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Luna Nueva Esmeralda por Mel-Loveless95

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La visita en Gringotts había sido, interesante, llegaron al callejón Diagon a eso de las 5 de la mañana, había neblina y aún estaba oscuro, pero los duendes ya estaban trabajando en contar monedas y anotar cosas en pergaminos cuando entraron al banco.

El grupo se acercó a uno de los escritorios y Snape carraspeo para llamar la atención de la criatura.

- tenemos cita con el duende Tots- la criatura levanto la mirada y los observo detrás de sus gafas.

-tienen cita? - dejo la pluma a un lado y se inclinó hacia delante para observar mejor al curioso grupo frente a él, 3 adultos que se miraban entre ellos con recelo y 2 chicos que tenían una expresión furiosa en el rostro.

- así es, de parte del señor Prince, queremos revisar un par de cuestiones también con el señor Potter, Malfoy y Black- Snape, lo señaló con un gesto de su mano, el duende asintió mientras se levantaba y bajaba del gran escritorio-

- síganme por favor- hizo un gesto y el grupo comenzó a caminar por un pasillo lleno de oficinas, todo era de un elegante mármol, las orillas de las puertas eran de un color dorado que brillaba con la tenue luz de los candelabros que colgaban por el techo- pueden esperar por aquí, en un momento saldrá- los dejo en un salón con varios sofás de cuero negro y regreso por el pasillo hacia el salón principal.

Harry de verdad esperaba que la vida de ahora en adelante funcionará porque, no soportaría todas estas miradas hostiles y tensión en el ambiente toda la vida, la puerta se abrió tan pronto como se sentaron.

-yo esperaré aquí- dijo Remus mientras se dejaba caer en uno de los sofás de nuevo con tranquilidad y se quedaba con la mochila de Harry y el bolso de Severus.

- vamos, entremos - dijo Harry mientras caminaba hacia la oficina y todo los siguieron.

-señor Prince, bienvenido- el duende los miro con una sonrisa, que con sus colmillos parecía más diabólica que nada- que podemos hacer por usted y su...- miro a todos- comitiva.

- nosotros seremos primero señor, verá soy el Nuevo tutor de Draco Malfoy, su madre y padre, me transfirieron un par de bóvedas para la seguridad de su hijo, como verá, la situación para sus padres y para mí es bastante complicada así que nos gustaría retirar todo- puso los papeles en la mesa del duende y este los hojeo con seriedad- si no es molestia también me gustaría vaciar las mías, tenemos un poco de miedo que el ministerio también nos quite todo...

-entiendo, entiendo- escribió un par de cosas en un pergamino y el papel salió volando fuera de la oficina- tiene suerte señor Malfoy, el ministro me contacto diciendo que si lo veía le impidiera el acceso a cualquier bóveda que sus padres le hubieran traspasado, lamentablemente como ustedes, el no tuvo la suerte de traer los papeles en orden- le ofreció una sonrisa y volteo hacia Harry y Sirius- puedo ayudarlos?

- sí- se adelantó Sisius y apretó el hombro de Harry con cariño- cuando redacte mi testamento hace 13 años, en el apogeo de la primera Guerra mágica, se estipuló que si algo me sucedía, cualquier cosa, entre comillas y cito, cárcel, enfermedad o muerte accidental, todos mis vienes y la fortuna completa de la familia Black pasaría a manos de mi ahijado Harry Potter- el duende asintió y Harry observo completamente sorprendido a su padrino- como sabrá, Azkaban fue mi hogar los últimos años y quiero que todo se le dé a mi ahijado, tomando en cuenta que aún mis cargos no son retirados.-

- muy listo, técnicamente aún está encerrado- miro a Harry con una sonrisa- y usted joven Potter, a qué debemos su visita? -

- quiero retirar todo, el dinero de mis padres, propiedades, cualquier cosa que esté a mi nombre- dijo con firmeza- hace 6 meses me convertí en mayor de edad así que es un derecho que ya me corresponde-

- muy bien, si me permite su varita y una muestra de sangre aquí- señaló un tazón que parecía de cristal con agua dentro- podré hacer una lectura de todo lo que está a su nombre y un balance de sus bóvedas.

Asintió con su cabeza para dejar la varita en el escritorio y pasar a pinchar su dedo con la aguja dorada que estaba a un lado del tazón, cuando dejó caer la gota está se disolvió y el agua quedó igual de transparente que en un principio, no sabía que sucedería, pero mágicamente una pila de pergaminos, papeles y demás apareció frente al duende.

-habías tenido una lectura oficial del testamento de su padre? - el duende pregunto y Harry negó con la cabeza- bien como ya es mayor de edad y puede disponer de todos sus bienes, será bueno que lo haga- su mano se movió y un documento de desplegó frente a él, la voz de un hombre comenzó a sonar.

- yo James Potter, en pleno uso de mis facultades mentales, quiero dictar mi testamento, hacia mi hijo Harry James Potter, con la autorización de mi esposa Lily Evans, cuyos deseos también están plasmados en este documento, queremos dejar en claro dos cosas, la primera, Harry podrá disponer de las propiedades importantes del linaje Potter, regadas por diferentes partes del mundo, 5 en Europa, 2 en Asia y 3 en América, incluyendo, obviamente, la casa donde esperábamos que creciera en el Valle de Godric, ya que estás construcciones han sido heredadas de generación en generación, junto con todas las bóvedas de mi familia, fondos que sus abuelos dejaron para el antes de su fallecimiento y las que mi esposa y yo, pudimos haber juntado en vida, después de valuar todo, da un total aproximado de 578 millones de galeones.

Los ojos de Harry se abrieron grande, jamás se habría imaginado que podía tener tanto dinero.

- el segundo punto, sin duda es el más importante, si nosotros por algún motivo llegáramos a faltar en su vida, queremos que quien lo guíe en su crianza, para tener una vida feliz sea su padrino Sirius Black- se escuchó un suspiro pesado- por parte de mi esposa Lily, a sabiendas del gran trabajo de crianza que podrán hacer en conjunto, en caso de que su padrino también esté ausente, la custodia de Harry pasa directamente al amigo de mi esposa durante sus años de escuela Severus Snape- Casi se rompe su cuello y escucho el de Sirius cuando ambos voltearon a ver sorprendidos al profesor que se había quedado sin habla al escuchar esa petición- teniendo una custodia conjunta con Remus Lupín, ambos sabemos que Harry tendrá una vida llena de conocimiento y será feliz con estos dos hombres en su vida, esperando que no crezca con prejuicios y pueda encontrar amigos verdaderos en la escuela, cuando esto suceda, para hacer más llevadera su crianza, una bóveda estará siempre dispuesta para Harry y su tutor siempre que lo necesiten, con un valor de 850 millones- se escuchó una pausa y la hoja mágicamente cambio- es nuestro deseo señalar, que Harry no debe terminar ni en manos de Albus Dumbledore o de la familia muggle de Lily ya que no podemos asegurar que Harry pueda estar a salvo.

Harry no sabía si desmayarse o ponerse a llorar, lo único que sus padres no querían, eso fue lo que sucedió.

- Harry- sabía que no estaban, que no era más que una grabación, pero aun así no pudo evitar querer llorar cuando se escuchó la voz de su madre- si estás escuchando esto es porque partimos antes de que te volvieras un hombre, no pudimos verte crecer, ser feliz y pleno, pero de ahora en adelante, eres mayor y nadie tiene porque dirigir tu vida, nosotros te amamos mucho, tanto que en esta carta no podemos expresarlo por completo, esperamos que seas muy muy muy feliz de ahora en adelante. De nuevo, te amamos más que nada en este mundo.

- ese es el final de testamento señor Potter- escucho al duende, mientras abría otro pergamino- creo que algo no está correcto aquí- el duende siseo, mientras pasaba pergaminos y su uña se deslizaba por ellos- con quién se crío, señor Potter?.-

- Dumbledore me mandó a la casa de mis tíos muggles, señor- bajo la mirada al suelo con rabia, tratando de calmarse.

- eso veo, ese mago acuso de insanidad mental a los tutores que se debían hacer cargo de usted, Severus Snape y Remus Lupín- miro a todo en la sala- parece que él y el ministro Fudge estuvieron aquí para la lectura del testamento de los Potter sin ninguno de los involucrados presente y no suficiente con eso, le han estado robando. -

-que ese viejo qué?!- Sirius estaba rojo de la ira mientras apretaba sus puños

- no solo las bóvedas de la familia Potter señor Black, también la que usted dispuso para Harry y sus tutores en caso de que llegara a faltar- varios papeles volaron hacia Harry y se plantaron en su cara mientras Sirius también los revisaba- como el banco más seguro del mundo mágico queremos ofrecerle nuestras más sinceras disculpas y ofrecerle una solución inmediata- agito su mano y otros papeles aparecieron frente al duende- tenemos una política de 0 tolerancia a los robos y como tal es mi deber cumplir con ese propósito, el dinero robado será devuelto a sus bóvedas y será extraído de las de Cornelius Fudge y Albus Dumbledore, ya que son unos ladrones, esa cantidad de dinero es suya y estará a disposición inmediatamente, no se les notificará de la toma de este dinero y como tal tenemos que hacer que ya no sean socios de este banco- envío un par de papeles fuera de su oficina- de nuevo queremos pedir nuestra más sincera disculpa por lo sucedido y tanto la fortuna de los Black como la de los Potter, será dada a usted de inmediato.-

Harry asintió sin saber realmente como sentirse al respecto, por qué bueno siempre había confiado en él hombre y ahora que sabía la verdad, podía decir que se sentía un poco miserable.

3 años después.

Este día en particular el clima era agradable, aunque el sonido de las cigarras le molestaba bastante, estaba fresco con el viento moviendo la campanilla de aire, a veces se sorprendía del increíble silencio y tranquilidad que se respiraba en ese país.

Miro por la ventana y vio a los niños que salían de las escuelas y regresaban a su casa con una sonrisa, se habían mudado a un barrio relativamente privado en una de las propiedades de los Black en Tokio Japón, porque bueno, parecía que en el monte Fuji estaba la respuesta para que Severus se removiera esa horrible marca que aún lo unía a Voldemort, habían descubierto que tanto la familia Potter como la Black tenían muchas propiedades fuera de Europa, que Dumbledore no tenía acceso para nada, porque aparte de las bóvedas a las que el viejo le había robado no había podido saber nada más, estas estaban escondidas desde hacía siglos y esperaba que siguieran así.

Cuando el duende les había dado el secreto de la marca, que estaba en Japón nadie protesto por la lejanía de aquel país, al contrario, todos se alegraron y se aliviaron, les dieron un par de bolsitas, dentro había joyas, los trasladores a las mansiones, dinero y artículos que a su familia le interesaba tener guardados en bóvedas, a pesar de que técnicamente era suyo todo el dinero de los Black se lo dio a Sirius por qué no estaba muerto y no lo sentía suyo.

- Potter que estás haciendo? - en la puerta estaba Draco Malfoy mirándolo con curiosidad.

O si, ahora ambos tenían 17 años, gracias a su ausencia de magia su cuerpo era más delgado y pequeño, porque, jodanse todos, la magia actuaba como esos yogurts que te prometían crecer, gracias a la falta de ella y de comida durante toda su infancia había sido pequeño y ese estirón que te daba la adolescencia, tampoco lo había tenido del todo porque se había convertido en un Squib.

- me dejaron leer un libro para la clase de literatura- dijo mientras los señalaba- no he tenido una combustión espontánea, no se tienen que preocupar.

- preocupar? En realidad, estoy viniendo a vigilarte porque no me lo quiero perder- entro al cuarto y puso su mochila sobre el escritorio, para comenzar a sacar libros.

Realmente parecía cualquier adolescente muggle, gracias a qué era un genio, talentoso y bueno, sangre pura, lo primero que hizo cuando llegaron a Japón fue hacer su examen y así acabar sus estudios mágicos.

Después de la visita a Gringotts, si no hubieran tenido que salir pitando de Inglaterra, habría habido un drama total, Sirius y Remus eran parte de la Orden del Fénix, una asociación que era de la luz que se supone tenían que ser buenos, pero ahora ya no confiaban en nadie, para ellos fue muy difícil superar lo que Dumbledore había hecho, pero entre eso tuvieron que hacer algo, un día, mientras Severus estaba leyendo un libro de pociones en el jardín, Sirius se le plantó en frente y le dijo que tendrían que hacer un juramento inquebrantable, Sirius se comprometía a cuidar con su vida a Draco y Severus a Harry, o algo así le dijo Remus.

La relación con Draco no había sido fácil, antes de aquel día crítico, el rubio había explotado, le lanzó a la cara todo, que sus padres estaban en prisión por su culpa, que ahora su vida sería un asco gracias a él, dos días después de eso por fin su magia había actuado, por fin comenzaba a causar daños y estaba atacándolo duro.

El ritual para sacar su núcleo mágico había sido doloroso, fue igual o peor que la sensación que tuvo cuando Cédric murió, había estado en un estado catatónico, como muerto en vida por casi dos meses, no comía, no lloraba, solo miraba por la ventana hacia el jardín y dormía, pero a pesar de todo Draco había estado con él, le hablaba, le pidió disculpas, confesó que siempre quiso ser su amigo y que tenía envidia de él, porque creía que tenía los mejores amigos.

Poco a poco se fue "recuperando", la magia era parte de él y la había perdido, parcialmente, en el laboratorio de Snape estaba el frasco con su núcleo, una bolita de luz, de un rojo furioso, según Sirius es porque estaba enojada, Remus conto que usualmente el núcleo se visualiza color plateado, como si fuera una pequeña neblina, ahora entendía porque la sentía tan mal.

Había sido como regresar a antes del mundo mágico, pero no podía decir que estaba "mal" solo se sentía raro no tenerla.

- Remus y Severus volverán hoy después de luna llena- Harry comento mientras dejaba el libro a un lado, no se podría concentrar- que se te antoja comer? -

- mmm, podría ser filete- levanto la cabeza de la tarea que estaba haciendo para jugar con su lapicero mientras lo miraba- que tal pastel de carne o lasaña?-

- creo que la...- Draco se levantó y Harry lo miro sorprendido- Dragon?

- alguien llegó- saco su varita- quédate aquí- obviamente el moreno no le hizo caso, tomo la raqueta de tenis que Draco tenía para sus clases extracurriculares y comenzó a caminar hacia el recibidor.

Sirius había comenzado a trabajar como detective en una estación de policía muggle y a esta hora estaba en el trabajo, Severus había aprovechado el viaje de luna llena de Remus a las montañas, para ir con él a recolectar ingredientes para sus pociones, maldijo porque estaban solo los dos y es que la vida había sido tan tranquila que la confianza a veces les ganaba.

- Harry? - había 4 personas paradas afuera de la cerca hacia la calle y definitivamente Harry no esperaba verlas ya nunca más.

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