Esto es un atraco.
Al día siguiente, tal como nuestro héroe había planeado, Nick se descolgó por la ventana de la habitación y salió del hotel por detrás transformado en el Doctor Strange. Sí, capa incluida. Esperó a su primo en la puerta del banco, y tuvo que hacerlo por un buen rato ya que Tony no iba a ninguna parte sin desayunar si podía evitarlo. El barro en las calles se había secado, el sol ya brillaba con fuerza desde primera hora de la mañana y hacía algo de viento además. Nick vio una nube de polvo que se acercaba por la calle principal, cinco hombres a caballo se detuvieron delante de sus narices. Les dio los buenos días, después de todo era el único no pelirrojo por allí, tenía que inspirar confianza. Sin embargo nadie respondió a su saludo. Dos de los hombres se quedaron a cargo de los caballos y los otros tres entraron al banco con cara de pocos amigos. En ese momento llegó Tony. Traía manchas de yema de huevo en la barba que delataban en qué se había estado entreteniendo.
- ¿Estás listo, Kid? - Le dijo a su primo metiéndose en el papel que representaba Paul Newman en su película del oeste favorita. - No perdamos más tiempo.
- Eso irá por ti, ¿no Butch? - Respondió Nick siguiéndole la broma. - ¿Qué tal estaban los huevos del desayuno?
Entraron al banco discutiendo y sin advertir lo que estaba pasando a su alrededor. Nick intentaba limpiar la barba rubia de su primo con una esquina de la capa que había humedecido con saliva y éste protestaba tratando de librarse de aquella humillación. Que si hay que ver qué manera de comer tienes, que si anda que vas a pensar que yo también puedo tener hambre, en fin, sus cosas. El caso es que cuando levantaron la vista para dirigirse a la ventanilla y solicitar entrar a la cámara privada de Strange, se oyó una voz más alta que las demás que decía así: “¡Manos arriba todo el mundo, esto es un atraco!”
Imaginad la cara de nuestro protagonista; boca y ojos abiertos, cejas levantadas, frente arrugada, etcétera. ¿Estaban atracando el banco de Yeghel? ¡Precisamente en ese momento, ya es mala suerte! Tony pensó que tal vez el gigante de su sueño en realidad le había advertido de que aquel plan no saldría bien y que debió hacer caso a su cabeza furiosa y prepararse para cualquier contingencia, ni siquiera iban armados frente a los pelirrojos atracadores que les apuntaban, tanto a ellos como a los dos empleados del banco, con sus revólveres cargados.
El que debía ser el jefe de la panda de ladrones se fue hacia el empleado en mangas de camisa y le puso el cañón de su arma en la sien.
- ¡Abre la caja fuerte! - Le gritó por debajo del pañuelo que le cubría media cara dejando al descubierto un par de ojos iracundos. - ¡Y las cámaras privadas también!
- ¡Sí, eso! - Se sumó el más bajito de los tres atracadores. - ¡Nos lo vamos a llevar todo!¡Tunnin estará orgullosos de nosotros!
Ahí a nuestro héroe se le cayó el alma a los pies. ¿Que esos tres tipejos, con la ropa llena de polvo y la cara tapada debajo del sombrero, se iban a llevar el dispositivo que con tanto esfuerzo y tanta planificación Strange les había dejado allí para resolver su problemilla con la mierda de Vaca Cósmica? ¡Ni de coña!
Nick, bueno el falso Strange, hizo uno de sus trucos y convirtió las pistolas de los atracadores en plátanos. ¿Qué queréis que os diga? El pobre estaba en ayunas, tenía hambre y fue lo primero que se le ocurrió.