Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Criminal - [Ereri] por L_inverse

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas! Espero que se encuentren muy bien y, como siempre, es un gusto tenerles nuevamente aquí.  
Les tengo unos comentarios al final del capítulo 
 no teman xd  así que, nos leemos al final.

¡Disfruten!

Levi sentía que estaba viviendo una especie de pesadilla — de esas donde las cosas comienzan a pasar a su alrededor a una velocidad distinta a la de él, amortiguando los sonidos hasta hacerlos parecer un mero ruido en un lugar lejano —, mientras corría por los pasillos de la urgencia cuyos colores pálidos, el olor a químicos desinfectantes mezclado con café y los tubos fluorescentes que encandilaban la visión parecían marearlo ligeramente en su apresurado avance, observando al personal de la urgencia moviéndose con rapidez en todas direcciones. Sabía que ese servicio era demasiado concurrido en la ciudad, especialmente en ese sector… especialmente de noche.

Todavía sentía que el corazón le latía con fuerza cuando Eren le señaló un lado del recibidor, cerca del pasillo que indicaba la sala de tratamientos intensivos, donde Farlan se encontraba caminando erráticamente sobre su lugar, haciendo una llamada telefónica, y Sasha estaba sentada en una de las sillas de plástico — destinadas para que la gente esperara noticias de los internados — prácticamente desparramada sobre ella debido a su desánimo.

Levi aceleró el paso, con Eren detrás, y, apenas Farlan lo divisó, colgó rápidamente la llamada para salir a su encuentro.

— ¿Cómo están? ¿Qué ocurrió? — los nervios lo carcomían y sentía que sus manos temblaban. Farlan le dio una mirada llena de angustia y, entonces, los ojos del azabache bajaron hasta la pelirroja que estaba más atrás de su hermano. Se acercó apresuradamente hasta ella y se sentó a su lado.

— Levi. — sollozó la chica cuando levantó la vista hacia él. Tenía un leve golpe en su sien, tapado por los mechones de cabello que caían sobre su frente, además de lágrimas secas sobre sus mejillas pálidas. En seguida, la mano de Farlan se posa sobre su hombro tembloroso.

— ¿Estás bien? — preguntó inmediatamente el azabache a la chica, recibiendo un asentimiento por parte de ella. — ¿Puedes explicarme qué ocurrió? —

— Llegaron unos tipos enormes. Eran tres. — comenzó a relatar, aclarándose la garganta tras un sollozo. — Empujaron a Jean y a Connie hacia un callejón y otro sujeto me tomó del brazo para seguirlos. — las lágrimas volvieron a salir de sus ojos marrones. — Ni siquiera sé si nos querían robar o algo, simplemente se pusieron a pelear con Connie y Jean… —

— Está bien, tranquila. — Levi se permitió acunar a la chica en su pecho cuando ella retomó el llanto. Luego, dirigió su mirada hacia su hermano, quien tenía el semblante gobernado por la frustración y la preocupación. — ¿No te han dicho nada? — preguntó con suavidad.

— En absoluto. — dijo, conteniendo la ira mientras apretaba los puños. — Me llamaron hace poco para avisarme que una patrulla los había traído de urgencia, pero nadie es capaz de darnos información. — trató de explicarse. — Los entraron a cuidados intensivos hace un rato y siguen ahí. —

El detective estaba a punto de perder los estribos, alejando sutilmente a la muchacha para ponerse de pie e ir a exigir la información correspondiente y, si tenía que mostrar su placa de policía para obtenerla, no se contendría; sin embargo, en ese momento, divisa a Eren unos metros cerca del mesón de atención, terminando de hablar con una enfermera y, en seguida, el moreno comenzó a avanzar en su dirección. Traía un semblante sumamente serio y tranquilo.

— Farlan, Levi. — los llamó. Un timbre grave estaba impregnado en su voz, dándole un aspecto más… profesional. — Jean y Connie salieron de cuidados intensivos y los están trasladando hasta una sala compartida donde los dejarán descansar. No hubo que hacer ninguna cirugía y tampoco están en riesgo vital. — la forma que tenía de hablar el mocoso parecía exactamente a las palabras que cualquier doctor le dirigiría y, por fin, comprendió que el chico había usado su apellido para obtener información para ellos.

Tras escuchar esto, sintió que podía volver a respirar tranquilamente, así mismo como vio que su hermano relajó su postura y se permitió regalarle una sonrisa al moreno que había traído la información para ellos.

— Muchas gracias, Eren. — el rubio puso una mano cubriendo su rostro para evitar que vieran el torrente de emociones que estaba soportando. Así que el azabache se acercó a él para palmearle la espalda y transmitirle apoyo.

— No hay nada que agradecer. — respondió el chico, mostrando una sonrisa cálida que transmitía mucha tranquilidad. Levi no pudo evitar despegar su mirada de él, con su pecho lleno de sentimientos revueltos. — El médico encargado vendrá en un momento a hablar con ustedes. —

Justo al decir eso, un doctor ya entrado en años había salido del pasillo tras las puertas dobles que conectaban a las salas de cuidados intensivos. Miraba unos papeles en sus manos mientras acomodaba sus lentes sobre el puente de su nariz y, al levantar la vista y encontrarse tanto con el rubio como con el azabache, se acerca calmadamente hasta ellos.

— ¿Familiares de Jean Kirstein y Connie Springer? — preguntó el doctor, haciendo que Farlan y Levi avanzaran hacia él; sin embargo, el detective había dado apenas un paso cuando recordó que Sasha seguía sentada, agobiada por la traumática situación que había vivido recientemente con sus hermanos. Cuando iba a acercarse a ella, notó la mano de Eren sobre su brazo y dirigió su atención al chico, que le estaba regalando otra sonrisa.

— Yo me encargo de cuidarla un momento. Tú puedes ir con Farlan a ver los chicos. — afirmó el moreno, tratando de mostrarle su apoyo en la situación. Levi relajó los hombros y simplemente asintió en su dirección dándole las gracias de manera silenciosa.

El doctor les relató con más detalle el estado de los dos chicos, describiendo un par de contusiones menores y sin signos de hemorragias internas; por lo demás, ambos estaban conscientes y recordaban todo con claridad, así que también descartaron lesiones a nivel cerebral. Por lo que les comentaba el doctor, habían recibido varios golpes, pero los chicos se encontraban en muy buena condición física, de esa forma, los daños se amortiguaron bastante, evitando lesiones mayores.

Si bien las palabras del médico debieron calmarlo, lo cierto es que, después del susto inicial y sabiendo que no corrían peligro ahora, sentía mucha rabia y frustración; ¿qué mierda había ocurrido? ¿por qué tenía que pasarles algo así a chicos tan tranquilos y maravillosos como ellos? Esa ciudad de mierda y su terrible gente no paraba de asustarlo y hacerle sentir que nadie estaba seguro, ni siquiera su familia; ese tipo de pensamiento rondaba la mente de Levi manteniéndolo ese estado alerta, inquieto y angustiado.

— Dadas las circunstancias especiales de estos chicos, sólo podrán pasar sus tutores legales a verlos. Estamos esperando que venga gente del Servicio de Menores para rescatar la información. — explicó el médico, tratando de mostrarse calmado y amable con ellos.

— Ya les avisé de la situación. Vienen en camino. — explicó Farlan con formalidad.

— Bueno, entonces, ustedes dos pueden pasar a verlos, pero que sea breve. —

Farlan le dedicó una mirada ansiosa al detective, quién sólo asintió en su dirección y, luego, ambos voltearon a ver que Sasha estaba conversando, ya más tranquila, con el moreno, quién parecía tratarla con mucha paciencia y siempre, siempre manteniendo su sonrisa encantadora.

Ahora que sabía que tanto Jean como Connie y Sasha estaban a salvo y fuera de riesgo vital, se permitió unos segundos para calmar su atormentada mente y apreciar la situación con más objetividad; bueno, la poca objetividad que podía tener en esas circunstancias porque jamás pensó que volvería a ver a Eren bajo ese contexto; de hecho, tampoco había esperado volver a ver al mocoso en el corto plazo.

Ni siquiera habían tenido una conversación civilizada y coherente antes de recibir ese fatídico llamado avisando esta situación y, sin siquiera haber cortado la llamada, Eren ya había pedido un taxi para él, lo había acompañado en silencio todo el trayecto y había sujetado su mano para brindarle tranquilidad y apoyo.

Además, se había dirigido inmediatamente al personal del hospital para reunir información, muy probablemente usando su apellido para hacer más expedito ese trámite.

Su semblante comprensivo y tranquilizador lograba calmar sus nervios, al menos por ahora.

— Eren, nos dejaron pasar a ver a Connie y a Jean. — explicó el azabache, acercándose al recién nombrado, quién levantó la vista y lo miró con atención. — ¿Podrías quedarte con Sasha un momento más, por favor? — pidió el hombre, sabiendo que la chica estaría en buenas manos. El otro respondió ensanchando su sonrisa y asintiendo con determinación.

— Quiero entrar. — pidió la quinceañera, casi desesperada, haciendo que tanto Farlan como él la miraran con aflicción.

— Lo siento, Sasha. Me temo que sólo Farlan y yo podemos entrar, por el momento. — trató de explicarle el mayor, entendiendo por completo que la chica quería ver a sus hermanos y cerciorase, por su cuenta, si realmente estaban bien.

— Hey, ¿te parece si vamos a comer algo a la cafetería mientras esperamos, Sasha? — le preguntó el mocoso a ella, haciendo que la pelirroja le prestara atención y se asombrara por su propuesta; Sasha nunca le decía que no a una invitación a comer.

— Está bien. — dijo ella, tratando de disimular su entusiasmo por la comida y todavía mostrando signos de querer entrar con Levi y Farlan.

— Gracias, Eren. Espérennos allá, iremos en cuanto hayamos hablado con la gente del servicio. — dijo Farlan, todavía mostrando ese semblante de alivio y agradecimiento hacia el moreno por su apoyo.

— Descuiden, tómense su tiempo, yo cuidaré de ella. —

Tras sostenerle la mirada al chico por unos segundos, finalmente Levi siguió a su hermano hacia el lugar donde el doctor los guio para poder ver a los chicos. Serpentearon por algunos pasillos entre camillas y personal del recinto, para luego llegar hasta un sector donde se suponía que estaban las habitaciones para los hospitalizados. En todo momento, el azabache no dejaba de cuestionarse los hechos de esa noche, sintiendo esa rabia emerger dentro de él por no poder cuidar correctamente a esos chicos y sin entender cómo podían pasar esas situaciones.

Investigaría a fondo el tema, pero, lo primero, era verlos, necesitaba verlos. Su corazón se había detenido cuando el mensaje desesperado de su hermano le avisaba que los tres chicos habían ingresado a urgencias por un violento asalto; lo llamó de inmediato y de sólo escuchar las incoherentes y agitadas palabras que soltaba el rubio tras el teléfono, había activado una alerta dentro de él, como reviviendo un trauma en el que no había pensado en muchos años… cuando perdió a su madre.

Al llegar a la puerta correspondiente, el doctor los deja pasar a un pequeño cuarto que estaban compartiendo los chicos de Farlan, quienes estaban conectados a algunos aparatos de monitoreo, así como cubiertos de ventajes que intentaban tapar los horribles hematomas de sus rostros y brazos.

Sintió un dolor profundo calar en su interior al verlos en ese estado, tan vulnerables y lastimados, sintiendo una frustración tremenda por fallar en su deber de protegerlos; demonios, pensaba Levi, se suponía que era un policía, que había jurado proteger a los débiles de esos delincuentes… y ni siquiera había podido cuidarlos a ellos.

Farlan fue el primero que se movió hacia los adolescentes, quedando entremedio de ambas camas y regalándoles una cálida y paternal sonrisa a ambos cuando sus miradas se dirigieron hacia su cuidador.

— Se ven más guapos con esas heridas, las chicas se volverán locas. — fue lo primero que les dijo, haciendo que ambos mocosos rieran sutilmente ante su broma. En seguida, el rubio estiró sus manos a cada lado para tomar la de Connie y Jean, respectivamente. — Lamento no haberlos podido proteger, chicos. —

— No es tu culpa, Farlan. — dijo rápidamente Jean, cuyo ojo morado no estaba muy inflamado. — A cualquiera le pudo haber pasado. —

El rubio se puso a conversar tranquilamente con los chicos, sin indagar en detalles sobre lo sucedido, sino preguntándoles si había alguna enfermera guapa atendiéndolos o si emplearon algún buen golpe a sus agresores, todo en un ambiente completamente ameno, intentando robarles sonrisas y carcajadas a los menores.

Por su parte, Levi se había quedado en el marco de la puerta, mirando la escena como un mero espectador, incapaz de interferir en esa rica comunicación que tenía Farlan con los chicos; tan acogedor y brindándoles una paz y seguridad que incluso el detective se vio contagiado de su carisma.

Sin embargo, los mocosos no tardaron en notar la presencia del azabache, invitándolo a entrar completamente en la habitación para conversar con ellos.

— Si con esto creen que se salvarán de hacer la limpieza de la casa, están muy equivocados. — fue lo primero que se le ocurrió decir, brotando en los presentes una carcajada por sus ocurrencias.

— Debimos habernos fracturado algo, Jean. — bromeó Connie, robándose otra sonrisa de Farlan. — ¿Cómo está Sasha? — preguntó de inmediato.

— Ella está bien. Seguramente robándole todo el dinero a Eren en la cafetería. — el comentario de su hermano hizo que Levi sonriera, imaginando la situación; por lo demás, los mocosos miraron a su cuidador con curiosidad.

— ¿Quién es Eren? — preguntó Jean.

— El novio de Levi. — respondió su hermano con un tono de burla, mirando hacia el de ojos grises quién, inmediatamente, se sonrojó. Claramente, sus palabras venían cargadas con la pregunta obvia: si es que había retomado el contacto con el moreno al verlos llegar juntos al hospital. Suspiró de pensar que tendría que darle explicaciones a su hermano de lo ocurrido.

— ¿Novio? ¿Y cómo es que aún no lo conocemos? — preguntó Connie con asombro y un poco indignado.

— Porque iba a esperar el momento apropiado. Que, evidentemente, no es en una sala de hospital. — intentó suavizar el ambiente y los chicos simplemente sonrieron en su dirección. No quería comenzar a protestar con la típica frase de “Eren no es mi novio”, porque no veía al caso. Lo importante para él, en ese momento, es que ambos adolescentes estuvieran tranquilos y descansaran hasta recuperarse completamente.

El detective terminó por acercarle una silla al rubio para que se sentara junto a las camas de Jean y Connie, permitiendo que el hombre conversara tranquilamente con ellos y cerciorarse de que estaban bien.

Varios minutos después, una mujer que venía en representación del Servicio de Menores acudió hasta la sala, donde estuvo haciéndole algunas preguntas a los chicos que se hallaban hospitalizados, así como también consultando datos con Farlan, siguiendo todos los protocolos que ameritaban la situación.

Levi se quedó al margen, observando todo con suma calma, más que nada permaneciendo en el lugar como apoyo a su hermano y también a los mocosos, pues entendía que no era muy agradable estar tratando con la gente del servicio.

Durante toda la conversación, el detective comenzó a sentirse inusualmente agotado. Ahora que ya no tenía la adrenalina por las circunstancias, tenía la impresión de que su mente estaba mucho más atenta a los detalles de su alrededor, como la palidez que presentaba Farlan mientras conversaba con la mujer, así como también la seguridad con la que respondía sus preguntas y la manera tan paternal que tenía de sonreírle, de vez en cuando, a los dos chicos que ya parecían querer dormirse.

Siempre había querido lo mejor para esos tres mocosos de los que estaba a cargo su hermano, los ayudaba con sus deberes del colegio, así como con cada necesidad que iban presentando y requería de su apoyo y consejo; pero nunca esperó que algo así les pasara. Bueno, honestamente, Levi no andaba por la vida cuestionándose si ese día asaltasen a su hermano o a sus protegidos.

Sin embargo, en esa ciudad era muy probable sucumbir a un delito así, prácticamente era inevitable y él lo entendía a la perfección… entonces, ¿por qué seguía sintiendo tanta frustración y dolor? Los recuerdos de la noche en que la policía llegó hasta su cuarto, cuando apenas tenía cinco años porque su madre estaba hospitalizada de urgencia debido a un asalto, acudieron a su mente para torturarlo, sabiendo que, en esta ocasión, no había sucedido algo tan grave.

Soltó un suspiro cuando se dio cuenta de la mujer estaba terminando de hacer el interrogatorio a los chicos y a Farlan y, en seguida, pidió hablar con Sasha, lo cual lo llevó a pensar rápidamente en el chico que la estaba cuidando.

De verdad se sentía muy agradecido de que Eren hubiese estado ahí, tratando de brindarle calma en aquella tempestad de emociones que lo invadieron tras la noticia de su hermano, incluso ahora apoyándolo con la quinceañera.

“Siempre tan oportuno…”

 

~*~~~*~~~*~

 

Eren estaba tratando de aguantar la risa que le provocaba la manera que tenía esa joven de comer. Había pedido casi todo lo que había en el menú de la pequeña cafetería del hospital, entre pasteles, sándwich y snacks.

Sasha intentaba conversarle, pero parecía más interesada en la comida que tenía frente a ella que de hacerle preguntas o seguir una conversación; esto, de cierta manera, lo aliviaba bastante, porque no estaba preparado para contestar preguntas sobre quién era, cómo conocía a Levi y qué se suponía que pasaba entre ambos.

Por lo que había alcanzado a comentarle ella, habían sido agredidos por tres sujetos grandes que, apenas los divisaron, se acercaron a golpearlos con violencia desmedida; no portaban armas, así como tampoco presentaron indicios de querer robarles o algo por el estilo, pero no sabía si esto era información suficiente para sospechar si fue un evento fortuito o planificado, porque la chica parecía no recordar mucho de la situación; incluso, era probable que no quisiera recordar esos instantes donde su vida y la de sus hermanos corrieron peligro.

Por lo demás, Eren se dio el tiempo de revisar la herida que tenía la pelirroja y no parecía ser grave, por lo que podría tranquilizar tanto a Levi como a Farlan de que no necesitaría ni siquiera puntos para sanar.

Justo en el momento en que la imagen de Levi aparece en su mente, también lo hace su presencia, puesto que el azabache se acercaba junto a su hermano y una mujer más de edad vestida de un traje de oficina, que supuso que venía en representación del servicio.

— Cielos, Eren, lamento… esto. — comenzó a decir Farlan al ver los envoltorios vacíos y los platos con apenas restos de comida que tenía la chica frente a él. El universitario simplemente soltó una carcajada, pues era lo menos importante ahora.

— No hay nada que disculpar. Me tranquiliza que tenga los ánimos para comer, eso significa que no le pasó nada grave. — calmó Eren, mirando vagamente a Levi e intentando mantenerse tranquilo al sentirse observado por sus ojos grises. Farlan mostró otra sonrisa agradecida y luego dirigió su atención a la chica.

— Sasha, esta persona necesita conversar contigo sobre lo que pasó. ¿Puedes acompañarnos un momento? — le preguntó el rubio a la menor, mostrando un carisma que impresionó mucho al moreno. Cuando lo conoció en la casa de Hange, se había mostrado relajado y completamente divertido conversando y bromeando entre ellos; ahora, en cambio, tenía un aire paternal que le pareció encantador y conmovedor.

— De acuerdo. — respondió ella, un poco dubitativa. Tal vez porque todavía no terminaba de comer.

— Tranquila, mocosa. Farlan te acompañara. — señaló Levi, haciendo que ella tomara más confianza y se pusiera de pie para seguir tanto a su cuidador como a la mujer afuera de la cafetería.

— Gracias por todo, Eren. — le gritó la chica antes de salir por la muerta, mostrando su rostro sonriente, con algunos rastros de comida, y de mucho mejor ánimo que cuando llegaron junto a Levi. El chico simplemente le sonrió de vuelta y alzó su mano para despedirse de ella.

Cuando los tres desaparecieron de su vista, dejó escapar un suspiro al notar el silencio del lugar ya que se hallaba completamente vacío de no ser por la presencia del detective y él, junto con el personal que estaba atendiendo el mostrador; e, increíblemente, Levi había hecho exactamente lo mismo, por lo que ambos terminaron dirigiendo su atención hacia él otro y lanzando una corta carcajada por saberse sincronizados.

— Te dejó en bancarrota. — señaló el detective, comenzando a poner todos los restos en la bandeja que habían traído y despejar un poco la mesa. — Debí haberte advertido que Sasha es un barril sin fondo. — Eren no pudo contener la risa que le provocó ese comentario, terminando de ayudar a Levi con su labor de limpiar la superficie. Entonces, el policía se sentó en el lugar que antes había ocupado Sasha y tardó unos momentos en volver a mirarlo.

— ¿Cómo están los otros dos chicos? — preguntó el moreno, tratando de disimular el nerviosismo que había adoptado su cuerpo.

— Tenían buen ánimo y no parecían muy traumatizados. — explicó Levi, desviando su mirada hacia la puerta. — De todas formas, les asignaron unas visitas al psicólogo del servicio para ayudarlos a enfrentar lo sucedido. —

— Lamento mucho lo que pasó. Comprendo tu frustración y dolor. — dijo Eren de manera espontánea al percibir esas emociones en el hombre que estaba frente a él, quien mantenía su espalda sobre el respaldo de la silla de plástico y ocultando sus manos bajo la mesa.

— Debería saber que estas cosas pasan en Stohess todos los días. Nos llegan muchos casos así a diario. — mencionó, bajando su mirada gris hacia la mesa. — Pero, pese a eso, siento mucha rabia e impotencia de no haber estado ahí para ayudarlos. Les habría roto los brazos a esos putos infelices. — Eren miró afligido al azabache, empatizando con su sentir y sin palabras para darle ánimo esa situación; después de todo, Levi tenía razón, era muy frecuente ese tipo de asaltos en las calles de Stohess, sobre todo cuando la noche se cernía sobre la ciudad.

— No podemos controlar todo lo que pasa en el mundo. Pero ten por seguro que estos chicos no te culpan por lo que pasó. — comenzó a decir el joven. — Sé que nada borrará tu ira contra esos matones, pero busca consuelo en el hecho de que tus chicos están bien ahora, a salvo, y que puedes pasar un tiempo con ellos para calmar tanto tu tempestad de emociones, como la de ellos. —

En su formación profesional, pocas veces se les enseñaba a tratar a los pacientes y sus familiares tras eventos delicados o malas noticias. No había un guión que les señalara frases de aliento o de apoyo al informar sobre el estado de un enfermo o la situación que lo llevó a eso; sin embargo, Eren había visto trabajar a doctores y doctoras durante el primer internado que tuvo en su segundo año en la universidad, escuchando la manera en que tenían de tratar a los pacientes y recibiendo sus consejos al respecto; especialmente aquel que le hacía entender que nada de lo que dijera o hiciera en esos momentos podría cambiar el caos emocional que vivían los pacientes y sus familiares.

Hubo un breve silencio entre ambos, con el azabache negándose a alzar sus ojos grises en dirección al universitario; y este, por su parte, sin poder despegar su vista del detective que estaba ahí.

Si bien empatizaba con el sentir de Levi sobre lo sucedido, también estaba en medio la situación entre ambos, que no dejaba de incomodarlos al no saber exactamente cuáles eran los protocolos que seguir. Si Eren simplemente se marchaba o se quedaba esperando, si era prudente preguntarle algo sobre el asunto o simplemente respetar el espacio del detective y dejar que fuera este quién se decidiera a romper el silencio.

Por supuesto que este encuentro era lejos un momento para reconciliarse y conversar sobre ellos; y, ciertamente, Eren no lo veía de esa forma. No estaba ahí por él, sino por Levi. Para mostrarle su apoyo y el cariño incondicional que le tenía.

Era lo único que quería demostrarle.

— Eren… estoy muy agradecido por todo lo que has hecho esta noche. — dijo por fin el detective, alzando sutilmente su vista hacia el chico, mirándolo a través de sus pestañas oscuras. Eren iba a rebatir sus palabras, pero el otro se adelantó. — No me vengas con esa mierda de que no hiciste nada, porque sabes que no es así. — contuvo la carcajada por la manera tosca de ser de Levi, la cual había extrañado demasiado. — Nos ayudaste a conseguir información, te quedaste con Sasha mientras veíamos el estado de Connie y Jean, la contuviste y consentiste cuando ni siquiera la conocías… Y, además, te mostraste completamente seguro y certero con tus decisiones, deteniendo un taxi para mí cuando ni siquiera habías escuchado la conversación completa entre Farlan y yo; así como te quedaste a mi lado para apoyarme en todo esto… — las palabras de Levi estaban cargadas de agradecimiento sincero, de cariño… y también de dudas.

— Hey, Levi. — Eren sabía lo que estaba pasando por la cabeza del mayor, así que, tomando una honda bocanada de aire, procedió a hablar, con todo el dolor de su corazón. — No pienses que espero algo tras lo ocurrido esta noche. — le dijo con seguridad. — Solamente estoy aquí para brindarte mi apoyo y quiero que sepas que estaré para ti, pase lo que pase. Independiente de lo que esté ocurriendo entre nosotros. — los ojos grises del detective se mostraron ante él con un brillo particular, que le daba un toque precioso a su rostro pálido marcado por la confusión y la preocupación. — No dudes en pedir mi ayuda, Levi. Te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte, ¿de acuerdo? — Levi, ante esto, sonrió débilmente en su dirección.

— No hagas promesas que no puedes cumplir, mocoso. — indicó el hombre, haciendo que Eren lo mirara enarcando una ceja.

— Siempre cumplo lo que prometo, detective Ackerman. — le dijo con un tono ofendido, completamente falso. El mayor dejó escapar un suave suspiro que lo llevó a relajar los hombros y mostrarse más tranquilo, aunque más agotado.

— ¿Es mucho pedir que te quedes un rato más? Al menos, ¿hasta que Farlan se marche a casa junto a Sasha? — dijo de pronto el policía, haciendo que el corazón del muchacho se llenara de calidez, porque, el hecho de que Levi se mostraba vulnerable ante él, indicaba la confianza que todavía le tenía, pese a toda la situación que estaban viviendo.

— Sólo si aceptas comer algo conmigo mientras esperamos. Recuerda que vengo de un examen. — comentó el joven, haciendo que Levi entrecerrara sus preciosos ojos grises.

— Y, según me dijiste, te fue bastante mal. No sé si te merezcas una cena. — le respondió el azabache a modo de reproche.

— Oh, por favor. Muero de hambre. — se quejó el chico, haciendo un gesto de súplica con sus cejas y mirándolo atentamente. — Me conformo con un sándwich y un café. —

— Bien. Iré a comprarlos mientras tú terminas de limpiar el desastre que dejó Sasha en la mesa. — mencionó el hombre para luego ponerse de pie y acercarse al mostrador.

Eren dibujó una sonrisa nostálgica, sabiendo que por la noche lloraría la ausencia del azabache; pero, en ese momento, se dedicaría a disfrutar su compañía y mantener su actitud de apoyo a Levi, quien todavía parecía bastante afectado por lo vivido con los chicos de Farlan.

Ser oportuno nunca había sido su fuerte, sin embargo, en esta ocasión, tal vez el destino tenía planeado llevarlo hasta el detective, a sabiendas que necesitaría que fuese su pilar en un momento tan angustiante.

“He cumplido mi misión aquí… y debo volver a dejarte ir, Levi.”

 

~*~~~*~~~*~

 

Al salir por las puertas del hospital, se dejó envolver por la suave brisa primaveral que corría esa noche por las calles de Stohess.

Eran pasado las diez de la noche cuando por fin el personal del hospital, así como la gente del Servicio de Menores, le permitieron a Farlan llevarse a la chica hasta su casa para que pudiera descansar; por otro lado, afortunadamente, mañana le darían el alta a Connie y Jean, así que su hermano estaba más tranquilo sabiendo que podría tenerlos cerca por unos días en que todavía necesitarían descanso y cuidados.

Su hermano había mostrado una fortaleza admirable frente a los chicos, de la cual el detective se sentía realmente orgulloso; pero lo conocía lo suficientemente bien para notar toda la angustia que guardaba recelosamente para no preocupar a Sasha y la manera que tenía de apretar la mandíbula para sobrellevar el estrés.

Se decidió por ir a quedarse a la casa de acogida con él, en parte para acompañarlo y permitirle unos momentos de desahogo; así como también para sentirse en compañía de su hermano, pues, ciertamente, no quería quedarse solo esa noche… y no sabía muy bien la razón.

Tal vez era por ese desagradable recordatorio de que nadie estaba seguro en esa ciudad, que había situaciones que él no podía controlar y, claramente, evitar para los chicos de Farlan; quizá también le hizo recordar la situación de Isabel y cómo tampoco podía hacer mucho para ayudarla en su enfermedad; y, de la misma manera, le llevó a recordar el motivo por el cual él había terminado viviendo en una casa de acogida.

Tenía muchas emociones queriendo quitarle el sueño y sabía que conversar unos momentos a solas con su hermano podría ayudar a ambos a descansar lo suficiente para seguir con sus labores al día siguiente; bueno, eso considerando que, probablemente, el rubio tocaría el tema de Eren ya que fue una parte fundamental de la noche.

Increíblemente, el mocoso se había quedado junto a él mientras esperaban que Farlan terminara de atender todos los trámites burocráticos referente al accidente y también a la hospitalización. El servicio había asumido los gastos de médicos debido a que los chicos eran menores de edad y el accidente ocurrió cuando ellos estaban devolviéndose a la casa tras las actividades del club al que pertenecían.

Sonrió débilmente al recordar que, entre que esperaban a Farlan y bebían café, Eren le había preguntado tímidamente si necesitaba ayuda con los gastos, ofreciéndose a pagarlos en caso de ser necesario. Sin lugar a duda, Levi estaba rotundamente agradecido por la actitud que había adoptado el mocoso, por su templanza y su carisma tanto con él, como con su familia en estos angustiantes momentos.

Cuando se habían quedado solos, el detective había sentido un agobiante torrente de emociones queriendo ganar protagonismo en su corazón; porque, si bien la presencia de Eren le ayudó de sobremanera a soportar esa situación, también lo ponía muy nervioso, ya que, definitivamente, no esperaba volver a verlo y, de hacerlo, tampoco eran esas las circunstancias idóneas.

Por lo demás, no se sentía con la fortaleza para discutir su situación o siquiera tener que pensar en ella; así que, por esta vez y en un acto completamente egoísta, se dejó llevar sutilmente, aceptando el apoyo emocional que le había ofrecido el mocoso.

Sin embargo, ahora que su hermano había detenido un taxi para poder llegar, finalmente, a su hogar, comenzó a sentir el dolor de esa inevitable separación con Eren, provocando un vacío en su estómago que le quitó el aire por unos momentos.

— Eren, de verdad estoy totalmente agradecido por tu apoyo. — le dijo Farlan cuando iba a despedirse de él. — Muchas gracias por estar aquí. — Levi no pudo evitar volver a sonreír cuando el chico se mostró un poco avergonzado ante las palabras de su hermano.

— No hay nada que agradecer y, por favor, no dudes en avisarme si necesitas ayuda con cualquier cosa. Estudio medicina, después de todo. — bromeó él, curvando esa sonrisa cordial y encantadora.

Farlan soltó una carcajada y se acercó a él, dándole un estrecho abrazo mientras le palmeaba la espalda; su hermano era así, de tener esas muestras de afecto cuando realmente se dejaba dominar por sus emociones y se sintió conmovido cuando vio que Eren se lo permitió, palmeando también la espalda del rubio en señal de apoyo.

Al separarse, fue el turno de Sasha de darle un corto abrazo al moreno, quien también la estrechó entre sus brazos con cariño, pese a que se habían conocido recién esa noche.

— Fue un gusto conocerte, Sasha. — le dijo el mocoso.

— Tienes que ir a visitarnos un día. — mencionó ella con entusiasmo. Farlan soltó otra carcajada.

— Estoy de acuerdo, Eren. Eres bienvenido a nuestra casa cuando quieras. — la sutil mirada que le dedicó Eren por unos breves segundos lo puso nervioso y simplemente lo vio asentir, sin dejar de mostrar esa sonrisa tan amable, tan propia de él.

Su hermano le ayudó a la menor a entrar en el auto y Levi aprovechó de esa distracción para poder acercarse al mocoso y poder despedirse de él. Su mirada verdeazulada se clavó en él inmediatamente, pero su sonrisa desapareció lentamente, mostrándose incómodo y nervioso.

— No tienes que volver a agradecerme. — le dijo con naturalidad el chico, haciendo que Levi se tensara.

Demonios, quería acercarse a él y abrazarlo también, pero sabía que esto lo terminaría lastimando, añorando esas muestras de afecto entre ellos y llevándolo a pensar en su situación y en lo poco que habían cambiado las cosas entre ellos.

Bueno, francamente, sí habían cambiado bastante. El mismo hecho de que el detective haya renunciado al caso hace apenas unos días y dedicarse por completo a otros que él consideraba mucho más importantes y delicados, lo hacía sentir más responsable con sus decisiones y con sus actos; sin embargo, Eren no tenía idea de que él ya no dirigía el caso del Espectro, por lo que, a sus ojos, las cosas seguían igual.

— Levi. — le llamó cuando Farlan comenzó a adentrarse en el vehículo y luego sería su turno de hacerlo. La urgencia de su voz hizo que el corazón del detective latiera desenfrenado, pues, pese a haberlo hecho de manera muy sutil, Eren había rozado su mano con la del azabache y este simple toque había provocado una descarga eléctrica que le recorrió todo el cuerpo, aflorando esas malditas mariposas en su estómago. — Por favor, no dudes en pedir mi ayuda si la necesitas. No mentí al decir que estaré ahí para ti. —

— Lo sé. — soltó él inmediatamente, controlando sus deseos de lanzarse a sus brazos y dejarse consolar por ellos. — Cuídate, por favor, mocoso. No dejes de comer ni de estudiar. — la sonrisa de Eren se ensanchó; sin embargo, esto no logró avivar el brillo de su mirada verdosa.

— Lo intentaré. — otros segundos más. El chico lo miraba suplicante, también intentando contener el dolor y controlando sus acciones.

— Adiós, Eren. — fue lo único que pudo decirle, bajando la mirada para no dejarse dominar por los sentimientos que lo estaban embargando debido al desconocimiento de cuándo volverían a verse, en qué condiciones o estado emocional estarían ambos.

Y, maldición, cuánto le dolía esa separación… nuevamente esa separación.

— Adiós, Levi. —

El tono apagado de su voz ronca, su sonrisa que ya era un mísero y amargo recuerdo, sus ojos opacados por el dolor y la impotencia; eso fue lo último que vio de Eren, pues este se volteó inmediatamente, comenzando a marcharse sin volver a mirar en su dirección, pese a que Levi se quedó observándolo por unos segundos que le parecieron eternos, en los que su corazón comenzó a latir cada vez más lento, con cada paso que daba el mocoso alejándose de él…

Hasta que sintió que dejaba de latir cuando finalmente entró el taxi y se marchó del lugar.

Notas finales:

Aquí estamos otra vez. Lo primero es que espero les haya gustado este capítulo, incluso con el final de este y me disculpo porque haya estado un poco corto. La verdad es que estas líneas pertenecían, en primera instancia, al capítulo anterior; sin embargo, tuve la impresión de que iba a quedar demasiado largo y se podía volver algo tedioso de leer, así que decidí dividirlo y presentarlo como capítulos por separado. También porque pensé que podía quitarle protagonismo a la escena de Erwin y Levi, que para mí era bastante importante en esta historia. 

 Respecto al accidente, ni crean que hubiese dejado que murieran xd Si ya me dolió bastante cuando Isayama nos quitó a Sasha — ni perdón, ni olvido para él —. 

Ahora les pido disculpas porque me tomaré el tiempo de divagar aquí un poquito, pero son libres de no leer (: No pasa nada (:

Quería comentarles que, en el capítulo anterior, había avisado que me estaría demorando un poco más de lo normal en actualizar por diferentes motivos; pero, aunque me demoré más de una semana, la verdad es que hoy me sentí con muchas ganas de publicar una actualización; últimamente he estado muy desanimada y bastante desmotivada con todo, en general. Escribir para mí siempre ha sido un refugio, pues me permite salir de mi propio mundo y crear cosas que me divierten y me gusta compartir con ustedes; el tema es que, cuando falta motivación, incluso las cosas que te gustan parecen poco atractivas xd Estoy intentando volver a sumergirme en esto y me he dado cuenta de lo mucho que me hace feliz escribir. 

También me hace muy feliz saber que lo que escribo les gusta, así que parte de este mensaje es para agradecerles un montón a cada personita que este leyendo esto y disfrute mi historia; espero entregarles unos momentos de distracción y una buena lectura para hacerles feliz — incluso cuando el capítulo no es tan bonito —. También me he presentado a un nuevo desafío que es escribir para el género angst, así que me inscribí en el concurso de Ereriren Angst Contest, por lo que pronto publicaré mi OS. Espero tenerles ahí también — no esperen mucho, soy re mala para estas cosas porque soy mega llorona, así que trato de no leer esas cosas, pero igual lo hago xd —.

¡Oh! También para la gente que se está poniendo al día, que recién llega a la historia, les pido mil perdones por los errores que puedan encontrar en los capítulos previos y posteriores . Me he dado cuenta de ellos ahora que estoy subiendo esto a FanFiction y todavía no los enmendo en esta plataforma ni en Wattpad, me da un poquito de flojera xd Pero ya lo haré, pinky promise. 

Y, siguiendo con una costumbre que se me ha hecho para las últimas entregas, en las que me he puesto más sentimental, escuchando algunas canciones que me han inspirado a redactar algunas cosas. Particularmente, cuando pienso en las emociones que viven Eren y Levi separados, suena en mi cabeza el tema “When you’re gone” de Avril Lavigne, sobre todo en la última escena que redacto en este capítulo cuando Eren se marcha sin mirar atrás. 

Uff, las notas finales me quedaron más largas que el capítulo xd — lo siento, lo siento —. No me queda más que reiterar mis agradecimiento por cada lectura, comentario y todo el cariñito que le dan a mi historia. No tienen idea de lo importante que es para mí. 

Cuídense mucho por favor y espero tenerles aquí la próxima semana con la continuación.

¡Un abrazo!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).