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Asmita De Virgo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del fanfic:

Hola mis terrones de azúcar, he vuelto después de una semana por completo ausente, como ya sabrán pasaron cosas de índole personal, pero aquí estoy de vuelta.

Y con toda la energía del mundo mundial. 

Es gracias a todos ustedes mis terrones de azúcar, por haberme apoyado, mandado sus hermosos mensajes de animo para mi, de verdad me hicieron sentirme super mejor al leerlos.

Se los agradezco y para demostrarlo, empecemos de una vez.

Jajajajaaja, bueno... No me voy a extender mucho.

Solo que hoy habrá muchas actualizaciones y especiales, que no pude presentarles, pero aquí están.

Sin mas, este One Shot es dedicado a Asmita de Virgo, pues el sábado pasado fue su cumpleaños.

Pero vamos a hacerlo de una vez, por que ya tenemos mucho programado. 

Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, he vuelto después de una semana por completo ausente, como ya sabrán pasaron cosas de índole personal, pero aquí estoy de vuelta.

Y con toda la energía del mundo mundial. 

Es gracias a todos ustedes mis terrones de azúcar, por haberme apoyado, mandado sus hermosos mensajes de animo para mi, de verdad me hicieron sentirme super mejor al leerlos.

Se los agradezco y para demostrarlo, empecemos de una vez.

Jajajajaaja, bueno... No me voy a extender mucho.

Solo que hoy habrá muchas actualizaciones y especiales, que no pude presentarles, pero aquí están.

Sin mas, este One Shot es dedicado a Asmita de Virgo, pues el sábado pasado fue su cumpleaños.

Pero vamos a hacerlo de una vez, por que ya tenemos mucho programado. 

-¿Por qué has venido?-

-Solo quise hacerlo-

-Esa no es una respuesta-

-Pero es la que tengo y es verdad-

-¿Qué no entiendes que no debes estar aquí?- Furioso es el tono del habla, acercándose al rubio, sujetándolo de los brazos –Soy un demonio, deberías temerme como todos, y tú eres…- Aprieta sus dientes, que se muestran puntiagudos, desviando la mirada –Tu eres un príncipe… Debes irte-

-No quiero- Es la respuesta serena que dice el otro.

-¡¡¡¿QUÉ NO LO ENTIENDES?!!! ¡¡¡SI TE QUEDAS AQUÍ, NO DUDARE EN ATACARTE!!!- Las uñas en forma de garra, la expresión de enojo en esos ojos azules oscuros se pueden ver amenazantes, queriendo provocar miedo en este ser tan frágil.

-Hazlo- Es la respuesta que este dedica, sin inmutarse por las palabras del otro.

La sorpresa de escuchar aquello, es una sensación aterradora, le angustia de solo imaginar que los demás de su especié se den cuenta de la presencia de este precioso rubio.

Pero no podía permitir que esto ocurra, simplemente debe alejarlo a como dé lugar.

-¿Acaso no te aterraría morir por mis manos?- Confuso en su rostro, pero manteniendo el ceño fruncido, sintiendo que este rubio ni siquiera parece temerle.

-No serias capaz de hacerlo- Una sonrisa se dibuja en su rostro, con sus ojos cerrados, levanta su mano, con cuidado pues el agarre del demonio aún está en sus brazos, para dirigirse a la cálida mejilla de este ser –Por qué sé que sin importar lo que los demás humanos digan, tú no eres malo-

El suave tacto de un hermoso ser, invade su cuerpo de una extraña sensación, un sentimiento que decidió mantenerlo oculto por el bien de quien está delante, pero es difícil con cada día que transcurre.

-¡¡¡ESTAS EQUIVOCADO!!!- Se aparta bruscamente del humano, no podía permitir que el olor de este, se impregné en su ser, si no buscarían de quien en este aroma -¡¡¡LOS DEMONIOS ATACAMOS A LOS HUMANOS, ESO ES UNA REALIDAD!!!-

-Deuteros… ¿Cuanta sangre han manchado tus manos?- Su tono sereno, pero con confianza de conocer la verdad de esto.

No puede responder, cierra sus ojos, enojado por esta realidad.

No tiene con que defenderse o decir nada, es cierto…

Por eso, él siempre está solo, no fue capaz nunca de acabar con algún humano, siempre algo lo detenida de hacerlo, era como si temiera dañar a alguien.

Razón por lo cual varios de los suyos lo despreciaban y hacían a un lado, se volvió una escoria débil para los otros demonios.

Por lo cual siempre andaba solo, y en algunas cercanías de los humanos, sin ser detectado y ellos nunca se metían con él, por el miedo que se dedica su mera presencia.

Sin embargo este joven rubio, de piel tan blanca como la nieva, figura delicada, pero con una sola cosa que también lo hacía diferente al resto de los humanos.

No podía ver, es ciego en su totalidad, el príncipe del reino habiendo nacido con esa condición… Lo hacía verse como alguien que no sería capaz de reinar por su propia cuenta, por esa razón ya habían encontrado a alguien con quién uniría su vida en un futuro.

Pero obviamente era una decisión que Asmita jamás quiso, pero no tenía de otra.

Más, aunque este matrimonio arreglado fuera desde una muy temprana edad, el joven príncipe siempre quiso explorar el mundo, su reino, aunque eso fuera sumamente complicado al ser ciego, pero… No imposible.

Aprendiendo a sentir las vibraciones debajo de sus pies, por eso andaba muchas veces descalzo, o sus zapatos no tenían suelas, así sentía que podía ver aunque fuera por su sentido sensorial.

Eso era suficiente… Y que un día lo llevara hasta los imites de su territorio, encontrándose con alguien que jamás podrá ver, pero sí que podía sentir su dolor, escuchar ese tono de voz tan lastimero, y que por alguna razón… Se sentía identificado con él.

Y allí radica el hecho de porque no podía alejarse de ese demonio que conoció, que incluso cuando el peli azul le confeso que era uno de esos peligrosos seres, no tuvo miedo de él.

Al contrario estaba decidido a permanecer a su lado, aunque fuera una tremenda locura.

Y el mismo demonio se lo digiera.

Cada cierto tiempo Asmita iba, y por una razón Deuteros no se alejaba mucho de ese punto donde se encentraron, por el miedo que algún día los demás como él, se atrevieran a herir a ese joven.

La sangre de Asmita sería la más nutritiva y deliciosa de todas, es de un príncipe del que hablamos, alguien que conlleva un gran peso en la humanidad, una pureza que erradicarían, y con ello una larga línea sanguínea se acabaría.

Tantas cosas que se guardan entre ambos, pero que no se podrán decir nunca, pues…

Incorrecto es el hecho que guarda el corazón de ese demonio.

Jamás debía enamorarse de un humano.

Bien podían ser usados, para satisfacerse de cualquier índole, comestible, diversión, sexual, pero el amor no debería existir.

En cambio con Asmita no podría hacer ninguna de las tres primeras, pero si la única prohibida, se ha enamorado de la inocencia de ese jovencito, de su capacidad de aun con todo en contra sonríe, y aprecia el mundo como lo logra hacer.

Con él, conoció situaciones y experiencias nuevas, que jamás desearía olvidar, pero… El peligro es cada vez más latente.

Cada día que pasan juntos, aunque sean breves, se le hace más difícil dejarlo ir.

Por eso debía alejarlo de volver a buscarlo, debía hacer que le temiera, pero por más que lo intentara, Asmita no lo hacía.

-¿Sabes que hoy es mi cumpleaños?- La pregunta del rubio, saca de sus pensamientos y miedo al otro.

Reacciona de golpe, mirando atentamente al rubio, que se encuentra a centímetros de distancia.

-¿Y eso que tiene que ver conmigo?- Responde reaccionando a esta verdad, que jamás podría olvidar.

-Quiero que me des un regalo muy especial- Sonríe como si se tratara de un simple juego y con quien está no representa ningún tipo de amenaza.

-¿Un regalo?- Confundido el otro, se cruza de brazos, extendiendo sus alas, para mostrarse imponente, aunque poco le parece resultar, el otro no puede ver nada -¿Te parece que yo te daría un regalo?-

-Lo has hecho antes- Su tono burlesco, no le hace medir el peligro que se puede presentar de un momento a otro.

A su mente los recuerdos de los años en donde se han conocido y actuado como un par de amigos con diferentes características, en donde se puede apreciar que el hecho de uno ser demonio y el otro humano no importa, si no que esas circunstancias no importan en lo más mínimo.

Pero es inevitable, su corazón le dicta cosas que a veces desearía desaparecer, pero le es imposible a estas alturas.

Derrotado, pues el joven príncipe ha logrado derribar su gran muro de soledad que se ha planteado desde siempre, es difícil negarle algo.

-¿Qué deseas?- Le pregunta, sin darle mayor importancia.

Esa débil sonrisa en los delgados labios del rubio, dando uno cuantos pasos hacia delante, alzando sus manos al frente, para encontrarse de nueva cuenta con el rostro del de piel morena.

-¿Me puedes dar un beso?- Es directo en sus deseos, como todo un príncipe, en donde deja que su corazón también se exprese.

El pecho del demonio siente que se acelera con el latir del órgano palpitante, sus ojos azules con una pupila alargada, incluso sus alas se contraen como signo de sorpresa.

Era imposible esto, simplemente que un humano pida eso es inaceptable.

No había nada malo involucrado en un beso, pero... Se sabe que podría incitar un sentimiento mucho más fuerte, justamente lo que el demonio desea evitar, pero algo que al rubio no le importa en lo más mínimo causar.

-¡¡¡¿QUÉ HAS DICHO?!!!- Frunce el ceño, alejándose del humano, para negar esta posibilidad -¡¡¡NO TE VOY A DAR UN BESO!!!-

-¿Por qué no?- Ladea su cabeza, confundido en que el mal está muy cerca.

-Porque eso solo lo hacen quienes se aman- Una respuesta algo inocente, pero es que igual el demonio no era nada culto en la materia.

-De eso no debe existir problema, yo te amo- Asmita no tiene miedo en decir sus sentimientos, pero necesitaba esperar a una fecha importante, sonrojándose sus mejillas, sonriendo, y poniéndose algo nervioso, pero manteniendo esa firmeza que lo caracteriza

-¿Cómo puedes amar a un demonio?- Es una noticia, un hecho simplemente imposible, que provoca que su corazón se estremezca, pero debe apelar a su buen juicio, a su propio deseo de mantener a salvo al rubio, aunque esto doliera –Ni siquiera me conoces, nunca me has visto, tus ojos nunca lo podrán hacer… Por qué se…- Baja la mirada, le dolía decirlo pero es la verdad ante su ver –De seguro si me vieras por completo como soy, lo que realmente soy y luzco, no me podrías amar-

Un demonio que nunca ha probado la sangre humano, que sus padres murieron por protegerlo, que todos desprecian y se encargaron de relegarlo, de decirle que es un inútil, que morirá en la miseria, como es su destino.

Jamás podría conquistar el corazón de un ser tan noble y puro como este, un precioso humano, el príncipe de es reino, está a su lado, diciéndole que para su cumpleaños quiere un beso de él.

No podía ser más afortunado y desdichado…

Quien lo tiene todo, le pide solo una cosa, que no puede creer que solo él le pudiera dar.

-No me hace falta ver con los ojos, cuando puedo hacerlo con mi corazón…- Se acerca más, a donde sabe que está el peli azul, para volver a tomar la mejilla de este con delicadeza –Puedo notar que tienes un hermoso corazón que es incapaz de odiar, no eres cruel, no eres un asesino, eres alguien bueno, que…- Unas lágrimas caen de esos parpados cerrados, bajando la cabeza levemente –Me gustaría no tener que muy pronto casarme con alguien más… Porque cuando eso ocurra… Deberé irme…-

-¿Irte?- La sorpresa del peli azul es demasiada, su corazón estremeciéndose, el ceño frunciéndose, sus manos tiemblan por ese pánico repentino, para rápidamente llevarlas al cuerpo del más bajo, para abrazarlo.

No lo piensa más, y no quería hacerlo, solo actúa por mero instinto.

Abrazar al rubio, de forma protectora, con un miedo agravándose, de ser este el último encuentro.

Podía de esta amera sentir ese corazón latir contra su pecho, como el cuerpo del demonio tiembla, jamás fue su intención provocar esto, pero le va a ser sincero por completó.

Esta es la verdad que lleva en su interior, lamentablemente el tiempo llegó.

Su mayoría de edad cumplida para ese entonces, es el momento del cual su vida se unirá al de alguien que no ama, y no hará nada… Sabe lo que es mejor para su reino, por eso…

Por esa razón, decidió en este día que debería ser pura alegría y felicidad, confesar lo que siente, ya que… En esa noche… Su prometido llegaría para quedarse un tiempo, y en pocas semanas contraer nupcias.

-Me casare Deuteros… Te lo había dicho… Fue realmente hermoso haberte conocido y que me dejaras conocer más de ti y tú mundo… Pero… Yo… No puedo seguir así…- Su llanto se comienza a intensificar, su cuerpo también tiembla por el dolor contenido por años de convivencia.

El punto en que el rubio príncipe se enamoro es incierto, pero de que lleva gran parte de su vida con este sentimiento es cierto.

Lamentablemente para su alteza… Las reglas son injustas, el tiempo igual, y el hecho de permanecer a lado de ese demonio que ama, es imposible para él.

Los riesgos son elevados… Si se quedara con él, no dudaría que Deuteros lo protegería, pero… Los humanos no pararían hasta encontrarlo.

Sabe la fuerza del ejército de su padre… Que lo buscaría sin parar…

Los demonios eran una amenaza, pero debían aprender a convivir con esta… Las advertencias siempre fueron claras…

Él las rompió una vez y ahora se condenó a un amor que no se puede llevar a cabo.

-¡¡¡NO TE DEJARE IR ESTA VEZ ENTONCES!!!!- Ese instinto, de demonio protector, aferrándose a quien ama, dejando escapar lágrimas de dolor, sus ojos tornándose de un azul tan intenso como la noche misma, sus alas extendiendo para cubrirlos a ambos.

-Deuteros… Quisiera quedarme a tu lado… Pero… Sabemos que es peligroso… No quiero meterte en problemas con los tuyos y… Que por estos se desate una terrible guerra- Levanta su rostro, intentando llegar al nivel del rostro enfurecido.

Podía notar que los rayos del sol ya no caen en su delicada piel, al contrario podía notar las plumas rozar parte de su ser.

-¡¡¡TE PROTEGERÉ!!! ¡¡¡QUÉDATE A MI LADO!!! ¡¡¡POR FAVOR…!!!- Rogar no es de un demonio, pero sí de uno enamorado.

-Es lo que así quisiera- Deja que las lágrimas corran más, pero una sonrisa sigue en sus labios ahora –Pero es imposible… Siempre lo fue…-

-¡¡¡NADA DE ESO ES IMPOSIBLE, TÚ ME LO ENSEÑASTE!!!- Su rostro se fija en aquel joven príncipe que tiene entre sus brazos, que le dedica una gentil sonrisa enternecida.

-Quisiera quedarme así… Por siempre… Pero… Deuteros…- Sus palabras son calladas, el peli azul no podía resistir más, escuchar esas negativas de aquel deseo de estar a su lado.

Un beso, uno que de verdad se debía dar entre ambos, la muestra más grande de amor entre dos especies diferentes.

Los labios del humano son tan delicados, que siente que podría herirlo con sus colmillos y dientes… Pero es demasiado cuidadoso.

Deuteros no quisiera dañar para nada al rubio, es su ser inocente y puro, es lo que más desea proteger.

Ambas bocas conectadas, sus cuerpos estrechándose en un gran abrazo, en donde ambos están de rodillas, aferrándose el uno al otro.

Las alas protegerán que nadie los vea, aunque… Si un demonio se presentara podría sospechar, pero es una señal de esa especial en que no deben interrumpir para nada, a un de los suyos si tiene así las extremidades en un refugio, puede significar muchas cosas.

Un beso casto, puro, en donde la inocencia reina, no se necesita moverse, o profundizar, ya de por si es apasionado, sin necesitar de usar sus lenguas, sus cuerpos se calientan de a poco, pero no cometerían nada aun.

Un demonio que no quiere apartarse de un humano, no podría pensar en aquello, un príncipe inocente, solo cree que eso se hace con la persona que amas, bajo un lazo de unión pura…

Ambos tienen todo en su contra, y saben que si se van lejos el uno del otro en este día, ya nada, ni nadie podrá hacerlos unirse nuevamente.

El cruel destino de un amor no correspondido, especies que no podrían estar juntos nunca.

No desean que el aire les falte, permanecerían en un beso así, todo el tiempo que pudieran.

Sus lágrimas se combinan, caen en sus regazos, mancando sus ropas.

Es el llanto de sus corazones que se alejaran muy pronto, solo un milagro podría hacerlos estar por siempre juntos…

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo la verdad me encuentro bien, de verdad les agradezco tanto el hecho que me estuvieran animando mucho, la verdad, significo mucho para mi.

Son los mejores del mundo, sin duda me hicieron sentirme mejor.

Aun me siento algo conflictuada, pero digamos que vamos a yendo mas al 100 y subiendo. 

Entonces mis terrones de azúcar, pasemos a felicitar al bien caballero de Virgo de The Lost Canvas, del siglo XVIII.

Es un AU, algo triste y dramático, ya verán mis terrones de azúcar, espero que lo disfruten mucho.

Ahora a cantara aunque sea fuera de tiempo, la canción oficial de la familia terrón de azúcar. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Asmita tu cumpleaños si que si. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Asmita tu cumpleaños si que si. 

Espero que disfruten este pequeño especial, y no me extenderé mucho.

Por favor sigan con las medidas de higiene, no se expongan de mas y cuídense muco.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 


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