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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

Con demora, sí. Un poco corto, también; pero he llegado con la continuación.

¡Disfruten!

Capítulo 36

Verdades no escondidas

(Capítulo 35. Parte 2)

 

Cuando la puerta del departamento se abrió, el azabache sintió que su estómago — si es que era posible — se retorció aún más de lo que estaba. No había logrado pensar de manera completamente racional desde su pelea con el sicario y, por lo tanto, sabía que esta acción podía ser la más descabellada de esa noche.

—   ¿Levi? —

El gesto de incredulidad de Armin y su mirada vacilante le hizo tomar una postura un poco más firme. Si el rubio era para Eren, lo que Hange era para él, entonces debía arriesgarse, convenciéndose de que era lo mejor para el mocoso.

—   Necesitamos hablar, ¿puedo entrar? — detrás del rubio, vio a Annie asomarse por la sala con los brazos cruzados, claramente mirando con sospecha la situación, con una actitud defensiva.

—   Sí, claro. — el joven se hizo a un lado, dejando que el detective entrara con prisa hacia el departamento que había visitado una sola vez en su vida, para la fiesta de cumpleaños del moreno. No le servía de mucho recordar ese acontecimiento, menos ahora. — Estás mal herido, Levi. Déjame traer mi botiquín para ayudarte. —

—   Espera, seré breve. Por favor, necesito tu atención. — interrumpió el policía, antes de que el chico se marchara. Entonces, su mirada gris se detuvo en la chica que observaba todo con suma cautela desde más atrás. — A solas. — estableció con voz ronca.

—   No hay secretos entre Armin y yo. Lo que sea que tengas que hablar con él puedes escupirlo frente a mí también. — espetó la rubia. Levi soltó un suspiro frustrado, no tenía tiempo para tratar con mocosos de mierda, debía actuar con rapidez.

—   De acuerdo. — aceptó, viendo cómo el amigo de Eren se sentaba en el sillón, ofreciéndole sentarse frente a él. El detective le hizo caso, sólo porque comenzaba a sentir sus piernas débiles y también un ligero mareo amenazaba su equilibrio. — Armin. Estoy seguro de que sabes que Eren es el Espectro y, si no lo sabías, espero que puedas mantener la boca cerrada. — Annie y Armin se sobresaltaron tanto que pensó que el rubio se pondría de pie, pero de lo único que logró percatarse fue que la chica se acercó más hacia ellos. — Eren está en problemas. Hace unas horas, un sicario lo estaba esperando en su departamento. —

—   ¡Dios, Levi! ¿Eren está bien? ¿Qué ocurrió? — sus rostros preocupados hicieron que el corazón del azabache volviera a sentir un poco de calidez, de la que se había despojado durante esa caótica noche.

—   Lo está, por ahora. — comentó él. — Afortunadamente, llegué antes que él a su departamento y me enfrenté al asesino. El idiota está ahora retenido por mis mejores hombres, los cuales han mantenido la situación en completa confidencialidad. — Armin y Annie escuchaban con paciencia, algo que el detective agradeció. — Envié a Eren fuera de Stohess, ahora debe estar llegando a un aeropuerto en Trost, donde deberá tomar un vuelo hacia Mitras. Un viejo y confiable colega estará esperándolo para llevarlo a un hotel donde ya reservé una habitación segura para él, por lo que debería estar a salvo… — por un momento, un sutil mareo lo agobió, teniendo que tomar aire para evitar derrumbarse frente a los amigos del mocoso. — Quiero pedirte si puedes ir a hacerle compañía. No me sentiré tranquilo si él está solo y aislado en ese lugar. Te daré las indicaciones para llegar y también el número de teléfono que tiene ahora. Decidí que era mejor que destruyera su antiguo celular. — sentía que había vomitado la información, con demasiadas ansías por sacársela del pecho.

Todo en esa jodida noche se derrumbaba: secretos guardados, la seguridad de Eren, su relación con el mocoso, su puesto en la policía… todo tan jodidamente frágil que temía moverse y que su vida se destruyera en mil pedazos.

—   De acuerdo. Iremos de inmediato. — dijo el rubio con rapidez y determinación.

—   Gracias, Armin. — justo cuando se puso de pie para marcharse, el amigo de Eren lo hace también y pone inmediatamente una mano sobre su hombro para hacer que se volviera a sentar.

—   Ahora, voy a curar tu herida y te recostarás a descansar un poco. — señaló el joven. — Estás pálido y con signos de tener una contusión por ese golpe. — el chico se mostró sumamente confiado. — Annie, ¿podrías arreglar las maletas mientras curo a Levi, por favor? — la chica pareció dudar unos instantes hasta finalmente marcharse hacia el dormitorio. — Aguarda aquí, traeré el botiquín. —

Por primera vez en aquella noche, Levi se supo consciente de todo su cuerpo. De los golpes que había recibido, de las magulladuras en sus manos, del dolor punzante y agudo que tenía en las sienes, sobre todo en el lugar donde lo había golpeado con el jarrón.

Una ráfaga violenta de agotamiento y pánico comenzaba a invadirlo, al punto de volver a sentirse con náuseas. Trató de respirar a consciencia, enfocándose en controlar su cuerpo que le parecía cobrar vida propia y hacerle sentir todas las emociones y dolor físico que había reprimido hasta ese instante.

No supo en qué momento Armin había llegado a su lado nuevamente, con los guantes quirúrgicos puestos y comenzando a limpiar su herida con tanta suavidad y profesionalismo que Levi se vio tentado en dejarse llevar por sus cuidados y tomarse un respiro.

No obstante, su mente se lo impidió. Eren desfilaba en sus pensamientos y lo único que pensaba era en ese ácido y venenoso sentimiento que lo embargó al darse cuenta de que alguien lo quería lastimar; de que estuvo a punto de perderlo.

—   Pondré un paño frío sobre tus ojos para que descanses mientras nos alistamos para salir. — le dijo el rubio con una voz tranquilizadora. Levi agradeció el frío de la prenda y el olor a desinfectante que, afortunadamente, logró hacerle pensar en otra cosa que no fuese su sangre manchando su ropa.

La poca luz que se filtraba por sus parpados cerrados lograba atenuar su jaqueca, mas no borraba por completo todo su sentir. El ruido del movimiento constante y los susurros de los dueños de casa sonaban amortiguados y tal vez estaba sucumbiendo a la inconsciencia tan lentamente que no se daba cuenta.

Hasta que la mano de Armin se posa sobre su hombro nuevamente, y Levi se atreve a despejar su campo visual, agradecido silenciosamente de que el rubio hubiese atenuado las luces de la sala para no provocarle más dolor.

Por primera en su vida, dejó que alguien más lo guiara. Tuvo un dejavú de ese colapso que tuvo hace un par de meses; ese que lo llevó a tomar una decisión con respecto a la relación que tenía con el mocoso; y es que Armin y Annie lo habían subido a su pequeño vehículo y lo habían dejado en su departamento antes de marcharse a cumplir con el favor que les había pedido.

Cuando Levi entró a su departamento, nuevamente un montón de sentimientos lo descolocaron. Quería llorar, maldita sea, el llanto parecía inminente; pero nada eclipsaba la rabia sólida en sus puños y el miedo acalambrando sus extremidades.

Nunca su departamento le había parecido tan frío y solitario, tan en penumbras y desconcertante, tan ridículamente ausente de luz, aunque sabía que era de noche.

Eren estaba lejos. Muy lejos, esperaba. Y él sólo podía pensar ahora en resolver este endemoniado caso para protegerlo.

No importaba lo que costara.

 

~*~~~*~~~*~

 

 

Un violento y tortuoso dejavú lo abordó en cuanto abrió la puerta de esa habitación.

Se parecía a la que habían utilizado con Levi durante ese viaje a Mitras a principios de febrero, mas no era la misma; esta tenía vista hacia el patio central del hotel, en un piso mucho más elevado, mientras que en el interior del cuarto las camas estaban ubicadas de forma refleja al preciado recuerdo que él tenía de ese viaje.

Pese a haber llegado hace poco más de una hora a la habitación, no se había movido de la cama en todo ese tiempo, con las luces apagadas y el ruido del aire acondicionado sonando tenuemente para aclimatar el lugar; de hecho, había hecho el intento de llamar a Armin, a Levi o a Hange… pero no podía si quiera moverse.

Todo el trayecto que recorrió desde su conversación con Hange en el vehículo y los posteriores vuelos que tomó para llegar a Mitras y, finalmente, al hotel, había actuado como en piloto automático, con los pensamientos ausentes y sin poder concretar ninguna idea sobre el suceso que lo había llevado a escapar de la ciudad.

Y, para cuando se recostó sobre la cama de esa habitación y observó el inmaculado techo teñido por las sombras que proyectaban las luces exteriores, sucumbió lentamente al miedo.

No se podía mover de lo aterrado que se encontraba al sopesar el hecho de que un sicario pudo haberlo asesinado esa tarde de no haberse topado con el infernal tráfico de la ciudad; estaba agobiado por el miedo de considerar las razones que lo llevaron a esa situación, sobre quién podría haber mandado al sicario y, peor, los motivos que tuvieron para hacerlo.

Si alguien conocía su identidad como el ladrón de Stohess, estaba en serios problemas y no sabía si había sido únicamente con él o con todo su equipo; y, sin embargo, le daba tanto miedo moverse que no podía tomar el teléfono y llamar a Armin para cerciorarse de que todo estaba bien.

De pronto, el sonido de ese nuevo celular le roba un exagerado sobresalto, tensando cada uno de los músculos de su cuerpo, acentuando ese sudor frío que probablemente contrastaba con la palidez que sentía en su rostro.

El aparato siguió emitiendo una melodía suave al tiempo que también vibraba contra la madera del velador junto a su cama y obligó a Eren a erguirse para observar la identificación de la llamada entrante.

Justo ahí, todo rastro de inercia en su cuerpo producto del creciente pánico que lo gobernaba, se rompió, apresurándose en tomar el aparato antes de que rechazara la llamada.

—   ¡Levi! — gritó una vez que contestó y llevó el teléfono atolondradamente contra su oreja, golpeándose un poco en el acto.

—   Mocoso… —

La suavidad con que se escuchó la voz de Levi al otro lado de la línea reavivó su cuerpo y lo obligó a experimentar todo ese torrente de emociones que había tapado con el miedo.

Comenzó a llorar de impotencia, de frustración, de terror y de incertidumbre; pero sobre todo, lloraba porque Levi se estaba haciendo cargo del asunto, cuando este era enteramente su problema.

—   No llores… — le pidió y, contrario a lo que le había dicho su pareja, este acrecentó su llanto. — ¿Estás en el hotel? —

—   Lo estoy. — dijo con hilo de voz, conteniendo los sollozos mientras se limpiaba el rostro. — ¿Dónde estás? ¿Te sientes bien? —

—   No te preocupes por mí. —

—   ¡No me jodas, Ackerman! — gritó nuevamente, poniéndose de pie de la pura inestabilidad emocional que manifestaba. — Me volviste a apartar… — sentía el corazón dolido y lo único que quería era que Levi estuviese junto a él.

—   Tenía que sacarte de aquí, Eren. — habló el otro pausadamente. — ¿Hange habló contigo? —

—   Lo hizo. — se apresuró en responder tras aclararse la garganta.

—   ¿Estás molesto porque le dije…? —

—   Demonios, por supuesto que no. — volvió a elevar su volumen de voz, incapaz de controlarse y de poner en orden sus pensamientos. — Por favor, Levi. Ven a Mitras conmigo. Es peligroso para ti también… —

—   No puedo ir ahora. Necesito saber quién está detrás de todo esto. —

—   ¡No! No lo hagas. — estaba asustado de que Levi siguiera investigando. De hecho, estaba considerando fuertemente dejar el tema del Espectro hasta ahí, no seguir con el plan, mandar todo eso a la mierda con tal de que no volvieran a lastimar al azabache.

—   Confía en mí, Eren. — la voz del detective sonaba firme y esto llevó al chico a volver a sentarse sobre la cama, luchando por encontrar una solución pronta y efectiva a ese caos que se había vuelto su vida en tan sólo una noche. — Iré tan pronto las cosas se calmen aquí. —

¿Tan pronto se calmen…? ¿Cuánto tiempo?

—   Espera, Levi. — ahora, era él quien había adoptado firmeza. — ¿Cuánto tiempo pretendes que me quede en Mitras? —

—   El que sea necesario. — respondió él otro con total seguridad, sin vacilar ni demorarse en hacerlo.

—   ¿Es una broma? —

—   ¿Crees que es una broma? Estuviste a punto de ser asesinado por un sicario, Eren. — le recordó.

—   No. — Eren estaba comenzando a molestarse. — Fuiste el que estuvo a punto de ser asesinado. Yo simplemente estoy siendo un maldito estorbo. —

—   No me vengas con tus tecnicismos de mierda. La situación es delicada. No puedo permitirte volver hasta saber quién demonios está intentando borrarte del mapa. —

—   Déjame ayudarte. — pidió, ahora entrando en desesperación. — Déjame estar contigo allá. Tengo mis formas de hacer averiguaciones. —

—   Lo siento. No lo permitiré. Estaré más tranquilo si estás fuera de la ciudad. —

—   Mierda, Levi. No seas terco. —

—   Eren, escúchame con atención. — la voz profunda de Levi, sin sobresaltos ni entonaciones, volvió a paralizar su cuerpo, con su puño apretando fuertemente el celular contra su oreja y las piernas temblorosas. — No dejaré que te lastimen. Dame un par de días para hacer mis averiguaciones. Prometo estar en contacto y tú también mantenme informado de cualquier cosa. —

Su corazón dejó de latir por unos segundos, sólo para hacerle caer en cuenta de lo grave que era la situación. No es que no le hubiese pensado antes, pero sentir la ausencia de Levi y percibir la determinación que tenía por encontrar al culpable… le asustaba.

Le asustaba saber hasta dónde podía llegar Levi por protegerlo. Le asustaba no haber terminado antes con este plan…

—   Te amo. — dijo el azabache. Su voz sonó como un suspiro agotado y seguramente lo estaba. Con todo el jaleo de aquella noche, más sus heridas que debían ser tratadas lo antes posible, estaba seguro de que su novio estaría horriblemente exhausto.

—   Y yo a ti. — dijo él, volviendo a llorar, con la voz cortada por el sollozo que no pudo controlar. — Por favor, cuídate. —

—   Tú también, mocoso. — escuchó cómo Levi se aclaraba la garganta y volvió a sentir su corazón estrujado bajo sus costillas. — Eren, una cosa más… — el chico se limpió las lágrimas y escuchó atento. — Armin y Annie van en camino. No te preocupes por nada, ellos te explicaran… lamento haber roto mi promesa en una sola noche. —

Sin saber por qué, el moreno lanzó una sutil carcajada cuando una débil sonrisa se esbozó en su rostro. Levi pensaba en todo, en cualquier aspecto que implicara su seguridad; incluso bajo la amenaza latente de la élite y todo lo que sabía sobre el ladrón de Stohess, su seguridad y bienestar predominaba la mente y corazón del detective.

Le dolía involucrarlo en esto. Le dolía tanto que parecía desgarrar su pecho como un puñal que hace un tajo a través de él; pero le encantaba que Levi estuviese en su vida…  

—   No importa nada. Sólo… vuelve a mí, por favor. — le pidió.

—   Lo haré. — un pequeño silencio lo arrulló, acomodando su cabeza sobre la almohada. — Ve a descansar. Te llamaré por la mañana. —

—   De acuerdo. —

—   Buenas noches, Eren. —

 

 

~*~~~*~~~*~

 

 

Después de esa agotadora jornada, Levi Ackerman sintió que había llegado prácticamente arrastrando los pies cuando la entrada de su edificio se presentó, finalmente, ante él.

Sentía los músculos contraídos, le dolía la zona de los hombros y, pese a que no tenía dolor de cabeza, su mente estaba a punto de estallar de tantos pensamientos que rondaban por él, sin detenerse ni por un segundo para darle un descanso mental y emocional.

Todo era un caos desde la noche que se enfrentó al sicario, sobre todo este día en que le habían otorgado la libertad condicional cuando el abogado defensor — el imbécil que siempre se encargaba de limpiar el desastre que ocasionaba cuando uno de los matones del mercado negro era atrapado — apeló a que era un simple robo y que no se podía confirmar que la pelea la hubiese iniciado Levi o él.

Un sicario de vuelta a las calles. Un cliente anónimo del que no se tenía pista alguna. Un motivo a base de pura especulación.

Lo peor, es que su clima laboral había empeorado considerablemente desde que Hange se mostraba más distante y no pretendía darle explicaciones a Erwin al respecto — al menos, no todavía—. Era consciente de la posición en la que había dejado a su amiga y no podía sentirse más culpable por ello; las decisiones tomadas esa fatídica noche de su enfrentamiento con el sicario eran por completo cuestionables, ya que no sólo acudió a su amiga al verse sobrepasado por la situación y en la necesidad de ayuda para sacar a Eren de la ciudad, sino que también había recurrido a Armin, arriesgándose a que este no supiera en realidad que el mocoso era el ladrón de Stohess, mas sólo siguiendo su instinto desde la vez que se toparon en el hospital donde estaba Isabel.

Le había hecho creer a Erwin que todo el asunto del sicario era una venganza contra él por haber abandonado el caso del Espectro, que seguramente la élite volvía a amenazarlo para que le diera caza al ladrón de una vez por todas; afortunadamente — y con el antecedente de Rod Reiss atacando a los chicos de la casa de acogida — su rubio amigo halló lógica su suposición y dispuso del personal necesario para hacer averiguaciones sobre los movimientos del mercado negro.

Por otro lado, Armin y Annie habían llegado junto al mocoso esa noche y bastó para lograr calmar un poco el miedo que sentía por la seguridad de Eren siendo amenazada.

Encima de todo, el mocoso estaba lejos y no podía ignorar la añoranza que su ausencia causaba, pues, aun sabiendo que el chico estaba más seguro fuera de Stohess, de cierta forma creía que tenerlo a su lado podría brindarle seguridad a sí mismo, mantenerlo vigilado y no saber únicamente de él a través de una llamada telefónica.

¿Qué se supone que debería hacer ahora?, pensaba una y otra vez el detective, ignorante por unos instantes de la figura que lo esperaba afuera de la puerta de su departamento, reparando en ella cuando finalizó los últimos escalones para adentrarse al pasillo y quedando perplejo en cuanto sus ojos se toparon con los contrarios.

Un mal presentimiento causó estragos en su cuerpo, tensando sus músculos aún más de lo que ya se encontraban y poniéndolo alerta ante la presencia de ese hombre, con sus ojos claros y porte alto y esa barba poblada que lo hacía parecer más viejo de lo que en realidad era.

Zeke Jaeger.

—        Detective Ackerman. — saludó este cordialmente, mirándolo tras los cristales de sus lentes redondos. — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. —

—        Y esperaba no volver a ver la cara de mono que tienes. — respondió el azabache, frunciendo el ceño y adoptando una actitud más defensiva con él; tanto, que aún los separaba unos cuatro metros de distancia.

—        ¡Oh! ¿cómo puedes decir eso? ¿no eres el novio de mi hermano menor? Eventualmente íbamos a vernos en alguna comida familiar o algo así. — la ironía en el tono de voz de Zeke no pasó desapercibida para el detective, quien chasqueó la lengua y avanzó en su dirección.

—        ¿Qué mierda quieres, Zeke? —

—        Robar un poco de tu tiempo. — respondió el rubio, mirándolo con expresiones neutras desde su altura.

—        Ya robaste suficiente las noches que tenía que llevarte al cuartel por tus peleas patéticas de borracho. — mencionó, recordando todas aquellas ocasiones en que el idiota del hermano de Eren era salvado por su padre, pagándole al cuartel para no manchar el expediente de su hijo.

—        Necesito un poco más. Es importante. —

—        Vete a joderle la vida a alguien más, mono de mierda. No estoy de humor para hablar contigo. — el suspiro que soltó el más alto enervó aún más al estresado detective, quien se disponía a abrir la puerta de su departamento e ignorar su presencia, tal vez para siempre.

—        Vengo con información. — admitió con un tono más ronco y bajo, incluso se inclinó un poco para quedar más a la altura de Levi, quien estuvo tentado de darle un buen golpe en ese rostro que sólo le recordaba a Grisha y las veces que Eren lloró por culpa de ambos. — Sobre Eren. —

—        No caeré en esa ridícula especulación. —

—        Oh, de acuerdo. Tengo que ser más explícito. — una vez más, el hombre se inclinó hacia el azabache para murmurar —: Es sobre el Espectro. —

Instintivamente, Levi se alejó un paso de Zeke, sintiendo la sangre huir de su rostro y darle un aspecto mucho más pálido del que ya de por sí tenía; el hermano de Eren se irguió y un nuevo semblante surcó su rostro, uno lleno de determinación y preocupación, casi como una súplica muda de que le permitiera explicar cómo es que Zeke podía relacionar a Eren con el ladrón de Stohess.

—        Parece que ahora sí capté su atención, detective. —

Un gruñido gutural escapó del pecho de Levi, al tiempo que su ceño se fruncía aún más debido al esfuerzo que hacía por controlar su ansiedad y el miedo que le provocaba entender que Zeke tenía información sobre la identidad del Espectro; consideró la posibilidad de que fuera parte del grupo que trabaja junto al mocoso, pero una parte de sí le decía que no era la respuesta correcta a sus dudas, sobre todo al considerar que alguien más sabía el secreto detrás de la identidad del ladrón y que había intentado acabar con el mocoso.

Y ese era el principal punto de todo eso… si el propósito era frenar los robos del ladrón, ¿por qué no simplemente fue una golpiza para hacerle ver el poder que tenía la élite? ¿por qué mandar a un asesino a sueldo de rango alto? Había algo más y seguramente guardaba relación con el supuesto objetivo que tenía Eren con los robos; objetivo que hasta la fecha Levi desconocía.

Frente a él, Zeke lucía como alguien que venía a darle algunas respuestas, pero sembrando una serie de preguntas adicionales al listado interminable de cuestionamientos con el que tenía que lidiar.

—        Tienes diez minutos. — le dijo, clavando sus ojos grises en los contrarios y luego procediendo a abrir la puerta de su departamento e invitando al hermano de Eren a entrar.

—        Gracias. — dijo el rubio, avanzando hasta la sala y quedándose de pie en medio de esta. — ¿puedo sentarme? — el azabache soltó otro gruñido y asintió tras cerrar la puerta con llave.

—        Empieza de una vez. —

—        Primero, necesito saber si mi hermano está bien. — esto tomó por sorpresa al azabache, llevándolo a enarcar una ceja y manifestar su desconfianza hacia el rubio.

—        Lo está. — aseveró, sin querer entrar en más detalles.

—        Vaya, un hombre de pocas palabras. Me agrada. — mencionó el más alto con una sonrisa mientras se sentaba en la silla junto a la mesa del pequeño comedor. El dueño de casa le dedicó su mirada más fulminante, logrando intimidar levemente al otro ante su amenaza implícita, y carraspeó antes de tornarse serio otra vez. — Sé que no me dirás dónde está, pero confío en que lo hayas mandado fuera de la ciudad mientras todo se calma. —

—        Explícate. — dijo rápidamente al ver el indicio de vacilación que presentaba Jaeger.

—        Supe lo del sicario. — dijo entonces, clavando sus ojos azules en los de Levi, escrutando su actitud pese a que el detective sabía muy bien cómo guardarse sus emociones y no manifestarlas con facilidad, a menos que se tratara de Eren… — Lamento no haberlo podido evitar. —

—        ¿Y cómo es que podrías haberlo evitado? — quiso saber el azabache, sucumbiendo a la curiosidad y la imperante necesidad que reinaba en sí por saber lo que sea que Zeke sabía.

—        Bien… para eso, tendré que explicar algunas cosas antes. — tras aclararse la garganta, Zeke adoptó una actitud más firme, pero Levi se mantuvo alejado de él, apoyado sobre la encimera y cruzando los brazos sobre su pecho, atento a cada una de las expresiones del rubio para poder determinar si estaba mintiendo o no. — Para empezar, no creas que ha sido Eren quien me confesó ser el Espectro, fue algo que descubrí por accidente. — el azabache se quedó callado, reteniendo las preguntas entre sus labios fruncidos en una ligera mueca de disgusto por la presencia del Jaeger. — El año pasado, en una fiesta de etiqueta, noté a Eren con comportamientos extraños, paseándose por la mansión y conversando con el dueño de casa con mucha insistencia, en preguntas que, a simple vista, eran meramente inofensivas, pero que causaron impresión en mí. — Zeke hizo una pausa y miró por unos segundos al detective, como esperando que este le hiciera algún comentario o pregunta; sin embargo, Levi se mantuvo en la misma posición y en completo silencio, sin quitarle la vista de encima. — Así que estuve más atento a las actividades de mi hermano y noté que… — de pronto, se calló abruptamente.

Levi enarcó una ceja manifestando su confusión y fue la actitud dubitativa del rubio lo que lo llevó a sospechar que este estaba considerando si contarle esa parte de la historia o no; el detective asumió que tenía con ver con el hecho de que Eren tenía cómplices, pues, si había estado atento a sus actividades, lo más probable es que lo hubiese descubierto en alguna reunión clandestina.

—        De acuerdo, lo diré. — ante él, Zeke pareció rendirse y soltar un suspiro antes de continuar su relato. — Lo descubrí reuniéndose con otras personas y caí en cuenta de que mi hermanito andaba jugando al ladrón. —

—        ¿Lo viste realizando un robo? — preguntó.

—        No. — Jaeger pareció extrañado por la pregunta. — ¿Puedo hacerte una pregunta, Levi? —

—        Puedes, pero no significa que obtendrás respuesta. — el otro pareció incomodarse por su comentario mordaz y Levi simplemente esperó paciente a que el rubio hablara.

—        ¿En serio crees que… todo este tiempo Eren ha cubierto sus pasos por sí solo? — esta vez, fue su turno de extrañarse ante la pregunta contraria; sí, era cierto, no podía ser posible que con toda la vigilancia que ejercía su padre y también Rod Reiss sobre el mocoso, ninguno estuviera en conocimiento de que Eren era el Espectro… entonces…

—        ¿Qué quieres decir? —

—        Que he sido yo quién ha estado desviando las pistas de los investigadores de Rod por mucho tiempo… para que no se entere que Eren es el Espectro. —

—        ¿Es una broma? —

—        No lo es. — aclaró este con parsimonia. — Eren es un poco despistado a veces. Y, pese a que nunca lo he visto realizar un robo, he sido testigo cuando se junta con su grupo a planificarlo. — el azabache iba a comentar algo, pero el rubio se adelantó. — Levi, no sé qué tanta información te haya revelado Eren. Pero espero que esto que te digo no sea usado para el caso del Espectro, aunque sé que ya no formas parte del equipo; sólo estoy apelando a que ya estás en una actitud protectora con mi hermano. Eso me basta para saber que puedo confiarte algunas cosas. — 

—        Tch, no te hagas el buen hermano mayor ahora. — no sabía por qué le estaba molestando tanto la actitud de Zeke y esa inusual conversación que estaban manteniendo; lo que sí sabía, es que probablemente el rubio tuviese más información sobre quién era había enviado al sicario.

—        Me puedo hacer a la idea de las cosas que Eren ha dicho sobre mí. — mencionó, bajando su mirada hacia la mesa y aguardando un poco antes de añadir —: pero, por ahora, hablemos de lo importante. No me deben quedar tantos minutos. — su ironía le revolvió el estómago. — Estuve tratando de que Rod no averiguara sobre el trabajo clandestino de Eren… pero las cosas comenzaron a salirse de control después del robo a la mansión Reiss y la presencia constante de detectives privados y matones del mercado negro. —

—        ¿Qué significa eso? —

—        No te apresures. Te equivocas si piensas que fue Rod quien mandó al sicario. Ese tipo ha cometido muchos errores, pero debes recordar que lo que más le importa a Rod en el mundo es Historia. — Levi nuevamente se sintió fuera de lugar; podía seguir el hilo deductivo que estaba explicando Zeke, sin embargo… Rod ya le había hecho bastante daño a Levi y también a su propia hija. — Sé que estás pensando en todas las atrocidades que ha cometido Rod, sin embargo, incluso con este nuevo asunto del rompimiento entre Eren e Historia… Rod aun daría su vida por su hija. Y, sabiendo que ella quiere a Eren como un hermano, jamás intentaría matarlo… tal vez golpearlo, pero no asesinar. — el azabache debía admitir que Zeke tenía razón. El mercader era sumamente consciente de que Historia jamás lo perdonaría si le tocaba un solo cabello castaño a Eren.

¿Entonces…. Quién…?

—        Esa es la verdadera incógnita en todo esto. — las palabras del más alto llamaron su atención, sólo para percatarse de que había pensado esto último en voz alta y se reprochó mentalmente por haber bajado la guardia por unos milisegundos. — Puedo asegurarte de que la persona que mandó al sicario es sumamente poderosa y, además, que el enredo en el que está metido Eren es sumamente grave para que hayan querido matarlo. — 

La mirada de Zeke no tembló al decirle aquello, sus ojos se mantuvieron fijos en los acerados orbes del azabache y lucía como alguien que estaba sumamente empecinado en averiguar más cosas sobre el asunto.

Después de todo, se suponía que por eso estaba ahí.

—   ¿Qué quieres de mí? — preguntó Levi directamente.

—   Ayudarte con información. — respondió el mayor de los hermanos Jaeger. — Siempre y cuando puedas garantizar la seguridad de mi hermano y que logres persuadirlo de dejar los robos. —

—   No creo poder garantizar ninguna de esas cosas. — dijo el detective con más sinceridad de la que pretendía. — Pero no necesito que vengas a decirme que cuide de Eren. Porque llegas tarde. —

—   Véame como un aliado, detective. — dijo Zeke poniéndose de pie. — Si necesita información, estoy a su disposición. —

Levi quería responderle un montón de cosas; sin embargo, optó por callarse. Lo que más necesitaba ahora era información que pudiese acercarlo al responsable del ataque al mocoso y, con ello, encontrar las respuestas sobre aquel peligroso asunto en el que estaba metido el Espectro.

Ese objetivo que tenía tan determinado de cumplir y cuyas consecuencias parecían amenazar con cambiar drásticamente la ciudad de Stohess y su podrida élite.

Notas finales:

¡Ah! Llegamos al final. ¿Qué les pareció este capítulo?

La verdad es que pensé que saldría más largo, pero me dio la impresión de que me estaría dando muchas vueltas y quería llegar luego a la última escena que apareció en esta entrega. Nunca había puesto a Zeke en acción y aquí está ¿qué opinan de él? ¿le creen? 

Yo sé que me demoré más de lo que dije. Tengo justificación, eh. Lo que sucede es que estoy postulando a un trabajo y tuve que pasar por todas las etapas de selección y estuve muy enfocada a eso, así que ahora tuve un ratito en la noche para editar este capítulo y lamento un montón si tiene errores de ortografía o redacción, la verdad es que no lo edité tan rigurosamente, otro día le daré unos arreglos de ser necesario; sólo quería mostrárselos para que no piensen que no me acuerdo de ustedes jiji.

Bueno, leí sus comentarios del capítulo anterior y debo decir que muchos y muchas acertaron en que Hange ya sabía algo; igual quise dar indicios de ello, porque también amo a Hange y pues... no sé, quería que fuera super genial. Ahora, bueno, también di indicios de que Levi sospechaba de que Armin sabía lo del Espectro...  Ay, el título de este capítulo me gustó porque siento que empiezo a rebelar cosas que siempre les quise rebelar jajaja.

Ya, no me doy más vueltas. Agradecer un montón por su cariño. Bienvenidas a las personitas que están llegando recién, a las que llegaron en el trayecto y a las que empezaron conmigo y me han visto avanzar con esta historia. ¡Ya casi va un año! 

En fin. Cuídense del omicrón. Del calor y el frío. Descansen y mucho éxito.

¡Un abrazo!

 


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