Era un día tranquilo en la Montaña Paoz. Después de los sucesos ocurridos con los androides, por fin reinaba la paz. El verano había comenzado y la familia Son se encontraba de vacaciones. O así debería de ser. Goku se encontraba la mayor parte del tiempo aburriéndose en su trabajo como ayudante de granjero, y esperaba cualquier oportunidad (generalmente cuando Goten le llevaba el almuerzo) para escapar por un momento y dejar a su pequeño hijo a cargo de todo. Afortunadamente Goten no era un niño normal así que muchas veces terminaba con el trabajo mucho mejor que su propio padre. Por su parte Milk no permitía que Gohan saliera de su habitación salvo para alguna necesidad básica, pues estaba empeñada en que el joven entrara en la mejor Universidad de Ciudad Satan. Por quinto día consecutivo Gohan se encontraba inmerso en una montaña de libros cuando escuchó quizá las palabras más bellas de sus escasos diecisiete años.
- ¡Gohan! - gritó Milk mientras entraba de prisa a su habitación. -Olvidé que este fin de semana será el cumpleaños de Bulma y prometí que la acompañaría durante estos días a un crucero por el mar. ¡No voy a poder vigilarte como es debido! -dijo esto último con un dejo de pánico en su voz.
-No tienes por qué preocuparte, mamá -dijo Gohan tratando de reprimir la alegría en su voz-. No me moveré de aquí durante los próximos tres días, salvo para comer con papá y con Goten.
- ¡Eso sí que no lo voy a permitir, Gohan! Tu padre es una mala influencia para ti y Goten solo será una distracción, así que ambos pasarán este fin de semana trabajando en la Corporación con Vegeta y Trunks. Tal vez así aprendan algo de responsabilidad -dijo esto último con una mueca de superioridad mientras salía de la habitación.
-Lo dudo... -dijo Gohan mientras se imaginaba el divertido fin de semana que tendrían esos cuatro. Entrenando hasta que sus cuerpos no pudieran más y después tragando como si se trataran de unos náufragos que no han probado alimento por semanas. Los chiquillos haciendo mil y una travesuras y divirtiéndose con la enorme colección de juguetes que Trunks tenía en su habitación. ¡Ah, sí tan solo no le tuviera tanto miedo a su madre! Pero lo hecho, hecho estaba. Volvió a sumergirse en sus pesadas tareas escolares.
Después de unas horas, escuchó a Bulma que llegaba en su helicóptero para recoger a Milk. Se asomó por la ventana para saludar a su vieja amiga y despedir a su madre, no sin antes recibir instrucciones precisas de ésta sobre la comida que le había dejado preparada y los ejercicios que debía realizar durante los siguientes días. Cuando al fin se fueron Gohan estuvo tan alegre que voló alrededor de su casa durante varios minutos. Aunque le habían dejado asignadas bastantes tareas ¡por fin tendría tiempo libre! Entró a su casa para invitar a Videl a que lo visitará y juntos entrenar un rato, sin embago la chica tenía compromisos con su padre a los cuales tenía que asistir.
- ¿Por qué no llamas a Krillin o al Sr. Picollo para que te acompañen? - le sugirió con amabilidad- O podrías alcanzar a tu papá y a Goten en la Corporación Capsula.
-No puedo, - dijo triste - nadie se atreve a ocultarle nada a mi madre. Ni siquiera mi papá puede ir en su contra, y eso que es conocido como el hombre más fuerte del mund... di...digo sin ofender a... -comenzó a titubear.
-Descuida Gohan, se perfectamente que mi papá no lo es, aunque se autonombre de esa manera - dijo mientras dejaba escapar una risilla. -De cualquier manera, no te preocupes. Tienes tiempo libre, así que ¡aprovéchalo! -dijo esto mientras terminaba la llamada. ¿Aprovecharlo y cómo?
El día estaba a punto de terminar. Gohan había pasado la mayor parte del tiempo realizando tareas domésticas hasta que la casa quedó reluciente. Se había dado un largo baño y en ese momento descansaba plácidamente sobre su cama. Sabía que tenía cientos de problemas que resolver, pero ahora que tenía tiempo para él, lo aprovecharía para reflexionar. No estaba muy seguro de querer seguir el camino que su madre le estaba imponiendo; y tampoco estaba seguro de elegir el que le ofrecía su padre. De lo único que sí estaba seguro era de que no estaba enamorado de Videl. Sus amigos y familiares a menudo le hacían bromas despiadadas en relación a la chica. Nadie podría comprender sus sentimientos, salvo Videl. Sabía que la persona dueña del corazón de Gohan no era ella. Y lo había aceptado. Incluso trataba de que Gohan transmitiera sus sentimientos hacia cierta personita que ambos conocían. Pero él se rehusaba. Era cierto que físicamente eran como dos gotas de agua -literalmente-. Pero su forma de ser tan caprichosa, mimada y consentida no tenía nada que ver con la otra persona.
Se recostó sobre su cama y sacó la fotografía del cajón. Como todas las noches, contempló su brillante cabello, su sonrisa discreta, la forma en la que ocultaba su mirada cuando se avergonzaba. Gohan lloraba en silencio. El vacío que sentía desde que se habían separado se había vuelto más inmenso. Habían pasado ya siete años. Antes de que el sueño lo venciera, volvió a rogar al cielo el poder volver a verlo...
Unas horas después Gohan despertó sobresaltado. Había escuchado un fuerte ruido en el jardín y, como buen hombre, se asomó por la ventana para ver que había ocurrido. Al darse cuenta de lo que había provocado ese sonido, salió rápidamente de la casa y como pudo se dirigió hacia el lugar del incidente. La cerca y las macetas se encontraban desechas. Ahora en su lugar se encontraba una vieja máquina del tiempo...
Al abrir la compuerta esperaba ver a un Trunks convertido en adulto, pero su sorpresa fue tal al descubrir al mismo joven con el que peleó hacia tantos años. Parecía que nada había cambiado (ni siquiera el corte de cabello).Al parecer estaba inconsciente, aunque su pulso parecía normal. Lo tomó en sus brazos y con cuidado lo llevó dentro de la casa. Lo recostó en el sofá y corrió al baño a buscar algo de alcohol o algo para despertarlo.
Tuvo que adentrarse hasta el fondo del mueble para encontrarlo, dándose un fuerte golpe en la cabeza cuando chocó contra el lavamanos. Después de sobarse un poco, corrió de regreso al sofá. Trunks seguía con los ojos cerrados. Gohan estaba a punto de acercarle el líquido cuando se percató de algo: ¡el chico del que estaba enamorado estaba inconsciente justo frente a él! Con este pensamiento su corazón comenzó a latir rápidamente y la idea de despertarlo se fue alejando poco a poco de él. Miró el sereno y atractivo rostro del chico, su fina nariz, el mechón de cabello lila sobre su rostro y miró sus delgados labios. Tan cerca y a la vez tan lejos. Acercó su rostro al joven y cuando estuvo a punto de besar sus labios escuchó una voz conocida.
- ¿Vas a despertarme, o no? -le dijo Trunks suavemente mientras acercaba con su mano el sorprendido rostro de Gohan hacia el suyo, besando con fuerza sus labios.
-Mgm... -Gohan no pudo evitar gemir dentro de ese beso tan seductor.
Sentía que un fuego desconocido y una ráfaga electrizante le recorría el cuerpo. Había deseado mil veces que eso ocurriera. Lo había soñado tan a menudo, pero hoy había algo distinto. Sus labios se tocaban y separaban, en un exquisito vaivén. Dentro de su boca, sus lenguas también se hallaban entretenidas una con la otra, disfrutando del nuevo néctar descubierto. De alguna manera Trunks había logrado enderezarse y ahora estaban en igualdad de circunstancias. Sus manos acariciaban con suavidad la mejilla de Gohan, revolvían su cabello y comenzaron a acariciar el torso del muchacho bajo la camiseta. Con cada caricia la atmósfera del cuarto se cargaba de vibraciones intensas, pero Gohan no podía moverse. Tenía tanto miedo de que al tocar a Trunks este desapareciera como tantas veces. No quería ni abrir los ojos, solo disfrutar del momento.
-Gohan... abre los ojos por favor... -le dijo suavemente Trunks. -
-No quiero... no quiero que te desaparezcas Trunks... -dijo con un sollozo contenido. -Todos estos años he vivido sufriendo en silencio, porque te he extrañado, porque no te he visto... y porque te amo... - dijo esto último con un suspiro. Trunks tomó con delicadeza su mano y la acercó a su pecho.
-Tócame Gohan, soy real. - Al sentir su mano tocando el fuerte pecho de Trunks, Gohan no pudo evitar abrir los ojos, encontrándose con la azul mirada de Trunks. Gohan no pudo evitar llorar como cuando era un niño pequeño, mientras se recargaba en el otro chico.
-Yo también te he extrañado Gohan... y también te amo...