas contra su pecho hasta que su llanto se transforma en risas.

—Es mi fiesta y si quiero lloraré, lloraré todo lo que quiera. —Susurró limpiando sus lagrimales.

—Así es, es tu día. —Tomó sus manos con una de las suyas, dándole varios besos sobre sus nudillos, acariciando su mejilla con la restante, inclinándose para darle un beso en su frente.

—Quizá sea una broma, una cruel broma, quizá con un hechizo los haga venir. —WooSeok picó la punta de su nariz, besándole sus labios por un corto lapso de tiempo, poniéndose de pie.

—¿Quieres saber por qué nadie vino? —Yuto abrió demás sus ojos y se acercó a él.

—Sí, por favor, me he portado bien, he hecho todo solo y quiero saber… —

—Recuerda que yo estaré aquí. —Besó su frente y cubrió sus ojos para después hacerle ver la realidad.

 

La casa estaba en llamas, el calor era abrumador y él solo podía bajar la mirada a sus manos, soltó el cuchillo que tenía entre sus manos, cubierto con sangre. Sintió pánico así que miró a sus alrededores, lo primero que vio fue a HwiTaek con la garganta degollada tirado en medio de la sala a un lado de la mesa del pastel, quizo acercarse a ayudar, pero sus piernas no se movían y WooSeok le hizo caminar hacia otra parte viendo a  ShinWon con la cabeza cubierta por la base del sofá sosteniendo en su pequeña mano una de las figuras de acción de Yuto, a su lado Kino estaba cubierto por las llamas, en la puerta de salida atorada, intentó escapar cuando el fuego se extendió pero fue atrapado. Yuto quería huir sin embargo era WooSeok quien se lo impedía, mientras caminaba por la sala vio a JinHo tirado y sin vida. HongSeok había forcejeado con él pero Yuto lo había empujado contra la pared e hizo que su pecera cayera encima de su cabeza, YanAn había intentado ayudarle pero simplemente lo apuñaló. HyoJong fue el único que había escapado al saltar por la ventana y así avisar a los bomberos sobre el incendio y lo que había pasado.

 

Veía como la escena pasaba dentro de su cabeza recordando el pasado. Yuto había sufrido de abuso de parte de todos los niños, lo encerraban en los baños, rompían sus tareas y a veces lo llegaban a golpear, cansado de todo planeó una fiesta para jugar con ellos y ser amigos, que dejaran de verlo como alguien raro y dieferente. Estaba desesperado porque todo acabara, todos pensaban que era una mala persona, pero en realidad todos lo señalaban como el responsable de sus propias malas acciones, él nunca hacía nada, estaba cansado y desesperado por ser aceptado.

 

Sus padres no estaban y los de los niños tampoco y por acto de magia — o de WooSeok —todos habían quedado encerrados, hasta que la hora de cortar el pastel llegó y HwiTaek le empujó contra el glaseado, HongSeok le siguió, pero aplicó demasiada fuerza e hizo sangrar a Yuto de la nariz. Eso fue lo que derramó la gota del vaso. WooSeok observaba la escena, encerrándolos a todos poniendo el seguro a las puertas e impidiendo que pudieran dejar la planta baja. WooSeok prendió fuego a los adornos del techo e hizo que la casa ardiera en llamas. Los gritos eran aterradores y desgarradores, uno a uno Yuto fue por ellos, entró en un trance de locura y sed de venganza. Cuando HongSeok parecía haberlo detenido WooSeok tiró la pecera encima, un pequeño empujón para ayudar a Yuto quien siguió con YanAn, atravesándole el estómago.

 

—Has que todo pare. —Yuto sollozaba y trataba de limpiar la sangre de sus manos, pero todas las escenas retumbaban y llegaban como rayos a su mente, se aferró a las piernas de WooSeok, suplicando que todo se detuviera.

—Recuerda que yo estoy aquí, Yuto. —Susurró, chasqueando sus dedos, desapareciendo todo a su alrededor.

—¿Qué sucede ahora? —WooSeok ya no estaba, veía a su alrededor y todo permanecía ahumado, cubierto de cenizas, viejo y amontonado, vio su reflejo en el espejo y no era él, era una persona grande, como de la edad de su amigo WooSeok pero no podía ser él.

—Eres tú, me agradas también en tu versión adulta. —Murmuró WooSeok detrás de él.

—Ya me cansé de pedirte que me digas lo que pasa. —Habló con un ligero mohín en sus labios.

—Es tu castigo, Yuto. Cada año estoy obligado a hacerte revivir el pecado que te llevó a permanecer conmigo por toda la eternidad. Asesinaste a siete niños a sangre fría, uno de ellos escapó, pero quedó con severos traumas de por vida, esta encerrado en un psiquiátrico, lleva casi quince años en ese lugar. —WooSeok se acercó más a él cuando Yuto dejó de verle por el reflejo del espejo y se giró a verlo.

—Pero yo no quise hacerlo. ¿Por qué pago por esto? —Estaba confundido.

—Porque yo quise que fuera así. —Amplió el contorno de sus ojos por el asombro.

—¿Por qué? ¿Qué eres tú? —

—En tu idioma no hay ninguna palabra que me defina, llámame demonio, parca o ángel de la muerte, es similar si lo piensas detenidamente. Pero me quedaré con el de ángel de la guarda. —Hablaba tomando sus mejillas con una sola mano, acariciando sus mejillas.

—Pero…—

—Soy tu ángel de la guarda idiota, me enamoré de ti, así de simple. Vi lo que te hacían, yo no puedo atentar directamente con la vida de las personas, pero te alenté de alguna manera a hacerlo, esa locura dormía dentro de ti y le di un empujón e hice que esos niños pagaran por lastimarte, tú te defendiste de todos ellos, no fue tu culpa o la mía, fue la de ellos, ellos se lo buscaron. —

—Pero estoy muerto. —

—Si, eso fue algo que no planee, todo esto te llevó a quitarte la vida cuando te diste cuenta de lo que habías hecho, es por eso que me tienes que acompañar por siempre. Eres demasiado buena persona que te arrepentiste de tu bello trance de locura. —Aspiró lentamente el aroma de sus cabellos, dándole un suave beso a sus labios.

—No me quedaré contigo, te odio por hacerme esto. —Le empujó con desagrado, mirándole inquisidor.

—¿Has pensado bien lo que ha pasado? —

—¿A qué te refieres? —Se estaba cansando de la soberbia de aquel ser.

—El aspecto que tendrías hoy en día es el que viste en el espejo. ¿Cuántos años crees que ha pasado? El pequeño HyoJong lleva quince años encerrado…¿Cómo crees que hago que cumplas tu condena con tal de que permanezcas a mi lado? — Yuto vio a su alrededor buscando a WooSeok, había desaparecido, pero aún así su voz se escuchaba.

—Eres un monstro. Aléjate de mí. —Forcejeó cuando lo atrapó entre sus brazos.

—Ya me acostumbré, es lo mismo de cada año. —WooSeok tenía mayor poder que Yuto así que lo inmovilizó, lo sostuvo entre sus brazos y comenzó a introducir sus dedos dentro de su cráneo, borrando todas las palabras que recién le había dicho.

 

Yuto volvía a ser un niño, jugaba en la resbaladilla y en los columpios del parque más cercano, era donde los mejores recuerdos de Yuto se encontraban. Para él, solamente pasaban unos cuantos minutos, pero en realidad transcurría un año, WooSeok lo cuidaba de lejos, observándole todo ese tiempo, sonriendo mientras pensaba cuanto le amaba. El castigo de Yuto era revivir cada año las muertes que tomó con sus manos, sin poder descansar, sin poder ir al infierno o al cielo, encerrado en ese círculo sin fin. Y el castigo de WooSeok por enamorarse de Yuto es ser él su verdugo, ser quien le haga revivir su peor crimen, verlo sufrir y romperse cada año. Cada vez le dolía y siempre se sentiría culpable pero no importaba porque al menos siempre podría estar cerca de él, al menos siempre lo vería, y aunque siempre le dijera que lo odiara él podría amarlo sin barreras. Lo ama con locura. Su reloj de bolsillo hizo sonar su alarma, el tiempo había pasado y ahora tenía que preparar la fiesta de cumpleaños de Yuto.

 

—¿Crees que vengan a mi fiesta? —Murmuró el pequeño Yuto sosteniendo la mano de WooSeok caminando de regreso a su hogar.

—Por supuesto, no pueden negarse. —Dijo con cierta sombría en su tono, pero al niño le parecía divertido.

—Bueno, no importa, mientras te quedes a mi lado. —El más alto sonrió y lo cargó entre sus brazos.

—Nunca me iré de tu lado, Yuto, nunca. —Besó su mejilla, acariciándola con la punta de su nariz haciendo sonreír al infante.

—Te quiero mucho, WooSeok. —Susurró, tomando sus mejillas con sus manos pequeñas, besándole en sus labios.

 

Por un lapso de tiempo Yuto tomó su forma adulta, siendo entrelazado por los brazos de WooSeok haciendo de aquel beso más intenso, deslizando sus manos debajo de su ropa, sintiendo su cuerpo arder, hasta que sintió la falta de aire y sus ojos se abrieron de golpe, estaba sentado en el sofá de la casa de Yuto, quién intentaba poner el letrero de Feliz Cumpleaños en la pared, WooSeok pasó su mano por su rostro, poniéndose de pie para ayudar al infante.

 

—¿Un niño grande como tú necesita mi ayuda? —Había olvidado que él también era castigado, dolía no poder tener más de aquel hombre, dolía no poder ser más cercano a él y amarlo sin barreras, pero al menos podía verlo por toda la eternidad y eso era lo que importaba, con eso estaba conforme porque en el fondo de la locura de Yuto sabía que lo amaba a su manera, era feliz creyéndolo de esa forma.

Notas finales:

Gracias por leer 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).