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¿Narulieta? por Yakaylex2

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Notas del fanfic:

Naruto... y todos los nombres utilizados pertenecen a su respectivo autor (Masashi Kishimoto). Fanfic sin ánimo de lucro. Hecho por una fan para fans.

Notas del capitulo:

Hola amigos, aquí con una nueva historia AU sobre mi serie - y mi pareja - más favorita en mi etapa de preparatoria ¡Naruto! ¡Espero que la disfruten!

La primera vez que me vestí de mujer -siendo tan solo un niño - fue lo más vergonzoso que me pudo pasar.! ¡De veras! Pero la segunda vez que lo hice ¡creo que fue todavía peor!


Todo comenzó cuando iba en preescolar. Actuábamos en una obra teatral donde yo representaba a una pequeña hada. Apenas había salido a la escena cuando todos los niños - encabezados por Kiba y sus amigos - comenzaron a burlarse de mí. Cuando los amenacé con el puño, el público entero comenzó a reír a carcajadas y me fui llorando. Por suerte mi madre y mi padre estuvieron presentes para consolarme. También Jiraiya-sama estaba allí. Mis padres me tomaron de las manos y los cuatro nos fuimos juntos a comer helados. Toda la tarde estuvimos charlando y riendo. Cuando estuve más tranquilo, me juré a mí mismo que jamás me volvería a disfrazar de chica.


Después de eso seguí participando en obras teatrales, pero nunca más con papeles femeninos.


Hasta ahora.


Habían pasado casi doce años desde ese incidente. Era mi segundo año de preparatoria y teníamos que representar al clásico de Shakespeare "Romeo y Julieta", pero intercambiando roles. Recuerdo que yo sería Julieta y mi "guapo" príncipe sería Hinata-chan.


Pero el día del estreno, ella estaba tan nerviosa que tuvo que huir del teatro directo en una ambulancia. Iruka-sensei estaba a punto de colapsar. Se había esforzado tanto en la obra, al grado de haberse jugado su puesto por ella. Tsunade-sama -la directora- se relamía los labios con satisfacción cada vez que le recordaba que en pocos minutos empezaría la obra. Para la fortuna de Iruka-sensei, alguien más representaría a Romeo.


- ¿Qué? No puede entrar así. Ni siquiera ha ensayado.


- ¿Prefieres que quede mal desde el principio o mínimo que se haya hecho el esfuerzo? - Le preguntó con calma Kakashi-sensei. -


Iruka-sensei lo pensó unos momentos y entonces gritó:


- ¡A sus posiciones, chicos!


La obra tomó su curso sin ningún problema. Yo me encontraba nervioso y un tanto molesto, pero aun así trataba de hacer mi mejor esfuerzo. Pese a mi juramento, había aceptado el papel solo porque Iruka-sensei me prometió que me pasaría con un diez si lo hacía. La verdad era que me encontraba estudiando en esta escuela gracias a una beca y no podía defraudar a mi tutor de esa manera. No podía perderla por una estúpida clase de teatro. ¡De veras!


Después de que mis padres murieron en un trágico accidente automovilístico, Jiraiya-sama se había convertido en mi tutor y en una especie de padrino benévolo para mí - aunque tenía que reconocer que era un pervertido de lo peor, por eso es que siempre le llamaba Ero sennin. -


Cuando le conté lo que haría estaba tan contento, que de inmediato me compró el vestuario y la peluca. Incluso contrató a un par de maquillistas para hacerme lucir como la más bella Julieta que hubiera existido. Me había costado trabajo, pero aquí estaba, con mis mejores ropas y mi mejor interpretación. Haciendo todo mi esfuerzo por él y por mis padres.


Entonces, cuando llegó el momento de recitar por primera vez mis líneas junto a "Romeo", me paralicé por un momento. Allí, frente a mí, se hallaba el chico más popular y engreído de toda la escuela, Sasuke Uchiha. Apenas había entrado este año, pero ese tiempo bastó para que lo odiara. Se creía el tipo más guapo de toda la escuela, y los gritos alocados de las chicas lo hacían esponjarse como pavo real. Lástima que esas chicas no pudieran ver que yo era mucho más atractivo que ese idiota.


Tras un titubeo, proseguí con mi actuación, tratando de hacer el mínimo contacto visual con él. Jamás habíamos ensayado juntos y, sin embargo, teníamos bastante sincronía. Ni siquiera con Hinata-chan lo había hecho tan bien - claro que el problema no era yo, sino ella que no dejaba de tartamudear. -  Siguieron pasando los actos hasta que Iruka-sensei se acercó a hablarme.


- Naruto, ¡tienes que conectar más con Sasuke! - Me gritó molesto.


- ¿Qué dice? ¡Creí que estaba actuando bien! - Le respondí molesto. Odiaba tener maquillaje encima, sentía mi rostro completamente rígido. - ¿Tanto maldito esfuerzo y para nada?


- No digo que no lo estés haciendo bien, Naruto. - Me dijo con voz más tranquila. - Solo te pido que conectes más con Sasuke.


- ¿Y qué diablos significa eso, Iruka -sensei?


- Significa que nos tenemos que ver más a los ojos. - Una voz suave sonó detrás de mí. Al girar, hicimos directamente contacto visual. Jamás había notado que tenía unos ojos tan profundamente negros. Me sonrojé.


- ¡Exactamente de esa manera! - Gritó Iruka-sensei. Después se arrodilló y gateó hasta quedar cerca de mis pies. - ¡Por favor Naruto, te lo suplico!


- ¡Ug! - era muy incómodo. - Es...está bien. Iruka -sensei. - Miré de reojo a Sasuke y suspiré. -Solo por usted. - El sensei se levantó agradecido y pude notar una leve sonrisa en el rostro de Sasuke.


Seguimos con nuestra actuación. Y entre más nos conectábamos, más suspiros y gritos se escuchaban.


Llegó el último acto. Entré al escenario y pude ver a la mayoría de personas de la aldea. Sabía que en algún lugar de ese recinto estarían Kiba y los demás, preparando alguna de sus tontas bromas. Vi sonriendo a Ero sennin en la primera fila y supe que tenía que hacerlo por él.


Me acerqué a la tumba y miré a "Romeo" muerto a mis pies. Recité sin dificultad mis líneas, imaginándome que en verdad me dolía perder al idiota más grande de la escuela. Incluso mis ojos se llenaron de lágrimas. Tomé su rostro y con un esfuerzo sobrehumano besé sus labios. Eran cálidos y suaves, si es que quieren saber la verdad. Pero yo lo odiaba. Con un grito muy fuerte tomé la daga del suelo y me la clavé directo en el corazón.


Los aplausos del público no se hicieron esperar, incluso tuvimos una ovación de pie. Todo el elenco agradecíamos con sinceridad mientras veía como Tsunade-sama le ofrecía disculpas a Iruka-sensei. Al parecer no perdería su trabajo. Ero sennin subió a abrazarme y pude notar que mis compañeros recibían felicitaciones y muestras de cariño por parte de su familia. Con la mirada buscaba a Sasuke, pero no podía verlo. Me despedí de mi padrino y fui al pequeño camerino que tenía mi nombre -en realidad era una habitación un poco más grande que el cuarto de aseo, pero bueno, cumplía con su deber-. Estaba a punto de quitarme la peluca cuando escuché que tocaban mi puerta. Me acerqué a abrir.


- ¿Quién...? - La pregunta se quedó atorada en mi garganta. En cuanto abrí la puerta, unas manos fuertes me tomaron del rostro y me besaron con fuerza. Traté de oponerme, pero la otra persona era más fuerte. Poco a poco logró empujarme hacía adentro y cerró la puerta. Un maldito acosador. Con problemas por el vestido, logré darle una patada en los bajos y me alejé.


- ¡Auxilio! - grité dos veces con todas mis fuerzas. Pese al dolor, el acosador se levantó de prisa y me puso su mano en la boca.


- ¿Quieres callarte de una maldita vez, Naruto? - Me gritó molesto.


- ¿Sa...Sasuke? - No podía creerlo. - ¿Qué diablos te pasa? -  Le grité con furia. - ¿Acaso estás loco, demente?, ¿En qué estabas pensando?, ¿Acaso es una nueva forma de molestarme? ¡Estaba muy asustado, de veras! Y...


- ¿Podrías dejar tantas preguntas, Naruto? - Su rostro se veía molesto. - Solo vine a decirte algo.


- ¿Y qué es, si se puede saber? - Le dirigí mi mejor mirada de impaciencia.


- ¡Me gustas! - Me gritó fuertemente. Cerré mi boca de inmediato. Su rostro se veía serio y sincero. - Quise decírtelo desde la primera vez que te vi, pero no había tenido la oportunidad.


- ¿Qué? Pero... - No sabía que decirle. Yo lo odiaba. Era tan engreído. O a mí me lo parecía. Lo vi con detenimiento y pude notar porque las chicas decían que era atractivo. Su piel clara y tersa, contrastaba con ese cabello y esos ojos tan negros como la noche. Yo lo seguía odiando. Solo lo veía... y... quería... ya saben... golpearlo ¿o no? - Pero yo...


- Ya sé que tú eres muy atractivo, y que hay varias chicas que quieren contigo. Es obvio que no me podrías hacer caso a mí. - ¿De dónde sacaría eso? ¿Acaso no me había visto más solo que un hongo? - Pero ya no podía seguirlo callando. Llevo meses enamorado de ti, pero tú nunca me ves y...


- ¿Qué yo no te veo? - le pregunté sin saber por qué. - ¡Si diario te paseas de un lado a otro con las presidentas de tus clubs de fans, como Sakura-chan, Ino-chan o Karin-san!


- ¿Entonces si me vez? - me miró con sus brillantes ojos negros. Yo asentí avergonzado. - Solo quería llamar tu atención.


- ¿Qué...? - Quise preguntar de nuevo pero otra vez sus labios estaban sobre los míos.


Pude haberlo golpeado otra vez, pero no lo hice. En lugar de eso correspondí al beso. Parecía algo tan natural que enredé mis brazos en su cuello y abrí mi boca un poco más, disfrutando del sabor de su boca combinado con el mío. Me tomó de la cintura -marcada por el corsé - y me abrazó. Después sus manos comenzaron a introducirse sin dificultad en el vestido de época y sentí sus cálidas manos recorriendo mis piernas, sobre las medias.


Maldita la hora en la que Ero sennin me había puesto tanto encaje. ¡Esperen! ¿Qué diablos estoy diciendo? ¡Y haciendo! Sin darme cuenta, había deslizado mis manos hasta su espalda baja y estaba a punto de llegar más abajo. Las quité rápidamente y me separé de él.


- ¡Espera, espera! - Lo miré y noté su rostro sonrojado. El mío se volvió escarlata de inmediato.


- ¿Qué pasa? - Me miró inocentemente, algo que jamás había visto. - ¿No quieres hacerlo?


- Sí...es decir no... es decir... sí... - tartamudee.


- ¿Demasiado pronto? - Me sonrió.


- Pues sí. Ni siquiera te conozco realmente. - ¿Cómo decirle a alguien que lo odias sin siquiera haberlo tratado? - Ni siquiera nos hemos tratado. No sé nada de ti y...


- Mi nombre es Sasuke Uchiha, tengo diecisiete años y planeo graduarme como detective o policía. Tengo solamente un hermano que me sobreprotege demasiado llamado Itachi. No me gustan las chicas... ni los chicos. Solamente tú. - Lo miré sorprendido. - Pese a lo que piensas no soy engreído, puedo ser muy buen amigo y me gusta leer. No soy muy sociable y mis colores favoritos son....


- ¡Espera, espera! Esa no es la forma de conocernos. - Alcé mis manos tratando de detenerlo. - Podemos salir, conversar... ya sabes.


- Estas muy chapado a la antigua, ¿no te parece? - Mi rostro se ruborizó de inmediato. Con el disfraz seguro que parecía una señorita conservadora. - No te preocupes, mi amada Narulieta, - me habló con el mismo tono que utilizó en la obra. Me tomó mi mano y la besó. - Tu Romeo está aquí para respetarte. - Pude ver una sonrisa burlona en su rostro.


- ¡Que Narulieta ni que nada! - Mi rostro no dejaba de estar rojo. Me solté de inmediato. - ¡Soy más atrevido de lo que tú puedes llegar a ser!


- Ah, ¿sí? - Me besó con intensidad en un movimiento arrebatador. Después me soltó y me guiñó un ojo. - Ya veremos mañana cuando termine la segunda función. -Dijo esto mientras salía del cuarto. Pude escuchar una risilla burlona.


 


¡Ese maldito engreído! Ya me las pagaría al día siguiente. ¡De veras!

Notas finales:

Bueno, hasta aquí la historia. Espero que les haya gustado y ya saben que cualquier comentario es bienvenido ¡Arriba el SasuNaru ^-^! Nos vemos en el siguiente.


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