Nada personal
Rocket iba delante, caminando con seguridad por los pasillos del Cuartel General hacia la zona de enfermería. Sus amigos, Groot, Drax, Mantis y Kraglin, le seguían sorprendidos de lo bien que se manejaba en aquel laberinto.
- Por aquí. Las instalaciones son una réplica del viejo cuartel. - Aclaró el mapache a sus atónitos compañeros. - Tuve tiempo de aprender el camino durante los cinco años que estuvisteis muertos, entre El Chasquido y los viajes en el tiempo.
- Yo soy Groot. - Al árbol aquello le pareció lógico.
Después de girar una esquina se encontraron en la sala de espera, Pepper Potts y Peter Parker fueron a recibirles abrazándolos con efusividad.
- ¡Bienvenidos, amigos! - Exclamó Spiderman dejando escapar un gallo de su nerviosa garganta. - Llegáis justo a tiempo.
- ¿Ya ha empezado? - Preguntó Kraglin con inquietud.
- Llevan ahí metidos un buen rato. - Contestó Pepper echando un vistazo de reojo a su hijita.
Formalmente sentada en uno de los sillones de la sala, la pequeña Morgan no apartaba la vista de las puertas metálicas agitando las piernas que le colgaban del asiento.
- Mi tía May está ayudando en la operación, es enfermera, tiene mucha experiencia. - Añadió Parker palmeando la espalda del xandariano en un intento de transmitirle calma. - Banner también está ahí dentro, aunque no sé bien de qué se ocupa, imagino que de un posible ataque de nervios de Thor... - Rió entre dientes.
- ¡Bien! - Exclamó Rocket acercándose a las puertas de metal con intención de entrar. - ¡Vamos a ver a ese famoso bebé!
- No es nada personal, caballeros... - Intervino Happy cortándole el paso, había adoptado la postura de un guardia de seguridad de discoteca. - He de pedirles que se mantengan alejados del quirófano, son órdenes del médico.
- ¿Ese magicucho de Strange no nos va a dejar entrar? - Se quejó el mapache.
- ¡Yo soy Groot! - Protestó el árbol.
- ¡Sí, hemos venido de la otra punta de la Galaxia para esto! - Confirmó Mantis encarándose a Happy.
- ¡Oh, por Helheim! Del que acabo de escapar, por cierto... - Dijo Loki desde su apoltronamiento en el sillón. - ¿Queréis cerrar el pico de una vez? Mi cuñado está dando a luz, ya veremos a la niña más tarde.
- ¿Y éste greñudo quién es? - Preguntó Drax mirando al moreno de arriba abajo.
- Es Loki, el dios del engaño. - Respondió Pepper torciendo el gesto, no le caía demasiado bien. - Hermano de Thor y recién salido del infierno, de ahí su aspecto tan desagradable.
- ¡Oye! - Chilló Loki intentando levantarse, pero le dolían todos los músculos así que decidió no darle importancia a aquello y seguir tumbado cómodamente. - ¡Bah!
- Yo soy Groot. - Bromeó el árbol entre risas tapándose la boca con una de sus ramas.
- Tú tampoco tendrías buena pinta si acabaras de salir de Helheim. - Refunfuñó Loki atusándose la melena negra y grasienta.
- ¿Entiendes lo que dice? - El xandariano resopló, parecía que era el único no humano que desconocía el idioma del árbol. - Me llamo Kraglin, por cierto, soy hermano de Quill... bueno, no de sangre, pero nos criamos juntos así que...
- Ya, ya... - Loki ni se molestó en estrechar la mano que éste le ofrecía. - Hermanos no hermanos, ¡qué me vas a contar!
- ¡Un momento! - Gritó Mantis captando la atención de todas las miradas. - ¿Es una niña? El melenudo lo ha dicho... ¿Es que ha nacido ya? ¿Cómo sabéis que es niña?
- Es una historia muy rara, la verdad. - Parker tomó la mano de Mantis y la acompañó a sentarse en uno de los sillones. - Parece ser que, en el futuro, la hija de Thor y Star Lord será quien libere a Loki del infierno.
- Así que entonces, como no ha nacido todavía... - Drax se estrujaba la cabeza. - ¿Ese melenas aún no está aquí?
- Para vosotros como si no estuviera. - Murmuró Loki cerrando los ojos intentado descansar un rato.
Morgan se echó a reír a carcajadas. Su risa, con sonido de cascabel, acabó contagiando a la mayoría de los presentes. Rocket seguía molesto porque Happy le prohibía la entrada a quirófano y Mantis estaba demasiado ocupada leyendo la mente del joven Peter Parker, sus antenas brillaron y sus mejillas adquirieron de pronto un cierto rubor.