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Ever dream por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Este es un fanfic de la animacion de Netflix de Castlevania; es todo lo que vi, es todo lo que conozco. Jamas en los dias de mi vida he jugado un videojuego. Se muy superficialmente de que van los juegos de Castlevania, por lo tanto, el fanfic no tiene nada que ver con ellos, es unicamente inspirado por la animacion de Netflix.

Es un fanfic yaoi/slash que se situa dentro del universo de la animacion, o, como diriamos en mis tiempos, es canon. No hay ni habra AU, Belmont no va a ser maestro de matematicas ni Alucard a sacar el movil y postear su estado en insta, nada de eso.

Habra mpreg porque... ya lo veran ;)  (no podemos dejar que Trevor sea el ultimo de la casa Belmont, verdad? )

Es mi intension hacer un fanfic largo, sin embargo, como mi vida tiene tantos problemas como un libro de algebra, estos seran espaciados (tal vez mucho :'v )

Dicho lo cual, ojala sea de su agrado. No hay mucho de esto, el Trevorcard, por lo que si alguien sabe de fics, arts, etc, sea generoso y paseme link en los comentarios, va?

Gracias!

Notas del capitulo:

Ever felt away with me 
Just once that all I need 
Entwined in finding you one day

Trevorcard 1

 

-Oye, ¿estas segura que es indispensable para la misión? – se acerco a preguntarle a Sypha cuando el se alejo un poco, mirandolo con recelo.

-Por supuesto que si. Vamos, ¿que tienes que objetarle?

Miro al pelicastaño rascarse la parte con barba del cuello, como los perros, usando la parte externa de las uñas, yendo de adelante atras.

-¿Alfabeticamente o como…  - sus ojos dorados no podían apartarse, y al notar la mirada, Belmont tambien lo miro, con aquella manera característica suya, intensa, pero pretendiendo con el resto del gesto que no le importaba.

Sypha le dio un codazo en las costillas y el se doblo; la entusiasta joven habia acertado a darle en el lugar del corte mas profundo que le hizo ese bastardo, y aunque su piel se habia cerrado, por dentro la herida no estaba totalmente curada.

Sus labios se curvaron en una sonrisa amplia.

-¿Qué? – grito casi - ¿Pega fuerte la nena?

Siseo y rechino los dientes, enfocando los hombros en su dirección. No sabia que tenia ese bastardo que lo irritaba, le robaba la calma.

Sypha, al sentirse ofendida, le propino un fuerte puntapié en la espinilla.

-¡Pero que… - alzo la pierna lastimada en reflejo.

-¿Qué, pega duro la nena? – le reto ella, arrojándole el mas pesado de los fardos para el camino.

-Eres una bruja mala. – le espeto el - ¿Por qué tengo que cargar yo esto?

-Porque eres el bruto mas grande y pesado, y el que mas come. – le espeto Alucard, sorprendiéndose a mi mismo con su osadia y mala educación.

Pero antes de que pudiera reflexionar si era reflejo al comportamiento de la oradora lo que lo hacia comportarse asi, Belmont continuo, señalándolo a Sypha.

-¿Qué? ¿Ese nos va a comer en el camino?

-Para una caminata de pocos días, un vampiro no necesita alimentarse, ignorante.

-De pocas noches, en todo caso.

-Cada vez que abres la boca es para demostrar tu ignorancia. – se hecho el cabello atras con suficiencia, satisfecho de tener su atención - Un medio vampiro puede andar bajo los dos astros.

-¿En serio? – pregunto la oradora, con cara de confusión total.

-Si.

-¿Entonces porque esperamos hasta ahora? – continuo la chica, llevándose de vuelta la paleta de caramelo a la boca.

-Yo crei que ustedes preferían viajar de noche. – respondio Alucard.

-¡Ay, no es cierto! – se quejo Trevor, cogiendo un fardo mas – Se supone que vamos a derrotar a Dracula y no podemos ni hacer un plan de viaje decente.

-¡No es mi culpa que…

Belmont invadio su espacio personal, dejándolo sin aliento. Llevo su descarado dedo a sus labios y lo poso apenas sobre ellos.

-Shhh. Dejen que el profesional se encarge. – retiro su dedo y se volteo rápidamente, dándole la vista de su escudo de armas en medio de su amplia espalda, de su cabello desordenado, mientras miraba de frente a Sypha y le decía – Partimos ahora porque si no voy a embriagarme en el pueblo y puede que se vaya el impulso de idiotez para siempre. Si el vampiro no arde, viajaremos de dia.

-¿Por qué?

Al pasar a su lado, le pico el hombro con su dedo estirado.

-Porque de noche abren las tabernas, ¿si?

-¡Acaso solo piensas en bebida! – se desespero ella.

-Basicamente. – contesto el, alejándose cada vez mas.

Sypha trotaba ya detrás de el, y el se habia quedado como congelado, todavía sintiendo el contacto de ese dedo en sus labios.

-Alucard, ¿no vienes? – se volteo a mirarlo la alegre chica.

-Claro que si. – dijo, turbándose intensamente, ofendido, supuso, por el confianzudo contacto de ese sucio dedo. ¡Si, que asco! Debia ser la repugnancia lo que lo habia paralizado. – Puedo caminar mucho mas rápido que ustedes, estaba dándoles ventaja. – dijo, sintiendo un especial placer en adelantar a Belmont, en demostrarle su superioridad.

-Uy, pues buena suerte. – le dijo con tono cansino desde la distancia, atras – Seguramente sabes mejor que yo donde esta mi casa.

 

***

 

Durante los días siguientes pudo conocer mejor a sus compañeros de camino. Eran humanos muy diferentes a los que habia conocido, que se limitaban a los asustadizos de las cercanías del castillo, los bocadillos de los vasallos de su padre, y su madre.

Era curioso, pero, mientras trataba con estos humanos libres, menos humana le parecía su madre. Habia sabiduría en Sypha, pero en esta era mas accesible, a pesar de estar dispuestas ambas a compartirla con el que la pidiera.

Habia tambien algún tipo de conocimiento en Belmont, no era un bruto del monton, aunque se esmerara en parecerlo. Su conocimiento de la vida a la intemperie y de la aniquilación de monstruos no tenia parangon, aunque, claro, tenia poco de donde comparar.

A veces era sorpresivamente amable, como al no cazar a un animal hembra con cria. Y otras era un completo idiota, como ahora, yéndose derecho a la taberna sin atender a otros razonamientos.

Sypha llamaba mucho la atención, golpeando su espalda y colgándosele, tratando de detenerlo. Pero  no era una escena que impresionara a los parroquianos, debían estar acostumbrados a cosas asi, a mujeres tratando de sacar a sus hombres de la cantina.

Aquel pensamiento ensombrecio su ceño bajo la capucha. La curiosidad de saber que tipo de relación tenían aquellos dos era una que no habia podido satisfacer, y eso le molestaba. Tan pronto estaba seguro de que eran amantes como veía se comportaban como familia.

-Basta, Sypha. – le puso la mano en el hombro, con lo que la chica detuvo sus forcejeos.

-¡Vaya! Gracias por quitarme a esta alimaña de encima.

Alucard ni le hizo caso.

-Dejemos a este vicioso intoxicándose. Vayamos a pernoctar a un lugar decente, - añadió en voz alta – si es que hay alguno.

Miro en torno y un joven con cara de idiota alzo la mano y dijo:

-Mi tio Ben tiene un puerco.

Alucard sintió darle un tic en el ojo ante la imbecilidad que lo rodeaba.

-Siempre presume que es un puerco muy decente. – continuo el joven, como si todo el tiempo transcurrido entre las dos oraciones fuera el que necesito su cerebro para formular el pensamiento.

-¿Abra lugar para dormir con el puerco? – pregunto Sypha.

-¿Qué? – protesto Alucard.

-Aw, la princesa no quiere dormir con el puerco. – señalo Trevor con su tarro de cerveza en la mano.

-¡Que te den! – le espeto.

-Vamos, Al… - se detuvo a tiempo Sypha. – Tal vez el tio tenga un granero o algo.

-Si no hay nada mejor. – se resigno Alucard.   

Se dejo conducir por la mano de Sypha, quien preguntaba al tonto donde encontrar a su tio.

 

*

 

Era noche cerrada y aquel imbécil seguía emborrachándose. No podía sacárselo de la cabeza; podía echar a perder todo el plan. Si lo apresaban, mataban o algo, seria un grave contratiempo en su cometido. Dejo a Sypha bien abrigada sobre la paja y salio a la calle, aunque aquello era un eufemismo para la sucia vereda medio circundada de casas que lo separaba de la cantina, justo enfrente de la iglesia.

Se sorprendio al encontrar el sitio muy tranquilo, con Belmont y otros tres tipos ahí, por aparte. La inconfundible espalda de Belmont inclinada sobre la mesa.

Empujo con la cadera un banco para ponerse a su lado.

-Por favor… - fruncio la nariz al mover su cabeza para mirarle el rostro, beatifico rostro sonrojado y perdido de un vicioso – Apestas.

Reaccioando mas ágilmente de lo que suponía por su estado, Belmont lo apreso por la cintura, acercándolo a el, y lo único que pudo notar fue lo fácil que sus cuerpos encajaban juntos, antes de que le diera un beso.

-¡Estas loco!? – protesto Alucard, dándole un puñetazo – Borracho malviviente.

-Ay, eras tu… - dijo Trevor, sobándose la mejilla y mirandolo perdido – Es que me olio bonito.

-Será que no apesto a sudor y alcohol, como tu. – refunfuño – Vamonos.

-¡Hey! – dijo el tabernero – No iran a ningún lado sin pagar la cuenta.

Trevor saco unos dorados dracmas imperiales, y los hecho sobre la mesa.

-¿Con eso basta para pagar tu orin de caballo? Quedate con el cambio.

Con sus sentidos agudos, Alucard vio el grabado en el canto de la moneda. El grabado especial que su padre habia mandado hacer para el.

-¿De donde sacaste esas monedas? – encaro a Belmont, sujetándolo de las solapas.

-De tu cofre del tesoro. – le respondio con descaro, encajando el siguiente puñetazo con un leve – Auch.

-Ladron, además de…

-Oye, solo eran unas pocas monedas, no iban a servir a nadie ahí enterradas cuando todos muramos enfrentando a tu padre.

Sus palabras parecieron confirmar lo que los villanos que conspiraban.

Pero apenas salieron, unos demonios se toparon de frente con ellos.

-¡Señor! – exclamo el que tenia Alucard delante.

El que Trevor tenia delante solo gorgoteo sangre, al ser asesinado por este con un rápido movimiento de su espada corta. Al notarlo, el otro hecho sus alas delante para protegerse, derribándolos mientras alzaba el vuelo.

-¡Carajo! – se quejo Trevor, con un rictus en los dientes al sentir penetrar en su carne la daga desde la espalda.

De los conspiradores, uno mantenía la puerta abierta mientras el otro lo miraba furioso por haber fallado y el tercero trataba de lazar a Alucard con lazo bendito, pero afortunadamente el vampiro mantenía la mano en alto, evitando que aquello se pegara a su cuello, mirando con sus ojos bien brillantes y sus colmillos de fuera al traidor.

Con la espada, corto el lazo sin tocar ni un pelo siquiera de las ondas rubias, y luego, con el mismo movimiento, dio cuenta del atacante de Alucard y del suyo.

El que sujetaba la puerta temblaba y chillo al sentirse herido en la pierna. Un largo corte con el que no iria a ningún lado.

-¿Quién les pago por entregarlo?

-Iii! No lo se! – Trevor profundizo el corte - ¡Un vampiro!

La luz se hizo en la mente de Alucard. Le puso la mano sobre el brazo a Trevor y le dijo:

-Belmont, escapa.

Se referia al demonio que se alejaba por los aires.

-¡Carajo, nunca vamos a alcanzarlo! – despotrico - ¡Quiero encontrar a esa mierda ahí cuando regrese! – grito corriendo ya por la desierta calle.

Alucard lo agarro del brazo, pero considerando que quizá no fuera suficiente soporte para semejante bruto, lo agarro por la cintura, sin duda sobresaltándolo.

Con su colmillo brillando a la luz de la luna Alucard lo impulso, o se impulso, llevándolo consigo, hasta el campanario de la iglesia. Otro brinco y se posaron en la copa de un árbol.

El demonio volaba en dirección opuesta a la que iban, su figura se agrandaba a una velocidad prodigiosa.

-¿Crees poder alcanzarlo con el latigo? – lo reto el vampiro.

-Mientras tu no me sueltes. – sonrio, acabando en un gesto de dolor al ser cogido en el sitio mismo de la puñalada.

-¿Sangre? – se alarmo Alucard.

-No vayas a cenarme, jodido vampiro. – le dijo, restellando el latigo y alcanzando con este la pata del demonio, haciendolo estallar antes de estrellarlo contra el suelo.

Se posaron cerca de ahí.

-Solo eran dos, no estaban atacando el poblado. – declaro Alucard.

-Sospeche que no seria buena idea que tu o yo trataramos con la gente… suele ser decepcionante. – dijo, pateando un montoncito de tierra sobre el manchon requemado que realizo el demonio al explotar.

Estaban en el claro de un bosque, bastante lejos, aparentemente, del poblado.

-Retrocedimos como mil millas… - protesto Trevor – Y si podias hacer eso, ¿Por qué no lo hiciste antes, chupóptero de mierda?

-Soy un vampiro, no un vehiculo de transporte. – se hecho el pelo atras, muy digno.

Se veía muy hermoso a la luz de las estrellas. El alcohol de las cervezas no hacia sino debilitar sus defensas.

-Por lo que oi hablar a esos tipos, alguien trata de recuperarte. ¿Crees que sea tu padre?

-No lo se. Podria ser uno de sus generales, tambien.

-¿Dracula tiene generales? ¡Carajo!

-¿Pues que te imaginabas?

-No se. Un monstruo lo suficientemente atemorizante él solo.

Alucard sintió aquel monstruo. Por su padre y por su raza.

-Regresemos. – le volvió a poner la mano en la cintura.

-Auch.

-¿Estas bien? Dejame ver esa herida.

-¿Para que se te antoje? No gracias.

-¿Quieres dejar tus estúpidos prejuicios? Un vampiro puede contenerse, lo mismo que un humano. Ademas soy medico, mi madre me enseño.

-Genial, el vampiro es medico. – señalo Belmont a su acompañante imaginario, o ausente.

Le quito la chaqueta; los musculos perfectamente esculpidos lo estaban aun mas con la sangre que chorreaba en sus surcos. Habia llegado hasta los ¿faldones? Que usaba en el pantalón, pero sus mejillas seguían sonrojadas…

Miro mas detenidamente su rostro, aumentando el sonrojo, y al tocar su mejilla, provoco que se estremeciera.

-¿Quieres quedarte quieto? No voy a hacerte nada malo.

-Que lastima… - susurro este, mirandolo con un brillo muy especial.

-¿Qué?

-Que seria una lastima desperdiciar esa sangre, digo, ya esta afuera. Si prometes no pegarte ahí abajo y chuparme hasta dejarme seco, puedes lamerla.

-¿Y eso te parece divertido?

Alucard no se explicaba la sonrisa en el rostro del otro, ni el tono en que habia pronunciado las palabras. Supuso que serian cosas de borrachos.

-Vamos, sé que quieres hacerlo… lamerla toda.

Seguia con su estúpida sonrisa. Algo en el lo turbaba y eso le molestaba.

-¿Y si me intoxico con tu sangre?

-No creo que mi jugo vital vaya a hacerte daño si lo consumes asi. – le agarro la cabeza bruscamente y lo empujo para abajo.

-Eres un bruto – dijo, dejándose sin embargo de rodillas frente a Belmont, con la cara a la altura de su cadera – Si lo hago, es únicamente porque mi saliva es curativa.

-Es un monton de cosas mas.

-¿Quieres dejar de decir idioteces? Borracho impertinente. – dijo, apoyando su mano en el otro firme muslo de Belmont. Y entonces lo noto, que el muslo no era lo único firme.

Realzado por la sangre que pegaba la tela, delineando cada una de sus formas, estaba un miembro viril de considerable hermosura y firmeza. Aun en proporción con el hombre era grande, y no podía dejar de mirarlo.

-Puedes lamerla, si quieres.

-¿Qué? – se exalto pues justo habia imaginado pasar su lengua por ahí.

-Ya sabes.

Alucard se sonrojo mucho por la manera como era mirado por el otro. Situo su lengua en el borde del pantalón y chupo el tibio coagulo que se habia formado ahí. Luego sigio el camino que se marcaba por entre sus musculos, hacia arriba, hacia la herida. La acaricio con su lengua, haciendo gruñir a Belmont, metio su apéndice por entre su carne viva y acogedora.

Le clavo los colmillos, atento a su gesto, a si lo golpeaba, pero el otro solo apretó los puños y le dejo hacer. Succiono un poco mas de sangre por aquella herida, pasando su lengua una y otra vez por toda su longitud…

Sus sentidos estaban exarberados. No creía que fuera por el alcohol, aunque lo notaba, pero el sabor de Belmont era increíblemente adictivo. Notaba cada palpitación, cada aroma, cada fluido bullendo dentro de su ser, incluido el que se movia rápidamente por sus pelotas.

Llevo la mano ahí y las apretó, notando el jadeo del otro y esperando ahora si el golpe, pero nada paso, y el continuo sorbiendo un poco mas de su deliciosa sangre, masajeando esas bolas duras y llenas, hasta que un chorrito salio por la punta, sumándose a la sangre que mojaba los pantalones y liberando un olor intoxicante que despertó todos sus instintos, esos contra los que luchaba.

Hecho el rostro atras, jadeando, con el mentón todo sucio, al descubrirse con el impulso de querer comérselo todo.

-¡Carajo! – mascullo Belmont, arrojándolo al suelo y ahora si hechandosele encima para pegarle.

Y bien merecido lo tendría, pensó cerrando los ojos, por su comportamiento indebido.

Pero el enorme, apestoso y rasposo (ahora que sus barbas rozaban su cuello) sujeto solo se le hecho encima, manteniéndolo debajo mientras lamia y aspiraba muy cerca de su oreja, comienselo a besos con los ojos cerrados, mientras el mismo sentia su propio calor exarberarse, mientras volvia a notar lo bien que sus cuerpos encajaban juntos, la facilidad con que su erección se encontraba con la suya y la masajeaba, la frotaba con la propia en el contacto mas ardiente que habia experimentado jamas.

-B-Belmont. – gimoteo.

-Ay carajo… - susurro este, apretando sus muñecas (a que horas las habia atrapado) contra la tierra – ahora susurra mi nombre.

Se alzo sobre el; su imponente, musculoso pecho erguido, sus cabellos desordenados y la barba y el pelo que tenia en el pecho.

-Menos mal que los vampiros son igual de buenos que los humanos conteniendo sus impulsos. – se mofo, mirandolo.

-¿Qué?

Se inclino sobre el, haciendolo estremecer aun mas con su rostro tan cercano al propio. Lo ladeo, incapaz de soportarlo, al igual que con la sensual lamida que siguió.

-La gente no puede contener lo que es, Alucard: vampiros, humanos, da igual.

Sonrio, contento por ser catalogado como gente por el cazador.

-Y sin embargo, estas conteniéndote, ¿no es asi?

-Solo hasta que sepa si quieres que te parta el culo con mi verga.

Alucard se quedo estupefacto: era tan vulgar, era tan obvio… que como no lo habia visto antes.

La turbación, la molestia, la atención: deseaba a ese sujeto de esa manera especial.

-El que calla otorga. – insistió, con un embate sugerente, seductor de caderas que hizo resbalar su miembro contra el suyo.

-¡No voy a perder mi virginidad asi! – protesto.

-Mientras no vayas a querer un anillo y una boda…

-¡Eres un bruto!

-Y tu deberías ser una cachonda maquina de follar, ¡auch! Asi dicen los tratados. – se defendió.

El rubio todavía sentia la mano caliente por el golpe propinado.

-Me gustaría saber que clase de tratados lees.

-Los de mi familia.

-Un linaje de brutos como tu, seguramente.

-Ay, ¿en serio vamos a discutir sobre mi familia, hijo del papi que trata de acabar con la humanidad? ¡Me revienta la polla!

Alucard se la agarro; por apretarla, por estrujarla como quería estrujar su cuello.

-Vamos mejor. – susurro bajo y ronco, haciendolo temblar.

Con su propia mano, el bruto libero su erección y el pudo tocarla sin nada de por medio. Luego libero la suya y la estrujo igualmente… no, no igual. Sus caricias eran mas rapidas y bruscas que las que acostumbraba, pero seguía notándose que se contenia.

Volvio a lamer su cuello, a besarlo. Con la mano libre desabotono su casaca, su camisa; rápidamente descubria su pecho, lo besaba, lo llenaba de chupetones.

Lo acaricio mas fuerte, mas como notaba que el lo hacia, y sus gruñidos complacidos lo hicieron sentir satisfecho, excitado: uno de sus muslos estaba entre los de el, y lo mismo podía decir Belmont. Se sentia excitado, sus cuerpos encajaban, y solo quería recibir mas besos y lamidas; el placer en su polla era, de alguna manera, secundario.

-Ay carajo, me quiero correr en tus nalgas. – dijo Belmont, alzándole una pierna y montándose mas sobre el, agarrando con su propia mano su polla y frotándose furiosamente. Le hecho algunas gotas calientes en el vientre y luego le dio la vuelta, deslizándosela entre las nalgas y practicando cierta costumbre romana en el, con los pantalones apenas bajados para permitirlo.

-Carajo… - gruñía en su nuca, aplastándolo con sus embestidas y jalándole el pelo.

Luego se lo enrosco, mordio. Castigo su cuello, llenándolo de lamidas y succiones.

-Y yo soy el vampiro. – bromeo, obteniendo una risa ahogada del otro y una nalgada antes de que se corriera, dejando entre sus nalgas todo mojado, resbaloso y excitante.

-A la verga, que bien te ves. – exclamo incorporándose, sobando sus nalgas, jalando una para ver como el fluido iba hacia dentro, hacia su estrellita fruncida. – Chupame la verga. – suplico, señalándosela toda llena de fluidos, brillante a la luz de la luna.

-¿No te dolerá? – se extraño.

-Me dolerá mas de que no me la chupes. Anda, puedes dejarme seco, si quieres.

Alucard abrio la boca al comprender sus frases sin sentido previas.

-Si, eso. – dijo Trevor, acercandosela a los labios – Pero con esta dentro.

-Eres un vulgar. – pronuncio, acariciando con sus labios el costado del tronco al hacerlo.

-Soy lo que tu quieras, pero chupamela. Vampiro. – se chanceo.

Alucard intento verlo ofendido, pero en realidad, estaba sonrojado con aquella cosa delante. Turbado por su tamaño, su aroma y sus propias ganas de engullirla con el agujero que pudiese.

Dudaba que le cupiese en la boca, por lo que empezó con pequeñas lamiditas a todo el tronco, timidas, saboreando el fluido que ahí habia y que tambien alimentaba a los vampiros.

Belmont solo lo veía; sonrojado y con los labios entreabiertos se veía de lo mas atractivo. Le acariciaba el cabello, acomodándoselo a un lado, para verlo mejor. Su gesto era un poco sufriente, como si estuviera en dolor, por lo que pensó que tenia mucha razón en tocarlo suavemente, lamerlo lentamente.

-Por favor… - suplico este – métetelo en la boca, aunque sea la cabeza.

Alucard se sonrojo pero se dispuso a aliviar al otro. Abrio mucho la boca, sus colmillos y labios brillaban, Belmont se estremecio, problamente seguía sintiendo atemorizante que un monstruo chupasangre encajara la boca en el lugar donde mas intensamente fluia.

Al posar sus labios sobre su piel pudo sentir muchas cosas a la vez, todas llegándole y cada una percibida con claridad; el calor, la sangre fluyendo dentro de aquella gruesa cosa, el sabor, lo lisa y resbalosa que era su punta, diseñada para entrar. Deslizo sus labios sacándola, y frunciéndolos, la hizo entrar por entre su boca en flor.

Belmont gimio y el lo miro, comiéndose mas de su polla. Era cosa de acomodar el cuello para deslizar dentro mas de lo que hubiera pensado. Esa verga llenaba su boca con calor, sabor, excitación. Podia sentir la sangre dentro con su sexto sentido vampirico, la oia palpitar y era como un ritmo que lo excitaba; podía sentir las palpitaciones, tambien, en las venas cercanas a la superficie, que podía tocar con su lengua, presionar. Engullia mas y mas de aquella polla enorme y sabrosa, era un deleite apretarla con su boca, con su lengua, rodearla, succionar como si quisiera atraer esa sangre, ese semen del que tambien estaba muy conciente y quería saborear plenamente.

-Carajo… - mascullo Belmont, que ya le tenia el cabello sujeto mas cerca de la raíz y lo jalaba un poco – si que saben chuparla los vampiros.

Ofendido, apreto sus dientes. Si quería enfocarse en eso, le recordaría el peligro. No era su intensión rasgar su piel, pero lo hizo, y un poco de sangre, apenas un poco, sazono todo aquello, haciendole chupar con mas delicia.

Belmont habia mostrado los dientes al sentir el rasguño, y ahora volvia a tener la boca abierta, jadeando. Guiaba su cabeza hacia uno u otro lado, o hacia su pubis, para que tragara mas, pero mayormente lo dejaba hacer, tragando el vampirito agusto aquel pedazo delicioso con sabor ferroso, con sabor a Belmont en cada tanda de chorritos que le liberaba dentro.

-Ay, por favor… tu cara de vicioso haciendo esto… - apretaba su cabeza, moviendo sus caderas contra esta, embistiendo su boca, mientras el procuraba que su nariz no chocara y seguir chupando, chupar tan recio como pudiera, atrayendo ese remolino de fluidos que bullía por salir, desde sus bolas bien hinchadas y redondas - ¡Te voy a inundar! – aviso, agarrando recio su cabeza con ambas manos y penetrándolo frenéticamente, en la boca, que el mantenía chupando, recibiendo aquellos chorros de semen muy excitado, tragando su premio, excitado, jugándolo con su lengua contra el miembro que lo habia expulsado, pero tragando mas al sentir que se resbalaba fuera.

Finalmente retiro su polla, y el sintió una casi infantil sensación de pesar. Como si le hubieran quitado su juguete favorito, el dulce que quería seguir chupando.

-Ay carajo… - le dijo Belmont, alzando su barbilla y limpiando su comisura con su pulgar, para metérselo en la boca, sintiendo casi que las piernas le temblaban al chupárselo con deleite el vampiro.

Violentamente, se inclino sobre el para besarlo, acariciando con su dedo húmedo su barbilla, el contorno de su rostro. Alucard se acostó, trayéndolo con el al rodearlo con sus brazos, sobre el, sintiendo el agradable peso del bruto encima, parcial, al sostenerse este con brazo que pasaba bajo su espalda para tenerlo cerca, mientras lo besaba.

Lo besaba como nadie lo habia besado, como no se imaginaba se pudiera besar, y al separarse sus bocas, se quedo sin aliento.

-Ahora voy a hacerte algo que te va a encantar. – anuncio, atrapando uno de sus pezones expuestos y rodeándolo con su lengua, succionándolo del mismo modo que el habia hecho con su polla.

Rodeo su erección con su mano y la estimulo, siguiendo con aquel intenso e inquietante jugueteo en su pezón, que lo hacia sentir con ganas de mas, como hambriento, insatisfecho.

Trevor demoro algo en sus pezones, jugando con su verga, antes de bajar a hacer lo que realmente habia pretendido, lo que deseo hacer desde que vio esa estrellita rosada y cerrada. Saco sus pantalones y botas y alzo sus muslos, exponiéndolo al ponerlos sobre sus hombros, deleitado con la vista de sus carnosas nalgas tocándose entre si; el agujerito solo seria visible hasta que las abriera.

Bajo ahí, a lamerlas, y aunque seguía jugueteando su pene, abrazando uno de sus muslos para mover cómodamente su mano.

Su barba raspaba entre sus nalgas y el solo podía estar a la expectativa, su pecho subia y bajaba pronunciadamente, anticipando lo que creía que vendría.

Y vino. Su lengua rozo su esfínter, haciendolo gritar y tensarse.

-Shh, shh… - lo calmo como si fuera un caballo – No voy a hacerte nada que tu no quieras. – asomo entre sus piernas – Solo voy a meter mi lengua ahí, ¿te parece bien?

Alucard asintió, abrumado por la vergüenza y la excitación. Sentia opresión en su garganta y las entrañas se le revolvían de un modo extraño.

-Relajate. – le pidió cariñosamente, tocando con su nariz sus bolas al hacer un movimiento con la cabeza.

Intento hacerlo, aunque era como si todo su cuerpo le pidiera que se tensara. La cabeza de Belmont entre sus piernas, su barbilla ancha y rasposa abriéndose paso, raspando placenteramente el interior de sus nalgas en tanto su lengua comenzaba a acariciar, lamiendo sin prisas, sin mucho demorarse o presionar, su esfínter para que se relajara, lográndolo conforme las repetidas caricias lo hicieron sentir placer.

Se relajo, aunque su pulso y su pecho no lo hicieran; seguía agitado, respirando pronunciadamente, pero su rostro estaba mas calmado, cerrando los ojos bajo las estrellas de Valaquia, dejando que un cazador se encargara de su estrella en lo mas intimo de su cuerpo, deseando cada vez mas el contacto de ese apéndice húmedo, que empezaba a demorarse y presionar mas.

Cuando lo sintió listo, Trevor puso en punta la lengua y presiono, abriendo, metiendo un poco, un centimetro, lentamente, para luego salirse y picotear cada vez mas rápido, provocando al hoyito para que deseara el contacto, se abriera a la irrupción.

Y lo logro; a pesar de que no tenia facilidad para practicar seguido, Belmont era un buen amante, y luego de haberse corrido (un par de veces) podía disfrutar con conciencia del hermoso vampiro, a medias, y hacerle disfrutar.

Cuando su lengua entro por completo, Alucard chillo, tensándose de muslos y brazos pero no de culo: habia aprendido a mantenerlo flojito para que el otro entrara, y lo derretia como hierro en mantequilla, esa sensación untuosa de su lengua deslizándose, una y otra vez.

-Mas… - le pidió, apretando su cabeza como el castaño se la habia apretado, gimiendo con mas ganas al ser complacido. La mano no habia dejado de estimular su polla, sentia que se correría.

Puso su mano sobre la de Belmont y la enseño a ir mas rápido, al ritmo que le gustaba para acabar mientras le clavaban la lengua en el culo una y otra vez, haciendolo chillar, gritar, gimotear hasta con lagrimas por lo bien que se sentia. Se corrió salpicándose el vientre y pecho; Trevor entonces, con las manos libres, le alzo mas la cadera, separándole las nalgas para comérselo mejor, penetrándolo rápido y hondo con su lengua hasta que se canso, retirándola entonces y sustituyéndola por dos dedos, que entraron fácilmente, disminuyendo la culpa y los insultos que a si mismo se dedicaba por ser un bruto al no haberlo lastimado; su culito goloso habia tomado bien los dos dedos y estos se hundían mas profundamente, dándole a probar el apriete y suavidad de su interior, lo exquisito que jalaba en cada movimiento.

Aparentemente, si que llevaban lo de ser unas cachondas maquinas de follar en los genes.

Lo dedeo, viéndolo excitado; lo que tenia cerca y lo que tenia mas lejos; su vientre manchado hundiéndose y volviendo a la normalidad, sus pezones alzándose agitados, su hermoso rostro entre rizos rubios, revueltos, dibujándose en gestos de placer, sus colmillos brillando entre sus labios sensuales. Ese muslo tan blanco que tenia tan cerca, que no pudo evitar morder al gimotear tan frenético Alucard, tan frenético como el movimiento de sus dedos dentro suyo.

Era tan excitante verlo asi, sentirlo gozar asi, que podía disfrutar eso, manteniendo bajo la superficie, como sus emociones, los deseos de clavarle la verga y cogérselo hasta caer desmayado.

Alucard era bastante goloso, pero tras oírlo gemir muy lastimeramente en lo que considero su tercer orgasmo retiro los dedos, chupándoselos con deleite mientras veía su agujerito abierto palpitar, acariciándolo con su lengua solo un poco, para ayudarlo a relajarse, se dijo.

Luego se acostó a su lado.

-Eso estuvo increíble. – declaro Alucard, apoyándose en su pecho con una intimidad que iba mas alla de lo que consideraba comodo, pero explicable con todo lo que habia hecho al inexperto… ¿chico? ¿en serio podía pensar en el como un chico?

-Ah, si. Estuvo bueno. – dijo, sin que se le ocurriera nada mejor. Por lo menos, el acurrucamiento habia tenido la virtud de bajarle la erección que concervaba.

El rubio hizo un pucherito en su pecho que el otro no vio. No sabia que se decía luego de aquello, que esperaba o deseaba oir, pero un comentario tan… sin chiste.

-Deberiamos volver con Sypha, esta sola. – amparado en sus cabellos despeinados, espio su reacción al nombre de la chica.

-Ay… - dijo con flojera y alzando el brazo – no le ha pasado nada. – toco con el dedo una de las pulseras que tenia atadas ahí – Le puse una de estas que me avisa cuando esta en peligro.

-Vaya! Si que es practico.

-Si, lo aprendi con mi perro, cuando tenia… - se levanto subiéndose los pantalones, ya algo pudoroso al darse la vuelta para hacerlo.

Alucard tambien se vistió, aunque le hubiera gustado lavarse. Sentia muy sobre su piel el aroma de Belmont, esperaba que solo el lo notara, al ser sus sentidos mas finos que los de los humanos.

Volvio a turbarse cuando este lo agarro por la cintura.

-¿Qué… - lo miro, maldiciendo su piel tan palida que hacia imposible ocultar los sonrojos.

-Pues vuela o eso. No querras que caminemos de nuevo esa parte del camino.

-Es agotador. Podre hacerlo porque me alimentaste… con tu sangre.

No era necesario decir eso, pero las palabras salían de su boca sin control. ¿Cómo iban a seguir con su misión con lo que habían hecho? ¡Era una locura! Y la sonrisa de Belmont lo volvia peor.

-Puedes volver a chupármela cuando quieras. – codazo – La sangre, cachonda maquina de follar.

 

 

Continuará...

Notas finales:

¿Que haces cuando no se te ocurre un titulo para tu fanfic? ¡Pues te robas el de una canción de Nightwish!!! :D En serio, las tiene para toda ocasion ;)

Y bueno, una disculpa, pero no tengo tiempo de correguir las tildes. Tambien les ofrezco una disculpa si de repente, en un futuro, hago alguna pequeña edicion, pues a diferencia de mis otros relatos publicados, este no esta concluido o cercano a concluir al momento de la publicacion, escribi esto hace una semana y lo posteo ahora porque hace falta mas de esta bella parejita en el mundo.

Hechen buenas vibras a mi vida para que pueda escribir pronto el siguiente capitulo.

Gracias por leer.

Slán!

PD: portada en wattpad, como de costumbre


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