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Para mi amado por aisaka-san

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Los siguientes días se la paso pensando en cómo hacer que Valt dejará de amar al idiota de Lui.

Era algo difícil ya que a pesar de saber su secreto, Valt seguía actuando igual de lindo y torpe que siempre, como si no le interesara en absoluto hablar del tema con el. Por lo tanto no podía deducir la manera en la que debía actuar para llamar la atención de Valt más allá de un amigo.

Tenía que conocer al enemigo para después aniquilarlo.

No, no pensaba matarlo, solo quería sacarlo de la mente y corazón de Valt para que jamás volviera a inmiscuirse en su camino.

Si a Valt le gustaba Lui debía ser por algo.

Quería competir contra él por el amor de su mejor amigo pero no sabia como; tenia que conocer en primera instancia todas las características que habían enamorado a Valt.

Por más que pensaba en que pudo fijarse su amigo de ojos marrón no se le ocurrió nada, Lui era detestable a su propio juicio, era burlón, molesto, prepotente, arrogante, soberbio, ¡hirió su ojo! Incluso estuvo muy cerca de herir al propio Valt.

Y ahí la razón por la cual no lo entendía, ¿qué era lo que veía Valt en el? Quizás jamás iba a comprenderlo de primera mano.

Por lo que tomó una decisión "riesgosa", le preguntaría al propio Valt para salir de dudas.

El último timbre del día sonó, espero un poco a que sus compañeros de clase empezaran a salir del salon y cuando vio que Valt estuvo a punto de hacer lo mismo lo intercepto, se colocó frente suyo llamando la atención del menor.

—¡Ah, hola Shu! —saludó el chico entre feliz y confundido por la intrusión del albino, este lo miro indiferente.

—¿Podemos hablar? —preguntó con su voz un tanto seria a lo cual, Valt pareció preocuparse.

—De acuerdo —contestó el menor para luego acercarse a la banca continúa a la de Shu, notando que este aun no guardaba sus cosas en su mochila.

El albino también se sentó en su pupitre y esperaron a que el salón estuviera despejado, una vez que esto sucedió Shu se levantó a cerrar la puerta bajo la mirada curiosa de Valt, luego regresó a su lugar.

—¿Sucede algo malo? —preguntó Valt confundido por la seriedad con la que Shu lo miraba, parecía que algo lo inquietaba de verdad.

El albino no se perturbó ante su pregunta, en cambio se sentó con toda la tranquilidad del mundo. Luego, para sorpresa de Valt, le brindo una sonrisa ligera y despreocupada.

"Sí, ¡definitivamente algo está mal!" pensó el de ojos cafes alarmado.

—Es que tengo algo de curiosidad… por la carta del otro día.

Valt palideció un poco, en algún momento creyó ingenuamente que Shu había olvidado ese tema pero al parecer se había equivocado por completo.

—Aaah, la carta… ¿q..que quieres saber? —preguntó titubeando, Shu no borró su sonrisa.

—¿Ya la entregaste?

Valt se hundió en su asiento cuando se empezó a sonrojar, miró a otro lado mientras negaba con la cabeza, un rayo de esperanza llegó a Shu.

—¿Por qué? —preguntó el albino, Valt carraspeo un poco antes de contestar.

—No… no sé, la carta no era tan buena ¿sabes?. Creo que debería escribir otra…

—¡Te ayudo!

El albino sacó de su mochila una hoja en blanco y tomó el lapicero que siempre usaba, Valt solo lo miraba sorprendido.

—No tienes que hacerlo… Shu yo puedo solo —dijo el menor ansioso, Shu negó con la cabeza.

—No te preocupes por nada, recuerda que mi redacción es de las más impecables de toda la escuela. No podría dejar que fueras por ahí entregando algo mediocre, me avergonzarias.

Valt desvió la mirada con el rostro escarlata, no tenía ganas de pelear con Shu así que solo aceptó su ayuda en silencio.

—Entonces cuéntame, ¿qué te gusta de Lui? —Al momento de preguntar juntó toda la fuerza de voluntad de su ser para no romper el lapicero entre sus dedos, miró a Valt quien parecía pensar en su respuesta.

—Bueno… es dificil describirlo, pero si tuviera que decir algo quizás es su sonrisa.

El menor estaba avergonzado así que bajo la mirada mientras sus manos comenzaron a sudar, Shu escribió lo dicho por Valt mientras nuevamente volvía a ponerse serio.

—Bien, su sonrisa… ¿que más? —preguntó el albino mirando a su mejor amigo quien parecía más un globo rojo a punto de explotar que a un humano, titubeo antes de dar su respuesta.

—Su cabello… es un poco gracioso cuando se prende —rió ligeramente ante su comentario, Shu presiono con fuerza la punta del lapicero sobre el papel—. Su voz también es divertida de escuchar, no me importa si es algo grosero a veces, no me cansaría de escucharlo todo el día.

Un suspiro de enamorado escapó de sus labios, sonrió como un tonto mirando a la nada mientras Shu lo observaba en silencio. El pecho le ardía adolorido mientras un creciente enojo lo invadía de a poco.

—Además, aunque a veces es algo serio también sabe divertirse mucho en las beybatallas y ahí ¡buam!, saca todo su potencial. Es fantástico escuchar también cuando…

Un sonido de algo desgarrarse lo interrumpió, alzó la mirada encontrándose con Shu quien al parecer, había roto la hoja con su lapicero. Lo miro preocupado.

—Shu, ¿estas…?

—Lo siento, olvide que tenia algo importante que hacer.

Rápidamente guardó todas sus pertenencias en su mochila sin cuidado alguno, Valt quiso ayudarlo pero Shu fue más rápido y sin despedirse, abandonó el lugar mientras que el de cabello azul lo miraba más que preocupado.

Salió lo más rápido que pudo de ahí, ahora se maldecía a sí mismo por intentar algo tan estúpido.

¿Qué demonios esperaba preguntandole a Valt sobre las cosas que amaba de Lui? ¿Que se retractara en medio de la conversación y le confesara su amor?. Bien, quizás muy en el fondo de su corazón si esperaba que algo así pasara pero en cambio se llevó una enorme pedrada.

Valt le dijo tantas cosas de Lui que el odiaba, ¿se supone que eso era lo que debía imitar?, primero muerto.

Mientras empujaba su bicicleta apresurado se encaminó al parque bey, seguramente entrenando un poco podría despejar su mente y desahogarse de todo el enojo que ahora mismo lo llenaba. A la distancia pudo visualizar que Rantaro y Wakiya ya estaban ahí jugando un poco, no le importo mucho, es más, estaba algo aliviado de verlos ahí ya que podría descargar sus emociones en una batalla real.

Pero se detuvo en seco cuando algo poco usual ocurrió, al parecer Wakiya ganó la batalla y empezó a burlarse de Audaz a lo cual, el rubio más alto se abalanzó con furia sobre el de ojos azules. Casi corrió para separarlos de esa pelea a golpes que habían iniciado a disputar, sin embargo cuando dio tan solo dos pasos pudo ver en realidad lo que estaba pasando.

Y vaya que eso lo dejo mudo.

Rantaro sobre Wakiya parecía que quería beberse al otro chico, pues su boca succionaba con fuerza la del contrario. Wakiya en cambio mantenía los ojos cerrados mientras todo ocurría, parecía disfrutar mucho de lo que estaba pasando y sus manos empezaron a recorrer la espalda del más alto.

Casi soltó un grito de la impresión pero se vio interrumpido al sentir un ligero tirón en la mano, volteo y se encontró con Nika quien con una seña le indicó que guardara silencio.

—Ven conmigo.

Susurró la de cabellos rosas poco después y se retiró, Shu aunque estaba impactado por lo que todavía sucedía a sus espaldas, decidió que era buena idea hacerle caso a la chica, no sin antes echar un último vistazo a la escena poco decente que aún no concluía entre dos de sus mejores amigos.

Se alejaron poco del parque hasta una calle poco transitada, Nika se detuvo y miró al albino.

—Se ve que estas muy sorprendido pero lo que vista allá no debes contárselo a nadie —dijo la chica con el tono más calmado que podía hacer, él estaba simplemente anonadado.

—Tú… ¿Acaso tú lo sabías? —preguntó Shu incrédulo, la pequeña sonrió ampliamente.

—Sip, Wakiya me lo dijo ayer, quería que le diera consejos para ser más romántico con Audaz así que estaba viendo su cita; aunque a decir verdad no creo que necesite mi ayuda, lo hace muy bien…

Shu se impresionó por la declaración de Nika, ¿quien pensaría que una niña tan pequeña hablara de estos temas como si nada?

—En fin, Wakiya me dijo que no se lo han dicho a nadie y no dejaré que tú difundas su relación —amenazó con su voz chillona la pequeña Aoi, Shu negó con la cabeza a lo que ella soltó un suspiro aliviado—. Menos mal, si no aceptabas le habría pedido a Toko o a Valt sus resorteras, me quitaron la mia despues de casi sacarle el ojo a…

Shu dejó de hacerle caso desde que mencionó el nombre de Valt, nuevamente los celos recorrieron su cuerpo de pies a cabeza al recordar esa maldita carta y todo lo que Valt dijo sobre Lui después.

—Oye.. ¿me estas escuchando? —preguntó la menor un poco indignada, Shu salió de su pequeño trance y la miró, pensó en una rápida solución a sus problemas.

—¿Asesoraste a tu hermano hace poco? —preguntó seriamente, la menor poco a poco se puso roja.

—¿Que...? —La pequeña niña miró a nerviosamente de derecha a izquierda, quería parecer confundida pero no logró engañar a la perspicaz mirada de Shu.

—¿Tú le dijiste que escribiera esa carta para Lui?

La pregunta esta vez terminó por dejarla un poco sorprendida.

—¿Carta? Solo le dije que se confesara… —Se detuvo al instante, luego miró a Shu intrigada por sus constantes pregunta alrededor de su hermano mayor, haciéndose de muchas sospechas al instante—. ¿Porque estas tan celoso?

Bien, ahora si lo había arruinado. Shu no sabía qué responder. Sus sentimientos alrededor de Valt lo estaban llevando al límite, el no era así, podía guardar la calma en situaciones críticas, pensar en buenas opciones para resolverlas y salir de conflictos de la forma más pacífica posible.

Pero Lui siempre lo rebasaba, primero en el beyblade y ahora con Valt.

Estaba cayendo de a poco su faceta calmada y seria, debía controlarse más.

Inhalo y exhalo a un ritmo calmado y lento, recompuso de a poco el control sobre sus sentimientos y miró a la de cabellos rosas con el rostro nulo de expresiones innecesarias.

—Solo quiero saber los consejos que le diste a Valt, es todo.

La expresión de Nika era de incredulidad, sabia que Shu no estaba del todo bien pues la manera tan indiscreta y desesperada con la que soltó todas sus preguntas anteriores no eran características del albino.

—No puedo hablar de eso contigo —contestó rápidamente mientras una sonrisa traviesa adorno su rostro, se balanceo un poco con los pies pareciendo divertirse con algo—. Pero puedo ayudarte a ti si quieres.

La propuesta recibida coloreo ligeramente el rostro del albino de carmesí, la pequeña soltó una risa traviesa por su reacción inesperada.

—¿Pensabas que no me daría cuenta? ¡Es obvio que estas loco por Valt!

—¿Qué? ¿Cómo es que tú…?

—Vamos Shu, soy una niña pero no una tonta. Eres amable y atento con los demás, pero cuando estas con Valt lo dejas resolver sus problemas solo. Confías demasiado en él, mucho más de lo que confías en ti mismo.

Estaba completamente expuesto frente a una niña pequeña, lo leyó como un libro. Sintió un poco de miedo por la habilidad oculta que recién descubria de la menor.

Se dio la media vuelta impactado, tenía todas las intenciones de ir rápido a su casa, sin embargo Nika se encargó de detenerlo nuevamente.

—¡Oye! Quizás mi hermano vaya a hacer algo muy tonto pronto… —dijo alarmada, Shu volteo a mirarla intrigada—, si piensas decirle lo que sientes hazlo rápido, si es mañana mismo mejor. Sé que tú puedes ganarle.

El albino quien al principio parecía un poco confundido le sonrió ligeramente, sin decir nada más se marchó directo a casa.

Esas ultimas palabras de Nika habían sido más que suficientes para reavivar sus ganas de confesarse a Valt.

No tenía que cambiarse a sí mismo o competir directamente con Lui; por su propia cuenta se encargaría de que sus sentimientos fueran correspondidos.

Llego a casa entusiasmado, sacó más hojas de color rojo y empezó a formar las últimas letras que le faltaban a su obsequio. Cuando terminó lo miró lleno de orgullo, un cosquilleo recorrió su columna vertebral al imaginar el momento en el que daría ese enorme bey a Valt, seguro que el menor iba a emocionarse mucho incluso si no leía ese "TE AMO" en el layer.

Su estómago rugió, recién se dio cuenta que no había probado bocado alguno desde que llegó a su hogar hace dos horas. Rápidamente se preparó una cena ligera para después ir a su habitación dispuesto a dormir.

Tarea que resultó muy difícil ya que seguía pensando en la escena de Rantaro y Wakiya en el parque, no es que le desagrade su relación pero en cierto modo sentía envidia por los dos. La manera en la que se besaban con tanta pasión, era algo que deseaba compartir con Valt.

El día siguiente llegó, Shu tomó su obsequio y lo metió lo mejor que pudo en una bolsa de papel decorada. Se sentía un poco tonto haciendo algo así, luego recordaba que todo era por Valt así que no podía dar marcha atrás.

Llegó a la escuela intentando disimular lo mejor posible la bolsa extra que llevaba ese día, no vio a Valt por ningún lado así que asumió que nuevamente llegaria tarde. Colocó su regalo debajo del asiento y esperó con paciencia a que el chico arribara.

El timbre que daba inicio a las clases sonó pero Valt no llegaba.

"¡No puede ser! De todos los días en que tenías que faltar tuviste que elegir este Valt" pensó el albino alarmado por la ausencia del menor, suspiro derrotado y el resto del día se dedicó únicamente a atender las clases.

Cuando el día terminó no tenia muchos animos de hacer algo, aun así debía ir a entrenar al parque, ya eran varios días seguidos sin hacerlo así que no podía evitarlo por más tiempo. Empujó su bicicleta un par de calles cuando vio algo que lo dejó en shock.

Valt miraba a su acompañante con los ojos brillando, mientras Lui lo tomaba del mentón.


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