Sasuke amaba a su hermano, a pesar de no decirlo o gritar lo contrario, el apreciaba tener un hermano mayor que lo alentará y animara aún cuando no quería.
Por eso cuando sus padres les sugirieron una tarde juntos como los hermanos que son; él obviamente se hizo el que no quería para terminar con el cuento de que "me obligaron".
Y antes de salir lo primero en lo que pensaron fue en tomar una ducha, y Sasuke se puso feliz ante la idea de que tomarían un baño juntos después de hace tanto.
Los dos ya se encontraban casi por terminar, faltando sólo lavar la espalda de ambos.
Primero lo hizo Sasuke, que al mismo tiempo jugaba a estirar el cabello de su hermano sabiendo que eso lo molestaba. Empezando así un juego que terminó en unas forzaditas que se dificultaban por el jabón en el cuerpo de ambos.
Y terminó con un resbalón del pie de Sasuke, dejándolo de espaldas tras un fuerte sonido de agonía.
–Ey, ¿estás bien?– preguntó angustiado al ver una pequeña lágrima rasbalar por su mejilla. Sasuke era demasiado resistente como para llorar con sólo una caída.
– Si, sólo... auch.– se quejó pasando a sentarse en los banquitos que había hay mismo en el baño.
–Oye, te has vuelto débil.– tomó otro banco para sentarse tras de él, viendo algo que le hizo cuestionarse la verdadera razón de la lágrima de su hermanito.
–No soy débil.– lo miró de reojo por la ofensa, y si Sasuke fuera lo suficientemente infantil Itachi estaba seguro de que hubiera formado un puchero.
–¿Y esto?– decidió empezar a tallar la espalda de su hermano con total cuidado de no tocar las finas heridas.
–Son rasguños, genio prodigioso.– respondió sarcástico, con una sonrisilla de burla.
–Si, pero me refiero a como te los hiciste. ¿Acaso ya tienes novia?
Sasuke sólo bufó.
–¿Tu novia te hizo estos rasguños, hermanito?– preguntó burlón al ver tales arañazos en la espalda de su hermanito.
–No, fue Naruto.– respondió con gesto de molestia, de seguro por la burla, supuso Itachi.
Claro que su mente poco tiempo tuvo de razonar antes de que lo sintiera trabajar a toda máquina, tal vez ese trabajo fue el culpable de teñir su rostro hasta las orejas de un rojo vivo.
–Tsk, duele.– se quejó el menor, haciendo reaccionar a Itachi, que al parecer empezó a apretar la esponja contra su espalda, sobre esos rasguños.
Esos rasguños...
¡Esos rasguños!
¡¿Cómo que Naruto había hecho esos rasguños?!
Itachi rápidamente rodeo a Sasuke y se posicionó frente a él, viéndolo directo a los ojos, tomándolo por los hombros para que dejara de ver al suelo y le prestara total atención.
Y Sasuke sólo lo vió con un claro gesto de confusión. ¿Y ahora que se traía este?
–Hermanito, no me digas que tú, y Naruto...– dejó que Sasuke completara la frase en su mente, pues era incapaz de terminarla el mismo.
Y cuando Sasuke completo la frase, lo miró con gesto aburrido, respondiendo con desinterés.
–Siempre lo hacemos, ¿qué te sorprende?
–¿Siempre?– repitió sorprendido.
–Si, sólo que el idiota esta vez se pasó de brusco, tsk, estúpido dobe...– susurró lo último para el mismo, soltando el agarre del mayor para retomar su baño empezando a tomar cubos de agua para enjuagar su cuerpo enjabonado.
Todo sin notar el shock en el que se encontraba su hermano mayor.
Su hermanito de tan sólo 15 inocentes y purisisísimos años, ya no era tan puro. Tener sexo salvaje no es puro, porque rasguñarse no era de sexo suave.
¡Rasguñar a tu pareja es de que te den tan duro que intentas sostenerte de la espalda del contrario con tanta fuerza como con la que te están dando!
Y eso hizo reaccionar a Itachi de un asuntillo del que no debía inquirir demasiado por respeto a la privacidad.
Sasuke era el activo.
–Vamos a la tina.– golpeó su hombro de manera amistosa, abriéndose paso hacia el lugar mencionado.
Itachi vió a su hermanito perderse bajo el agua y empezó a dudar, ¿de verdad Sasuke es capaz de tener una relación así?
Ver a su hermano en la posición del activo al lado del revoltoso, imperativo e inquieto rubio se le hacía toda una lucha. Vaya que Sasuke debía ser muy, pero muy imponente para aplacar tanta energía.
Aunque también le entró una idea a la cabeza, ¿ambos serían de un sólo papel o serían versátiles?
Por dónde lo viera ambos tenían la capacidad para ser tanto activos como pasivos, pues aunque Sasuke lo negara, Naruto sabía controlar al pelinegro de la manera más susceptible posible.
Pues Naruto tenía esa energía necesaria para ser el activo, que a la vez podría ser la responsable de los rasguñar a la hora de ser el pasivo. Y su hermanito, pues era obstinado y sí quería una cosa haría lo que sea por cumplirla, hasta tomar el papel que él crea necesario.
Si, tal vez sean versátiles.
–¿Piensas moverte de ahí?– Sasuke ya tenía su espalda contra la pared y estirando sus brazos en el borde. El tono irritado que uso le dejó en claro que llevaba un buen rato sin moverse.
Itachi lo volteó a ver y una duda asaltó su mente.
¿Si Sasuke era gay, no le incómoda ver a hombres desnudos?
Pues nunca pareció mostrar molestia por verlo a él, que aunque suene raro por ser su propio hermano, ver a alguien del género que te atrae en estado de desnudes debe ser totalmente incómodo.
Tal vez su hermanito era narutosexual...
¿Y Naruto? Él lo veía, examinaba y no le entraba que ese remolino bateara a un solo lado, para Itachi Naruto tenía la personalidad perfecta para adecuarse a la persona que amara sin importar su género.
Un Sasuke 'narutosexual' y un Naruto 'le entro a todo' cabía demasiado bien en la mente de Itachi.
–¿Vas a ignorame?– volvió a hablar el dichoso ser de sus interrogantes internas. Vaya que se veía molesto.
Y al ver la molestia en su hermanito se puso a preguntar, ¿Naruto y Sasuke tendrían una relación estable o sólo se dan para desquitar las ganas?
Pues el no veía que su hermano fuera una persona capaz de hacer algo así, y a Naruto...
–¡Ya está! Volviste a poner tu mirada de estúpido filósofo así que ahí te ves. Quédate pensando en tus estupideces.– se levantó de la tina y con una toalla en la cadera salió de la habitación, e Itachi estaba seguro de que si hubiera puerta esta habría sido cruelmente azotada.
–Teme, ¿por qué tardaste tanto?– reprochaba Naruto de manera berrinchuda.
–Mejor agradece que viene.– habló desinteresado, tomando asiento frente a él y empezando a sacar cosas de la mochila que el rubio tenía entre sus piernas.
–¡¿Me pensabas dejar plantado?!– gritó indignado, tocando su pecho con ofensa.
–Iba a pasar la tarde con Itachi pero el muy idiota empezó a ignorame.– "Y cuando me fui no hizo nada por detenerme el muy tarado" resongó Sasuke en su interior.
–Okey, okey, entiendo que tu hermano es más "especial" pero bien pudiste avisarme y no dejarme esperar como un idiota.
–Yo sólo te iba a dejar esperando, lo idiota ya es tuyo.
–Teme...– bufó con mirada molesta.
–Ni se te ocurra empezar una pelea hoy.
–¡¿Yo?! Pero si tú la empezaste también ayer.
–¡Si, pero aventarme por la colina hasta un arbusto seco lleno de espinas no es pelea justa!
–Me disculpé...– susurró lánguido.
De verdad sintió miedo al ver a Sasuke caer por su culpa hasta topar con aquella maraña de ramas que no hizo más que amortiguar su bajada a costa de llenar toda su espalda de rasguños sangrientos.
–Pues no te perdone.– declaró arrogante, empezando a morder uno de los tomates que sacó de la mochila.
Naruto lo miró con un puchero y cuando lo notó lo suficientemente distraído en su pequeño bocadillo se atrevió a robarle un pequeño beso.
Y Sasuke quedó inmóvil.
Y Naruto sonrió con ilusión al ver cómo Sasuke pasaba a cubrir con sus brazos su rostro totalmente colorado.
– Te dije que dejaras de hacer eso...– intentó sonar molesto pero la vergüenza se escabullo en su voz, haciendolo encogerse aún más.
–Pues no quiero.– declaró feliz, pasando a plantarle un cariñoso beso en su frente casi oculta y ahora sí abrazarse al pecho del moreno.
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