Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Más que una mascota por DenisseZepol

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

– ¿Es usted Park?


 


ChanYeol miró hacia el hombre que hablaba, sorprendido por la suavidad de la voz que oyó hasta que vio al hombre pequeño y delgado de pie a su lado. Entonces todo tuvo sentido. Ningún hombre que visitaba regularmente el bar de ChanYeol hablaba tan tímidamente. Podría acabar con alguien muerto. 


 


Había una excepción, y estaba delante de ChanYeol, con la cabeza baja, los ojos mirando al suelo, como todas las mascotas debían hacer. Toparse con los ojos de un amo podría ser visto como un desafío por el poder, y eso podía causar la muerte. 


 


—Soy Park —respondió lentamente. Estaba intrigado sobre lo que esta mascota quería. A pesar de que no era raro que una mascota se acercara a él, era raro que una hablara antes de que le dieran permiso para hacerlo. No era muy apreciado. 


 


—¿Park ChanYeol? 


 


ChanYeol se enderezó y se recostó en su silla. Cruzó los brazos sobre el pecho mientras miraba al hombre. —¿Quién quiere saberlo? —Le preguntó, con curiosidad, porque no mucha gente sabía su nombre de pila. Todo el mundo sólo lo llamaba Park. Se sorprendió por el brillo de desesperación en los ojos de color verde claro que se alzaron para encontrarse con los suyos por un breve segundo. Todo el cuerpo del hombre se agitó, y parecía a punto de desmayarse en el suelo. Estaba claramente aterrorizado. 


 


—¿Por favor, Señor? 


 


—Sí —dijo ChanYeol, suavizando su respuesta cuando vio la ansiedad del hombre a través de su susurro angustiado—. Soy Park ChanYeol. 


 


El alivio que se apoderó del hombre no se hizo esperar y sus hombros cayeron como si un gran peso hubiera sido arrancado de ellos. Cerró los ojos un momento y se dejó caer al suelo cuando los volvió abrir de nuevo. Metió la mano en su bolsillo y sacó un sobre blanco, entregándoselo. 


 


ChanYeol casi se cayó de la silla cuando el hombre se arrodilló en el suelo, a sus pies. Él se echó hacia atrás, levantando los brazos a un lado mientras observaba al hombre moverse bajo la mesa, entre sus piernas, para poner ahí su cabeza. 


 


El hombre dejó escapar un pequeño suspiro de satisfacción, y toda la tensión de su cuerpo pareció desvanecerse ante los ojos de Park. El pequeño parecía jodidamente feliz de estar justo donde estaba sentado, entre las piernas de ChanYeol, y estaría mintiendo si dijera que no era algo que le gustaba del hombre que está sentado allí. 


 


A medida que el hombre se acurrucó junto a él, ChanYeol recordó el sobre que tenía en la mano. Curioso, rompió el sello de cera y lo abrió, sacando un pedazo de papel de pergamino canela. Él frunció el ceño cuando lo abrió para leerlo. 


 


—Estimado Park ChanYeol 


 


Yo sería el primero en decir que tú y yo no estamos de acuerdo en casi nada. Tuvimos nuestra cuota de diferencias en los últimos años. Sin embargo, nunca te vi como cualquier cosa aparte de un adversario honorable. 


 


Dicho esto, no hay nadie más a quién sienta que pueda confiar mi precioso tesoro con excepción de ti. Sé que vas a proteger a mi chico con todo tu ser. Si estás leyendo esta carta, algo me pasó y ya no soy capaz de cuidar de él. Mi Baek es especial, muchas personas lo quieren para sus propios fines egoístas, y espero que lo mantengas a salvo. 


 


El chico es un alma gentil que necesita una mano firme, guía, y un lugar seguro para estar. Espero que puedas proveer eso para él. Le informé al muchacho que ahora te pertenece y debe servirte como él me sirvió. Él entiende sus funciones. Su contrato personal fue modificado, y tu nombre sustituye al mío como su maestro. 


 


Te estoy confiando mi posesión más valiosa, Park. No lo arruines. 


 


Kris Wu 


 


La boca de ChanYeol se abrió, y miró hacia el hombre arrodillado entre sus piernas cuando una descarga pasó a través de él como un tren de carga. ¿Había heredado un muchacho, una mascota? No sabía si había oído hablar de tal cosa antes. 


 


—¿Cuál es tu nombre? 


 


—Me llaman Baek, Amo. 


 


¡Cristo! Esa palabra fue directamente a la polla de ChanYeol y se le endureció como una roca. Prefería siempre que sus mascotas lo llamaran Amo en lugar de Señor. Le hacía sentirse poderoso, en control. Susurrado de los labios de este chico dulce lo hacía sentirse como un rey. 


 


—¿Tienes otro nombre además de Baek? —Le preguntó ChanYeol. Aunque no tenía ningún problema en llamar Baek a esta pequeña mascota, sería útil para él tener otro nombre para llamarlo, un nombre real. 


 


—No, Amo. —Baek negó, todavía sin mirar a los ojos de ChanYeol—. Siempre me han llamado Baek. 


 


—Bueno, vamos a averiguarlo más tarde. — ChanYeol acarició con su mano los rizos rubios, sorprendido, cuando el hombre se inclinó hacia la pequeña caricia como si estuviera hambriento de afecto—. Ahora, dime qué pasó con tu amo. 


 


Sus ojos verdes suaves se dispararon hacia ChanYeol, después otra vez hacia el suelo. El cuerpo de Baek comenzó a temblar cuando sus dedos le dieron un tirón al material delgado de su camisa fina de algodón marrón. 


 


—Pensé que eras mi Amo —murmuró en voz baja. 


 


ChanYeol apretó sus dedos en el cabello del hombre y le dio un pequeño tirón, no lo suficiente como para causar dolor, pero sí como para llamar la atención del muchacho. —Responde a la pregunta, Baek. 


 


—Lo siento, Amo. — Baek frotó su rostro contra la pierna de ChanYeol. 


 


ChanYeol se lo permitió por un momento antes de darle otro tirón en el pelo de nuevo. —No voy a preguntar de nuevo, Baek. Responde a la pregunta antes de que me enfade. 


 


—Mi antiguo maestro fue asesinado. —Un suave sollozo siguió a la declaración. 


 


—¿Cómo? 


 


Baek sollozó de nuevo, un poco más fuerte esta vez. —Trataron de llevarme con ellos. 


 


—¿Con quién? —Preguntó ChanYeol. La carta que recibió de Kris Wu lentamente empezaba a tener sentido. 


 


—No lo sé, Amo —respondió Baek—. Mi... mi ex Maestro... 


 


—El Maestro Kris —respondió ChanYeol ayudándole. Él quería que hubiera alguna diferencia entre él y Kris Wu. El suspiro de alivio que venía de Baek trajo una sonrisa a la cara de ChanYeol. Parecía que Baek necesitaba la diferencia, también. 


 


—Termina de decirme lo que pasó con el Maestro Kris, Baek. 


 


—Atacaron la casa, y el Maestro Kris quedó herido. Pero él sabía que iban a venir. Me dio esa carta y me dijo que tenía que correr hasta que le encontrara, y que sería mi nuevo amo. 


 


Santo Infierno. Eso era sólo el inicio. 


 


—¿Sabes lo que le pasó al Maestro Kris? 


 


Baek jadeó otra vez y asintió con la cabeza. Grandes lagrimones empezaron a caer por su rostro pálido. —Lo... Lo mataron. 


 


—¿Estás seguro? 


 


—Sí —respondió Baek—. Me escondí en el armario hasta que se fueron. Yo estaba con el maestro Kris cuando murió. Él me dijo que viniera aquí y le encontrara. 


 


Preocupación ardía en los ojos del muchacho cuando comprendió que había roto una de las reglas más importantes que una mascota puede tener y miró a ChanYeol. Las lágrimas escurrían por su rostro haciendo que el verde de sus ojos pareciese más oscuro. —Por favor, Amo — Baek susurró— Voy a ser una buena mascota. Haré todo lo que me diga que haga. Nunca voy a meterme en problemas. 


 


—¿Nunca? — ChanYeol sonrió burlonamente. Él dudaba que hubiera una mascota en el mundo que no rompiera una regla en algún momento. A veces incluso rompían las reglas a propósito sólo para ser castigados. Parecía ser parte de la mentalidad de las mascotas. 


 


Los ojos del muchacho se precipitaron hacia el suelo. Sus dedos volvieron a darle un tirón al material de su camisa café. ChanYeol empezó a sospechar que se trataba de un hábito nervioso. Él tendría que pensar acerca de eso y decidir si Baek sería capaz de continuar con él. Además, era una camisa café realmente fea. 


 


ChanYeol miró hacia la cabeza agachada de Baek cuando, de repente, se dio cuenta de que ya había decidido mantener al hombre. No tenía la menor idea de lo que iba a hacer con él exactamente. No había tenido una mascota en algunos años, pero él lo mantendría. 


 


—No espero que seas perfecto, Baek —dijo ChanYeol. Sintió una sacudida de sorpresa pasar por el pequeño hombre por sus palabras— Sin embargo, espero que hagas lo posible por obedecerme. 


 


Baek inclinó la cabeza hacia atrás y miró a Park de nuevo. —¿Usted va a mantenerme? 


 


ChanYeol permaneció en silencio durante tanto tiempo que los ojos de Baek se llenaron de desesperación y se dejó caer al suelo. Él parecía enroscarse sobre sí mismo, sus manos cayendo de los muslos de ChanYeol para envolverlas alrededor de sus piernas. Intentó con mucho cuidado no tocar ninguna parte del cuerpo ChanYeol mientras no se movía de su lugar en el suelo. 


 


—Siéntate allí en silencio y déjame beber mientras pienso en ello — ChanYeol le dijo finalmente. Él no quería ceder con demasiada facilidad a pesar de que ya sabía que iba a llevarse a casa el hombre con él. Sólo necesitaba ver lo bien que Baek seguía sus órdenes. 


 


—Sí, Amo —respondió Baek. 


 


Si no fuera por su plena conciencia de que el hombre estaba sentado entre las piernas, ChanYeol nunca habría sabido que estaba allí. Baek no movió ni un músculo, no hizo el menor ruido. Ni siquiera estaba seguro de que respirara. 


 


ChanYeol lentamente tomó un sorbo de su bebida mientras contemplaba al hombre a sus pies. Había algo misterioso en el muchacho, pero maldita sea si podía descubrir lo que era. Eso podría llevarle algún tiempo, pero le gustaban los rompecabezas. 


 


— Park, hombre —dijo un hombre de cabello oscuro mientras se sentaba frente a ChanYeol—. ¿Cómo diablos estas? 


 


— JaeHyun —respondió ChanYeol, asintiendo con la cabeza al otro Dom—. Estoy bien, ¿y tú? 


 


—No me puedo quejar. ¿Has visto a SeHun últimamente? 


 


Park negó. —No en un par de semanas —respondió—. Oí que tomó una nueva mascota para reemplazar a la que murió. Espero que lo veamos tarde o temprano. 


 


—Malas noticias, ya sabes, perder a una mascota de esa manera. 


 


—No podría estar más de acuerdo. 


 


—Esperamos que las mascotas mueran por causas naturales. Cuando alguien muere por algo tan sin sentido... — JaeHyun sacudió la cabeza—. No es justo. 


 


—Sabes tan bien como yo que la competencia entre los maestros es difícil para todos —dijo Park—. La mascota de SeHun sólo quedó atrapada en ella. 


 


—Bueno, es una estupidez, si me preguntas. Hay mascotas suficientes para todos. No hay ninguna razón para la competencia. 


 


ChanYeol tomó un sorbo del líquido rojo oscuro de su vaso mientras pensaba en la respuesta a los comentarios de JaeHyun. Las guerras entre Doms eran una idiotez y ChanYeol la odiaba, pero parecía ser uno de los pocos. La mayoría de la gente sólo la aceptó y tomaron partido. Nada de esto tenía sentido para él. 


 


Las guerras de los Dom eran como las guerras de pandillas del siglo XXI, excepto que en lugar de luchar por el territorio, los maestros se peleaban por las mascotas. Todavía quedaban contratos escritos entre amos y mascotas, pero esos contratos se disputaban, a veces hasta la muerte. 


 


Tal y como la había sucedido a la mascota de SeHun. Otro maestro había querido a su mascota y luchó contra SeHun por él. SeHun había ganado, pero el otro maestro no lo aceptó, causando la muerte a la mascota en un ataque de rabia. Eso había sido hacía tres años. También era una de las razones por las que ChanYeol no había tenido una mascota permanente en varios años. No quería pasar por la agonía de perder a una. Los otros motivos eran más personales, como el no encontrar una mascota que cumpliera todas sus necesidades. 


 


—No podría estar más de acuerdo. La guerra de los Dom es idiota porque hay un montón mascotas para todos, como dijiste. Si los maestros aceptaran que no necesitan más que una, todos estaríamos mucho mejor. 


 


—Dos está bien —rio JaeHyun. 


 


—Es verdad, lo puede ser —estaba de acuerdo ChanYeol—. No es tanto el número, sin embargo, como el conocimiento de que una mascota pertenece a un maestro y otro maestro no debería robarlo. 


 


—Cierto. 


 


ChanYeol casi gruñó cuando los ojos de JaeHyun se movieron para mirar hacia donde los pies del muchacho se podían ver justo debajo del borde de la mesa. Un destello de interés brilló en los ojos de JaeHyun. Una posesividad feroz fluyó a través de ChanYeol, sorprendiéndolo por la intensidad de la misma. 


 


—¿Un amigo tuyo? —preguntó JaeHyun, señalando a Baek. 


 


ChanYeol no tenía una mascota. Todo el mundo sabía eso, incluso JaeHyun. No era que no pudiera conseguir una mascota o que él pasara de una a otra. Sólo había pasado un tiempo desde que había tenido una en carácter permanente. 


 


—Se podría decir eso —respondió Park. 


 


Las cejas de JaeHyun se elevaron con curiosidad obvia. —¿Él es tuyo? 


 


ChanYeol sonrió al detectar el sonido de la respiración del muchacho. Sabía que la mascota esperaba con la respiración contenida para oír su respuesta. Sin embargo, tenía que darle crédito a Baek. Él no se movió ni hizo ningún sonido como le había ordenado. ChanYeol decidió que se merecía una recompensa. 


 


—Sí, es mío.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).