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SNS Week 2021 por shiki1221

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, sólo las historias son de mi autoría.

Notas del capitulo:

Week armada por la página SasuNaruSasu. Aunque son 7 historias cortas, una por cada día, todas están relacionadas entre sí. Ninjaverse. Romance. Humor

Día 1: Cita

―¡Tengamos una cita! ―gritó repentinamente Naruto dejando a su pareja algo sorprendido.

Sasuke parpadeó repetidas veces sin entender a qué se debía tan inusual propuesta. Ellos eran novios desde hacía un año, luego de meses de estar fuera de la aldea de Konoha tras el indulto otorgado a pesar de todos sus crímenes. El último Uchiha se había despedido del equipo siete y partió rumbo a ninguna parte en particular. Sólo regresó al recibir una carta escrita con una pésima e inconfundible caligrafía. Como de costumbre, Sakura le había invitado a tener una cita o salir juntos, siendo rechazada de la manera más cortés posible. Una y otra vez le había invitado hasta que finalmente entendió que no estaba interesado en ella. Agradeció a los cielos por aquello. No es que quisiera tratarla mal, luego de todo lo que le había hecho pasar anteriormente, pero su paciencia tenía un límite. Con ese asunto resuelto, tuvo mucha más libertad para andar a sus anchas y hacer lo que se le diera la gana. O eso creyó. No había contemplado que Naruto se le pegara cual Sakura sólo para incluirlo en sus reuniones con sus amigos.

En palabras de Uzumaki, era “para reconstruir sus lazos con los demás”. ¿Cuáles lazos? Apenas si los conocía de vista y nombre por haber convivido durante años en la academia ninja. Quitándose ese detalle, no tenía mayor relación con ellos y con nadie que no fuera parte del equipo siete. Lo cual trajo aparejado otro problema. Sasuke intentaba entender qué clase de complejo les habían creado a Yamato y Sai como para sentir esa necesidad de relacionarse con él también. Cuando los conoció fue con Sai intentando matarlo y él a ellos, ¿de dónde había nacido esa necesidad de tener algo con él? Parecía una especie de iniciación o algo similar, pues Yamato intentaba ser otro Kakashi y Sai un amigo suyo. Suspiró con cansancio por repetirles constantemente que olvidando sus intentos de asesinato mutuo estarían bien, pero aun insistían en ser cercanos. Incluso habían ido los seis al Ichiraku ramen. En aquella ocasión vio a Naruto, Sakura y Kakashi sonreír de una manera que consideró malévola. Mas, supuso que ellos en verdad sólo querían agrandar esa “familia” para él. Maldita fuera la hora en que se le ocurrió confesarle a Naruto que el equipo siete era tan importante para él.

―¡Teme! ―gritó Uzumaki sacándolo de sus pensamientos―. ¿Y bien? ¿Qué me dices de tener una cita este sábado? ―cuestionó emocionado.

―Somos novios desde hace mucho tiempo, ¿no hemos tenido muchas citas ya? ―preguntó Uchiha encontrando demasiado repentino aquello.

A pesar de haber sido perdonado por los altos mandos, seguía siendo un familiar directo de aquellos que causaron la guerra. No era del todo aconsejable que se los viera juntos y menos aún en una relación romántica. Nadie sabía de su noviazgo, ni siquiera los miembros del equipo siete ni los allegados a Naruto. No iba a dejar que nadie cuestionara sus habilidades sólo por haberse enamorado de alguien de su mismo sexo. No eran inusuales los comentarios acerca de que estar en la cama con otro hombre “te hacía menos”. Una humillación. Una bajeza y algo de lo cual avergonzarse. También sabía acerca de lo mucho que a su novio le desagradaba que algún hombre se le acercara demasiado.

―¿Le podemos llamar citas a ir a entrenar? ―interrogó el blondo con sus ojos azules clavados en su pareja―. Siempre vamos a entrenar, hacemos el amor y dormimos. Esta vez haremos una cita verdadera ttebayo.

―¿Quieres decir algo cursi y gay? ―cuestionó el moreno poniendo una mueca de extrañeza. No sabía cómo preguntar lo que harían sin sonar directo y casi ofensivo.

―¡No, por supuesto que no! ―negó de inmediato frunciendo el ceño―. Nosotros no somos como esos ttebayo.

Sasuke desvió sus ojos hacia la habitación examinando como había quedado después de la noche apasionada que habían tenido. Estaban tendidos en la cama desnudos con sus ropas dispersas por toda la habitación. Eso de que ellos no eran como otras parejas homosexuales, sólo podía caber en la mente del atolondrado rubio.

―¡Deja de mirar el cuarto! ―exigió Naruto sujetando el rostro de su novio con ambas manos para hacerlo mirarle de frente―. Lo que nosotros hicimos anoche fue muy masculino ttebayo ―aseguró cerrando los ojos de manera pensativa―. Fue como una batalla, con nosotros rodando, frotándonos, mientras sudábamos y gritábamos el nombre del otro y mmm ―dijo mordiéndose los labios.

El rubio se estaba excitando de sólo recordar todo lo que habían hecho. Tenía la cabeza apoyada en el blanco pecho y no dudo en mordisquear un poco aquellos pezones. No era su culpa que estuvieran ahí tentándolo. Los mordió un poco oyendo los gemidos ahogados del otro.

―Tienes algún complejo con eso, ¿cierto? ―preguntó curioso el moreno―. Somos como cualquier pareja de ninjas; cumplimos misiones, derrotamos a quien sea nuestro enemigo y tenemos sexo entre nosotros después de entrenar. No necesitas demostrar nada a nadie.

―Si quiero ser Hokage sí, siempre debo demostrar que soy el mejor y no soy alguien de voluntad débil ―confesó ocultando su rostro en el pecho contrario.

―Siendo ese el caso, ¿no crees que una cita sería algo arriesgada para ti? ―preguntó Uchiha mientras acariciaba el cabello contrario.

Su mano derecha se paseaba entre los cabellos dorados mientras miraba hacia el techo. No entendía la manera de pensar de su novio. Si quería mantener la reputación y su estatus debía ocultar que eran pareja. Uzumaki quería decirlo, como una demostración de lo serio de su relación, pero Sasuke sabía del miedo del otro. Percibía el esfuerzo que hacía por ocultar el miedo al rechazo a la vez que quería darle confianza de que no era falsa la relación entre ellos. Al portador del rinnegan le daba sencillamente igual si los demás sabían o no de su relación y las opiniones que tuvieran de la misma. Por esa misma razón, si Naruto no quería confesar o contarles a sus allegados sobre la relación entre ellos, no tenía ningún problema. Dada su personalidad reservada hasta encontraba eso conveniente para no tener una “charla” con Yamato y Kakashi fingiendo ser sus padres… de nuevo. Ya le había sucedido cuando se enteraron que iría a una fiesta con Naruto. Un tonto festival para el que ambos le aconsejaron más que sus verdaderos padres en su primer día de la academia. Y ni hablar de los curiosos y chismosos Sai y Sakura, quienes cuando no estaban en modo acosador, se ponían en plan “hermandad”. Definitivamente, el Dobe les dijo algo que los dejó medio idiotas.

―¿Arriesgada? ―repitió Naruto a modo de pregunta mientras le mordía con un poco de fuerza haciendo gruñir a su novio―. ¿Me estás diciendo cobarde? ―interrogó de manera desafiante―. Tendremos una cita perfecta, una como nunca antes has tenido.

―Nunca tuve una cita ―le recordó con una media sonrisa.

―¡Cállate y déjame presumir! ―ordenó levantándose con molestia de la cama―. Tendremos una cita perfecta, una única y especial donde te darás cuenta de lo valioso que eres para mí ttebayo!

―Yo…

―Bien, iré a prepararlo todo ―avisó alejándose de allí medio vestido.

El dueño del sharingan parpadeó algo confuso por aquella manera de actuar. No le había dicho nada sobre negarse, sólo quería pedirle que no exagerara como hacía con todo. Él estaría bien yendo al Ichiraku ramen, entrenando y dando un corto paseo. Para él eso era entretenido. Además mientras estuviera con Naruto todo lo demás carecía de importancia. Mas, haciendo memoria se dio cuenta que era viernes, o sea que al día siguiente le tocaría ir a la dichosa cita. Estaba seguro que Uzumaki no alcanzaría a preparar algo demasiado extravagante y menos estando a menos de una semana de su fecha de pago. Las misiones que habían realizado durante esa última semana serían pagadas dentro de pocos días, por lo mismo, el dinero recaudado por las anteriores les tenía algo justos a últimas fechas. Podían sobrevivir con tranquilidad, pero no darse demasiado gustos o lujos. Se levantó con tranquilidad y se vistió para poder cambiar las sábanas de esa cama. No pensaba dormir en el mismo lugar donde estuvieron dejando fluidos que no se le apetecía se le pegaran nuevamente.

Sasuke siguió con su rutina normal en lo que quedaba del día; limpiar, cocinar y revisar cuánto dinero les quedaba. Ambos vivía juntos desde hacía meses y bajo la excusa de la vigilancia a un ex vengador peligroso, podía quedarse con su novio sin levantar sospechas. Por supuesto y por seguridad financiera, era él quien estaba a cargo del dinero. No es que Naruto no supiera distribuir y mantener su economía, ―siendo que desde pequeño se hizo cargo de sus gastos él mismo―, el problema radicaba en que tiraba la casa por la ventana cuando se trataba de celebrar. En sus cumpleaños los dejó muy endeudados y todo por orquestar una fiesta demasiado grande que escapaba de lo acordado para ese mes. Para Uchiha era importante estar preparado para alguna locura o tontería que hiciera el otro intentando impresionarlo. Durante la hora de la cena, el jinchuriki se la pasó riendo por lo bajo mientras lo observaba haciéndole sentir que no le gustaría lo que se venía. Lejos de parecer una expresión feliz, parecía la sonrisa de un psicópata. Lo dejó pasar, pues su novio aseguraba que sólo estaba emocionado por la sorpresa que le había preparado. Con eso en mente se fueron a dormir.

―¡Arriba, Teme! ―gritó Naruto en su oído mientras saltaba en la cama cual niño pequeño―. ¡Hoy es nuestra cita, arriba, arriba, arriba! ―exigió moviéndolo de un lado a otro.

―¡Ya, Usuratonkachi! ―replicó el de cabellos oscuros con el susanno activado―. Sólo déjame arreglarme un poco ―pidió soltando un bostezo.

―¡Date prisa, te llevaré a comer al mejor sitio de todo el mundo y tendrás un día que jamás olvidarás ttebayo! ―prometió sonriendo antes de ir a arreglarse él también.

Ocuparon el baño en turnos, tardando casi la misma cantidad de tiempo. Una ducha rápida tras lavarse los dientes y hacer sus necesidades para luego salir cubriéndose con una toalla y revisar la ropa que usarían. En momentos así les disgustaba un poco vivir juntos porque no serían capaces de sorprender al otro. Estaban viendo sus ropas dispersas en la cama y ayudándose mutuamente a elegir que iría mejor con ellos. Por el lado bueno es que tenían ayuda para verse deslumbrantes, por el lado malo el otro ya sabía cómo se vestiría su novio. Incluso en un acto descarado, Uzumaki le pidió prestada una chaqueta azul marino que tenía Sasuke. Entendiendo por pedir prestado que el rubio se colocó dicha prenda mientras le decía un “te la regresaré más tarde”. Una vez listos salieron de la casa rumbo a su destino. El azabache caminó casi por inercia hacia el Ichiraku ramen, asumiendo que allí celebrarían su cita.

―¿A dónde vas, Teme? ―preguntó Naruto sujetándolo del brazo para guiarlo en la dirección correcta―. No iremos al Ichiraku.

―¿No? ―interrogó Sasuke sorprendido dejándose guiar hacia ese destino que desconocía.

―Pero ahí llevas a todas tus citas ―expresó extrañado mientras caminaba junto al otro.

―Si tuve una cita con cada persona con la que fui al Ichiraku ramen, entonces Iruka-sensei debería estar preso por salir con un menor ―bromeó al oír aquellas palabras de su parte.

El blondo lo sujetó de la mano y lo llevó en dirección a un elegante restaurante en la aldea. Era uno de los lugares menos frecuentados por los altos precios. Ciertamente era muy refinado y de calidad excepcional según los comentarios de los pocos que habían logrado ir allí. Sasuke se cuestionó cómo había conseguido dinero suficiente de un día para el otro, pero pasó a ese lugar junto a su pareja. El recepcionista los miró de arriba abajo antes de arrugar la nariz con asco. “Sucios ninjas”. Pensó nada más verlos, pero por una cuestión de imagen tenía que ser educado de manera obligada.

―Disculpen, pero sólo con reservación ofrecemos servicio ―comentó con la esperanza de que se retiraran.

―Tengo reservación ttebayo ―aseguró el rubio con una sonrisa confiada―. Al nombre de Uzumaki Naruto y su pareja Uchiha Sasuke ―señaló a ambos respectivamente.

Tras un rápido vistazo al libro de reservaciones, el recepcionista se dio cuenta que era cierto. Reprimió un chasquido de lengua y los guio hasta su sitio. Les dejó la carta de menú y esperó a que se decidieran por algo. Sin embargo, Uchiha estaba por demás ausente pensando en otras cosas. Especialmente tenía una duda clavada en su mente. Naruto siempre había ido a comer al Ichiraku ramen con todas las personas que consideraba importantes para él. Entonces, ¿por qué lo llevó a él a un sitio tan ajeno a ellos y que sabía bien no significaba nada para él?

―¿Ya han decidido lo que quie…? ―preguntó a medias el mesero luego de esperarlos unos minutos.

―¿Por qué vinimos aquí, Naruto? ―interrogó Uchiha viéndolo seriedad e incluso usó el nombre del otro haciéndolo aún más serio.

―¿Qué no es obvio? ¡Este es el mejor restaurante de Konoha! ―exclamó con una gran sonrisa.

Esas palabras dibujaron una sonrisa de orgullo en el mesero y en los empleados cercanos que alcanzaron a oír esa afirmación. Sin embargo, les duró poco el gusto.

―¿Este sitio? ¿Hablas en serio? ―cuestionó el moreno cruzado de brazos―. Este restaurante es para gente superficial, presumida y de poco gusto. Mira estos manteles ―señaló levantando un poco la parte de su lado.

―Es blanco, ¿qué tiene? ―interrogó Uzumaki mientras lo veía curioso.

―Exacto, es blanco. Los verdaderos restaurantes de alta alcurnia tienen manteles bordados a mano y el vino ―señaló las copas que les habían servidas en la mesa―. No nos dejaron la botella para que no veamos la marca barata que nos dieron.

―¿Qué te sucede, Teme? ―interrogó Naruto con el ceño fruncido―. Tú no sueles ser así, ¿por qué de repente tan caprichoso y quisquilloso con los detalles?

―¡Porque me trajiste a este restaurante de porquería y no me llevaste al Ichiraku!

El jinchuriki abrió los ojos sorprendido y bajo un poco la mirada sintiéndose triste por haberse equivocado. Estaba seguro de que ese sitio le gustaría a su novio. Había sido aconsejado por sus amigos luego de mucha búsqueda, pero el otro se le veía descontento. Uchiha se mordió los labios al darse cuenta de lo malagradecido que estaba siendo cuando el otro se había tomado tantas molestias por él. Así que tomó aire y decidió externar la razón de su molestia.

―Lo siento ―se disculpó el último Uchiha con la mirada gacha al darse cuenta de su mala elección de palabras―. Yo… no es que no aprecie tu esfuerzo. Es sólo que siempre llevas a todas las personas importantes para ti al Ichiraku, en ese sitio te ves relajado y feliz como si fuera un hogar para ti y Teuchi y su hija siempre te reciben con la comida que más te gusta y de la manera que prefieres. Aquí, es como… impersonal. Muy ajeno a nosotros, a diferencia de ese lugar donde tenemos tantos buenos recuerdos juntos.

Tras aquella explicación, Sasuke evitó la mirada de su pareja por la vergüenza de lo que había dicho. Estaba siendo infantil su reclamo, pero no mentía al decir que jamás había visto a su novio tan feliz que cuando iban al Ichiraku. En algunas ocasiones comieron fuera a causa de sus misiones o simple pereza para prepararse algo, pero sin importar si el sitio era grande o pequeño, lujoso o mugroso, todo lo que hacía feliz a Naruto lo tenía el Ichiraku. Repentinamente se oyó una gran risotada proveniente de su novio. La mirada negra se posó sobre el jinchuriki con sorpresa por esa reacción.

―¡No sabes cuanto me alegra oír eso, Teme! ―exclamó Uzumaki lleno de júbilo mientras le devolvía la mirada brillante y alegre de siempre―. Sólo vine a este ridículo lugar porque Sai y Sakura-chan me dijeron que alguien tan elegante como tú preferiría un lugar con clase. Y esta imitación de restaurante de calidad era lo más a mano que tenía ttebayo.

Ante esas palabras el moreno también sonrió. A él no le gustó para nada el gesto de los empleados al recibirlos en el lugar. Aun sin usar algún genjutsu podía leer en sus miradas que los veían de menos. Cosas como esas jamás pasaban en el Ichiraku, motivo principal por el cual su novio se veía tan a gusto allí.

―Por favor, desde que miras al recepcionista con cara de que camina con algo atorado en su retaguardia sabes que no es un sitio de calidad ―bromeó el azabache.

―Y si lo dices tú, siendo tan amargado, debe ser porque ese palo en el culo está a otro nivel ttebayo ―rio Uzumaki a la par de su pareja.

―Disculpen ―llamó el dueño del local con una sonrisa forzada en el rostro.

Unos momentos después ambos estaban en la entrada del restaurante con varios empleados viéndolos de mala manera.

―¡Y no vuelvan nunca! ―les gritaron con molestia.

―Ni que quisiéramos hacerlo ttebayo ―respondió el blondo enseñándoles el dedo medio antes de sujetar la mano de su novio.

―Ven, Dobe ―llamó Sasuke con una sonrisa―. Vamos al Ichiraku ―ofreció con una mirada mucho más animada que antes.

 

Con los dedos entrelazados ambos caminaron con una sonrisa rumbo al único sitio donde se sentían a gusto para comer. Un lugar ideal para seguir creando recuerdos felices juntos.

 

Notas finales:

Un poquito tarde porque la week terminó ayer, pero no me quería quedar sin subir nada este año XD


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