Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

JARDIN PROHIBIDO por Kalixta Bell

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, les traigo un pequeño fanfic, espero les guste, estoy volviendo a retomar los fanfics despues de una epoca oscura, les agradezco todo su apoyo

Notas del capitulo:

Un chico debe acostumbrarse a su nueva realidad, para eso encontrará a alguien en su camino que le cambiará la vida

El último año había sido muy difícil para él, su mundo se había vuelto completamente oscuro.  Como era temporada de vacaciones, fue el mejor momento para que el padre consiguiera un trabajo mejor remunerado, aunque este fuera al otro lado del país.

A pesar que vivían cerca de la costa, solía pasar el día en su casa, aprendiendo sobre su nuevo entorno, sin atreverse siquiera a salir solo, a menos que fuera en compañía de su padre o su hermana menor.

Ella era su eterna compañera, pero para entonces, había decidido no ser más una carga para nadie, debía aprender a vivir en su nueva realidad.

Ese día, apenas se fue el padre al trabajo, decidió salir, aunque su hermana fuera a su lado para ayudarlo a bajar las tres gradas de la entrada, acto seguido le pidió que regresara a la casa, él por si solo debía desenvolverse en esa ciudad y no depender de nadie, menos de su pequeña hermana, ella merecía ser libre y tener una vida propia sin ser el lazarillo de un pobre ciego.

Decidido a valerse por sí solo, comenzó por orientarse recordando que si daba diez pasos estaría sobre la acera, si caminaba hacia el norte llegaría a la playa, que era donde deseaba estar y sentir como la brisa marina le acariciaba el rostro.

Se aventuró dejándose guiar por su bastón, afinando su oído y olfato.  Escuchaba atento las voces de las personas, comprendiendo las distintas distancias que se encontraban con respecto a él, de igual manera sentía como el sol besaba su piel, era evidente que aquella mañana era radiante.

Estuvo de pie frente al mar por largo rato, se había quitado los zapatos para sentir la humedad en sus pies.  Cuando sintió hambre, se dio la vuelta para volver a orientarse y empezar su camino de regreso a casa, sin embargo, sintió en el viento un aroma agradable, no era olor a mar, sino más bien era algún tipo de incienso, un aroma suave que lo llenaba de paz y quiso aventurarse, deseaba llegar hasta el lugar de donde provenía ese aroma.

Parecía como si fuera guiado por una extraña magia, que lo llevaba sin tropiezo a través de su oscuro mundo hasta el borde donde iniciaban unos escalones, por donde continuó su camino como si este fuera un sendero mientras percibía el aroma de la arena y su bastón tropezó con pequeñas piedras.

_ ¿Quién es usted? ¿Cómo puedo entrar? _ Escuchó una voz cerca suyo y se detuvo de inmediato algo nervioso.

_ Disculpe, creo que estoy perdido _ respondió con timidez.

_ Soy yo el que debe disculparse _ dijo aquella voz avergonzada _ No me había percatado que eres una persona invidente, de segura Buda lo ha guiado a este jardín, por favor, quédese un rato, así me acompaña a meditar.

_ ¿Estoy en un jardín budista?

_ En realidad es un jardín Zen, es mi lugar de meditación.

_ Interesante… Es un lugar lleno de paz, sería un gusto acompañarle.

_ Permita que le guíe, no quiero que se lastime.

_ Te agradezco, estoy tratando de acostumbrándome… No hace mucho perdí la visión.

_ Comprendo, siéntate, deja que tu mente se llene de la paz que dices que sientes en este jardín.

Aquella primera salida le había dejado grandes experiencias, además que había logrado volver a su casa después de darle algunas señas a su nuevo amigo, quien además le había invitado a regresar cuando quisiera.

Al día siguiente fue a la playa, pero no le fue posible encontrar aquel jardín, sin embargo, pudo volver por su propia cuenta a su hogar.  Poco a poco se fueron haciendo cotidianos sus paseos por la playa, pero era incapaz de encontrar aquel lugar tan mágico que recordaba con grato cariño.

Una tarde en el supermercado, junto a su hermana, escuchó una voz conocida cerca suyo, era sin duda la misma voz del ser que estaba aquel día en el jardín, se giró en la dirección donde lo había escuchado y se acercó, dejando de lado sus temores.

_ Hola _ Dijo aquella voz con entusiasmo _ Ojalá y puedas volver a visitar el jardín.

_ No recordaba el camino _ dijo con nerviosismo, mientras que con sus manos armaba y desarmaba su bastón.

_ ¿Te parece si nos vemos mañana en la playa a media mañana?

_ Ten por seguro que ahí estaré _ dijo sonriendo _ para después estrechar sus manos.

De regreso a su hogar, su hermana lo volvía a ver de reojo en medio de un largo silencio, le preocupó aquella sonrisa llena de pureza que se dibujaba en el rostro de su hermano y que de seguro tenía otro significado, pero sabía a la perfección por todos los amargos momentos por los que había pasado; la ceguera le había robado los sueños juveniles de un chico que era completamente sano.  Cualquier oportunidad que la vida le diera sería sumamente valiosa para su recuperación.

A la mañana siguiente lo ayudó para que luciera impecable, la sonrisa le iluminaba el rostro y tener un amigo le haría muy bien, además que le ayudaría a volver a relacionarse con la gente.

Puntualmente a media mañana estaba en la playa esperándole, para después ser guiado hasta aquel jardín especial que se volvió su lugar predilecto y donde pasaba la mayor parte del tiempo, además que poco a poco fueron teniendo más confianza y estima el uno con el otro.

_ Pensé que el accidente había sido mi culpa _ le contó en alguna ocasión _ Mi madre murió en ese accidente, un camión sin frenos golpeó el taxi en el que íbamos… Desperté una semana después… Pero ya todo estaba oscuro, no sabía qué hacer, era incapaz de vestirme… De velar por mí mismo, he tenido que aprender poco a poco.

_ Todo llega a su tiempo _ dijo mientras tomaba un sorbo de té _ Me agrada poder ayudarte.

_ Los amigos que tenía dejaron de hablarme, no a cualquiera le gustaría tener un amigo ciego.

_ No siento que seas diferente, eres un joven con toda una vida por delante.

_ Recuerda que estoy ciego.

_ Tú mismo te das lástima _ dijo mientras movía la cabeza en señal negativa _ Eres un ser completo, los límites te los pones tú mismo en la mente.

_ ¿Lo crees?

_ Totalmente, recuerdo que cuando un amigo me ofreció este lugar, no había reunido el dinero suficiente para comprarlo, pero tenía fe en mí mismo y a base de trabajo lo pagué.  El punto que quiero que entiendas, es que puedes hacer lo que quieras si te lo propones y, sobre todo, aprender a mirar con tus ojos internos, esos ojos no se equivocan ni te van a traicionar.

_ Deseo profundamente retomar mis estudios.

_ Eso me parece una gran idea, eres capaz de eso y más.

_ Agradezco todo el tiempo que me dedicas.

_ Lo hago con gusto.

_ Por cierto ¿A qué te dedicas?

_ Una parte de mi tiempo la dedico a impartir lecciones de yoga y también doy clases de jiu jitsu, judo y karate, en varias academias de la ciudad.

_ Eso quiere decir que pasas ocupado y aun así dedicas un rato en meditar conmigo.

_ Ya te he dicho que me gusta compartir contigo, eres un joven con quien puedo hablar de cualquier tema.

_ Me has ayudado mucho, por cierto ¿Es posible que aprenda judo o karate?

_ ¡Por supuesto! Te ayudaría montones.

Al caer la noche, justo cuando estaba acostado en su cama, pensó en su amigo y sintió terror.  Un gran temor se fue apoderando de su ser… Lo asustó aquel pensamiento.  Era tan solo un buen amigo y no quería arruinar esa amistad.

 

Durante el desayuno estuvo silencioso y pensativo, algo que de inmediato notó su hermana que siempre estaba al pendiente de él.

_ Algo te preocupa, ¿verdad?

_ Dime con toda sinceridad ¿Te parezco atractivo?

_ Por supuesto, eres un chico muy lindo que está pronto a cumplir 19 años, atractivo y capaz de enamorar a cualquier chica.

_ ¿Chica? _ dijo con tristeza.

_ A mí no me engañas _ dijo la hermana tomándole de las manos _ Sé lo que siente por él, me di cuenta que te gustaba desde el día que lo encontraste en el supermercado.

_ No se lo digas a papá, por favor.

_ Tu secreto está bien guardado…

Pronto el verano llegó a su fin, como había prometido retomó sus estudios, pero esta vez a distancia, prefería ir poco a poco, así distribuiría de mejor manera su tiempo hasta para ir a meditar.  Para entonces se había vuelto más independiente e incluso era capaz de ayudar en las tareas hogareñas.

Era sábado, sabía de memoria el camino hasta aquel jardín, sin embargo, todo estaba muy silencioso.  Lo llamó un par de veces, pero no obtuvo respuesta, esperó un par de minutos e hizo un giro para regresar sobre sus pasos.

_ Él se ha ido _ dijo una voz ronca a su espalda.

_ Le agradezco, tenga buen día _ respondió al no reconocer la voz de aquel sujeto.

_ Es mejor que no regreses _ Volvió a hablar aquella voz, pero esta vez su tono estaba impregnado de odio _ El cambió mucho desde que lo visitas, nos ha dejado de lado solo por atender a un chico ciego que solo le hace perder su tiempo.

_ Disculpe, señor _ dijo con voz seria_ Nunca le pedí que me ayudara, él fue el que me invitó a seguir viniendo al jardín.

_ Parece que te cuesta entender, idiota _ dijo con odio _ Te estas interponiendo en “nuestra relación” somos pareja y tu…

_ Disculpe _ dijo interrumpiéndolo _ no molestaré más.

Acto seguido se regresó a su casa con el rostro bañado en lágrimas y el alma destrozada, encerrándose en su habitación donde nadie lo pudiera lastimar, no saliendo de ahí hasta que escuchó la voz de su hermana anunciándole la cena, aunque su apetito al igual que su fe, habían caído al nivel más bajo.

Verlo jugar con la comida a la hora de la cena, no le pareció nada bien a su padre, quien triste al ver el retroceso que había tenido, se sentó a su lado para hablar de padre a hijo.

_ Entiendo que te sientas atraído por ese joven, puedo notar que algo pasó entre ustedes y eso te ha dejado peor que cuando te quedaste ciego.  Eres libre de elegir la persona que quieras a tu lado, y como padre te apoyo, pero hijo, quedarte sentado en un rincón llorando por él solo te hace retroceder en ti mismo, las decisiones que tenemos que tomar en la vida independientemente si resultan ser buenas o no, nos hacen crecer y ser más fuertes.  Hoy me dijo el vecino de al lado, que ayer estuvo un joven llamándote fuera de la casa y con la descripción que me dio me dijo tu hermana que era “tu amigo”, sería bueno que escuches lo que él te tenga que decir.  Hijo, sea cual sea tu decisión, cuentas con todo mi apoyo.  Recuerda también, que todo pasa por algo y por más triste que hoy te sientas, dentro de un tiempo te reirás de esa decepción que has tenido.

 

Un par de días después, quiso ir a la playa, ya no escuchaba la multitud a su alrededor, ni el sol abrazador sobre su piel, por el contrario, la fuerte brisa jugaba con su cabellera y besaba su pálido rostro lleno de tristeza y dolor.

Se aventuró, como en los días de verano, a salir de sus pasos rutinarios y recordó que cerca debía estar el muelle.  Se quitó sus zapatos para sentir la arena y percibir si esta aún permanecía seca a fin de mantenerse lejos del mar, no porque le tuviese miedo, sino más bien que aún no se sentía preparado para un chapuzón.

_ Hola _ le dijo una voz cerca suyo que reconoció de inmediato.

_ Hola _ contestó sin mucho afán.

_ Tu hermana me dijo dónde podía encontrarte.

_ No debes perder tiempo estando aquí conmigo.

_ ¿Qué te sucede? En ningún momento he perdido mi tiempo contigo, al contrario, disfrutaba el poder estar a tu lado.

_ Tu pareja estaba bastante molesto conmigo, porque tú me dedicabas más tiempo a mí que a su relación.

_ ¿Mi pareja? _ dijo extrañado _ No tengo pareja desde hace más de un año.

_ Estaba en tu jardín, él último día que fui a tu casa él estaba ahí.

_ Entiendo, me gustaría explicarte unos cuantos asuntos, pero prefiero que lo hablemos en el jardín ¿Te parece?

_ No quiero ser molesto.

_ No lo eres _ dijo tomándolo de la mano y guiándolo por el camino hasta su casa guardando total silencio.

 

_ ¡Este no es el jardín de siempre! _ dijo sorprendido estudiando lo que percibía a su alrededor.

_ Es un jardín interno, tenía un espacio dentro de la casa… Lo hice para ti _ dijo mordiéndose los labios.

_ ¡No mientas! Yo… _ Pero uno de los dedos del mayor silenció sus labios.

_ Quería que estuvieras cómodo para que me escucharas, sentémonos _ dijo sentándose, en una alfombra amplia, frente al joven y tomándolo de las manos _ Pensé que no era correcto _ su voz era triste y melancólica _ Saga fue mi pareja, después de 3 años nos separamos, pero parece que aún no lo acepta y lo que sucedió ese día contigo, lo hizo también con otras dos personas.  Ese sábado me retrasé haciendo unas compras porque quería que fuera un día muy especial para nosotros, pero cuando llegué Saga me estaba esperando y me dijo lo que te había hecho.  No era esta la manera en que quería hacerlo… Te he extrañado mucho _ dijo con total sinceridad _ Por eso construí este jardín, aquí nadie te va a molestar _ dijo soltando una de sus manos para tocar el rostro del joven ciego _ Nada tenía sentido si no estabas aquí, Shiryu, como solías decirme “maestro” no encontraba el modo de hablar de mis sentimientos hacia ti, pero tu ausencia… _ Pero esta vez fue Shiryu quien puso sus dedos sobre los labios de su maestro, aunque más bien comenzó a delinearlos.

_ También te he extrañado, Shura _ dijo sonriendo _ Nada era igual si no venía aquí, era un castigo no escuchar tu voz _ dijo tomando entre sus manos el rostro de Shura y se acercó hasta oprimir sus labios contra aquellos que habían sido su tentación.

Era tortuoso para Shura sentir la lentitud de aquellos besos que le daba su amante, necesitaba sentir más de aquel chico por lo que profundizo aquel beso haciéndolo más demandante y pasional mientras se regocijaba de poseer aquellos suaves y carnosos labios que había deseado devorar desde el primer día que lo vio en aquel jardín…

Las palabras sobraron, nuevamente sus labios se volvieron demandantes, sedientos uno del otro dejando que sus lenguas armaran su propia danza, mientras las manos del mayor acariciaban aquella piel que lo embriagaba con ese aroma propio de su joven amante, sus cuerpos se acoplaban en un fuerte abrazo, mientras sus labios probaban la piel de aquel cuello desnudo, abrumando su mente al escuchar los primeros y tímidos gemidos de aquel chico ciego, sus labios recorrieron la piel desnuda hasta donde se le fue permitido, dejando escapar un pequeño gruñido cuando la tela de la remera le estorbaba, una de sus manos viajó hasta la espalda tirando hacia arriba la tela para que dejara libre aquel torso que ahora se convertía en la nueva ruta por recorrer sus labios, atendiendo cada pezón como era debido dejando marcada aquella piel con su sello personal.  Deseaba poseer aquel cuerpo y reclamarlo como solo suyo, la poca cordura que tenía se había ido al sentir la respuesta de sus besos y caricias en la hombría de su amante, no quería detenerse, no quería perder ni un solo minuto, pero una duda llegó a su mente y sintió temor…

 

Se alejó del joven y lo miró con nerviosismo… Aún seguía siendo un niño en muchas cosas y él no quería hacerle daño, lo amaba demasiado para profanar por primera vez aquel perfecto cuerpo que tanto deseaba…

 

_ Es esto lo que quieres, amor mío. _ Habló por fin Shura _ ¡No te merezco!

 

Shiryu no dijo nada, pero sus manos recorrieron el pecho perfecto del mayor … Shura vio, detalló y admiró cada caricia que con torpeza y nerviosismo recibía, en el silencio recibía una clara respuesta y él de igual manera deseaba entregarse por completo.

 

Sintió que su ropa lo estaba asfixiando y que le estorbaba e iba a empezar a quitársela cuando unas manos lo detuvieron.  Sonrió al ver la iniciativa de Shiryu quien a su manera reclamaba aquella tarea como suya, jamás se lo impediría, un beso fue la señal de la aprobación dejando que su pareja hiciese con él lo que quisiera, era totalmente suyo. 

 

Ese joven que se había robado su corazón hacía tiempo, era el mismo que ahora le quitaba aquella ropa, el único capaz de cubrirlo con besos inocentes, aquel que ahora se aferraba a su cuerpo con firmeza haciendo estremecer cada rincón de su ser.

 

_ Déjame hacerte mío para siempre. _ dijo Shura, el más joven sonrió y con voz pícara, pero a la vez seductora le dijo.

_ Soy tuyo, antes, ahora y siempre lo seré.

_ Te haré mío, pero…  Quédate aquí un momento ya regreso _ le decía mientras se levantaba e iba hasta su dormitorio, para regresar en unos pocos minutos con un tubo de gel entre sus manos _ Esto _ dijo colocando entre sus manos el tubo _ Nos facilitará hacerlo…

 

Volvieron a los besos, caricias y terminar de retirar la poca ropa que aun conservaban, quedando ambos cuerpos completamente desnudos.  No pasó mucho rato para que Shiryu sintiera la invasión de un dedo en su entrada, sí, se sentía incómodo, pero eso pasaría, sabía de antemano que su amado no lo lastimaría, mientras trataba de relajarlo atacando su cuello con pequeños mordiscos que iban dejando una estela roja a su paso. 

 

Otro más… hábil pero incómodo al momento, después se dejaba llevar por el ritmo que sus caderas querían pues no sentía molestia alguna, por el contrario, a lo largo de su columna sentía mil y un sensaciones que fueron acentuadas cuando un invasor más llegó, pero no era eso lo que él quería, aunque fuera necesario para abrir el camino a la que sería su total perdición, sabía perfectamente que aquel hombre lo haría suyo.

 

Sintió como salían aquellos dedos de su ser y su amante se colocaba sobre él.  Ya era hora y se sentía de los nervios, pero quien mejor para poseerle sino aquel a quien amaba con locura, ahí estaba él abriendo sus muslos y quedando completamente expuesto para que tomase su cuerpo.  No lo dudo cuando dejó escapar un gemido de dolor, pero sabía que debía relajarse y acostumbrarse a la invasión, un poco más, que tortura, deseaba sentirlo por completo dentro de su ser, al principio se sentía morir por el dolor mientras su pareja le hablaba dulcemente. 

 

Poco a poco se acostumbró a aquel miembro que empezaba a entrar y salir de su cuerpo lentamente, ya no había dolor y quería más, así que también movió las caderas al ritmo de su compañero, que le daba cada vez embestidas más fuertes, más deliciosas, mas enloquecedoras, capaz de llevarlo por un viaje de mil un sensaciones aún más fuertes de las que hacía poco había sentido, más aún cuando una mano tomó su miembro y empezó a frotarlo al ritmo de su juego, pero él quería más, deseaba estar sentado sobre su amante, que de inmediato lo complació al escuchar sus palabras.

 

Era excitante sentirse penetrado en aquella posición mientras las manos del mayor en sus caderas lo invitaban a moverse con más fuerza, hasta tocar ese punto que lo hacía enloquecer mientras tomaba su propio miembro y lo frotaba para complacencia de su “maestro”. 

 

Al fin un sonoro gemido del más joven dejaba correr en el vientre del mayor su blanca esencia, este sin darle respiro y sin salirse lo hizo girar dejándolo debajo suyo, era obvio que no aguantaría mucho, así que dándole las más fuertes embestidas dejaba su blanca semilla dentro del cuerpo de su ahora pareja, cayendo a su lado cansado y sudoroso abrazándolo.

 

La noche los encontró aun desnudos en aquel jardín, a pesar de estar en total tiniebla, sabía que podía contar con su pareja, recorriendo juntos un nuevo camino en sus vidas.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Quería que se imaginaran la pareja hasta casi el final, espero no haberlos decepcionado.  Si han llegado hasta aqui, les agradezco de todo corazón el haber sacado el rato para leer esta historia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).