-Mira todo lo que me dieron- Un niño de no más de seis años, sonríe entusiasmado, mostrando varias cosas a un amigo de su misma edad.
-Oh, son muchos…- Mira desganado lo que le enseña el peli cerúleo niño.
-¡¡¡SI!!!- Asiente gustoso, casi dando saltos –Todos fueron muy buenos conmigo-
-Un libro, un peluche, una tarta…- Va mencionando, los objetos que logra ver en manos de su amiguito y lo que está en la mesa a un lado.
-El libro me lo regalo Mu, dijo que es un comic de un superhéroe que se transforma en muchos animales y es impresionante- Sus ojitos turquesas se iluminan, hojeando dicho artículo.
-¿Dónde consiguió algo así?- La pregunta suena un tanto al inocente reclamo de celos infantiles.
-No lo sé- Mira el otro, alzando sus hombros sin darle mucha importancia –Ya vez que Mu puede teletrasportarse a donde quiera- Sonríe, pues según da una pequeña explicación de lo que cree –Puede que le pidiera permiso al patriarca y fue a buscarlo, según lo que dice el comic- Señala la parte superior derecha –No cuesta tanto, y con las pocas monedas que nos regaló la otra vez el patriarca, tal vez así lo compro-
-Mmh… Se esforzó mucho ¿No crees?- El peliaguamarino demuestra algo de sonrojo en sus mejillas y un puchero, desviando su mirada.
-No, Mu siempre es así de amable como todos- Sin más deja el comic a un lado, para luego mostrarle el siguiente -¡¡¡MIRA!!!- Muestra unas manzanas acarameladas de un tamaño pequeño –Estas son de parte de Alde- Como es su naturaleza, ofrece una a su mejor amigo.
-¿Cómo es que Aldebarán aprendió hacer algo así?- Sorprendido, pues sin duda se ven deliciosas, aunque el caramelo al parecer no cubrió por totalidad todas las zonas.
-Ya sabes que ama hacer postres- Sin pensarlo, le da una gran mordida a la manzana, sin prestar mayor atención que sus dientes podrían dolor –Jum, Mmmh…- Los sonidos guturales al momento de estar masticando, para abrir sus ojos enormemente -¡¡¡ESTA DELICIOSO!!!- Y sin mayor atención, termina la primera manzana, para seguir con la siguiente, la única que se salva es la que el peliaguamarino ha tomado, para comer.
-Milo, no te las comas todas, te dolerá el estómago- La advertencia es obvio, pues si se termina las tres restantes de una sola vez, terminara en mal estado, y sobre todo no dormirá nada.
-Es inevitable, sabes lo mucho que me gustan las manzanas- Sus ojitos brillan, de solo seguir degustando este postre tan delicioso –¿Y sabes otra cosa?- Le pregunta con mayor emoción.
-¿Qué?- Pregunta, mientras deja la manzana acaramelada a un lado, para seguir con una mano detrás, al parecer sosteniendo algo.
-¡¡¡SAGA ME DIJO QUE HOY PODRE DORMIRME HASTA LAS DIEZ DE LA NOCHE!!! ¡¡¡¿NO ES ASOMBROSO?!!!- Los presentes por su cumpleaños, siguen estando en su esplendor, aunque apenas este atardeciendo, siente que la fiesta no termina.
-¿De verdad?- Le cuesta creer que algo así este corriendo, conociendo que el próximo géminis es muy estricto en el horario, casi al mismo grado que el patriarca, si no es que más.
Asiente, dando saltitos de emoción, provocando que su cabellera honde –Y además el patriarca me felicito y me dio un abrazo, y que solo por este día, podía hacer lo que quiera- Sonriente, mientras gira sus ojos –Bueno, lo que quiera mientras no sea destruir el santuario, comer mucho o salir de noche-
-Eso es más prudente, la última vez que practique Antares casi hieres a varios caballeros de plata- Sentencia el peliaguamarino.
-Camus, eso fue un accidente- Avergonzado, pero demostrando una sonrisa –Además, mi ataque no fue del todo fuerte, no los hubiera lastimado mucho.
-Te recuerdo que nuestro cosmos no es tan estable aun, podemos pensar que lo hacemos a menor escala, pero fluctúa y puede que cause estragos en los demás- Su manera de hablar, bastante avanzada por un niño de su edad, pero es de los más cultos en la materia, por eso su vocabulario está más desarrollado de lo normal.
-Pero… Nadie resulto herido y…- Saca de entre los regalos, una pequeña caja rectangular de plástico, con algunas cosas dibujadas, que al parecer son personas gritando y un ambiente oscuro de fondo –Death Mask, Afrodita y Shura me prestaron esta película-
Presta atención a la leyenda del empaque –El exorcista…- Mira de frente al peli cerúleo –Esa película no está recomendada para nuestra edad, ni siquiera para los de Death Mask o Shura…- Preocupado y algo atemorizado, porque le resulta incómodo el terror.
-Pero no pasa nada, ya tengo seis años, podre soportarlo- Sonríe, admirando la portada de donde el C.D. Se guarda. -¿Quieres verla conmigo?-
-Milo, de verdad no creo que pueda soportarlo- Baja la mirada algo apenado, pero más nervioso porque en efecto no es partidario de esas películas de esa índole.
-No te preocupes- Sonríe, dejando el paquete en la mesa, para acercarse a su mejor amigo –Yo te voy a proteger, nada malo pasara- Le confronta con sus hermosos ojos turquesas mirando a los violetas consternados.
Es imposible sostenerle la mirada al cumpleañero, pues sus mejillas se sonrojan, el corazón le late demasiado rápido y siente que los nervios lo invaden sin previo aviso –Milo, de verdad… Yo creo que no podre y…- Quiere deshacerse de la atención del peli cerúleo de una forma y trata pero le es tan difícil hacerlo, aunque una vista rápida a la mesa le da la mejor idea –Y… ¿Quién te dio ese peluche?-
La atención del peli ciruelo es muy dispersa, pues con esa pregunta rápidamente hace caso a lo que le han preguntado, para alejarse e ir directamente a tomar ese pequeño peluche.
-Esto me lo regalaron Aioros y Aioria, es un peluche que ellos mismo hicieron- Muestra el lindo animalito, que es en sí un escorpión de color rojo, mostrando una sonrisa y unos ojitos muy grandes.
-Está muy lindo- Sumamente asombrado se encuentra, está bastante bien hecho para ser casero, sin duda debió ser obra completa de Sagitario, pero le da igual crédito al menor.
-Si- Lo pone delante de su cara, para dedicarle un abrazo al peluche –Como no me dejaron tener escorpioncitos de verdad, dijo Aioros que este será como mi mascota, que la debo cuidar mucho- Se lo presta a su amigo, para que lo sienta -¿Verdad que esta pachoncito?-
Sentirlo entre sus manos, en efecto le da la sensación de suavidad de la tela y el relleno –Es cierto, es suave y cómodo…- Se siente en cierta forma afortunado por Star con el próximo escorpio mirando los regalos que le han dado por su aniversario de vida.
-Y adivina otra cosa… Que logre tener el día de hoy- Sonríe, cerrando sus ojos, súper feliz por la proeza que hizo.
-¿Qué fue lo que hiciste?- Le pregunta dudoso, pues tiene que admitir que su amigo, puede llegar hacer muchas locuras.
-Logre sentarme en la silla rara de Shaka- Da vueltas y saltitos pues eso es algo increíble.
-¡¡¡¿TE SENTASTE EN LA FLOR DE LOTO DE SHAKA?!!!- La pregunta es sacada de sorpresa, pues eso jamás nadie había logrado.
Asiente, con orgullo –Si, lo logre, aunque no quería. Sabía perfectamente que el patriarca me dio poder por hoy y Mu también le dijo que no fuera malo conmigo- Muestra sus dientes de leche, pues fue algo que nadie pudo hacer antes.
-Eso sí que es tentar tu suerte- Preocupado, pues imagino que corrió el peligro de ser despojado de sus sentidos.
-No fue nada- Dice mostrando su potencial y algo de soberbia.
Baja su mirada, dejando el peluche de vuelta a su lugar, suspirando algo decaído –Todos te dieron regalos muy lindos…-
-Si- Asiente, mirando todo lo que tiene –La tarta fue el regalo del patriarca también, es de manzanas y esta delicioso, no pude aguantar más y comí un poco-
-Ya veo…- Suspira, apretando algo que tiene detrás de su espalda, pues lo compara con lo que había preparado como regalo y lo ve como poca cosa ahora.
-Pero aún falta uno- Y sin más se acerca, mirando a su mejor amigo, mostrando una sonrisa.
-¿Milo?- Nervioso y sonrojado por la cercanía.
-Solo faltas tú de darme algo…- Le dice esto, mostrándose algo apenado, sonriendo, con las mejillas sonrojadas –Si, no es mucho pedir…- Desvía la mirada -¿Puedo pedirte algo especial para mi cumpleaños?-
-¿Q… Que cosa…?- Dudoso, pues la cercanía y la sonrisa del otro le intimida tanto.
-¿Me puedes regalar un beso tuyo?- Lo dice con cierta vergüenza, pero es lo que ambos deseado como regalo, cerrando sus ojitos y ladeando un poco su cabeza.
-¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡P-PERO… ESO…!!!- Sus nervios lo invaden, titubeando y la mano que se encuentra libre le tiembla, pues no espero esto.
Sin abrir sus ojos y con una sonrisa tímida –Recuerda que el patriarca dijo que todo lo que quiera el cumpleañero se debe cumplir- Sí que está gozando lo que el pontífice le dio como regalo.
Camus se queda algo pensativo, sonrojado, sin poder lograr hablar, pensando que podría hacer, ya que esto sí que es algo fuera de lo que hubiera imaginado, aunque no le incomodaría hacerlo, mas siendo mejor a una edad mayor.
Sin embargo, si es orden del patriarca hacer caso al futuro escorpio, y con su inocencia de niño, no cree que fuera malo y debía hacer caso…
Así que, mirando como el rostro del otro esta esperando el regalo que pidió, lo que creía que sería mejor, así que deja sobre la mesa el verdadero regalo que el quería dar, sonrojándose, para acercarse al otro niño.
Temblando sus manos, se acerca a los delgados labios de Milo, para darle un besito cortito y suave, apenas el toque es suficiente, para que el peli cerúleo habrá sus ojos, sorprendiéndose a mas no poder, y cuando termino ese contacto, cubrirse la boca con las mejillas por completo sonrojado y encogiéndose nervioso.
-¿Te gusto?- Solo pregunta eso el peliaguamarino, sin poder ver a los ojos a ese niño.
-Pe… Pero… Camus… ¿Por qué?- Se siente tan nervios por esto, ya que no se lo esperaba de esta manera.
-Tú… Tú, me pediste un beso…- Frunce el ceño, aun avergonzado por lo que ha hecho.
-Pero… En la mejilla, por eso la coloque más cerca de ti…- Baja su mirada sumamente apenado ahora… Con las mejillas tan rojas como la grana.
-¡¡¡¿QUÉ?!!!- La sorpresa del fututo acuario no se deja a un lado, pues acaba de hacer algo que puede revelar sus sentimientos, sus piernas le tiemblan, pero desea salir de una vez de este templo.
-Camus, ¿Estas bien?- Se intenta cercar, pero rápidamente es empujado por el otro.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡YO, YO…!!!- Sin pensarlo más, su cosmos comienza a congelar el octavo templo que se puede notar por la visualizando de sus aliento -¡¡¡ME VOY!!!- Y sin decir más, ni esperarlo…
Camus sale corriendo del octavo templo, sin prestar atención que a cada paso que da, el suelo se congela, casi como si fuera una pista de hielo.
-¡¡¡CAMUS!!!- El cumpleaños, esta entre la sorpresa, la emoción y el condenado frio, que lo hace temblar por tener ropa más fresca, por el ambiente cálido de Grecia -¡¡¡ESPERA!!!- Intenta alcanzarlo, pero apenas al dar algunos pasos y se cae por el piso resbaladizo, mas no se va a dejar por vencer.
Se levanta rápidamente y sale corriendo a como pueda para no caerse, no dejara que su mejor amigo y persona más preciada en este mundo se vaya, sin antes pedirle una disculpa por haberlo hecho esa petición y… De paso decirle que le parece muy lindo sonrojado.
Esperemos que logre alcanzar, pues sin duda, por congelar escorpio y de a poco los templos vecinos, sí que tendrán ambos una reprimenda, y ni se diga que se entren los mayores de por qué esto sucedió, el castigo por andar haciendo cosas impropias.
La pregunta es… ¿De dónde saco Camus, que solo un beso se puede dar así?
Tal vez sucede que vio a algunos otros caballeros compartiendo un beso así.
¿Quién lo sabrá?