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Fragmentos. por kailu

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Notas del fanfic:

La idea es que en base a esta tabla escribiera un drabble diario: 

 

1. Luminiscencia 2. Demostrar 3. Collar 4. Receta 5. Quebrado 6. Licor 7. Juego 8. Obvio 9. Zalamería 10. Palma 11. Humilde 12. Asesino 13. Ilusión 14. Buzón 15. Golpe 16. Variable 17. Glacial 18. Torpe 19. Digno 20. Cruz 21. Fondo 22. Hazaña 23. Mechón 24. Ogro 25. Razón 26. Neutro 27. Sensible 28. Torcer 29. Apretar 30. Último

Notas del capitulo:

Saludos. 


1 Último

Lo último que se imagino es que aquella "amistad" con el Espectro lo fuera a llevar a una situación como esa.  Volvió a poner más leña en la fogata y reviso lo cena que estaba preparando, a su espalda el Espectro leía en voz alta mientras abrazaba a uno de los perros.

— … La cena estará pronto. —

Aiacos cerró su libro y lo dejó a un lado. — … Estas son las vacaciones más extremas que he tomado, incluso peleas con osos… — sonrió viendo a Camus y estrechó al cachorro que tenía en brazos. —  Con razón siempre nos ganan, nosotros vivimos cómodamente y sin entrenar un solo día. — se rió y volvió a acariciar a los cachorros.

— Los estás mal acostumbrando… se supone que son perros de trabajo… —

Aiacos alzó las cejas pero luego sonrió y le mostró la cara del cachorro — pero si son solo unos cachorros adorables… además me ayudan a mantenerme calientito. — Sonrió observándole y acarició la cabeza del cachorro, los demás estaban acostados sobre una de las pieles junto a Aiacos.

2 Apretar
Se sintió apretar entre los brazos contrarios, ladeo el rostro para observarle y recibió un beso en su mejilla. A pesar de recordar todo, aun le asombraba esa personalidad del juez, era demasiado cariñoso y siempre buscaba estar cerca. Aunque tenía el pretexto del frío que sentía, aveces sospechaba que Aiacos tan solo exageraba aquello para poder tener otra excusa para abrazarle.

Sintió otro beso en la mejilla y tomó las manos que le estrechaban por la cintura, las hizo a un lado y se giró para poder abrazarle, se acomodo contra su hombro y volvió a observarle mientras le escuchaba hablar sobre su trabajo, sobre libros que debió traer para entretenerse, sobre libros que iría a conseguir solamente para usarlos de combustible… Sonrió viniendo de él era raro que quisiera atentar contra algún libro pero una vez que empezó a darle el título de algunos entendió de que hablaba.

3 Torcer
Sus planes se habían vuelto a torcer. Suspiro pesadamente y sintió otro beso del Espectro contra sus labios, la lengua contraria se abrió paso dentro de su boca y sintió como Aiacos se estrechaba a él impidiéndole ponerse de pie, a esta hora ya debería haber salido de la cama, debería haber entrenado y probablemente haberle dedicado algo de tiempo a la cabaña.

Aiacos le ayudaba la mayoría de las veces pero tarde o temprano le atrapaba justo como ahora. Inmovilizado en aquella cama estrecha, con el cuerpo contrario apretándole contra el colchón, mordió despacio los labios de Aiacos y lo observo, sonriendo como siempre, sintió que acariciaba su cabello y luego un par de besos en el rostro. — Te amo, Camus.—

Suspiro de nuevo y se estrechó al Espectro, no había modo de escapar, por lo menos no por ahora.   

4 Sensible

Se acomodo en la cama y sintió como Aiacos le estrecha , la nariz contraria acarició su mejilla, sonrió y le devolvió el abrazo luego de sentir las mantas sobre ambos. Aiacos había comenzado a acostumbrarse al clima, aunque le parecía algo sensible a los cambios, prefería ir bien abrigado y pasar la mayor parte del tiempo junto al fuego, o debajo de las mantas dónde lo arrastraba con él. Entonces mágicamente, entre besos y abrazos el juez parecía olvidarse del Clima, y no volvía a emitir ninguna queja hasta que de nuevo era hora de levantarse.

5 Neutro

Siempre había cuidado mantener un gesto neutro, trataba de evitar que otros pudieran ver a travez de sus expresiones y adivinaran sus pensamientos, aquello era algo que había aprendido y que acostumbraba aunque tal vez al principio fuera simplemente que no era tan expresivo como otros niños.  Había encontrado en ello algo que se acomodaba a su personalidad tranquila.

Y de cierto modo le enorgullecía no dejarse llevar tan fácilmente como otras personas. Por eso le descolocaba tanto estar junto a Aiacos, el espectro parecía tener una habilidad extraña para leerle, cuando estaba a su alrededor de pronto Aiacos sonreía y acariciaba su cabello decía un par de palabras y le dejaba nuevamente asombrado, adivinaba cuando estaba buscando otro abrazo, cuando quería contarle alguna cosa sobre los entrenamientos, adivinaba que libros le estaban gustando o aquellas cosas que le molestaban, el juez le seguía sorprendiendo.

— Lo se, es una mesa un poco grande para el tamaño de esta cabaña, pero por el modo en que la mirabas es obvio que te gusta… — Aiacos sonrió y paso la mano por la madera tallada. —  Es una buena mesa, y esta bien cuidada…

— ¿Cómo la…? —

Aiacos alzó una ceja y luego sonrió despacio. — La compre, es obvio que tuve que pagar bastante, es una herencia familiar según dijo el anterior dueño, pero no puede quejase, pague bien por ella y a mi me parece que vale cada moneda…— Aiacos se sentó junto a la mesa y apoyó el rostro sobre la palma de su mano. — Menos mal que tienes un novio que se preocupa por tu comodidad … — La sonrisa de Aiacos se amplio.

—Es demasiado grande para este lugar. —  suspiro y se acerco a acariciar el tallado de la mesa… Aiacos le abrazo por la cintura y lo atrajo para volver a abrazarle.

— por ahora.

6 Razón
Aiacos sonrió extrañado pero no se aparto, le estrechó con más fuerza e incluso besó su frente, el juez no hizo comentario alguno ni ese día ni ningún otro de los que se repetían, para ambos estaba clara la razón de aquello, no se abrazaba a él y metía las manos dentro de su chaqueta porque tuviera frío, la única razón es que le gustaba la sensación de estar así de cerca, se sentía cómodo y Aiacos no hacía nada por incomodarle, en lugar de señalar aquello continuaba con sus pláticas como siempre, como si aquello no tuviera importancia, como si fuera algo normal entre ellos.


7 Ogro

Era un Espectro después de todo, estaba claro que no era uno de los buenos, mucho menos un Santo, podía hacer bromas mal intencionadas, travesuras, disfrutar de vicios y actitudes pecaminosas, podía ser un ogro cruel si lo deseaba, pero al lado de Camus rara vez sacaba ese lado suyo.

Prefería pasar los días tranquilamente a su lado, observando a Camus mientras entrenaba, malcriando a los cachorros, buscando alguna actividad con que entretenerse mientras Acuario estaba ocupado, besar sus labios siempre que tuviera oportunidad.

8 Mechón
Le acarició la espalda por debajo de las mantas, sintió como Camus se acomodaba en su hombro y lo escuchó suspirar, la cabaña estaba oscura y solo podía ver un poco el perfil de Camus gracias a las flamas que aun ardían en la chimenea, acarició su cintura y dio gracias a que Camus soportaba tan bien esos climas, de no ser así se la habría pasado los últimos días echando leña al fuego para evitar que el francés se enfermara, aparte de su propio frío claro esta… Nunca le gustaron las prisiones heladas, probablemente era culpa de su alma griega, y su relación con el Induismo como Garuda, aunque como espectro podía hacer algo para evitar morir de frío, nunca se sentía del todo cómodo en bajas temperaturas.

Su mano libre acarició su nuca y se entretuvo jugando con un mechón de su cabello, sonrió y besó la frente del francés, bueno… nunca antes se había sentido cómodo con bajas temperaturas, pero cuando se trataba de Camus podía hacer una excepción a sus propias reglas.

9 Hazaña
Había sido toda una hazaña mantenerlo en secreto todo ese tiempo, había pensado que tal vez sería más difícil, incluso estaba mentalizado al hecho de que no lograría ocultar a Camus aquel secreto por demasiado tiempo. Por eso aquello le divertía, la cara de sorpresa y desconcierto de Acuario era evidente aunque no tardo mucho en intentar ocultar su reacción.

Aquella era la sorpresa que tenía días preparando y que solo había causado curiosidad en el francés, como podía hacerle una "gran sorpresa" mientras salí a entrenar o al pueblo, cuando pasaba la mayor parte del tiempo abrazando a los cachorros o echando leña al fuego para no sufrir tanto el frío. Ahora que veía la sorpresa entendía mejor el que hubiera podido mantenerla oculta.

Aiacos nunca había "hecho" algo aparte de planear e inspeccionar o pagar la mano de obra… Lejos de su cabaña donde Aiacos se la pasaba debajo de las cobijas observándole, había comprado un par de tierras, una pequeña zona casi boscosa, y ahí había hecho construir una cabaña más grande y más cómoda…

— Esta no se nos va a caer encima aunque la nieve se junte una semana completa. — Sonrió escuchando al Espectro y miró el lugar… no era una mansión, pero sin duda era más cómoda y hogareña… Los perros corrían alrededor de la casa olfateando rastros de conejos… — aquí estaremos más cómodos, y no esta demasiado lejos de tu lugar de entrenamiento.

— ¿Cómo conseguiste todo esto…? —

Aiacos sonrió y le besó los labios — Lo pague con cuerpo. — La sonrisa de el espectro se amplió con su gesto y le besó de nuevo. — Tengo algo de dinero… no creerías la cantidad de gente que se muere y deja "escondida" su fortuna… —

10 Fondo

Se quedo observando a Aiacos sin saber que decir, durante días había estado pensando en la forma de agradecerle a Garuda por estar ahí a su lado, era obvio que el clima y el lugar le incomodaban, no toleraba bien el frío, había pocas comodidades, pocos libros y aunque tenía a los cachorros para entretenerse sabía que la única razón del Espectro para estar ahí era él.

Sintió que le ardía el rostro aunque no estaba seguro de que se notara, estaba tocando fondo nuevamente y sus emociones estaban por salirse de control, ni por un solo momento se le habría ocurrido tener otro lugar para vivir "juntos" donde ambos pudieran sentirse más cómodos, había continuado pensando en aquello como unas pequeñas vacaciones para ambos, luego cada uno a su patria y a seguir buscando el modo de verse…

— ¿Sigues vivo? … — asintió con la cabeza y abrazó al espectro, recargo el rostro contra su hombro y comenzó a hablar en voz baja, no notó que de nuevo lo hacía en su idioma natal, que una vez mas el otro le escuchaba en silencio sin interrumpirle con sus bromas ni una sola vez.

11 Cruz
Había permanecido en silencio mientras Camus hablaba, sonreía de lado escuchándole, y agradecía que Acuario apartara la mirada, sentía que su rostro se había cubierto de rojo por culpa de sus palabras, acarició su cabello y besó su oído mientras esperaba a que retomara el control de sus emociones, y de paso esperaba a poder tomar el control de las propias…

Había olvidado que la simpleza de las vidas de aquellos sirvientes a Athena se extendían a sus aspiraciones, no aspiraban una casa, o un lugar propio, no aspiraban comodidades o objetos solo por el gusto de "poseer aquello" … Probablemente nadie en el Santuario se imaginaba una vida donde no defendiera un templo que era tanto su hogar como su puesto de trabajo, no imaginaban otra vida que no fuera entrenando y combatiendo… Suspiro pensando que era un desperdicio haber recuperado sus vidas para quedarse encerrados como gorriones en jaulas…

Beso de nuevo el oído contrario y estuvo por hacer alguna broma sobre la envidia que sentirían sus amigos si sabían la clase de vida que llevaban, pero antes de poder pronunciar palabra uno de los cachorros se acerco a reclamar la atención de sus dueños, intentó ignorarle pero el animal ladró.

— Parece que Cruz quiere atención… — Camus se apartó de él y miró al cachorro. "Aun no entiendo porque les has puesto esos nombres…" sonrió y besó su mejilla. —  Para presentarlos diciendo "esté es mi karma y esta es mi cruz… " —  Acuario sonrió levemente y negó con la cabeza, se acercó y besó sus labios antes de que pudiera protestar de nuevo por los nombres. — y yo puedo ser tu condena. — sonrió contra sus labios y volvió a besarle.

12 Digno
Estaba quieto observando fijamente al rubio frente a él, podía imaginarse a Aiacos a su espalda sonriendo lentamente, ese gesto tan común en él cuando algo le divertía, en este momento no podía culparle, estaba consiente de que el gesto en el cara de Milo era digno de una fotografía para la posteridad.

Escorpio no se atrevía a hablar o tal vez no encontraba las palabras, y él no encontraba como romper el silencio incomodo, ahí estaba en una cabaña de lo más acogedora, con su "pareja" y con un par de perros… "Cruz y Karma… "  dudaba mucho que aquello fuera lo que Milo esperara encontrar al venir a visitarle…

Suspiro, casualmente el parlanchín de Aiacos se había quedado mudo en el momento justo en que necesitaban de alguien para romper el hielo… le hizo una seña a Milo para que entrara y fue a servirle algo caliente para beber.

13 Torpe
Karma era algo torpe, pero le daba la oportunidad de no tener que estar con esos dos, sabía de sobra que Milo no tenía más que buenas intenciones pero había metido demasiada tensión entre esos dos que antes habían sido tan buenos amigos. Tomo las botas que Camus le había regalado, se metió dentro de todas las chamarras que encontró y se cubrió el rostro con una bufanda, llamo a los cachorros… que de cachorros ya no tenían mucho y salió a caminar con ellos entre los árboles de los alrededores, juntando algunas ramas para usarlas en la chimenea.

Los perros corrieron, cazaron, algunas veces intentaron derribarle, y en un par de ocasiones lo lograron. Volvió con más nieve que leña pero al volver parecía que los dorados se encontraban más relajados, incluso divertidos.

14 Glacial
Se abrazó a uno de los cachorros y negó a la oferta que le hacían, hacía un frío glacial allá afuera, apenas y soportaba salir a caminar por leña, de ningún modo madrugaría al día siguiente para ir a entrenar con ellos. Se sentó en la mesa y agradeció el vaso con té caliente que Camus le entregaba.

"Estoy sorprendido de verte sufriendo tanto por el frío…" sonrió al oír el comentario de Milo y dejo que Cruz se recargara en su pierna, acarició sus orejas y miró de nuevo a los dorados. " para ser honestos, Camus, casi me da envidia, una cabaña tranquila, un par de perros… " Milo sonrió de lado "Solo tu pareja no es gran cosa, pero supongo que sigue la linea de lo "modesto" … aunque tenga tanto ego."

Sonrió y bebió de su té — No hay necesidad de que te de envidia… hay muchas tierras en venta por aquí, en caso de que no quisieras construir aquí, este tipo de trabajos, ayuda de a la gente del pueblo…—

Milo alzó una ceja y se rió "¿Sugieres que me vuelva su vecino? " …

— Sugiero que una vida así no es tan complicada, todos ustedes la podrían haber tenido desde hace tiempo. —

"Sugieres entonces que abandonemos el Santuario" …

— Sugiero que hagan otra cosa aparte de trabajar. —

15 Variable
El tener a Milo viviendo en la antigua cabaña había sido una variable interesante a la rutina de sus días ahí. Aunque odiaba el frío y no lo admitiría en voz alta, había sido divertido verse involucrado en guerras de bolas de nieve y no solo en discursos… aunque era obvio que había perdido mucha ventaja, si bien Camus se había puesto de su lado y Karma había tacleado al rubio, no pudo ganar una sola batalla, y la mayoría de las guerras habían empezado cuando menos se lo esperaba.

Milo se quedo más días de lo que le habría gustado, y cuando se marchó parecía estar lamentando su vuelta a las playas Griegas, probablemente ya pensaba en lo que le diría a los demás. "Lo hemos perdido, Camus esta jugando a la casita con Aiacos… hasta han adoptado un par de perros, no tarda en mandarnos una invitación a la boda por correo."

16 Golpe
El golpe lo tomo por sorpresa igual que las palabras del Espectro, contuvo el aliento un momento y se mordió los labios mientras observaba la sonrisa contraria. Las manos de Aiacos le sujetaron por la cadera y lo ayudaron a moverse, jadeo despacio y se abrazó al Espectro mientras se movía sobre su cadera, mordió el mentó de Aiacos, no estaba seguro de que pensar de aquella nalgada, y de momento solo podía responder a los besos, y caricias que staba recibiendo.

17 Buzón
Colocó ese buzón frente a la cabaña, sabía que en un lugar tan alejado del mundo no era como que fueran a recibir muchas cartas, pero si tenía que volver al inframundo su mensajero podía dejar ahí las cartas y paquetes, además Paraoh estaba siempre de malas cerca de Camus, de este modo si había algo que necesitará entregarle tan solo necesitaba dejarle en el buzón, hacia su trabajo y de nuevo el buzón servía de medio con el inframundo.

18 Ilusión
Había vuelto al santuario tal y como era su deber en la fecha exacta, sin retrasos de ningún tipo. Había dado su reporte, había confirmado las palabras de Milo, había hablado de la pequeña cabaña que había compartido con el espectro, había participado en los entrenamientos había ayudado en el trabajo como era su deber, felicitaba a Hyoga por sus progresos y le aseguraba que pronto sería realmente digno de tomar el lugar de su maestro.

Vivían días tranquilos y pacíficos pero no podía negar la ilusión que le provocaban las cartas del Espectro y la perspectiva de pasar otra temporada juntos en aquella cabaña.

19 Asesino
Volver al Santuario luego de aquella ausencia le hacía notar con más facilidad los cambios que se habían hecho en su ausencia, notaba que algunos caminos y algunas cabañas habían sido reconstruidas, y notaba como algunas de esas personas que tenía frente así parecían haber olvidado casi por completo que compartían sus días, deberes y comidas con alguien que podía haber sido el asesino de su mejor amigo, de ellos mismos, de aquello que habían deseado proteger…

Oía mucho sobre su "nueva vida" sobre su intento de vivir una vida normal y tranquila, algo sencillo, pero podía notar que no era el único esforzándose en continuar.

20 Humilde
Nunca le había puesto peros a su forma de vida, sabía que era un Santo de Oro, que el entrenamiento arduo debía ser la prioridad en su vida, y una vida humilde era parte de todo aquello, no había entendido nunca las quejas y comentarios de Aiacos sobre dinero, comodidades, alcohol… Era un hombre sencillo, un soldado que tenía suerte de su rango pues le permitía más comodidades que a muchos.

Era cierto que no vivían rodeados de lujos, o joyas pero no se imaginaba criando a Hyoga e Isaak de otro modo, eran lo que eran… Soldados, y los privilegios debían ser ganados.

21 Palma
Aveces le sorprendía, otras veces le alegraba y otras veces le desconcertaba. Era extraño para él pensar en que Aiacos le conociera como la palma de su mano, de vez en cuando su reacción era muy obvia, su desagrado claro o su curiosidad quedaba al descubierto; pero nunca había conocido a alguien como Aiacos que con solo verle un momento leyera en él con tanta facilidad…

Lo peor, o lo mejor era que Aiacos nunca alardeaba de ello, sonreía levemente y le estrechaba, recibía un beso o le preguntaba casualmente si quería un café, si estaba cansado, si había tenido suerte con la cacería … como si todo surgiera de él cuando obviamente solo le ayudaba a llevar la conversación hacia el lugar que le interesaba…

Lo más terrible era las veces que se había quedado con la boca abierta, sin atreverse  a hablar y el Espectro había contestado "También te quiero" como si lo hubiera dicho tan claro y tan alto que el otro se veía obligado a contestar.

22 Zalamería
Sonrió levemente viendo como Kiki usaba toda esa zalamería que había aprendido de Mu, era obvio que el caballero de Aries era muy buen Maestro en más de una cosa porque el pequeño heredero de Aries había aprendido perfectamente aquel arte. Acarició el cabello de Kiki y le aseguro que le llevaría a conocer su nueva casa, y a sus nuevos perros si prometía comportarse y entrenar como era debido.

Como respuesta una nueva lluvia de palabras cariñosas e incluso besos en la mejilla le habían caído encima y antes de que pudiera hacer nada Kiki se había escapado usando su transportación para avanzar más rápido por aquellas escaleras, corría rumbo a Aries para contarle al Maestro Mu que había accedido.

23 Obvio
Era obvio que en realidad Mu no tenía pensado dejar que Kiki fuera con Camus, al menos no por ahora. Sabían que Camus iba de escapada romántica y preferían darle a Acuario algo de espacio para el reencuentro con su pareja, el pequeño Aries había renegado y llorado con tanto sentimiento que estuvo a punto de aceptar llevarle con él pero Mu apenas y había cambiado de cara, había pellizcado las mejillas del menor y le prometió que irían juntos en un par de días a alcanzar a Acuario, de ese modo Camus tendría tiempo para preparar las cosas para sus visitas.

24 Juego
El juego en realidad era bastante simple, así que no tuvieron ningún problema en sumarse a Mu y Kiki, que tal como habían prometido habían llegado un par de días después a aquella cabaña. Kiki prefería correr con los cachorros, jugar en la nieve y hacer muñecos a los que adornaba con ramas caídas y otras cosas que encontraba.

De ahí había nacido esa extraña competencia, "El que haga el muñeco de nieve más parecido a Alde ganá" … Todos los adultos se miraron entre si, sonrieron levemente y comenzaron a juntar nieve para sus propios muñecos mientras Kiki hacia trampa y se transportaba para robar un poco de nieve aquí y otro tanto allá.

25 Licor
El licor era algo que Aiacos disfrutaba desde hace años, usualmente prefería las cervezas pero aseguraba que podía beber desde alcohol para desinfectar hasta vino para consagrar siempre que pudiera tomarlo directamente de la boca de Acuario, quien nunca quiso poner a prueba aquellas palabras y aun así no logro evitar que Aiacos le besará en medio de algún trago que daba a sus cervezas.


26 Quebrado

Aiacos sonrió de lado, no había pronunciado palabra pero en sus gestos se entendía perfectamente la frase "te lo dije" … La nieve había sido tanta que el techo no pudo con tanto peso. Se había quebrado en medio de aquella noche de tormenta… Evidentemente para él no hubiera sido gran cosa, tal vez las tablas podrían haberle lastimado, las primeras capas de hielo podrían haberle hecho un corte, pero el frío no era problema…

En cambio imaginarse ahí a Aiacos… el o cualquier otra persona del pueblo que hubiera intentado refugiarse ahí de la tempestad, hubieran muerto congelados… — Será mejor convertir esos restos en leña para la estufa… — asintió a las palabras de Aiacos y contemplo otro rato los restos de lo que fue una vez, su casa y su refugio.

27Receta

Aquella receta era algo que preparaba desde hace demasiado tiempo, la tenía originalmente de una mujer a quien le compraba comida en el pueblo, pero luego había ido modificando aquella sopa a su gusto, añadiendo y quitando cosas hasta que finalmente había decidido mantenerla tal cual la servía ahora para Aiacos.

El espectro se sentó a la mesa con él y volvieron a cenar mientras conversaban, Aiacos subía el tono de voz de vez en cuando con forme se apasionaba o no por un tema, siempre recibía un par de palabras halagadoras, luego un par de besos mientras bebían algo de licor, la plática se extendía otro poco antes de que finalmente limpiaran la mesa, y para finalizar Aiacos le tomaba en brazos para llevarle hasta la cama donde volvía a quedar desnudo.

Parecía que habían encontrado la receta para tener otra noche perfecta.

28 Collar
Le extraño volver de entrenar y que Aiacos no se encontrara en la casa, aprovechó el tiempo y se dedico a juntar algo de leña mientras esperaba que el Espectro y sus perros volvieran de donde sea que hubieran ido. Había ocaciones en que Aiacos les había llevado al mismo infierno así que sabía que no tenía caso ir a buscarles.

Los ladridos de Karma le avisaron que estaban de vuelta, acarició al cachorro, que estaba enorme y miró que de su cuello colgaba una placa con el nombre "Karma" … sonrió y recibió a "Cruz" comprobando que también tenía una placa nueva al cuello.  — no era necesario que les compraras una placa, aquí todo mundo sabe que son nuestros perros, no se perderán… —

Aiacos sonrió y rebusco entre sus ropas hasta dejar a la vista su collar— era para que fueran a juego con la mía… — Aiacos le mostró la inscripción "Propiedad de Camus, no tocar" … Sonrió de lado y besó los labios del Espectro.

— Tampoco hacía falta, todo mundo sabe que eres mío… —

29 Demostrar
Se sentó a su lado y sintió como Garuda le abrazaba de inmediato, sintió un beso en la mejilla y alzó el rostro para observar a Aiacos, siempre le asombraba su facilidad para demostrar cariño, no era una persona seria, o callada, a pesar de su lúgubre trabajo siempre estaba sonriendo, siempre le regalaba un beso en el rostro o acariciaba su cabello, y aunque ahora sabía que siempre era así, sabía el "porque" Aiacos le trataba distinto, o por que no se sentía incomodo… ocasionalmente volvía a asombrarse de su personalidad.

— Te amo, Camus.—

— … lo sé… —

30 Luminiscencia

Las luces del norte conocidas eran un buen ejemplo de luminiscencia, había enseñado fotos a Kiki, le había explicado varias veces como eran, pero nada se comparaba con verlas en persona, aquellos días que el pequeño y Mu habían pasado con ellos había visto su expresión de asombro cada que su vista se posaba en aquellas luces…

Sintió como Aiacos le abrazaba por la espalda y luego un beso cayó sobre su mejilla — … ¿Ya extrañas al enano? … — sonrió y asintió con la cabeza, se giró para devolver el abrazo y se recargó contra Aiacos. — … tal vez puedas pedirle a Mu que lo deje venir más seguido…

Sonrió escuchándole — ¿No te molesta? … —

— No, me gusta verte feliz, así que no hay razón para estar molesto si viene.… pero con Milo es un poco más difícil… — sonrió más amplió y besó los labios del Espectro.

Notas finales:

Esto fue por el puro gusto de seguir escribiendo de estos dos, saludos y gracias por seguir leyendo. 

 

Gracias Cid por ese Camus que enamora.


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