—Entonces, ¿cómo vamos a llegar todos sin que lo noten los muggles? —preguntó Harry
Estaban el, Hermione, Ron, Ginny y Arthur Weasley de camino a el mundial de Quidditch.Mientras comenzaban la subida de la colina de Stoatshead, entre jadeo y jadeo, el señor Weasley le explicaba a Harry como iban a desplazarse en traslador hasta el campamento que el ministerio había acondicionado para el acontecimiento.
—¡Uf! —jadeó el señor Weasley, quitándose las gafas y limpiándoselas en el jersey—. Bien, hemos llegado con tiempo. Tenemos diez minutos...
Hermione llegó en último lugar a la cresta de la colina, con la mano puesta en un costado para calmarse el dolor que le causaba el flato.
—Ahora sólo falta el traslador —dijo el señor Weasley volviendo a ponerse las gafas y buscando a su alrededor—. No será grande... Vamos...
Se desperdigaron para buscar. Sólo llevaban un par de minutos cuando un grito rasgó el aire.
—¡Aquí, Arthur! Aquí, hijo, ya lo tenemos.
Al otro lado de la cima de la colina, se recortaban contra el cielo estrellado dos siluetas altas.
—¡Amos! —dijo sonriendo el señor Weasley mientras se dirigía a zancadas hacia el hombre que había gritado. Los demás lo siguieron.
El señor Weasley le dio la mano a un mago de rostro rubicundo y barba escasa de color castaño, que sostenía una bota vieja y enmohecida.
—Éste es Amos Diggory —anunció el señor Weasley—. Trabaja para el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Y creo que ya conocéis a su hijo Cedric.
Antes de que verlo Harry busco vagamente en su memoria a Cedric Diggory, buscador de Hufflepuff y el único buscador que hasta ese día había ganado a Harry en un partido. Aunque claro, había también que considerar que los detentores no habían atacado a Cedric aquel día.
Detrás de Amos Diggory, apareció Cedric y Harry no pudo evitar soltar una expresión de sorpresa, exactamente igual que Hermione y Ginny. Aquel muchacho que estaba ante ellos era sin duda, muy, pero que muy guapo, pensó Harry para si.Desde que el año descubriera su bisexualidad, a manos de Oliver Wood, el cual le dio su primer beso, y sus primeras caricias para nada inocentes, Harry no podía evitar fijarse en muchos de los muchachos que convivían con el en Hogwarts, y se sorprendió al ver que ninguno de su edad le atraía lo suficiente para intentar algo.
Pero aquel adonis no era de la edad de Harry, ni mucho menos, Cedric debería estar comenzando su séptimo año en Hogwarts, a juzgar por esa mandíbula y no quería pensar en esos músculos que no se podían entrever a través de su sudadera, pero que seguro que el entrenamiento de Quidditch había moldeado.
—Hola —saludó Cedric, mirándolos a todos.
Todos le devolvieron el saludo aunque Fred y George solo asintieron, posiblemente todavía algo resentidos por la victoria de Hufflepuff el año pasado.Aunque a decir verdad a Harry también se le entrecorto su saludo, aunque eso fue por no poder dejar de mirar las facciones de Cedric.
—¿Son todos tuyos, Arthur?
—No, sólo los pelirrojos —aclaró el señor Weasley, señalando a sus hijos—. Ésta es Hermione, amiga de Ron... y éste es Harry, otro amigo...
—¡Por las barbas de Merlín! —exclamó Amos Diggory abriendo los ojos—. ¿Harry? ¿Harry Potter?
—Ehhh... sí —contestó Harry.
Harry ya estaba acostumbrado a la curiosidad de la gente y a la manera en que los ojos de todo el mundo se iban inmediatamente hacia la cicatriz en forma de rayo que tenía en la frente, pero seguía sintiéndose incómodo.
—Ced me ha hablado de ti, por supuesto —dijo Amos Diggory—. Nos ha contado lo del partido contra tu equipo, el año pasado... Se lo dije, le dije: esto se lo contarás a tus nietos... Les contarás... ¡qué venciste a Harry Potter!
A Harry no se le ocurrió qué contestar, de forma que se calló. Fred y George volvieron a fruncir el entrecejo. Cedric parecía incómodo.
—Harry se cayó de la escoba, papá —masculló—. Ya te dije que fue un accidente…
La verdad es que sí que fue un accidente, pero Harry agradeció el gesto profundamente, no dudaba que Cedric fuese de Hufflepuff, ahora que lo recordaba, Cedric había pedido anular el partido. Harry no pudo evitar sonreír y sonrojarse un poco mientras Amos Diggory seguía alardeando de la victoria de Harry, antes de tocar el traslador.
Harry sintió como si un gancho, justo debajo del ombligo, tirara de él hacia delante con una fuerza irresistible, hasta caer hacia el suelo, no obstante, unos fuertes brazos le sujetaron salvando a Harry de una caída que lo mas seguro es que hiciese a Hermione volver a tener que usar un “Oculus Reparo”
.Cuando se dispuso a darle las gracias a la persona que lo había sujetado, se encontró la cara de Cedric que esbozaba una media sonrisa que removió el estomago de Harry, mucho mas que el traslador.
-Gracias-dijo Harry, casi susurrando, por algún extraño motivo las palabras no salían de boca.
-No es nada, ten cuidado la próxima vez, ya son dos veces que veo caerte-bromeo Cedric, soltándolo.
Harry no sabia que contestar a eso, asi que agradeció que una estridente voz anunciara:
-Desde la colina de Stoatshead a las cinco y siete