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Trayendo a Deckard a casa por lady_chibineko

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Título: Trayendo a Deckard a casa

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: La franquicia de Fast & Furious es propiedad intelectual de Gary Scott Thompson, Universal Pictures y los respectivos productores de cada película. Esta historia entra después de la película Fast & Furious 8 (The Fate of the Furious) y el spin-off Hobbs & Shaw.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Nota: ¡Feliz 47° cumpleaños Deckard! Hay que celebrarselo al inglesito, aunque al final haya un cumpleaños Hobbs. Pero la intención de la autora es lo que cuenta... si, si lo es.

~.~.~.~.~.~

Capítulo I


Sam y Linda soltaron al unísono una serie de risitas cuando volvieron a darle calabazas a Fred, el hermano mayor de Linda, en su último intento (hasta el momento) de ligar con una chica en la parrillada/fiesta de cumpleaños de su hermanita (la cual se llevaba a cabo en un parque con zona para días de campo). Sam sabía que no debería de estar riéndose de Fred así, pero a los 12 años ese tipo de situaciones por las que pasaban los chicos mayores solo podían causarte gracia además de pena ajena.

Tras controlarse un poco, sacó el teléfono móvil para ver la hora.

Ya casi eran las 6 de la tarde ¡Pronto irían a recogerla!, pensó Sam con emoción.

Y esa emoción tenía un poderoso motivo detrás.

¡Deckard iba a ir a recogerla!

Lo cual era todo un acontecimiento por el simple hecho de que en los 2 años 3 meses de relación con su papá, Deckard se había mantenido fuera de la vista de casi toda persona que tuviese contacto con los Hobbs, a excepción de su tía Emere, la hermana mayor de su papá, y la familia de ésta.

Sam sabía el motivo, pues había escuchado a su papá preguntar sobre ello a Deckard unas semanas atrás, y por el tono y el tipo de pregunta (¿No crees que es tiempo de que alguien además de Sam, Emere, Ted o los chicos te conozca?) no era la primera vez que se tocaba el tema.

Pero si la pregunta le había sonado mal a Sam, la respuesta fue aún peor. Deckard había dicho, de una manera demasiado enredada, entrecortada y dando muchas vueltas; que no quería que Sam tuviese problemas con sus compañeros del colegio, o que el mismo Luke, además de Sam, tuviese problemas con los padres o maestros debido a que Luke Hobbs estuviese saliendo con un hombre, menos uno como él. Y fue allí donde Sam cayó en cuenta que el que Deckard nunca estuviese en casa cuando uno de sus compañeros iba, y el que ninguno de los padres de familia o maestros o hubiese conocido aún, era dolorosamente intencional por parte del inglés.

Y teniendo en cuenta la conversación que había tenido con sus tías, de paso era terriblemente inconveniente para lo que Sam quería.

¡Y todo ello no era más que una gran tontería! Porque no solo Sam estaba completa y absolutamente orgullosa y feliz de tener a Deckard en su vida sino que, de a pocos en esos dos años, había hecho que de una u otra forma todos supiesen sobre él. Sus compañeros, los padres de sus compañeros, sus profesores... todos aquellos a quienes Sam consideraba que debían de saber.

Había comenzado con ella llevando 3 pasteles de chocolate para el puesto de venta de su salón en una feria del colegio. Los pasteles habían sido vendidos por tajadas, y ni una sola persona que compró y probó el pastel dejó de venir una segunda y hasta una tercera vez.

Los pasteles desaparecieron tras menos de 30 minutos de haber abierto el puesto... los tres, y Sam se llenó la boca diciéndole a todos que había sido el novio de papá quien los había hecho, y que ella había ayudado.

Por supuesto hubo más de un incrédulo, pero en cuanto un valiente se atrevió a preguntarle a Luke y éste corroboró lo dicho por Sam con una enorme sonrisa, la niña comenzó a desperdigar lo asombroso que era Deckard a los cuatro rincones de su pequeño mundo.

Cuando Deckard comenzó a realizar complicados peinados en su cabellera una que otra mañana antes de que le tocase ir a clase, y alguien alababa el peinado, ella respondía con un gracias, pero que se lo había hecho Deckard, así que por supuesto se veía genial (y el que ya no tuviese que ver con mal contenida envidia a varias de sus compañeras cuando éstas llegaban a clases con peinados hechos por sus madres era un gran bonus).

Y cuando ganó el tercer puesto en su feria de ciencias, explicó a su profesor que había sido Deckard quien le había enseñado los principios básicos en los que había basado su proyecto.

Y los ejemplos seguían y seguían, así que las razones de Deckard para evitar ser conocido eran ridículas.

En especial porque no le gustaba lo que algunos habían comenzado a decir sobre Deckard sin siquiera conocerlo, como el tío de Laura, el cual a espaldas de su papá (porque el tipo seguro quería evitar que el ex DSS le tirase todos los dientes de un golpe) llamaba a Deckard el 'noviecito', 'afeminado', 'el juguetito de Hobbs', 'mariposón' y otros términos más que Sam sabía que eran despectivos, así como otros tantos que no entendía lo que eran, tales como 'twink'... Realmente quería saber que era un twink, para poder darle una buena patada al tío de Laura con conocimiento de causa, y no le importaba que el sujeto hubiese servido en el ejército. Algunos no merecían el ser soldados.

Pero lo peor eran las miradas de pena que, una y otra vez, había recibido después de un tiempo de comenzar a nombrar a Deckard, sobre todo de las madres de sus amigas y de una que otra profesora.

¡¿Qué demonios querían decir esas miradas?!

Se lo comentó a tía Emere al mismo tiempo que ésta había aceptado llevarla y regresarla del cumpleaños y la vio alzar la ceja que denotaba problemas. Tía Emere se había indignado cuando le contó sobre las miradas y las palabras de Rafe, el tío de Laura. Casi había echado fuego por la boca cuando le pintó el escenario completo, incluyendo lo dicho por Deckard, y finalmente tras una larga charla le había ayudado a urdir el plan que estaba llevando a cabo no solo para que todos conocieran a Deckard de una vez (gran parte de sus compañeros, varios de los padres y otros familiares de dichos compañeros, e incluso un par de profesores) sino que además venía a ser el paso número uno de un plan mucho más grande (gracias tías Eme y Hattie).

Y luego... luego podría poner en marcha el paso 2. Pero antes, iba a completar la etapa 1.

Volvió a mirar la pantalla de su móvil. Seguro que en cualquier momento Deckard se hacía presente.

Y es que aunque tía Emere la llevo a la reunión y se quedó un rato, pronto se retiró dejándola al cuidado de los padres de Linda, antes de guiñarle un ojo a Sam e irse, alegando que le había salido algo de último minuto.

Papá estaba en uno de sus trabajos, pero Deckard estaba en la cuidad. Sam sabía que tía Emere le había escrito un mensaje anunciándole que le había surguido algo (sin especificar qué) y que no iba a poder llegar temprano a recogerla. Un contra mensaje de Deckard anunciando que la recogería él, le dijo a ambas que la treta había funcionado.

¡Ya no podía esperar!

La mamá de Linda la observó mirar una tercera vez la pantalla del móvil y se acercó a ella despacio.

- ¿Sucede algo cariño?- preguntó la señora con una sonrisa- ¿Estás cansada ya? ¿Quieres que te llevemos a casa de tu tía?

Y allí estaba ¡El momento justo para hacer su anuncio!

Sam esbozó una sonrisa kilométrica y negó con vehemencia.

- No gracias, no voy a ir a casa de mi tía. Y no necesitan llevarme. Deckard está viniendo para recogerme.

Fue como si una burbuja temporal hubiese envuelto a los presentes, por lo menos a los que habían escuchado lo dicho por la niña.

La señora miró a Sam estupefacta y parpadeó varias veces antes de volver a esbozar una sonrisa alto tambaleante.

- ¡Oh! No lo sabía. Pero está bien entonces... supongo.

Sam asintió.

- Tal vez... ¿Deckard quiera quedarse un momento?- tanteó la mujer.

Sam frunció el entrecejo de manera pensativa, y luego negó.

- No creo. Tenemos aún mucho que hacer. La próxima semana es el cumpleaños de papá y estamos armando el menú ¡Deckard y yo hicimos una lista de todos los nuevos favoritos de papá desde su último cumpleaños! Deckard dice que va a hacerlos todos como el año pasado, pero que para eso necesita organizarse bien para que no sea ni demasiado ni muy poco. Aunque dudo que papá piense que sea demasiado de nada, a él le gusta todo lo que Deckard prepara y siempre repite. Y si sobra algo lo guardamos para calentarlo después. Y además van a estar tía Emere, tío Fred, mis primos y tía Hattie.

- Oh, vaya...- replicó la madre de Linda sin saber que más agregar.

Sobre todo porque aunque nadie hubiese conocido al famoso Deckard (aún), todos habían probado alguna vez algo hecho por el hombre, pues Luke y Sam se presentaban con pasteles y galletas, fuentes de lasagna, guisos y platillos exóticos a reuniones, eventos escolares y hasta celebraciones tras las victorias de los 'Dragones Rojos', el equipo de fútbol donde estaban varias de las compañeras de clases de Sam.

Y más de uno estaba convencido que el misterioso muchacho había llegado al corazón del padre de la niña vía su estómago.

Entonces Laura, la mejor amiga de Sam, preguntó entusiasmada.

- ¿En serio viene Deckard?

A lo que Sam asintió con igual entusiasmo.

- ¿Crees que pueda hacerme el peinado?

Y por 'el peinado', la pequeña se refería a una trenza en forma de S que Deckard le hizo a Sam un día. A la niña le había encantado, y Laura aseguraba que era como el peinado de una princesa, y luego había comentado lo mucho que le gustaría lucir una trenza así.

El asunto era que, al igual que Sam, Laura tampoco tenía mamá. Eran solo ella y su papá que era policía, así como el hermano menor del papá de Laura, osea el tío Rafe, el cual no le agradaba mucho a Sam. En especial por los apelativos con los que, como ya se dijo, había llamado a Deckard con anterioridad.

Pero el tío de Laura era lo de menos en aquel momento, lo importante era asegurarle a Laura que Deckard la peinaría.

- ¡Claro que si!- aseguró Sam, contenta de que su amiga hubiese entendido que ella no tenía ningún problema en compartir a su Deckard con ella.

Y es que antes de Deckard, ellas dos se habían sentido sumamente conectadas debido a lo parecido de sus situaciones, pero al llegar el inglés a la vida de Sam, Laura se había alejado un poco, sintiéndose sola de pronto al saber a Sam junto a alguien que cocinase, hiciese repostería con ella y la ayudase con su ropa, tarea y preparaciones para el colegio, entre otras cosas. Y los comentarios de su tío no habían ayudado para nada.

Y Sam, feliz como estaba al darse cuenta de que Deckard no solo quería a su papá, sino también a ella; había tardado en notar el alejamiento de su amiga. Pero una vez que lo notó, no tardó en hablar con Laura y asegurarle que ellas dos seguían siendo un frente unido. Nada más que además de sus papás y sus tíos, ahora también tenían a Deckard, y que a ella no le molestaba compartirlo. O no le molestaría, una vez que Laura lo conociese.

¡Y ese día había llegado!

- ¿Qué necesito?- preguntó Laura con emoción.

- ¡Peine, cepillo, ganchitos y ligas!- respondió Sam de la misma manera.

Sin dudarlo, la niña fue hasta donde su papá para pedir lo requerido, y es que como padre soltero de una pequeña, el hombre debía de saber que no dejar de llevar consigo.

Sam por su parte siguió sonriendo, hasta que el mencionado tío Rafe se introdujo solo en una conversación con la pequeña Hobbs, mientras al mismo tiempo escribía algo en su móvil.

- ¿Así que el sugar baby de tu papá por fin se muestra? Ya era hora- señaló el hombre con una sonrisa que molestó a Sam, quien frunció el entrecejo.

- ¡Rafe!- amonestó el papá de Laura a su hermano, a lo que el aludido solo se encogió de hombros.

- ¿Qué? ¿No es así como les llaman cuando los novios son mucho menores y viven a costa de un pobre hombre trabajador?

Sam ladeó la cabeza confundida. Era cierto que Deckard era menor que papá, por un año y medio más o menos. El papá de Linda era como 6 años mayor que la mamá de su amiga y nunca escuchó que alguien la llamara su 'Sugar baby'. Y lo pensaba decir a ver si así el tío Rafe cerraba el pico.

- Papá no es tan mayor.- defendió la niña cruzándose de brazos- Un año y medio no es tanto tiempo. Hay muchos papás y mamás mucho mayores que sus esposos aquí y no escucho que nadie les diga sugar baby.

Un montón de orejas curiosas se pararon, los adultos asistentes miraron a Sam con interés y más de uno con el rostro sonrojado ante lo dicho por la niña... ¡Ah! La sinceridad de los niños.

Pero lo importante de lo dicho era ¿Sólo un año y medio? No era lo que se habían imaginado, no con Luke llamando al tal Deckard 'Princesa' y 'Dulzura' por teléfono, o ganando discusiones por el mismo medio con frases como 'Soy mayor y por lo tanto se más que tú'.

- ¡Oh, vaya!- la mamá de Linda, al igual que muchos otros de los presentes, miró a Sam con curiosidad.

Sam torció la boca en un adorable puchero.

- ¿Qué?- preguntó comenzando a fastidiarse.

- Bueno, es que en realidad tu papá lleva ¿2 años con Deckard? Y aunque tú y él lo han mencionado muchas veces, me doy cuenta que no sabemos mucho sobre él. Solo que es ¿Inglés? Correcto.

Sam asintió.

La señora suspiró.

- ¿Y es solo un año y medio menor que tu papá? Entonces... supongo que tiene un trabajo estable ¿Cierto, nena? No es que quiera saberlo todo, es solo que no se casi nada, y no es lo que me imaginé.

Sam asintió de nuevo ante aquello. ¡Claro que Deckard tenía un trabajo! Trabajaba con su papá después de todo, pero eso no lo podía decir.

Pero casi 10 meses atrás, Deckard y tía Ramsey habían puesto un negocio de sistemas de seguridad informática para empresas, solo porque Deckard estaba algo aburrido, y también porque necesitaba algo 'legal' para seguir quedándose tanto tiempo en suelo estadounidense. Sin embargo, sorprendentemente, el negocio estaba teniendo mucho éxito en el mercado, incluso si habían comenzado solo dando servicio a negocios pequeños.

Pero claro, eran Ramsey y Deckard, dos excelentes hackers ¿Quiénes podían ser mejores entonces para conocer los puntos débiles de los sistemas convencionales usados por empresarios? A los 5 meses tenían más clientes de los que podían atender; y tras 10 meses no solo habían contratado personal extra, sino que hasta se estaban comenzando a expandir fuera de los Estados Unidos (los beneficios de la globalización digital).

Y eso, claro que lo podía decir.

- Hace sistemas de seguridad digital para empresas junto con una tía.

Varias cejas se alzaron.

El tío de Laura resopló.

- ¿Qué? ¿La princesita de tu papá no vive de hacer pasteles y cuidarte la casa?

El sujeto realmente estaba molestando a Sam.

- Deckard vive en su propio apartamento y no necesita hacer pasteles para vivir. Los hace porque a papá y a mí nos gustan mucho y nos hace felices. Y solo mi papá lo puede llamar princesa.- casi rugió la niña de manera protectora para con lo que era solo derecho de su padre.

El hombre gruñó y Sam lo miró desafiante.

- Así que tu viejo le compró un apartamento ¿Eh? Debe tener algo interesante después de todo, a pesar de ver otro viejo.

Sam gruñó.

- Deckard se lo compró él solo. No necesita que ni papá ni nadie le pague nada.- respondió la niña con altanería y los ojos entrecerrados, y luego añadió- Y no es viejo ¡Ni mi papá tampoco!

- ¡Rafe! ¡Ya basta!- advirtió el papá de Laura una vez más, aunque su tono de voz ya rayaba en una amenaza.

Claro que, cualquier otra cosa que fuese a decirse, se cortó de golpe cuando un precioso McLaren color Strom Grey se aparcó en uno de los estacionamientos del parque, justo frente a donde estaba llevándose a cabo la parrillada. Y al abrirse la puerta del conductor, salió de allí un hombre vestido con un traje sport elegante color azul naval, de pantalón y chaqueta, así como una camisa blanca con el botón superior desabotonado.

A Sam se le iluminó el rostro.

- ¡Deckard!- llamó emocionada, olvidándose del resto de gente a su alrededor, por lo que no notó las quijadas que casi llegaban al suelo.

Y más de una (y también alguno) de los adultos pensaban ¡Es un maldito bombón!

*.*.*.*.*

Deckard suspiró profundo antes de siquiera dar un primer paso en dirección a la multitud.

De acuerdo, si... estaba algo nervioso ¿Pero alguien podría culparlo realmente? Lidiar con terroristas, narcotraficantes o agencias gubernamentales, sea para negociar o para traerlas abajo era algo a lo que estaba acostumbrado y que no significaba nada más allá de un negocio o una misión.

¿Pero lidiar con los padres de los compañeros de Sam? La opinión de esas personas sobre él podía ejercer una gran influencia sobre su relación tanto con el padre como con la hija. O por lo menos así lo sentía él, y eso lo aterrorizaba.

Pero ya estaba allí, y Deckard Shaw no huía ante nada ni nadie, así que se acomodó y alisó arrugas inexistentes en su saco y enfiló hacia donde lo esperaba la pequeña dueña de su corazón.

Entonces escuchó un comentario sarcástico de un sujeto detrás de Sam.

- No tenía tampoco que venir vestido como para una pasarela.

Y vio a la niña fruncir el entrecejo antes de contestar.

- ¡Deckard siempre viste así! Se llama tener clase.- lo cual era la contestación usual de Deckard para Luke cuando al grandote se le daba por tratar de picarlo en son de juego con todo desde su ropa hasta su ritual de tomar el té de la tarde.

¡Y diablos! De pronto se sentía no solo un poco más seguro, sino también absolutamente orgulloso de su pequeña muñeca.

Llegó hasta donde estaba el resto y fue recibido por una entusiasmada Samantha Hobbs, quien de pronto se aferró a su cintura en un abrazo.

- ¡Llegaste!

- Por supuesto ¿No habrás pensado que iba a llegar tarde, verdad?

Sam le sonrió y pronto tomó su mano y jaló de él.

- ¡Ven! Te quiero presentar a todos.

Y Deckard se dejó llevar.

Y Sam le presentó a Linda, la dueña del cumpleaños, y a sus padres; así como a su mejor amiga Laura, la cual se había quedado mirándolo con el rostro adorablemente arrebolado mientras que Sam le hacía saber que la pequeña quería una trenza en S de ser posible por favor (lo cual explicaba el peine, la brocha para cabello, las ligas y pequeños ganchos en las manos de la niña). Por supuesto Deckard accedió sin pensarlo un segundo, incluso si el aparente tío de la niña, el pobre idiota del comentario anterior, había hecho una mueca de disgusto ante su disponibilidad para trenzar cabello. Y luego de eso vinieron Tiffany, Jenny y Adam, Oscar, Michelle y Candance, Dora y Jannette, Steve y Danny, así como los padres y madres, hermanos y hermanas, tías y tíos, abuelos y abuelas e incluso algunos primos lejanos y vecinos de los presentes, así como un par de profesores que inexplicablemente para Deckard, parecían ansiosos por conocerlo.

¿Pero que les había estado diciendo Sam sobre él?

Exageraciones sin duda, porque todos parecían absolutamente encantados de tenerlo allí.

Eso no tenía ningún sentido, pensó Deckard mientras se presentaba como Deckard Shaw (lo cual al parecer nadie sabía, pues para todos era tan solo 'Deckard', lo cual se le hizo increíblemente extraño) y no, no es necesario lo de señor Shaw, con Deckard es suficiente.

Y siguió sintiéndose perdido ante tantos rostros afables sin segundas intenciones.

Pero aun así puso una sonrisa en su rostro y asintió una y otra vez mientras se presentaba, y sí... se alegraba de que los pasteles de chocolate en la venta de pasteles hayan tenido tan buena acogida; y sí, definitivamente estaba orgulloso de lo bien que le había ido a Sam con su proyecto de ciencias y lo bien que le iba con sus clases en general, y no... no le molestaba en absoluto darle una mano con sus deberes de vez en cuando, pero por supuesto que él no le hacia las tareas a la niña, ella se las hacia sola.

Y sí, por supuesto, no tenía ningún problema en hornear algunas galletas para el próximo partido de los 'Dragones Rojos', el solo hecho de salir a la cancha era motivo suficiente para recibir un pequeño incentivo.

Y siguió sonriendo y saludando sin entender por qué todos le sonreían también y de manera cada vez más amplia.

Se excusó alegando que tenía una trenza que hacer lo antes posible, puesto que tenía que llevar a Sam a casa; y se sintió extremadamente nervioso ante el intenso escrutinio al que fue sometido mientras cumplía con lo dicho.

- ¡Cielo santo, Deckard! Estoy comenzando a dudar de que sea verdad que tiene una empresa de seguridad de sistemas tal y como nos contó Sammy ¿Seguro que no es un estilista profesional? Porque sin duda tiene el toque y si no lo es, se está perdiendo un buen ingreso de dinero- expresó casi en éxtasis la abuela de ¿Candance? ¿O era Jenny? Tendría que estudiar bien los rostros una vez que saliese de aquél lugar. Sammy tenía varios álbumes de fotos digitales después de todo.

¿Y Sam había hablado de su negocio con Ramsey?

- Me temo que solo soy peinador por las mañanas, y solo con Sam. Nada más allá, milady.- respondió el inglés un poco cohibido.

- Es una lástima, porque hubiese reservado un turno a primera hora el día de mañana.

- ¡Mamá!- escuchó Deckard a uno de los padres gimotear, y no pudo evitar una sonrisa.

- ¿Qué? Estoy vieja, no muerta.

- Tal vez podamos quedar en algo.- no resistió el ex-mercenario responder a aquello, para deleite de la anciana.

Y bueno, le recordaba un poco a su madre, no había podido evitarlo.

Y pronto se despidió de todos, no sin antes ser abordado una vez más por la madre de Linda, quien era la presidenta del grupo de padres de la promoción de Sam, y que de alguna manera lo comprometió con otras 2 bandejas de 'esa deliciosa lasagna de 3 quesos que Sam llevó al compartir de la escuela a inicios de año', así como varios pasteles para la próxima venta.

Estaba bien, Deckard disfrutaba el cocinar después de todo.

Así que tras un último adiós y un abrazo extra por parte de una pequeña Laura que estaba encantada con su peinado nuevo y su 'nuevo tío Deckard', tomó las cosas se Sam y se dirigieron hacia donde estaba parqueado el coche.

Por supuesto fue ese el momento elegido por 3 sujetos enormes y de aspecto dudoso que les salieron al paso.

Un conjunto de gemidos y jadeos llenos de angustia se pudieron escuchar desde donde estaba llevándose a cabo la fiesta.

No le costó mucho evaluar los pros y contras de un enfrentamiento, no con Sam y sus compañeros, y un puñado de indefensos civiles detrás suyo.

- Bonito auto, amigo.- dijo con bravuconería el que parecía ser el líder, y Deckard frunció el entrecejo- ¿Me lo prestas para dar un paseo?

Había algo extraño en esos 3... No solo era el tamaño de los sujetos, sino la forma en la que se movían. Estaban forzando el ser casuales, pero... pero... ¡Ah! Demasiado rectos, demasiado controlados. Era como ver a Luke tratando de comportarse como Toretto. Sin importar cuanto lo intentase, podía verse a kilómetros la formación y disciplina militar de Luke con solo verlo andar.

Militares entonces... Pero bueno, eso cambiaba las cosas.

Le pasó a Sam sus cosas y la hizo volver con el grupo de gente, aunque la niña al final solo retrocedió unos cuantos pasos, quedándose lo más cerca a Deckard que se podía.

Digna hija de su padre.

- Agradezco el halago, compañero; pero la respuesta es no. No dejo mis cosas en manos de idiotas, así que si fueses tan amable de quitar tus zarpas de mi coche y retirarte, te lo agradecería de verdad.- respondió con altivez mientras se cruzaba de brazos.

Y es que si aquello hubiese sido un atraco, tal vez Deckard se hubiese dejado sacar algo, incluso el coche. Tenía un buen seguro después de todo, y un aún mejor sistema de rastreo.

Pero aquello no era un atraco, era un despliegue de poder; y Deckard Shaw no se doblegaba ante nadie.

El líder entornó los ojos y susurró de manera amenazante.

- ¿Tienes idea de a quién te diriges, inglesito?

Y el viejo Deckard resurgió en ese parque urbano, mientras el hombre se descruzaba de brazos y se adelantaba hasta estar cara a cara con el sujeto, el cual en definitiva no se esperaba eso.

- ¡Oh! Créeme compañero, sé exactamente lo que tengo en frente ¿Ejército? ¿Marina? ¿Fuerza aérea? Da igual, son solo tres. Para poder conmigo, hace falta un ejército y ustedes no califican como tal.

Y tras decir aquello, todo fue tan rápido que al final ninguno de los presentes estaba muy seguro de lo que vio.

Un momento antes Deckard Shaw estaba nariz con nariz con el delincuente que le había salido al paso, al siguiente le había asestado un rodillazo que le había quitado el aliento, antes de aplicarle una llave con lo que le quitó el aire y lo dejó inconsciente.

Luego, de un solo movimiento de piernas había tirado al suelo en una suerte de patada voladora a los otros dos y luego con un par de golpes asestados a las tráqueas los había noqueado, y luego... luego le sacó los polos o camisas, buscando algo. Y aparentemente lo encontró ni 30 segundos después.

Y es que en serio ¿Manga larga en pleno mes de mayo en Los Ángeles? ¿Qué no podían ser más obvios? Deckard era un caso aparte porque bueno, él estaba acostumbrado a mangas largas y trajes incluso en los climas más cálidos (sino el ocultar armas y cuchillos hubiese sido un infierno), pero los nativos de ese país estaban por todos lados con polos y camisas de manga corta o manga cero en las calles.

Con un gruñido, cargó al líder sobre el hombro y al pasar junto a Sam se dio la vuelta, sacó la llave remota del coche y con ésta sacó el seguro y le indicó a Sam que se subiese, y luego siguió su camino hasta llegar al estupefacto grupo, donde dejó caer a su carga cual saco de papas, solo para levantar el brazo del caído y preguntar con un tono de voz aburrido.

- ¿Alguno conoce el pelotón al que pertenece este tatuaje?

- ¡Raphael!- vio al padre de la amiguita de Sam mirar incrédulo al sujeto que tan mala vibra le había causado desde que llegó.

Dejó caer el brazo del sujeto y se acercó al tal Raphael, dejando ver por un minuto el depredador que en realidad era.

- Mira, compañero; lo mejor es que seamos claros aquí y ahora. No quiero problemas, pero si me buscas me vas a encontrar, así que sería bueno que no intentes algo como esto de nuevo, porque esta vez me contuve. Por mucho ¿Está claro?

Y para su satisfacción, el tal Raphael asintió con actitud derrotada.

- Bien, en ese caso me retiro. No se preocupen, Sam llevará todo lo prometido a las respectivas actividades.- dijo con un leve aire de derrota mientras daba media vuelta, solo para ser detenido por una pequeña mano en su brazo.

Era Laura.

- Pero vas a venir también al próximo partido ¿Cierto, tío Deckard?

- ¡Por supuesto que va a venir!- aseguró la madre de Linda- ¡Y a la venta de pasteles también! Todos quieren conocer al pastelero que nos tiene encantados. ¿O cambió de opinión de pronto?

Deckard parpadeó confundido.

- ¿Están seguros?

Esta vez fue la abuela de Jenny (era la de Jenny) quien tomó la palabra.

- ¿Importarnos? Ay, querido. Una de las ventajas de tener a Luke alrededor es lo seguros que nos sentimos todos. Contigo ahora, estaremos el doble de seguros.

Un montón de afirmaciones ante lo dicho se dejaron escuchar.

Deckard parpadeó incrédulo, pero accedió una vez más a asistir a todos los eventos a los que se había comprometido previamente, y posiblemente a un par más.

Y al subir al coche miró a una Sam que le devolvió la mirada llena de sonrisas, y no pudo evitar sonreír también.

No estaba seguro de como pero había sido aceptado en ese, hasta el momento para él, desconocido mundo suburbano al que pertenecía la familia Hobbs. Y el asunto era, que hasta ese preciso instante, no tenía ni idea de cuánto había necesitado aquella aceptación.

- Entonces, muñeca ¿Ideas para el pastel de cumpleaños de tu papá?

- ¡Un montón!- respondió Sam con entusiasmo.

Y mientras Deckard arrancaba el coche, Sam se anotaba un gran punto a su favor.

Etapa 1 de su plan: completa. Y vamos por la segunda parte.

Aunque antes, Sam tenía una pequeña duda que resolver y estaba segura de que mejor le preguntaba a Deckard que preguntarle a su papá.

- Deckard.- lo llamó la niña mientras estaban atorados en el tráfico, y por lo tanto tenían el coche parado.

- Dime, cielo.

- Hace un tiempo escuché una palabra nueva, pero no sé qué significa ¿Qué es twink?

El rostro de Deckard se tiñó automáticamente de rojo y de susto, mientras volteaba a ver a Sam con tal impacto que hasta al parecer olvidó el tráfico y todo alrededor, porque la luz había cambiado a verde y ni caso le hacía a los claxon de los coches de atrás.

Sam suspiró.

Tal vez si les preguntaba a las tías Eme y Hatts, obtendría una respuesta.


Fin del primer capítulo


Notas de la autora:

¡Oh! Esta vez he partido el capítulo en dos partes, porque sino no hubiese podido subir este fic celebratorio a tiempo... aunque igual ya tengo el fic completo en borrador de papel escrito a lápiz (como es usual en mi).

Hola a todos!

Espero que este fic celebratorio les haya gustado, o por lo menos la primera parte. En estos días subo la segunda, y con eso una parte más de esta serie estaría arriba (faltan 5 más). Como siempre, lo he hecho por cariño a este par de babosos cabeza dura que pueden llegar a ser un terror para sus oponente, enemigos y hasta aliados; pero que en el fondo son un par de papás corazón de pollo que harían todo por los suyos (en especial por Sam y por el otro).

Nos estamos leyendo pronto en el desenlace, donde se viene algo de otros miembros de la familia que han sido, creo yo, un poco olvidados por el fandom.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

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