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Shun De Andromeda por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del fanfic:

Hola mis terrones de azúcar, jajajajaj ya se... Ya se... Estuve muy ausente esta semana, pero ahora este fin estaré publicando lo que hizo falta, claro los semanales pus no, pero... No pasa nada.

Este One Shot, esta dedicado a nuestro buen Shun de Andromeda, kiaaaaa díganme algo... ¿Fue él uno de sus primeros Crush?

Ya saben en la infancia cuando eramos unos pequeños terrones de azúcar. 

Jajajaja sin mas disfruten esta ternura, la neta que es algo romántico y cursi, pero me nace hacer estas cursilerias con Hyoga y Shun.

Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, jajajajaj ya se... Ya se... Estuve muy ausente esta semana, pero ahora este fin estaré publicando lo que hizo falta, claro los semanales pus no, pero... No pasa nada.

Este One Shot, esta dedicado a nuestro buen Shun de Andromeda, kiaaaaa díganme algo... ¿Fue él uno de sus primeros Crush?

Ya saben en la infancia cuando eramos unos pequeños terrones de azúcar. 

Jajajaja sin mas disfruten esta ternura, la neta que es algo romántico y cursi, pero me nace hacer estas cursilerias con Hyoga y Shun.

Hoy es un día muy especial, ese día que tu naciste, con eso es más que suficiente por agradecer a quien sea, porque estas en este mundo.

Sin importar las circunstancias, Shun… Tú me has permitido pasar días maravillosos contigo, desde que éramos unos niños.

Cuando creímos que no encontraríamos nunca a nadie que nos amara de verdad.

¿Recuerdas cuál es ese lugar?

En… Donde nos conocimos por primera vez.

-¿El lugar donde nos conocimos?- El joven que lleva entre sus delicadas y tersas, manos un papel con hermosas palabras escritas, está sonriendo, parece ser que no necesito pensar mucho en esa respuesta.

-Claro que lo recuerdo- Solo asiente y sale de su hogar, va a ir hasta ese punto caminando aunque está retirado, después de todo, ama sentir el aire fresco en su rostro y posee una buena condición física, andar a pie un poco no es nada del otro mundo.

Algo extraño está ocurriendo en este día, que se celebra este aniversario de vida para el joven de ojos soñadores, y sonrisa encantadora.

Le tomo de raro, que su hermano mayor no estuviera en la casa, ni tampoco su cuñada, pero creía que se habían ido temprano a trabajar, después de todo, el único con suerte de descansar este día, es él mismo.

O eso se es lo que cree.

Sus amigos ni un solo mensaje, pero creía que era por ser muy temprano y aun dormían.

Pero más importante su novio, tampoco le ha marcado, o ha ido a verlo…

Hyoga no se comporta así.

Sin embargo vio algo raro, pegado a la foto que tiene en su habitación, en donde está un joven rubio y él, abrazados, una foto perfecta y dulce de dos enamorados, que ahora enmarcan una edad diferente.

Una ocurrencia demasiado linda, en donde palabras dulces y preguntas raras están, sin mucha explicación, solo guiarse por las corazonadas.

Le costó un poco llegar hasta aquel edificio, un gigante de bloques y loza, de color gris, con la naturaleza reclamándolo.

El orfanato se encuentra ahora abonado, se supieron muchas cosas turbias que envolvía este recinto.

En las rejas de metal, se puede ver pegado una carta, donde un conejito se encuentra impreso y sin duda es una referencia al hermoso sobrenombre que su novio le dedica siempre.

Sonríe, sabe que es para él, tomando aquello entre sus manos, abre el sobre y ve la hoja de papel, y otras letras se aprecian.

Solo éramos unos infantes añorando una sola cosa, sin embargo yo deseaba permanecer a tu lado sin importar que pasará.

Fui tan egoísta cuando yo debí irme, y tu quedarte, pero las cosas así tuvieron que ser.

Fueron días tan duros, pero… Al pasar los años, te volví a encontrar.

No sé cómo, pero coincidimos en un solo lugar, éramos unos adolescentes, habíamos dejado de ser unos niños.

Pero tú seguías conservando ese hermoso rostro de inocencia y ternura, en donde no puede evitar tomar tu mano, para constatar que eras tú, y no un producto de mi imaginación.

¿Sabes cuál es ese lugar?

Donde nos reencontramos, para jamás volvernos a separarnos.

-¡¡¡SI!!!- Sus ojitos verdes se ilumina, sus mejillas rozagantes.

Guarda cada hoja en un pequeño bolso que tomo sin pensar, pues no quería arrugar ni un poco las hermosas cartas.

Se daba cuenta del juego.

Es una búsqueda del tesoro, algo que Shun siempre amo de niño, y seguía haciéndolo, nunca le pareció algo que solo los más jóvenes pudieran hacer.

Ni siquiera ahora que ya es un profesional de la salud un muy buen doctor, sigue divirtiéndose con esto.

Hyoga se ha esforzado en hacer este día inolvidable.

Sus pasos lo conducen hacia la escuela, aquel instituto de estudios medios, en donde volvió a reencontrarse con el amor de su vida.

Apenas es jueves y ahí clases, parece que ha llegado a la hora donde los alumnos están en sus aulas y nadie más está afuera de estas.

Aunque debería tener problemas para ingresar al instituto, se sorprendió mucho cuando uno de sus amigos de aquella época se encuentra sonriéndole en la entrada.

-Shiryu, hola- Sin más saluda el emocionado peliverde.

Mas el pelinegro no le puedo contestar, solo sonriente, señalándole que lo siga.

Pero le toma desde luego de raro, que no le diga nada más.

-¿Qué sucede?- Su instinto de preocuparse por los demás se activa.

Mas Shiryu no responde, solo niega con la cabeza y camina delante de este, seña de que lo siga.

Sin más Shun obedece, pero le parece bastante curioso este comportamiento.

Pero, es cuando se da cuenta por el camino que han tomado.

Un sendero que conduce hasta la entada del gigante académico, donde se aprecian arboles por ambos lados, algunas bancas, las preciosas jardineras siguen iguales, o más bellas.

Es el punto, lo sabe…

Pues en una banca, una carta, donde de nuevo la figura de un conejito se hace presente.

El más joven, mira esto, sin pensarlo va hacia aquello, para tomarlo con sus dos manos y abriéndola de inmediato, necesita saber que es lo siguiente.

Cuando comprobé que esto era real, sonreí…

Tome tus manos y te abrace…

Fue el momento en que mi corazón por fin volvía a ser feliz, y tú lucias como un hermoso conejito.

Pasamos muchos días juntos desde entonces.

Conocimos grandes amigos, que siempre nos ayudarán.

También tu hermano me conoció y me odio, sin siquiera decirte mis sentimientos.

Solo pensaba en seguir siempre contigo, como amigos y algo más.

Un día, me aventure a pedirte una sola cosa, y aceptaste serlo.

¿Sabes a que me refiero?

Algo que nos une, y nos llevara al siguiente nivel, pero primero se debe hacer esto.

Es en este punto que el pobre joven médico se queda pensativo, mirando para todos lados, incluso a su amigo, que sigue pareciendo un mudo, con los ojos cerrados tan tranquilo.

-¿Algo que nos une, que lleva al siguiente nivel, pero primero es esto?-

Repite la última frase, allí está el acertijo, debe pensarlo con cuidado.

Aunque se sorprende que todo esto ya le esté tomando toda la mañana.

Sin embargo de buenas a primeras reacciona, solo debía concentrarse bien, y darse cuenta del patrón que va siendo cada pista.

-Lo tengo- Reacciona de golpe, girándose al pelinegro –Debo irme- Le indica rápidamente.

Este solo asiente, sonriendo, y dejando que se vaya, pues ha logrado el propósito.

-Adiós Shiryu, salúdame a Shunrei- Es lo que el peliverde le dedica de despedida al otro, para seguir hacia su próximo destino.

Para este momento no debió caminar mucho, de hecho el lugar a que se refiere la carta, está bastante cerca de aquel instituto en que todos ellos fueron.

Daba gracias a ver almorzado algo y llevar consigo algo de fruta, pues esto ya ha tomado mucho tiempo, pero es divertido sin duda.

Un pequeño parque, que tiene en medio una plaza, donde los arboles predominan, asientos para despejarse, un quiosco en medio, algunas palomas volando y andando en el suelo, un lugar muy hermoso y tranquilo, más si es que los niños y jóvenes se encuentran, en su mayoría en clases.

Nada arruinando el lugar.

La misión del peliverde es, llegar al punto donde aquella situación se dio.

No puede evitar sonrojarse, al solo recordar ese instante.

Su corazón late apresurado, su mirada solo se fija al punto donde, en aquel quiosco, en una tarde, después de salir de clases, Hyoga le pido que fueran allí.

Al solo llegar, sube las escaleras de ese lugar, donde está por completó solo, buscando en punto donde sucedió.

Encuentra la carta, pegada a una columna, su identificación para saber que es para él.

Y la hoja extendida dicta lo siguiente.

Así es, aquí…Te pedí que fuéramos novios.

Sigues luciendo tan hermoso como aquellos días, tome tus manos, no sabías que hacía, te pusiste nervioso, debí lucir como un loco, pero necesitaba tomar valor para decirte mis sentimientos.

Así me declare, te dije lo que mi corazón quería decirte, tu rostro tan precioso, tan dulce, tan tú.

Te amo, es lo que mi corazón te quiso decir, y aun lo hace.

Te pedí que fueras mi novio, y aceptaste, no sabes la felicidad tan grande que me diste.

Que solo se comparó con algo más que sucedió poco tiempo después.

Mi atrevimiento de esa ocasión también te tomo por sorpresa, y jamás me he arrepentido de nada.

Espero que tú tampoco lo hagas.

¿Dónde fue, nuestro primer beso de amor se dio?

-¡¡¡EL LAGO!!!- Claro que Shun recordaría esa vez, que Hyoga le robo un beso.

No lo pensó más, seguirá el recorrido para ese mágico momento, en donde sin aviso alguno, una demostración dulce de un acto puro e idóneo.

Fue una preciosa mañana de invierno, donde pensaban ir a patinar, después de todo, el lugar estaba congelado, el frio arrecio mucho en esa época.

Fueron por la mañana, para ser los primeros, además que el rubio necesitaba tiempo a solas con su lindo conejito, ya había pensado, que era el momento de besarlo, quería hacerlo.

Pero siempre era por una u otra cosa, no lo lograba, los interrumpían, alguien se interponía o simplemente, Ikki deseaba matarlo de una sola vez.

Ya que nunca ha aprobado esta relación, pero…

Eso no importa.

Al llegar, nota que el lago desde luego es hermoso, con su agua cristalina, algunos cisnes y pequeños polluelos se ven nadando, después de todo es una zona donde bastante fauna de esta índole se destaca.

Pero al llegar, nota que no está el lugar por completo solo.

Si no que alguien, vestido de una forma elegante y casual, un traje de color negro, no estaba abrochado el saco, se nota un estilo muy propio de quién lo porta.

El cabello del rubio, sujeto en una coleta, quería verse lo más presentable posible, logro su cometido.

Sonríe al ver a ese peliverde, de un tono de piel pálida y rosada, que vista de forma casual, con sus típicos pantalones blancos, con tirantes que le llegan a los hombros y caen hasta su espalda, y la playera verde que lo representa.

Shun no duda, entendiendo que el final de la sorpresa ha sido esto.

Solo fue un juego para entretenerlo, uno que de verdad le fascinó.

Son los pequeños detalles lo que cuentan, lo que para unos es algo simple y aburrido, para otros es lo más maravillo del mundo.

-Feliz cumpleaños Shun- Es lo que pronuncia, al estrechar ese frágil cuerpo contra el suyo.

-Hyoga… ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!- No puede evitar grita de lo emocionado que se encuentra.

-Supiste muy bien este lugar- Le confiesa el rubio con un tono de burla.

-¿Cómo olvidaría el lugar donde, me sostuviste de la cintura, me sujetaste y robaste un beso?- Dedica las palabras con cierta timidez, pero es inevitable hacerlo, fue un instante mágico y sencillo.

-Siempre has sido mi dulce conejito Shun, sabes que siempre te he amado y uno de mis mayores deseos es que seas mío- Hyoga, no puede evitar que estas palabras salgan de su boca, el sonrojo se presenta en sus mejillas, pero debe tomar valor para lo siguiente que ara.

Sin dejar que el otro diga una sola palabra, rompe ese abrazo, lanza un suspiro, intentando que los nervios no lo controlen, cierra los ojos, se inclina, apoyando su pie izquierdo siendo flexionado en la rodilla, y el derecho igual, pero para atrás.

Sera rápido, es difícil para él expresar sus sentimientos con palabras, es más de acciones, y en esta ocasión quiere tener un equilibrio en este asunto.

Su mano busca algo entre los bolsillos del saco.

Los ojos del peliverde se abren de par en par, contrayéndose la pupila, tapando su boca con sus manos, pues la mayor sorpresa delante de él se lleva a cabo.

-Shun Androme, eres la persona que más amo en esta vida, desde que éramos unos niños, hasta el momento en que volví a verte, mi amor jamás se perdió por ti, desde el momento en que te pedí que fueras mi novio y tome tu primer beso, son experiencias únicas… Que solo contigo podía experimentar- Habla con firmeza, sosteniendo una pequeña cajita de un color blanco, aun cerrada, mira de frente al otro con total decisión.

-En este día, por este juego que prepare para ti y de este modo, te pido, que me hagas el honor de… Volverte mi esposo, así que… ¿Quieres casarte conmigo?- Suelta la mayor pregunta, una que siempre ha sido un símbolo de amor sincero o bueno eso es lo que debería significa.

Allí es que abre la pequeña cajita, dejando ver un precioso anillo de un color plateado, con una gema de cuarzo rosa, y algunos adornos en verde, pareciendo una hermosa rosa.

Shun sin saber que decir o hacer, sus manos tiemblan, ver como el rubio se le está declarando, con esa propuesta de amor infinito.

Le pide matrimonio, no es cualquier cosa.

Las lágrimas corren por esas rosadas mejillas, sonriendo sin más.

-Si… Sí, quiero…- Su voz sale en un hilo, sonriente, temblando, sin saber qué otra cosa hacer o decir.

Para el joven rubio estas palabras, que lo acepté su conejito, es el momento más mágico del mundo.

Levantándose de su posición, para tomar la delicada mano de quien ama, la izquierda y colocar con gentileza el anillo en el dedo anular, justamente donde la vena conectada al corazón se encuentra.

Por eso lo de ese simbolismo tan antiguo.

-Gracias Shun- Ahora el deja escapar esas lágrimas de felicidad, en donde escogió el día de su amado conejito, para pedirle matrimonio.

Para Hyoga no existe otro día más importante y maravilloso que este, el cumpleaños del peliverde que ama con todo su ser.

-Te amo Hyoga, gracias a ti, por amarme y… Darme este hermoso regalo yo…- Sus labios se mueven nervios, hablando lo primero que se le venga a la mente, está demasiado emocionado para ser coherente, pero si sincero.

-Te amo mucho más mi hermoso conejito- Y es así como con un dulce beso en el mismo lugar donde se dieron el primero, sellan el contrato verbal, en donde se han comprometido ahora.

El sol ilumina con gran fulgor, el lago es cristalino, los cisnes nadan con sus pequeñas crías, dando privacidad a esta pareja de enamorados, que en ese momento se han comprometido por la eternidad.

Nada puede arruinar este momento.

Bueno…

No se puede decir mucho de eso…

Ya que los amigos de ambos jóvenes, hicieron de todo para que esto se logrará llevar a cabo.

Shiryu, al terminar su trabajo como maestro, fue a ayudar al rubio a seguir preparando otra parte de la sorpresa.

Seiya vigilo que nadie se llevara las cartas para del peliverde.

Y bueno la cuñada de Shun, una joven rubia, de nombre Esmeralda se encargó de hacerle entender a Ikki, que así como ellos se casaron, el pequeño peliverde, tenía su derecho.

Si ya era un joven adulto, con una carrera terminada y buen trabajo.

Algo que el hermano mayor no quiso al principio y se negaba, pero entendió que si se negaba, perdería a Shun, y era lo que menos deseaba.

Pero no por eso quiere decir que adora al pato, como le han dicho desde siempre.

Solo que ahora lo soportará por ser parte de la familia.

El inicio de una dulce vida, para Hyoga y Shun, donde su amor culminara en cosas más importantes.

Un matrimonio no es algo que todos puedan deseen o estén listos, pero estos dos jóvenes adultos, podemos decir, que si…

Que si lo están.

Y que todos quienes los quieren y aprecian, les desearan un feliz matrimonio, cuando el día esperado llegue.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Este es el... Creo la cuarta publicación de este día... Bueno la segunda en lo que viene siendo de nuevos.

Nuestro buen Andromeda cumplió años el día nueve de septiembre, fue hace dos días, pero aun no me sentía al cien por cierto, pero hoy ya estoy al tiro, como se diría. 

Jajajajajajaja, pero ahora si lo ando super mejor.

Son los mejores mis terrones de azúcar, todos ustedes me ayudaron a sentirme mejor de verdad, gracias los quiero mucho.

Ahora a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Shun, tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Shun, tu cumpleaños si que si.

Sin mas, espero que disfruten mucho el día de hoy, con este precioso One Shot, en este libro habrá mucas cosas mas.

Por favor sigan cuidándose mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 


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