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Vivir en Soledad por WhiteLies

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Notas del fanfic:

Esta historia participa en el reto literario y artístico del grupo de FB: Shhh. SasuNaru NaruSasu
Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto creador de Naruto.

– Es un varón – se escuchó que decían en voz alta.


– ¿Puedo verlo? – preguntó un pequeño niño de no más de cinco años, o al menos eso aparentaba.


– Por supuesto, vamos con mamá.


Caminando hasta donde se encontraba aquella mujer con un pequeño bebé en brazos, el menor se acerco para ver mejor al pequeño bulto. Sus pequeñas manos hechas puñitos, con los ojos cerrados y haciendo un lindo puchero, comenzó a removerse en los brazos de quien era su madre, provocando que el otro infante se asustara por los movimientos de quien seria su hermano.


Con suaves palmadas en la pequeña espalda del recién nacido, la mujer comenzó a calmar al bebé antes de que este comenzara a llorar.


– Debes de dejarlo llorar. – La mujer vio con curiosidad a quien en ese momento era su esposo, con cara de interrogación el varón continuó con su explicación – debemos de saber que poder heredó – con pesar, dejo de darle suaves palmadas al bebé, logrando así que soltara en llanto a los pocos segundos.


En las afueras se podían escuchar murmullos de los demás en aquel lugar. Con algo de curiosidad el hombre mejor conocido como Fugaku, salió del cuarto en donde estaba su esposa para ver qué pasaba.


– Señor – se acercó uno de ellos al pelinegro mayor.


– ¿Qué sucede? – Abajo, un terremoto ha comenzado – con una sonrisa en el rostro, volvió a donde se encontraba su esposa.


Su esposa al notar al hombre entrando le miró – ¿Qué sucede? – pregunto con algo de curiosidad.


– Hemos sido bendecidos cariño – se acercó poco a poco a su esposa – nuestro hijo heredo los poderes de Namazu.


– ¿Y eso que tiene de bueno?


Aquel pueblo nacido en los cielos, era muy prosperó, su población era bendecida con los niños que heredarán los poderes de ciertos dioses del mundo, algunas familias tenían hijos que eran relacionados a los dioses más fuertes y más conocidos del mundo, sin embargo, así como habitaban dioses buenos, habían dioses malos, quienes traían el caos al mundo y así mismo, quieres eran desterrados de su nuevo cielo al llegar a cierta edad, provocando que olvidasen sus recuerdos, sin embargo, eso solo pasaba cuando los niños nacidos con poderes desobedecían las reglas o incluso cuando lo usaban para el mal.


En los primeros años de vida, se sabe que aquellos pequeños no son capaces de controlar nada de lo que hacen, por ello siempre esperan que sus padres sepan educarlos y enseñarles lo que es el bien y el mal, para que aquellos no sean desterrados.


No obstante, hay ocasiones en que los poderes heredados se salen de control, provocando desastres naturales en varias partes del mundo, tomando con ello varias vidas de las personas inocentes e incluso la vida de sus portadores.


.....


– Vamos Naruto, se nos hará tarde – un joven de más de veinte años caminaba de manera lenta.


– No quiero ir – con la mirada perdida, miraba al cielo.


– Hoy es el aniversario de la muerte de tus padres, se que es duro para ti, pero debes aprender a superarlo y para eso estoy contigo. Te ayudare.


Con lágrimas en los ojos miró a uno de sus mejores amigos, en su mente sabía que aquel chico tenía razón, él lo sabía muy bien, pero aun así es muy difícil tratar de superar la muerte de sus padres y más cuando él no estaba en aquel momento en el país.


Agradecía la oportunidad de seguir con vida, pero aun así extrañaba de sobremanera a sus padres, le hubiera gustado pasar más tiempo con ellos, seguir festejando los demás cumpleaños que le quedaban, que lo acompañaran a lo largo de su vida, ver sus logros en la escuela o tal vez el momento en el cual él se casara con su persona amada.


Fue hace un par de años cuando los perdió, él se encontraba fuera del país, gracias a una beca para estudiar en el extranjero, cosa que él hubiera rechazado de no ser por sus padres que lo animaron a que aceptara aquella beca. Se fue por un par de años, años en los cuales las cosas en su país de origen se pondrían feas ya que después de medio año fuera ocurrió cierto evento que cobró la vida de la mayoría de la población del país.


Un gran cataclismo azotó todo el país logrando que un gran terremoto se desarrollara, varias construcciones, edificios y demás quedaron destruidos, las calles ya no se distinguían por todos aquellos escombros que estaban sobre ellas.


El rubio se encontraba aquel día en su dormitorio, tratando de comunicarse con sus padres para darle noticias sobre aquel concurso de dibujo que había ganado, ya que era uno de sus mayores logros. Recuerda que la angustia se apoderó de su cuerpo al ver que por más que llamaba a sus progenitores, estos no atendían a su llamado.


– ¿Qué pasa? – uno de sus compañeros de cuarto le pregunto.


– Nada, es solo que no puedo comunicarme con mis padres – hablo bajo.


– ¿De dónde dijiste que venias?


– De Konoha ¿Por qué?


En ese momento su compañero de cuarto sacó su celular para mostrarle algo.


– Hace unos momentos estaba con los otros chicos y estábamos viendo que ocurrió un terremoto, también hay noticias en las cuales dicen que muchas personas murieron e incluso no hay comunicación en el lugar.


El rubio al escuchar esas cosas tomo con rapidez el celular que le mostró su compañero leyendo por él mismo todo aquello que decía la noticia, algunas lágrimas se escurrían de sus ojos al ver que cada cosa era verdad, deseaba que sus padres estuvieran bien, que no les hubiera pasado nada malo.


– Naruto, ¿Estas bien? – preguntó su compañero notando como algunas lágrimas bajaban del rostro del rubio.


– Si – fue lo único que pudo decir, notando que hasta para hablar le estaba costando e incluso se le hacía imposible debido a las lágrimas, le estaba costando respirar por lo cual terminó por sentarse en la cama.


– Tranquilo, respira – trato de ayudarlo su amigo, al verlo tan mal decidió que era mejor llevarlo a la enfermería de la escuela.


Lo peor fue lo que pasó después de ese día, por más que quiso comunicarse con sus padres, le fue imposible, por lo cual no le quedó de otra que tratar de viajar de nueva cuenta a su hogar y verificar el mismo si sus padres estaban bien.


Por más que busco maneras de poder viajar a Konoha le fue imposible pues en varios lugares le decían que los caminos para poder llegar estaban cerrados debido a la gran catástrofe que ocurrió unas semanas antes, semanas en las cuales él no tenia ni la menor idea de donde estaban sus padres y si al menos se encontraban bien.


La angustia de poder saber qué era lo que estaba pasando era cada vez más grande.


– ¿Crees que sea buena idea tomarme un par de meses de mis estudios?


– ¿Por qué?


– Quiero regresar a casa y ver a mis padres.


– Entiendo, pero ¿Crees que puedas?


– No lo sé, por ello pediré permiso.


– Muy bien, te acompañare.


El chico tenía una sonrisa en el rostro, sonrisa que lo hizo sentirse de alguna manera apoyado por él. El rubio solo pudo asentir a lo que había dicho su amigo para después lanzarse a sus brazos y soltar una que otra lágrima, el pelirrojo con una mano en la espalda del rubio, comenzó a moverla de arriba hacia abajo y con ello dándole suaves palmadas, tratando de calmar al rubio quien poco después de abrazarle comenzó con su llanto.


.....


Una semana después ambos chicos se encontraban en Konoha, sin embargo, lo que encontraron no fue más que simples ruinas, el lugar estaba hecho un desastre, se podía ver algunos como eran llevados los escombros de un lugar a otro, tratando de despejar las calles.


Sin perder el tiempo se dirigieron a donde debería de estar la casa del rubio, pero lo que encontraron fue lo mismo, todo hecho escombros, el pelirrojo tomó la mano del rubio dándole un suave apretón.


– ¿Naruto? – preguntó un hombre de avanzada edad. El rubio volteo para verlo. – Que bueno que has venido.


– Sabe algo de mis padres – el hombre solo asintió.


– Me temo que son malas noticias.


Lo siguiente que supo fue que sus padres habían muerto.


.....


– Nuestro hijo causó un grave problema, muchas vidas se perdieron y tú lo felicitas por algo que no está bien.


– Cálmate mujer, sé que es grave, pero al menos alégrate de lo que él ha logrado.


– Sus logros fueron casi acabar con un país entero. ¿Te parece un buen motivo para celebrar y estar felices


– No está bien, pero nuestro hijo aún está aprendiendo.


– Él ya no es un niño, no lo trates de justificar.


– Y no lo hago.


– ¿En serio? – el hombre solo asintió – han decidido enviar a Sasuke a la tierra.


La pareja sabía lo que aquello significaba, su hijo perdería todos los recuerdos de él y de su familia, de los poderes que hay en su interior y de la vida que tuvo antes de irse a la tierra.


– ¿No podemos hacer algo para evitarlo? – la mujer solo negó con la cabeza.


Solo quedaba esperar lo peor. Con mucho pesar vieron cómo su hijo menor era enviado a la tierra a pagar por lo que había provocado semanas anteriores.


.....


– ¿Estas bien? – escucho que alguien le había hablado, llevaba demasiados días perdido en aquella ciudad y es que escaparse del lugar en donde antes había estado no había sido buena idea, no sabia en donde estaba y quién era. No recordaba si tenía familia o donde vivía.


Solo asintió, sin embargo, el otro no le creyó del todo.


– ¿Seguro? – volvió a preguntarle.


No sabia que hace, un día hace algunos años despertó en medio de un parque sin recordar nada, con algunas heridas en su cuerpo, las personas que lo vieron lo llevaron al hospital diciendo que era alguna clase de sobreviviente, pero ¿A que había sobrevivido? Desde que ingresó al hospital hasta la fecha no había podido salir, pues al no recordar nada, ni nadie, no podían dejarlo a su suerte.


Encerrado en un refugio, como ellos le dijeron, se mantenía pensando como escapar, hasta que se le dio la oportunidad para hacerlo se mantuvo tranquilo en aquel lugar.


Ahora posiblemente se arrepentida de sus actos pues no sabía a dónde ir.


– Oye – escucho que le volvieron a hablar por lo que miro de nueva cuenta a el rubio. – ¿Seguro estas bien? – el pelinegro le miró para después negar con la cabeza – lo sabía – soltó una pequeña risa – no te preocupes puedo ayudarte a buscar tu casa.


– No tengo – hablo el pelinegro.


El rubio le miró con una interrogativa en la cara.


– ¿Cómo que no tienes?


– No sé.


– ¿Sabes cómo te llamas?


– Sasuke.


Su nombre lo supo gracias al pequeño colgante que tenía alrededor del cuello, en el se encontraba grabado su nombre y apellido, solo que nunca pudieron dar con la familia del chico por lo cual decidieron que lo mejor para él era dejarlo en el refugio.


– Bueno Sasuke, mi nombre es Naruto.


El rubio tomó del brazo al pelinegro y comenzó a guiarlo hacia un refugio, no tenía de otra tampoco es como si pudiera llevarlo a casa, alguien tendría que estar vigilando a una persona que no recuerda a su familia. "Pobre chico" pensó el rubio mientras más caminaban.


– No quiero – susurro el moreno al ver que volverían a encerrarlo.


– ¿Por qué?


– Me tratan mal.


Para Naruto aquello era nuevo, según tenía entendido el refugio ayudaba a los necesitados, no tenían derecho a tratarlos mal de ninguna manera. Poco después se dio un pequeño golpe en la cabeza.


– Lo entiendo.


Entendía por lo que había pasado el chico pues él había pasado por lo mismo cuando perdió a sus padres "¿será buena idea llevarlo a casa?" se preguntó mientras se llevaba una mano a la barbilla, como si aquella acción le diera la respuesta que necesitaba.


Al final terminó por llevárselo a su casa "No creo que sea mala idea" soltó un suspiro largo mientras seguía caminando con el chico pelinegro. Después de un largo recorrido llegaron a casa en donde los recibió un pelirrojo con su ceño fruncido, miró por un momento al rubio para después mirar al pelinegro.


– No sabia que ahora nos dedicáramos a hacer obras de caridad Naruto.


El rubio solo soltó una peña risa mientras se llevaba uno de sus brazos atrás de su cabeza para después rascarse la cabeza.


– Me lo encontré – dijo como si nada.


– ¿Te lo encontraste? – pregunto el peli-rojo.


– Así es.


– Sabes que es peligroso traer a desconocidos a casa, Naruto ya no eres un niño pequeño sabes lo que haces, pero a veces no te entiendo.


El rubio se acercó al otro para después comenzar a susurrarle – este chico no tiene familia, tampoco sabe de donde es o si es que en verdad tiene familia, parece que perdió la memoria – el pelirrojo miró por un momento al desconocido para después suspirar.


– En el momento en que vea que hace algo sospechoso, se irá de aquí y con ello volvió a su habitación.


Y así dio comienzo a una nueva etapa en la vida de aquellas tres personas. Con el pasar de los días aquellos tres se estaban adaptando, el pelinegro seguía siendo igual de callado y solo respondía a Naruto, mientras que a Gaara le ignoraba de distintas maneras.


Las semanas siguientes tanto el rubio como el pelinegro fueron forjando una gran amistad, salían a distinto sitios cada vez que tenía tiempo el rubio o cuando quería mostrarle algo a Sasuke, siempre tratando de que el contrario se divirtiera en todo momento.


No fue hasta que pasaron un par de meses en donde en medio de risas y parloteo el moreno le robo un beso al rubio, cosa que lo dejó más que sonrojado al chico.


– Perdón – escucho al moreno hablar. Naruto solo negó con la cabeza, tratando de esconder con sus manos su cara ya sonrojada, después de algunos segundos miro al moreno.


Colocando ambas manos en los hombros del contrario, acerco poco a poco su rostro para besarlo nuevamente, pero esta vez de una manera más cálida, el moreno correspondió el beso, moviendo sus labios a la par del otro.


La calidez que se podía sentir en aquel beso era palpable. El ambiente en el cual se encontraban era tranquilo, nada más ellos dos sumidos en su mundo. Besandose con tal cariño que nada más les importaba


– Lamento interrumpir – escucharon que alguien dijo. Al voltearse pudieron ver a Gaara quien los veía con una sonrisa en el rostro.


– Buen momento para aparecerte – le susurro el rubio.


– Me hubieras avisado, así no hubiera venido – con una mirada cínica se fue directamente a su habitación, dejando a los dos chicos solos nuevamente.


Después de ese día era normal entre ambos chicos robarse un par de besos en todo momento, algunas veces hasta dormían juntos sin cruzar la línea de lo moral, sólo compartían la cama y dormían abrazados. Tenían una que otra cita los fines de semana, algunas veces caminaban por el parque tomados de las manos, en otras ocasiones el rubio lo invitaba a cenar fuera, incluso tuvieron una cita en la playa en donde ambos se divirtieron a más no poder.


Todo parecía ir demasiado bien, tan bien que en ocasiones podía ser sospechoso y solo eso significaba que algo malo pasaría en los siguientes meses o puede que semanas.


......


– No puedo creer que mi hijo esté saliendo con un simple mortal – un pelinegro ya mayor caminaba por el borde de lo que parecía ser un acantilado.


– Se ve enamorado – le contestó una mujer asomándose y viendo como su hijo sonreía.


– Eso no puede pasar, nuestro hijo puede ser considerado un dios.


– ¿Un dios? Si sabes que fue desterrado por lo que hizo.


– Lo sé, pero no quiero que este con un simple mortal.


– Sasuke podría pasar como mortal también, no recuerda ni quién es, ni de dónde viene.


Y eso no era más que la simple verdad, Sasuke no sabía ni quién era, podría pasar como simple mortal, a menos que despertaran sus poderes que hasta la fecha estaban dormidos y eso era lo mejor para todos ya que esos poderes traen destrucción y muertes para todos.


A lo largo de los años, Sasuke provocó miles de muertes, algunas inconscientemente cuando apenas era un pequeño bebé de algunos años, algunos cuando tenía al menos cinco años y el último que cobró las vidas de los padres del rubio. Su expulsión del ya llamado reino de los cielos estaba decidida, los grandes mandos o jefes de aquel pueblo consideraban a Sasuke como alguien peligroso para la humanidad y para ellos mismos.


– Señor – tocaron a la puerta tres veces.


– Adelante.


– Hemos averiguado en donde se encuentra el joven Sasuke.


– Eso es excelente, ordenen inmediatamente su ejecución lo más pronto posible, debemos de deshacernos del peligro ahora que no recuerda nada de este lugar.


Con un asentimiento de cabeza el otro sujeto salió del lugar a buscar a los mejores hombres para llevar a cabo dicha misión, la cual era eliminar al hijo más joven de los Uchiha.


Algunas semanas pasaron, semanas en las cuales varios hombres del pueblo del cielo bajaron para llevar a cabo dicha misión que se les fue asignada, no les costó mucho encontrar al chico llamado Sasuke, era más que claro que era él ya que desprendía un aura de poder que solamente los elegidos tenían.


Mantuvieron un perfil bajo para no ser descubiertos, por el contrario, así fue como se enteraron de que este estaba en lo que parecía una relación con otro chico rubio que siempre estaba a lado suyo, ya que en muchas ocasiones estaban junto e incluso se dieron cuenta que se encontraban viviendo en la misma casa y eso para ellos era una sorpresa ya que tenían entendido que ese chico era un desconfiado de todos.


Hasta la fecha no habían tenido ninguna oportunidad de poder acercarse de forma sigilosa y completar su misión pues parecía que el moreno mantenía la guardia alta.


......


– "Nuevamente nos están siguiendo" – era el pensamiento del moreno ante tal cosa.


Desde hace algunos días el moreno sentía que lo estaban vigilando, pero ¿Por qué? ¿Qué razón había para que alguien hiciera tal cosa? No es como si fuera una persona importante, tampoco tenía dinero, entonces ¿Por qué le seguían? ¿Tenía algo que ver con su familia? ¿O del por qué no recuerda nada? No podía pensar con claridad por lo cual decidido que lo mejor es tener cuidado con lo que sea que esas personas estuvieran tramando.


Así pasaron alrededor de más de una semana, el rubio ya había notado que el moreno se encontraba distraído e incluso se oponía a salir de vez en cuando inventando excusas sobre que tenían algún malestar inexistente. Decidió que no le daría más vueltas.


– Sasuke – hablo de manera calmada el rubio - ¿Sucede algo? – con la mirada fija en el moreno este no respondió.


Con un movimiento de cabeza le dejó saber que no pasaba nada malo, o al menos eso era lo que le hacía creer.


Pero cuán equivocado estaba que no notaron cuando uno de los hombres enviados del cielo entró a la casa del rubio sin que se diera cuenta, tomando por sorpresa al moreno quien no pudo reaccionar a tiempo. De pronto todo el lugar se volvió un caos, dos chicos tratando de ocultarse del tercero, pero lo que no sabía es que esta otra persona ya sabía dónde estaban y como si se tratase de magia otros dos sujetos estaban rodeándolos.


Sasuke al voltear a ver al rubio y noto que no lo tenía a su lado por lo cual comenzó a buscarlo con la mirada, notando como uno de los sujetos lo tenía, una mano sujetaba su cuello y con la otra sostenía una pequeña daga que apuntaba al cuello del rubio.


– ¿Quiénes son ustedes? – hablo el moreno tratando de obtener una respuesta.


– Conocidos – hablo el que sostenía a Naruto por el cuello – supongo.


Poco a poco comenzó a rozar el filo de la daga sobre el cuello del rubio – espera – hablo Sasuke – ¿Qué quieres? – termino por decir.


– Ven con nosotros.


– Primero suéltalo.


– Ve por él, el tipo ordenó a los otros dos que fueron a por el moreno quien no puso resistencia.


Una vez que llegaron a donde se encontraba al moreno, uno de ellos le dio un golpe en la cabeza lo que provocó que cayera al piso, con algo de dificultad vio que también le hicieron lo mismo al rubio, con algo de fuerza lo tomaron de los brazos y lo comenzaron a sacar de aquel lugar, el rubio seguía tirado en el piso


Pasaron varios minutos cuando el rubio se levantó notó que no había nadie cerca, además de que en su cabeza tenía un golpe el cual estaba sangrando poco a poco "Seguramente necesitará puntadas" se dijo así mismo. Comenzó a caminar buscando la forma de buscar a Sasuke quien no sabía en donde se había metido.


Pudo escuchar algunos murmullos y aunque su conciencia y mente le decía que no debía de acercarse, algo en él le decía que posiblemente Sasuke se encontraría en ese lugar.


A como pudo caminó hasta donde se escuchaban las voces, cada vez más haciéndose más claras, sintiendo como su corazón latía rápidamente pudo notar como estaba el moreno, lleno de golpes por todo su rostro y una que otra cortada en su cuerpo pues parte de su ropa estaba manchada de sangre.


– No lo tomes personal, solo que no quieren que causes más problemas – el moreno sabía que de eso no saldría vivió pues aquella daga iba directamente a su cuerpo.


– ¡¿Qué!? – aquella simple palabra le hizo abrir lo ojos que anteriormente cerro por instinto.


Como si de una broma se tratase vio cómo el cuerpo del rubio estaba parado delante de él – lo siento – escucho decir al rubio para después ver como de su boca escupía algo de sangre, poco después cayó a sus pies.


Lo siguiente que paso fue un caos que arrasó nuevamente con una parte de la ciudad pues el dolor que provocó aquella escena fue tan grande que por instinto aquellos poderes que una vez fueron sellados al llegar a la tierra fueron abiertos por la ira y el dolor que causo ver al rubio herido.


Para el resto del país era una incógnita el saber que originó dicho desastre en aquel momento pues hasta hubo reportes de que dicho accidente no causó ninguna muerte ya que según las personas que habitaban los alrededores, estos lograron escapar a tiempo de la inminente desgracia.


A los ojos de los demás ningún cuerpo fue hallado y aquel caso solo fue archivado como un accidente no identificado. Pero, realmente ¿qué pasó en aquel lugar? Solo un pelirrojo vivía en la constante angustia de saber en donde se encontraba su mejor amigo y quien sería su pareja.


Los años pasaron y poco a poco las personas olvidaron aquel desastre y siguieron su vida como si nada, las vidas poco a poco fueron suplantadas por unas nuevas, los años pasaban y nadie recordaba nada, solo fue un pequeño accidente.


......


La caminata por el parque era una de las cosas que más disfrutaba todo el tiempo, de alguna manera sentía una gran nostalgia cuando caminaba de manera lenta y veía a las distintas parejas caminar tomados de las manos.


Se encontraba en sus veinte años y aun no sabia que hacer con su vida, sentía que debía esperar a alguien, que no podía seguir sin aquella persona que vivía en sus sueños, aquella persona sin rostro alguno. Durante toda su vida, nunca tuvo una pareja pues lo sentía incorrecto, sentía que estaría traicionando a alguien que fue de alguna manera muy especial para él, pero ¿Quién era esa persona? Muchas veces le pregunto a sus padres si había tenido algún tipo de accidente pues era algo raro, sentía que había estado dormido por mucho tiempo y recién se hubiera despertado.


Tenía la esperanza de poder encontrar a esa persona que aparecía en sus sueños.


Las horas continuaron pasando y el rubio necesitaba irse a casa con sus padres por lo cual comenzó a caminar en dirección a su casa, al pasar por una de las bancas de aquel parque sintió su corazón dar un vuelco, por lo cual mira a aquella persona.


– Te encontré – dijo aquella persona.


– ¿Eh? – fue lo único que pudo decir.


La persona sentada se levantó del lugar en el cual se encontraba para después comenzar a caminar en su dirección, Naruto por su parte no se movió de su lugar, simplemente se quedó parado en su lugar, esperando a que aquel desconocido se acercará más.


– Te encontré – repitió aquel pelinegro.


– ¿Me conoces? – hablo el rubio con un poco de temblor en su voz, pero sin alejarse.


– Por supuesto Naruto – el moreno colocó una de sus manos en la mejilla del rubio, el simple tacto le pareció tan cálido, como si fuese algo natural de su cuerpo el reaccionar a ese chico.


Algunas lágrimas comenzaron a salir de los aquellos ojos azules, por lo cual el moreno limpio cada una de ellas con sumo cuidado, dejando entre ratos pequeños y suaves besos por todo su rostro. Y como si su cuerpo y corazón lo reconocieran dijo lo siguiente.


– Me encontraste – las lágrimas siguieron bajando por el rostro del rubio, pero esta vez con un sentimiento diferente. Era un sentimiento de felicidad.


– Lo hice – y como si fuera algo natural, el rubio se acercó hasta juntar sus labios con los del moreno, sintiendo la calidez de aquel suave beso, sentía su corazón latir rápidamente.


El moreno estaba más que feliz de haber encontrado en esa vida al rubio, agradecía que fuera la misma persona cálida y risueña que conoció anteriormente porque así ya no tendría que vivir en soledad, pues tenía a alguien que le alegraría por el resto de su vida. 


Fin 

Notas finales:

Con esto terminamos este OS, espero les haya gustado. 

 


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