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Nuestra dualidad por La loca de los gatos fujoshi

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Notas del fanfic:

Advertencia: Contenido 21+ tanto Homo como Hetero

El ruido de las hojas secas siendo pisadas se escuchó por todo el bosque, a lo lejos, una voz masculina gritaba con toda su potencia mientras perseguía a un viejo conocido


—¡No escaparás esta vez Ryoga! —gritó con ferocidad


Pese a la persecución, el mencionado continuaba huyendo a toda prisa, después de todo, en esos momentos sabía que no tenía oportunidad alguna, Ranma estaba tan molesto que la derrota era inminente


Momentos atrás, Ryoga se le declaró a Akane descaradamente enfrente de él, algo que Ranma no pudo tolerar y se dio aquella persecución. Estaba frito y quería escapar de su cruel destino


Corriendo, se perdió entre los árboles, finalmente llegó hasta un sitio con múltiples estanques, lo que le pareció raro, ya que nunca había estado en ese lugar. La voz de quien lo perseguía ya no se escuchaba, a su alrededor había silencio y una gran neblina


—¿Qué es este lugar? ¿Tan lejos corrí? —pensó preocupado, caminando con sigilo


Ya que se perdía con facilidad, no era extraño que siempre llegara a sitios que desconocía y sin saber de cómo regresar. Los bambúes que se presentaban ante él eran los más alto que jamás hubiese visto.


Del otro lado del bosque, Ranma caminó más despacio cuando perdió de vista a Ryoga, la neblina se puso tan densa que simplemente lo dejó de mirar


—No reconozco este sitio ¿Qué demonios? ¿Dónde te metiste Ryoga?


Cerca de él, unos pasos, Ranma sonrió con media mueca de sus labios, seguro que detrás de él lo sorprendería su eterno rival, pero cuando dio vuelta hacia atrás, sus pupilas se dilataron ante el horror de lo que vio frente a él.


Un estruendoso gritó rompió la calma de Ryoga, reconociendo en esa voz a Ranma. Aunque eran enemigos y rivales, también una extraña amistad los unía, por lo que se vio obligado a buscarlo, así que continuó caminando entre la niebla


La vista se le nublaba a medida que se alejaba de los estanques y se introducía en ese bosque de altos palos de bambú


—¡Ranma! ¿Estás aquí? —llamó al chico, no obtuvo respuesta


Siguió andando, mientras lo llamaba con voz cada vez más alta, pero se sentía solo alrededor, ni siquiera había animales cerca y eso era sospechoso.


A lo lejos, tras caminar por varios minutos más, vio una silueta enfrente, pese a la niebla lo distinguió, aquella coleta en una trenza era distinguible


—Ahí estás, te creí en peligro —bufó enojado, se había preocupado en vano


No obtuvo respuesta, pero siguió caminando hacia él, al llegar, le colocó una mano sobre el hombro, entonces Ranma volteó enseguida, había un brillo inusual en sus ojos, torció la boca en una sonrisa y sin darle tiempo a reaccionar, se aventó a sus brazos


Ryoga se puso verde al sentir el cuerpo musculoso de su rival abrazarlo, como pudo, con las fuerzas que le quedaban, lo aventó lejos y dio dos pasos hacia atrás


—¿Qué te sucede anormal? —preguntó asustado


—Pero ¿Qué dices? ¿No te gusta? —avanzó hacia él e intentó abrazarlo otra vez


—Ranma ¿has enloquecido?


—¿Ranma? Ah, lindo nombre —rio un poco con hilaridad, pese a su cuerpo masculino, actuaba como mujer— Dime guapo ¿Cómo salgo de aquí?


—¿Guapo? —enarcó la ceja— ¿Y me preguntas a mí? —cruzó los brazos, enojado, hasta él entendía que se perdía fácilmente


—Nos sacaré de aquí, vamos —intentó agarrarle la mano


—¡No me toques! —dijo alterado— En todo caso, te sigo


—Como quieras


Ranma se comenzó a alejar, buscando cómo salir de ahí. Ryoga lo seguía con sigilo, pensando en lo raro que era todo eso, de repente Ranma actuaba tan extraño y se le acercaba mucho


El de la trenza se detuvo, sonrió y volteando la cabeza hacia Ryoga le señaló algo


—Por ahí, vamos


Caminó hacia fuera del bosque de bambú, Ryoga detrás, pero entonces el chico dio un paso en falso y cayó en un enorme charco, lamentablemente, de agua fría, por lo que se convirtió en mujer. Ryoga estuvo a punto de tener el mismo destino, pero alcanzó a reaccionar y dio un paso atrás


—Eres un torpe Ranma —comenzó a reír divertido


—Ah vaya —expresó la joven pelirroja— Este cuerpo está mejor —se levantó del charco y volteó hacia Ryoga— Me siento tan incómoda


Para sorpresa del otro chico, Ranma mujer se quitó la parte posterior de la ropa, ya que tenía ropa de Ranma hombre, no traía puesto ningún sostén, por lo que dejó sus atributos al aire


—Por todos los cielos Ranma, cúbrete —gritó avergonzado, cerrado los ojos


No quiso abrirlos para no ver aquel cuerpo, pero tuvo que hacerlo cuando sintió un cuerpo cerca de él, al abrirlos, vio los pechos de la chica pegados a su torso, el rostro de Ranma cerca, mirándolo a los ojos con emoción


—Per… pervertido ¿Qué haces? —lo empujó con fuerza, su rostro sonrojado por completo, Ranma siempre hacía bromas con su cuerpo de mujer, pero ahora se sentía distinto, como si realmente lo estuviera seduciendo


—¿No te gusto? —sonrió con malicia, luego se quitó el resto de la ropa


Ryoga nunca había visto a Ranma completamente desnudo en su cuerpo de mujer, un hilo de sangre resbaló por debajo de su nariz, gritó asustado y echó a correr despavorido


—¿No le gusta este cuerpo? —miró hacia si mismo— Yo creo que es bonito, me lo quedaré un tiempo


Sonrió y luego corrió tras los pasos de Ryoga, completamente desnuda


—¿Qué demonios? ¿Qué está pasando con ese demente? ¿Cree que me va a gustar ese cuerpo cuando sé que realmente es hombre? —agitó la cabeza con miedo, su corazón latía de prisa, recordó ese bonito cuerpo cerca del suyo— No basta ¡no pienses en eso!


De algún modo, Ryoga regresó a casa de los Tendo, a unas cuadras de llegar se topó con Akane, quien justo cuando esos dos corrieron uno tras otro, ella intentó interferir, al verse ambos se quedaron paralizados, después de todo Ryoga se declaró y ella no supo qué decir


—A… Akane —musitó nervioso


—Ryoga tú —antes de poder terminar, vio a Ranma aparecerse, estaba desnuda— ¡Ah! ¿Estás loco? Eres un pervertido —gritó, estaba sonrojada a más no poder


—No sé quién eres niña, déjame en paz —respondió con desdén


—¿Ni… niña?


Para horror de la chica Tendo, Ranma se acercó de nuevo a Ryoga y lo abrazó, intentando robarle un beso, pese a los esfuerzos de él por repelerla


—Akane, no es lo que piensas…


—¡Degenerados! Te odio Ryoga, te odio Ranma —gritó enojada y luego se fue


—¡Espera! —llamó a la chica, pero no hubo respuesta


—Déjala, vámonos —jaló a Ryoga, pero este finalmente la repelió


—Ella es tu prometida, ve y explícale


—¿Prometida? Qué horror —miró hacia la mujer que se alejaba


—Vives en su casa con su familia, busca algo de ropa y ve —la empujó con fuerza— Y échate agua caliente, me perturba verte así —dijo sonrojado, intentando no mirarla


—Ah ya veo —entendió al instante, con agua fría cambió a ese cuerpo, entonces el agua caliente la devolvería a su forma original, y ya que la otra mujer según era su prometida, supuso que su cuerpo original era masculino


—Yo me voy —antes que lo siguiera de nuevo, se alejó a toda prisa de ahí


—Conque te llamas Ryoga guapo, interesante —mostró una sonrisa torcida, luego caminó detrás de Akane para saber dónde vivía.



En casa de los Tendo, durante toda aquella mañana, todos miraron a Ranma con curiosidad, actuaba demasiado extraño, además que no quería echarse agua caliente, quería quedarse en ese cuerpo de mujer, el que seguido veía en el espejo, pareciéndole muy bonito


—Disculpe señor, el tal Ryoga ¿Cuándo vendrá? —preguntó al señor Saotome


—¿Señor? Pero si soy tu padre —rectificó sorprendido


—Sí eso, papá —sonrió rascándose la nuca— ¿Cuándo vendrá?


—Cuando no esté perdido —respondió con ironía Nabiki mientras se pintaba las uñas


—A ti no te pregunté mocosa —pensó, tornando los ojos— ¿Dónde vive?


—No tiene casa, eso creemos —respondió Genma


—Ya veo —sonrió con malicia, luego se comenzó a alejar hacia la puerta de la casa, si Ryoga no iría, entonces ella lo buscaría


—Ranma, espera —llamó la voz de Akane antes que saliera de casa


—¿Qué quieres niña? —preguntó volteando hacia ella


—¿Qué te sucede? ¿Por qué estás actuando así? —cuestionó preocupada, nunca lo había visto de esa forma


—Ya me cansé de ti, así que rompemos el compromiso —sonrió amplio— Bye nena —guiñó un ojo hacia ella y se fue riendo


—Ranma… —angustiada decidió no seguirlo, pero estaba dispuesta a recuperar a su novio, así que investigaría lo que estaba sucediendo.


.


Desde hace muchos años que Ryoga no encontraba su casa, por lo que vivía en distintas partes cada vez, generalmente montaba campamentos en bosques o selvas, a veces en algún sitio arbolado en medio de la ciudad, creyendo que se encontraba en los confines de la tierra


La noche estaba por caer y ya que tenía hambre, decidió prender la fogata que le serviría en la oscuridad, así haría sus famosos rámenes instantáneos con los que sobrevivía en el día a día. Mientras lo preparaba, pensaba en el acontecimiento más importante de aquel día en su vida, le declaró sus sentimientos a Akane


La chica no reaccionó prácticamente, tan sorprendida como estaba fue incapaz de darle una respuesta, incluso él se paralizó y no pudo decirle que él era el mismísimo P-chan, con quien compartió tantas cosas juntos, quizás así su respuesta sería más fácil de dar


Sin embargo, pese a su sorpresa, ahí estaba Ranma, mirando la escena cerca y lo había escuchado todo, molesto como estaba, comenzó una persecución para "darle su merecido" por intentar quitarle a su prometida. Ranma nunca lo decía, pero eran más que obvios sus sentimientos hacia la menor de los Tendo, estaba enamorado y aunque decía que no quería aquel compromiso, era mentira, ese día quedó más que demostrado


—Maldito Ranma, lo arruinaste todo —bufó enojado


De pronto, recordó que aquello no fue lo único malo que pasó, sino algo más, que incluso podía catalogar como extraño, de repente, su archi rival se comportó raro con él, intentó seducirlo acercándose peligrosamente hacia él. Sonrojado hasta la médula, se levantó del tronco donde estaba sentado y se agarró el cabello con fuerza


—Eres un demente Ranma —gritó aturdido


Aunque no quería pensar en ello lo hizo, recordó el cuerpo desnudo del chico, convertido en una chica, acercándose tanto como podía, restregando sus bien proporcionados atributos hacia su cuerpo. Los colores le subieron al rostro y se paralizó ¿Por qué estaba pensando en su enemigo? En esencia, ese solo era un cuerpo, Ranma era un hombre, no importaba como lucía


Para buscar la calma, decidió comenzar a comer su ramen, el sonrojo continuaba en su rostro mientras pensaba en lo sucedido esa tarde. La confusión de Akane, el acoso de Ranma, su propio desorden emocional debido a los acontecimientos


—¿Será tal vez que Ranma fue poseído?


Recordó el bosque de bambú, la densa niebla, los estanques misteriosos. Se había perdido cientos de veces, pero jamás vio un lugar parecido. Él mismo sufrió de la maldición del puerco que se ahogó en Jusenkyo y ahora cargaba con ella para siempre


—¿Para siempre? —pensó al recordarlo, si realmente Ranma estaba bajo una especie de embrujo, entonces bien podría no tener cura


No solo sería hombre y mujer por siempre, sino también un loco que lo acosaba y llamaba guapo


—¡No puede ser! —gritó enojado, volviéndose a agarrar los cabellos, alterado


Su mala suerte lo acompañaba siempre, pues aquel estruendoso quejido de horror fue escuchado a la distancia, pues Ranma sonreía con emoción, había reconocido aquella voz, así que comenzó a correr en esa dirección


—Este cuerpo se siente tan bien, es ágil y fuerte incluso siendo una chica —expresó con emoción


Llegó hasta el lugar deseado, ahí vio a Ryoga sentado en un tronco, se le veía aturdido y confundido, por lo que fue fácil acercarse sin ser descubierta, hasta que sus pasos pisaron unas hojas secas, Ryoga volteó y la vio frente a él, Ranma chica, ahora con ropa, pegó un grito y dio un paso atrás


—¿Te escondes de mí? Guapo —sonrió coquetamente, tapándose la boca y sin dejar de mirarlo


—Vete de aquí, déjame en paz… ve con Akane y conténtala


—Ah, esa chica —encogió los hombros— Rompí el compromiso


—¿Qué? ¿En verdad? Eso quiere decir —miró hacia arriba, una imagen de él vestido de novio y Akane de novia entrando al altar lo hizo ilusionarse— Yo podré…


—Olvidarte de ella y mirarme a mí —lo interrumpió, acercándose pegó su pecho al suyo, con la mano acariciándole la mejilla y mirándolo a los ojos


Ryoga estaba paralizado, quería alejarse, pero no podía. Se sonrojó por completo y quiso empujarla, pero tocó su pecho sin querer, poniéndose más rojo


—Ah, con que quieres eso —sonrió más amplio, se alejó un poco y agarró la mano de Ryoga, llevándose a su seno izquierdo y la dejó ahí


Ryoga estaba inmovilizado, como si no quisiera apartarse, el pecho era grande y suave. Ranma aprovechó para agarrarle la otra mano y ponérsela en el otro seno, luego se empujó al frente para que el agarre fuera más certero. Esta vez, Ryoga no intentó quitarse, por el contrario, cerró las palmas para tocarle mejor, moviendo después sus manos en círculos


Sonrojada, Ranma soltó un pequeño gemido, pero aquel sonido sacó a Ryoga de su trance. Lanzó un grito de terror y se apartó, ante el enojo de la chica, pues apenas estaba logrando su cometido


—¡Vete de aquí! —ordenó asustado, había tocado a Ranma y debía admitir que se sintió muy bien


—Vamos guapo, es lo que deseas —sonrió con malicia y mientras avanzaba hacia él, se quitó toda la ropa de la parte posterior


Sus senos firmes, redondos y bonitos destacaban en su blanca piel, pero lejos de gustarle, Ryoga estaba confundido y aterrado. Amaba a Akane, nunca lo dudó, pero pese a todo, nunca tuvo pensamientos pecaminosos hacia ella, su amor era puro y desinteresado, incluso cuando se bañaba con ella convertido en P-chan, no albergaba en su ser malas intenciones


Pero, con Ranma le estaba pasando algo muy distinto, su cuerpo, ese hermoso cuerpo femenino lo atraía y mucho, quería volver a tocarlo, pero la solo idea lo tenía temblando de miedo, después de todo, él era hombre, no importaba como lucía en esos momentos, eso no cambiaría


—No seas cobarde querido —sonrió más amplio e intentó acercarse nuevamente


No miró bien hacia abajo y tropezó con la pequeña fogata que tenía Ryoga, haciendo que le cayera encima la tetera donde calentaba el agua caliente para su ramen instantáneo, eso la convirtió en hombre, recuperando su cuerpo masculino, al verlo, Ryoga se relajó, creyendo que eso haría cesar las intenciones de Ranma


—Que desastre, este cuerpo no es lindo —musitó mientras se levantaba del suelo— Aunque tengo curiosidad


Divertido, movió la parte de la cintura del pantalón hacia delante y miró hacia dentro, sonrió amplio


—Bien proporcionado, como me gustan —soltó a reír con emoción


—Estás… estás demente Ranma —regañó Ryoga


—Te asustas cuando me acerco en el otro cuerpo ¿será que? ¿Tus gustos son otros?


—¿Qué dices? —preguntó confundido


—Digo que tal vez, te gusten los hombres —explicó con diversión, Ryoga casi se pone verde al escucharle decir eso


—¡Para nada! Estoy enamorado de Akane, lo sabes —explicó enojado— A menos qué, tú no seas realmente Ranma ¡Manifiéstate espíritu maligno! —instó


—¿Espíritu maligno? —repitió con asombro, luego volvió a reír— Bueno, puede ser que me haya convertido en uno


Recordó entonces fragmentos de su vida pasada, pero era confuso y a la vez extraño, le hizo sentir una sensación de enorme soledad, así que agachó la mirada


—¿Estás bien? —olvidando el pequeño incidente se acercó


—Sí estás conmigo lo estaré —respondió cambiando el tono de su ánimo


Aprovechando que el otro incauto se acercó, aprovechó para lanzarse a sus brazos, Ryoga no se esperaba aquella acción, así que su cuerpo cayó sin remedio al suelo, Ranma encima suyo


—Ups, perdón —dijo fingiendo arrepentimiento, pero aprovechó para acariciarle el pecho


Si su acoso como chica lo perturbaba, estando como hombre fue peor, Ryoga casi se desmaya


—Si no quieres estar con una mujer ¿Qué tal un hombre? Sería experiencia nueva también para mí —sugirió divertido, riendo fuerte


—No digas tonterías y bájate —exigió, intentando empujarlo


Pero Ranma era fuerte, siempre lo fue más que él, la voluntad de la persona que estaba en ese cuerpo era realmente grande, así que la fuerza de ese cuerpo masculino no se había reducido en lo más mínimo


Moviendo su mano hacia abajo, por encima de la ropa, tocó la entrepierna de Ryoga, haciéndolo estremecer, no era una zona que tocara alguien más muy seguido, ni siquiera él mismo lo hacía, salvo para lo necesario, pero las intenciones de esa persona en el cuerpo de su enemigo, eran totalmente impropias


—No… no lo hagas —pidió, sonrojándose por completo


—No seas tonto, te gustará


—Basta —dijo con un hilo de voz, protestando.


Abrió de nuevo la boca para exigirle que se alejara, pero Ranma aprovechó la oportunidad y se posesionó de sus labios. Ryoga abrió más amplio los ojos, sus pupilas se dilataron y no pudo siquiera moverse, aquel, era su primer beso y era con un hombre, con su eterno rival


La cabeza le dio vueltas, pensando en que eso no podía estar pasando, debía ser una mentira, un mal sueño, esperaba despertar y encontrarse lejos de esa situación. Comenzó a perder la fuerza de voluntad y entrecerró los ojos, cuando menos pensó, se encontró correspondiendo ese beso


Dulce pero áspero, húmedo y tibio, los labios de Ranma eran suaves y cálidos, expertos. Su lengua comenzó a invadirle, eso lo hizo temblar, se sentía realmente bien, así que lo dejó hacer, se besaron quien sabe por cuánto tiempo


Sabiendo que había ganado esa pequeña batalla, Ranma rio para sus adentros, ese chico se dejó besar por otro chico, sus suposiciones eran ciertas, le gustaba, sentía atracción por ese cuerpo, aunque dijera que estaba enamorado de la otra chica, sus labios no mentían, la entrega en ese beso, todo era real


Poco a poco, movió la mano hacia el interior del pantalón, la introdujo y sujetó el miembro del chico, Ryoga se estremeció y apartó la boca de la ajena, jadeando, tratando de recuperar el aliento


—No… para —pidió, sintiéndose atrapado, su cuerpo quería moverse, pero no podía


—Solo déjate llevar —sonrió amplio y besó su frente, bajando luego a los labios, dio un beso suave y fugaz, comenzando a descender


Ryoga se alteró, sintiendo la boca bajar a su cuello, besándole la piel, luego el pecho, aunque encima de la ropa, le hizo estremecer


—Ran… Ranma —musitó, aunque en el fondo sabía que seguramente no era él, pero tenía su rostro, su voz, su cuerpo, esa boca que le sonreía con malicia


Llegó hasta la cintura y se posicionó entre sus piernas, sustrajo el miembro de Ryoga y comenzó a besarlo, sin bajarle por completo la ropa, el chico miró hacia abajo, sonrojado, entrecerrando los ojos, aquella lengua, esa boca, le recorría el tronco y jugaba con su punta, jamás había experimentado algo así, era raro, pero agradable


Vio su miembro erecto y las piernas le temblaron, cuando la boca completa lo rodeó hasta el fondo, exclamó un gemido y se tapó la boca con ambas manos. Ranma le miraba a los ojos mientras ascendía y descendía, jadeando por la intromisión


—No… voy a… voy —apenas pudo sostenerle la mirada en los últimos segundos


Cerró los ojos y con el cuerpo temblando exclamó un último gemido, el orgasmo fue inminente, sintió salir hasta la última gota. Miró de nuevo a Ranma, este sacaba su pene de la boca y relamía los restos de su semen


Un par de lágrimas salieron por las orillas de los ojos de Ryoga, sintiéndose placenteramente satisfecho, pero también confundido y arrepentido ¿Qué demonios acababa de pasar?


Con la fuerza que le quedó, empujó a Ranma lejos de él y se levantó del suelo, acomodó sus pantalones y echó a correr lejos, sin mirar atrás


—Caíste —sonrió amplio y limpió sus labios del resto de semen, mientras miraba al otro alejarse a toda prisa.


.


Mientras tanto, en casa de los Tendo, Akane no tuvo más remedio que solicitar la ayuda del viejo y pervertido Happosai, pues estaba segura que quizás él sabría algo al respecto, por lo que no dudó en deshacerse de uno de sus sostenes con tal de dárselo al maestro como moneda de cambio por la información


—Pon atención linda Akane —dijo el viejo en presencia de todos los demás, después de haber oído toda la historia de parte de la chica— Este demonio se forma a raíz de un espíritu que se vuelve maligno y es difícil de exorcizar


—¿Cómo es posible?


—Una persona que muere de forma violenta deja en la tierra energía maligna que, si no se purifica a tiempo, con el pasar de los años se vuelve voraz, violenta y fuerte, se convierte en un demonio, en pocas palabras


—¿Cómo sé que no miente?


—No tengo motivos para mentirte, solo eso —sonrió con astucia


—¿Y cómo se exorciza? —preguntó angustiado el señor Saotome— Mi pobre hijo


Todos lo miraron incrédulos, porque no creían que realmente estaba preocupado, su único interés es que este cumpliera los designios de su aprovechado padre, claro estaba, que el matrimonio futuro con Akane era uno de ellos


—Es importante expulsarlo antes de 48 horas o después, solo la muerte liberará a Ranma


—Oh cielos —expresó Kasumi


—Dígalo de una vez ¿Cómo ayudamos a Ranma?


—Tienen que averiguar el origen de la maldición, o sea, saber quién es realmente ese ente, este tiene que reconocerse en un reflejo y recordar toda su vida pasada —explicó seriamente— Así será expulsado del cuerpo ajeno


—Será difícil, porque no sabemos nada de él, ni el lugar donde lo adquirió


—¿No dices que Ryoga lo perseguía? —la chica asintió— Él debe decirles en qué sitio Ranma comenzó a no ser él mismo


—Es verdad, iré a buscarlo —se echó a correr tras decirlo


—Espera Akane —llamó el maestro, pero ya era tarde— Olvidé decirle algo, para que la expulsión sea un éxito, el espíritu no debe sentirse contento de habitar ese cuerpo


—Ay Akane, espero estés bien —dijo preocupado su padre.


La menor de los Tendo salió tan deprisa como pudo y buscó a Ryoga por los alrededores, él siempre se iba a los sitios más probables, en realidad, no era un chico complejo, así que no le tomó mucho tiempo encontrarlo, estaba en un parque, sentado en una banca


—Ryoga —llamó al chico y este enseguida volteó, al verla, sus pupilas se expandieron


—Akane —musitó preocupado, recuerdos de lo que Ranma le hizo esa tarde acudieron a él, por lo que apartó la vista, no podía verla a los ojos


—Por favor, dime dónde y cuándo Ranma comenzó a cambiar —suplicó angustiosa, acercándose a él, pero Ryoga no volteó— Vamos, dímelo


—Akane yo —se levantó de golpe de la banca— La verdad es que yo…


De frente a ella, le colocó ambas manos sobre los hombros, mirándola a los ojos, estaba sonrojado y ella también, pues recordaba como el chico se declaró en la mañana


—Yo te…


—Lo siento Ryoga —sonrió con tristeza— Te aprecio, pero mi prometido es Ranma, vamos a casarnos


—Pero ninguno quiere, o es lo que dicen


—Bueno, la verdad es que… —desvió la mirada, sintiéndose triste— Ambos queremos —dijo aquello con apenas un hilo de voz— Aunque siempre estemos peleando, nosotros


—No lo digas —interrumpió— No quiero oírte, si no me quieres, entonces… No volvamos a vernos


—Podemos ser amigos


—Tú podrás ser mi amiga, pero yo no puedo ser tu amigo, no con estos sentimientos


Recordó entonces las palabras del falso Ranma, quien aseguraba que le gustaban los hombres, así que quiso desmentirlo, aunque no estaba ahí presente, dio un paso adelante y sin previo aviso, besó a Akane en la boca, pero ella ni siquiera se movió, y él, para su desgracia, no sintió ni la mitad de cosquillas que cuando besó a Ranma


Asustado, se apartó enseguida, aunque Akane no lo agredió y solo se quedó inmóvil. Así que, más confundido que antes, solo echó a correr, alejándose de ahí


—Ryoga —susurró preocupada, aunque no amaba a Ryoga, sentía un gran cariño por él.


Corrió y corrió hasta que no pudo más, cayó de rodillas en medio de la calle, no había más que hacer, salvo huir de sí mismo y sus confundidos sentimientos.


Ya de noche, sin la ayuda de información, Akane se adentró en el bosque de bambú, aunque no sabía dónde Ranma adquirió aquella maldición, sus pasos la guiaron hasta ese sitio, sin saber realmente por qué, pero llegaría al fondo del asunto.


Aburrido como ostra, Ranma se cansó de esperar al guapo muchacho, decidió mejor irlo a buscar, era obvio que no regresaría a ese lugar. Para su fortuna, ya que prefería el cuerpo femenino, comenzó a llover, el agua fría lo devolvió a ser una chica. Buscó un refugio en donde esconderse


Una cabaña a las afueras de la ciudad llamó su atención, parecía abandonada y era pequeña, un sitio perfecto para ocultarse del agua. No tenía seguridad por lo que pudo entrar sin problema, una vez abierta, pudo ver que había una luz de lámpara en medio de la habitación, alguien dormía en ese suelo


Sonrió ampliamente, la suerte sin duda le estaba sonriendo. Ahí estaba Ryoga, así que aprovechó y se quitó la ropa empapada, dejándola extendida en el suelo para secarse, y ya que tenía frío, se acercó al tibio cuerpo, pegándose a su lado, cerrando los ojos


—Es tan reconfortante —gracias a ese cuerpo humano, pudo quedarse dormida.


Poco a poco comenzó abrir los ojos, sintió una presencia cerca de él, pero al principio no supo que era, hasta que se sentó y terminó de despertar, un Ranma chica estaba desnuda a su lado, eso lo hizo gritar y dar un salto, lo que le despertó al otro


—¿Qué pasa? —talló sus ojos mientras se desperezaba, al terminar, vio a un confundido Ryoga apearse en la pared, estaba aterrado— Hola guapo —saludó con morbo


—¿Estás loco Ranma? Vístete y vete —ordenó, alterado


—En esta cabaña cabemos los dos —aseguró


—Si no te vas tú, me voy yo, pero bien sabes que el agua fría me convierte en cerdo —amenazó, pero eso sorprendió al ente


—¿Un puerco? Qué horror —expresó con asombro


Ryoga sonrió, esa era la solución, si se convertía en cerdo, a menos que ese loco ente fuera zoofílico, entonces estaba fuera de peligro. Rápido llegó hasta la puerta y abrió, pero antes de salir, un rayo cayó muy cerca de ahí, lo que le llevó a desistir, otro rayo no muy lejos cayó


—Oh, tormenta eléctrica, alguien corriendo por ahí no es buena idea —echó a reír con emoción— Dime ¿Por qué mejor no te dejas de intentar huir


Enojado, Ryoga cerró la puerta y entró hasta la pared contraria, evitando acercarse


—Esperaré que pase la tormenta


—Mientras tanto ¿Por qué no nos divertimos?


—¡Basta! Lo que pasó hace rato… no pasará de nuevo —determinó, sonrojándose totalmente


Ranma lo miró y sonrió, así se veía mucho más lindo que nunca


—¿Seguro que… no quieres jugar? —guiñó un ojo hacia él y se sujetó ambos senos— Vamos, no te resistas, allá abajo no hay mentiras —miró hacia su entrepierna


Ryoga le dio la espalda disimuladamente, no quería admitir que le gustaba, aunque con Akane no sintió nada, solo ver ese cuerpo, le provocaban muchas sensaciones. Ranma rio para sus adentro, aprovecharía entonces, así que se acercó sigilosamente, sin que el otro notara, hasta que sintió los firmes senos en su espalda


Abrió los ojos ampliamente, poniéndose muy nervioso, temblando. Las manos de Ranma se colocaron en su pecho y lo acariciaron por encima de la ropa


—Solo déjame hacerte sentir bien —susurró en su oído, bajando la mano hasta la cintura del pantalón


Ryoga tragó saliva, sintiendo la cálida mano hurgar en su ropa interior, entonces no pudo aguantarlo más, se giró hacia la chica, le sujetó el rostro con ambas manos y besó su boca, probando de nuevo los cálidos labios, esta vez más suaves que los del chico. Ranma aprovechó para quitarle los pantalones, que cayeron al suelo junto con la ropa interior, cuando dejaron de besarse, Ryoga se quitó la camisa, ahora estaban desnudos los dos


Urgido como estaba, sujetó ambos senos de Ranma, mientras le besaba el cuello, dejando un rastro húmedo, descendió hasta hundir el rostro en medio de ellos, degustando la piel, moviendo sus manos en círculos, Ranma jadeó, ese chico era inexperto, pero también muy curioso, le masajeaba los pezones con sus dedos


Ya completamente entregado a la sin razón del momento, Ryoga soltó los senos, pero fue directo a uno con su boca, lo sujetó con sus labios y luego lamió un par de veces, antes de chupetearlo con desesperación, logrando que Ranma se estremeciera del éxtasis


—Oh Ryoga —gimió cerrando los ojos, sujetándole la cabeza, luego lanzó un jadeo cuando sintió un par de dedos en su vagina, temblándole las piernas— No puedo más —empujó a Ryoga y miró su entrepierna, ya estaba erecta— Hazlo ya


Desesperada, se acercó a la pequeña mesa, uno de los pocos mobiliarios en la cabaña y se subió en ella, abriendo las piernas hacia el chico, quien no dudó, aunque parecía extrañado y confundido, como si temiera no saber qué hacer, así que antes de hacer lo obvio, sujetó las piernas de Ranma y se agachó, hundiendo la cabeza en medio, comenzando por lamer desde el perineo hasta el clítoris


—Es dulce —pensó asombrado, enseguida lo hizo un par de veces más, logrando que se humedeciera aún más


Todo era nuevo para él, en sus 19 años de vida, era la primera ocasión en que estaba haciendo cosas así, pero no quería pensar en que realmente era Ranma a quien se lo hacía


—Aquí, hazlo aquí —usando sus dos dedos, dejó entrever el excitado clítoris


Ryoga obedeció sin dudarlo, lamiendo con lentitud y dedicación, luego lo atrapó con sus labios y succionó un poco, volviendo a usar su lengua después, Ranma gemía complacida, él era bueno, aunque no experto


—Por favor —suplicó, antes de perder la cordura


El chico se levantó y limpió los labios, luego no dudó, se acomodó mejor entre las piernas, esta vez de pie, sujetó su miembro y lo comenzó a introducir en la húmeda y caliente vagina de Ranma, haciendo un enorme esfuerzo por no correrse, pues acababa de entrar, pero su juventud desenfrenada lo estaba orillando


—No, aguanta —suplicó Ranma— Muévete


Usando toda su fuerza de voluntad obedeció, aguantó no correrse y comenzó a moverse, con la mano izquierda sujetó la pierna derecha de Ranma y con su diestra le sujetó el seno izquierdo, moviéndose con vaivenes lentos al inicio, luego más rápidos y violentos


—Se siente… tan bien —pensó con emoción, el rostro hermoso y distorsionado por el placer de la chica era excitante, no sabía si aguantaría tanto tiempo


En medio del coito, Ranma se levantó más y se aferró a la espalda de Ryoga, gimiéndole cerca del oído, mientras él, aferrado a sus nalgas empujaba con cada vez más fuerza, hasta que finalmente se corrió dentro, exclamando un placentero gemido al culminar


Respirando agitados se separaron, ya con la mente y cuerpo fríos, Ryoga miró lo que acaba de hacer, tuvo sexo con Ranma chica, pero no cualquier sexo, fue su primera vez. Volvió a sentir algo extraño y confuso, pero no arrepentimiento. Agarró a la chica del rostro y la besó en los labios, luego esta se bajó de la mesa


Desnudos los dos, se sentaron en una esquina de la cabaña, cerca para darse calor, afuera ya no llovía, Ryoga se podía ir, pero no quería, deseaba quedarse ahí, con ella


—¿Qué le pasó a Ranma? —preguntó serio Ryoga, sin dejar de abrazar a la chica


—No sé


—¿Quién eres tú?


—Tampoco lo sé —dijo sinceramente— Abrí los ojos y estaba en este cuerpo


Hubo silencio


—Este chico que se convierte en chica ¿Qué pasaría sí me embarazaras?


Al oír aquella pregunta, Ryoga casi se ahoga con su saliva, tras toser un poco recordó una vieja conversación con su amigo y rival


—El doctor Tofu dijo que es estéril, aunque tiene genitales femeninos, no cuenta con útero, tampoco menstrúa, bueno, eso recuerdo —explicó, sintiéndose aliviado, por segundos si temió que hubiera embarazado ese cuerpo


—Tú lo quieres ¿verdad?


—¿De qué hablas?


—A él, el tal Ranma, te gusta


—¡No digas locuras! —dijo alterado, dejando de abrazarla— No soy gay


—Solo piénsalo, si quieres podemos probar después


—¿Probar qué? —preguntó con inocencia


Ranma echó a reír, divertida, luego se abrazó a él con fuerza


—Después te digo —cerró los ojos y se acurrucó en él


Ryoga la rodeó con sus brazos, sonriendo, se sentía extrañamente bien, como si fueran una vieja pareja de enamorados, nunca se sintió así estando cerca de Akane.


.


Pasó toda la noche buscando el sitio exacto donde su prometido hubiese sido poseído, pero solo se topó con algunos estanques nublosos y el bosque de bambú que le tapaban la vista al horizonte. Algo le decía que ahí estaba la respuesta, pero no la encontró


Se acostó en el suelo, sintiéndose cansada, apenas cerró los ojos, se quedó dormida. En sueños, su prometido se iba y ella no volvía a verlo. Algunas lágrimas salían por sus ojos cerrados mientras se sumergía en aquella horrible pesadilla


.


Despertó a los primeros rayos del sol, acurrucada en su cuerpo, se encontraba la chica, dormida, ambos continuaban desnudos. Ryoga la miró fijamente, luego apartó un poco de mechones de cabello que caían en su frente


—No puedo creer lo que pasó entre los dos —pensó asombrado— Nunca pensé que yo, tendría sexo con Ranma —musitó aturdido, pero también sentía una gran calidez— Es tan linda


Recordó entonces el rostro masculino de Ranma, acercándose a él, coqueteándole, después, lo recordó entre sus piernas, haciéndole sexo oral. Los colores le subieron al rostro, solo de acordarse un cosquilleo lo recorría


No le gustaban los hombres y no le gustaba Ranma, era una realidad, si se dejó hacer en aquella ocasión, es porque estaba paralizado y fue incapaz de siquiera moverse, no porque sintiera curiosidad


Ante el movimiento de Ryoga, la chica comenzó a despertar, al hacerlo miró al joven observándola, eso la hizo sonreír, por lo que se lanzó a sus brazos. Al sentir el pecho de la chica tan cerca del suyo se sonrojó, por lo que la apartó sutilmente


—Es una mañana fresca —comentó Ryoga nervioso


Se levantó del suelo y recogió su ropa, sin ponerse los zapatos, pues seguiría dentro de la cabañita, Ranma chica lo miró y rio divertida, si no fuera porque se moría de hambre, lo seduciría de nuevo, así que solo fue a vestirse, la ropa ya estaba seca


—¿Buscamos algo de comer? —sugirió ella


—Iré yo, tú espera aquí —sonrió hacia ella— Recogeré unos frutos, ya que perdí mi mochila con el ramen


—Está bien


En la entrada, Ryoga se colocó los zapatos y salió de la cabañita, Ranma suspiró con emoción, se sentían como una pareja de recién casados.


.


Lejos de ahí, en el extraño bosque de bambú, Akane se despertó. Su búsqueda fallida de la noche anterior la dejó desanimada, pero aun así, no se daría por vencida, recuperaría a su prometido a como diera lugar


Mientras continuaba investigando, cientos de recuerdos acudieron a ella, estaba segura que Ranma sentía por ella lo mismo, que ambos estaban enamorados, aunque por segundos lo dudaba, después de todo, ellos nunca fueron cariñosos entre sí


Sin embargo, Ranma la protegía, se ponía celoso si alguien más la pretendía, y más que eso, incluso destruyó el pozo que le traería la cura a su maldición, todo porque ella le expresó que no le importaba el sexo de su cuerpo, sino él mismo. Todo eso no podía ser en vano, por eso estaba motivada.


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Después de comer algo por el desayuno, volvieron a la cabaña, Ryoga estaba muy curioso por saber quién era en realidad esa persona en el cuerpo de Ranma, pero cada vez que tocaba el tema, ella se tocaba la cabeza y sufría de algún dolor, era como si algo la estuviese deteniendo de poder recordar


—¿Sabes? Ayer me encontré con Akane


—Ah, esa niña —respondió con sequedad


—Yo realmente… no sé qué pensar o sentir


—¿Sobre qué? —preguntó curiosa


—Quise besarla, pero, no sentí nada —confesó desilusionado


Durante años se convenció que el amor de su vida era la menor de las Tendo, pero ahora todo eso parecía un mero espejismo. Él por su parte, nunca se interesó por nadie más, pues su única realidad fue esa, eso y el hecho de que Ranma era su eterno rival, el chico siempre estuvo presente en su vida, debía admitir que era importante


—¿Y por mí? ¿Qué sientes?


—No sé quién eres en realidad —dijo sinceramente


Se acercó a ella y le colocó una mano en la mejilla


—¿Y si lo que siento es solo físico? Por tu forma de ser


—¿Qué dices? —preguntó con tristeza


—Ranma nunca me insinuó nada de eso, por eso no importaba si su cuerpo femenino era atractivo o no, nunca lo vi de esa manera, pero anoche yo… no me pude contener —expresó ruborizado— Te deseé como nunca deseé a nadie


—Podré quedarme así para siempre, estaremos juntos —se acercó y colocó su cabeza en el pecho del chico, Ryoga la rodeó con sus brazos


—Ranma tiene familia, una vida, no puedes decidir por él —comentó, aunque le dolía, sabía que era lo correcto, pero aquello no le gustó al espíritu


—Tú solo querías sexo, es todo lo que deseabas, por eso ya no te importa si desaparezco —de deshizo del abrazo y lo miró con furia


—No es eso, es solo que…


—Todos los hombres son iguales —expresó dolida, de pronto, algunos flashes desordenados y poco nítidos aparecieron en su mente, quizás recuerdos de su vida pasada


Se agarró con fuerza la cabeza y lanzó un grito de dolor, preocupado, Ryoga se acercó a ella e intentó calmarla, pero ella lo empujó con fuerza, haciéndolo caer al piso


—Contrólate —pidió en voz alta, volviendo a ella


—Aléjate de mí —ordenó, completamente enojada


Un recuerdo un poco más nítido acudió a ella, la sonrisa de un hombre, uno malvado a quien amó con toda su intensidad, la engañó y luego le asesinó, aunque no podía recordar los motivos, ni siquiera su propio nombre, lloró desconsolada, pero Ryoga la abrazó otra vez hasta calmarla, por alguna razón le dolía verla así


Una vez que todo pasó, Ranma se secó las lágrimas y se apartó del chico


—¿Cómo puedo demostrarte que no soy un hombre malo? Que de verdad me importas, no solo ese contenedor que has decidido habitar


—Hazlo conmigo


—¿Eh? ¿Hacerlo? O sea… ¿eso? —preguntó confundido, Ranma asintió


—Conviérteme en hombre —comentó convencida— Entrégate a él y demuéstrame tu verdadero ser, demuestra que no solo deseabas poseer su cuerpo femenino —explicó


Aunque esas palabras no tenían sentido para Ryoga, lo pensó por unos segundos, luego asintió, aprobando la idea, para sorpresa del espíritu


—Calentaré agua —dijo sin más, saliendo de la cabaña


—¿De verdad lo hará? —se preguntó con sorpresa


Minutos después, Ryoga regresó con una taza donde vertió agua caliente, tirándola encima de Ranma chica con mucho cuidado, en segundos, su apariencia total cambió, ya no era más bajito que él, si no unos pocos centímetros más alto, su cabello antes rojo fuego, ahora obscuro, mismo peinado. Sus ojos, con mirada más adusta, la curva de sus labios menos delicada, atractivo


Ryoga lo miró detenidamente, era él, su más grande amigo y su más leal enemigo, era Ranma, pero solo su cuerpo, porque dentro de él, habitaba un espíritu confundido y triste que lo necesitaba, pedía a gritos su atención


—Bésame —pidió con voz suave


El otro no respondió, solo dio un paso adelante, sujetó su rostro con ambas manos y le dio un beso en la boca, Ranma le correspondió abrazándose a su cintura, el beso fue lento, sensual y muy húmedo, por algún motivo Ryoga lo sintió mucho más erótico que con su contraparte femenina


Miraron sus ojos mutuamente y se desnudaron el uno al otro, Ryoga no sabía qué esperar, si no tenía idea alguna de cómo hacer el amor con una mujer, con un hombre lo sabía mucho menos, estaba nervioso y le temblaban las manos, aún así, con sus manos en los pectorales de Ranma, recorrió su pecho con lentitud


—No tengo idea de lo que se sentirá —confirmó Ranma, después de todo, aquel espíritu nunca tuvo el cuerpo de un hombre


Las cosquillas que sentía en el abdomen eran nuevas para él, pero las caricias de Ryoga estaban despertando algo en ella, en ese espíritu de sentidos tan sexuales, conocía todo lo que su cuerpo mortal pudo sentir en vida respecto al sexo, todos los tipos de orgasmos, cada rincón de sus sentidos, lo que le excitaba y lo que no, pero desconocía lo que un cuerpo masculino podía sentir


Miró abajo luego de otro beso húmedo que le excitó, miró su entrepierna y la vio erecta, una sensación de desesperación le invadió, no sabía que era, pero su instinto le decía que debía tocarlo, así que bajó su mano y lo agarró, enseguida le temblaron las piernas y unas pocas gotas de semen se asomaron, sí que era sensible esa cosa, sonrió con emoción


Miró al frente, Ryoga aun no se ponía duro, pero no sería difícil lograrlo, así que lo agarró con su otra mano y acarició ambos, escuchando el placentero gemido del otro. Sonriendo con malicia, se acercó un mínimo más a él y con una sola mano sujetó ambos miembros, acariciándolos, mientras compartieron un beso, ahora los dos estaban listos


—Ranma —susurró Ryoga agitado, no sabía qué seguía ¿Cómo debía actuar?


—Haz lo que hiciste con su otro cuerpo —pidió con dominación


Apenas Ryoga iba a preguntar a qué se refería, Ranma lo sujetó por los hombros y empujó de él hacia abajo, haciéndolo hincarse, Ryoga miró hacia arriba, topándose con los ojos adustos, luego miró al frente, viendo el miembro erecto frente a él. Dudó unos segundos, pero finalmente lo sujetó con una de sus manos, recordó lo que le hizo el espíritu horas atrás, en el bosque


Tímidamente sacó su lengua y la pasó por la punta, se alejó al instante, pensando en el extraño sabor, pero no desagradable, por lo que continuó, recorriendo el tronco en su totalidad. Ranma le sujetó el cabello con la mano izquierda y lo hizo mirar arriba, su sola mirada lo dijo todo, Ryoga abrió la boca, recibiendo el pene dentro, Ranma lo empujaba con su otra mano, haciéndolo abrir los ojos con amplitud, un movimiento y la punta tocó su garganta


Se sintió excitado mientras la mano en su cabello guiaba sus movimientos, rudos y rápidos, mientras sus miradas se encontraban. Gemidos y jadeos, un ambiente caliente en su totalidad


—Ahora sé —gimió al pausar— Porque les gusta tanto


Recibir sexo oral en un cuerpo de mujer era distinto al de un hombre, la sensación de querer liberarse era muy diferente, como hombre le dolía, anhelaba llenar ese rostro de su semilla, pero no quería hacerlo aún, debía hacer suyo a ese chico, era obvio que éste lo deseaba, ya no podía seguirlo ocultando, quería entregarse a ese tal Ranma


Sacó su miembro de la boca de Ryoga, éste ni siquiera se limpió, levantó su cuerpo y besó la boca de Ranma con urgencia, luego miró sus ojos con deseo


—¿Qué hago? Guíame —suplicó, sintiéndose desfallecer, quería continuar, pero no sabía cómo


El espíritu sonrió, agarró del brazo al chico y lo guio hasta la mesa donde la noche anterior él se posesionó del cuerpo femenino, pero esta vez lo volteó para que le diera la espalda, luego lo empujó hacia abajo, Ryoga se agarró de los bordes de la mesa y miró hacia atrás, perplejo


—Ra… Ranma —musitó. Aunque no sabía nada del sexo entre hombres, era lógico lo que sucedería


—Sujétate fuerte —pidió con autoridad y el otro obedeció


Se acercó a él y le separó las piernas, poniéndose en medio, le agarró los glúteos y lo acarició, Ryoga no dejaba de mirar hacia atrás, observando el rostro morboso de Ranma, cuyo ser dentro nunca antes supo lo que era penetrar a alguien, pero se moría por hacerlo


El dedo pulgar de Ranma le acarició la entrada, luego con la otra mano se agarró el miembro y lo dirigió ahí, comenzando a entrar. No solo las piernas de Ryoga temblaron, también las suyas, una vez dentro se paralizó, pensando que terminaría eyaculando apenas entró, pero no pasó


Comenzó a intentar hacer los vaivenes, pero era difícil, no había lubricación natural y tampoco usó una externa, escuchó a Ryoga quejarse del dolor, apretando los dientes, no quería lastimarlo, así que por segundos quiso desistir, pero Ryoga volvió a mirarle, le suplicaba que continuara


Aprovechando la fuerza de ese cuerpo, se agarró de las nalgas de Ryoga y comenzó a salirse un poco, solo para luego arremeter otra vez, empujando con todas sus fuerzas. Los quejidos se convirtieron en gemidos y gritos de dolor, una sensación contradictoria, Hibiki no sabía descifrar lo que estaba sintiendo, solo quería que continuara


Aferrado con fuerza a la mesa y con los ojos abiertos a más no poder, miraba hacia el frente, mientras su trasero era empujado adelante, llenándolo. El pene de Ranma rozaba con dureza sus paredes, que se abrían y cerraban, dejándolo entrar


—Ranma —gimió, sintiéndose desfallecer— Me rompo —cerró los ojos— Me rompes —estaba en medio del delirio, sintiendo que se desmayaría


Pero entonces, la mano de Ranma le sujetó su miembro, ya no tan erecto y lo comenzó a jalar. Habiendo agarrado el control sobre el ritmo, Ranma se empujaba dentro con maestría, al tiempo que le masturbaba


Ryoga sentía miedo, dolor y placer a partes iguales. Le gustaba, era satisfactorio y angustiante, entonces lo comprendió, no importaba si le hacía el amor a un cuerpo femenino, o si un cuerpo masculino se lo hacía a él, ese cuerpo era el de Ranma era él quien le excitaba, era él quien lo provocaba y seducía, aunque fuese o no el espíritu quien lo controlaba, quien le hacía sentir aquel placer era él, el hombre que amaba.


El indescriptible placer que sintió al eyacular no pudo ser descrito por el espíritu, era diferente a cualquier cosa que pudo haber experimentado en su vida mortal


Por su parte, Ryoga recibió todo el líquido en su interior, las húmedas últimas penetraciones después del orgasmo fueron las mejores, sus paredes anales se contraían, incluso su propia culminación no fue tan placentera como aquel orgasmo anal


Ranma salió de él, haciéndolos sentir a ambos un gran alivio, respiraban agitados. Ryoga tardó en ponerse de pie, cuando lo hizo, se giró hacia atrás con vergüenza, pero la cara llena de satisfacción. Se dieron un suave beso, estaban muy cansados, luego, Ryoga se abrazó con fuerza al cuerpo de Ranma, necesitaba sentir el calor de su piel


—Gracias


—¿Por qué?


—Por hacerme ver la realidad —respondió, apartándose para mirarlo— En verdad yo, amo a Ranma


El espíritu se sorprendió, luego mostró una sonrisa agridulce. Él no decía que le amaba, solo decía que amaba a Ranma, y eso seguramente no tenía nada que ver con ella


—¿Por qué te pones triste? —sujetó sus mejillas


—No es nada


Se alejó tranquilamente y se colocó la ropa


—Saldré un poco —sonrió y luego se puso los zapatos, saliendo de ahí


Ryoga no supo lo que pasaba, pero no le siguió, solo se vistió nuevamente y esperó su regreso


.


Finalmente y tras haber investigado más, Akane dio con una pequeña casita apartada, en lo más profundo del bosque de bambú, era vieja y estaba claramente abandonada, como si hace años no viviera un solo ser humano ahí


Encontró una foto, en ella, había una hermosa mujer junto a un elegante hombre, ella parecía una cortesana y él un terrateniente. En el mismo viejo baúl, encontró algunas cartas, leyendo se dio cuenta que esos dos tenían una relación prohibida, él era un hombre de rango importante en la sociedad y estaba casado, ella era su amante


No había nombre de él, seguro para permanecer oculto, pero de ella sí, Akane lo leyó y sonrió con emoción, podía salvar a su Ranma de esa posesión. Buscó en la casita y encontró un pequeño espejo, con él, ayudaría a que el espíritu se reconociera, tal cual lo dijo el viejo maestro


Akane salió de prisa de ahí y se dirigió a la salida del bosque entre la densa niebla, en sus manos traía la foto, una de las cartas y el espejo.


.


Caminó y caminó mientras pensaba en su situación, durante ese tiempo, se había enamorado realmente de ese chico y deseaba permanecer a su lado, pero también, debido a ese amor, quería que él viviera con el amor de su vida, con Ranma, no solo con su cuerpo, también con su alma, la que se encontraba cautiva por ella


Sin darse cuenta, llegó hasta el sitio donde empezó todo, a lo lejos, pudo ver la entrada de los altos bambús, era como si le dieran la bienvenida


—Tal vez deba, irme de este cuerpo —cerró los ojos e intentó salir, pero fue imposible, se sentía como propio, como si perteneciera ahí— ¿Cómo puedo?


—¡Ranma! —oyó la voz de Ryoga tras él


—Supuse que vendrías aquí, no sé por qué —sonrió con ternura y lo abrazó


—Ryoga yo… no pertenezco a este mundo —se aferró a su ropa, quería llorar


—Tal vez, pero, no quiero que te vayas —lo soltó y sujetó su cara con ambas manos— Te amo


Cerraron sus ojos y se besaron.


A lo lejos, Akane se detuvo al ver la escena, completamente paralizado, no muy lejos de ella, su prometido y su mejor amigo se estaban besando. Sabía que era cosa del espíritu, pero no podía evitar sentirse mal


—¡Ranma! —llamó al chico


Los dos se separaron y voltearon


—Akane —musitó Ryoga perplejo


—Esa mocosa —pensó Ranma enojado— Vámonos —jaló a Ryoga del brazo, pero este no se movió


Akane se acercó a los dos, estaba enojada, pero también preocupada


—Sé cómo alejar ese espíritu


—¿Qué dices?


—Es un espíritu que se convirtió en demonio debido al odio y el rencor por su forma de morir —señaló a quien tenía el cuerpo de su novio


—Pero Akane


—Ryoga, sé que pudo haberte hecho sentir cosas nuevas y eso te maravilló, pero no te dejes seducir


—Bueno yo…


—No la escuches, está celosa de los dos —se abrazó al chico sin dejar de mirarla


—Tú sabes lo que es correcto Ryoga, es el cuerpo de Ranma, él es quien debe estar ahí, tomar sus propias decisiones, esa mujer ya vivió su vida. Necesita ser exorcizada


Ryoga lo pensó detenidamente, estaba muy confundido, quería a Ranma y sabía que era lo correcto, merecía vivir su propia vida, aunque el espíritu seguro sufrió mucho en su vida, no era culpa de su amigo, del hombre que amaba, y si devolverle su alma significaba perderlo, estaba dispuesto a hacerlo, con tal de hacer lo correcto, no podía ser egoísta


—El maestro Happosai dijo que si no se expulsa en 48 horas será tarde, Ranma no volverá jamás


Aquella explicación dejó perplejo a Ryoga, eso era terrible, ya habían pasado mínimo 36 horas. Se giró hacia el espíritu, mirándolo a los ojos


—Ryoga yo… tengo miedo —se aferró a su cuerpo


—Todo estará bien —lo apartó de él, le miró a los ojos y le besó en la boca


Akane no podía creer lo que estaba viendo, dos hombres besándose así, tranquilamente, pero trató de controlarse y no arremeter contra eso, después de todo, no era su Ranma. Se apartaron, el espíritu miró con enojo a Akane, la odiaba, si hacía eso era por Ryoga


—¿Y cómo me expulsarás?


—Mira esta foto —extendió la foto que encontró


Al verla, no sintió nada, no sabía quienes eran esos dos, luego, Akane abrió la carta y dijo su nombre, al escucharlo, el espíritu sintió una pequeña punzada en la cabeza y se tocó las sienes


—Mira este espejo, eres tú —extendió el artículo frente a ella— Tú nombre es Sakura Honjo


Al oír aquel nombre, finalmente quien estaba en el reflejo, ya no era Ranma, si no Sakura, quien fue en su vida pasada. Un fuerte dolor de cabeza la hizo gritar y cayó de rodillas, comenzando a recordar


Fue la amante de un importante político y terrateniente hace muchos años, todo fue amor hasta que ella se convirtió en alguien desechable, el hombre que decía amarla, le prometió una vida juntos, se la llevó lejos y la asesinó fríamente, no sin antes hacerla sufrir, física y verbalmente, muriendo en un charco de sangre


Moribunda, aún pudo arrastrarse por el suelo para intentar alcanzarlo, suplicándole que al menos la dejara vivir, que se alejaría para siempre, pero lo que encontró fue el golpe final, una daga en su corazón que la terminó por matar, convirtiéndola en un espíritu lleno de sufrimiento y maldad


Tirada en el suelo, con los recuerdos de su vida y el dolor en todo el cuerpo por la expulsión, poco a poco comenzó a elevarse, saliendo de ese cuerpo


Ryoga y Akane miraban la escena con tristeza, incapaces de no sentir compasión por aquella mujer que de algún modo terminó dentro del cuerpo del hombre que ambos amaban


El cuerpo de Ranma cayó inconsciente en la tierra, el espíritu, ahora más tranquilo, miraba todo desde arriba, a un metro de la escena, sonrió al ver a Ryoga agacharse y tomar aquel cuerpo entre sus brazos, mirándolo con amor, esperando que despertara


—Muchas gracias —susurró con tristeza


Solo Ryoga pudo escucharla, Akane no, ella continuaba pendiente de Ranma. Volteó y se miraron a los ojos, sonriéndose entre lágrimas


—Fui muy feliz, ojalá, nos reencontremos en otra vida


Ryoga no habló, asintió, despidiéndose de aquel espíritu que le ayudó a descubrir sus verdaderos sentimientos por Ranma y los que creyó que tenía por Akane. La presencia se desvaneció por completo, ya podría ir al otro mundo


Poco a poco, Ranma comenzó a despertar, estaba mareado. Ryoga y Akane se alegraron de verlo, pero éste, cuando se dio cuenta que estaba entre los brazos de Ryoga se alteró, pronto su rostro se puso todo rojo. Aunque no tenía mucha fuerza, lo empujó, alejándolo de él


—¿Ranma eres tú? ¿Estás bien? —preguntó la chica Tendo


Saotome no respondió, miró hacia Ryoga, le temblaba el labio inferior


—Recuerdo todo —musitó confundido— Todo lo que pasó… aléjate de mí —se puso de pie, tambaleó un poco, agarrándose la cabeza— Vámonos a casa Akane


Como pudo comenzó a alejarse, Akane miró a Ryoga, su cara de dolor fue suficiente para saber que no había palabras que ella pudiera decir, solo le dedicó una sonrisa amable, después fue tras Ranma, ayudándole a caminar. Ryoga los vio alejarse juntos, unas lágrimas corrieron por su rostro, era obvio que el verdadero Ranma no le amaría.


.


Un mes después, los preparativos para la boda comenzaron, finalmente Ranma y Akane se casarían, él había cumplido 20 años y ella estaba por cumplirlos. Los padres de ambos estaban felices porque finalmente su acuerdo sería llevado a cabo


Todas las chicas que estaban tras Ranma y los chicos que iban tras Akane no fueron avisados del suceso, por el contrario, para mantenerlos lejos les dieron una noticia falsa para que se alejaran ese día de la ciudad, de lo contrario, Shampoo, Kuno y compañía serían capaces de oponerse


En su habitación, Akane era peinada por Nabiki y maquillada por Kasumi, mientras su padre observaba entre lágrimas


En la habitación de Ranma estaba él solo, su padre no le ayudó ni a ponerse la corbata del traje. Desde la posesión, él y Ryoga no volvieron a verse, pero Ranma, quien podía recordar todo, no dejaba de pensar en eso, tuvo sexo con él, con sus dos formas, ese era un hecho, aunque nunca se lo dijo a Akane, sería un secreto que se llevaría hasta la tumba


—¿Por qué me siento así? —sin ilusión y serio, pensaba en su próxima unión


Quería mucho a Akane, pero no la deseaba, en una ocasión incluso la vio desnuda por error, ya con un cuerpo más adulto que cuando la vio sin querer siendo más joven, era guapa y tenía buen cuerpo, cualquiera seguro la desearía, pero él no sintió nada


Sin embargo, en sueños volvía a vivir todo lo sucedido con Ryoga, al despertar se encontraba con accidentes en su cama y una enorme culpa, no quería admitirlo, lo que vivió con su viejo amigo fue más significativo que cualquier otra cosa


—No puedo, no puedo hacerle esto a Akane —pensó aturdido, debía ser fiel a él mismo


Salió de la habitación y entró en la de su prometida, ahí estaban sus hermanas que lo regañaron por ver a la novia antes de llegar al altar


Akane en cambio, en cuánto vio los ojos de Ranma observarla lo supo, algo no estaba bien, él sentía culpa, pero se veía decidido, así que pidió a sus hermanas que los dejaran solos


—Akane yo…


—No lo digas —interrumpió, agachando la mirada, quería llorar— Tú no me amas, así fue al principio, solo sería para cumplir el compromiso


—¿Estarás bien?


—¿Crees que eres todo para mí? Seré feliz con alguien más, sé feliz con Ryoga


—Pero ¿Cómo es que…?


—Algo pasó ¿verdad? Entre ustedes, en ese tiempo… —contuvo sus lágrimas— La forma en que él te miraba, cómo te abrazó y cómo te besaba


—Perdóname


—Vete, antes que me arrepienta y pida a nuestros padres que te obliguen —amenazó en broma


—Gracias Akane —se acercó y le besó la mejilla


Se apartó de ella y saltó por la ventana de la habitación, dejándola llorando desconsolada, así le decía adiós al amor de su vida, para que fuera feliz con alguien más


Mientras corría, Ranma se quitó la corbata y el saco del traje, desabrochó unos botones de su camisa y se alejó lo más deprisa posible, con una gran sonrisa en su rostro.


Aunque no se habían comunicado en todo ese tiempo, Ranma lo supo, sabía dónde ir a encontrar a Ryoga, y no se equivocó, pasó el bosque de bambú, al que le dedicó una fugaz mirada y continuó con el camino hasta llegar a la cabaña donde estuvo con su rival, apenas lo hizo, la puerta de esta se abría, Ryoga lo había visto acercarse por la ventana


Se miraron unos instantes, luego se sonrieron, Ryoga saltó fuera de la cabaña y se lanzó a los brazos de Ranma, su mirada en silencio lo había dicho todo. Ambos se habían extrañado


Se dieron un apasionado beso, no hubo ninguna palabra, nada en absoluto. Entraron en la cabaña y se comieron a besos ahí, entre caricias y sonrisas, se quitaron la ropa, necesitados de calmar esas ansias que con los días se acrecentaron


Desnudos, Ryoga no dudó en hincarse frente a él y regalarle placer, succionando con tanta dedicación mientras se aferraba a sus caderas, Ranma le acariciaba la cabeza, era tal cual lo había recordado. Con Akane nunca tuvo sexo, su única experiencia era con Ryoga y no necesitaba más


Sin terminar, hizo que el chico enfrente se levantara, ahí, cerca de la puerta, Ryoga le dio la espalda, colocándose contra la pared, separó sus piernas y recibió a Ranma, sintiendo dolor, era su segunda vez, pero ahora fue más placentero. Ranma le acariciaba el pecho con una mano y con la otra se empujaba de su cadera, mientras le besaba la nuca y los hombros


—Te amo —susurró cerca de su oreja, haciéndolo estremecer


Ryoga se giró un poco y compartieron un beso, luego, finalmente Ranma se corrió dentro, la sensación que ambos recordaban estuvo presente. Satisfechos se separaron, de frente se volvieron a besar, esta vez, Ranma le comió a besos el cuello y pecho, bajando, era su turno


Lo tomó con la mano y luego con la boca, recordaba como lo hizo aquel espíritu, no fue difícil aprenderlo, regalándole satisfacción al hombre que amaba, quien gemía su nombre una y otra vez, envuelto en el éxtasis, hasta que finalmente colapsó, llenó su boca y parte del rostro cuando intentó apartarse. Ambos rieron, avergonzados, ya no había ningún ente de por medio, solo ellos dos saciando sus deseos por el otro


Volvieron a besarse, lento y cálido


—Te amo Ranma —respondió a la anterior confesión


—Vivamos juntos por siempre, Akane ya no se interpondrá, y si nuestras familias quieren obligarnos a casarnos, tú y yo nos iremos lejos


—¿Estás seguro?


—Es la primera vez que tomo una decisión importante en mi vida yo solo


Sonriéndose, volvieron a darse un beso, luego se abrazaron. Cansados, se acostaron en el suelo, sin soltarse


—Ryoga, cuando tú quieras —pausó, avergonzado— Puedo ser mujer, o tú puedes, entrar en este cuerpo, no me importa como sea, quiero estar contigo —confesó sonrojado


Ryoga soltó una pequeña risa discreta, quién diría que Ranma, quien siempre hosco y frío para esos asuntos, ahora diría tales palabras, era adorable


—Todo lo que quieras yo lo quiero —respondió Hibiki— Te amo como sea


Abrazados como estaban, se dieron un último beso antes de quedarse dormidos. A partir de ese día y hasta el final, en esa cabaña que los unió, estarían siempre. Gracias a un espíritu se habían reencontrado, ahora podían vivir una nueva realidad, juntos, no habría quien pudiera separarlos.


FIN

Notas finales:

¡Hola linduras! ¿Cómo están? Espero les haya gustado el fanfic, no estoy muy segura de cómo quedó, nunca había escrito contenido Heteroerótico jajaja solo Homoerótico, pero espero les haya agradado, no sé mucho de Ranma, es un anime que vi una sola vez siendo niña, así que habrá mucho fuera de personaje, pero bueno, esto es un fanfic no canon, así que no importa. Dejen sus comentarios por favor


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