¿Una taza de té?
Stephen Strange parecía ocupado con uno de sus asuntos mágicos, hacía muchos aspavientos con las manos y tenía cara de concentrado. Thor esperó a que terminase, la consulta no le corría prisa.
Se quedó mirándolo desde el recibidor, había entrado volando con Stormbreaker por una ventana abierta en la planta baja. El mago siguió un buen rato allí arriba, en el rellano de la gran escalinata de su mansión neoyorquina, dibujando círculos y extrañas formas en el aire sin prestarle ninguna atención hasta que, por fin, bajó los brazos y exhaló un enorme suspiro cerrando los ojos.
- ¿Qué pasa ahora, Thor? - Preguntó con tono de fastidio, dejando la capa sobre la barandilla y bajando con parsimonia peldaño a peldaño. No era la primera vez que se veía sorprendido por una de sus repentinas visitas. - Queda más de un mes para que Peter se ponga de parto. Ya te he dicho que los dos están perfectamente, todo va con asombrosa normalidad.
- Oh, no se trata de eso. - Dijo avergonzado, echando un vistazo a sus propias botas.
- ¿Por qué has venido a verme entonces? - Preguntó arrugando el ceño.
- He estado soñando con mi hermano y creo que sigue vivo. - Thor fue directo al meollo, tampoco era cosa de andarse con rodeos.
- Bien... - Dijo el mago con resignación. - Vamos a mi despacho, ¿quieres tomar algo? ¿Una taza de té, quizás?
Thor se alegró de poder seguirlo caminando en lugar de sufrir uno de los “mágicos traslados” con los que Strange solía moverse, detestaba el mareo y la jaqueca que esos extraños movimientos le provocaban. El mago sabía perfectamente que Thor no bebía té, en cuanto le tuvo sentado enfrente se ocupó de hacer aparecer en su mano una gran jarra de cerveza.
- Hum, gracias. - Sonrió dando un buen sorbo.
- Te has cortado el pelo... - Observó Stephen.
- A Peter le gusta más así. - Sonrió con timidez.
- Entiendo, lo que sea por complacerle. Buena táctica. - Aprobó Strange. - ¿Sigue con sus cambios de humor?
- Se ha estabilizado, ahora siempre me contesta mal. - Bromeó. - Oye, sé que suena raro lo que he dicho pero de verdad siento que Loki está vivo. He soñado con él tres veces en la última semana y creo que...
- Lo que te pasa es muy común. - Le interrumpió. - Vas a ser padre, estás preocupado, añoras a tu familia y...
- No lo entiendes, no tiene nada que ver con mi bebé. Por cierto, ¿no vas a decírmelo? Estamos a solas... - Añadió guiñando su ojo bueno.
- ¿Decirte qué? - Strange no sabía cómo tomarse aquel guiño. - ¡Oh, ya! Sabes que Peter no quiere conocer el sexo del bebé hasta que nazca.
- Prometo guardar el secreto... - Rogó con mirada de cachorrillo.
El doctor negó firme con la cabeza, no iba a traicionar la confianza de su paciente. Cruzó las piernas, posó las manos sobre las rodillas y se quedó mirando con autosuficiencia a un Thor algo contrariado.