Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo Que Me Une a Ti por nubelin4

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto no me pertenecen.

VIII.

 

 

 

 

 

—¡¿Cómo es posible que vayan a archivar el caso de Menma?!

 

El grito de Sasuke resonó por todo el salón de la casa Uzumaki. Allí se encontraba junto a Kurenai Yuhi, quien lo miraba apretando los labios para reprimir cualquier tipo de respuesta, al menos hasta que Sasuke respirara profundo y tratara de calmarse. Por otro lado, la pelirroja estaba sentada en uno de los sofás, con la mirada clavada en algún punto de la pared y jugando con los dedos de sus manos. 

 

—No resolveremos nada exaltándonos —respondió escuetamente la mujer de cabello negro y mirada dura. 

 

Sasuke hizo una mueca— Claro... mejor nos quedamos aquí tomando una taza de té y esperando a que el incompetente Kaufmann se apiade de nosotros.

 

—Señor Uchiha —dijo Kurenai con firmeza— Comprendo que todo esto es difícil, pero lo primero que debemos hacer es pensar con la cabeza fría y buscar una solución.

 

—Solución...—repitió él amargamente.

 

Había perdido la cuenta de todas las veces que tuvo que escuchar esa palabra durante casi veinte años—¿Sabe cuántas veces he escuchado esa palabra venir de gente como usted? O mejor aún, ¿sabe cuántas veces he tenido esta misma discusión? —Podía oír los latidos apresurados de su corazón y sentir el hormigueo en sus manos.

 

Karin desplegó su mirada hacia él, aparentemente saliendo del ensimismamiento en el que se encontraba. 

 

Lamentablemente, no era la primera vez que tenía que lidiar con la angustiante noticia de que la fiscalía quería detener la investigación del 26 de septiembre de 1961, la noche en la que había perdido a la persona que más amaba en la vida. El primer golpe vino años después de aquella noche. Tuvo que sacar fuerzas de donde no las tenía para revocar la decisión del juez y también recurrir a los contactos de su padre. El segundo cuatro años después del primero, y el tercero ocurrió en el verano del 74'. Siempre que aquello sucedía, los monstruos de los rincones más profundos de su mente lo arrastraban a un agujero profundo del cual, a veces, creía nunca poder escapar. En su cabeza estos iban y venían, pero siempre estaban ahí, acechándolo para saltar sobre él en los momentos donde se sentía más vulnerable.

 

A la fecha, aquella sería la cuarta vez que se querría aplicar un sobreseimiento al caso. Las razones que le daban siempre eran las mismas; poca información acerca de un posible sospechoso e insuficiencia de pruebas que permitieran avanzar. En resumen, todos los funcionarios que en algún momento fueron parte de la investigación, no habían hecho más que ir en círculos porque no existían las pistas que se necesitaban.

 

Los nudillos de la abogada se tornaron blancos mientras apretaba con fuerza la carpeta negra que sostenía en sus manos— Entiendo que esté molesto, y no es para menos. Sé que usted y la señorita Uzumaki han tenido que soportar muchas cosas durante este tiempo. Pero lo primero que debe tener en claro es que yo no soy su enemiga aquí —dijo ella sin despegar sus penetrantes ojos de la figura de Sasuke, que caminaba de un lado a otro por la habitación— Estoy acá para ayudarlos.

 

Sasuke le lanzó una mirada mordaz— Tampoco nos está haciendo un favor.

 

—Es exactamente por eso que haré todo lo que esté a mi alcance para hacer bien mi trabajo, pero debemos dejar de perder el tiempo peleando entre nosotros y en cambio, seguir todos en la misma línea.

 

—¿Qué planea hacer? —preguntó Karin, quién había estado inquietantemente callada desde que Sasuke llegó. Su voz salió un poco rasposa y el pelinegro nunca la había visto lucir más exhausta.

 

La mujer se sentó junto al sillón en el que estaba Karin y comenzó a hojear los papeles dentro de la carpeta— En primer lugar, pediré un informe completo de todos los antecedentes que se han logrado reunir y sobre cuánto ha avanzado la investigación desde que tomé este caso. En segundo lugar, y mediante una carta escrita, voy a solicitar el cambio de fiscal.

 

Sasuke se detuvo para mirarla—¿Cree que podrá quitarle el caso a Kaufmann?

 

—Si demuestro que su trabajo ha sido ineficaz, entonces no veo por qué no.

 

Él lo pensó durante un momento. Nunca le había gustado cómo Kaufmann manejaba el caso de Menma. Era un hombre bastante avanzado de edad, baja estatura y con una cara que delataba constantemente su disgusto por estar en la fiscalía, en el juzgado o en cualquier otro sitio donde pudieras encontrarlo. Fue asignado al caso de Menma después de que el antiguo fiscal a cargo fuese nombrado juez.

 

Sasuke y el fiscal Kaufmann tenían una relación desagradable. Fue así desde el momento en que se lo presentaron, cuando tras leer el informe que detallaba todas las dificultades que les impedía reconocer a un potencial sospechoso, Kaufmann le dijo a Sasuke con una sonrisa burlesca que lo más probable era que todos se quedarían con las ganas de conocer al asesino de Menma. Nunca supo si aquello lo había dicho en broma, pero aunque así fuera, nada haría olvidar a Sasuke la nauseabunda sensación que aquel comentario provocó en su estómago.

 

Desde entonces, el único aporte de Kaufmann en el caso de Menma fueron las escasas citaciones a la fiscalía para reportar el prácticamente nulo avance en las investigaciones, además de las sutiles indirectas sobre como Kurenai debería estar ocupándose de los quehaceres del hogar en vez de estar jugando a perseguir el crimen en la ciudad.

 

—O sea tres años más a la basura —dijo Sasuke con amargura— ¿Al menos si se cambia de fiscal, tendremos la certeza de que no habrá sobreseimiento?

 

—Esa es una posibilidad.

 

Sasuke guardó silencio por unos segundos. Si arrojar tres años a la basura significaba que se seguiría indagando en el caso, bueno, era un sacrificio que estaba dispuesto a aceptar— De acuerdo.

 

—Entonces asumo que cuento con la autorización de ambos —dijo Kurenai mirando a Sasuke y Karin. Ellos asintieron— Perfecto.

 

Ella cerró su carpeta y se puso de pie.

 

—¿Cuándo tendríamos novedades suyas? —preguntó Karin con un tono de voz plano. Sasuke la miró preocupado, ella sólo usaba ese tono cuando había una bomba de emociones en su interior que en cualquier momento detonaría.

 

—Sólo un par de días. No dejaré que se desperdicie más tiempo —respondió la otra mujer tomando su bolso y ajustándolo a su hombro.

 

Karin se levantó también— Permítame acompañarla hasta la puerta.

 

Kurenai estrechó la mano de Sasuke y depositó dos besos en las mejillas de la pelirroja antes de marcharse.

 

Él se quedó pensando en la reciente conversación con la abogada. Pese a cuán segura ella sonaba con sus palabras, la desconfianza aún germinaba en el pecho de Sasuke. Deseaba con toda su alma creerle, confiar en su experiencia y abrigarse en la esperanza. Pero la angustia era más fuerte, oprimía su pecho, se colaba en sus pensamientos y proyectaba una visión demasiado pesimista del futuro.

 

Podía recordar a cada abogado que al igual que Kurenai, contaba con un destacado historial en la resolución de casos muy similares al de Menma. Todos ellos al principio le aseguraron que tarde o temprano encontrarían al culpable, que debía ser paciente, que debía tener esperanzas, todo para que al final ellos terminaran entregando su renuncia con una mirada avergonzada o sino para que Sasuke, ahogado en la frustración, terminara despidiéndolos. Y aunque Kurenai no cumplía siquiera un año trabajando en el caso, honestamente, no tenía idea de qué esperar de ella, o si incluso debería esperar algo.

 

De pronto sus pensamientos se disolvieron cuando oyó un sollozo. Cuando volteó la cabeza, vio a Karin de espaldas a él, con una mano apoyada sobre la puerta y con la otra cubriendo su boca en un intento de ahogar su llanto. La garganta de Sasuke se contrajo, y por unos instantes se limitó a quedarse de pie allí, solamente observándola porque no sabía qué hacer. Él nunca había sido bueno con las palabras, y rehuía a salir con la frase de "No llores, todo estará bien" cuando ni él mismo tenía la certeza de si las cosas mejorarían.

 

Tragó la tristeza que comenzaba a treparle por la garganta, se acercó a ella y gentilmente la tomó de un brazo para guiarla hacia el sofá. Karin se sentó mientras él se arrodillaba frente a ella, cubriendo sus manos con las suyas.

 

—No lo entiendo —dijo ella con la voz temblorosa— ¿Por qué todo tiene que ser de esta manera? Estoy... cansada de despertarme recordando sus ojos, su sonrisa, para después irme a dormir pensando que la bestia que lo mató sigue allá afuera, después de tanto, tanto tiempo —Su rostro estaba ligeramente enrojecido y las lágrimas no paraban de caer por sus mejillas— Estoy cansada de pedir ayuda, de ver cómo el tiempo pasa y nadie paga por el crimen de mi hermano. No sé cuánto tiempo más podré seguir aguantando.

 

—Lo sé, Karin —contestó Sasuke acunando sus manos— Sé exactamente cómo te sientes.

 

Por Dios que la entendía. Ambos fueron los más golpeados por su muerte, y puesto que Gaara para aquel entonces aún era demasiado pequeño para dimensionar lo ocurrido, durante el duelo sólo se habían tenido el uno al otro. Luego Sasuke comenzó a enfocarse cada vez más en su trabajo y en su nueva familia, mientras que Karin se volcó por completo en la crianza y educación de su hermano menor, además de supervisar que todo marchara en orden en el restaurante de ramen, el cual siguió funcionando pese a la inesperada muerte de su dueño.

 

Sasuke también estaba cansado. Estaba cansado de convencerse a sí mismo de que tarde o temprano obtendría las respuestas que buscaba, y si bien nada de lo que fuera a ocurrir en adelante iba a devolverle a Menma, su único consuelo sería tener al culpable pagando por lo que hizo.

 

El sonido de la puerta abriéndose hizo que Karin dejara de llorar abruptamente. Sasuke se colocó de pie para que ella pudiera levantarse.

 

La alargada y esbelta figura de Gaara entró a la habitación. De su brazo derecho colgaba un largo abrigo de cachemir, y a su lado estaba la pequeña figura de la señora Chiyo.

 

—Hola, Sasuke —Por un momento, las cejas de Gaara se arquearon ante la sorpresa de verlo allí, pero luego le dio una pequeña sonrisa. En cuanto notó a Karin de espaldas a ellos, pasando sus manos sobre su rostro, su sonrisa fue desapareciendo— ¿Está todo bien, Karin?

 

—¡Sí! —dijo ella con excesiva alegría volteando a verlo, pese a que su maquillaje arruinado y la hinchazón bajo sus ojos decían lo contrario— ¿Cómo les fue con el señor Mizuno, te compró más cosas?

 

Gaara se dedicaba a la escultura de cosas hechas a partir de arena. Tenía un verdadero talento para ello, y a medida que fue perfeccionando su técnica, comenzó a recibir ofertas de compra de otras personas de la ciudad aficionadas al arte. Incluso Sasuke había comprado un par de objetos que exhibía orgullosamente en el salón principal de su casa.

 

—De camino aquí vimos a Kurenai, ¿qué pasó? ¿Pasó algo malo con el caso de Menma? —preguntó preocupado.

 

Karin se apresuró a contestar— Por supuesto que no. Está todo absolutamente en orden.

 

—Pero...—Ella lo interrumpió.

 

—Santo cielo, señora Chiyo, estoy muerta de hambre, ¿qué tal si nos haces algo de cenar?

 

Ella pareció captar la intención en las palabras de Karin, así que tomó al pelirrojo del brazo— Irás a cambiarte mientras yo preparo la cena... ya oíste a tu hermana, ¡vamos, andando!

 

Gaara buscó alguna respuesta en la mirada de Sasuke, pero éste lo evadió para recoger su abrigo y anunciar que ya era hora de que se marchara. El cielo negro y la brisa helada colándose por una ventaba entreabierta le indicó que su visita se había prolongado más de lo esperado. Se despidió de los tres y fue hasta la puerta, mientras la señora Chiyo casi arrastraba a Gaara del brazo y Karin lo empujaba por detrás.

Notas finales:

Gracias por leer, espero tener pronto la siguiente parte n-n

**Ya estaba puesto en las advertencias, pero olvidé mencionar que este fic contiene embarazo masculino (no necesariamente en la pareja principal).**


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).