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Rivers Flow In You por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Mención de temas sensibles:

--alusión a violación

--embarazo en varón

seguir con la lectura si está de acuerdo, caso contrario siga en busca de otro fic.

 

 

Notas del capitulo:

Los personajes de Kuroko no Basuket pertenecen a Tadatoshi Fujimaki.

 

 

Viernes 26, agosto 2022.

 
 
River Flows In You
 
 
 
Fue una decisión estúpida. Estando juntos siempre hay historias para contarse, alguien haciendo el ridículo o retos que los hacen ver aún más absurdos que aquellos que se avergüenzan así mismos... aunque también hay lindas memorias, viajes al pasado, ayuda en temporadas bajas y esa sensación de camaradería que solo sentimos en tiempos de instituto antes que todo cambiara. La Generación de los Milagros solía juntarse, solíamos juntarnos algunas veces al año tan solo nosotros, sin el Sempai de Kise-kun, sin Takao-san de Midorima-kun, sin Himuro-san de Murasakibara-kun, sin Momoi-san de Aomine-kun aunque solemos decir que ella es también parte de nosotros suele excusarse conque no quiere estar en un lugar con tantos chicos; tampoco hay guardaespaldas de Akashi-kun, mucho menos un Kagami-kun a mi lado pues decidió seguir sus estudios en Estados Unidos. 
 
Era algo usual. 
 
Todos hacíamos lo posible por asistir... como dije, siempre salían historias divertidas de cada encuentro.
 
Sin embargo, esta vez, fue diferente. 
 
En la suite que Akashi-kun reservaba para estos encuentros siempre hay comida, bebida y varios juegos y algunas cuerdas y telas que algunas veces usamos para momificara a Kise-kun y otras para atar a Aomine-kun y convertirlo en una piñata viviente; como dije, pasaba de todo en estas reuniones salvo que en esta ocasión hubo alcohol. 
 
Mucho alcohol. 
 
Claro que nos rehusamos, Midorima-kun relató las consecuencias de las bebidas y juró jamás consumirla. En el transcurso de la tarde noche realizaron una bebida con varias cosas, juraron que no tenía alcohol y al principio no había nada raro, eran pasadas las nueve pues nos preparábamos para dormir, la bebida sabía diferente pero no lo echamos de ver hasta que las palabras se fueron arrastrando, las risas por nada iniciaron, los tropiezos y peleas con lámparas o el intentar subir a la parte superior de la alacena en la pequeña cocina equipada... alguien exigía abrazos, alguien se quedó dormido sentado en el inodoro, alguien quería probar lo que olía tan bien. 
 
Hubo calor. 
 
Caricias. 
 
Besos. 
 
La ropa estorbaba. 
 
Era excitante. 
 
Era una locura... luego ya no recuerdo nada de esa noche.
 
Desperté con un sonido a mi lado, un bip-bip constante y con un extraña sensación en mi mano donde tenía una aguja, estaba en el hospital. Momoi-san estaba a mi lado con sus ojos hinchados y tremenda culpa en el rostro; me explicó que ella fue a la suite; tenía el privilegio de saber lo ocurrido en nuestras reuniones en el desayuno del día siguiente; dijo haber encontrado un desastre, olía horrible y no halló a nadie donde solemos dormir, fue a la habitación principal con cámara en mano para inmortalizar cualquier cosa y nos encontró en la cama, desnudos, con rastros de fluidos secos en nuestro cuerpo, cerró la puerta de golpe provocando que despertaran, escuchó gritos y gruñidos, volvió a entrar a la habitación al escuchar que llamaban mi nombre repetidas veces ya con desespero. 
 
No reaccioné. 
 
Llamaron a una ambulancia y me trasladaron a uno de los hospitales donde trabaja el padre de Midorima-kun. 
 
Faltaba un día para que se cumplieran cinco días que he estado inconsciente. Presenté síntomas de abuso según los doctores a parte de una intoxicación de alcohol, no dejaron que ninguno de los Milagros entrara pues ellos eran los principales sospechosos, Momoi-san les ha estado informando de mi recuperación... antes de poder decir algo, una enfermera entró, vio que estaba despierto y llamó al médico que me atendía, Momoi-san tuvo que salir, tras varias preguntas y una valoración de salud en general entraron dos oficiales que se encargarían de mi caso.
 
Les dije la verdad, fuimos irresponsables, bebimos demasiado y sin uso de razón hicimos cosas que jamás haríamos estando conscientes. No levantaría cargos. El oficial más alto intentó persuadirme, dijo que no había pena en denunciar abuso aunque fueran mis amigos. Le repetí que fue inmaduro de nuestra parte, siendo atletas no consumimos nada que dañara nuestro desempeño físico y tontamente no supimos controlarlo. Insistió el oficial, el que había permanecido callado dijo que no proseguiría si me veían interactuar con mis "amigos".
 
Momoi-san los llamó, no pasaron ni quince minutos cuando se escuchó alboroto al otro lado de la puerta. El oficial que hizo tal petición no dejaba de observarme ni cuando abrió la puerta para que pasaran los Milagros.
   
Entraron en orden, Akashi-kun liderando al equipo con Aomine-kun cerrando la puerta, Kise-kun con lágrimas sueltas se lanzó a abrazarme aunque Midorima-kun lo detuvo y tras armarse de valor me miraron a los ojos. Estaban inquietos, avergonzados, había culpa y remordimiento. Murasakibara-kun me ofreció un dulce de vainilla y lo acepté. Midorima-kun preguntó por cómo me encontraba y Aomine-kun le contestó que si estaba más ciego de lo que pensaba por hacer esa pregunta viendo la posición en la que estaba. Akashi-kun los paró antes que escalara su argumento. Les pregunté si sabían lo que sucedió luego que Murasakibara-kun se levantara enojado del suelo por haber caído de la alacena; todos se sonrojaron y Akashi-kun explicó con calma que recuerdan, estar conmigo al menos dos veces. Volvieron a lucir avergonzados, les pregunté si yo también debería sonrojarme como ellos ante los recuerdos. 
 
Momoi-san dijo que recordaba algo más, le dije que no pero que haría que cada uno me contara para no estar en blanco. Más sonrojos y Akashi-kun se aclaró la garganta.
 
Aomine-kun, siendo su brutal ser, preguntó directamente si no iba a levantar cargos por lo que hicieron, dijo que lo entenderían o que si no lo haría solo porque fuimos amigos una vez. Hubo silencio, Momoi-san sollozó cubriendo su boca, los oficiales seguían mirando en silencio, Kise-kun, Midorima-kun y Murasakibara-kun agacharon la mirada nuevamente, Akashi-kun miraba hacia la ventana... parecían que recibirían la pena de muerte. 
 
Aomine-kun, dije, los sigo considerando mis amigos. Me miraron asombrados. Estas son circunstancias penosas, siento vergüenza no de los actos ocurridos sino de cómo se llevaron a cabo, siento el no recordar la mayoría de lo ocurrido pero no me siento "abusado" o "agredido" porque estoy seguro si en algún momento hubiese dicho "paren", "no quiero" o alguna otra negativa ustedes se hubieran detenido. Lo que sucedió no fue algo orquestado para llegar a este punto, no fui el único afectado, sé que jamás probaré una gota más de alcohol y sé que aunque son mis amigos si me hubiera sentido en una especie de trampa los denunciaría sin pensarlo. No estoy contento por no darme cuenta del exceso de alcohol, estoy impactado por el tiempo que estuve inconsciente, asustado de solo pensar en volver a beber algo que no pueda ver su procedencia, tal vez debería estar triste o furioso pero porque llegaron a pensar que me obligaron a algo cuando bien saben que puedo derribarlos en cualquier instante.
 
El oficial que seguía callado dijo que seguiría sin cambiar mi opinión, al afirmarle me dijo algo que nadie sabía, me preguntó por lo que haría cuando nazca el bebé.
 
Hubo confusión. Los Milagros lo miraron tan rápido y tan intenso que el otro oficial tapó su cara murmurando sobre compañeros insensibles y toscos, luego habló en voz alta diciendo que el último examen de sangre que me realizaron afirma que estoy... en espera. Continuó diciendo que había pocos hombres, uno de cada 17,347 que tiene esa capacidad de engendrar vida, dijo que pocos lo sabían pues de los que se tiene registro en su vida el celibato es algo prolongado o difícil de romper. 
 
Entró el médico y viendo las caras de todos preguntó por lo ocurrido, al enterarse sacó prácticamente a los oficiales reprochando su falta de profesionalismo y el de cómo es que no le agrada discutir con ellos sobre sus pacientes pues siempre terminan cometiendo algún error similar. Al mirar el mutismo general inició a revisarme y me explicó que hicieron varias pruebas para corroborar el resultado, dijo también que aún tenía la opción de interrumpir el embarazo. Recomendó a todos dejarme pensar pues la opción era solo mía.
 
Quedé solo, pensando, aunque la verdad no sabía qué pensar. 
 
 
 
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Pasaron dos días más, los Milagros vinieron a visitarme y aunque no lo dicen en voz alta se nota que quieren saber sobre mi decisión de interrumpir o no el embarazo. La verdad es que yo tampoco sé lo que debo hacer. Fue duro enterarme de mi falta de memoria y del tiempo perdido en mi inconsciencia, pero, esta noticia es aún más impactante que no sé por dónde empezar. 
 
Momoi-san venía más seguido, me hablaba de varias cosas pero tampoco preguntó, me dijo que logró comunicarse con mis padres y que regresarían para mi cumpleaños, dijo que en la escuela explicó lo de mi accidente y tras marcarme como en pausa por el momento cuando me contacte con ellos se buscaría una solución al tiempo escolar perdido. Como es el primer año de universidad las materias son tronco común y con dedicación se me podría poner al corriente; siempre fui diligente con mis estudios pero en esta ocasión no podría concentrarme.
 
Era casi medio día y Momoi-san entró corriendo al cuarto, se disculpó por no tocar y me dio su teléfono que marcaba como con una llamada en curso... lo tomé y antes de decir palabra alguna, la voz de Kagami-kun me quitó hasta la respiración. 
 
--Kuroko ven a pasar las vacaciones de invierno conmigo. --exigió.
 
Sentí temor, ¿Kagami-kun sabría lo que ha ocurrido? sentí confusión ¿por qué avergonzarme ahora? ¿no es de noche donde él está? ¿cómo consiguió el número de Momoi-san? ¿alguien más de Seirin sabe de mi estadía en el hospital?
 
--¿Por qué? --fue lo único que salió de mi boca.
 
--Eso no importa, te quiero aquí en el siguiente vuelo, no me importa si aún queda una semana del curso escolar. --dijo al otro lado del teléfono en mi oreja.
 
--Kagami-kun, tengo muchas cosas que experimentar antes de casarme contigo, tengo que declinar tu propuesta, lo siento mucho. --dije con mi tono monótono, ese que tanto odiaba cuando le estoy tomando el pelo.
 
--¡¿Casarte? Tú maldito bastardo... --el sonido de su voz se alejó un poco, casi puedo verlo agitar el teléfono, y casi lanzarlo lejos --Kuroko, si quiero casarme mañana, será maña, sin excusas y... espera, eso no era lo que quería decir, olvídalo. Ven y punto.
 
--Eso no es una invitación Kagami-kun, me suena más a una amenaza, lo mejor sería poner distancia entre nosotros. --lo escuché ahogarse con su propia saliva y qué extraño es que pueda hacer diferencia en los sonidos que emanan del teléfono.
 
Sonreí al recordar a Kagami-kun y lo torpe que puede ser con cualquier cosa que no tenga relación con el basquet. Momoi-san me quitó el teléfono y le dijo a Kagami-kun que ahí estaría.
 
Me dijo que yo necesitaba tiempo para pensar, para superar lo sucedido y para tomar una decisión. Dijo que los Milagros estaban de acuerdo en darme un respiro, me dijo que tuvieron que convencer a dos de ellos ya me apoyarían en la decisión que tome. Dijo que Akashi-kun ya tenía el viaje programado, Aomine-kun, Kise-kun y Midorima-kun fueron a mi casa a hacer una maleta con ropa y cosas que pudiera necesitar, Murasakibara-kun fue por un recuerdo para Kagami-kun y varios dulces que amenicen el viaje.
 
Una enfermera entró, me bañó, me vistió con ropa mía en lugar de la del hospital, un enfermero me colocó en una silla de ruedas y en compañía de Momoi-san fuimos al aeropuerto. Ahí estaban los Milagros, por fortuna ya no me miraban con culpa, me entregaron dos maletas pequeñas y la mochila en la que llevé mis cosas deportivas a Seirin, Murasakibara-kun dijo que ahí iban los dulces y pastelillos... Midorima-kun dijo que también iba mi celular, cargador, laptop, pasaporte y mi cartera; Aomine-kun dijo que mis padres ya sabían de mi salida del país y que estaría con Kagami-kun mostrándose de acuerdo; Akashi-kun fue el último en acercarse a mí y dijo que todos pensaban lo que expresaría. 
 
--Me disculpo una vez más Tetsuya, te hemos hecho daño y requerimos ayuda de Taiga para que tengas una mejor perspectiva de la situación en la que nos encontramos, te aseguro que a tu regreso respetaremos la decisión que tomes, cualquiera que sea. --prometió.
 
No supe qué decir, los demás tampoco y el enfermero que seguía llevando mi silla de ruedas de la que no me he separado inició el rumbo al siguiente transporte, era un jet. Sin duda de parte de Akashi-kun, no estoy seguro si en el estado en el que estoy alguna aerolinea pudiera tomarme como pasajero. Me quedé dormido pensando en las palabras de Akashi-kun, en el cómo deberían sentirse a tal grado que creían me sentiría mejor estando lejos de ellos por haber sido la causa de mis problemas. 
 
Era tonto. 
 
Toda esta situación: ellos por creer que lejos encontraría algún tipo de respuesta a lo sucedido; yo, por no enfrentarlos nuevamente y en su lugar huir como lo hice en Teiko.
 
Desperté cuando el enfermero que me ha estado acompañando me indicaba que acabábamos de aterrizar. Me confundió su presencia, notó mi desconcierto y explicó que había sido contratado como "asistente", ya fuera como enfermero, como traductor o como guardaespaldas, dijo que su nombre era Bastian y me guiñó el ojo izquierdo. Sí, sin duda se parecía todo a ese personaje de manga que puede hacer prácticamente todo... supongo que es otra de las cosas de las que "se encargó" Akashi-kun.
 
Para bajar del jet Bastian me cargó en sus brazos, al estar en tierra firme me colocó en la silla de ruedas y pude observar no era tan lejana la parte techada del aeropuerto cuando noté la presencia de Kagami-kun siendo retenido por un guardia. No sé qué sonido hice pues Bastian detuvo el andar de la silla de ruedas tras algunos minutos. Me invadió una gran necesidad de ir al encuentro de mi Luz: planté mis pies en el suelo, con mis manos en la silla subí todo mi peso para ponerme de pie... Kagami-kun aplicó una finta al guardia y logró pasarlo iniciando una carrera hacia mí, di un paso y solté el aire que había estado reteniendo por el esfuerzo de pararme. 
 
Mis pies se sentían como costales de arena.
 
Di otro paso y sentí el cómo mis rodillas cedieron ante la debilidad de mi cuerpo. 
 
Me desplomaba al suelo, sin embargo, mi Luz ya estaba aquí para no dejarme caer. 
 
Me aferré a sus brazos, escondí mi cara en su pecho y sentí como si algo dentro de mí se aflojara, con un grito sordo mis ojos cerrados empezaron a humedecerse. 
 
Me sentí a aliviado.
 
Lo había extrañado demasiado en estos años que partió de Japón.
 
No estoy seguro del tiempo que pasé escondido en el regazo de mi Luz, con los ojos hinchados noté que la playera de Kagami-kun estaba más que empapada con mi llanto y otros fluidos, debería sentir vergüenza aunque no hubo sentimiento alguno más que el sosiego de verme junto a él. 
 
Kagami-kun se enderezó, aferré más mis brazos en su persona y él sólo se dispuso a cargarme como lo había hecho Bastian. Acomodé mis manos alrededor de su cuello y volví a esconder mi rostro en la curvatura de su hombro y cuello, ahora sí me sentía avergonzado. 
 
--Lo siento, Kagami-kun. --dije más tarde, el aeropuerto se me figuraba muy grande pues solo sentí que mi Luz seguía caminando ya por mucho tiempo.
 
--¿Por qué te disculpas? --susurró.
 
--No sabía cuánto había extrañado a Kagami-kun hasta que llegué aquí. --contesté bajito.
 
--No lo hagas, no te disculpes, yo tampoco sabía cuánto te había echado de menos sino hasta que te vi. --admitió.
 
Estuve a punto de quedarme dormido si no fuera porque al fin habíamos llegado a una salida, era un estacionamiento lo que estaba tras varias puertas de cristal.
 
--Papá me prestó el auto. --ofreció mi Luz.
 
--No sabía que Kagami-kun sabía conducir. --expresé.
 
--Me enseñó antes de ir a Japón por cualquier imprevisto, aquí me presta el auto para ir y venir de lugares a los que no me puede acompañar. --terminó de decir para bajarme de sus brazos y poder abrir el auto.
 
Bastian se hizo notar haciendo que Kagami-kun soltara uno de los gritos más escandalosos hasta el momento, se presentó como asistente de la familia Akashi y que por el momento estaría acompañándome, también dijo que nos preocupáramos por su alojamiento o sustento, que se presentaría cuando fuera necesitado y se fue. Kagami-kun y yo intercambiamos una mirada y al volver la vista hacia Bastian ya no estaba por ningún lugar visible. Me pregunté si el manga pudiera estar basado en personas reales o si personas reales podrían estar basados en personajes de mangas. 
 
Kagami-kun arregló mi equipaje en la parte trasera y a mí en el asiento del copiloto e iniciamos el camino a su casa. Era extraño ver el volante del lado equivocado, para mí. Mirando por la ventana un cielo bastante despejado con pocas nubes me quedé dormido nuevamente, desperté cuando Kagami-kun intentaba cargarme de nuevo mientras un hombre que podría ser su padre mantenía abierta la puerta de una casa de dos pisos y bonito pórtico, nos miraba atento con su mirada más perdida en sus pensamientos que en nosotros.
 
Kagami-kun era bueno con las maniobras difíciles, se lo dije también, me miró con duda y le dije que era muy hábil el que consiguiera cargarme, cerrar la puerta del auto con llave y cargar con la mochila del gimnasio que llevaba mis cosas más personales, mi Luz se puso algo nervioso y luego me dio un ligero golpe con su frente en la mía, sonreí por sus respuestas casi infantiles y fui presentado ante Kagami-san. 
 
Ya en la sala mi Luz me acomodó en un sillón y fue por bebidas, siempre fue un excelente anfitrión, Kagami-san seguía mirándome, él es alguien realmente apuesto, se parece mucho a mi Luz, incluso así podría verse en algunos años si el tiempo es amable con él... solo las mejillas y barbilla así como la forma de la mandíbula en mi Luz no concuerdan con Kagami-san.
 
Mi Luz entró a la sala y se quedó algo pasmado, dijo que si planeábamos algún asesinato o algo parecido, lo vi directamente a los ojos y dije que no se preocupara, nadie podría probar nada a lo que respondió con una exclamación digna de una película de suspenso. Una risa profunda robó mi atención, el padre de mi Luz hasta se parecía un poco más a su hijo cuando reía a expensas de otros.
 
--Discúlpame si fui grosero, Kuroko-kun, pero trataba de ver en ti todos esos adjetivos con los que mi hijo te describió y no los encuentro, la verdad. --decía el hombre pelirrojo obscuro, sus ojos borgoña menos endurecidos lucían amables y sus cejas definitivamente no eran heredadas a mi Luz.
 
--Usted ya es muy diferente de Kagami-kun, Kagami-san. --expresé.
 
--Kuroko, tú pequeño dem... --fue interrumpido mi temperamental amigo.
 
--Nada de eso, Taiga, además, Kuroko-kun, ya que mi hijo no ofrece hacerlo lo haré yo, llámame por mi nombre por favor, para estar menos confusos, llámame Kibou. --dijo sonriendo.
 
--Kibou-san. --dije, él sonrió más amplio --por favor, llámeme Tetsuya. 
 
--Oye, ¿por qué ya estarían llamándose por primer nombre cuando he sido yo quien te conoció primero? --argumentaba mi Luz.
 
--Porque nunca lo pediste. --Kibou-san y yo dijimos al mismo tiempo.
 
 
 
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Con el paso de los días el movimiento en mis piernas fue mejorando, ya podía caminar y trotar un poco, en un paseo por el parque más cercano le conté a mi Luz lo sucedido con la Generación de los Milagros, le conté la insistencia del oficial en que presentara cargos y mi respuesta, también le dije de la otra consecuencia que quedó y que de mí dependía el desarrollo o final de este drama. 
 
Se quedó serio pero no en el mal sentido, siempre me hizo saber que me estaba escuchando y tras un suspiro de su parte dijo que regresáramos a su casa. Lo seguí directo a su cuarto y ahí me enseñó un álbum de fotografías, había muchas fotos de él siendo niño, jugando, llorando, riendo en los hombros de un hombre que tenía las mismas cejas que él; había más fotografías de ese hombre y Kagami-kun.
 
Bebé Kagami era muy tierno, su cara fotografiada mientras lloraba mostraba la falta de dentadura completa, había fotos de él aún en el hospital y también había una foto donde Kibou-san y el hombre que compartía las cejas que Kagami-kun estaba en la cama de hospital, se le notaba cansado y gotas de sudor aún podían verse en su frente y labios, ambos abrazaban a un bebé... hubo otras fotos donde se observaba al hombre con las mismas cejas que Kagami-kun, tenía su piel bronceada, sus ojos eran marrón, su cabello era castaño claro y su sonrisa tierna era muy similar a la de mi Luz.
 
--Él fue mi madre, se llamaba Hotaru, él y papá se conocieron en la universidad, peleaban a cada momento pues no compartían el mismo pasatiempo: uno amaba el basquet y el otro era ciclista; cada vez entiendo menos de cómo lograron a estar en una relación hasta casarse. --lo miré sorprendido --Se habían hecho la idea que si deseaban hijos tendrían que adoptar pero luego, llegué yo.
 
Tragué grueso. Kagami-kun solo mencionaba a su papá cuando hablaba de su familia, jamás pensé en preguntar sobre su mamá, si seguía viva o no, si la recordaba... supongo que este no es el tipo de tema con el que se hable casualmente.
 
--El embarazo fue complicado pero como puedes verme, se logró, él necesitó un poco de más atenciones pero también logró recuperarse. --dijo mirando a quien fue Hotaru-san --Yo tenía siete cuando un conductor ebrio me lo arrebató. --acariciaba la sonrisa de su madre donde le obsequiaba un balón naranja a un pequeño Kagami-kun.
 
--Lo siento mucho, Kagami-kun. --susurré, si con poco tiempo que tuvo en su vida a Hotaru-san se convirtió en esta persona maravillosa no me imagino cómo pudo haber sido si él no le hubiera sido arrebatado.
 
--Por eso me gusta tanto el basquet, mamá me enseñó y aunque después de su muerte a papá se le partía el corazón cada que me veía con un balón similar... pronto entendió que jugando era como solía recordar a mamá y me sentía cerca de él. Y lo sigo haciendo, con cada partido siento su presencia, acompañándome y animando mis jugadas. --dijo bajito.
 
--Eso es muy dulce Kagami-kun. --le dije sincero, ya no podría decirle "bakagami del basquet" al saber su motivación principal.
 
--Como sea. --dijo avergonzado --No hablo de mamá porque su caso es "especial", no creí que alguien llegara a entenderlo, es algo difícil de creer a menos que sea algo que puedas ver con tus propios ojos y ahora descubro que mi mejor amigo tiene esa hermosa capacidad que tuvo mi madre, así que...
 
--¿Quieres pedirme que lo conserve? --pregunté llevando por primera vez una de mis manos a la parte baja de mi estómago.
 
Jamás tuve el impulso de hacerlo, de reconocer la existencia de lo que crece en mi interior.
 
--Solo quería que no te sintieras solo, de alguna manera, ya sabes... no se conocen casos así y bueno, creí que si veías pruebas de que esto es posible no te sentirías tan perdido. --se aclaró la garganta --Recuerda que es tu cuerpo y sólo tú puedes decidir.
 
--¿Y si decido no tenerlo? --pregunté.
 
--Entonces buscaremos un lugar donde estés a salvo, este procedimiento es peligroso y puede dejarte severas secuelas si no se realiza correctamente. --dijo con calma.
 
--¿Y si decido tenerlo pero no conservarlo? ¿Qué pasa si no puedo verlo por cuenta propia? --dije mi duda.
 
--Entonces buscaremos a alguien que deseé adoptarlo. --volvió a decir con suavidad --Créeme que no faltarán candidatos.
 
--¿Y si decido quedarme... aquí en tu casa y tenerlo y conservarlo? --lo miré al decir esta última duda.
 
--Entonces... estaré contigo durante todo el camino, no solo porque eres especial como lo fue mi madre sino porque eres mi mejor amigo, mi sombra y no veo mi vida sin que tú no estés en ella. --dijo mirándome a los ojos.
 
--¿Aunque haya tenido sexo con todos los de la Generación de los Milagros y valla a tener un hijo de alguno de ellos? --pregunté lo que pensaba. 
 
--¿Tenías que decirlo de esa manera?... --suspiró --Sé que te atraen, incluso sus sombras te han llamado la atención alguna vez, pero, también sé que por lo sucedido no se atreverán a tocarte por temor a lastimarte. Por esa parte, lo siento, si es que pensabas buscar algo serio con uno de ellos. Además, sé que también sientes este algo especial que nos unió desde nuestros caminos se cruzaron y si alguno de ellos tenía oportunidad de conquistarte a tal punto que esta conexión desapareciera tan solo hubiera sido durante este tiempo que hemos estado separados, lo que duraría la universidad pues al terminar yo habría vuelto a Japón por ti. --declaró.
 
--¿Habrías vuelto por mí? --no lo había considerado, en verdad pensé que jamás volvería a ver a mi Luz.
 
--Sí. --afirmó, su mirada llena de fuego como cuando está en la chancha.
 
--¿Y si ya hubiera estado con uno de ellos? --insistí.
 
--Si ya no hubiera existido nuestra conexión, les habría felicitado y deseado lo mejor, pero si aún hubiera existido no dudes que habría luchado por ti. --sonrió decidido.
 
--¿Qué tal si me hubiera acostado con todos lo que conocimos? ¿Me seguirías queriendo? --seguí ya con mis preguntas con ese tono que le hace desesperar.
 
--Kuroko, tú... dime algo, ¿tú aún me querrías si a estas alturas también hubiera tenido varios compañeros de cama? --quiso voltear las preguntas incómodas.
 
--No. --dije tajante.
 
--¿Qué? --se notaba confundido, pobre Kagami-kun.
 
--No importaría porque al estar conmigo no habría espacio para nadie más, tan solo tendrías ojos para mí. --aclaré.
 
--Exacto, no podemos prever lo que pasara en nuestras vidas separadas pero, al unirlas, sería como cuando estamos solo tú y yo, no hay espacio para nadie más. --sonrió apliamente.
 
--Como no recuerdo la noche con los Milagros ¿lo puedo repetir? --dije lo más neutro que pude.
 
--Para nadie más, dije. --decretó.
 
--¿Qué tal si te unes? Sería una orgía muy interesante, Kagami-kun. --fingí estar imaginando cosas.
 
--Ni loco me verías en una habitación sin salida con el psicópata de Akashi. --tembló.
 
--Sin Akashi-kun entonces, ¿estás de acuerdo con los demás? --levanté seis dedos.
 
--Ahomine y yo solo estaríamos muy cerca si fuera una pelea. --arrugó el entrecejo.
 
--Sin Aomine-kun. --bajé otro dedo --¿Kise-kun? 
 
--No creo que lo soportaría, es muy demandante. --cruzó los brazos.
 
--Me es difícil verlo en esa situación. -- bajé otro dedo --¿Midorima-kun?
 
--Jamás. Imagina no poder estar en el asunto si él estaría más atento a su objeto de la suerte del día, aún peor si fuera algo extravagante y extraño. --casi tembló.
 
--Si le tocara un figurín de algo religioso sin duda mataría el momento. --bajé otro dedo --¿Qué tal Murasakibara-kun?
 
--¿En serio crees que le tome atención a algo más que no sea comida? --miró el techo con desespero.
 
Bajé mi mano, dije el siguiente nombre que pude pensar.
 
--Himuro-kun.
 
--¿Estás loco? Tatsuya es como mi hermano, nunca. --descruzó los brazos y hasta le vi ponerse azúl.
 
--Eres muy exigente, Kagami-kun. --seguí --¿Qué tal Momoi-san?
 
--No es mi tipo. --cerró los ojos con una expresión que indicaba estaba pidiendo paciencia a cualquiera que lo escuchara.
 
--¿Cuál es tu tipo entonces? --pregunté.
 
--Pues, algo desvergonzados, cara de póker, que me saque de mis casillas y que de pases excelentes. --sonrió con ternura. No era justo, Kagami-kun.
 
--¿Mayuzumi-kun? No creo que Akashi-kun le permita hacer un trío con nosotros. --arruiné su momento.
 
--Tú pequeño dem... --lo interrumpí.
 
--Está bien Kagami-kun, tendré que conformarme tan solo contigo. Espero que puedas cumplir con mis expectativas o tendré que recurrir a los Milagros nuevamente. 
 
De pronto dejé de hablar, dejé de pensar, Kagami-kun tenía ocupados mis labios y mi respiración. Sonreí durante el beso, me gané una ligera mordida en el labio inferior... valió la pena.
 
 
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Pensé que lo más difícil del embarazo era contárselo a mis padres. Kagami-kun y su padre estuvieron presentes, se comentó un poco de lo ocurrido con los Milagros y de mi decisión de quedarme con mi Luz, parecía extraño pero mis padres estaban contentos con que me quedara con Kagami-kun. Dijeron que notaban algo diferente en mí cuando les hablaba de él, lo aceptaron enseguida. Kibou-san también dijo que su hijo no podía hablar más de mí o de mis cualidades por más que lo quisiera y ya se había hecho a la idea de mudarse a Japón para arreglar lo de pedir mi mano y planear la boda en Australia ya que estaban más cerca... nuestros padres estaban muy entusiasmados.
 
Lo difícil en realidad fue el cansancio eterno con que pasaba los días. Se me dificultaba estar atento a una sola cosa sin sentir mis ojos pesados luego de cierto tiempo, Kagami-kun me encontró dormido en el jardín y otro día me encontró en el cuarto de lavado... otros días no podía comer nada por unas terribles nauseas que llegaban de improvisto. Ni siquiera mis amadas malteadas de vainilla aplacaban mi malestar. Luego del tercer trimestre al fin pude comer y disfrutar de mi bebida favorita, tan solo debía beber un té que Kibou-san dijo la mamá de Kagami-kun bebía. 
 
Mi vientre estaba ligeramente abultado, casi no se notaba con mi ropa normal, mucho menos si usaba ropa de Kagami-kun. Me sorprendí acariciando esa zona, pensaba si era normal sentir miedo por las cosas que podrían salir mal, pensaba en lo que harían los Milagros si el bebé tuviera su mismo color de cabello o en lo que pensaría Kagami-kun. También pensaba si al bebé amaría tanto el básquet como todos nosotros o si heredaría alguno de los otros talentos; tocar el violín, cocinar postres deliciosos, ser un as en el básquet callejero, tal vez un modelo, o creer en las astrología pero dedicarse a la ciencia. Otras veces me cuesta creer lo que me sucede, era en verdad un milagro, la existencia de mi luz era un milagro también... realmente yo era afortunado al tenerlos en mi vida; uno a mi lado, y el otro creciendo dentro de mí.
 
Me dolía la espalda, los pies se me hinchaban, el pobre de Kagami-kun se la pasaba recorriendo la ciudad en busca de mis antojos al igual que Kibou-san. Fuimos con el doctor que atendió a la mamá de Kagami-kun ya que tenía eperiencia y era muy hábil a pesar de su edad, vimos el ultrasonido de mi bebé... escuchamos su corazón... lloramos de emoción. Estuve impactado, vi que realmente hay una pequeña vida dentro de mí.
 
Tomaba varios medicamentos para evitar complicaciones además de ayudarme con mis dolencias, agruras y otros pesares. Me dieron una dieta especial para evitar complicaciones con la presión arterial a lo que opuse tanto como pude pues eran mis malteadas favoritas y los deliciosos postres que Kibou-san preparaba especialmente para su futuro nieto. Sin embargo, ganó el argumento de hacer todo lo posible para que el alumbramiento fuera tranquilo, sin riesgos para mi bebé, en ese momento entendí que haría lo que fuera por esta personita que viene al mundo por medio de mi cuerpo.
 
Mis padres me visitaros. Los Milagros también y trajeron a Número Dos para el horror de Kagami-kun pero la dicha para Kibou-san. Mis idas al baño aumentaron considerablemente, mi apetito nunca era saciado puesto que era incómodo comer incluso mis pequeñas cantidades en una sola sentada a la mesa, no podía dormir; ya fuera por no encontrar la posición adecuada, porque el bebé se movía mucho, porque tenía que ir al baño de nuevo o porque el bebé decidía practicar sus pases con mis órganos. Me agitaba mucho y muy seguido. Aunque, a pesar de todo, en cada chequeo y con cada ultrasonido derramaba lágrimas de felicidad al ver a mi bebé. Y el pensar que pronto lo tendría en brazos era una de las mejores emociones en mi vida.
 
Y así, un 26 de agosto nació una bebita hermosa, su pelo era realmente blanco y sus ojos azulados. Más que por el dolor lloré de felicidad al tener a mi bebé frente a mí, podía verla, tocarla, olerla y jugar con sus sedosos cabellos. Kagami-kun también lloró, besaba mi frente y no paraba de recitar palabras de cariño a la bebé y a mí, hasta empezó a decirle que ignorara a los fulanos que esperaban conocerla pues ellos no eran importantes.
 
Todos vinieron a verla, comprobando que no sabrían quién era "padre" tan solo por el color de cabello. Kagami-kun dijo que él era el único padre y que si alguien intentaba decir lo contrario entonces lo haría pedazos. Les dije lo mismo. Ellos podrían ser los tíos de la pequeña Yuki. Empezó otro argumento sobre el nombre esta vez le dije a Kagami-kun que los sacara de la habitación.
 
Inicia una nueva vida, tanto para Yuki quien empezará a conocer el mundo como para Kagami-kun y yo como padres. No puedo esperar.    
 
 
 
Fin.
Notas finales:

Gracias por leer.


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