El templo de Leo durante la noche, se ha vuelto algo interesante, pues algunos caballeros se han reunido para celebrar el cumpleaños del actual león dorado.
Se supone que deberían estar obedeciendo un toque de queda, aunque su diversión es primero en esta ocasión.
Si, fueron capaces de convencer al patriarca en permitirles esto, solo que no se saliera mucho de control.
Total no es como si estuvieran haciendo algo malo, solo han bebido, comido, riendo a carcajadas y de igual forma haciendo su desastre, que posiblemente Ilias los hará recoger después de que esto acabe.
Cierto, el festejado en cuestión es Ilias de Leo, realmente no es como que no aprecie el detalle de sus compañeros en hacer una fiesta en su templo, que se volvió algo sorpresa, pero… No es realmente su ambiente.
Pero los soportara, no tiene nada de malo, aunque su actitud seria y carácter reservado lo hace preferir otro tipo de entretenimiento.
Sin embargó está en su templo, bebiendo un poco con los demás, soportando sus malos chistes, pero dándose cuenta que puede llegar a tener más en común.
Intentando recuperar un poco de tiempo con Sísifo.
Reír con su buen amigo Rasgado.
Es ir consiento a los demás cámaras que tiene en este momento.
Sin embargo existen dos ausencias que se pueden apreciar.
Una que en si no es muy significativa para él, pues es alguien considerado como un traidor, que sus acciones fueron consideras como malignas, pero aun parecía tener algo de bondad en su corazón.
Ilias no desea pensar mucho en Zaphiri, porque si no, es sentimiento de odio vuelve a su corazón y es algo que desea ignorar.
Y ¿Por qué Ilias debería estar odiando a alguien en este día?
Sobre todo… ¿Por qué a alguien de hecho si cometió un pecado, pero no solo contra él?
Muy fácil, se puede responder, por la segunda persona que está faltando en esta reunión, pero nadie lo toma en cuenta ahora, pues Lugonis tiene prohibido por sí mismo salir de su recinto del doceavo templo.
Justificado por querer que todos estén bien, no corran ningún riesgo, por su sangre envenenada.
Por esta razón se ha perdido de tantas cosas, convivir con sus compañeros de armas.
Aunque en las misiones esa regla que se autoimpone se debe romper.
Y es allí que caemos en la verdad…
La misión que tuvo Ilias que realizar junto con aquel pelirrojo que usa una coleta baja de lado, fue un momento que no va a lograr olvidar nunca.
Aunque tuvieron que detener y acabar con un antiguó camarada de armas, fue un instante valioso y sumamente preciado para este joven hombre de cabellos rubios cortos y ojos azul claro.
En donde aún persiste ese sentimiento de rencor y envidia hacia un muerto.
Por haber sido la primera persona que el piscis de su generación toco.
Así es… En ese momento… Justo cuando…
---Flash Back---
-¿Acaso no lo tocas?- Su voz estoica y fría, mirando con cierto desde a su compañero.
-¿Qué?- Sin comprender lo que dice el León dorado.
-Deberías aprovechar a hacerlo, tocar a alguien, Zaphiri está muriendo, deberías permitirte esto-
Claro que conoce la realidad y peligro de esa sangre envenenada que corre por las venas del dorado a su lado, pero… Decirle estas palabras tan crueles a un desconcertado pelirrojo que duda tanto en actuar.
No se pueden identificar si sean de misericordia o de unos celos que él mismos se provoca.
Pues claro, Lugonis nunca sería capaz de poner a sus compañeros en peligro si no fuera necesario o por orden del patriarca, por lo cual, nunca debería estar tan cerca de ellos, incluso ahora se mantiene la distancia entre el rubio y piscis.
Es tan molesto tener sentimientos por alguien que jamás corresponderá.
Y no es, porque no sienta lo mismo, por ser ambos hombres, o cualquier excusa que se encuentre de por medio, si no… Solo el miedo de herir a los demás.
No lo analiza más, Lugonis entiende que es la única forma que podría sentir el contacto humano, la calidez de una piel, aunque de a poco pierda esa sensación.
Es solo un compañero de armas que debieron cavar con su vida, y lo cumplieron, pero aun así es doloroso, lastimar a los demás… Aunque se lo merezca, es una gran pena.
Por primera vez en mucho tiempo, las manos de Lugonis sienten otras, es extraño sentir a Zaphiri, desde luego no sería su primera opción para tocar a alguien, pero no le queda de otra.
Sin pensarlo más, decide dedicarle un abrazo, uno de camaradería, donde ningún otro sentimiento que no sea de pena por su muerte se manifiesta y el gozo de no sentirse por completo solo en este mundo, que al menos ante la muerte puede ser un humano que no debería importarle que su sangre hiera a los demás.
Es diferente y cálida el toque de una piel tan cercana.
Lugonis está en una finita paz.
Pero alguien detrás, que observa esto, comienza a sentir un odio tremendo hacia su propia persona, por haber dado esa maldita idea.
Ver a quien aprecias, quieres y amas… Abrazar a otro, aunque desde luego es evidente la camaradería.
Sin embargo no existe marcha atrás, deberá quedarse con ese sentimiento.
Con sus deseos de ser él, la primera persona que Lugonis pudiera abrazar desde que su sangre aumento en ese nivel de toxicidad.
Siente celos de un cadáver, que tan bajo debió caer.
Y más, si fue quien “Obligo” a Piscis en abrazar a Escorpio.
Jamás podrá perdonarse haber evitado que eso llegara a ocurrirle a él.
---Fin Flash---
Su mente vagara entre ese recuerdo no tan lejano y su actualidad.
El deseo y lo prohibido.
Sin saber algún día ser correspondido por ese pelirrojo tan hermoso.
Porque si, es verdad…
Ilias mantiene un amor secreto hacia Piscis, su propio compañero de armas, el cual aunque solo lo hubiera podido ver un par de veces.
Admitía que su belleza era una jamás antes vista, pero la soledad de esos ojos, lo hacían sentir un estremecimiento tan potente en su ser, que lo obligaba a sentir el maravilloso deseo de tomar esas preocupaciones de Lugonis y hacerlas polvo, para verlo feliz de verdad.
Pero no lo hará, no puede hacerlo… Por qué el mismo pelirrojo lo alejaría apenas siquiera intentarlo.
Es mejor desistir de este deseo, él mejor que nadie lo sabe perfectamente.
¿Para qué atormentar a un corazón que desde lejos se nota que no le corresponderá aunque así lo desee?
Ilias guardara su verdadero deseo de cumpleaños, para que nunca ser revelado.
Se dice, que si no lo dices, es por temor de que no se cumplirá, pero él lo guarda porque en efecto nunca se hará realidad.
O es lo que el León se dice a sí mismo, mientras sigue bebiendo un poco de alcohol, y deja que su corazón se lamente un poco más.
Estará bien.
Pero… Lo que no sabe el león dorado de esta generación, considerado uno de los más poderosos, es que desde un punto lejano al quinto templo.
Unos ojos tristes de un tono marrón rojizo se fijan en ese punto donde sabe que se celebra una pequeña reunión por el cumpleaños de alguien…
De una persona que es importante para él, pero… Que nunca podrá decírselo.
Que aunque lo desee desde el primer momento en que lo vio, ser su amigo y con el pasar del tiempo algo más que eso.
Cosa que nunca se volverá realidad, y lo sabe bien, pero…
En aquel momento en donde pudo sentir a alguien, como hubiera pedido que no fuera el cuerpo de Zaphiri, sino que un abrazo de parte de Ilias hubiera sido mucho mejor, pero… Le habría hecho daño, y seria imperdonable.
Una sonrisa se dibuja en su rostro, admirando el templo del león dorado.
-Feliz cumpleaños… Mí querido Ilias…-