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Under the clothes por AlphaTK

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Notas del fanfic:

El Loki que verán es, fisicamente, muy similar a la versión andrógina de algunos comics, ¿Por qué? Porque me encanta.

Disfruten.

1

____________

 

Cuando el carro marca Audi A7 negro se aparcó frente al jardín de la casona de sus padres, Thor suspiró resignado y recogió sus maletas del piso de madera de cedro pulida que su madre tanto amaba. Llevaba dos valijas de ruedas medianas, una bolsa de viaje y una mochila donde iban sus libros, pese a que sabía que, probablemente, no los vería hasta el último día del verano, cuando sí o sí tendría que hacer sus deberes.

Chasqueó la lengua y antes de salir de su habitación tomó rápidamente una caja de condones y el lubricante a medio usar y los arrojó entre sus demás cosas. No creía que los fuese a usar, pero había que ser precavido, tal vez su tío tuviese, en su pequeña y apartada mansión campestre, alguna ardiente sirvienta bien escondida. Finalmente, y sin nada más para retrasar su inminente partida, cerró la puerta de caoba veteada detrás suyo y bajó hasta el lobi, donde el hombre de rostro pálido y afilado, charlaba amenamente con sus padres.

Su maleta más pesada chocó un momento contra el marco de madera de las escaleras, produciendo un sonido hueco que rebotó fácilmente en las paredes de la gigantesca casa. Entonces los ojos de su tío se habían apartado de su madre, subiendo lentamente por el entramado de escaleras, hasta sí. Thor sonrió incómodamente, mientras se retorcía debido a la intensa mirada. Ya había olvidado por qué odiaba ir de visita —o las visitas— con el hermano menor de su padre: sus ojos.

Siempre le habían parecido aterradores, de un verde intenso, frío,  sin emociones y que parecían ver cada cosa de ti: como una serpiente que mide en cuántos bocados podrá acabar con su presa.

Un escalofrío subió desde la zona baja de su columna hasta extenderse por sus miembros, erizando cada vello de su cuerpo. Incómodo, apartó primero la mirada, sintiendo como la de su tío seguía taladrándole la cara un poco más.

Escuchando cómo la charla reiniciaba, terminó de bajar los últimos tres escalones, hasta acercarse al grupo. Miró de reojo a su madre, que tan habladora como siempre, parecía bombardear con preguntas a su tío, entonces, curioso por la expresión que tendría el frío hombre, movió de forma disimulada sus ojos hasta vislumbrar su rostro.

Honestamente, Thor sabía que su tío, Loki, tenía algún tipo de debilidad por su madre. Lo había visto a lo largo de los años, en las raras ocasiones en que toda la familia se reunía y ellos convivían, pero, incluso ahora, seguía siendo bastante asombroso ver cómo la persona que lo había mirado duramente, incluso cuando era un niño pequeño, parecía adoptar un gesto casi dulce cuando se trataba de Frigga.

Thor frunció el ceño; su cuñada.

A Thor, honestamente, nunca le había terminado de gustar Loki: demasiado mordaz, demasiado cínico, con su fría indiferencia, su aspecto camaleónico y andar altivo.

Al mismo tiempo, y aunque no quisiese admitirlo —y, de hecho, jamás lo haría frente a nadie que no fuese sí mismo, a puertas cerradas y con los labios apretados firmemente— una vez lo tenía cerca, no podía quitarle los ojos de encima. De hecho, y para su vergüenza, recuerda haber corrido detrás de él todo el tiempo cuando era niño, buscando su atención de alguna manera. No podía entender la razón, sin embargo, incluso ahora, le costaba no buscarlo con la mirada cada vez— incluso si, una vez que sus miradas se conectaban, él se apresuraba a girar el rostro en otra dirección — observando de refilón el largo cabello azabache bien peinado hacia atrás, la perfecta piel blanca y, como el siempre impecable traje oscuro, parecía acentuar cada buen rasgo en su anatomía.

De hecho, los profundos iris verde, de un tono que jamás había logrado definir — demasiado claro para ser verde pasto, demasiado oscuros para un verde primaveral… demasiado brillantes para ser incluso humanos. Hipnotizantes y aterradores en iguales partes— eran una de las cosas que más llamaban su atención. Y cuando sentía que nadie, que él, no estaba viéndolo, los observaba durante horas.

«Ojos de serpiente» Pensó vagamente, ensimismado y sin escuchar ni una palabra de todo lo que sus padres seguían diciéndole al hombre que se limitaba a asentir en respuesta a ellos. Hasta que la voz, grave, suave y hechizante pronuncio su nombre con tranquila lentitud. Como si pesara cada silaba en su paladar.

—Thor— Sorprendido, dio un respingo mientras alzaba los ojos hasta los tres adultos que habían callado repentinamente— Entonces…Thor, ¿Es hora de irnos?

Loki giró su torso hacía el, sin mover la parte inferior de su cuerpo, y lo miró con unas de sus agudas miradas de parpados caídos y adormilados que contrastaban con los brillantes iris, dándole un aire un poco autoritario, a la vez que ladeaba el rostro, dejando que un único cabello que había logrado escapar de alguna forma de la gominola que mantenía todos los demás mechones bien fijos en su lugar, callera sobre su frente.  

Los dedos de Thor picaron sin razón y el se apresuro a apretar las manos a sus costados y asentir apresuradamente con una mueca.

—Realmente lamento ponerte en este incordio, Loki, pero no sabíamos qué más hacer—Añadió su madre con un gesto de disculpa, tomado cariñosamente las manos de Loki— él simplemente no escucha nada de lo que decimos—lo miró acusatoria. Loki solo asintió nuevamente.

—Y ya que Thor parece sentir que no tenemos la suficiente autoridad, pensamos que sería bueno para él pasar un verano contigo—Terminó su padre, mirándolo un instante antes de sonreír con cierta malicia—Si crees que somos estrictos, Thor, cuando vuelvas besaras los pisos y paredes de tu hogar, que últimamente no pareces valorar. Loki es una diez veces lo que somos, y mucho más psico-rígido.

—Papá…

—No hay mas excusas muchacho, tuviste muchas oportunidades. Asume las consecuencias.

Incomodo y avergonzado, se limitó a quedarse allí. Loki entonces tomó una de sus maletas y empezó a deslizar las ruedas por el piso pulido, hacia la salida.

—Nos veremos en tres meses, Hermano, Frigga—Thor frunció el ceño ante el tono ligeramente más amable con el cual llamó a su madre. —Vamos, Thor.

Sin mucho más que hacer, Thor se limitó pasar la larga asa del bolso de viaje encima de sus hombros, reajustar la mochila y tomar la otra valija de ruedas que había quedado atrás.

Su madre se apresuró a darle un apretado abrazo y un largo beso en cada mejilla. Odin, por otro lado, solo le palmeo cariñosamente la espalda, y mientras lo hacía, vio a su madre acercarse con rostro agraviado a su tío. También pudo escucharla decir con un tono suplicante—No seas tan duro con él, solo tiene diecisiete años.

Él, como era típico, simplemente movió la cabeza positivamente. —Lo entiendo.

Y eso fue todo. Thor subió al auto después de dejar las maletas en el asiento trasero y acomodó la silla a su volumen. Por la puerta del piloto, su tío también subió al carro y arrancó. Ellos partieron con la triste visión de Frigga llorando apretujada en los brazos de su esposo, que parecía querer evitar que ella se echara para atrás en la decisión de disciplinar al adolescente.

Thor se sentía culpable. Además de incomodo.

Nunca había estado solo, en un espacio tan reducido, con Loki.

Evitando pensar en la extraña atmosfera, se recostó mejor y observó el exterior de la ventana, evitando cualquier interacción con su tío. Al menos, hasta que el aroma de los lirios de montaña, menta y azafrán, lo envolvieron en el aroma fresco y rico en especias. Curioso, giró para encontrarse de golpe con Loki frente suyo.

Él no lo miraba, sus ojos estaban parcialmente cubiertos por sus parpados, su rostro inclinado hacia abajo y sus manos lo rodearon para alcanzar algo. En el fondo de su cabeza, demasiado revolucionada para pensar a fondo, notó que Loki tomaba el cinturón, lo jalaba, y lo acomodaba a su medida. Una vez abrochado, se retiró a su posición inicial y empezó a conducir nuevamente —¿Cuándo se había detenido en primer lugar? ¿Cuándo se había acercado tanto? — sin embargo, el aroma no. Se mantuvo en la nariz de Thor, bien adherido a su paladar, haciéndolo salivar ligeramente.

Con un sonido nasal, volvió a respirar superficialmente, sin darse cuenta que había dejado de hacerlo. Había dado una bocanada al aroma y luego lo había mantenido todo el tiempo posible en su sistema. Había sido inconsciente, le respondió a la voz interna que le recriminaba cada cosa.

Molesto, se giró sobre su costado y cerro los ojos, fingiendo dormir. No hubo ninguna nueva novedad, y sin darse cuenta, Thor realmente cayó en un sueño inquieto que duró las siguientes siete horas, hasta la llegada del alba.

Parpadeó repetidamente, mirando a través de las pestañas rubias los colores ocres que tintaban el cielo. El sol era hora solo un lejano domo cuya curva apenas se distinguía en medio de las espesas montañas de coníferos. Tratando de entender lo que pasaba, miró su brazo, donde una mano pálida de largos dedos le sacudía ligeramente.

Aun adormilado, contemplo las perfectas uñas rosas, un poco largas, pero bien limadas en una bonita forma curva y subió por los tendones, la muñeca y el inicio de la manga branca abotonada que era seguida por otra más, de azul oscuro con gemelos de esmeralda, pasando al antebrazo, bíceps, hombros y final de la tela que dejaba ver un cuello blanco que llegaba a mandíbula fina. Sus ojos se detuvieron por largos segundos el los labios rojos, pequeños, aunque el inferior era ligeramente más grueso que el superior. Luego subió nuevamente, delineando mentalmente la nariz recta y fina, hasta que por fin sus ojos se conectaron con el intenso verde de los de su tío.

«Los animales más peligrosos advierten a los demás con su belleza»

Un brilló extraño, que desapareció rápidamente, lo hizo parpadear varias veces. Entonces despertó. Su cuerpo se estremeció e instintivamente arrancó su brazo de los dedos que permanecían presionados suavemente sobre él de una forma mucho más brusca de lo que había creído. Avergonzado, dirigió una mirada apenada a Loki, quien no se había movido, aun con la mano extendida en el aire, y solo había arqueado ligeramente una de sus oscuras cejas.

—Yo…

—Este es la ultima parada en la que podremos conseguir comida antes de adentrarnos más en las montañas— Su intento de excusa fue interrumpido por la voz plana de su tío, que había vuelto a sentarse recto en su propio asiento— así que, si quieres pasar hambre en las próximas ocho horas que quedan de viaje, te recomendaría bajar…—Como dándose por aludido, un fuerte gruñido onduló dentro del auto. Thor sintió que sus orejas se enrojecían y se apresuró a asentir, desabrochándose torpemente el cinturón de seguridad, notando nuevamente un brilló en los ojos de su tío. Aunque está vez sí que pudo ver de qué se trataba. Burla.

La emoción volvió a desaparecer rápidamente, pero el malestar y la molestia dentro de Thor siguió ardiendo, como una peligrosa brasa que podría incendiarlo todo si la dejaban arder.

Bufó y se adentró en la pequeña cabaña. El olor a carne asada hizo que su estomago sonara otra vez y el apetito, que creía perdido, se abrirá nuevamente.

Se sentaron en una pequeña mesa cuadrada de madera oscura y pidieron rápidamente. La orden llegó en poco tiempo y ellos comieron en silencio. Thor aún ojeaba cada cierto tiempo la expresión de Loki, que comía con su característica elegancia y, a diferencia de Thor, cuya camisa blanca había sido salpicada con la salsa del cordero, sin una sola mancha o movimiento innecesario.

Thor se preguntó si había algún momento en que ese hombre se viese desordenado o siquiera un poco desaliñado.

Ni siquiera sus labios parecían humedecerse al comer.

—¿Has terminado? —Sobresaltado, miró el tranquilo rostro de Loki, cuyas manos dejaban los cubiertos ordenadamente sobre la mesa, para después devolverle la mirada —¿Y bien?

—¡Sí! — Carraspeó avergonzado por el sonido agudo que había dejado salir— Sí…

Sin embargo, y para su sorpresa, Loki…sonrió.

Thor, asombrado, se obligó a no apretar las manos contra sus ojos, creyendo que había enfocado algo mal. Pero no, definitivamente a Loki se le había escapado una ligera sonrisa que, como la mayoría de muestras emocionales en él, había desaparecido instantáneamente.

Estaba impresionado. En un par de horas había presenciado más reacciones de su parte, que los diecisiete años que llevaba de conocerlo.

¿Qué más sería capaz de ver en los siguientes tres meses…?

Un poco más eufórico de lo que jamás admitiría, subió al carro y observo diligentemente el panorama que se oscurecía pese a la brillante luda, debido a los tupidos árboles que parecían cernirse como un largo túnel.

Por un momento, olvido las advertencias usuales que mantenía en su cabeza cada vez que Loki estaba cerca.

«Las cosas hermosas son las más peligrosas»

 

Under the clothes/ Fin del capitulo 1.

Notas finales:

Literalmente no escribo hace siglos, pero encontré esto escrito hasta la mitad en mi vieja carpeta de ideas y decidí que quería mirar a ver que salia. De hecho, estoy bastante satisfecha con el resultado, ThorKi siempre ha sido la pareja que más facil me resulta manejar, me siento comoda al usarlos y las ideas como que fluyen. Espero os guste.


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