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Mi ¿Alfa? por elenaa

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Notas del fanfic:

Mini fic Omegaverse, donde existen Alfas, Omegas y Betas. Con una muy reducida porción de Alfas dominantes y Omegas dominantes.

Donde la pareja destinada es revelada, cuando estas se encuentran mediante un tatuaje del nombre de dicha persona, en cualquier parte del cuerpo de ambos.

Y tanto los Alfas como los omegas pueden liberar sus feromonas a voluntad, aunque también se les pueden escapar sin que se den cuenta por no estar acostumbrados a liberarlas, por el estímulo de la presencia de un Alfa dominante o de la pareja destinada.

Sasunaru

Gracias a Jessica Castillo y Rhyo Gonzales que me ayudaron con mis dudas sobre el Omegaverse.

Uchiha Sasuke, Alfa dominante frio y orgulloso, nunca se imaginó que él mismo se pondría la soga al cuello, cuando presento a Yamanaka Ino, una Omega muy interesada en llamar su atención a su primo Sai.

Estos resultaron ser pareja destinada y ahora tres años después, por fin se unían en matrimonio. Sin embargo, aunque se alegraba por la pareja, su buena acción lo tenía atorado en una boda llena de omegas, obsesionados por conseguir un Alfa.

Como buen padrino se mantenía atento a cualquier cosa en la que el novio lo necesitara, aunque por dentro se encontraba mentalmente agotado de esquivar a omegas, que sin ninguna vergüenza le lanzaban su dulce feromona con la intención de llamar su atención; y tal vez si hubiera sido un Alfa dominante normal, algún Omega afortunado ya lo habría atrapado. No obstante, él no era un Alfa dominante común, el olor dulce de las feromonas que desprendían los omegas normales y hasta los dominantes siempre le causaban malestar, no porque tuviera alguna enfermedad o algo parecido, él simplemente odiaba los aromas dulces.

En la lejanía vio como su padre se acercaba en su dirección junto con Hyuga Hinata, así que, notando la intención de este, se alejó disimuladamente de la mesa en donde estaba.

Recorrió el salón evadiendo a la mayoría de las personas que se le acercaban y se detuvo instintivamente al percibir un tenue, pero curioso aroma, no era un olor ordinario, no era acre ni dulce era un poco ácido y más bien entre leñoso y ahumado; se dejó inundar por aquel aroma y busco insistente por todo el salón el origen de este, pero no lo encontró.

 

Tres meses después, mientras cubría a su primo en una pequeña escapada, disfrazada de viaje de negocios; termino en Melbourne Park siendo un espectador más del Australian Open. No se consideraba un ávido seguidor del tenis, aunque en sus primeros años de universidad lo jugó un poco, motivo por el cual, había conocido a la ahora esposa de su primo y la principal razón de que se encontrara en aquel lugar.

Afortunadamente para la pareja de recién casados la joven paso sin muchas complicaciones a la segunda ronda del torneo, así que dejo que Sai fuera a buscar a la rubia para celebrar su victoria y él se fue a dar una vuelta en solitario antes de regresar al hotel.

Caminaba entre una multitud de personas, que buscaban animadamente la cancha donde jugaría tal vez uno de sus tenistas favoritos, cuando nuevamente capto el mismo aroma de unos meses atrás; rápidamente intento seguir aquel peculiar aroma, pero lastimosamente el rastro lo llevo a una cancha para la que no tenía boleto. Por lo que regreso al hotel un poco frutado.

Ya en la noche, cenó en el restaurante del hotel con la pareja de esposos y unos cuantos tenistas amigos de Ino, pero se arrepintió al instante en que la rubia lo intento emparejar con una de sus amigas; estaba pensando en retirarse antes de que la chica pelirosa liberara un poco sus feromonas, justo cuando la mesa vecina fue ocupada por una curiosa pareja.

—Míralos, es evidente que son un Alfa y un Beta—dijo despectivamente la chica al ver la forma romántica en que se trataban.

fingió no oírla.

—No crees que son desagradables. Un Alfa solo debe de estar con un Omega, además ni siquiera es un Beta femenino.

—Guarda silencio por favor, eres muy fastidiosa—pronuncio fríamente, antes de levantarse y alejarse con el ceño fruncido.

 

A la mañana siguiente, debido a la desagradable Omega que conoció, decidió que ya había tenido suficiente del tenis, el torneo recién empezaba y él ya quería regresar a su rutina de trabajo habitual, así que ese día Sai e Ino lo llevo a la fuerza a Melbourne Park.

En cuanto llegaron la rubia se fue con su entrenador y equipo técnico a meditar y calentar, pero como aún faltaban dos partidos para que el de Ino iniciara, se fue con su primo a la cancha donde esta jugaría.

Tenía la intención de ponerse unas gafas de sol y fingir ver el partido, cuando salieron a la cancha los tenistas que se enfrentarían y noto que uno de ellos había estado presente en la cena la noche anterior, así que, con un poco de curiosidad, observo todo el partido sin apartar la mirada de aquel jugador rubio, analizando cada uno de los agiles movimientos de este.

Hasta un inexperto en el tenis, podría notar a simple vista que el amigo de Ino tenía potencial y lo comprobó al ver la reacción del público y escuchar entre murmullos como este era uno de las nuevas promesas del tenis y uno de los favoritos.

Curiosamente aquel Alfa le llamo la atención, la noche anterior no lo noto bien debido a que estaban sentados en lugares alejados y a que usaba toda su concentración en no ser grosero con la fastidiosa Omega, aunque al final su esfuerzo fue en vano.

Como aún faltaba un partido para que fuera el de Ino y él se encontraba muy pensativo sobre aquel Alfa, salió de la cancha y empezó a caminar por el lugar, sin tener un lugar particular en mente; cuando nuevamente percibió ese peculiar aroma.

Y aunque se esforzó por rastrearlo; el olor era tan tenue que al final lo termino perdiendo entre la multitud de personas que pasaban.

 

Usando como excusa el trabajo, que se suponía estaba haciendo evito acompañar a la pareja a partidos y pequeñas comidas con los amigos de la rubia. Principalmente porque quería aclarar sus ideas y porque Ino seguía insistiendo en que le diera una oportunidad a su amiga, aunque el ya había expresado lo desagradable que la actitud de la chica le resultaba.

A causa de su malestar y disgusto por los aromas dulces, perdió el interés en los Omegas, los Beta no le resultaban particularmente atractivos y el atractivo de los Alfas tampoco lo entusiasmaba mucho; era joven por lo que no pensaba en tener una pareja y no la necesitaba ya que tenía bien controlado su rut, con los mejores inhibidores. Estaba convencido de que no encontraría a su pareja destinada y que cuando el momento llegara se terminaría casando por obligación.

No obstante, su manera de pensar hacia los Alfas cambio un poco, por culpa del amigo de Ino. Solo lo había visto en dos ocasiones y reconocía que la apariencia de este le resultaba interesante.

 

Eventualmente los días pasaron y cuando se dio cuenta la segunda semana del torneo había empezado, aunque seguía indeciso sobre qué hacer con el interés que tenía por el Alfa tenista. Y la resolución a su dilema le llego sola, en forma de encuentro casual en un baño.

Antes de partir con Sai rumbo a Melbourne Park, paso al baño de la recepción y justo en aquel lugar volvió a percibir el misterioso aroma. No tuvo ni siquiera tiempo de rastrear el olor, porque de uno de los cubículos salió Namikaze Naruto, el rubio causante de su dilema y el dueño de aquel peculiar aroma. 

 

Notas finales:

Espero que les guste este mini fic, por motivo del cumple del emo n_n


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