Existían pocas cosas que Uchiha Sasuke en verdad amara, aunque debido a la amplia sonrisa que casi siempre traía dibujada en su coqueto rostro, era difícil saber cuáles eran.
A simple vista se podría deducir que el estar rodeado de chicas llamándolas con apodos cariñosos mientras les regalaba sus tan afamadas rosas rojas era algo que entraba en ese selecto grupo.
No obstante, la realidad era un poco diferente, no le desagradaba estar rodeado de personas que lo alabaran, pero tampoco lo amaba; el destacar siempre entre los demás era natural para cualquier Uchiha.
Solo los que pasaban por alto todos sus encantos, eran a los que podía considerar amigos y no más de sus seguidores, sin embargo, de entre todos sus amigos Namikaze Menma era el único al que no le molestaría ver actuar como uno más de sus seguidores; desde la primera vez que lo conoció en la floristería de los Yamanaka.
Ambos a unos días de entrar a la academia ninja, fueron obligados por sus madres a acompañarlas en un típico día de compras y se encontraron en aquel lugar por pura casualidad.
Mientras su mamá pedía un ramo de varios tipos de flores mezcladas, para celebrar el regreso de su hermano mayor, la madre de Menma a petición de este compro un ramo lleno de puras rosas rojas; en lo que sus mamás platicaban un poco entre ellas en lo que sus ramos estaban listos, siguió el ejemplo y comenzó a charlar con aquel chico rubio, quien lo miro y sonrió brillantemente.
Y justo en ese momento comenzó su amor no correspondido por Menma, que en su mente era tan bello como una rosa.
Una vez que se reencontraron en la academia también descubrió lo espinoso que este podía ser, porque sin importar cuantas veces intento ser su amigo más cercano, Menma siempre lo etiqueto como un amigo más.
Paso todos sus años en la academia en ocultas peleas con Hyuga Hinata y Haruno Sakura por la atención/amor de Menma y este nunca noto nada y si lo noto prefirió ignorarlo, porque su personalidad en un principio extrovertida, poco a poco se fue tornando más seria, cada vez que se le acercaban.
Después cuando se graduaron y formaron el equipo 7 su etiqueta no cambio, pero la actitud ya sobria del rubio sí; cuando en el pasado podían hacer cosas de amigos acompañados de los demás, este en algún punto empezó a evitarlo.
Cada que se aparecía, Menma fruncía ligeramente el ceño y mantenía su distancia, solo interactuaban normal cuando estaban de misión o en entrenamiento.
Y de todas las razones, que habían empezado a rondar por su cabeza desde que el ahora ex rubio había empezado a evitarlo, nunca espero que se debiera a que Menma también gustara de él y estuviera celoso de su coquetería.
Él simplemente un día empezó a cargar rosas rojas en la espera de ser más del agrado de Menma, y como eso no paso, debido a su naturaleza galante decidió regalarlas a sus siempre fieles seguidoras.
Sin embargo, ahora que conocía los verdaderos sentimientos de Menma no le regalaría a nadie más las rosas que en un principio siempre estuvieron dedicadas, para ese chico que en su mente aún seguía siendo igual a ellas.
Fin