El viaje estaba resultando más molesto de lo que pensó sería en un principio.
Normalmente un viaje de Konohagakure a Uzugakure no tardaba más de una semana, pero su nueva condición y las paranoias de su marido habían alentado el viaje hasta volverlo insoportable.
Está bien que estuviese embarazada, pero por Kami, ¡¡¡solo tenía 2 meses!!!
Las exageraciones de Minato ya estaban en lo absurdo.
Bueno decía guardar la calma, ya solo faltaban 2 días máximo de camino para llegar. Ahora viéndolo desvivirse cocinando para ella, solo podía arrancarle una sonrisa y el triste pensamiento de que lo vería en al menos medio año.
Las cosas se complicaron hace poco con el ascenso de Minato a hokage; todo empezó de maravilla, parecía que el futuro sería brillante, pero un rumor de que había una conspiración cocinándose contra Konoha, para obtener el poder del kiuby, dentro de los miembros del concejo habían hecho saltar el instinto de Minato y lo habían llevado a tomar la decisión de que ella se alejara de Konoha para que estuviese segura.
No le reprochaba el que la estuviese llevando a Uzu, comprendía las implicaciones tras querer el poder de su bici.
Y ahora no solo era algo que la afectase directamente a ella, con su hijo en camino necesitaban estar seguros de que nada malo pasaría, por ellos y por el resto del mundo.
Sus cavilaciones oscuras se mantuvieron hasta que minaron se acercó con un cuenco lleno de un caldo que, aunque no era su amado ramen, sabía seria delicioso.
-ten querida- la sonrisa y el tono dulce de Minato la trajeron de vuelta -sé que no es ramen pero les hará bien-
El plural era algo que Minato empezó a usar desde que se enteró del embarazo.
-gracias Mina-chan-
Comieron en un cómodo silencio y después de reposar un poco continuaron el camino a Uzu.
S pesar de sus predicciones llegaron cuando la noche caía lentamente en un calor tranquilo.
-¿quiénes son y que quieren?- los ninjas de la entrada de la aldea los interceptaron al acercarse a las puertas de la misma.
-mi nombre es Minato Namikase, soy el 4° hokage de Konoha y ellas es Kushina Uzumaki, estamos aquí para hablar con el uzukage- los ninjas no parecieron tomar importancia a la mencionada del hokage de Konoha, pero si mostraron sorpresa ante la que a todas luces era miembro del clan más poderoso de la aldea de Uzu.
Antes de que los ninjas de la entrada dijeran algo un ambu de Uzu se posó frente a ambos para dirigirse a ti.
-Kushina-sama uzukage-sama la espera- Solo eso bastó para que tuvieran acceso a la aldea.
Con nostalgia mirabas todo lo que estaba en el camino hacia el despacho del uzukage.
Ver todo tan cambiado te resultaba atrayente para explorar, pero al mismo tiempo te hacía sentir extraña, fuera de lugar. Uzugakure fue donde naciste y pasaste tu infancia, pero Konoha se transformó en tu hogar.
Llegaron en lo que se le hizo un parpadeo al centro de la aldea, a la torre del cielo. Con los resquicios de tu memoria dirigiste el camino hasta el despacho del uzukage con la presencia del ambu a sus espaldas.
No lo pensaste, tal como hacías cuando tenías cuando tenías 6 años tocaste 2 veces la puerta y la entre abriste para tirar una bomba de humo que hizo salir rápidamente a los ocupantes de la oficina.
-pero qué demonios- un jounin joven, su equipo genin y el uzukage salieron entre exclamaciones y maldiciones que solo sacaron fuertes carcajadas de ti que llamaron la atención hacia ustedes.
-hola oji-san- tu sonrisa y la mueca preocupada de Minato fueron el saludo que dieron a uzukage.
-Kushina- solo tú nombre salió de los labios del shinobi más fuerte de la aldea y después lágrimas de cocodrilo que quitaban toda respetable seriedad al uzukage antes los observadores -mi Kushina-chawn-
Ver ese despliegue de infantil melosidad en un hombre mayor de aspecto intimidante puso nerviosos a los ninjas de Uzu y a Minato, pero no a ti, tú ya estabas más que acostumbrada a esas reacciones de parte de tu oji-san.
-¿qué haces aquí?- pregunto con dulzura para darse cuenta de la presencia de Minato a tus espaldas -¿qué hace ese aquí?- su tono de hastío puso nervioso a Minato a tu lado, lo sentías perfectamente al tener tu mano enlazada con la suya.
-uzukage-sama nosotros no retiramos- el jounin fue deliberadamente ignorado y el aprovechó para salir casi corriendo con su equipo.
-hola Shiromaru-san, es un gusto verte- Minato con la soltura y cordialidad que lo caracterizaban se dirigió tu oji-san, mismo que lo ignoro como al jounin y se centró solo en ti.
-estamos aquí por cuestiones importantes oji-san- te molestaba la forma en la que trataba a Minato cada vez que se veían, pero no era momento para discutir ese tema.
La seriedad volvió a las facciones del uzukage al escuchar tu tono tan serio.
-¿qué sucede?-
-puede ser que Kushina esté en peligro-
-¿puede ser?- la interrogante suena como si lo que tratase de decir Minato fuese un absurdo.
-hay rumores de un ataque a Konoha para hacerse con el poder del kiuby- escucharlo otra vez solo aumenta la sensación de que así será.
-de momento son solo rumores, pero en el estado de Kushina lo último que quiero es arriesgarlos-
-¿estado? ¿Arriesgarlo?-
-oji-san estamos aquí para pedirte el que yo pueda permanecer en Uzu, al menos hasta que mi embarazo termine-