Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Shout Love por Sigyn

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sé que no hay excusa para mi desaparición ANUAL, pero intentaré volver con el antiguo Fanfic Ragnarok y con este (nuevo proyecto) :D

 

Tenía un montón de capítulos y nuevas historias y toda esa mierda se borró, así que ioro en soledad. Tenía una historia terminada y todo. Que luego reescribiré y subiré.

 

Intentaré ser constante y actualizar cada vez que pueda (más a menudo plz!!) En fin, disfruten del nuevo proyecto

  Las pisadas resonaban en el marmoleado piso del castillo de Jotunheim, por el largo pasillo la seda color esmeralda se enredaba en las finas y pálidas piernas del príncipe heredero. Con un firme empujón abrió las puertas talladas de hierro que cerraban el acceso a la cálida sala de estar.

—¡Madre, el príncipe de Asgard está aquí! —Exclamó el moreno.

  Una profunda mirada de color escarlata se clavó en el individuo que estaba parado y agitado en la entrada. Con una cálida sonrisa Laufey la reina de Jotunheim asintió y se dispuso a levantarse del cómodo sillón donde se encontraba leyendo.

—Loki, veo que aún no te atreves a mostrarle tu forma de Jotun a Thor— Comentó con una sonrisa mientras se acercaba a su hijo. —De igual forma —posó una azulada mano sobre la sonrosada mejilla —estoy orgullosa de tu transformación.

  Con un as de magia, toda la piel azulada paso a ser tan pálida como la nieve que cubría el reino. El oscuro y sedoso cabello trenzado y cubierto de joyas caía por la larga espalada y acababa en la curvada cintura de la reina de los Jotun. Loki miraba asombrado con la facilidad en que su madre se transformaba, abriendo paso a una hermosa mujer de ojos grisáceos y largas pestañas. Tan alta y delgada que era conocida como Fey.

  Laufey era una reina hermosa, tanto es su forma de Jotun como en las otras que adaptaba. Pero la belleza no era lo único que gozaba; también poseía una inteligencia envidiable, cosa que la convertía en una estratega habilidosa y con una naturaleza mágica que la hacia la mejor aliada o la peor enemiga.

  La reina de los Jotun toma el poder absoluto de Jotunheim al momento que su esposo y rey muere en la guerra entre los reinos, a manos del hijo mayor de Odín, Balder. Destrozada por la muerte de su amado, teme por la vida de sus hijos y se dispone a buscarle solución a una guerra que lleva centurias. Coronada y presentada ante la corte de los nueve reinos como la única y legitima reina de Jotunheim, se dispone a lograr su cometido.

  Fey, como comenzó a ser llamada por los nueve reinos por su delgada figura, pero extrema belleza, encantó a todos los reyes con su notable inteligencia y habilidosa lengua, consiguiendo aliados en varios reinos. Lideró campañas y ganó batallas peleándolas con sabiduría, cosa que hizo ganarse el honor y reconocimiento de todos. Captando la mirada de muchos, inclusive del mismísimo Odín.

  Con paso lento, bajó las largas escaleras que daban hacia la entrada del castillo. La seda escarlata que cubría su cuerpo, hacia resaltar lo pálida de la piel y lo oscuro que era su cabello.

  Thor tragó fuertemente cuando la pesada, pero hermosa mirada se posó sobre él. Los grisáceos ojos le sonrieron y una cálida sonrisa se posó en la carnosa y roja boca de la reina. Siempre que la miraba, entendía por qué su padre estaba tan loco por ella.

—Mi reina– Thor hizo una reverencia cuando tuvo a Fey delante de sí.

—Thor —Saludo con un agraciado movimiento de cabeza—¿Qué te trae por las frías tierras de Jotunheim?

—Mi padre, el rey de Asgard, le envía un presente—Thor movió la capa gruesa que lo cubrían y de un bolso pequeño de cuero, extrajo una caja tallada con runas. —Yo mismo me ofrecí a entregarlo, es algo valioso para la familia real— Con sutileza colocó el pequeño cofre en las pálidas manos.

—No debieron—Con un carmín adornándole las mejillas, acarició la caja de sándalo, con los finos dedos dibujaba el perfecto tallado que había en ella y con delicadeza posó su mano en la cerradura y, con un suave giro de la llave, la abrió.

  Escondida entre capas de lino azul se encontraba un hermoso collar de oro y urú, con pequeñas incrustaciones de esmeraldas y rubíes. Éstas tejían una hermosa forma que caía por el cuello y terminaba en pequeñas gotas de diamantes. Fey sonrió al ver la belleza de la prenda que le estaba regalando el rey de Asgard.

—Ha sido de la familia durante generaciones, Padre de Todo espera que aceptes su invitación de visitar nuestro reino —Dijo Thor mientras observaba los maravillados ojos de la reina.

—Encantada iría.

—¿Entonces cuento con esa respuesta? —Thor levantó la mirada y en lo más alto de las escaleras se encontraba el príncipe heredero de los Jotun, Loki.

  Si su madre era todo un espectáculo de persona, Loki no podía ser menos. En su forma de Aesir, poseía una pálida piel como la nieve que caía a las afuera del castillo, con el cabello tan negro como el azabache, trenzado de la misma forma que el de su madre. Con ojos tan verdes como los campos de Asgard en plena primavera. Loki era tan hermoso, tan agraciado, tan único. El príncipe de Jotunheim había heredado todo de su madre: gracia, inteligencia, belleza, habilidad y magia. Era la viva imagen de su madre, pero en el sexo opuesto.

  Con tan solo 16 años, Loki era cortejado por muchos y envidiado por otros. Pero un aspecto tenía el príncipe heredero que a Thor lo volvía loco: era esa inocencia tan viva que se reflejaba en sus ojos, esa timidez que causaba ternura hasta en los más insensibles.

  Loki había sido criado con el fin de no ser corrompido, que la sangre de la guerra que manchaba las almas de aquellos que iban, nunca lo tocara. Que Hela no lo pudiese ni oler y siempre estuviese protegido. Su madre y su hermano Býleistr se habían esmerado en lo largo de su educación. Loki solo poseía 4 años cuando su padre y rey murió, el odio y el dolor invadió el reino y los corazones del mismo, llenando el ambiente de rencor. Býleistr, su hermano mayor, tuvo sed de venganza por lo que había ocurrido, renunciando a la corona y alistándose al ejército; dejando a Loki como único heredero.

  Laufey comenzó a cuidar del príncipe, con miedo que no tomara los mismos pasos que su hermano, lo lleno de fantasías, historias a medias y muchísimo amor. Býleistr había cambiado desde la muerte de su amado, se había vuelto frio y rebelde, pero también se había vuelto un guerrero reconocido, vencedor de muchísimas guerras y líder del ejército. Su corazón ya se había marchitado y en sus ojos la sangre se reflejaba, solo buscaba vengar a su padre, y únicamente lo lograría con la cabeza de Balder entre sus manos.

  Fey temía que Loki también se volviese una máquina de matar, quería que fuese más sensato, más inteligente, más calculador, menos impulsivo, pero lo que más deseaba era su felicidad, no quería que su corazón se marchitara como le paso a Býleistr, como le había pasado a ella. Por eso con esmero y dedicación su hermano mayor y su madre cuidaban al poseedor de ojos verdes, para que no marchitara.

 Thor admiraba aquello; como le fuese gustado haber tenido esa suerte. A comparación de Loki, el príncipe de Asgard con 13 años acudió por primera vez a la guerra, matando con sus propias manos a soldados de Jotunheim. Con Balder de líder y su padre observando su valentía, empuño su espada y salió a la guerra a temprana edad. Bañado de sangre acabó con sus enemigos como su padre y hermano quería. La inocencia la había perdido luego de probar el espeso carmín. Años después hasta ahora sigue acudiendo a las campañas de su hermano.

  Pero siempre que observaba al de ojos verdes, la paz lo invadía y la esperanza también. No sentía que el mundo estaba perdido en venganza y odio, que aún existen criaturas puras e inocentes.

  Thor sonrió, verlo siempre era placentero y mucho más cuando las pálidas mejillas se teñían de carmín ante su sonrisa. Loki se cubrió el rostro y bajo las escaleras cuidadosamente.

—Madre—susurro muy cerca de ellos.

—Oh Loki, llegas justo a tiempo—Fey le sonrió a su hijo— Necesito que acomodes al príncipe Thor en una de las habitaciones de invitados, necesito escribirle una carta a Odín por tan maravilloso regalo.

  Loki abrió los ojos con sorpresa y emoción, observando rápidamente la cara confundida del príncipe de Asgard.

—Mi reina, no es necesario—se disculpó Thor.

—No podrás volver con la tormenta que hay afuera, además déjame invitarte a cenar como agradecimiento —Laufey le dirigió una tierna mirada imposible de negarse.

—De acuerdo.

  Thor le sonrió al pequeño par de ojos curiosos que lo miraban fijamente, logrando el efecto que siempre causaba, un carmín intenso.

—Entonces, con su permiso —Fey tomó firmemente la caja—Me retiro, nos vemos a la cena.

  Con un agraciado movimiento y a paso lento, se dirigió hacia sus aposentos. En silencio Thor y Loki observaban como se retiraba la reina. Cuando ya su figura no era visible, el príncipe de Asgard se animó a hablar.

—Y dime, ¿Dónde se encuentra mi habitación? —pregunto divertido.

—Por aquí, sígueme —Dijo firmemente el ojiverde.

  Loki comenzó a caminar delante del príncipe de Asgard, con el corazón acelerado; uno de los muchos efectos que le provocaba aquel rubio que le seguía. Desde que Thor entró en su vida, comenzó a sentir cosas que nunca antes había sentido: cosquilleos en el estómago, muchos nervios y una increíble necesidad de verlo. Le encantaba ver sus ojos azules y su rubio cabello; su tostada piel y sus increíbles músculos. El carmín lo invadió ante ese pensamiento. Thor era tan varonil y olía tan bien, era tan diferente a lo que estaba acostumbrado. Todos en Jotunheim eran azules y sin vida, en cambio el heredero de Asgard era un rayo de sol, con una hermosa sonrisa y un agradable humor.

  Thor siempre que los visitaba, le hacia reír con tonterías y se comportaba como todo un príncipe, también le contaba cosas maravillosas de otros reinos, de sus aventuras y sus viajes. Thor siempre tenía historias increíbles y reales.

  Él, que nunca había salido del reino de Jotunheim, que vivía rodeado del frio y la monotonía, Thor era un rayito de sol, un momento de diversión. A pesar que comenzaron con mal pie, puesto que, el príncipe de Asgard cuando lo conoció era muy altivo y receloso; lo odiaba y no sabía la razón del porqué. Peleaban a menudo, hasta que un día se armó de valor y lo enfrentó y con una breve, pero fructífera conversación, decidieron comenzar desde cero y forjar la amistad que ahora tenían.

  Una amistad que con el tiempo se fue convirtiendo en extrañas sensaciones y emociones.

—¿Vendrás con tu madre a conocer Asgard? —Pregunto Thor perdido en el movimiento del cabello azabache.

—Si ella así lo desea, iré— dijo controlando sus emociones.

—Todas las veces que ella ha ido, nunca la acompañas —Observó el largo pasillo cubierto de cuadros. —¿Por qué?

—Aún no me encontraba listo para enfrentar a los Asgardianos.

  Thor levanto una ceja.

—No entiendo.

—No lo entenderías, aún si te lo explicara —Loki paró en seco y abrió la puerta de la habitación.

—Debo agradecerte el halago. —Comentó con sarcasmo Thor, pasando a la habitación y la observándola con cuidado.

  Realmente era una habitación para aquellos que no eran gigantes de hielo. Con una gran chimenea y una amplia cama, adornado todo con tonos azules que hacían juego con el paisaje grisáceo de la ventana.

—De verdad quiero ir a Asgard, quiero conocer la ciudad de todas tus increíbles historias —Dijo con una pizca de emoción en su voz, mientras encendía la chimenea para dar calidez a la fría habitación.

—Y yo quiero enseñarte todas las cosas que allí hay —Con un ágil movimiento tomo la mano del moreno —Las flores, los campos, los animales y toda la comida deliciosa que allí hay— Thor sonrió al ver las mejillas sonrojadas y los ojos fijos en los suyos.

—Intentaré convencer a mi madre— bajo la mirada apenado— pero no prometo nada.

  Thor con su mano libre tomó la barbilla del moreno y con delicadeza levanto su cabeza. Observo los labios finos y rojos del moreno y con delicadeza los beso.

  Loki se volvió gelatina, como amaba y odiaba aquella sensación que el rubio le hacía sentir cada vez que le daba esa pequeña y sutil caricia o lo abrazaba con aquellos enormes brazos. La primera vez que el rubio lo besó, fue con la barata excusa que así se saludaba en Asgard. Que era típico entre los jóvenes, él nunca lo entendió bien hasta que su madre no se lo explico.

  Pero aun sabiendo la verdad detrás de la acción, Loki nunca puso quejas de los pequeños besos que el rubio le daba, puesto que, se sentían tan bien y le hacían tan feliz que nunca pudo oponerse o decirle la verdad.

  El contacto acabó con unos breves segundos y Thor observo por largo tiempo las esmeraldas que lo miraban con aquel brillo característico que tanto amaba.

—Thor, me tengo que ir —Loki hizo un ademan de zafarse— Debo de alistarme para la cena.

  Con pesar el rubio soltó al moreno deteniendo todo contacto físico con el príncipe de Jotunheim.

—Tú también debes alistarte —Dijo Loki agregando más leña a la chimenea.

  Thor se quitó la capa de piel que cubría todo su cuerpo del frio, dejando a la vista sus fuertes y musculosos brazos. A Loki le invadieron los colores al ver aquello tan expuesto, su corazón comenzó a latir y un cosquilleo le recorrió el cuerpo.

—Me retiraré —Dijo Loki, intentando no atragantarse con las palabras.

  Thor sonrió pícaramente, y antes que Loki se marchara, tomó nuevamente su brazo y lo volvió a besar.

  Loki con un suave empujón lo alejó de él y rojo como una fresa, se retiró.

  Thor se rio suavemente y suspiró.

—Me traes loco —Dijo mientras se despojaba de su armadura y se sentaba frente al fuego. —Me traes loco Loki Laufeyson.

  Lo cierto era que desde el primer día que lo vio, no se podía creer que era un gigante de hielo. Era muy hermoso para serlo. Luego su padre le explico que era una forma que adaptaban, para mezclarse mejor.

  Durante años le había arrebatado las vidas a los Jotun, de diversas formas y maneras y jamás sintió lastima por ellos. Pero luego de observar a la hermosa criatura que era Loki, nunca volvió a ver a los gigantes como antes. Se preguntaba si uno de ellos podría ser Loki en su verdadera forma, o si eran amigos o cercanos a él. Loki era tan amable, tan inocente, tan hermoso, su pueblo era afortunado, el mismo que mataba sin compasión.

  Odiaba, odiaba todos los sentimientos que emergieron solo por ver su sonrisa, ya no se sentía valiente, ya ir a la guerra era un martirio. Puesto que siempre pensaba en él.

  Luego que su padre anunciara su matrimonio con la reina de Jotunheim como un pacto para unificar las dos naciones y se creara una pequeña tregua. Más seguido visitaba Jotunheim, más conocía su cultura, su gente y a su príncipe.

  Loki era tímido, solía ocultarse detrás de su madre y poco sonreía. Pero aun así era amado por todos. La reina lo protegía con recelo, las primeras veces no permitió que Odín o Thor se acercaran a él, como un tigre cuidando de su cachorro.

  Thor era seco y receloso, por todo lo que le hacía sentir solo con una mirada. Desde el primer momento que sus miradas se cruzaron, hizo a su corazón saltar y a su sangre hervir. Él con 20 años había yacido ya con varias mujeres, había probado los placeres carnales, pero jamás experimentado amor.

  Solo vasto una mirada, para amar al enemigo natural. Le costó mucho tiempo aceptar sus sentimientos, mientras éstos no hacían más que crecer y crecer cuando compartía con el moreno.

  La primera vez que lo besó fue por impulso. Estaba tan abstracto leyendo que no había notado de su presencia en el helado castillo, y un impulso arremetió en su corazón y bajo una excusa barata como un saludo, se robó el primer beso de Loki.

  Cada día estaban más cerca de la boda, y cada día el amor por Loki crecía. Pero su padre le dejo claro que él iba a ser su hermano, al notar los sentimientos que el rubio tenía por el moreno. Advertido que Loki solo sería un hermano más, y que no podía aspirar a algo más, deseó incontables veces haber sido él y Loki quienes unificaban los reinos con matrimonio.

—Que no daría para hacerte mío —Thor suspiro mientras observaba las llamas crepitar.

 

 

Notas finales:

Déjenme sus opiniones y sus cuchillos, apuñálenme (lo merezco)

 

Las amo, espero que hayan disfrutado. Amor!!! Gracias a Las que leen y a las que me apuñalan por verme aparecer luego de tanto tiempo :B

 

 

 

GRACIAS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).