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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas!
Me reporto con actualización. Nos leemos al final.

¡Disfruten!

Capítulo 35


Consecuencias inevitables


Parte 1


 


Nada podría presagiar que esa noche las cosas se tornarían completamente angustiantes.


Levi iba camino al departamento de Eren. Era martes, pero últimamente le costaba estar lejos del moreno, por lo que se había estado quedando en su departamento incluso entre semana; todo con el fin de acompañar al mocoso en sus últimas semanas de vacaciones antes de que comenzara su segundo semestre en la universidad.


Después de esa noche del apagón, la relación con Eren parecía un sueño, como si ya no existieran velos entre ellos y pudiesen mirarse al completo desnudo — a veces, literalmente — y saberse en absoluta confianza con el otro. Tanto así que Levi tenía una copia de las llaves del departamento de Eren, sobre todo si ya se queda a dormir con más regularidad.


El detective no había recordado la última vez que había estado tan alegre; de hecho, se atrevía a decir que jamás había sido tan feliz desde que decidió darse aquella oportunidad con el mocoso, resultando mucho mejor de lo que esperaba, incluso con todo el jaleo que había por el tema del Espectro; además, el chico había ido a ver a Isabel hace unos días y hasta le regaló un cuaderno de dibujo y un juego de lapiceras de colores para que pudiese dedicarse a otra cosa además de leer.


Esa noche, había llamado a Eren para avisarle cuando estaba saliendo del cuartel; sin embargo, este le había dicho que estaba atrapado en un atochamiento de camino desde la casa de Armin, por lo que tardaría en llegar y — probablemente — el azabache llegaría antes.


No le molestaba en absoluto, sinceramente. Levi se había acostumbrado tanto al departamento de Eren que lo trataba como si fuese su propio hogar — aunque el tiempo juntos lo alternaban entre el departamento del detective y del mocoso —; así que, en cuanto llegó, saludó al conserje que estaba en la recepción con la familiaridad y cortesía usual de quién ya ha estado muchas veces en ese edificio y abordó el ascensor que lo llevaría hasta la casa de su novio.


Se sentía cansado. Había sido un día agitado entre interrogatorios, papeleo, la prensa y un montón de burocracia con la dirección del cuartel y de la policía de Stohess; además, ahora que estaba con Eren, ya no le apetecía quedarse haciendo horas extras, sino que prefería dedicarle ese tiempo al moreno o tal vez a su familia.


Sin embargo, había días — como aquel — en que era inevitable salir más tarde del trabajo, pues su labor lo exigía; y es que los índices de violencia en la ciudad habían aumentado considerablemente y todo porque los matones del mercado negro estaban usando la búsqueda del ladrón de Stohess como pretexto para realizar ataques violentos y torturas a quienes podían considerarse potenciales sospechosos.


A Levi no le agradaba para nada todo ese espectáculo que se armaba la élite por dar con la identidad del Espectro y aún no averiguaban qué podía ser tan grave para que los millonarios sacaran sus mejores armas en contra de un simple ladrón.


Pese a todo, cuando sus pies ya lo estaban guiando por ese estrecho pasillo hasta dar con la puerta del departamento de Eren, intentó sacarse sus cargas laborales y despejar su mente para no preocupar más al mocoso y — por lo demás — darse unos momentos de relajo de todo el estrés que cargaba durante el día.


Nada podría presagiar que detrás de esa puerta estaría lo que algunos llamarían una pista o un atentado; pero Levi — después de vivir aquello — sólo podía llamarlo el inicio del desastre.


~*~~~*~~~*~


Luego de lo que parecieron eternos segundos, por fin podía controlar medianamente su respiración y sentarse con esfuerzo para analizar lo que acababa de suceder.


Apenas había entrado en el departamento del mocoso, se había visto en la obligación de alejarse rápidamente de la puerta al percatase del hombre que había intentado darle un golpe en la cabeza con el perchero de metal que tenía Eren junto a la entrada del departamento.


Sin darse tiempo para poder sopesar la situación — respondiendo a sus instintos de sobrevivencia —, se enfrascó en una pelea confusa y violenta contra aquel corpulento hombre que debía ser tanto o más alto que Eren, pero cuya violencia y brutalidad para atacarlo le dejaron de inmediato en claro que no era su pareja, pese a la oscuridad que había en el departamento, la cual imposibilitaba identificar a su agresor.


Forcejeó con él hasta arrebatarle el perchero y alejarlo de su alcance, pero el hombre respondió al instante a enfrentarlo en un combate cuerpo a cuerpo en el que Levi recibió algunos golpes cuya fuerza desmedida no hubiese podido soportar de no ser porqueque se entrenaba a diario y, pese a eso, se resentía de ellos al tiempo que esquivaba las siguientes maniobras del sujeto e intentaba acertar un golpe; esto sólo le dio información para saber que el hombre al que se enfrentaba era un profesional, que sabía pelear a la perfección porque el detective sabía lo bueno que era él en temas de peleas.


La agilidad que poseía su oponente lo había desestabilizado, sobre todo porque había ganado ventaja con el factor sorpresa de su ataque y Levi todavía se estaba acostumbrando a la poca visibilidad de la estancia; aquella que estaba quedando completamente destruida mientras batallaban furiosamente por intentar retener al otro.


El azabache había hecho bien en no sacar su arma, pues estaban a una distancia demasiado corta entre sí y podría suponer una desventaja en el caso de que el otro se la arrebatara, así que se las arregló con sus puños, pese a que el hombre había sacado un cuchillo de entre sus ropas para intentar acabar con él.


Su cerebro sólo se había concentrado en sobrevivir a aquel enfrentamiento, pues las habilidades y la fuerza que poseía este oponente se las podía atribuir únicamente a expertos en combate, a aquellos que se ganaban la vida peleando por otras personas recibiendo dinero como pago: sicarios.


Su agresor había logrado estrellarlo contra el muro y lo golpeó dos veces hasta que Levi se escabulló — con su cuerpo flexible ayudándolo en su labor —, golpeando con fuerza en los puntos donde sabía que su oponente perdería firmeza y se apartaría; sin embargo, el hombre había logrado golpearlo con un jarrón justo cerca de su ojo, nublándole la visión por unos instantes y haciéndolo caer sobre la mesa de centro, rompiéndola estruendosamente y cayendo en un mar de fragmentos de vidrio… otra arma para el sicario.


Pero Levi fue más rápido, pues apenas su oponente había levantado el brazo con un gran trozo de vidrio afilado apuntándolo, el detective lo golpeó justo en la tráquea y luego acertó otro golpe en su nariz cuando su enemigo había bajado el rostro en busca de aire; de esta forma, sabía que estaría ocupado unos milisegundos en volver a respirar, tiempo suficiente para que Levi se escabullera y pateara con fuerza su cabeza que rebotó sobre la cerámica y lo dejó inconsciente.


Ahora — tras recapitular mentalmente todo lo que había pasado en esos breves minutos luego de haber entrado al departamento de Eren — el azabache miraba al sujeto frente a él, quien todavía tenía sus ojos cerrados producto de su inconsciencia, y se apresuró en levantarse para poder ponerle unas esposas en las anchas muñecas, así como también usó los cordones de ese calzado estilo militar que traía el sicario y sujetó sus tobillos con ellos en caso de que decidiera levantarse.


Todavía sin procesar más información que garantizar su seguridad por unos momentos, alejó al hombre del mar de vidrios que había en medio de la sala y lo volcó contra la pared de esta, revisando sus bolsillos en busca de más armas y amordazando su boca para que no pudiera usarla para morderlo o algo así.


Por fortuna, no encontró más armas que otro cuchillo sencillo y dejó el espacio cerca de él lo más despejado que pudo para que no tuviera la oportunidad de atacarlo nuevamente.


Sólo entonces pudo encontrar serenidad y estragos de calma en su ser para sentarse en uno de los taburetes cerca de la isleta de la cocina y procesar lo que acababa de suceder: se había enfrentado a un sicario y no cualquier sicario, sino uno de los más peligrosos que había en el mercado negro de la ciudad, pues había reconocido su rostro una vez que encendió las luces de la sala y comprobó el caótico estado en el que había quedado el departamento del mocoso.


Considerando los hechos, el sicario había estado escondido dentro del departamento y lo había atacado apenas abrió la puerta para ingresar, por lo que descartaba que fuese una especie de robo. Eso significa una sola cosa, y es que no estaba esperando realmente al detective… sino a Eren.


Su cuerpo volvió a tensarse ante la idea de que el mocoso hubiera sido quien llegara primero.


No. No quería pensar en esa posibilidad, no al caer en cuenta de lo mucho que le había costado a él — con toda su experiencia en ese tipo de enfrentamientos — reducir al sicario hasta librarse de él…. No, no podía imaginar si quiera…


Soltó un par de audibles maldiciones mientras registraba sus bolsillos en busca de su celular. El aparato de mierda tenía la pantalla rota, seguramente por alguno de los violentos movimientos que había realizado en su pelea, pero todavía funcionaba…


Sin embargo, sus dedos se detuvieron abruptamente cuando estuvo a punto de presionar la tecla de llamada.


¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué un sicario estaría buscando a Eren?... La respuesta a aquella pregunta cayó como un rayo sobre él, provocándole unas náuseas horribles que lo llevó a contener las arcadas sobre el lavaplatos de la isleta, desconocedor si aquella reacción se debía al creciente pánico que estaba corriendo por sus venas o si era un efecto de ese golpe que tenía en su frente que no dejaba de sangrar, manchando sus ropas y la mitad de su rostro, casi sin dejarlo ver por ese ojo.


No… no podía ser así. Alguien había mandado a matar a Eren, o mejor dicho, al Espectro.


~*~~~*~~~*~


Hange pocas veces había recibido un llamado de ese tipo proviniendo de Levi. En general, porque — cuando de trabajo se trataba — el azabache llamaba con mayor probabilidad a Erwin, quien también era un detective y con cualidades envidiables para su cargo; sin embargo, eso no significaba que su amigo no recurriera a ella en busca de ayuda.


Lo raro de esta ocasión, es que Levi sonaba demasiado… distante. Además, le había pedido algo que nunca había hecho.


«Necesito que vengas al departamento de Eren. No hagas preguntas.»


Una parte de ella quería pensar que todo esto era una especie de broma o — quizá — había sucedido algo con el chico y Levi necesitaba contención; pero no. Algo en el tono de voz su mejor amigo la había dejado en estado de alerta y con una preocupación que se comparaba a un vacío en el estómago.


Toda su preocupación se vio exacerbada en el momento que salió del ascensor y se encontró con la única puerta de ese pasillo abierta totalmente, con las luces del interior encendidas y lo que parecía ser un auténtico desastre.


No supo en qué momento corrió hacia el departamento, pero — apenas entró — un pánico terrible se anidó en su pecho y buscó desesperada con la vista a Levi, llamándolo con gritos casi histéricos.


“¿Qué demonios…?”


La voz de su mejor amigo salió de un cuarto en aquel pasillo. Sin pensarlo, Hange se adentró en el departamento y llegó hasta lo que vendría siendo una de las habitaciones del penthouse.


Lo siguiente que recuerda haber hecho fue aproximarse con rapidez hacia Levi, quien tenía la camisa color gris manchada de sangre y su rostro también; este pareció asustado cuando se acercó y se puso a examinar ese corte que tenía en la ceja.


Sin embargo, Levi la ignoró completamente.


Parecía estar en shock. Guardaba algunas prendas de Eren en un bolso de pequeño tamaño que había sobre la cama, sin importarle mucho que su sangre marchara algunas telas y dejara un desastre en las murallas.


— Levi, ¿qué demonios pasó? — le preguntó ella cuando el azabache la esquivó para seguir con su labor con la maleta.


— Un sicario. — fue lo dijo, casi como un murmullo.


— ¿Un qué? —


Hange lo miró y notó todos los rastros de heridas que tenía su amigo, pero él no parecía consciente del desastre que lo rodeaba, menos aún sobre su propio bienestar, porque esa herida en su frente lucía bastante mal.


— ¿Dónde está? — preguntó ella, tratando de guardar la calma ante la falta de información que Levi estaba mostrando.


— En el comedor. Inconsciente. —


— ¿Y Eren? — una preocupación horrible le revolvía el estómago a la mujer.


— Todavía no llega. —


— Llamaré a un equipo confidencial para que vengan a buscar al sujeto. — dijo ella, tratando de optar por el conducto más racional y práctico, conocedora de que Levi no iba a dar mucha información por el momento.


— Espera. — la voz del azabache le impidió marcar la tecla de llamar, mirándolo seriamente mientras él parecía intentar ordenar sus ideas.


Jamás había visto a Levi así. Tan desorientado. Tan en shock.


Tan desesperado.


— Necesito decirte algo. — dijo él, terminando de cerrar el bolso.


— Dime. — su voz salió como un susurro. Tenía un mal presentimiento.


— El sicario… venía tras Eren. —


— ¿Qué? Pero ¿por qué? …. — silencio. Sólo hubo silencio y el movimiento de su amigo dando vueltas por el dormitorio. — Levi… por qué un sicario está detrás de Eren. —


Algo parecía a punto de estallar entre ellos, cuando los ojos grises de Levi se toparon con los de la mujer; angustiados, avergonzados… suplicantes.


— Porque… Eren es el Espectro. —


~*~~~*~~~*~


Levi se sentía mareado, pero desconocía el motivo para ello. Tal vez era la mezcla de la contusión en su cabeza, el vértigo de la pelea con el sicario y la revelación que le acababa de hacer a Hange.


Después de revelar esa información, el detective se negó a mirar a su mejor amiga, mientras limpiaba los rastros de sangre en el lavamanos del baño privado que tenía la habitación y trataba de pensar en cómo ella iba a reaccionar, qué le diría… qué pasaría ahora con Eren… con él.


— Ya lo sabía. —


Por primera vez en esa noche, Levi se quedó quieto y su mente se volvió un completo vacío blanco e insonoro. Alzó la vista hacia su amiga quien tenía un semblante ensombrecido tras sus lentes y sintió un miedo terrible helarle la sangre, más fría de la que ya estaba tras la pelea con el sicario y el entendimiento de que alguien había mandado a asesinar a Eren.


La mujer parecía debatirse entre la molestia y la decepción, rehuyendo de los ojos grisáceos del azabache y pareciendo sopesar sus palabras antes de lanzarse a decirlas todas juntas; pero fue el largo suspiro que exhaló lo que le hizo volver a la realidad y entender lo que acababa de decir su mejor amiga.


— Sabía que Eren era el Espectro o, al menos, lo intuía de cierta forma. — confesó, esta vez, mostrando sus enormes ojos marrones en su dirección, obligándose a mantener un gesto serio, pero sus cejas insistían en fruncirse. — Es difícil de explicar. Siempre tuve la impresión de que, desde que Eren apareció en tu vida, fuiste dejando de lado el caso de manera paulatina hasta, finalmente, abandonarlo por completo. —


— ¿Es decir…? — ¿era posible, pensaba el azabache, que Hange supiera todo… desde hace tanto tiempo?


— Sí, Levi. — soltó ella tras aclararse la garganta. — Desde el día que Eren llegó a tu oficina esa mañana a finales de enero, algo despertó en mi interior. Una duda. Una intuición. Eren me hizo recordar el caso del Espectro como si lo tuviera escrito en sus ojos verdes… — la manera tan seria y sincera que tenía de comentarle aquello, le dio a entender a Levi que su amiga estaba realmente molesta con la situación.


— ¿Y, aun así, lo invitaste a tu casa? — cuestionó. Ella se encogió de hombros levemente antes de responder.


— Para ese entonces, tu parecías tener un interés muy fuerte por el chico y, de alguna forma, pensé que podías intuir que tenía algo que ver con el ladrón de Stohess y quizá estabas averiguándolo al relacionarte con él. — se explicó. — Pero cuando Eren fue hasta mi departamento, me encontré con otra escena. Una en donde ustedes interactuaban de manera tan íntima, incluso cuando ni siquiera se tocaban. Era como si compartieran un secreto, un secreto que los unía de una manera profunda y que, a mí parecer, se sintió muy… lindo. Es decir... — la carcajada de Hange alivianó un poco el ambiente entre ellos, pese a que esa sonrisa carecía de alegría y que se hallaba bañada en nostalgia. — Nunca te había visto así, Levi. La forma en que se miraban y sonreían estaba llena de cariño. Y tú te veías tan cómodo con él, tan entusiasmado en su compañía… que dejé de preocuparme por el asunto. — al revelar esto, Levi sintió que su corazón se encogía. No tenía idea que había sido tan transparente todo este tiempo respecto a su sentir por el mocoso. — Siempre he confiado en tus decisiones, Levi. Eso nos llevado a seguir siendo amigos hasta ahora y también nos ha permitido trabajar juntos y sacar adelante misiones y casos extremadamente complicados a lo largo de nuestras carreras… — Hange rascó su nuca con algo de frustración antes de proseguir. — Hace un tiempo te pregunté si Eren te había pedido dejar el caso del Espectro y si esa fue la razón para que se distanciaran… —


— No mentí en esa ocasión. — habló el azabache, tras un buen rato en silencio.


Había dejado que su amiga liberara lo que sentía en ese momento sobre el asunto del mocoso y del Espectro, pero… una parte de él quería dejar esa conversación para después, cuando Eren se encontrara a salvo.


— Eren jamás me pidió dejar la investigación. En esa ocasión nos distanciamos porque no podía manejar el caso y, al mismo tiempo, estar con él. No quería traicionarte a ti, a Moblit y a Erwin, entorpeciendo la investigación. —


— ¿Traicionar? — cuestionó incrédula. Levi tragó fuerte, intentando seguir firme aunque la herida en su frente comenzaba a dolerle, quizá porque la adrenalina inicial ya se estaba esfumando de su cuerpo. — Levi me estás pidiendo que encubra al ladrón de Stohess. —


— Lo sé. —


No sabía qué más decirle.


Había tomado el riesgo de revelarle a Hange el asunto del ladrón porque necesitaba planear algo que le permitiera proteger a Eren y no podía hacerlo solo. Pero ahora que lo pensaba con mayor detenimiento, se daba cuenta de la terrible posición en la que había dejado a su amiga.


— Lo siento, Hange. —


— Ahórratelo. — dijo ella con brusquedad. Cuando la pelirroja se enojaba tenía una actitud muy parecida al detective y, ahora, estaba claro que su amiga se hallaba fuertemente frustrada. — ¿Qué quieres de mí? —


— Tu ayuda. —


— Eso está claro. — se apresuró en decir, todavía a la defensiva.


— Necesito que saques a Eren de la ciudad. —


Hange lo miró con seriedad, como sopesando fuertemente la situación. Levi casi podía ver todos los engranajes girando a vertiginosas velocidades en la mente de su amiga, podía ver en sus ojos las emociones contradictorias que la embargaban tan rápidamente y, tal vez, hasta ella se sentía mareada con todo el asunto.


Su amiga, su compañera de trabajo, la mejor analista del cuartel central, lo estaba analizando a él, a su situación… a todas las posibles opciones y sus inevitables consecuencias.


Hasta que, finalmente, su cuerpo se movió ligeramente, aunque Levi no supo decir si fue para relajarse o tensarse más; sin embargo, Hange había adoptado ese semblante profesional que la caracterizaba como una de las mejores oficiales en todo Stohess.


— Me debes no sólo un favor enorme, sino también muchas respuestas, Ackerman. — dijo finalmente, logrando que el alivio invadiera el cuerpo tensado de Levi.


— Gracias. —


~*~~~*~~~*~


Eren supo de inmediato que algo extraño estaba pasando en el momento en que llegó hasta la recepción de su edificio y había un par de policías atestados en la entrada, conversando preocupados por algo que — hasta el momento — el moreno desconocía.


El conserje no estaba en su puesto y el chico se apresuró en tomar el ascensor, con un horrible presentimiento en el pecho de que estaba sucediendo algo muy grave.


Cuando las puertas se abrieron y mostraron el corto pasillo hasta la entrada del departamento, todas las alarmas en su cuerpo se activaron al ver que la puerta estaba abierta completamente y se podía ver a un grupo de policías registrando su hogar.


Estuvo a punto de salir corriendo cuando la voz de Levi lo saca de su pánico, notando lo alterado que se escuchaba su tono de voz y cómo parecía estar explicando algo, en vez de estar dando órdenes.


Todavía con las piernas temblorosas comenzó a acercarse hasta finalmente atravesar el umbral de la puerta, quedando totalmente impactado con la escena que veía.


Su departamento estaba brutalmente destrozado, con la mesa de centro hecha añicos y los cristales esparcidos sobre la alfombra; había loza en el piso también rota y muchos objetos fuera de lugar; lo peor, es que algunas manchas de sangre pintaban el amarillo opaco de las paredes. Este hecho lo hizo buscar desesperadamente al azabache entre los policías para notar que estaba de pie junto a la isleta, cerca del pasillo que conectaba el resto de la casa.


El pánico lo superó y tuvo que correr hasta su lado, al parecer gritando su nombre porque todos los presentes voltearon a verlo. El hombre tenía un golpe con una herida abierta justo sobre su ceja — que parecía haber intentado contener con un paño manchado de sangre que portaba en su mano — y sus ropas estaban desordenadas y salpicadas de escarlata.


— Eren. — exclamó el detective con evidente alivio, aunque esa expresión cambió abruptamente para volverse más seria.


— ¿Qué pasó aquí, Levi? ¿Estás bien? —


El moreno se olvidó de que había otros agentes presentes y se acercó hasta él, tomando su rostro y moviéndolo con delicadeza para revisar el corte que tenía en la sien, el cual parecía haber sido provocado por un objeto contundente. Los grises ojos de Levi se encontraron con los suyos, suplicantes y cargados de emociones que el chiquillo no podía comprender, hasta que la mano del hombre se posa sobre el hombro contrario para apartarlo levemente, haciéndole notar la cercanía que tenían.


— Necesito hablar a solas con Eren, por favor. — dijo el mayor hacia sus subordinados, quienes dudaron por un momento y luego salieron del departamento, cerrando la puerta tras de sí.


— Necesito una explicación. — sentenció él, volviendo a acercarse más al detective. — Estás todo herido, como si hubieses tenido una pelea, Levi. ¿qué demonios—


— Oi, mocoso. — el tono glaciar que usó el hombre lo hizo callar abruptamente, apretando su estómago al sentirse extrañamente ajeno. — Te irás de la ciudad ahora. Hay un auto esperando abajo. Tu equipaje está junto a la puerta. — indicó el azabache, mirando en dirección al piso junto a la entrada, donde el bolso oscuro del chico se hallaba.


— ¡No! Exijo saber qué está pasando. — exclamó con desesperación.


— No fue una pregunta, Eren. Vete ahora. — decretó el más bajo, irguiéndose para mostrar la firmeza de su orden. Había elevado sutilmente su tono de voz, evidenciando la molestia que toda su postura manifestaba, incluso ese ceño exageradamente fruncido que parecía provocar dolor en la herida abierta de su frente.


— Levi, pero qué—


— ¡Demonios, mocoso de mierda! Te estoy diciendo que debes irte ahora, ¿qué parte de eso no entiendes? — gritó iracundo el detective, logrando que el universitario retrocediera un paso de la impresión. Levi jamás le había hablado así, jamás le había gritado; inclusive, jamás había visto esa expresión tan desesperada en su rostro, tratando de ser disimulada por la molestia de no acatar su orden. — Te vas por las buenas o por las malas. —


Con un miedo inexplicable que hacía que sus manos y piernas temblaran sin control, sintiendo que el aire comenzaba a faltarle en ese lugar, se apresuró en alejarse y tomar el bolso que antes le había señalado su pareja, para luego proceder a abrir la puerta de su hogar.


Antes de marcharse, tuvo un pequeño momento de raciocinio en el que quiso enfrentar a Levi, porque no podía echarlo de su propia casa, menos aún tras ver el desastre que había en el lugar y los vestigios de una pelea que había protagonizado el hombre.


Sin embargo, cuando se volteó, nuevamente todo el raciocinio que había logrado sacar a flote se había esfumado con la misma rapidez con la que había llegado; Levi traía una mirada llena de angustia, dolor y preocupación, incluso cuando trataba de mostrar un actitud firme, podía notar que quería acercarse a él, quizá a explicarle más las cosas, tal vez a pedirle disculpas por haberle gritado; y, pese a verlo en ese estado, el detective se mantuvo en su lugar y frunciendo el ceño al tiempo que su mano magullada en la zona de los nudillos se extendía para señalarle la salida, diciéndole silenciosamente que se marchara de una vez.


El moreno no pudo evitarlo, las lágrimas se amontonaban en sus ojos, apresuradas por salir mientras amenazaban con ahogarlo con ese nudo amargo en su garganta. Los policías del pasillo no le prestaron atención cuando salió corriendo hacia la salida de emergencia, bajando apresuradamente las escaleras, sin detenerse ni por un minuto; luego, al salir a la recepción, el conserje pareció querer llamarlo, pero se detuvo abruptamente y le permitió salir corriendo hacia la calle… donde por fin se dio el tiempo de respirar.


Las lágrimas corrieron como ríos por sus mejillas y aguantó el sollozo por unos instantes, completamente perdido y sin saber qué hacer ahora, a dónde iría, qué pasaría con Levi, qué estaba pasando en general durante esa noche… hasta que una voz conocida exclama su nombre a la distancia.


Eren levantó la vista borrando rápidamente las lágrimas de su rostro cuando notó que Hange lo llamaba desde el asiento del conductor de un vehículo oscuro, que seguramente debía pertenecer a la policía. El muchacho se acercó cual máquina en piloto automático, dejándose llevar porque no podía pensar en nada, su mente era un total y caótico blanco que no le dejaba procesar ideas, preguntas, teorías, un plan… absolutamente nada.


El chico abordó el vehículo y, cuando cerró la puerta, el llanto nuevamente amenazó con ahogarlo. El automóvil comenzó a avanzar rápidamente por las calles y parecía que la pelirroja llevaba mucha prisa al volante.


— Eren. — llamó la mujer usando un tono de voz muy serio. — Levi me pidió que te explicara la situación. — las palabras de Hange llamaron su atención lo suficiente para voltear a mirarla, aun sin poder calmar su llanto. — Nos dirigimos a Trost donde tomarás un avión que te llevará a Mitras. — comenzó a explicar. El moreno no se sentía con las fuerzas para hacer preguntas, pese a que tenía un montón. — Sucedió algo muy grave en tu departamento. Levi entró y se encontró con una persona que estaba buscando matarte. —


Ante esta revelación, los sollozos del chico se detuvieron abruptamente. Miró con pánico a la mujer, pero esta no le dirigió la mirada de vuelta. Su mente todavía era incapaz de procesar todo lo que le estaba narrando la policía y sólo podía sentir su estómago retorcerse con miedo y mucha incertidumbre.


— El hombre era un sicario conocido. — siguió hablando tras una breve pausa. — Levi se enfrentó a él y logró reducirlo. De inmediato se comunicó conmigo y… — Hange quedó en silencio nuevamente y, por primera vez, le dirigió su atención cuando un semáforo dio luz roja. — Eren, ya sé que eres el Espectro. —


Ese fue el instante —el preciso instante — en que su mente volvió a reaccionar completamente.


Estaba en un automóvil camino a Mitras porque un sicario lo había estado esperando en su departamento para matarlo, seguramente porque conocía su identidad como el Espectro y buscaba que detuviera sus robos; Levi había llegado a su casa antes que él para esperarlo… si hubiese sido al revés, si Eren hubiese llegado antes, probablemente el asesino hubiera logrado su cometido; y, por esa razón, el azabache le había pedido a su mejor amiga que lo sacara de la ciudad, probablemente para analizar la situación y buscar al culpable mientras lo mantenía alejado de cualquier persona que quisiera lastimarlo.


Tal vez el departamento estaba intervenido con algún micrófono y Levi había evitado conversar con él para no dar información que pudiese ser grabada; era la única explicación que podía atar todos los cabos sueltos, desde por qué su novio estaba herido cuando llegó y el departamento estaba hecho un desastre; también explicaba el motivo para gritarle que se fuera sin darle ninguna explicación y el motivo por el cual era Hange quien se encargaba de escoltarlo; porque en los únicos en quién podía confiar plenamente era ella y Erwin.


Sin embargo, otro aspecto lo golpeó de lleno. Levi le había contado a Hange el asunto del Espectro, probablemente porque entendía la gravedad del asunto incluso mejor que el mismo ladrón; si alguien sabía que Eren era el Espectro, habría bastado con acusarlo o siquiera enfrentado para que se detuviera; en cambio, mandar a alguien a matarlo implicaba que esta persona sabía cuáles eran sus intenciones, que había descubierto su plan o, tal vez, imaginado algo parecido.


La élite de Stohess, el lado peligroso de los millonarios que gobernaban la ciudad le estaba declarando la guerra al Espectro y también a Eren Jaeger como su identidad secreta.


— Tengo que admitir, Eren, que no me agrada para nada este asunto. Estoy totalmente en desacuerdo y desapruebo rotundamente la situación en la que estás metido, incluso el papel que está jugando Levi en todo esto. — decretó con voz gélida la pelirroja que seguía conduciendo aceleradamente por las calles de la ciudad. — Sin embargo, Levi me pidió ayuda como amigos… así que no me quedó otra más que aceptar todo esto y… bueno, ayudarlo a ayudarte. — sentenció con un exasperado suspiro.


— Hange… — llamó. Era la primera vez que hablaba en mucho rato y la voz le sonó ajena y un poco gruesa. Se aclaró la garganta mientras recobraba la compostura. — ¿Levi está bien? —


— ¿No hablaste con él? — preguntó ella extrañada.


— «Hablar» no es exactamente la palabra adecuada para nuestra conversación. Más bien fueron gritos de Levi ordenándome que me marchara de ahí. — comentó entristecido, bajando la mirada al mediano bolso que estaba junto a sus pies en el asiento del copiloto.


— Levi es sumamente fuerte. Fue el asesino quién sacó la peor parte de la pelea. — dijo la mujer tratando de sonar calmada. — Pero eso no significa que no haya resultado herido. —


— El sicario, ¿lo conoces? — siguió preguntando. Necesitaba tomar toda la información posible para armar un plan de acción.


— Sí. Es un nombre conocido dentro del mercado negro y… — la mujer volvió a hacer un sonido de frustración, incluso chasqueó la lengua, muy parecido a Levi. — No es algo oficial, pero ese hombre es conocido en muchos lugares por ser el asesino favorito de los ricos. — la preocupación en el rostro ovalado de la mujer le dio un escalofrío. Sus teorías parecían ser ciertas, alguien había descubierto sus propósitos como el Espectro.


Y, entonces, otra alarma en él se encendió. Sus cómplices, sus amigos… ¿ellos también habrían sido atacados? Pensó en Armin y en Annie que vivían en la ciudad, necesitaba saber si estaban bien. Hizo el intento de sacar su teléfono para llamarlos, pero se detuvo antes de siquiera mover su mano.


Hange no era Levi e, incluso si hubiese sido el azabache quien lo llevara a un lugar donde estar a salvo, no podría simplemente hacer la llamada a sus cómplices para delatarlos; tenía que mantenerse centrado y tratar de tomarse las cosas con calma. Si llamaba como si nada a Armin, la pelirroja podría darse cuenta de que tenía cómplices y no estaba seguro de que la investigación de la policía hubiese llegado a esa conclusión.


En eso, ve que la mujer abre la guantera del vehículo mientras le prestaba poca atención a la pista frente a ella, asustándolo ligeramente; pero, en seguida, sacó lo que parecía ser un viejo teléfono.


Con sorpresa, notó que la mujer se lo ofreció.


— Usarás este teléfono por el momento, ya está registrado mi número y el de Levi, y puedes usarlo para avisarles a tus amigos que estás de viaje para seguir aparentando normalidad o lo que quieras. — comentó la mujer. — Pero deberás dejarme tu celular, no puedes llevarlo contigo. — una pisca de desconfianza quemó en su pecho de pensar que podían examinar el contenido que había en él. — Puedes borrarle la memoria y destruir el chip, de todas formas planeaba pasarle el auto por encima cuando estuviésemos fuera de la ciudad. — añadió ella como restándole importancia al tema.


— De acuerdo. — el chico le dio un voto de confianza a la pelirroja que se estaba tomando las molestias de ser su escolta mientras se calmaban un poco las cosas en su vida. Procedió a registrar el número de Armin solamente y luego a borrar completamente la memoria del teléfono; finalmente, sacó el chip y lo rompió lo más que pudo, envolviendo los pedazos junto al aparato en un trozo de servilleta que traía en su bolsillo.


— Ciertamente, Eren… todo esto es una locura. — comentó Hange. Parecía muy confundida y contrariada. — Levi me pidió que no te preguntara nada sobre el Espectro, pero… —


— Siento que te hayamos involucrado en esto, Hange. Sólo quiero aclarar que jamás he querido lastimar a Levi de ninguna forma. — dijo el chico con total sinceridad. Sabía que era bastante difícil que ella le creyera y que, evidentemente, todo esto lo hacía por el cariño que le tenía al azabache.


— Lo sé, Eren. Sé cuánto lo quieres, pero no entiendo cómo pueden estar siquiera juntos. — la mujer volvió a soltar un suspiro. — Estoy muy decepcionada de ambos. —


— Lo siento. — fue lo único que atinó a decir.


— Bueno, como amiga de Levi, sólo puedo decir que es algo que ustedes deben solucionar. — Eren supuso que ahora vendría el discurso de que, como policía, no permitiría que el chico se fuera como si nada; no obstante, la mujer tenía otras cosas en mente. — Por ahora, sólo me comportaré como eso… como una amiga y una aliada. Todo este asunto del sicario se ha salido de control. Siempre pensé que los robos del Espectro era únicamente un acto de rebeldía contra la clase adinerada, inocentes atracos sin nada grave más que causar revuelo en la élite y darnos excesivo trabajo… Pero ahora, que alguien esté intentando matarte por este ladrón... — la mujer seguía mostrando un montón de preocupación. — ¿En qué estás metido realmente, Eren? —


— Al parecer, en algo muy peligroso. — respondió él. — Tampoco me esperaba esto, si es que sirve de algo. —


— ¿No te esperabas que la élite te declarara la guerra? Has vivido entre ellos toda tu vida, Eren. Sabes de lo que son capaces. —


— No me esperaba que alguien se diera cuenta de mi identidad como el Espectro. — aclaró el moreno con seriedad, robándose un gesto de sorpresa en la pelirroja. — No comprendo bien qué sucedió… —


— No creerás que Levi estuvo delatándote ¿no? Porque al pobre le costó cerca de quince minutos explicarme la situación. Estaba completamente en shock guardando ropa tuya en ese bolso, olvidándose de su sistema de orden y limpieza, porque estaba cubierto de trozos de loza, vidrio y su herida que no dejaba de sangrar. —


Al chico se le encogió el corazón al pensar que, incluso en una situación así, incluso después de haber sobrevivido a una pelea con un conocido sicario, el azabache sólo había pensado en él y en buscar una forma de mantenerlo a salvo.


— Levi jamás me traicionaría. — estableció, totalmente convencido.


Y, por primera vez desde que se encontró con la mujer, la observó dibujar una cálida sonrisa, la más parecida a la que recordaba tan usual en ella.  


 

Notas finales:

Antes que todo, quiero recordarles que yo les advertí en el capítulo anterior que este estaría lleno de drama.  Y una vez dicho eso, procedo a conversar con ustedes jiji.

Lo primero es que, por supuesto, espero que esta entrega les haya gustado y parecido interesante. Siempre son bienvenidos sus comentarios, aportes y también sus críticas (si ven un error de redacción u ortografía también). 

Lo segundo es que ¡Ah! Moría por llegar a este momento para que se ponga más dinámica la historia. Me estaba poniendo un poquito más romántica y necesitaba drama (sorry not sorry); pero esta escena es el comienzo de lo que será el climax. No teman, quedan hartos capítulos todavía, así que ténganme paciencia, por favor. 

Lo tercero es agradecerles por estar aquí leyendo. Siempre lo digo y no me voy a cansar de hacerlo, porque esta historia no sería nada sin ustedes, queridos y queridas lectores/lectoras. Su cariño me motiva un montón a seguir.

Lo otro que quería comentar con ustedes, es que me gusta mucho una serie antigua que se llama "Criminal Minds", es muy interesante y, por lo demás, forma parte de mi repertorio para tener material con el cual elaborar mi historia jiji. El personaje de Hotch se me hace muy Levi por lo demás jajajaja ¿ustedes qué creen? 

Lo último es que, como se habrán dado cuenta, esta es sólo la primera parte de un capítulo mucho más largo; pero no quería ponerlo todo en una misma entrega para que no se hiciera tediosa la lectura :( La próxima semana estaré subiendo la segunda parte (espero).

Mucho éxito en estos periodos, donde muchos y muchas están con exámenes de fin de año, pruebas de admisión universitaria y toda la presión de diciembre a la vuelta de la esquina.

Cuídense mucho.

¡Un abrazo gigante!

 


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