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Before you go por Little Bully

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Notas del fanfic:

Pareja principal: Lucius Malfoy y Ronald Weasley

Géneros: Acción, Angustia, Drama, General, Romance, Tragedia.

Advertencias: AU=Universos Alternos, Mención de Tortura, Mención de Violación/Non-Con, Muerte de un personaje, Otras, Violencia.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, le pertenecen en su totalidad a J.K. Rowling, a mí solamente me pertenece la trama y uno que otro personaje. Referencias de los libros y las películas. Esto fue creado sin fines lucrativos, esta únicamente hecho para entretener y matar mi tiempo.

Esto es fanfiction, estamos aquí para pasarla bien, entretenernos y divertirnos, así que puedes tomar mis historias para cualquier cosa que desees: traducción, secuela, tomar la idea para crear otra historia similar o diferente, continuarlas desde otra perspectiva, etcétera; lo que si no se perdona es el plagio (copiar tal cual, pegar y llevarse el crédito) y adjuntarse el esfuerzo, tiempo y dedicación que uno le pone a dichas historias. De ahí en fuera, ¡eres bienvenido/a de hacer lo que gustes con ellas! Estaría encantada de que me mandaran los enlaces de sus historias para así poder leerlas.

El título de la historia fue sacado de la canción Before You Go de Lewis Capaldi. Está no tiene nada que ver con la trama, pero fue la que escuchaba cuando estaba corrigiéndola y encajaba con lo que necesitaba.

Notas del capitulo:

Después de tanto tiempo sin publicar o escribir algo, está historia la encontré por ahí. Es algo que había escrito desde el 2017 y que por la cuarentena me dedique a perfeccionar por el aburrimiento y, aparte, ¡no sé como se me ocurrió la pareja en ese entonces para esta historia! Solo sé que la quería y aquí está toda bella, esperando a ser expuesta y por eso he decidio subirlo.

 

¡Disfruten de esta locura!

Ronald Weasley se encontraba corriendo.

Corría con todas las fuerzas que le quedaban. Hermione Granger trataba de seguirle el paso con determinación, luchando a su lado cuidándose ambos las espaldas.

No sabían exactamente qué era lo que pasaba a su alrededor, solo sabían que tenían que protegerse de los hechizos que les lanzaban. No podían detenerse a luchar y pelear como deberían de estarlo haciendo. Tenían una misión que cumplir y no había tiempo para perderlo con un sucio mortífago que los llegara a interceptar.

Había escombros y cuerpos por todas partes, el fuego quería consumir todo a su paso también. Eso era de lo único que estaban seguros.

Estaban dentro del castillo de Hogwarts, después de haber sobrevivido a los enfrentamientos entre los mortífagos y todo el revuelo que tuvieron que hacer dentro del castillo. Para su suerte, hasta ahora, les había funcionado todo lo planeado.

Trataron de refugiarse lo mejor que pudieron y pararon unos segundos.

Aún jadeantes por el agotamiento, lograban escuchar ruidos, gritos, risas, todos aquellos sonidos que una lucha como esa podía ofrecer y, eso, los hacía estremecerse. Estaban demasiado cansados y tenían miedo. El olor a muerte estaba por todas partes y la pesadez que se sentía era tan asfixiante, pero ambos tenían una meta en mente por la cual no podían parar a siquiera pensar en llorar: necesitaban encontrar a esa maldita serpiente. Ron sabía que no podían darse por vencidos. Y menos cuando era el último Horrocrux que les hacía falta aniquilar.

Volvieron a correr.

La serpiente de Voldemort -El que no Debía ser Nombrado- era demasiado escurridiza y parecía que se burlaba de ellos; cuando creían verla, esta desaparecía tan fácil como aparecía en su campo de visión. Más ya tenían demasiado que no la veían, no lograban localizarla dentro del castillo por tantos escombros y Ron intuía, que de ser que se encontrará dentro, iban a tardar demasiado en localizarla. Ya se encontraba desesperado por no verla por ningún lado.

¡Está afuera!, pensó Ron asustado, ¡Está afuera, está afuera, está afuera!

— ¡Hermione, a este paso nunca la vamos a encontrar! —gritó Ron mientras seguía corriendo y lanzando hechizos de protección. Quería pelear, quería enfrentarse a todos los salvajes mortífagos que se les estaban acercando, pero no podía más que protegerse y todo por buscar a esa cosa. Su último pensamiento había logrado que se instalara el pánico en él empezando a hiperventilar.

Debían detenerse y pensar en una mejor estrategia. Esa serpiente no se les podía escapar, así como así.

— ¡No puedes decir que dejemos de buscarla! —atacó Hermione indignada—. ¡Necesitamos encontrarla cueste lo que cueste, Ron!

— ¡Claro que no pienso eso! —se defendió molesto por lo que había dicho su amiga—. ¡Pero tú sabes que puede que ya no esté dentro del castillo!

Hermione le tomó el brazo, como pudo, y lo jaló detrás de unos escombros para cubrirse mientras se detenían. Ron, alarmado, volteó a verla deteniéndose unos pasos delante de ella.

— ¡Harry está afuera! —gritó asustada Hermione. Ron asintió sin poder responder por falta de aire—. ¡Si Nagini está afuera puede distraerlo!

— Las serpientes atacan por la espalda. —susurró Ron lo bastante fuerte para que Hermione lo pudiera escuchar.

Ambos contuvieron el aire ante tal idea horrorizados, pues sabían que eso era verdad. Era un hecho. Las serpientes eran sigilosas y preferían cazar a sus presas mientras estuvieran distraídas. No podían permitir que eso le pasará a su mejor amigo. La idea se le plantó en su cerebro tan rápido que sufrió de un escalofrío y tenía la certeza que Hermione pensaba lo mismo que él por como lo estaba viendo en esos instantes.

Ellos ya sabían lo que tenían que hacer ahora.

— Podemos perder la vida tratando de buscarlo. —dijo Hermione como queriendo hacerle saber que podía pasar si salían afuera. Ron volteó a ver a su varita.

Su cuerpo protestaba adolorido con cada movimiento. Sin embargo, no le importó, eso era lo que menos le importaba en esos momentos. Él sabía que una vez que decidieran correr hacía afuera, ya no habría marcha atrás. Más insistía en su falta de tiempo, no tenían tiempo que perder, ni para buscar alguna otra alternativa, o un mejor plan; tiempo era con lo que no contaban y no podían desperdiciarlo mientras él estaba dando la vida pelando por ellos.

Había demasiadas emociones mezcladas y no lo ayudaban a pensar correctamente.

Miedo.

Pánico.

Coraje.

Aunque había algo, algo aún que le daba fuerzas para mantenerse firme y que sobrepasaba sus temores.

Valentía.

— Sé que podemos morir o ser capturados. Más no dudes que iré por ti y por los demás. No importa el tiempo que me tome, pero voy a rescatarte. Voy a rescatarlos. —le juró. Ron la miro decidido empuñando su varita, sonriéndole de manera sincera y ella le sonrió de regreso con la misma intensidad. Tal vez esa sería la última sonrisa que se podrían dirigir. Entre un mudo acuerdo, volvieron a correr ahora con una meta y rumbo diferentes.

Lo intentarían les costará lo que les costará. No se iban a dejar vencer.

Tenían que encontrarlo para poder cuidarle las espaldas.

Tenían que encontrarlo para protegerlo.

Tenían que encontrar a Harry Potter.

No había peleado todos estos años para fracasar, no habían llegado tan lejos para nada. Y, por todo lo que amaban, iban a vencer esa guerra.

 

°°°

 

— ¡Lo encontré, Hermione! —le gritó aliviado y, feliz, señaló donde veía hechizos siendo lanzados. Les tomó más tiempo del necesario el llegar ahí, había demasiados mortífagos afuera cuidando a su líder, pero Ronald había logrado ver a Harry cubriéndose y lanzando hechizos contra Voldemort. Estaban a una distancia prudente para que ninguno los alcanzara y los hiriera.

Hermione lo tomó del brazo haciendo que levantara su varita, posicionándose en modo de defensa.

— ¡No te distraigas! —le ordenó en un tono suplicante—. Sé que estás aliviado de que ya estemos junto a él, pero, por favor, ¡no bajes la guardia!

— ¡Hay que buscar a la serpiente desde aquí entonces! —levantó más su varita, desafiante—. ¡Hay que protegerlo!

No obstante, el alivio de haberlo encontrado les duro demasiado poco. Al voltear ambos a ver a Harry y asegurarse que todo marchaba a favor de su amigo, contemplaron como, por un segundo, volteó hacía un lado distrayéndose totalmente.

— ¿Qué le pa-? ¡Harry!

Levantaron, ambos, sus varitas con el terror reflejado en sus rostros. Antes de siquiera pensar en hechizos protectores, observaron como Harry caía.

No.

Una fuerte risa retumbó en sus oídos.

¡No!

Un simple momento de descuido basto para que Harry Potter -el Niño que vivió- cayera. La imperdonable lo había alcanzado.

¡NO!

El cielo se tornó gris.

Notas finales:

Al ser basado totalmente en las emociones de Ronald y sus pesares conforme los años, originalmente esta historia era un largo, pero largo One-Shot y me gustaría saber que opinan porque no me puedo decidir, ¿lo dejo en un único capítulo o lo divido en pequeños tipo drabbles?

¡Díganme que les pareció! Estaría muy agradecida y me motivaría a subir el resto de la historia. Si hay alguna falta de ortografía, disculpen de antemano.

¡Nos leemos! ♥


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