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Hermosas casualidades por Peyton Irukami

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Historia 6. Hermosas casualidades


Miró a su alrededor con fastidio, no podía creer que su mejor amigo lo hubiese convencido de estar ahí en ese momento y lugar. La verdad es que no se sentía con ganas de estar ahí, las fiestas normalmente no eran lo suyo, mucho menos cuando acababa de terminar con una relación de dos años.


—Vamos viejo, anímate —instó su amigo Duo cuando vio su cara de pocos amigos


—Fue un error venir —dijo tras un suspiro


—No digas eso —palmeó su hombro un par de veces— Han pasado tres semanas desde que Heero te dejó


—No es solo eso —admitió con incomodidad— Sabes que no soy de fiestas


—Pero eres de alcohol, así que vamos, deja la amargura y busquemos unas bebidas


El par de amigos se alejó rumbo a la mesa con las botellas y los vasos, Trowa, que era un chico bastante tranquilo, se sirvió un poco de whiskey con soda, mientras que Duo bebió vodka


—Por los corazones rotos —brindó el trenzado hacia su frío amigo


—Como digas —chocó el vaso con el de Duo y luego ambos bebieron


Mientras tanto, un chico se acercó hacia el alegre chico, saludándolo, este lo presentó con Trowa pero luego ambos se alejaron, pues ese amigo quería mostrarle algo a Duo


—Me trae y luego me abandona, típico de él —pensó con pesar mientras miraba a su traidor amigo dejarlo ahí, sin compañía


Sin ganas de nada, Trowa se paseó por la sala de aquella casa donde se llevó a cabo la fiesta, ni siquiera conocía al dueño, tampoco a los amigos de Duo, este era tan social, que su lista era bastante larga, mientras que él, solo tenía al trenzado como cercano.


Pensó incluso en marcharse, sin avisar ni nada, simplemente regresar a casa y pensar en su infinita soledad.


Mientras miraba por aquí y por allá, no muy lejos de él y con la casualidad cerca haciéndole una terrible broma, ahí estaba Heero, acompañado de un chico rubio bastante lindo, este lo tenía agarrado por el brazo, sonreía, aunque Yuy estaba serio, escuchando.


De pronto el mundo se congeló, alrededor solo estaba él y la nítida visión de su ex muy bien acompañado. Por si fuera poco, la ruptura fue extraña, Heero no dio mayores explicaciones, pero ahora todo era claro para Trowa, su ex tenía otro cuando estaban juntos, lo dejó por él, no había duda.


Del otro lado, Heero también sintió una mirada sobre él y miró en dirección a Trowa, este lo observaba como quien mira un espejismo. Los dos compartieron una eterna e incómoda mirada


—Tiene que ser una broma —pensó aturdido Trowa— Haz algo, vamos, no quedes como un completo idiota


Confundido y estresado, a Barton se le ocurrió una rápida y extraña solución, volteó hacia un lado y vio a un chico pasar por ahí, no le importó nada, si iba solo, acompañado, o siquiera su nombre, simplemente lo jaló del brazo y acercándolo a él, le robó un beso.


El otro chico, extrañado, confundido y un poco cabreado, abrió con más amplitud los ojos, sintiendo la suave y ajena boca sobre sus labios, un ladrón de besos desconocido que ¡Por Dios! Que bien besaba.


Mientras tanto, Heero observó la escena con algo de recelo ¿Qué diantres estaba pasando? ¿acaso Trowa tan pronto lo olvidó? Si él estuvo todos esos días sin poderlo sacar de su mente, hasta que su primo, que iba con él a esa aburrida fiesta, lo sacó de casa y lo obligó a asistir.


—Por favor no digas nada —susurró Trowa cuando dejó los arrebatados labios


—¿Qué te sucede imbécil? —espetó molesto el otro, pero sin armar una escena, hablando en voz baja


—Solo sígueme el juego, di que eres mi pareja, te lo suplico


El chico miró con extrañeza a Trowa, pero sus ojos tan puros y hermosos fueron irresistibles, así que no pudo negarse a tan cautivadora mirada


—Dime tu nombre —habló aun en voz baja


—Me llamo…


—¡Hey Wufei! —llamó una voz del otro lado de la sala


El aludido, que aún estaba frente a Trowa, bastante cerca, miró hacia aquella dirección, el rubio acompañado de Heero, se acercaba a ellos casi arrastrando a su acompañante


—Hola Quatre —saludó de vuelta


El ambiente se volvió terriblemente incómodo de repente


—No esperé verte aquí


—Y yo no esperé que estuvieras en Japón de vuelta —respondió Chang


—Llegué hace dos días —sonrió ampliamente— Te presento a mi primo Heero


—¿Primo? —pensó enseguida Trowa, mirando discretamente hacia su ex


—Mucho gusto —saludó el pelinegro


—¿Y él es? —miró hacia el de ojos verdes


Wufei miró a Trowa, pues no tenía ni jodida idea de quién era ese


—Trowa Barton —se adelantó antes que fuera descubierto


Heero y Trowa se miraron en silencio, aunque sus ojos tenían mucho que decir, sus bocas estaban selladas, era obvio que hubo una gran confusión de parte de Barton, pero él no sabía que su ex también estaba anonadado por la situación, pues era más que claro, que su ex lo reemplazó realmente muy rápido.


—Hola chicos —saludó de pronto Duo, que se acercaba al extraño grupo de chicos


—Hola —saludó Quatre aunque no lo conocía, mostrando una linda sonrisa


—Ah, veo que ya se conocieron —expresó con sorpresa Duo al ver a Trowa y Wufei juntos


Enseguida aquel comentario desató una confusión aún mayor


—¿Qué pasa? —cuestionó el trenzado al ver el gesto de todos


—Ven acá —comentó Trowa con voz baja, sujetó a Duo del brazo y lo apartó de los otros, aunque el trenzado estaba confundido


—Yo tengo que… con permiso —excusó avergonzado Wufei, alejándose de los primos


—No entiendo nada —dijo el rubio confundido


Mientras que Heero no dijo absolutamente nada, solo siguió discretamente a Trowa con la mirada


Luego que Barton alejara a Duo de ahí, le explicó todo lo que había pasado, ganándose enseguida la burla de su amigo, que no paraba de reír


—Besaste a Wufei, precisamente a Wufei


—¿Qué tiene de malo? —inquirió más que confundido


—¿De malo? Nada, pero me sorprende que no te rompiera la cara —volvió a reír— Creo que tal vez es porque le gustó


—Cállate —dijo con un sonrojo, la verdad es que también le había gustado


—¿Y qué harás? Heero no te engañó con él, a menos que le haga a eso del incesto —puntualizó divertido


—No lo sé, ni siquiera sé qué siento por él, solo estaba confundido —confesó contrariado


—Mira, le coquetearé al chico, así veré si tienen algo —comentó mirando hacia Quatre


Sin esperar aprobación alguna de su amigo, Duo se alejó hacia donde estaba el rubio con el ex de su amigo, comenzó por sacarle plática hasta que pudo apartarlo de Heero, al ver que este no puso objeción alguna, se dio cuenta que no tenían una relación amorosa.


Trowa miró que su ex se quedó solo, viéndose tan aburrido como lo estaba él al inicio, por inercia se acercó, para ser también cortés


—Así que ahora besas extraños —habló Heero mirando de soslayo al otro


—Soy soltero, creo que puedo —respondió no muy amigable— Además, tú me dejaste, así que no puedes juzgarme


—No te juzgo —encogió los hombros— Ve con quien quieras


—Lo haré —respondió serio, luego ambos se alejaron al mismo tiempo, yendo a direcciones opuestas


Trowa salió al jardín y paseó por ahí, ya no tenía ninguna bebida en la mano, caminaba con las manos en los bolsillos, tranquilamente. Al pasar por un árbol, vio a su amigo Duo sentado bajo éste, se besuqueaba con Quatre, tan concentrados que no notaron que él estaba cerca.


—Sí que es rápido usando su encanto —pensó con envidia, la verdad es que a él le costaba mucho trabajo poder ser así


Llegó hasta el área cercana a la alberca, sentado en una de las sillas bajo una sombrilla, estaba Wufei, con la cabeza sobre la mesa, ocultando su rostro


—Debería disculparme —susurró convencido, caminando hacia él— Hola —saludó con tranquilidad


Wufei reconoció la voz y levantó el rostro, enseguida este se tornó rojo por completo


—¿Me robarás otro beso? —preguntó molesto


—En realidad vengo a disculparme, te explicaré todo —confesó


Trowa contó todo, diciéndole por qué había hecho todo eso, Wufei se sintió usado, pero comprendía ese sentimiento, él mismo lo vivió cuando su ex novio Treize, le presentó a su nuevo novio Milliardo, en ese momento no pudo desquitarse de alguna forma


—¿Sabes? Quizás podamos conocernos mejor —propuso Trowa, sintiéndose extraño, no solía hacer esa clase de cosas


—Tu ex no está oyendo —dijo molesto


—No lo digo por él —aclaró, sentándose en la silla de al lado


Se miraron mutuamente, de nuevo Wufei se sonrojó por completo, luego negó fervientemente con la cabeza


—Lo siento —sin más, se levantó de la silla y se alejó de prisa de ahí


Trowa lo observó marcharse y suspiró, sintiéndose decepcionado, aunque no esperaba otra reacción, después de todo, lo usó vilmente solo para darle celos a Heero.


- - - o - - -


Tras aquella desastrosa fiesta, Duo y Quatre comenzaron a salir, mientras que Trowa no volvió a saber nada de Wufei, pero no quería preguntarle a su amigo, además este estaba muy ocupado todos los días viendo a su nuevo novio, que lo traía encantado.


Un día, Barton recibió una caja por correo, eran sus últimas cosas que antes estaban en el departamento de Heero, este se las había enviado. Aunque no vivieron juntos, ambos tenían cosas del otro, solo que Trowa las envió todas desde el inicio.


Abrió la caja y miró sus cosas con desinterés, luego sintió que era momento de salir al mundo, aunque sea a buscar un poco de aire fresco.


Salió de su departamento y se dirigió a un café en el centro de la ciudad, ahí le gustaba ir con frecuencia. Pidió un latte como siempre y se sentó en uno de los sillones cerca del ventanal, mirando hacia fuera con poca emoción


Mientras veía a las personas pasar, divisó a alguien conocido, que precisamente se acercaba a la entrada de esa cafetería. Como bien supuso Trowa, ese alguien entró, iba solo y caminaba hacia la caja, Barton lo siguió con la vista en todo momento, incluso cuando obtuvo su café para llevar


Sus miradas se cruzaron cuando Wufei pretendía salir de ahí, se congeló ante la hermosa mirada verde que lo observaba fijamente, sonrió por inercia


—Vaya sorpresa —expresó contrariado, no sabiendo si le gustaba o no la idea de habérselo encontrado


Trowa levantó la mano derecha en señal de saludo, luego señaló la silla frente a él para indicar que podía acompañarlo


—Yo en realidad… tengo que…


—¿Inventar una excusa para evadirme? —preguntó casi divertido


—Sí… digo ¡No! —respondió nervioso


Aquello logró que Trowa echara a reír, cosa que no era común ni normal en él. Wufei se sonrojó, sin saber cómo sentirse, salvo que quería meter la cabeza debajo de algo


—Nuestro primer encuentro no fue el mejor, yo solo… perdón —desvió un poco la mirada— No me siento cómodo


—Entiendo —dijo campantemente, aunque se sentía algo decepcionado


—Tal vez en otra ocasión charlemos


—Claro


Se miraron por última vez por escasos segundos y luego Wufei se marchó, a paso rápido y desentonado, Trowa lo miró irse y suspiró, realmente había algo de él que lo hacía sentirse intrigado, lo quería conocer mejor.


- - - o - - -


Meses después, Trowa terminó de empacar lo último de su ropa, había recibido una oferta irrechazable en el trabajo, aunque esta lo llevó a tener que mudarse de ciudad, pero en realidad no eran muchos kilómetros, así que no cambiaría tanto de ambiente


El día que iba a marcharse, luego de haber mandado sus pertenencias por paquetería, su amigo Duo en compañía de su novio Quatre lo fueron a despedir


—Voy a extrañarte, a ti y a esa cara de metal sin color que tienes —expresó con afecto Duo


—Y yo extrañaré tu parloteo sin sentido —contestó de igual forma


El par de amigos se dio un abrazo


—Mantente en contacto


—Lo haré


Por último, Trowa se despidió del novio de su amigo y luego se marchó, conduciendo tranquilamente en su automóvil, observando el lindo paisaje arbolado ante a él, las carreteras de Japón eran siempre gratificantes para manejar


Llegó a su hospedaje en un pequeño departamento dentro de un edificio de 4 pisos, aún no desempacaba, pero ya que tenía hambre, decidió salir por algo de comer y aprovecharía para hacer misión de reconocimiento en los alrededores


Caminó por la banqueta hacia un pequeño centro de locales comerciales, eligiendo un pequeño restaurante de comida china, pues los precios eran de los más apropiados, sobre todo ahora que había gastado muchos de sus ahorros en la mudanza


—Bienvenido —saludó un hombre joven desde la barra de cocina, daba la espalda hacia la puerta principal— ¿Qué va a…?


Para sorpresa de los dos, el hombre que preparaba los alimentos en ese sitio, era nada más y nada menos que Wufei. Ambos se quedaron paralizados al verse, pues habían transcurrido las estaciones y no volvieron a verse después de aquella tarde en el café


—Vaya sorpresa —dijo Trowa aún sin salir de su asombro


—Lo es —respondió algo inquieto— ¿Cómo es que?


—Acabo de mudarme y quería conocer los alrededores —explicó brevemente— ¿Vives en esta pequeña ciudad costera?


—Sí —respondió, luego indicó a uno de sus ayudantes que lo supliera en la cocina, pues tenían algunos pedidos para entrega a domicilio


Trowa y Wufei se sentaron en una de las mesas, no había más clientes


—Mi abuela falleció y como soy su único nieto, me dejó todo lo que tenía, mis padres murieron cuando yo era un niño —explicó con nostalgia— Así que vine a vivir acá para hacerme cargo de su pequeño restaurante


—Lamento lo de tu abuelita


—Gracias


Hubo un extraño e incómodo silencio entre los dos


—¿Y tú?


—Por trabajo —calló unos momentos— No sé cuánto más me quede a vivir acá


—Ya veo —miró discretamente hacia la entrada, esperando que llegaran clientes


—Jefe —habló uno de los empleados— Se terminó el arroz y los tallarines, creo que por hoy no se podrán cubrir más pedidos


Wufei se molestó un poco, pues esperaba que llegaran clientes, pero al parecer sucedería todo lo contrario, era como si la casualidad quisiera que compartiera un tiempo más junto a Trowa


—¿Sabes? Tengo hambre, vayamos por algo típico del lugar —propuso Barton


—Claro —aceptó sin más, aunque no muy convencido— Entreguen esos pedidos y pueden irse —informó a sus ayudantes— Cierren bien al salir


Wufei se levantó del asiento, se quitó el delantal y volvió hacia Trowa


—Vamos


El par de hombres salió del pequeño restaurante y caminaron por las calles colindantes, encontraron un lugar para comer platillos típicos de la región. Tras eso, el tiempo pasó rápido entre charlas cada vez menos incómodas y más satisfactorias


Hasta que se hizo de noche, fue momento de despedirse


—Vives cerca, supongo ¿hacia dónde exactamente?


—Allá —señaló Wufei justo hacia el conjunto de departamentos donde vivía Trowa


—¿El edificio de la calle catorce?


—Sí ¿Por qué? —preguntó extrañado


—Vivo ahí, piso 2 departamento 8


—Piso 2 departamento 12 —indicó Chang


Los dos, cada vez más sorprendidos de las casualidades que los habían puesto uno cerca del otro desde el día en que se conocieron, fue imposible no comenzar a sentir una conexión especial


—Entonces vamos —comentó Trowa, el otro asintió


Caminaron en silencio hacia el edificio, el primer departamento fue el de Wufei, mientras que el de Barton estaba al fondo de ese piso


—Gracias, pasé una agradable tarde —habló el chino mientras abría la puerta— Tal vez, salgamos otro día


—Claro —sonrió un poco, y ya que lo hacía muy escasamente, lució por completo encantador


—Bien, buenas noches


—Adiós —se despidió el de ojos verdes


Trowa dio la espalda y avanzó unos pasos, mientras Wufei lo observaba marcharse, pero más que por educación, es porque quería ver aquella galante y espectacular figura. Pero de pronto, Barton se detuvo, luego giró sobre sus talones y miró al otro


El pelinegro lo miró en silencio, viendo como volvía sobre sus pasos, hasta estar frente a él, sin decir nada sujetó su rostro entre las delgadas y frías manos, luego se inclinó hacia él y lo besó en la boca.


Aunque para Wufei fue una sorpresa, no tardó en comprender que esta vez sí quería aquello, por lo que se aferró al cuello de Trowa con ambos brazos y respondió el beso, mientras este lo apretaba contra su cuerpo


Al separarse ambos suspiraron, luego de abrir los ojos compartieron una mirada, en la misma posición, tan cerca que podían sentir el calor ajeno


—Niega que hay algo entre los dos —pidió Trowa con seriedad


—No podría —admitió conmocionado— Las casualidades no existen


—¿Y el destino?


—Tal vez —respondió Wufei con nerviosismo, bajando lentamente los brazos


—¿Te gustaría descubrirlo conmigo?


—Sí quiero —condescendió, asintiendo a la vez


Trowa repitió la acción de sujetarlo, esta vez de la cintura, volvieron a compartir un beso, ahora más largo y profundo


—¿Quieres pasar? —ofreció Wufei


Barton asintió, mostrando de nuevo una sonrisa.


Aunque ninguno de los dos sabía en esos momentos si lo que pudiera resultar de aquello funcionaría, ambos estaban dispuestos a averiguarlo, juntos, si es que había sido cosa del destino o simples casualidades, aceptar el reto se convirtió en sí mismo en la gran aventura de sus vidas.


FIN

Notas finales:

Gracias por haber leído esta historia, les agradecería si me dejaran sus comentarios


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