Pijama Party
Bajaron del escenario entre los gritos ensordecedores de las fans, su corazón latía tan rápido como si fuera a salírsele del pecho, siempre era como la primera vez, no había presentación en la que no se sintiera nervioso y en la que no tuviera miedo a equivocarse, pero allí estaban ellas, con sus globos azules, con sus sonrisas, esas voces delgadas y chillonas que le recordaban la razón por la cual salía al escenario, la razón por la que vivía. Porque buscaba aceptación y amor en esas sonrisas y gritos. Pajama Party no era ciertamente una canción seria, de hecho cuando vio el vestuario que usarían sintió un poco de miedo, probablemente las fans lo aceptarían (siempre amaban todo lo que hacía) pero ¿Y que pensarían los demás?.
LeeTeuk ya podía imaginarse a los jóvenes de su misma edad, caminando por las calles de corbata para ir a la oficina, pasando cerca de un televisor en medio del congestionado centro de Seoul, diciendo “Que ridículos ¿no?” Mientras señalaban el performance que seguramente se estaría emitiendo en esos momentos en algún canal. Esos jovenes cuya vida estaría planeada quisquillosamente, esos jovenes que seguramente tendrían una novia, un pequeño apartamento y un trabajo estable, estarían riendo y pensando que Super Junior H era una Payasada. ¿Y es que quien iba a imaginarlo? Un hombre de 26 años vestido con una pijama de colores muy alegres y un tirante de arco iris bailando una coreografía que bien podría pertenecer a una Idol femenina, ciertamente tendrían razones para burlarse.
No quería navegar en Internet en los siguientes días, no quería encontrarse con un comentario desdeñoso de alguna persona sobre ‘Pijama Party’, se sentía inseguro y vulnerable. Pero por supuesto siendo el líder, no podía mostrar tal inseguridad, él era la fortaleza, él era la voz de apoyo, era quien consolaba a los demás cuando querían olvidarse de todo y abandonar, él era el ángel Teukie Teukie.
Descargó el maletín en la habitación del hotel. Estaban en Pusan y la presentación había terminado tarde, así que no alcanzarían a volver a la capital, por lo que esa noche dormiría en ese hotel. Se dirigió al cuarto y se dejó caer en la cama suspirando, mirando el techo de cemento blanco aún con la ropa del performance puesta, es decir aún con la pijama de colorinches. Suspiró y cerró los ojos suavemente, se preguntó si siendo mujer se vería mejor con aquella ropa, quizás siendo mujer podría ser tan tierna y linda como quisiera sin tener miedo a lo que dijeran los demás. Por primera vez en su vida, sintió ganas de no ser chico.
- ¿No vienes con nosotros? - Dijo de pronto una voz sacándolo de su ensueño, miró hacía la puerta de la habitación y allí estaba KangIn, se había cambiado de ropa, se veía ciertamente diferente ahora que no llevaba la pijama del performance.
- ¿A donde? - Musitó adormilado, dejó escapar un ligero bostezo, serían quizás las 11 de la noche.
- Con los chicos y con el manager Kim - Explicó KangIn - Tomaremos un par de cervezas, celebraremos el éxito del performance -
- Paso - Respondió con pereza.
- ¿Estás seguro? ¿Estás enfermo? - KangIn se acercó a la cama y se sentó a su lado, su mirada parecía ahora preocupada.
- Estoy bien - Respondió inmediatamente LeeTeuk al notar esa mirada y de inmediato lo embargó un sentimiento de ternura hacía KangIn - Ve a divertirte, sólo estoy cansado - Finalizó.
- Trataré de no despertarte cuando regrese más tarde - Comentó KangIn y le pasó una mano por el cabello despeinándoselo.
- Gracias, ya sabes como duermo, no despertaré con nada del mundo, podrías traer una chica aquí y dormir con ella en la otra cama y no me daría cuenta - Comentó LeeTeuk agradecido por la fugaz caricia en su cabello.
- Uff ¡una chica!… Hace tanto tiempo que no estoy con una, que creo que lo olvidé… debo estar oxidado - Finalizó y ambos rieron.
- Ya vete que te esperan - Dijo LeeTeuk dándole un empujoncito a KangIn, quien se levantó de la cama, apagó la luz de la habitación y se fue.
LeeTeuk se quedó en la misma posición en la que estaba, mirando el techo, sus pensamientos girando en torno a la misma cuestión, hacía si aquella motivación era lo suficientemente fuerte como para merecer la pena estar ahí, preguntándose en como sería su vida si no estuviera allí con esa pijama de niña, si estuviera en medio de una oficina con traje Armani. Lentamente se fue quedando dormido y no escuchó cuando KangIn entró en la habitación hacía las 2 de la madrugada, un poco ebrio, desnudándose descuidadamente, tirando la ropa por toda la habitación y finalmente tirándose a la cama continua, haciendo bastante ruido como para haberlo despertado.
***
Al abrir los ojos, lo primero que notó fue el rostro plácidamente dormido de KangIn al frente suyo en la otra cama. Parecía tranquilo y muy a gusto, después de haber bebido, seguramente había logrado conciliar el sueño y seguramente ahora estaría enfrascado en una profunda aventura imaginaria. LeeTeuk bostezó y estiró los brazos, tomó el reloj que había a un lado de la mesita, junto a la lámpara, eran casi las 8 de la madrugada, tenían una reunión de negocios hacía las 11 de la mañana, almorzarían, luego un corto fanmeeting y finalmente regresarían a Seoul hacía las 5, eso claro siendo optimistas, siempre ocurría algo y la agenda se atrasaba un par de horas. Bueno, entonces tenía poco menos de 3 horas para bañarse y relajarse antes de comenzar con el agitado día, sería mejor aprovecharlo, así que se levantó de la cama y se dirigió al baño.
Antes de entrar en él tomó el menú que había sido dejado por un funcionario del Hotel, allí estaba la carta de comidas ofrecidas para el desayuno, podían pedir un servicio a la habitación si deseaban, pero costaría un par de Wones más. Se preguntó que desearía KangIn para desayunar. Mientras pensaba en ello, se metió al baño, se quitó la camiseta de la pijama y la tiró sobre el sanitario, se paró frente al espejo y se quedó perplejo con lo que vio.
***
Aquella había sido una noche divertida, beber con los chicos siempre lo era, pero esta vez se había pasado un poco, tres botellas de Soju, dios ¿En que locura estaba pensando? Mañana tenía que trabajar, pero bueno, algo había aprendido en la vida y era a vivir el presente. El pasado había muerto y el futuro aún no existía. Así que ¿Qué más daba?. SungMin se había ido a dormir a la habitación que le habían asignado con EunHyuk y Yesung con ShinDong cuando terminaron de comer y beber. Él se dirigió tambaleándose ligeramente por el pasillo hasta llegar a su respectivo cuarto, una vez allí se había dormido casi inmediatamente.
Entonces fue cuando un grito pavoroso lo despertó. Abrió los ojos sobresaltado al reconocer la voz de LeeTeuk en la lejanía, se incorporó sintiendo un ligero mareo por hacer aquella acción inesperada y se bajó de la cama de un saltó, salió a la sala frotándose los ojos con las manos ¿Y ahora que? Pensaba mientras le buscaba con la mirada, finalmente se dirigió al baño al no encontrar rastro alguno de él en la sala.
- ¿Qué demonios…? - Comenzó a decir cuando abrió la puerta del baño, pero sus palabras fueron cortadas por la fuerte impresión de lo que se encontró frente a él.
Allí estaba LeeTeuk, con su rostro de angel, el cabello terriblemente desordenado casi como un nido de pájaros sobre su cabeza, se había quitado la camiseta de la pijama por lo que podía apreciar su fina y pequeña espalda y sus redondeados senos…
¿¡Redondeados senos!? KangIn parpadeó como intentando alejar ese espejismo de su mente, pero por más que lo intentaba la visión de un par de pechos de una talla no muy grande frente a él, continuaba frente a sus ojos. LeeTeuk estaba tan pálido como él ahora, su rostro estaba desfigurado por la sorpresa y sus ojos iban desde el reflejo del espejo hacía si mismo con incredulidad.
- ¿Qué… demonios es… esto? - Murmuró KangIn sin salir aún del desconcierto, estaba viendo a LeeTeuk, estaba seguro de estar viendo a su líder, pero ahora su espalda era más pequeña, sus hombros no tan anchos y su cintura mucho más angosta, de hecho el pantalón de la pijama parecía quedarle un poco ancho. Y por supuesto ese par de… cosas de las cuales no podía evitar mantener su mirada.
- Esto es un sueño ¿verdad? - Comenzó a decir LeeTeuk con una risita nerviosa - Dios que tontería ¡Estoy enloqueciendo! Es el exceso de trabajo, lo se - Agregó agitando sus brazos.
- Creo que el alcohol me afectó la cabeza - Farfulló KangIn, rascándose la cabeza, aunque todo eso pareciera real, simplemente no tenía sentido.
Pero entonces, LeeTeuk dejó escapar otro grito cuando se asomó entre su pantalón, su cara ahora si parecía una auténtica mascara de pánico e incertidumbre. ¿A dónde se había ido su…?
- Dios, esto no está pasando, estoy soñando, es una tontería - Comenzó a decir LeeTeuk - ¡KangIn golpéame! -
- ¿Que?- Preguntó el otro que aún continuaba en su propio shock.
- ¡Golpéame! Esto tiene que ser un estúpido sueño ¡Despiértame! - Le ordenó, KangIn lo dudó unos segundos más pero aquello era tan ridículo que finalmente lanzó un puño y golpeó fuertemente a su interlocutor en el estómago, haciendo que este se inclinara hacía adelante y tosiera por la falta de aire y finalmente cayera de rodillas en el suelo.
Aquello no era un maldito sueño.
LeeTeuk gimió sintiendo el dolor provocado por el golpe y que el aire se le había escapado bruscamente del estómago, dejándole una sensación muy desagradable. KangIn se arrodilló casi inmediatamente a su lado y le tomó por los hombros.
- Oye… ¿estás bien? - Le preguntó preocupado, LeeTeuk levantó el rostro aún con las manos en el estómago.
- Esto… no… es un… sueño - Murmuró, gimiendo levemente por el dolor que aún sentía.
- ¡¿Que?! - Exclamó KangIn perturbado, llevándose una mano a la frente - ¡Pero es que no puede ser! Es absurdo -
- Créeme que comprendo tan poco como tu - Le explicó LeeTeuk, sintiendo que el dolor desaparecía lentamente de su estómago. Se quedaron unos segundos en silencio.
- Cúbrete - Murmuró KangIn quien continuaba viendo el espectáculo de ese pecho femenino perfectamente moldeado.
LeeTeuk se sonrojó al percatarse de ello y se llevó las manos para cubrirse, luego se levantó y se metió rápidamente en el baño. KangIn se quedó afuera observando el vacío dejado por el líder sin dar crédito a todo lo que acababa de ocurrir.