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20000 leguas viajando a tu lado por distance

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Notas del fanfic:

Este fic es un universo alterno del universo cinemático de Marvel, de la pareja STony (Tony x Steve)

Notas del capitulo:

Hace mucho que no publico un fanfic así que espero les guste! y si es así porfavor déjenme un review. Prometo seguir actualizando <3

1.- La invitación


 


Me preparaba para asistir a mi estudio como cualquier otro día y como de costumbre, sin novedades por aquí. Como siempre, James o como cariñosamente lo hemos llamado, “Bucky”, ya había servido el desayuno y me preguntó como cada mañana- ¿Le sirvo lo de siempre al señor? - con calma le respondí -Hoy solo tomare algo de té, Bucks- -Entonces supongo que tendré que darle al perro el desayuno del señor, a este paso el pobre animal habrá duplicado su tamaño al punto que sus pobres patas no podrán sostenerlo- Le sonreí derrotado y sentándome comencé a comer. 


James era un joven de unos 18 años, el cual acogí como mi protegido hace un par de años, la guerra dejo muchos huérfanos y para la mayoría de ellos es casi imposible encontrar un hogar, en especial cuando son adolescentes. Cuando recién llegó era un muchacho bastante delgado y tímido, al pasar de los días descubrimos, su apasionante atracción por la biología y el resto es historia. Fueron horas interminables las que pasábamos en mi estudio, clasificando e identificando todos los seres vivos habidos y por haber. Precisamente ahí, desarrolló esa fascinación por la clasificación de las especies, contribuyendo, así como co-autor en algunas de mis últimas publicaciones. Pero creyendo que me debía mucho más, decidió convertirse en mi asistente y en contra de mi voluntad empezó a hacerse cargo de muchas de las actividades de la mansión y de mi persona. Para mí, Bucky es como un hermano menor, aunque muchos dirán que su sentido de la responsabilidad y el deber superan a su edad. 


Realmente no sé qué clase de expresión mostré mientras comía mis panecillos con mermelada como para suscitar la curiosidad de Bucky  


- ¿Le pasa algo al señor? Le he estado llamando un par de veces, pero tal parece que esos panecillos podrían ser más interesantes de lo que aparentan-  dijo esto en un tono mezclado entre burla y curiosidad 


-Nada mi querido Bucky, dime, ¿Qué es eso que traes en las manos? -


 -Justo lo que trataba de decirle al señor, le han enviado esta carta y parece ser muy importante, en el remitente se lee; “La Casa Blanca, Washington D.C”- 


- ¿Casa Blanca? ¡Pero muchacho, eso suena más que importante! Podría ser de gravedad nacional, ¿Por qué no me lo has dicho antes? -pregunté exaltado, cambiando los bollos por aquel papel amarillento.


-El señor parecía más interesado en los bollos- 


 -En un momento sabremos lo que contiene. ¿Un telegrama? - Leí el corto mensaje tantas veces que creo que lo memorice.


 


- ¿Y bien? ¿Qué le mandaron decir al señor? - preguntó Bucky con genuina curiosidad. Recargándome en el asiento de la silla comencé a masajear mi barbilla y a fruncir el entrecejo, suspiré profundo y volví a leer el telegrama.


 - ¿Tan grave es? ¡¿Será que los Estados Unidos le declarará la guerra a Francia?!- volvió a preguntarme Bucky con un aire de angustia y girándome le contesté con una sonrisa.


 -Créeme cuando te digo, mi querido Bucky, que yo sería al último a quien el departamento de defensa de los Estados Unidos contactaría para hacer una declaración como aquella, sin embargo, este telegrama me parece de los más extraño. Se me hace una cordial invitación a formar parte de la tripulación del Abraham Lincoln, la cual tiene como misión salvaguardar la seguridad de los mares y por ende del mundo. Me parece bastante raro- concluí dando un sorbo a mi te.


 - ¿Invitación? Más bien parece una orden marcial. Y ahora que lo menciona el senior, justo ayer leí en el Le Monde que algunas embarcaciones inglesas y estadounidenses han estado sufriendo bajas por un misterioso objeto submarino no identificado. De hecho, no se ha confirmado, pero se cree que este podría estar relacionado con un posible naufragio. - Me comentaba Bucky mientras rebuscaba entre algunas pilas de periódico que se encontraban sobre una mesita en la que suele acumular este tipo de papel.


 -Entonces, ¿Embarcaciones de los grandes países del mundo? - Cuestioné casi para mí mismo.


-Solo faltando Francia, señor- Señaló Bucky mientras me extendía varios tirajes que se relacionaban con ese incidente marítimo. Asentí y comencé a leer, en efecto, los gobiernos de estos grandes países estaban sumamente preocupados y tenían razones para estarlo. Justo en este momento, algo se encontraba destruyendo sus inhundibles barcos, destrozando embarcaciones y generando pérdidas millonarias. Puedo entender todo eso, ¿pero porque me buscarían? ¿Acaso sospechan que un animal marino es capaz de semejantes hazañas? He estudiado la vida marina por casi toda mi vida y puedo decir con certeza, justo ahora, que no existe animal alguno que pudiese perforar los cascos de tales barcos. ¿Un cachalote quizá? ¿Ballenas, tiburones, delfines? La sola de idea del descubrimiento de una nueva y rarísima especie me llenaba el corazón de emoción. Tendríamos la oportunidad de adentrarnos en el mar, con sus misteriosas criaturas, seguro que a Bucky le encantaría cambiar el aire Parisino por uno más fresco. Estaba decidido.


-Entonces, ¿Qué decisión tomo el señor? - Sin darme cuenta, Bucky ya había leído el telegrama que me habían enviado.


-Mi querido James, debemos ser rápidos para empacar, sin olvidar los libros y algo de té. No tenemos tiempo que perder, debemos llegar a Nueva York a tiempo para zarpar en el Abraham Lincoln. - Estaba seguro de que a Bucky le emociono bastante esta decisión, en un abrir y cerrar de ojos mi estudio, y por supuesto el resto de mi mansión estaba patas arriba. Papeles, libros, plumas, tinta y maletas por doquier. Nos aseguramos de llevar todo aquello que creímos necesitar para cumplir nuestra misión a bordo. Al tiempo llegó el coche que nos llevaría a tomar el tren más cercano para embarcarnos a Estados Unidos. El cochero nos hizo notar que llevábamos bastante equipaje, un tanto molesto, que pudimos fácilmente arreglar con una generosa propina. El viaje fue placentero, aunque cansado. Bucky no dejaba de asombrarse, sin duda alguna Nueva York era una impresionante ciudad cosmopolita. Era una lástima que no tuviéramos planeado pasar días de ocio por ahí, a dura penas llegamos dentro del tiempo señalado, pero esto no pareció afectar en lo más mínimo a James. Pasamos una noche en un elegante hotel, todo patrocinado por el gobierno estadounidense por supuesto y hoy era el día. 


- ¿Estás nervioso Bucks? Aun estás a tiempo de arrepentirte- dije mientras veía como nos acercábamos al muelle.


-A donde sea que vaya el señor yo siempre lo seguiré- dijo sonriendo mientras sujetaba su pequeño maletín.


-Pero recuerda que también es bueno probar cosas nuevas-


-Probaré cosas nuevas con el señor. Gracias por dejarme acompañarlo, es bien sabido que usted disfruta hacer su trabajo a solas- 


-Muchacho, ¡disfruto mucho tu compañía! Ademas, considero que esta es una excelente oportunidad para tu crecimiento académico- concluí poniéndome de pie ya que finalmente habíamos llegado a nuestro muelle de salida.


-Tengo tanto que agradecerle al señor, usted ha sido como un padre para mí-


-Ni lo menciones Bucks- sonriendo, le di una palmadita en el hombro y bajé del coche. Justo frente a nosotros se encontraba un hombre alto, de presencia corpulenta y con un parche en su ojo izquierdo que nos recibió con palabras amables que no coincidían con su tono de voz.


-Señor Profesor Rogers, sea bienvenido. Temíamos que no llegaría a tiempo. Mi nombre es Nicolás Fury y yo seré su capitán- me extendió la mano para estrecharla y tomándola le contesté.


-Es un gusto estar aquí capitán, espero poder ser de ayuda- 


-La verdad dudo que esa cosa sea un animal, pero si es así, confiamos en que usted podrá decirnos a que nos enfrentamos profesor. Le ruego que no lo tome a mal, pero creí que un profesionista con sus credenciales sería un poco más…- Comentó esto mientras me observaba, tratando de cuidar sus palabras, pero decidido a concluir lo que había enunciado. 


- ¿Mayor? Con mis 35 años y 15 de experiencia, le puedo asegurar, que, si es un animal marino conocido por el hombre, podré identificarlo y el mozo Barnes podrá, sin duda alguna, clasificarlo- dije mientras acercaba Bucky a mi lado con la intención de presentarlo. 


-Que así sea profesor, por favor, no demoren más. El Abraham Lincoln está por zarpar- El hombre sonrió, satisfecho por mi respuesta y se hizo a un lado para permitirnos el paso por el puente elevado.


 

Notas finales:

Quizá el principio fue algo lento pero les prometo que entraremos

en materia pronto!


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