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La propuesta por Ana Reiko

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Ambos hemos cargado con muchas cosas...siempre quise enfrentarte y ganarte...hasta tú lo sabes, Sasuke.

Esta será nuestra última batalla, Naruto...

Pero, Sasuke, ahora yo solo quiero...

Cuando Kakashi contempló como una onda de expansiva salvaje se desató trayendo escombros atrapados en vientos endemoniados hasta la ubicación, donde aguardaba junto a una inconsciente Sakura, se percató que la batalla del valle del fin únicamente estaba empeorando.

Apretó el puño dando un pequeño golpe sobre su muslo, con ese simple gesto descargó su impotencia de no poder hacer nada para calmar los ánimos entre sus alumnos, Naruto y Sasuke.

Mientras tanto, a miles de kilómetros, en el campo de batalla las consecuencias del choque entre dos ataques con un alto poder destructivo ya eran palpables tanto en la tierra como en el cielo.

No sólo habían desgarrado el cielo con miles de relámpagos y destrucción de nubes de tormenta. Las dos estatuas de Hashirama Senju y Madara Uchiha había sido reducidas a ruinas, la cascada se había evaporado y toda la superficie fue devastada, a tal grado de que se abrió un cráter. En esa brecha accidentada cayeron dos figuras desde el cielo.

Sasuke fue el primero en aterrizar con violencia en el terrero pedregoso, soltando un fuerte quejido de dolor acompañado de un hilillo de sangre, su espalda había recibido todo el impacto. Además, una vez que se disipó el polvo, se pudo observar que había perdido parte de su indumentaria, por ejemplo habían desaparecido el Hakama azul tubular, que estuvo situado desde la mitad de su estómago hasta sus rodillas;adicionalmente también fue destruido el cinturón de cuerda morada que ataba en arco alrededor de la hakama en el que llevaba su espada. Además su ropa restante se maltrató, pero en menor medida, se veía eso desgaste en la camisa blanca de mangas cortas y en su pantalón azul marino oscuro.

Por su parte, Naruto solamente contaba ahora con una camisa de malla de manga larga y sus pantalones naranjas cubriendo su cuerpo. En las mismas condiciones físicas como su ex compañero de equipo, debido a la caída, pero sin perder el espíritu se levantó prontamente ejecutando su técnica de Kage Bushin no Jutsu.

El Uchiha, quien apenas tenía alientos para incorporarse, se obligó a elevar su guardia, pues sus ojos enfocaron en ese ninja tonto cabeza hueca que estaba creando tres clones, que se dispersaron a la brevedad con el objetivo de seguir una estrategia desconocida.

Decepcionado porque su ataque no fulminó al último inconveniente que estorbaba en su revolución. Convocó a su confiable técnica ocular Amateratsu para asesinar a Naruto con ese fuego negro, sólo para darse otra desilusión al notar como se deshizo de la llamas al aislarlas sobre una fracción del chakra del Kyubi.

Volviendo a la carga, casi arrastrando lo pies, el Jinchuriki se acercó lentamente al azabache, quien tuvo un retraso en su reacción a causa
del poco control sobre su nuevo Rinnengan, momento que aprovecho el rubio para saltar y patearlo en la quijada mandándolo a volar. Justo ahí fue recibido por los otros clones que a base de guantazos y patadas en el estómago y espalda, hicieron que se elevara. De acuerdo a la técnica, el Naruto original le daría un trancazo final que lo dejaría fuera de combate. Sin embargo con lo que no contó fue que el Sharingan le avisaría de dicho movimiento a su usuario,y lo que se suponía que fuera una trompada única fue una doble al unísono entre los dos contendientes.

Posterior al golpe, rodando por el suelo, Uchiha demostró una maestría en su tiempo de respuesta, se desprendió de una de la cintas de su muñeca, convocando a shuriken mediante su tatuaje de invocación. Las armas blancas las lleno de su chakra de elemento rayo y las lanzó hacia los clones que previamente lo habían agredido, cayendo al suelo por unos segundos.

Con los clones paralizados, y apuntó de desaparecer, Sasuke resolvió atacar con un pequeño chidori al clon que él supuso era el Uzumaki original, pero se equivocó, siendo atrapado por las manos del contrincante y dejándolo expuesto a un nuevo embate. Ahora sí, el rubio lo golpeó tanto a él como al clon, este último desapareció en un estallido, mientras el Uchiha fue lanzado violentamente por el suelo a causa del gol pazo suministrado en la cara.

Con la respiración agitada y algo cansado tanto por los combates colosales anteriores como por la actual confrontación física a puño limpio, Naruto hizo un rasengan con una sola mano, desplazándose en dirección de Sasuke, éste se vio acorralado no le quedaba ni chakra ni tiempo para hacer otro chidori.

Desgraciadamente, mientras el Uzumaki corría con ese chakra acumulado en espiral, sostenido en su mano derecha, se tropezó con el piso irregular, mordiendo el polvo.

Después de que Naruto se tropezó con una piedra inoportuna, perdiendo el rasengan que había formado exclusivamente para atacar a Sasuke. Golpeó el suelo frustrado, contemplando el pequeño agujero producido por su técnica desperdiciada inútilmente.

Este desliz fue aprovechado por su oponente, el cual lo pateó a tal grado que el cuerpo del rubio se dio vuelta, colocándolo boca arriba.

Naruto permanecía tendido en el suelo, de frente al cielo, con las piernas ligeramente separadas, y los brazos extendidos. Su caída había sido descuidada, y demasiado repentina, sin tiempo para adoptar una posición más favorecedora que le pudiera conceder una ventaja. No existía nada más trágico para un ninja que caer al piso dentro de una batalla activa, ya que eso implicaba que debías pensar rápido o escapar antes de que el enemigo se te viniera encima.

Estaba al tanto que se encontraba en una posición desventajosa y muy abierta a cualquier agresión, así que en el instante en que vio al portador del Sharingan sobre él, estampó débilmente la palma de su mano en el rostro de éste.

Sasuke sabía que sentándose sobre el Uzumaki se aseguraba una enorme ventaja, pues usar su peso como método de inmovilización era sumamente eficaz. De un manotazo, alejó la débil oposición que mostraba su rival. Tan pronto como tuvo sometido al rubio en el suelo, no perdió el tiempo para empezar a lanzar puñetazos sobre su rostro.

El Jinchuriki intentó resistirse al ataque, alzando sus brazos con el fin de defenderse, sin embargo el Uchiha no se lo permitió, sujetándolos de inmediato. Con esta acción, Naruto supo que estaba en una situación de "Defenderse o morir". Apretó los dientes y sacando toda la fuerza física que le quedaba guardada, se decidió a contraatacar.

Rápidamente agarró con fuerza las muñecas de Sasuke, frenando los embates violentos que éste le había propinado.

-¡Suéltame!-rugió el descendiente de Indra con tal furia que el rubio podría jurar que estaba a un ápice de perder el control. Adicionalmente luchaba por liberarse, atenazando y casi arañando las muñecas del otro ninja.

-¡No lo haré, no voy a dejar que te quedes solo'ttebayo!-declaró manteniendo el forcejeo, no iba a ceder tan fácilmente.

Pesé a que lo tomó por sorpresa escuchar que el Uzumaki había entendido su plan y lo que había en su corazón, no se permitió flaquear ni dudar, de lo contrario no sería capaz de concretar su soledad, y es que al eliminar al aspirante a Hokage no sólo se le daba luz verde a la verdadera revolución, la cual cambiaría el mundo ninja, sino que también podría despedir estos molestos sentimientos de amor no correspondido que lo afectaban.

Por su lado, Naruto procuraba no perder la brújula moral que lo había llevado a enfrentarse contra el Uchiha. Más allá del sueño revolucionario expresado, que amenazaba no sólo al sistema ninja sino también a sus líderes, lo que realmente incentivaba al Uzumaki a luchar era un motivo personal bastante íntimo,el cuál se resumía en una sola palabra: Amor.

Durante las batallas libradas con anterioridad, incluyendo la dupla de Obito/Madara, y la de Kaguya, comprendió que el lazo que compartía con Sasuke, poseía una magia distinta, no era un simple querer, era algo mucho más profundo, tan intenso que lo atraía inevitablemente hacía el alma y cuerpo del Uchiha. Cuando descubrió eso, supo que no podría seguír escondiéndose detrás de una fachada amistosa.

Atrapado en un callejón sin salida, entre su deber y su sentir, no pretendía ser el héroe glorificado por haber eliminado a un peligroso criminal rango S, ni tampoco tenía permitido morir y condenarlo a todo un infierno, lleno de desamparo y melancolía como el enemigo público número uno.

En un instante, uno de los agarres en su muñeca se soltó, antes de que aspirante a Hokage recuperara el control, el vengador le estampó un puñetazo en las mejilla con toda la potencia. Todavía con el puño aplastando su cachete, ipso facto el Uzumaki asió con fuerza la camisa blanca del pelinegro, atrayéndolo para darle una ofensiva con su cabeza.

Entonces un pensamiento pasó por su mente:

¡No voy a renunciar a ti!

Tal vez...sólo tal vez, si ponía a prueba el corazón del Uchiha, realizando un salto de fe, sería capaz de verificar si su corazonada era correcta.

Y con esa determinación, Naruto posó sus labios sobre los del Uchiha, al principio había sido una simple pero brusca presión, derrochando ternura en ese acto. Cubrió sus ojos azules con los párpados, a la par que liberaba la muñeca de su rival.

El receptor de la caricia abrió los ojos abruptamente, hasta su Rinnengan reflejó el asombro. Por primera vez estaba unido de forma física con la persona que consideraba su "One and only", algo con lo que solo pudo soñar en sus más íntimas noches.   Percibió las cálidas manos del rubio sobre sus mejillas, insistiendo con sus labios para que le permitiera profundizar el beso, y así da rienda suelta a una lucha húmeda y apasionada entre sus lenguas.

El portador del Sharingan empezó a rendirse a la diversas sensaciones y anhelos de su corazón. Cerró los ojos con pausa, un lindo sonrojo coronó sus mejillas, en automático empleó sus dos brazos para permanecer sobre el rubio y así poder disfrutar mejor. El dulce olvido producido por la tóxica ilusión del deseo y el amor  provocaba que desatendieran el lugar, el tiempo y lo estaban haciendo previamente. Sin embargo llevado por la pasión, Naruto deslizó rápidamente una de sus manos por la espalda, depositando su mano en su cadera para luego moverla al área de los glúteos, al mismo tiempo que alzó la cadera para tener más contacto con el propio cuerpo de su futuro amante.

Ese manoseo repentino rompió la burbuja de deseo vehemente en la que la mente de Sasuke estaba sumergida, regresándolo al campo de batalla. Reprendiéndose así mismo por ser débil y faltarle carácter. Consignando un nuevo guantazo a Naruto, quien seguía todavía embrujado con los labios contrarios a pesar de haberse separado de su amado hacia unos pocos segundos.

Seguidamente el vengador se apartó de inmediato, dando un salto largo hasta llegar al otro lado del riachuelo, remanente de la antigua cascada que se había sostenido rectamente por años ene el valle del fin.

-¡¿Qué demonios sucede contigo?!—reclamó Sasuke gritando con fuerza. Tenía fruncido el ceño y si hubiera tenido más chakra seguro le hubiera lanzado un Amateratsu.

Sumado a su reproche para sí mismo, el Uchiha contaba con el enojo de concluir que ese truco de seducirlo fue solo para absorber su chakra y con ello derrotarlo fácilmente. Afortunadamente no le permitió la entrada a su boca.

-¡Me has provocado'ttebayo!—acusó Naruto, quien luchaba por darse la vuelta y ponerse de pie. Ese último trancazo lo había tomado desprevenido y atontado.—Te has montado encima mío, cada vez que te balanceabas para darme de trompadas, tu cadera se meneaba, restregándose contra mi pene ¡No soy de piedra'tteba!

-¡Sólo un enfermo se excitaría en una situación así con un enemigo!—rebatió aumentando su furia, se sentía humillado debido a su propia debilidad, así que decretó como culpable al rubio.

-Tú no eres mi enemigo—objetó sentándose por fin en el piso gastado por las técnicas ninja—¿Acaso no leíste lo que había en mi corazón desde hace rato?

El último Uchiha hizo un voto de silencio, se negaba a confiar en esa demostración pasada, para su gusto fue demasiado súbita mas bien parecía un treta para manipularlo y hacerlo descender en sus palabras baratas y promesas huecas.

Al entrever que el azabache no daba indicios de continuar con la conversación, no le quedó de otra mas que añadir otro comentario, de lo contrario no llegarían a ningún lado.

—Bueno ya que finjes que no sabes de lo que habló, aunque hace rato hayamos tenido un besuqueo, tendré que ser más directo.—dictaminó abogando a la exhibición de pasión que tuvieron anteriormente. Inhaló y exhaló un poco de aire fresco para darse valor, y agregó:—
¡Te quiero! ¡Me gustas! ¡Estoy enamorado de ti, teme!

—¿Por qué estás tan obsesionado conmigo? Incluso a este punto de mentir...—cuestionó sin caer en las promesas de amor, no era ese tipo de personas que le lavaban el cerebro o se perdía totalmente en fantasías amorosos como Sakura. 

-¡No estoy mintiendo!—alegó, si existía algo que le molestaba es que el muy bastardo de Sasuke disertara sus argumentos con esa incredulidad—Admito que aquella vez que te dije que "Eras mi amigo" fue porque dudé sobre lo que sentía por ti y preferí decir eso, llámalo cobardía si quieres—informó por sí esa respuesta pasada en ese encuentro, se hubiese transformado en alguna espina de incertidumbre clavada en los recuerdos y juicios del vengador.

Entretanto Sasuke centró sus fieros ojos de tonalidad dispar en Naruto, como si estuviera irritado por su palabrería cursi y maquiavelica. Le resultaba increíble que los demás ninjas no vieran más allá y no sospecharan de la manera maquiavélica en que el rubio operaba.

Con un estado físico comprometido por la fatiga, pero con una voluntad de hierro, el Uchiha se incorporó por fin, mirando desde arriba a aquel sujeto por el cual suspiraba en ocasiones.

-Muy tarde, Naruto—sentenció siguiéndole la corriente, como si hubiera aceptado su palabra como verdad.

-No, aún podemos...—insistió poniéndose de pie con dificultad, durante toda la plática había estado casi postrado por completo en el terreno escabroso.

—Ya te lo dije, elige que deseas ser—incitó con frialdad preparando de nuevo la exposición de ese abanico de opciones, el cual mencionó en aquella reunión en el puente, justo después de asesinar a Danzo—El héroe de guerra, que me asesinó y libera a todos del Tsukoyomi o el último shinobi, esperanza de la humanidad, muerto en mis manos.

Naruto apretó los puños, el escuchar de nueva cuenta esas posibilidades, las alertas sonaron en su cabeza, tendría que pensar rápido una solución que pudiera convencer al portador del Sharingan.

-Elijo la tercera opción—anunció con determinación, con una certeza de acero, seguro de que sus palabras alcanzarían a su amado teme y despejarían cualquier atisbo de indecisión—Propongo mantener el Tsukoyomi infinito, y vivir juntos hasta que la muerte nos separe—presentó sonriendo de oreja a oreja como si su propuesta fuera la más justa del mundo.

Por segunda vez, Naruto apeló de nuevo a su viejo mote de  "Ninja número uno en sorprender a la gente", únicamente por que Sasuke no era muy expresivo sino indudablemente hubiese quedado con la quijada desencajada a causa de su estupefacción.

El Uzumaki siguió hablando, a pesar de que el Uchiha trató de disimular lo impresionado que estaba por esa locura que soltó.

—Así no tendríamos obstáculos para nuestra relación. No creas que no he pensado que si permanezco contigo no voy a recibir el escrutinio público, y no estoy dispuesto a soportar habladurías mal intencionadas acerca de mi pareja—concluyó de desarrollar su plan, el cual solucionaría cada uno de los problemas que surgirían gracias a elegirlo como su amante.

—Tú...—pronunció en un siseo, agitando su cabeza en forma negativa.

-¿Quieres una prueba?—preguntó como si esa negativa no fuera algo difícil de superar—Ven toma mi chakra restante—invitó abriendo los brazos en par en par, con esa mirada cándida, la convicción en su corazón y sin retroceder a su palabra—Pero con la condición de que mantendrás el Tsukoyomi infinito y serás feliz por el resto de tus días—negoció con astucia, básicamente había lanzado una imposición a modo de desafío.

Sasuke miró boquiabierto por el reto tan absurdo y la ridícula cláusula que venía incluida, ¿Desde cuando ese idiota estaba en la posición de condicionarlo?. Sonrió con prepotencia, soltando una ligera carcajada, era disparatado este escenario. Ni en sus más locos sueños imaginó que algo así sucedería, Naruto teniéndolo fe.

—Eres un estúpido, Naruto.—señaló después de controlar su risa—¿Aún confias en mí?-preguntó irónico.

—Si no tengo fe en la persona de la que me he enamorado, ¿qué clase de pobre diablo sería, eh?—preguntó con seriedad, no le había causado gracia alguna que el mismo Uchiha se mostrará como una persona no digna de confianza.

La sonrisa boba se les borró a Sasuke, apretó sus labios por unos breves instantes para posteriormente tensar la mandíbula, este teatro de que ese rubio hablador persistiera en esa actitud de amante sacrificado y enamorado, caído en la locura, lo estaba irritando cada segundo que pasaba.

—¡Muere, Naruto!—exclamó a modo de grito de guerra, saliendo disparado con las últimas fuerzas que le quedaban, invoco dos shuriken que acomodó entre los dedos de su mano izquierda.

Como un caballo desbocado arremetió contra su oponente, tirándole al suelo con violencia, y amenzándolo con cortarle la garganta con esas armas blancas. El rubio no opuso resistencia alguna, fue derribado una facilidad como quien dobla una rama, permaneciendo con esa mirada taciturna puesta sobre su atacante.

—Puedes hacer lo que quieras conmigo, si quieres mi vida adelante, este es mi último recurso, sólo sé libre te lo pido—comentó con voz pacífica, resignado a su destino mortal si así lo quería el otro—No tienes que convertirte en el enemigo público del sistema, Sasuke.

El Uchiha empezó a respirar con agitación en cada exhalación, tenía frente a él la oportunidad de realizar su revolución, solamente tendría que degollar al Uzumaki, la hemorragia se encargaría de llevarlo al más allá. Pero su pulso tembloroso le recorría todo el brazo, reflejando el caos en su corazón y mente. Contemplar al ojiazul tan cándido y dispuesto a morir bajo su mano, lo conflictuaba.

Te amo, Sasuke.

Sé feliz sin mí, por favor.

No quiero que te asesinen, ni que sufras en la oscuridad.

Podía oír esos mensajes dentro de su sub consciente sin necesidad de que la boca de Naruto las pronunciara, debido a que eran ninjas de élite podían ver lo que había en el corazón del otro. Maldijo una y mil veces no haber desechado aquel amor que le profesaba al rubio, aquel que guardo en lo más profundo de su ser.

—¿Qué hay para mí en la luz?—preguntó confundido al borde de las lágrimas por los sentimientos encontrados.

—Un dulce amanecer conmigo-ofreció sonriendo con esa calidez que lo caracterizaba. Tomando entre sus manos el rostro de su amado teme, quien alejó el arma homicida y se dejó arropar por los brazos del ninja cabeza hueca.

Naruto lo acogió entre sus brazos, contento y dichoso de que por fin volviera a su lado, a su hogar, a su corazón. Sasuke no despegó el rostro del pecho del idiota del que se había enamorado, comportándose como un niño pequeño desconsolado, estaba demasiado apenado, él no era así, además era inexperto en demostrar sus emociones.

Permanecieron un rato así abrazados, igual les iba a servir para recuperar sus fuerzas y chakra. El Uzumaki agarró con sus manos el rostro del Uchiha depositado un beso casto de nuevo en sus labios, párpados, mejillas y frente, lo iba a llenar de su cariño aunque fuera solo esa zona del cuerpo, la ternura estaba reinando ahora, ya después la lujuria haría su parte.

—¿A donde iremos?—preguntó el pelinegro rompiendo la silenciosa escena amorosa, de la cual era víctima.

—A cualquier lugar, tenemos el mundo para nosotros—respondió el blondo, propinándole una serie de pequeño besos rápidos en sus labios, se asemejaba mucho a un niño que toca la puerta insistentemente para que le abran.

—¿Esto es el amanecer que prometiste?—preguntó con burla, pues ya era de madrugada y Naruto no dejaba de besarlo, incluso pudo ver que sus manos ansiaban tocarlo.

—¿Te molesta? Puedes tocarme si quieres—incitó, poniéndole las manos encima al trasero de su compañero de amores a la par que colocaba la del Uchiha en su propio pecho.

—Usuratonkachi, no tienes remedio, ven aquí—invitó, besándole apasionadamente y otorgándole el ansiado acceso a su boca.

Se pudo observar como Naruto cambiaba de posición con Sasuke, dejándolo debajo de él, ya que estaba receptivo a la artes amatorias, mejor no desaprovechar esta oportunidad.

En cuanto salió el sol, Kakashi y Sakura se encaminaron hacia el valle del fin a toda prisa, habían esperado un buen de tiempo para verificar si los dos jóvenes ninjas regresaban por su propio pie. Sin embargo al ver que esto nunca aconteció, determinaron en ir a echar un vistazo al campo de batalla. Haruno teorizaba que a lo mejor estaban mal heridos en el mejor de los casos, intentaba no pensar en tragedias como que se habían matado entre sí.

—Se han ido—exclamó Kakashi Hatake inspeccionado las inmediaciones del valle, en busca de alguna pista que los llevara al paradero de sus jóvenes alumnos.

Sakura permaneció de pie, contemplando el punto más alejado del valle del fin, en realidad no estaba viendo exactamente eso, sino más bien su mirada buscaba perderse en el horizonte.

—Tal vez el último ataque fue tan potente que desintegró sus cuerpos...—explicó tratando de suavizar la situación para su alumna, pues pensaba que era más conveniente para ella creer esa versión, pese a ser una mentira prácticamente.

No obstante, Sakura sabía en su corazón que sus dos compañeros de equipo no habían muerto. Al contrario estaban más vivos que nunca, habían decidido abandonar a su suerte el mundo ninja, escapando a algún destino desconocido. Pero...¿Por qué Naruto había elegido darle la espalda a sus amigos y conocidos? Si durante la guerra había compartido su chakra con todos, y no paraba de prometer rescatarlos, de hecho esa fue la discusión con Sasuke en primer lugar.

¿Acaso Sasuke-kun era la razón?

Al final, Sasuke Uchiha había sido una influencia suficientemente intensa para penetrar en la armadura de héroe y buen hombre que portaba el rubio.

—Así que al final lo conseguiste tú, bastardo suertudo...—murmuró Haruno, cayendo de bruces derrotada y desconsolada, rompiendo en llanto, había perdido todo, sus amigos, familia, el sistema ninja, su primer amor y su único amigo.

Kakashi se agachó a consolarla, sentía lo mismo que ella, impotencia, furia y decepción. Fue demasiado ingenuo al juzgar que podría engañar de nuevo a la Haruno, ya no era esa niña boba.

Nunca podrían deshacer el Tsukoyomi infinito, además la tarea de rastrear al Uzumaki y Uchiha sería una tarea titánica. El mundo ninja era vasto ahora con la desaparición de todos los humanos.

—Naruto...Sasuke...fueron demasiado lejos...—susurró desencantado por el futuro desafortunado, provocado por los deseos egoístas de sus alumnos, y al cual los habían arrastrado sin piedad alguna también a ellos dos.

Años más tarde, dos figuras encapuchadas recorrían los territorios que en otro tiempo fue Konoha, las vainas del árbol de chakra se habían secado ya, dispersando su contenido, una momia envuelta en vendas de seda, en el suelo destruido. Ambos ninjas al contemplar dicho escenario sólo se tomaron de la mano, saliendo de inmediato de ahí, habían regresado para robar algunas provisiones, pero al notar las ruinas prefirieron abortar el plan.

—Debemos buscar otro almacén-tteba—opinó el Uzumaki con un tono neutral, como si ver los despojos de los habitantes de esa aldea, que una vez llamó hogar, no le provocara nada.

Realmente había sido tan dichoso con Sasuke que había válido la pena sacrificar el sistema ninja y sus habitantes por permanecer a su lado.

—Sí, igual no es como que los recursos naturales se acaben tan pronto, vamos a pescar, dobe—comentó el Uchiha con una indiferencia igual de perturbadora.

Para él, Konoha no era ni un buen recuerdo si quiera, lo único bueno que crió esa aldea, fue su amado dobe y ya lo tenía al lado. No podía pedir más.

Aunque nadie podría culparlos, eran dos enamorados que vieron la oportunidad y la tomaron. El amor sin duda te hacía cometer verdaderas locuras.


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