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Al fin era libre por dark kirito

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# Aladdin al fin #
Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo.
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Aladdin al fin era libre.
A veces el amor no podía vencerlo todo.
Kouha x Aladdin
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[Drama] [Tragedia]
Aladdin siempre fue una persona solitaria que tenía un gran y único deseo, tener un amigo. Por ello no es difícil entender porqué se dejó llevar cuando tuvo más de uno, no podía controlar sus sentimientos, entregó completamente su corazón a cada uno de ellos, confiando en que estaba seguro. De esa manera cada día se llenó de una cálida luz que le era desconocida, le hacía sonreír como el simple y feliz niño que era, estaba agradecido por ese milagro, no de vez en cuando, no cada que le venía a la mente, era algo perdurable. Fue así como aquellas personas importantes se colaron en su alma a un grado peligroso, pero no se dio cuenta. Dejó de vivir para él y se dedicó a ellos, a hacerlos felices, quería devolver un poco de lo mucho que le habían dado. Se encariñó, se sintió tan cómodo, tan comprendido e incluso sorprendido cuando se dio cuenta de que compartían sueños. El destino trazaba un camino en el que ya no estaba solo, esa pesadilla no volvería a pasar. “Gracias” Repetía una y otra vez. “Gracias Dios por rodearme de amigos que pueden entenderme, que están para mí, no me permitas fallarles, por favor.”
La vida le sedujo de una manera que no logró entender, no estaba acostumbrado a ello y menos aún tenía experiencia pero, creía fervientemente que los sentimientos nunca se equivocan, que todo saldría bien siempre que no mintiera en ese aspecto, y así, sin planearlo se enamoró. ¿Tenía miedo? Era más que eso, siquiera sabía qué hacer pero recordó que se había prometido ser honesto y lo confesó con el riesgo de no ser correspondido, más, no fue así. Un chico le aceptó y le hizo sentir único, como algo que no sabía que podía ser hasta entonces y sacó lo mejor del pequeño, le convirtió en una persona muy alegre y cariñosa, alguien que desbordaba amor a todos los que se cruzaran en su camino porque realmente les estimaba. Todo era tan perfecto, demasiado. Las circunstancias le arrebataron a su príncipe, aún cuando hizo todo para no perderlo solo pudo mirar, se sumió en la desesperación, experimentó un dolor que no podía ser real. Estaba aturdido, perdido, no tenía ni la menor idea de qué hacía. Era como estar en el mar, tenía grilletes en los tobillos que le hundían cada vez mas profundo, ya no podía respirar, se ahogaba, estiraba la mano implorando ayuda pero… algunas personas le sumían en el líquido, gozaban al verlo llorar. “¿Por qué?” Se preguntaba dolido, ahí habían muchas caras conocidas, en las que creía… los que ahora le traicionaban. Tuvo la impresión de que alguien le sujetaba de la muñeca para salvarle pero para entonces ya no podía distinguir a sus amigos, le era imposible reconocerlos. “¡No! ¡Debo creer!” Y así lo hizo, se dejó rescatar por alguien, aún estaba herido pero volvió a sonreír, caminaba a la orilla de la playa con ella hasta que la chica se detuvo y clavó algo en su pecho del que empezó a brotar un liquido carmesí, le dijo cosas tan dolorosas que prefiere olvidar. “¡No es verdad! ¡No es así!” Pensaba el chico, no quería perderla también pero alguien le inmovilizó, de pronto era un grupo que le arrojó de nuevo al mar. “Ya no puedo más.” Se abandonó así mismo, perdió la conciencia y al recuperarla, Solomón le acariciaba el rostro con una sonrisa. “¿Papá vino por mi?” Y ciertamente no fue la única vez que ocurrió, fueron muchas las veces en que le separaban del rey para arrojarlo ahora al océano. Lloraba, gritaba pero era incapaz de usar su magia… o quizá no quería. Aún así, ese hombre le rescataba y curaba con paciencia y amor, a veces también era Kougyoku, su querida amiga que lo regañaba, le lastimaba lo directa que era, pero ella deseaba su bien. A veces también su madre estaba ahí como un ángel. Conoció a muchas personas, volvió a ponerse de pie, ya no era el mismo niño alegre pero lo intentaba y así llegó a su vida el mejor amigo, era uno de los pocos a quien confío sus mayores secretos, en poco tiempo Alibaba se convirtió en algo increíble, en alguien que de no tenerlo, la vida no sería igual pero… le habían alejado de él, al igual que con su amado Kouha solo pudo contemplar, esperando que le escogiera pero no fue así. “No soy importante. Algo me falta.” Pensando en ello todo el tiempo contaminó su corazón, se convirtió en un ser horrendo a sus ojos. Y esas fueron solo algunas de las muchas tragedias que le ocurrieron, la gran mayoría las guarda en secreto, incluso de si mismo. “No más.” Intentó hacerse daño muchas veces pero era amado por el rukh y de alguna manera no lograba su cometido. Y llegó a la conclusión de que era un magi pero humano a fin de cuentas. Se recostó a la orilla del mar, el agua le rodeó gentilmente, le aceptaba por primera vez y cogió su flauta entre las manos. Usó una gran cantidad de magoi sin detenerse, sin importarle en lo más mínimo el estado de su cuerpo o los escalofríos, llegó un punto donde ya no sentía nada a excepción del profundo dolor en su alma. Sabía muy bien que estaba siendo egoísta e injusto. Si pudiera ver a Sheba y Solomón… trataba de no imaginar sus expresiones tristes. “Perdónenme por no ser tan fuerte.” Llegó un momento en que sintió que empezaba a alucinar porque casi podía jurar que Kouha se había sentado a su lado, para hacerle compañía, que trataba de arrebatarle el objeto sin resultados y resignado le daba un beso en los labios. Una lágrima recorrió la mejilla del pequeño que murió… Aladdin al fin era libre.


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