Aquel café muggle bien iluminado pero generalmente solitario a esas horas del día era perfecto para la charla que estaba a punto de tener con Ron y Mione. Sentado junto a un ventanal, Harry estaba nervioso, en definitiva eso de hablar le era catastrófico. Por ello cuando tenía que hablar como jefe de aurores del ministerio aquello era todo un calvario pero esta situación tenía que enfrentarla.
Harry sabía que Hermione ya se daba una idea de lo que le iba a decir. De no haber sido por ella y su increíble perspicacia, sagacidad e inteligencia, quizás no hubieran sobrevivido a la búsqueda de los horrocruxes. Aunque esa era historia para otro dia
- Hola Harry - hablando de la reina de Roma ahí estaba la misma Hermione en persona. Y Ron también junto a ella
- Hola compañero - saludó Ron admirando el lugar.
Hermione estaba muy feliz, no solo por ver a Harry sino porque tan observadora como solo ella, ya se daba una idea del porqué de esta charla que parecía tan seria con su mejor amigo. Había hilado toda la situación y sabía que Harry estaba enamorado, que era de un hombre y que además era correspondido. Lo único que no había podido descifrar a ciencia cierta era la identidad de este chico. De todos modos Hermione se alegraba infinitamente por Harry. Después de la ruptura con Ginny por motivos que ninguno de los dos había decido explicarle claramente, ni a ella ni a Ron que no dejó de atosigarlos con preguntas, Harry la mayoría del tiempo se la había pasado deprimido y ausente. Un buen día había llegado al ministerio recompuesto y en las siguientes veces con un excelente humor y con todas esas cualidades de antaño. Se veía feliz. A Hermione le daba tanto gusto que casi no le importaba la identidad del chico mientras siguiera haciendo a Harry tanto bien. Aunque su curiosidad no la dejaba que el misterioso amor de Harry permaneciera como un desconocido. Qué se le iba a hacer.
- Hola - saludó Harry en respuesta - no sabía que ordenar así que ordene este muffin
- No te preocupes - lo tranquilizó Hermione
- ¡Genial! ¡Gracias hermano, muero de hambre! - el pelirrojo comenzó a comer como solía hacerlo.
Pidieron unos cafés más. Harry respiró, <<a mal paso darle prisa>> se dijo. Aquí iba.
- Hermione, Ron yo...debo decirles algo muy importante.
- Harry - Hermione lo interrumpió divertida - No hace falta que te esfuerces tanto ¿De acuerdo? Solo dilo, ¿Quién es el?
Harry sonrió porque no esperaba menos de Hermione.
Ron pasaba su mirada de Harry a Hermione y de regreso, no entendía nada. Dejó de comer como solía y prestó atención.
- Es que, realmente me importa su opinión en esto pero tengo miedo de lo que puedan pensar cuando sepan quién es - dijo Harry incluyendo a Ron en aquello.
- De acuerdo, entonces ¿Qué tal si nos hablas de él?
Harry asintió agradeciendo a Hermione aunque no dijo nada.
- No puedo negar que es un altanero, petulante y orgulloso; pero en este tiempo he aprendido que también es alguien que se preocupa por los suyos y tiene miedo de ser lastimado. Aunque jamás en la vida admitirá abiertamente que me quiere desde hace ya tiempo. Pero también ví una parte de la lealtad y del buen corazón que puede tener aunque sea un caprichoso de primera. - dijo Harry con una sonrisa asomando en sus labios.
- Los Slytherin y los Gryffindor comparten rasgos Harry - dijo ella suavemente. Por fin se le revelaba la razón de por qué Harry había mantenido oculta la identidad del hombre en cuestión, porque solo había una persona en el mundo mágico que podría ser altanero, petulante y orgulloso sin que Harry lo odiara de verdad, en el fondo Hermione se daba cuenta que aquellos dos giraban en torno al otro desde Hogwarts
Harry se había quedado sin palabras, se pateó mentalmente. ¡Estaba hablando con Hermione! No con cualquier bruja. Se sonrojó porque a estas alturas ella ya sabría que se trataba de Draco Malfoy de quién estaba hablando
- ¿No te molesta? - dijo un poco apenado
- Ni siquiera me sorprende Harry
- Pero, pero... éramos enemigos en Hogwarts - protestó Harry atónito.
- si, pero míralo de este modo. Te seguía siempre solo para chantajearte de alguna manera, siempre iniciaba peleas y nos insultaba para llamar tu atención. En el torneo de los tres magos llevaba pines con tu nombre aunque quisiera enmascararlo escribiendo "apesta". En la brigada inquisitorial estaba solo detrás de ti. Harry, Pansy Parkinson te odiaba y nunca hizo nada semejante. Zabini te odia y nunca hizo nada semejante. Creo que esa es la actitud de un niño que no sabe lidiar con sus sentimientos ¿no crees?
Harry no lo había visto de ese modo.
- Creo que tienes razón Mione, aunque Draco ni muerto admitirá nada de eso.
- Solo me cuesta un poco creer que Malfoy te haya hecho tanto bien.
- A mi también.
Ambos rieron por la broma.
Ron interrumpió este compañerismo qué tanta incomodidad le generaba, Hermione y Harry hacían aquello inconscientemente y aunque ya no estaba celoso se sentía de todos modos excluido.
- Esperen un momento ¿Qué pasa con Malfoy? - Ron esperaba haber entendido mal
- Harry está enamorado de Malfoy, Ronald - dijo Hermione usando ese tono que solo usaba con el
Ron se quedó mudo. ¿Enamorado? ¿Harry de Malfoy? ¡Sí había entendido bien! ¡Qué horror!
- Pero ¡¿Como?! - dijo Ron afectado por el shock inicial
Hermione también lo miró curiosa, preguntándose lo mismo.
- Draco es un medimago en San Mungo - comenzó Harry - y yo soy ahora el Jefe de Aurores pero no me gusta quedarme en el escritorio, yo lidero las misiones. Siempre termino lastimado. Malfoy se comportó como un profesional, hablamos dejando de lado la tonta rivalidad de Hogwarts, aunque a él aún le gusta molestarme - Harry sonreía como bobo - dice que no debe perder su increíble sentido del humor.
- Cada vez que hablas de él sonríes - apuntó Hermione enternecida
- ¿Por qué Malfoy? - se quejó Ron
- Uno no elige a quien amar, Ronald. Debería alegrarte, qué Harry ya no esté triste - añadió la chica
- Me alegra pero, ¿Por qué Malfoy? Y peor aún ¿Como sé que Malfoy no va a hacerle daño? - dijo Ron ceñudo - Malfoy el que fue un mortífago en la guerra y siempre se comportó como un imbécil en Hogwarts. Porque eres parte de la familia Harry. Mamá me mataría si se entera que yo sabía algo y no hice nada.
- Me ha curado muchas veces - contestó Harry con simpleza - Si quisiera hacerme daño, creo que ya ha tenido suficientes oportunidades.
Hermione se daba cuenta de cuán importante resultaba ser Draco Malfoy para Harry, contra todo pronóstico. Porque allí se hallaba defendiendolo
Ron no se la creía
- Si te hace algo, ¡no dudes que lo hechizaré hasta que me canse! - dijo Ron cruzando los brazos aún reticente a aceptar a Malfoy y se lamentó una vez más- por Merlín, te gusta Malfoy.
Y Ron seguía lamentándose en silencio pero había aprendido a que si Hermione estaba de acuerdo con la situación y él no, era mejor lamentarse en silencio o de lo contrario ella le lanzaría todo un sermón de porque debería estar de acuerdo con la situación tal como ella.
Hermione pensó que había ido mejor de lo esperado. Ron no se había quejado tantas veces
Pasado el trago amargo de la charla, se dedicaron a conversar de como les había ido en estos tiempos de paz. Hermione sin embargo notaba que un chico de cabello oscuro y ojos negros los veía desde varias mesas allá. No apartaba la vista y solo bebía lo que parecía ser un café desde hace rato. Era obvio decir que era un mago por la forma en que vestía y además ella notó un rastro de magia. Se alarmó porque aunque los mortífagos ya no los buscaban, Harry ahora era el jefe de Aurores del Ministerio, es posible que alguien quisiera atacarlo en el mundo Muggle para que no pudiera defenderse.
Harry siguió la mirada de Hermione a dónde se hallaba el chico quién posó su vista en Harry, luego este último regresó su mirada a Hermione y posó su mano sobre la de ella brevemente para después negar con la cabeza.
- Solo es su pobre intento de pasar desapercibido en el mundo muggle
- ¿Es Malfoy?
Harry asintió divertido
Hermione se relajó entonces. Aquella acción le pareció tierna. Si Malfoy había ido a aquel café muggle para cuidar a Harry, aquello entonces era pues una cosa digna de coraje por parte del rubio y para Hermione, una muestra de que el amor entre aquellos dos era real.
- Por eso está tan tenso - concluyó Hermione con una risilla
- Esto también es un pequeño reto de mi parte - dijo Harry confesando un poco - Él dijo que sería pan comido pasar desapercibido en el mundo muggle.
- ¿Sigue teniendo aquellos ideales Anti Muggles?
- No, pero sigue sin entender a los muggles - Harry no aguantó más la risa.
Ron volvió del sanitario y entonces era hora de irse. Se despidieron y se marcharon dejando a Harry solo en aquel café muggle. Hermione volteó la vista para espiar un poco a Harry a través de aquel ventanal y tal como lo imaginó, Draco Malfoy ya estaba instalado frente a Harry.
Aún se le hacía algo extraño de ver principalmente porque Harry Potter y Draco Malfoy habían sido rivales, porque cuando tuvieron que sobrevivir en la guerra solo eran unos niños y terribles responsabilidades pesaban sobre sus hombros; responsabilidades que eran demasiado para chicos como ellos y a las que aún así, de alguna forma u otra lograron sobreponerse. Pero Hermione se ponía a pensarlo, siempre llegaba a la misma conclusión: no podrían estar el uno sin el otro. Incluso cuando la muerte los rondaba Harry salvó a Malfoy y Malfoy a su modo salvó a Harry. En una guerra en la que ninguno había tenido opción de elegir habían terminado por elegirse el uno al otro.
- ¿Por qué estás sonriendo? - preguntó Ron
- Por nada - contestó Hermione pero siguió sonriendo ampliamente.