Encontrarlos no iba a ser tan difícil, simplemente le pediría a Suigetsu que investigará, por ello se había citado con el hombre para poder hablar a gusto.
-Sakura - cuando llegó a aquel fino restaurante se acercó a la mujer y le beso la mano - es un honor tenerte de vuelta en este lugar, creí que jamás volverías.
-esa era la idea - se detuvo para tomar un sorbo de su margarita - sin embargo unas malditas cucarachas malagradecidas escaparon y vinieron aquí.
- así que tú esposo te dejo al fin.
- Solo escapó, aún está casado conmigo… Suigetsu necesito tu ayuda - sonrió mirándolo mientras sacaba su pie de su zapatilla para con este poder acariciar la entrepierna de este
- vaya… Sakura, eres muy amable… pero no eres mi tipo.
- solo una vez… estoy frustrada sexualmente, arruine mi cuerpo por un embarazo porque creí que Sasuke me querría con un hijo de ambos pero no funcionó.
- Bueno… supongo que sí Karin no se entera… después de todo ella no está aquí…
-¿Dónde está tu novia?
- Trabajando en un laboratorio con un reconocido científico, crea vacunas y medicinas… pero no está aquí, eso es aburrido.
- entonces vamos querido… después necesito que localices a mi hija, la quiero de vuelta conmigo.
- para que le pegues… aunque eso no es problema mío, tú sabrás cómo educar a tu hija.
La chica sonrió y tomaron unas cuantas margaritas para luego salir del lugar, Sakura mentiría si dijera que era virgen, se había cansado de guardar su castidad para Sasuke, así que cada vez que se sentía frustrada sexualmente buscaba alguien con quién quitar esa frustración, ahora Suigetsu era su mejor opción, así que pagó la cuenta y lo llevó a un hotel.
Comenzaron a besarse ella cerró los ojos disfrutando las caricias, imaginando que esos besos y toques se los daba el azabache, simplemente se dejó hacer por el hombre.
Unos días después de aquel encuentro, Sakura recibió un mensaje, ahí estaba la dirección de la casa de Sasuke, sonrió y se arregló, iría a recuperar a su hija.
Condujo con calma hasta aquella casa y al llegar tocó el timbre esperando que le abrieran, y sonrió al ver que su suegra fue quien atendió.
-¿Dónde está mi hija? Se la llevaron sin mi autorización, eso es un secuestró…
-Sí, igual que lo que tú nos hiciste hace años, ella no está aquí - respondió con notable desprecio - además ¿Para que la quieres? ¿Para pegarle y maltratar la como siempre lo has hecho? Sabes que es un milagro que Sarada esté viva después de todo el sufrimiento que le has hecho pasar.
- Mire señora, no le interesa como eduque a mi hija… quiero ver a Sasuke
- No está… - murmuró con simpleza
- vaya parece que no hay nadie en casa, bien no importa… solo quiero que sepa que si a mí hija la educó de una forma severa es porque quiero que sea una buena persona, y no una buena para nada… además le doy el mismo afecto que su padre me da.
- Estás demente… Sakura por tu bien olvida a mi hijo, busca a otra persona… Sasuke no te ama, entien - no termino de hablar cuando la de cabello rosa de dio una cachetada
- no le pedí su opinión - la miro con enojo por aquello que le había dicho, ella no tenía que recordarle lo que ella muy bien sabía - así que guarde la para alguien a quien le importe, volveré por Sarada - tras decir eso se dio la vuelta y subió a su auto, no sé iría esperaría en ese lugar hasta poder hablar con el azabache.
Ya eran casi la una y aún no había señales de Sasuke, y cuando ya estaba por irse lo vio, y venía con la niña, al parecer volvía de la escuela, pues traía uniforme.
-Me alegro que tú fueras por mi papá… - comentó con un leve sonrojo - antes no ibas por mi
-No podía… pero aquí las cosas son diferentes - hizo un gesto como queriendo sonreír pero simplemente no podía, en esos años no había convivido mucho con su hija, solo intervenía para que Sakura no se desquitará con ella, pero es que el únicamente deseaba tener hijos con el rubio, jamás imaginó que su primer hijo lo tendría con Sakura.
- eso me gusta… me gusta estar aquí…
- ¿Si? Igual a mí… aquí crecí y aquí viví momentos felices…
-Si, por ejemplo aquí nos casamos cariño - Sakura se paró frente a ellos con una sonrisa - ¿Por qué se fueron sin avisar?
- Porque ya nada me ata a ti…
- Te equivocas Sasuke - lo miró con indignación - ¿Ves este anillo? Es de matrimonio, a ti te une a mí… nuestro matrimonio y Sarada.
- Ella no es algo que nos pueda mantener juntos, tampoco ese anillo que solo tú has usado estos años, el matrimonio - sonrió con burla - se soluciona con el divorcio, eres un estorbo que apareció en mi vida… y al fin puedo deshacerme de ti.
- como quieras, pero a Sarada me la llevo, y el matrimonio… no tienes dinero para pagar un abogado, vamos mocosa - tomo a la niña del brazo y la arrastró al auto
Sasuke aunque quizá no detuvo a Sakura, realmente quizá era mejor si ella se quedaba con la niña, pues la que en un principio deseaba ser madre fue ella, él jamás tuvo el deseo de ser padre, al menos no de los hijos de esa mujer. Suspiró y entró a la casa, donde rápidamente fue recibido por su madre
-Bienvenidos - la mujer sonrió - prepare sopa de tomate y… - se detuvo al ver notar que su nieta no estaba - Sasuke ¿Dónde está Sarada?
- Su madre se la llevó… - su tono de voz era monótono como desde hace ocho años.
-¡¿Qué?! ¿Cómo que Sakura se la llevó? - se llevó las manos a la cara con notable preocupación, en definitiva su nieta estaba en peligro - ¿No hiciste nada para evitarlo? Sasuke sabes que Sakura está molesta, esa mujer está loca, puede matar a la niña…
- no creo que lo haga… aun así iré a buscarla después.
Mikoto suspiro, ella apreciaba a la niña, y había visto cuánto había sufrido con los años, quizá más que ellos, ahora solo podía rezar para que nada le pasara.
Sakura llegó a su casa y se metió a la cochera, una vez que la puerta se cerró bajo a su hija arrastrada del cabello
-maldita mocosa traidores ¿Crees que tú papá te quiere? - soltó un carcajada mientras caminaba - no linda, él te aborrece… jamás te quiso, yo que te tuve en mi vientre ¿Así me pagas?
- no… mamá - trataba de soltarse mientras lloraba -
- creo que tengo que educarte mejor - frunció el entrecejo y la soltó para luego comenzar a patear la - eres una mal agradecida…
- ¡mamá por favor!
- ¡No te he dado permiso de hablar!
Esa tarde Sakura le pegó a su hija hasta cansarse y después la dejó encerrada en el sótano un día sin darle de comer, Sarada ya no soportaba a su mamá, la odiaba, tenía que huir, cuando al fin Sakura la saco, ella busco la forma de salir de esa casa, el cuerpo le dolía pero tenía que alejarse, de repente todo se hizo borroso y se desmayó, pero al fin estaba lejos de esa mujer.
Algún desconocido la encontró y llamó una ambulancia, Sarada término en el hospital que le pertenecía a la familia del rubio, quizá las cosas comenzarían a cambiar.