Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vivid Shadows por MaaGaa

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

— Algunos personajes son de mi autoría, pero los otros fueron sacados del universo de Jujutsu Kaisen. Todos los créditos sean para su respectiva creadora

— SPOILERS DEL MANGA

— Pareja segundaria Heterosexual: Gojo x personaje de mi autoría

— Escenas de violencia

— Escenas con variable contenido erótico (hetero y homosexual)

Notas del capitulo:

Este Fanfic lo pueden encontrar en el siguiente link https://w.tt/3vUCngN 

—Oye, Gojo, ¿no crees que ya somos lo bastante grandes para participar en esos festivales?, creí que los estudiantes de cuarto no participaban—preguntó Nobara echándose un poco de aire en el rostro con un abanico que tenía sublimada la cara de su idol favorito. 


—Solo porque vas en cuarto año ya te crees grande —comentó Yuuji con algo de helado en la comisura de sus labios.


—Límpiate la boca antes de hablarme, idiota —le dijo la chica, estirando su mano para alcanzarle una servilleta a su amigo.


Sí, aunque fuera difícil de creer, ese trío había alcanzado un nivel avanzado en la doctrina del jujutsu, pero, por alguna extraña razón, se empeñaban en seguir comportándose como mocosos del kínder que se pelean por todo y al minuto siguiente vuelven a compartir sus juguetes en plan "aquí no ha pasado nada".  


Megumi, hundido en su imagen de chico cool, comió en silencio una bolita de takoyaki mientras Gojo, quien estaba justo frente a él comiendo de un trozo de pastel tuvo que interceder para que ese escandaloso par se calmara. 


Las cosas habían cambiado mucho desde la última vez que participaron en un festival de intercambio. La batalla de Shibuya, el sello de Gojo, el juego de selección y otros acontecimientos variados marcaron un antes y un después en la vida de todos. 


El mundo y las personas que les rodeaban ya no eran las que alguna vez fueron cuando ese trío comenzó con la que sería la travesía más larga para convertirse en chamanes de jujutsu de excelencia, pero, al menos, Yuuji seguía vivo y Sukuna seguía formando parte de él, más no vivía en su interior, sino que podía invocarlo como un Shikigami, Nobara había logrado salir del coma, Megumi consiguió rescatar a Tsumiki al ganar el juego de la matanza y, finalmente, cuando Gojo fue liberado del sello, necesitó sentarse para asimilar lo que había pasado durante su ausencia y aún conservaba la amarga sensación de que estaba viviendo en otra realidad y que sus amigos solo se habían mudado muy lejos. Pero las cosas resultaron casi como un mal chiste, lo despojaron de su título de hechicero, pero ahí estaba ahora, ocupando el puesto de director del Colegio Técnico de Magia Metropolitano de Tokio.


Tanto Fushiguro como Itadori alcanzaron niveles muy altos como hechiceros, pero Nobara se quedó un poco atrás luego de su largo receso a causa de su coma y éste fue el motivo por el que sus mejores amigos decidieron unánimemente graduarse del colegio con ella. 


En la actualidad, ambas escuelas de magia tenían encima los ojos de toda la población de Japón y la institución estaba luchando por ser reconocida, cosa a lo que Gojo se oponía rotundamente por el conflicto de intereses que desencadenaría entre los altos mandos el contar con apoyo político y económico del país. Allá ellos si querían llenarse los bolsillos de dinero y ser reconocidos, Gojo creía fielmente que las escuelas de  estaban para adiestrar cada año nuevos hechiceros capaces de exorcizar maldiciones y quería mantenerlas alejadas todo cuánto se pudiera de la corrupción y los intereses egoístas. 


En la sede Tokio, y bajo el cuidado de la hechicera de primer grado y descendiente del clan Kamo, Ruka Akashima, estaban los cinco estudiantes de primer año. Los tres estudiantes de segundo estaban a cargo de la avara y hermosa Mei Mei y los dos estudiantes de tercero que siempre se lo pasaban fuera del colegio en misiones estaban bajo la tutela de Yuki Tsukumo. 


Cada vez estaban naciendo más chamanes capaces de lidiar con niveles inimaginables de energía maldita, lo cual era genial; fríamente hablando, significaba que podían darse el lujo de seguir perdiendo miembros, puesto que siempre habría otros dispuestos a ocupar sus lugares, sin embargo, si interponían sus emociones a esto, como los seres humanos que eran, nadie reemplazaría jamás a ninguno de los se sacrificaron en ese año tan oscuro para el jujutsu.


—¿No vas a responderle a Kugisaki? —le preguntó Fushiguro a Gojo antes de comer otro bocado de Takoyaki.


—Este año y por primera vez en toda la historia, los estudiantes de cuarto de ambos colegios también participarán.


—¿Eh? —protestó Nobara—¿Y quién decidió algo así?


—Yo lo hice~ —dijo Gojo con su relajada naturalidad—. Esta actividad está pensada para que interactúen con sus compañeros más pequeños —dijo acariciando el cabello de Nobara de un modo paternal y descuidado mientras apreciaba lo realmente bella que lucía con el parche negro cubriendo lo que alguna vez fue su ojo izquierdo.


—Con suerte puedo tolerar a Itadori y a Fushiguro y me pides que tolere a esos mocosos —bromeó Nobara, haciendo a un lado la mano del director con gesto arisco.


—Irá Maki~


—No creas que vas a convencerme con eso.


—Oh, vamos —Gojo se apoyó en el respaldo del asiento—. Yo digo que será divertido. Mucho me esforcé para congeniar mis ideas con las de ese vejereque.


Los estudiantes de segundo y primero habían conformado su propio equipo y aislaban a los más grandes, pero la verdad es que no lo hacían con mala intención; lo hacían porque creían de que los de cuarto estaban a otro nivel y, por lo demás, no se equivocaban. Ellos habían llegado cuando las aguas ya estaban en calma y era hasta cierto punto normal que aislaran a los muchachos al no sentirse al mismo nivel que ellos. Gojo, como era de esperarse, quería hacer algo para revertir esa situación. 


—¿Y qué tienes planeado hacer? —preguntó Nobara.


—Oh —el director dejó el tenedor de lado para explicar con entusiasmo—. El día uno vamos a separarlos en parejas o grupos al azar, deberán seguir la ruta puesta para encontrar los pequeños tesoros y ganar puntos.


—¿Eso es todo?


—Claro que no, eso es solo lo más fácil. La pareja en algún punto de la ruta y dependiendo de su nivel se enfrentará a un chamán de primer grado o de grado especial con todo lo que tienen, ¿qué les parece?


 


 


"Hasta su manera de caminar es arrogante" pensó Sousuke apenas vio a Megumi cruzar la entrada del salón de reuniones del Colegio técnico de Magia Metropolitano de Kioto. El joven líder del clan Zenin ingresó junto a su grupo, sin embargo, con las manos en los bolsillos de su pantalón, parecía ausente y no interesado en interactuar con nadie.


La sede para el festival de intercambio esta vez fue Kioto, lo que les pareció genial incluso a los estudiantes de cuarto ya que ni siquiera ellos conocían el colegio. 


Aoi Todo, quien ahora ejercía como maestro de los estudiantes de primero del colegio de Kioto, fue el primero en alzar la mano para darles la bienvenida a los jóvenes chamanes de Tokio y a sus hermosas maestras. El salón principal estaba ataviado con una mesa grande y rústica llena de bocadillos típicos de la zona y el ambiente no era de competitividad y recelo como en años anteriores. 


El colegio continuaba bajo la dirección del viejo e intransigente Yoshinobu Gakuganji, pero las cosas habían cambiado mucho desde que habían renovado los maestros. Yuta Okkotsu estaba a cargo de los estudiantes de segundo y Miyuri Tairen de los de tercero. Gakuganji siempre se jactaba de tener a los mejores maestros solo porque éstos eran hechiceros de grado especial, sin embargo, no aceptaba a ninguno de los tres por los antecedentes que estos tenían y, en el fondo, seguía considerando a Yuta un peligro y demasiado débil para controlar las habilidades que poseía, a Todo lo seguía viendo como un mocoso soberbio y algo tonto y no creía que Miyuri fuera merecedora de su título como hechicera ya que provenía de una familia ordinaria que jugó sucio para entrar en el mundo del jujutsu.


—Inumaki —saludó Yuta con una ancha sonrisa, escabulléndose entre la multitud para ir a saludar a su amigo que había llegado de Tokio. 


También habían aceptado participar de este encuentro los chamanes de grado 1 y hechiceros graduados Maki y Toge. Miwa seguía siendo una estudiante de cuarto porque había reprobado en tercer grado.


—¡Sousuke! —La voz de Miyuri llamó la atención de Sousuke. Se acercó a su hermano y arrugó la nariz enseguida—. Eugh, ¿qué es ese olor tan malo? ¿Volviste a fumar? —interrogó firmemente, tratando de no alterarse, pero la falta de interés y la poca cooperación del otro chico solo hicieron que ella se enfadara más—. ¡¿Vienes drogado otra vez?!


—Andamos vibrando alto, hermana. 


Miyuri se llevó una mano a la frente y luego se volvió al chico muy molesta.


—Quédate aquí, por favor, no digas nada y responde con monosílabos a todo lo que te pregunten —le ordenó antes de marcharse marcando su paso con sus altos tacones negros hasta ubicarse al lado de Aoi luciendo algo molesta y triste.


Como ella le ordenó, guardó silencio y prefirió no decirle a su hermana que en ese lugar había dos Zenin y que éstos que parecían estar compitiendo por la mejor resting bitch face. Eran tan arrogantes y tan desagradables como su bisabuelo los describía, y era muy probable que tampoco estuviera equivocado al decir que todos los Zenin cargan con la condena de una vida miserable como castigo por las fechorías de sus ancestros. 


"El pasado trasciende cuando hay pecados graves que pagar, Megumi Fushiguro"


Sousuke dejó de sobar su cabeza cuando el líder del clan Zenin se dio la vuelta y le prestó atención. Como si siempre hubiera sabido que el chico lo estaba mirando.


Tuvo la involuntaria necesidad de desviar la mirada en el mismo segundo, y lo hizo. Sus ojos deambularon de un lado a otro con nerviosismo porque la mirada azul turbia de Megumi lo desconcertó. En el fondo, deseó haber desviado la mirada solo para centrarla en algo más interesante, pero eso le resultó imposible. Siendo brutalmente honesto consigo mismo, nadie en esa habitación le parecía más interesante que el líder del clan Zenin. 


Por su parte, Fushiguro percibió la energía maldita de Gojo viniendo desde algún sitio y ésta llamó su atención de inmediato. El director había dejado que infinito se activara hasta el punto de hacerlo perceptible, Fushiguro pensó que tal vez lo había hecho por Gakuganji, ya que ninguno de los dos chamanes se toleraba el uno al otro y el odio era mutuo. El director del colegio de Kioto seguía demostrando su desaprobación por Itadori y Yuta y esto era un motivo más que suficiente para ganarse el desprecio de Gojo. Sus muchachos eran intocables. 


Pronto se comenzaron a acercar los muchachos de primero y segundo de la escuela Kioto. Megumi retrocedió unos pasos y Yuuji se quedó ahí, tratando de ser amable. 


La verdad es que Itadori manejaba muy bien la "fama", pero Fushiguro no. El maestro Aoi les había hablado a sus niños del dúo más fuerte de chamanes que haya podido ver la historia y ahora los más jóvenes venían a decirles todo lo que les emocionaba conocerlos en persona. Apenas Megumi vio un espacio para escabullirse lo hizo, pero, en un intento por retroceder, tropezó con algo y luego de dejar escapar un garabato trató de mantener el equilibrio para no caer.


—Fíjate por dónde caminas, idiota —lo regañó una voz masculina. Lo primero que llamó la atención de Megumi fue el pestilente olor a marihuana en la ropa del chico y el hecho de fuera casi tan alto como Gojo. Otra cosa que podría haber jurado fue la sensación de que lo odiaba, pero rechazó esa idea por considerarla ridícula. Nunca antes se habían visto, ¿cómo podría odiarlo? aceptaba el hecho de no ser precisamente un Mr Sunshine, pero tampoco merecía que lo miraran como si lo quisieran asesinar. 


—Tú deja de hacerle zancadillas a la gente, imbécil. Esto no es la primaria —le dijo, sacando a relucir su lado buscaproblemas. Si andaba buscando razones para odiarlo, se las podía dar.  


 


—¿Vas a dormir aquí? —le susurró Tsukumo a Gojo. Todos se habían ido a dormir a sus respectivas habitaciones, pero Yuki dedujo que iba a encontrar Gojo solo en el salón. Sólo el chamán más fuerte era capaz de tomar siestas de 15 minutos cada tres horas en una incómoda silla y quedar como nuevo.


—¿Me quieres acompañar? —Gojo no movió la cabeza del respaldo de la silla, pero, aun bajo la tela que le cubría los ojos, Yuki supo que los tenía abiertos.


—Solo si me respondes una duda...


—Ya te dije cuál es mi tipo de mujer, no empieces.


—Hey, bájale a tu agresividad, Satoru, yo no soy el viejo Yoshinobu.


—Se me olvida —dijo con sarcasmo, lo cual le hizo sonreír un poco—. ¿Cuál es tu duda?


Yuki sonrió victoriosa: —Es sobre mi drama favorito. Es que no entiendo a los personajes, hablo de... ¿Sabes por qué el protagonista ignoraría a la mujer que lo trae loco?


Gojo guardó silencio. Tsukumo creyó que tendría que agregar algo más para hacerlo reaccionar, pero su compañero enderezó la cabeza. Ya no había rastro de su sonrisa.


—Y tú qué sabes sobre lo que siente ese imbécil.


—Creo saber cómo se siente ella, y la respuesta, aunque te duela, es estupendamente bien. Ese cabrón sabe ser cruel e indiferente cuando se lo propone, pero ella supo jugar desde el principio.


—Entonces no estás aquí porque estés preocupada por ella. 


—En efecto —corroboró Yuki— Estoy apenada por él, porque, aunque lo niegue, creo que él gusta de ella.


Hubo un silencio incómodo que la hechicera ya no supo como romper. A Gojo se le hacía tan irónico que ella sintiera pena por él por algo tan burdo como tenerlo todo excepto la atención de la chica que le gustaba. 


—Quizás él no puede enamorarse —intentó hacerle ver que en realidad no le afectaba tanto como ella creía, e insistió en engañarse a sí mismo diciéndole que esa relación no se daba porque él no quería. Yuki soltó una risita compasiva al entender que la arrogancia del chamán más fuerte lo tenía sumergido en la negación. 


—¿Entonces por qué intenta enamorarla? —atacó ella— ¿Será que no puede soportar que ella no esté enamorada del gran personaje que es?, ¿Será que él sí está enamorado, pero teme que ella no le corresponda?


Tocó una fibra sensible de Gojo quien de manera casi infantil se puso de pie y se ocultó en su chaqueta para no seguir hablando.


—Sabes perfectamente quien soy y la maldición que acarreo por SER QUIEN SOY. Perdí a la única mujer que he amado y nadie ocupará su lugar. Ya tuve suficiente de esa maldición llamada amor.


Abrió la puerta corrediza ya que percibió la energía de alguien y, pese a todo, encontrarla a ella ahí lo tomó realmente por sorpresa.


La hechicera misteriosa se paró delante del chamán. Tsukumo se cubrió la boca con la mano presumiendo su hermosa manicure y en su cara se pudo leer perfectamente un "Oh, dios mío, aquí se va armar". 


—Satoru —dijo la hechicera, extendiendo su puño sin temor a que infinito repeliera su mano de un solo golpe. Para sorpresa de Tsukumo, que observaba atenta la escena, la mano de la chica avanzó y terminó chocando sus nudillos con los de Gojo—. Buenas noches, buenas noches, Yuki —dijo a la otra hechicera con una sonrisa gentil y se retiró a su cuarto.


Gojo se quedó con las disculpas a medio camino de la garganta. Era obvio que había escuchado la conversación con Tsukumo y probablemente la había hecho sentir mal, primero, porque ella había sido una de las razones por las que él había subido la intensidad de Infinito durante la reunión y segundo, porque justo ahora acababa de escucharlo decir que no sentía nada por ella y que nadie era lo suficientemente buena para él como Iori. 


—¿Te digo algo, Gojo?


—Cada cosa que dices corta como la más afilada de las espadas, Yuki, no estoy seguro de querer oírlo —bromeó y Yuki se rio brevemente. 


—Tienes que oír. Está sucediendo aquello que nunca pensante que podía pasar, Satoru. Para alguien, al fin, tú no eres la gran cosa —susurró Yuki con una sonrisita traviesa, tocando el hombro de su amigo pero sintiendo que daba palmaditas en el aire—. Tal vez ella solo quiere seguir siendo tu amiga.


No supo porqué, pero pensar en ello le hizo sentirse molesto. 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).