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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Mil perdón por la demora, después les doy explicaciones. Primero, el capítulo.

¡Disfruten!

Era finales de mayo y ya se sentía un calor abrasador aquel tranquilo domingo en la ciudad. Erwin había invitado a Levi, Hange, Moblit y Farlan a su casa para almorzar, sin ningún motivo de celebración en particular, sólo por el hecho de saberse libre — después de mucho tiempo — un domingo.

Tras haber dejado el caso del Espectro y la conversación que mantuvo el azabache con sus amigos respecto a la exigente vida laboral que estaban llevando, curiosamente estos le habían hecho bastante caso en el asunto, tanto así que ese fin de semana Erwin se había negado a ir a la oficina — como ya era tan costumbre desde hace un par de años — y se había decidido a tener un domingo ameno junto a sus amigos, pasando la tarde en compañía de ellos después de almorzar las preparaciones que él mismo había cocinado.

Levi jamás lo había admitido en voz alta, pero su rubio amigo sabía cocinar bastante bien, sólo que no lo hacía a menudo; y cuando decía que cocinaba bien, era porque una de las secretas aficiones del otro famoso detective de Stohess era leer libros de recetas y ver el canal de cocina en el cable; de hecho, por muchos años había sido el encargado de cocinar junto a Farlan para las festividades, momentos para los cuales su buen amigo podía dedicar su tiempo en hacer algo que le gustaba mucho y que, con sus apretados horarios de trabajo, no podía disfrutar tranquilamente en la cotidianeidad.

Ese almuerzo había estado espectacular. Erwin también sabía mucho sobre vino, así que el acompañamiento había estado perfecto, tanto así que Hange se había repetido el plato y su copa se había rellenado tantas veces que ya le había perdido la cuenta; sólo esperaba no repetir el vergonzoso espectáculo que protagonizaron sus amigos la noche de San Valentín, del cual Eren fue testigo.

Hablando del mocoso, ya llevaban dos semanas en ese intento de relación de pareja y, con alivio, podía decir que día a día se sentía más natural en él asumir que estaban juntos; ambos habían vuelto a sus rutinas de llamadas diarias — porque, con sus horarios y responsabilidades, no podían verse todos los días — y Levi se había hallado a sí mismo mostrándose cada vez más cariñoso con el mocoso, perdiendo vergüenza en llamarlo y admitir que quería escuchar qué tal había estado su día y, por qué no, a veces admitiendo que lo extrañaba lo suficiente.

Habían establecido que los viernes sería su día para pasar juntos, ya que Levi no tenía que ir obligatoriamente al cuartel los sábados — pudiéndose quedar hasta más tarde en la casa del moreno o éste en la del detective — así como el mocoso tampoco tenía clases durante los fines de semana; y, el viernes recién pasado, no fue la excepción, aceptando en ir al cine con el chico pues se había estrenado un filme que al parecer estaba basado en uno de los libros que leyó.

El policía no había pisado un cine en años, disfrutaba más ver películas en la comodidad de su hogar, pero no podía negar que esa salida con Eren fue exquisitamente agradable, sobre todo porque, pese a estar en público, habían aprovechado la oscuridad de la sala del cine para entrelazar sus manos y también darse algunos besos cuando el moreno se inclinaba hacia él, demandante.

Mentiría si dijera que, justamente en ese instante, no extrañaba al mocoso. Sus encuentros se estaban volviendo ligeramente adictivos y cada vez le costaba más marcharse de su lado cuando debían volver cada uno a sus respectivos hogares; se sentía ridículo, sí, pero ya no podía evitar mostrarse feliz ante esta oportunidad que se estaban dando, que el mismo detective se estaba dando a sí mismo para estar con Eren.

—   Enanín, es momento de confesiones. — la voz de Hange y las miradas de sus amigos puestas sobre él, sentados en el patio de Erwin alrededor de la mesa de madera que había dispuesto para relajarse al aire libre esa tarde, lo sacó de sus pensamientos para notar que todos parecían estar tramando algo.

—   ¿Qué quieres confesar, cuatro ojos? Ya sabemos que te falta un tornillo, no es necesario que lo admitas. — le soltó, haciendo que Erwin riera un poco y su amiga dejara su copa vacía sobre la mesa, para luego apoyar su espalda contra el respaldo de la silla y cruzar los brazos sobre su pecho; todo esto mirándolo con minuciosidad y curvando esa sonrisa malévola que la harían la villana perfecta en un cuento infantil.

—   No te hagas el desentendido y cuéntanos por qué has estado tan feliz las últimas dos semanas. — Levi iba a soltar un par de palabrotas, pero ella se adelantó. — No me vengas con mentiras, Ackerman. Tu cabello y tu piel están más radiantes que nunca y pareces sonreír con más facilidad, sobre todo cuando te metes en tus propios pensamientos. —

—   ¿Qué es esa mierda del cabello y la piel? — inquirió confundido y, por qué no, un poco nervioso, ya que todavía no les comentaba a sus amigos que había vuelto a hablar con Eren, ni mucho menos que habían decidido comenzar a salir. Las risas de Farlan y Moblit estallaron ruidosamente a su lado, mirando a Hange como quién ha dicho algo completamente ocurrente e hilarante.

—   Ya sabes, Levi. Dicen que cuando tienes sexo se liberan ciertas hormonas que provocan que tu cabello y tu piel rejuvenezcan. — el azabache soltó un suspiro exacerbado mientras escondía su mirada tras la palma de su mano, completamente molesto y avergonzado por las palabras de su amiga.

—   Bueno, Levi, yo no sé bien sobre eso del cabello y la piel, pero sí te he notado más animado. Pareces… ¿de buen humor? — comentó Moblit con algo de timidez, pues este siempre se había mostrado ligeramente intimidado por el detective. Ahora, Farlan y Hange se echaron a reír nuevamente, incluso Erwin pareció no contenerse al carcajear sobre el comentario.

—   Creo que eso es lo que mejor describe tu comportamiento el último tiempo. Que has estado de buen humor. — añadió el dueño de casa, que estaba sentado junto a él. Frente suyo, la mujer golpeó la mesa con su mano, haciendo temblar los vasos y copas que había sobre ella y sobresaltando un poco al resto de sus amigos.

—   Levi Ackerman, te acostaste con alguien ¿sí o no? — preguntó ella finalmente, a lo que el cuestionado simplemente puso los ojos en blanco y dejó caer su espalda contra el respaldo de su asiento.

—   No te interesa, pedazo de mierda. ¿Crees que voy a andar divulgando mi vida privada contigo? —

—   Sabía que no sería tan fácil, enanín. Así que tengo listo mi interrogatorio con pruebas de que has estado en algo pervertido. — aseguró ella, sacando su celular y comenzando a revisar algo en la pantalla. Moblit, quien estaba sentado junto a ella, se inclinó sobre su pantalla para mirar lo que hacía. — Hace dos semanas, un martes, solicitaste un vehículo al cuartel, el cual no devolviste hasta bien entrada la tarde. — Levi sintió una gota de sudor corriendo por su nuca. Hange iba totalmente en serio con sus pruebas. — Esa misma semana, el viernes, solicitaste otro vehículo al cuartel, marchándote al pedir libre la tarde y devolviendo el auto el sábado por la mañana, cuando fuiste a la oficina. —

El día de su primera cita con el mocoso se había marchado bien entrada la noche de su departamento, por lo que decidió llevarse el vehículo del cuartel hasta su casa y devolverlo por la mañana, con lo cansado que se sentía ese día.

Había pedido dos permisos esa semana y el uso del vehículo sólo lo hizo para tener más comodidad de movilidad junto a Eren; pero olvidaba que Hange tenía acceso a todo tipo de información en el cuartel, sobre todo cuando se trataba de actos sospechosos — según ella — y que, por lo demás, tenían que ver con Levi.

—   ¿Por qué necesitaste dos permisos esa semana? ¿Y por qué no regresaste el vehículo el viernes por la noche? —

—   Se te da fatal lo de los interrogatorios, cuatro ojos. — respondió él, negándose a dar más información.

—   Más que tener sexo, creo que la pregunta es otra… — comenzó a decir Farlan a su lado. Levi le dirigió una mirada de advertencia, pues, aunque su hermano no sabía que había vuelto a hablar con Eren, sí estaba en conocimiento sobre el encuentro que tuvieron el día que lo acompañó al hospital por el tema de los chicos de la casa de acogida. No obstante, el resto de sus amigos, pese a saber lo ocurrido esa noche, no estaban al tanto de su encuentro con Eren.

—   ¿Volviste a hablar con Eren? — terminó de decir Moblit, haciendo que la mujer se emocionara extravagantemente, inclinándose sobre la mesa para escrutar su reacción que, con orgullo, pudo decir que controló a la perfección, totalmente preparado para que salieran con algo así.

No se tomó más de dos segundos en dar una respuesta ya que, en el fondo — y conocedor de todo lo que implicaba estar con Eren —, no quería seguir ocultando aquella decisión.

—   Sí. — respondió con tranquilidad, robándose un gesto de impresión de sus amigos. — ¿Por qué ponen esas caras? ¿No era lo que esperaban saber? —

—   No esperaba que fuese tan fácil. — mencionó Farlan, quien le estaba dedicando una mirada cargada de preguntas.

Su hermano era el único de esa mesa quién conocía el secreto tras la separación entre Eren y él, por lo que tendría que darle explicaciones más tarde… explicaciones que, por cierto, no había querido dar a nadie, por eso se había mantenido callado respecto a su relación con el mocoso.

—   Bueno, Eren y yo… estamos saliendo. — el grito de Hange lo sobresaltó ligeramente, teniendo que cubrirse los oídos. No sabía por qué la dejaban beber, si conocían lo insoportable que se ponía en ese estado.

—   ¡Esto es un milagro divino! — exclamó ella. Sus amigos rieron con ganas ante su dramatismo, pero el azabache no le encontró la gracia.

—   Esas son buenas noticias, Levi. Me alegro mucho por ti. — mencionó Moblit, sonriendo con entusiasmo.

—   ¿Cuándo ocurrió todo esto? — preguntó Erwin, también mostrándose feliz por la situación.

—   No pregunten tantos detalles, maldición. Quédense con la información importante. — sabía que el sonrojo en sus mejillas se volvería más notable en cualquier momento si comenzaban a indagar en el tema, y quería evitar a toda costa que Hange tuviera la oportunidad de soltar comentarios que lo harían perder la cabeza.

—   Deberías haberlo invitado a venir hoy. — mencionó la mujer, haciendo que sus cejas subieran y bajaran en un gesto provocador.

—   ¿Y que los vea de nuevo siendo unos insoportables borrachos? No le haría revivir ese trauma. —

—   Es verdad, Eren pensaría que somos una tanda de borrachos. — el comentario de Farlan hizo reír al resto y calmar un poco su nerviosismo con el tema. — Pero es un buen chico, ¿les comentaste que estuvo apoyándonos el día del accidente de los chicos? —

Levi quiso que la tierra se lo tragara, porque, aunque lo intentó, las preguntas sobre Eren y él siguieron surgiendo en la conversación y no le agradaba sentirse vulnerable al respecto.

Jamás fue una persona que comentaba detalles sobre sus relaciones o gustos, tal vez un poco más a su hermano porque era una costumbre pedir su consejo; Levi tenía la impresión de que, mientras más exponía su vida privada a las personas, más se dejaría influenciar por sus comentarios respecto a ella, sobre todo porque el mejor detective de Stohess, aquel con una templanza envidiable para tomar decisiones y resolver crímenes, era bastante inseguro e indeciso cuando se trataba de relaciones amorosas.

Sin embargo, era curioso darse cuenta de que, con respecto a Eren, había sido mucho más expresivo sobre su relación, ya sea mencionando las ocasiones en donde se veían, hasta llevándolo a la casa de Hange.

Pensándolo en retrospectiva, el azabache se había sentido fuertemente conectado con el mocoso desde sus primeras conversaciones, todo ello intensificándose tras su estadía en Mitras y ya no podía ser tan descarado en negar que su comportamiento con Eren había sido cuestionable la mayoría de las veces; no sabía exactamente el motivo, pero tenía la impresión de que guardaba relación con el hecho de que el mocoso era mucho menor que él y su mirada verde había manifestado sinceridad en momentos donde Levi había dudado fuertemente de él; tal vez por esto había sentido cierta responsabilidad en ser más comprensivo y dándole la dichosa oportunidad que los tenía en esa situación, con sus amigos haciendo comentarios sobre su vida amorosa.

No sabía cómo irían las cosas entre ambos, porque todavía estaban probando la oportunidad de saberse correspondidos y disfrutar de ello; pero Levi, al menos, tenía claro lo que sentía por él y que no quería que fuese lastimado por nadie, mucho menos por la sucia élite de Stohess.

 

~*~~~*~~~*~

 

Mikasa le estaba ayudando a guardar la loza seca en sus compartimientos respetivos de la cocina. Había llegado el sábado en la mañana a su departamento y se tenía que marchar esa tarde de domingo de vuelta a Hizuru para sus clases en la universidad.

La azabache solía quedarse en el cuarto de invitados que tenía el departamento de Eren, puesto que no le agradaba tanto hallarse en compañía de su familia, quienes siempre tuvieron un trato bastante frío con ella y le exigían en exceso sobre su rendimiento académico.

Por supuesto que, al igual que su familia, Mikasa había seguido la tradición de irse a estudiar leyes en la mejor universidad de Hizuru, que era el país de origen de sus abuelos, pese a que la azabache era nacida y criada en Eldia.

Mikasa era una hija modelo. Era alta, hermosa, brillante y muy fuerte. Siempre tuvo ese aire tan femenino y delicado que contrastaba con su personalidad determinada cuando debía asumir responsabilidad, ya sea en actividades escolares o en las galas que sus padres también asistían como miembros de la élite de la ciudad; pero, al igual que Armin e Historia, Mikasa tenía un corazón bondadoso y lleno de carisma por sus amigos, especialmente con Eren.

Cuando eran adolescentes, la azabache le había confesado que tenía cierto gusto por él. En ese tiempo, Eren todavía estaba explorando sobre sus gustos y había una parte de él que también sintió una especie de atracción pasajera por ella, pese a que nunca pasó nada entre ambos; y es que también estaba el compromiso con Historia y lo poco que le gustaba a la familia de la azabache que se involucrara mucho con Eren. Todo fue peor cuando el moreno de ojos verdes tuvo un amorío con un compañero de instituto y gran parte de los círculos de su padre — incluidos la familia de la azabache — se horrorizaron por la situación, acusando la infidelidad hacia Historia, que sólo pretendía ocultar aquel disgusto por su orientación sexual.

Sin embargo, pese a las quejas constantes de sus progenitores, Mikasa jamás se apartó de él y siguieron siendo tan amigos como hermanos. Por lo mismo, Eren se preocupaba de acogerla cuando volvía a Stohess y aprovechaban de compartir unos días antes de que se tuviera que marchar.

—   Te has vuelto muy bueno en la cocina, Eren. — comentó la chica mientras él guardaba los restos del almuerzo en el refrigerador. — Me preguntó por qué. — el tono sugerente de su amiga le hizo soltar una carcajada y voltear a verla, sólo para encontrarla con una ceja enarcada y una sonrisa torcida.

—   Siempre he sido bueno en la cocina. — le espetó él, curiosamente avergonzado por ese comentario. — Lo que pasa es que es aburrido cocinar para una persona. Y, cuando comencé a invitar a Levi a venir aquí… pues, tuve que aprender a hacer más cosas… —

—   Eres pésimo con las excusas. — dijo la chica, soltando una suave carcajada y cubriendo su boca de manera delicada para no mostrarse burlesca. — Está bien, Eren. Sabes que Armin, Annie y yo estamos de acuerdo con tu relación. —

—   Lo sé. — el moreno soltó un suspiró y le sonrió a su amiga. — Muchas gracias por eso. —

—   Es extraño que no hayas querido mencionarlo durante este fin de semana. — Mikasa lo miró fijamente con algo parecido a la curiosidad, sin embargo, era su escrutinio lo que lo enervaba, consciente de que no había querido tocar el tema de Levi por una razón muy específica e importante: habían fijado la fecha de un nuevo atraco para el Espectro.

La noche anterior había ido hasta la casa de Reiner para dejar listo el plan para su nuevo atraco, que esperaba fuese uno de los últimos para finalmente pasar a la última etapa de su propósito como el ladrón de Stohess; sin embargo, su corazón no había dejado de latir con fuerza de sólo pensar que recién estaban en esta nueva relación con Levi y todo parecía estar saliendo tan maravilloso que temía descubrir que la fragilidad de su relación fuese peor que la de un delgado y bello cristal.

Se repitió incansable que Levi ya no participaba del caso, que estaba consciente de que no dejaría los robos todavía y, pese a todo eso, seguía sintiendo el estómago apretado por la incertidumbre, sumado a las sensaciones que le provocaba ese robo a sabiendas de las movilizaciones de sicarios en el mercado negro por parte de élite — confirmado por Annie y sus contactos en esos sectores —.

—   Es por lo del robo, ¿verdad? —

Las palabras de ella le hicieron botar el aire que retenía en sus pulmones, ignorante de cuánto tiempo llevaba aguantado la respiración mientras procesaba una y otra vez las mismas ideas y pensamientos, convergiendo a una única emoción.

Estaba asustado.

Asustado de que las cosas no salieran bien en el robo y todo lo que ello implicaba para su equipo — y ahora también para Levi —; asustado de que, incluso si el robo salía bien, no fuera suficiente para poder pasar a la etapa final y alargar aún más esta travesía siendo el Espectro, dándoles más tiempo a los poderosos círculos de la ciudad para mover a sus peones en busca del ladrón y, además, complicando las cosas para el azabache en su trabajo, pese a no ser parte del caso.

Y asustado de que este fuera un paso en falso en su nueva relación con el detective.

—   Tengo la impresión de que este robo es… demasiado importante. — comentó el moreno con un tono ronco, sentándose en uno de los banquillos junto a la isleta. Su amiga se sentó junto a él. — Hay mucho en juego. —

—   Eren, si las cosas se complican, tienes que priorizar tu seguridad. No importa si no alcanzas a concretar el atraco. — la azabache se mostraba fuertemente preocupada por él, y con razón. Armin también había manifestado esa inquietud cuando se despidieron la noche anterior.

—   Lo sé… —

—   ¿Esto también es por el enano? —

Al principio, a Eren le molestaba que Mikasa llamara de esa forma a su actual pareja, pero, con el tiempo, comenzó a darle un poco de gracia, ya que parecía ser un apodo más familiar que despectivo, señal clara de que su amiga ya no era tan reacia a su relación con Levi.

Ahora, sin embargo, no podía sentir sino una angustia tremenda de que su círculo cercano podía notar que sus sentimientos por el detective podían influir en sus acciones como el Espectro… más que las veces anteriores.

—   Sí… — confesó con un hilo de voz, apenas creyendo que todavía quedaban aquellos vestigios de inseguridad en su corazón respecto al actuar que tendría Levi una vez que efectuara el robo. — Pero voy a confiar. Debo confiar en él. — añadió, más determinado. — Levi ha arriesgado mucho por mí. Ha demostrado que soy una prioridad en su vida, incluso por sobre su deber como policía… por lo mismo, estoy seguro de que no afectará a nuestra relación. Quiero que vea que me tomo en serio este asunto de terminar pronto con el trabajo como el Espectro, porque ya no quiero preocuparlo más y ya no quiero seguir esperando para poder darle fin a nuestro plan. — se asombró de lo convencido que había sonado, incluso para sí mismo. Tanto así que su estómago se relajó un poco y ya no se sentía tan nervioso como antes.

—   No puedo ayudarte mucho en tu relación con el detective, pero… no te gustaría que, por esta vez, … ¿sea yo quien realice el robo? —

Abrió sus ojos con impresión debido a que sus cejas pobladas se habían arqueado sobre su frente. Observó a su amiga por unos momentos, un poco sacado de lugar ante su comentario, y es que jamás habían cuestionado la decisión inicial de que fuera Eren quien realizara los robos.

Cuando comenzaron con los preparativos, habían pasado todos por la prueba del uso del equipo de maniobras, en donde Mikasa y Annie habían sido unas de las mejores, seguidas de Eren; pero había sido el moreno quien había dejado en claro que el robo lo realizaría él y nadie más. Pese a las quejas de Reiner por el miedo que le producía pensar que dañaría el equipo o algo por el estilo, finalmente habían llegado a ese consenso y nunca se cuestionó al momento de planificar un robo.

Pero es que… ¿qué más podía aportar al equipo? Bertolt y Reiner eran los encargados del equipo de maniobras; Annie hacía uso de sus habilidades de programación para obtener información, manejar las cuentas bancarias junto a Armin y encargarse ambos del mercado negro y la venta del botín de cada robo; y Mikasa se encargaba de hacer las investigaciones legales en los asuntos que tenía que ver con sus víctimas. Su única labor era llevar a cabo el robo y, si le quitaban ese rol, ¿podía seguir llamándose «Espectro»?

—   No. — dijo rotundo. — Es mi responsabilidad. Haré que todo resulte. —

—   Está bien. — el tono de su amiga estaba cargado del poco convencimiento que incluso su mirada clara manifestaba.

Últimamente sentía que sus amigos dudaban un poco de sus capacidades para seguir con el plan, tal vez considerando el asunto con Levi y la poca participación que tuvo en este asunto del Espectro durante el tiempo que se halló separado del azabache; tal fue su distanciamiento que este plan se había tardado mucho más de lo esperado y tenía muy nervioso a su grupo. Sobre todo por la víctima elegida.

—   Hablemos de otra cosa, no quiero echar a perder la última tarde que tengo contigo antes de que vuelvas a Hizuru. — dijo el chico, tirando de un mechón de cabello azabache de su amiga y logrando sacarle una sonrisa.

Mikasa le dedicó una última mirada que cargaba con esa preocupación tan característica en ella, pero también manteniéndose firme ante su opinión y no contradiciendo la decisión que el mismo Eren había tomado; su amiga — y el resto del grupo — le habían dado un voto de confianza cuando se seleccionó a la próxima víctima y se decidió la fecha, incluso tras conversar con seriedad de todas las posibles repercusiones que el atraco podría traer y obligándolo a estar en conocimiento de estas.

Y es que sus cómplices habían evidenciado ante él que el tema con Levi se había vuelto demasiado prioritario para Eren, cuestionando que su motivación para acabar con el trabajo del Espectro ya no parecía ser lo que inicialmente los había llevado a ese plan, sino que se debía a su necesidad de estar con el detective sin que este tuviera que cargar con la culpa de encubrir a un criminal.

En parte, tenían razón y, de hecho, el moreno no lo había negado. Tras todo lo que había pasado junto a Levi ese año, ya no quería que el Espectro fuese lo único que lo mantenía ligado a él, quería que su relación fuese solamente con Eren y no con el ladrón de Stohess y, para eso, tal como habían acordado ese día en que habían vuelto a verse, él debía terminar lo antes posible con este trabajo y de esta forma evitar que fuese lastimado por la élite de la ciudad.

Pero tampoco es como si se hubiese olvidado de la motivación real y principal que lo mantenía haciendo ese trabajo y esta era acabar con ese turbio círculo de corrupción que había en la ciudad de Stohess.

 

 

~*~~~*~~~*~

 

Levi estaba lavando la loza con el cuidado propio que siempre empleaba en esa labor. No le molestaba tener que encargarse de los platos sucios, las ollas y los implementos usados — a veces, no era la gran cosa, pues Erwin también era bastante pulcro al momento de cocinar y solía mantener su entorno cuidadosamente limpio y organizado para ello —, pero como era el rubio quién se dedicaba a la comida junto a Farlan, así como Moblit le había tocado ser el conductor designado esa tarde de domingo de mayo, se auto-designó para llevar a cabo esa tarea; pero no esperaba que Hange lo acompañara.

Habían conversado un poco más sentados en el patio, aprovechando el exquisito calor mezclado con la brisa primaveral que no lo hacía sudar como condenado cuando ya eran cerca de las seis de la tarde; por supuesto que, tras un par de intentos de la loca de su amiga por sacarle más información sobre su relación con Eren, terminaron por cambiar el tema y conversar sobre otras cosas.

Ahora, la mujer se encontraba retirando los restos de comida de los platos mientras separaba las botellas vacías de vino en una caja y poder ser recicladas como correspondía. Curiosamente — bueno, más preocupante que curioso — se había mantenido en un silencio extraño durante todo el proceso de limpieza de la amplia cocina que tenía la casa de su rubio amigo.

Levi la había mirado de reojo un par de veces cuando la sentía moverse de un lado a otro buscando más loza por lavar, y podía percibir en su mirada cómo se formulaban una serie de preguntas que todavía era incapaz de verbalizar.

Honestamente, este hecho lo tenía inquieto y, por qué no, sutilmente asustado, pues Hange, además de ser atolondrada y eufórica, también era muy perceptiva y analítica; de este modo, le preocupaba que algo rondara esa mente brillante que se cargaba junto a su personalidad y que esto tuviese que ver con él y Eren.

—   Levi… — ahí estaba. Su voz más ronca de lo usual le hizo tragar fuerte de la manera más disimulada que pudo; así, esperó un par de segundos antes de dedicarle una corta mirada, indicándole que le estaba prestando atención para que comenzara a hablar. — Me alegra mucho que hayas vuelto a hablar con Eren. — comentó ella, dibujando una sonrisa carismática que, si bien se veía muy sincera, también escondía una preocupación manifestada en sus manos inquietas. — Te ves… feliz. —

—   ¿Qué pasa, Hange? ¿Qué te está molestando? — ya no lo podía soportar. El hecho de que su amiga se estuviera dando vueltas en el asunto lo hacía sentir demasiado nervioso, tanto, que no se había percatado de que estaba lavando el mismo plato durante todo ese rato, por lo que terminó por sacarle el exceso de detergente y lo puso con el resto de la vajilla antes de cerrar el grito del lavaplatos.

—   Sobre Eren… ¿seguro que está todo bien? — preguntó, acercándose un poco más a él hasta apoyarse sobre la isleta central que había en la estancia.

—   ¿Por qué lo preguntas? —

—   No quisiste entrar en muchos detalles cuando nos comentaste que dejaron de hablar. Fue repentino y extraño. — comenzó a explicarse, bajando la mirada hacia la blanquecina cerámica del piso. — Voy a decir algo muy disparatado, pero no quiero que te lo tomes a mal. —

—   Te escucho. — afirmó, volteándose para verla de frente.

—   ¿Eren… te pidió dejar el caso del Espectro? ¿Fue ese el motivo por el cual terminaron? —

El corazón de Levi dejó de latir por unos instantes, así como también sus pulmones se negaron a procesar el aire que intentaba entrar a su cuerpo; Hange realmente era una persona cuya mente podía hilar cabos sueltos de una manera extraordinariamente compleja, en cosas que, generalmente, a nadie se le ocurriría.

Y es que con todo lo que pasaba en el cuartel y la decisión que tomó sobre dejar el caso del ladrón de Stohess, no podía creer que alguien llegara siquiera a ligar a Eren con el tema del Espectro; pero su amiga lo había hecho y necesitaba saber de dónde había sacado argumentos para establecer un lazo entre al mocoso y el ladrón.

—   ¿Qué te hace creer eso? — preguntó el azabache, casi a la defensiva.

Una parte de él temía que Hange pudiese haber escuchado algunas de las conversaciones que tuvo con Eren en su oficina, aunque estaba bastante seguro de que no se había mencionado el hecho de que él fuese el Espectro o que tuviera algo que ver con el ladrón; la única ocasión en la que se había hablado abiertamente de ese tema con el mocoso fue esa tarde en que el chico lo había ido a buscar y él había estado siguiendo una pista tras haber usado información que el mismo Eren le había revelado.

Hange se aclaró la garganta y cuadró los hombros. Su actitud era idéntica a la que presentaba cuando tenía que explicar una secuencia de hechos y pruebas para justificar una de sus teorías.

—   Terminaste con Eren, al menos cuando nos dijiste, apenas unos días después del último atraco del ladrón. Justo habías tenido un colapso esa noche y Eren llegó al día siguiente al cuartel buscándote. Así que le indiqué que estarías en tu casa, descansando… — la pelirroja guardó silencio, dirigiendo su mirada hacia él con el ceño fruncido en aflicción. — Luego dejaste el caso y, unas semanas después, nos dices que volviste con él… —

Visto de esa forma, parecía lógico pensar que su término de relación con Eren, así como también el hecho de retomar esta comunicación con él, parecía guardar relación con el caso del Espectro, pero sólo tenía sentido porque su amiga le había dado esa intención.

Levi consideró que, tal vez, el hecho de haberle mencionado a sus amigos que Eren le había hecho notar lo muy trabajólicos que eran y el poco tiempo libre que se dedicaban para disfrutar sus vidas, pudo haber sido otro argumento que justificara esas ideas en la mente de su mejor amiga, asociándolo a que el moreno se estaba cansando del poco tiempo que le dedicaba el azabache, sobre todo por tener que lidiar con el caso del Espectro.

—   No, Hange. — se apresuró en decir. No quería que su amiga tuviera la oportunidad de echar a andar su cerebro en busca de más “coincidencias” que justificaran su argumento, que, por cierto, era errado… pero no del todo. — Eren jamás me ha pedido que deje el caso del Espectro. No fue esa la razón por la que dejamos de hablar y, ciertamente, dejar el caso tampoco fue el motivo por el que retomamos el contacto y comenzáramos a salir. — el alivio se vio reflejado en los hombros de su amiga, al caer suavemente de la tensa posición en que estaban anteriormente.

—   Lamento haber pensado mal de la situación, enanín. — dijo la pelirroja, rascando su nuca distraídamente en un gesto culpable. — Es que me habías asegurado en una ocasión que no dejarías el caso. Incluso fuiste tú quien comenzó a seguir esta pista de los perfiles de las víctimas y los fraudes en los que podían estar metidos. — el corazón del detective latía frenético bajo su pecho y una parte de él estaba segura de que Hange podía detectar el nerviosismo de su cuerpo, pero tampoco mencionaba eso. — Eren parece haber cambiado todo tu mundo, ¿no? — la suavidad con la que hizo ese comentario logró arrebatarle un sonrojo al más bajo, sutil, mas no invisible.

—   Ni te imaginas. — respondió él, tratando de que el sarcasmo en su voz no fuera tan notorio. Hange sonrió en su dirección y, de improviso, se acercó a él y lo estrechó contra su cuerpo.

Su amiga era cariñosa y efusiva, a veces un poco como el mocoso. También solía tener esos gestos para molestarlo, sabiendo que no toleraba tanto la cercanía o que no estaba acostumbrado a recibir muestras de afecto de ese tipo; sin embargo, en esta ocasión, su abrazo parecía buscar confort al mismo tiempo que intentaba brindarle seguridad al azabache.

No supo por qué tuvo esa sensación. La sensación de que Hange estaba intentando protegerlo de alguna forma entre sus brazos y, si bien la cálida familiaridad con la que el perfume dulce de su amiga se deslizaba con suavidad por sus fosas nasales lo hacía sentir cómodo con la situación, así como también la calidez de su cuerpo mientras lo abrazaba firmemente por los hombros le recordaba que sus amigos lo querían y se preocupaban por él — incluso en detalles como su vida amorosa —, lo cierto es que un temor extraño se gestó en su pecho.

Este temor terminó generando un vacío en la boca de su estómago, como si fuese un mal presentimiento. Y es que la sonrisa agotada que Hange le dedicó le instaba a pensar que había algo en su mente que se negaba a decir en voz alta. Quizá era una pregunta o quería confesarle algo, pero su amiga simplemente se apartó y salió de la cocina para volver a reunirse con el resto de sus amigos que ya estaban entrando a la sala, resguardándose de las corrientes de viento que se hacían presentes a esas horas de la tarde.

Tal vez… Hange sabía más de lo que estaba trasmitiendo.

 

Notas finales:

¡Ay! Yo sé, yo sé, estuvo corto, poco revelador y encima viene atrasado por varios días. En serio, me disculpo totalmente por esta irresponsabilidad.

Les había comentado con anterioridad que había estado sintiéndome mal y que estaba falta de inspiración; todavía estoy en ese estado, pero intento mejorar cada día y esforzarme. No tienen idea todo lo que amo esta historia, pero amo más saber que les está gustando ¡y que más personitas están leyéndola! 

Espero que me sigan teniendo paciencia (perdón), pero intentaré actualizar más seguido, al menos como lo había hecho anteriormente, cada dos semanas o diez días; también espero que haya valido la pena el tiempo que tuvieron que esperar jajaja, pese a que no mostré ninguna interacción entre Levi y Eren, pero el próximo capítulo estará muy bonito, lo juro.

¡Cuídense mucho y harto éxito en todo lo que tengan que hacer!

¡Un abrazo!


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