CAPITULO 1: un chico nuevo en la ciudad.
Era un día común y corriente en la vida de un joven felino de cabellera larga y piel morena, el se dirigía al colegio como solía hacerlo todos los días, el era un buen chico, muy responsable y afortunado, tenia excelentes calificaciones, contaba con el cariño de sus padres y el apoyo de sus amigos pero le faltaba algo en especial, tenia un vació dentro de su corazón que no le permitía ser feliz, aun no encontraba el amor.
Ray, era el nombre de aquel felino chico, caminaba despacio, no tenia prisa de llegar a su colegio, prefería admirar todo lo que se encontraba a su alrededor, pero el camino no era eterno y lamentablemente llego a su destino la escuela u_u.
-¡¡¡Raaayyy! –gritaba un peculiar moreno mientras se acercaba al chino.
-Takao, ¿Por qué vienes corriendo? –pregunto el ojidorado dirigiéndose al peliazul.
-hola Ray… -saludaba el moreno mientras recuperaba el aliento –lo que pasa es que me quede dormido explico.
-como siempre –comento burlonamente el chino.
-si verdad j eje –rió el peliazul con una mano de tras de su cabeza y serrando los ojos.
-y por cierto ¿no a llegado Max? –pregunto preocupado el moreno.
-no lo e visto, también acabo de llegar –respondió el chino.
-aa… -suspiro el japonés algo triste –entonces entremos de una ves a la escuela –propuso.
-¿lo extrañas? –pregunto el felino mientras comenzaba a caminar.
-si, no puedo vivir sin MI Max -expreso con alegría el japonés (si seque en mi fics takao y max son pareja ^ ^.)
-en verdad lo quieres ¿no? –decía el chino mientras volteaba a ver al moreno.
-no lo quiero, lo amo. –respondió el moreno sonrojado, Ray por otra parte bajo el rostro para mirar el piso e imaginarse como se sentirá amar y ser amado.
-y dime Ray, ya encontraste a tu media naranja –pregunto el peliazul cuando noto a su amigo tan pensativo.
-pues… -las palabras de Ray son interrumpidas por un balonazo en su cabeza.
-Ray –dijo el moreno mientras veía al chino inconsciente en el suelo.
-lo siento –dijo el alumno mientras tomaba su balón y se iba, Takao pensó en reclamarle a ese tipo pero mejor se quedo a ayudar a su felino amigo.
-Takao –dijo un sonriente huerito.
-Max – se emociono el japonés y dejo caer al chino.
-¿Por qué llegaste tarde? pregunto el moreno fingiendo molestia mientras abrazaba a su Max.
-esque tuve que ayudar a mi mama con algunas cosas –contesto el rubio mientras respondía el abrazo a su amado Takao.
-entiendo y ¿tu mama esta bien? –pregunto el moreno.
-si –respondió el ojiazul –oye mejor entramos a la escuela, ya es tarde –propuso el rubio.
-Si estoy reacuerdo –dijo el peliazul, después los dos entraron al colegio tomados de la mamo olvidándose que su amigo esta todavía en el suelo inconciente.
Dentro del aula comenzaron las clases, Ray siempre era el mas atento pero ese día estaba muy distraído, no dejaba de pensar en el amor, sobretodo porque como se sienta atrez de Takao, todo el día veía como el moreno y el huerito se sonreían, esa situación si era algo incomoda para el chino pero sabia soportarla bastante bien.
Cuando por fin terminaron las clases, Ray y los dos enamorados se retiraron, los tres siempre caminaban un tramo juntos hasta llegar a una tienda de abarrotes donde Ray se separaba de la parejita.
El pelinegro continuo solo, el caminaba muy quitado de la pena y cada vez mas se acercaba a donde vivía, llego a la calle donde se encontraba su casa pero no puso atención donde caminaba y sin querer piso una cáscara de plátano que se encontraba en su camino, esto provoco que el ojidorado perdiera el equilibrio y caiga pero esta ves no el suelo si no en los fuertes brazos de un joven alto, apuesto, de piel blanca, ojos color carmín, labios suaves y apetecibles, con cabellos en dos tonos diferentes de azul y nacionalidad rusa.
El chino al percatarse que fue atrapado busco el rostro de la persona que lo salvo de estrellarse en el suelo, y cuando vio la mirada fría y penetrante de aquel ruso se sonrojo, para el era un sueño estar en los brazos de aquel chico pero pronto regreso a la realidad y se dio cuenta que aun seguía en los brazos de aquel apuesto bicolor y de inmediato se separo sonrojándose nuevamente.
-lo lamento –dijo el chino mientras escondía su rostro sonrojado y apenado en sus hombros y con la mirada agachada para evitar el frió mirar del ruso, el bicolor no le había molestado esa situación (bueno para que miento si le molesto pero lo disimula muy bien ^ ^) el ruso levanto el sonrojado rostro del chino obligándolo a que lo viera.
-no te preocupes, los accidentes pasan –menciono el bicolor pero sin cambiar su fría mirada, después de eso aquel chico se retira.
Ray se queda mirando a aquel bicolor nunca antes lo había viso pero quedo flechado por aquella penetrante mirada.
-¡Raaayyy! –gritaba un chico de grandes patillas.
-¿Qué sucede lee? –pregunto Ray sin bajarse de su nube.
-Ray esque… -lee nota la mirada perdida de Ray -¿a quien vez? –pregunto el chino.
-¿eh?.. No a nadie –respondió el ojidorado bajándose rápidamente de su nube.
-bueno ¬ ¬
-pero… que me ibas a decir –pregunto aun nervioso el chino ojidorado.
-a si ¡¡¡corre!!! –grito aquel otro chino desconcertando a su amigo.
-y ¿Por qué debería correr? –pregunto el felino con una gotita de sudor en su cien.
-por mariha esta furiosa y biena para acá –decía el chino aun alarmado.
-¿Qué y por que? –pregunto desconcertado el minino.
-esque la dejaste plantada, quedaste de pasar por ella al terminar las clases y ahora te esta buscando y no esta nada contenta –dijo aquel chino.
-mariha, se me olvido por completo ¿y ahora que ago? –dijo el felino preocupándose.
-Ray por fin te encontré –gritaba una gatita bastante furiosa y con un aura bastante oscura y tenebrosa a su alrededor.
-no puede ser ahí viene, ahora que ago –dijo el felino mientras se comía las uñas.
-yo pienso que deberías comenzar a correr –propuso el otro chico.
-si, tienes razón –después de eso los dos salen corriendo
-¡¡espera Ray!! –gritaba la peli rosa mientras corría tras de los dos chicos pero se les perdieron de vista.
-algún día te encontrare–dijo entre dientes la felina
-uff, párese que la pedimos –decía el minino mientras se escondía tras de un edificio.
-si, ¿pero como se te olvido pasar por ella?
-no se, cuando salí del colegio me fui caminando y estaba pensando en muchas cosas que se me olvido pasar por ella.
-bueno pero ya paso, lograste escapar por ahora
-si creo que si, pero no se que boy a ser mañana –menciono el felino con la cabeza agachada –pero cambiando de tema, oye Lee tu… no conoces…a… un… -Ray dudaba en preguntar.
-¿a quien Ray?
-a un chico… ruso, alto…y...algo serio –pregunto el felino entre un largo suspiro y nerviosidad.
-bueno tengo entendido que es nuevo en la ciudad, se acaba de mudar y creo que va a ser tu vecino
-en serio –dijo emocionado el minino.
-si -pero ¿Cómo se llama cuantos, cuantos años tienes? –pregunto como desesperado el ojidorado.
-se llama Kai y tiene 16 años, pero… porque tanto interés en el ¬¬
-no por nada simple curiosidad –respondió nerviosamente el felino.
-esta bien, mejor regresemos.
-si estoy de acuerdo.
Los dos chicos regresaron, Ray entro a su casa y se dirigió a su habitación.
-Kai, a si que se llama Kai –menciono el felino mientras se recostaba en su cama y suspiraba.
-Kai –suspiraba el felino
-pero como podré acercarme a el –se pregunto el ojidorado mientras se levantaba asta quedar sentado en su cama.