Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conversaciones Con Un Extraño por Nessa Yaoi

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia esta dedicada a mi fiel lectora "Caraluna" ya que se trata de su pareja favorita... va por ti,  amiga... espero que la disfrutes.

                                                       Nessa Yaoi

Pareja:  Itachi/Naruto

Notas del capitulo:

Divercion y mucho Humor.

 

         Conversaciones Con Un Extraño

 

Media noche, media botella de sake, y la mitad de papeles revisados de una torre apilada en la esquina de su escritorio, la Godayme pasaba sus ojos por las líneas de tinta entre sorbo y sorbo de su licor favorito. La luz de la luna entraba por los ventanales proyectando una sombra alargada haciéndola lucir como un gigante al acecho.

- no te esperaba a esta hora,  es tarde - hablándole al intruso, el cual  conocía bien.

- las sombras de la noche me ayuda a pasar desapercibido - contesto sin abandonar su lugar fuera del ventanal.

- ¿Cómo esta todo? - pregunto la rubia recostándose en su sillón.

- acabo de pasar por su ventana,  duerme como un angelito - serrando sus ojos deleitándose con la imagen.

- no quiero que lo pierdas de vista,  serás  su sombra,  ese fue el trato... no lo olvides - bebiendo un trago del vaso en su mano.

- olvidarlo,  eso es imposible... además de que nada me daría mas placer - dando un largo suspiro.

- con respecto al otro asunto... - sirviéndose otro trago.

- no podía intervenir sin comprometer mi misión,  en todo caso,  él es el mas fuerte entre todos los portadores... el mas... - las palabras se perdieron en su mente mientras la imagen de un rostro la ocupaba.

- tenemos que dar gracias a que todavía no aparecen por aquí... eso me alivia,  no podemos dejar que le suceda lo mismo a él... jamás podría perdonármelo.  Te autorizo a que hagas lo necesario para proteger a Naruto - tapando la botella,  casi vacía,  de sake y dejando su despacho.

- protegerlo no es lo único que deseo hacer,  pero creo... que tendré que conformarme por el momento - dejando la ventana y adentrándose en la negrura de la noche.

Una sombra entre sombras,  moviéndose con la agilidad de un gato,  la astucia de un zorro, y  la seguridad de un halcón a la caza de su presa. La oscuridad siempre había sido su amiga, compañera y,  confidente,  la que conocía todos sus secretos e inclusive lo había visto llorar, con amargura,  la perdida de sus padres,  por su propia mano, así como a todo su clan,  lo había hecho por la única persona que significaba todo para él y,  por Konoha la aldea que amaba con toda su alma y la que se vio obligado a abandonar tras la tragedia de aquel fatídico día en el que eligió proteger su ilusión,  amor y,  esperanza por encima de los suyos.

- otro día,  otra misión... en realidad me hace falta,  la panza de mi rana esta casi anémica - observando su cartera mientras suspiraba al pasar por el Ichiraku rumbo a la oficina de la Quinta.

- ¿Qué haces aquí tan temprano,  Naruto? - al ver entrar al rubio.

- esta agonizando - mostrándole su cartera,  vacía,  de rana - ¿Qué no hay algo que pueda hacer para poder llenar su panza y la mía? - caminando de un lado al otro de la habitación.

- no para ti,  ya que no te gustan las misiones,  según tú,  aburridas - comenzando a revisar otra montaña de papeles,  lo cual hacia a regañadientes diariamente.

- la necesidad obliga,  are lo que sea que halla... aunque sea aburrido - cruzando sus brazos e inflando sus mejillas.

Había pasado barios meses desde que Uchiha Sasuke había abandonado la aldea,  las misiones de su equipo se habían hecho menos frecuentes y,  cuando realizaban alguna,   la rubia se aseguraba de que fuera lo menos retirado posible de Konoha para proteger al gitsune de las garras de los de vestimenta negra con nubes rojas,  mismo tiempo en que una sombra lo había estado vigilando  día y  noche y,  de la cual no se había percatado en lo mas mínimo.

- ¿ya te bañaste hoy? - pregunto la rubia sin expresión en su rostro.

- ¿eh? ¿Y eso a que viene? -  ladeando su cabeza.

- necesito que vallas al río,  hay algo que tienes que recoger allí - dijo la rubia mirándolo fijamente.

- no tengo que meterme en el agua... ¿o si? - La rubia levanto una ceja - ¿Qué? ¡Estamos en invierno!! ¿Quieres que se me congele el trasero? - gritaba agitando sus brazos.

- le daré el trabajo a otro,  ya que al parecer,  el próximo Hokage de la aldea le incomoda un poco de brisa fresca - dijo la rubia picándole el amor propio.

- ¡no dije que no quería hacerlo! Demonios... todo sea por la barriga de mi rana... y por la mía - murmuro pensando en sus fondos en quiebra.

- ya que te decidiste... escucha con atención,  alguien coloco unas trampas en el fondo del rio,  sabes que la pesca indiscriminada esta prohibida,  eso altera el equilibrio del rio ¿comprendes? - explicaba la rubia la situación.

- solo tengo que sacarlas  ¿es eso? - para estar seguro de lo que debía hacer.

- exactamente,  haces el trabajo y podrás llenar de nuevo la panza de tu rana y la tuya,  ya puedes irte - retomando el trabajo de revisar los papeles sobre su escritorio.

- ni modo,  pasare por casa a por un termo de te caliente... todo sea por el ramen - murmuro saliendo del despacho de la Quinta.

- ¿hablando solo? - pregunto Shikamaru tropezando con el rubio en el pasillo.

- no,  con mi estomago... ¿y tú,  estas libre hoy? - sentándose en uno de los bancos del pasillo.

- ya quisiera,  saldré en una misión después de que Tsunade-sama me de las instrucciones... tres días de trabajo,  tres largos días sin poder ver a Neji,  difícil de resistir... cielos - suspirando al decir el nombre del ojiblanco.

- suena genial... debe ser lindo que alguien te extrañe así - dijo con tristeza el rubio al alejarse,  el moreno lo observo mientras se marchaba.

- Naruto... es culpa del Uchiha,  no tuya - murmuro refiriéndose a la traición y partida del ojinegro.

El gitsune camino despacio de vuelta a su casa,  al fin y al cabo tenia todo el día para realizar el trabajo que la Godayme le habían encomendado,  mientras caminaba pensaba en la suerte de Shikamaru y Neji,  ambos se amaban profundamente al igual que otras parejas que ni él sabia.  La atracción por Sakura había pasado hacia algún tiempo dejando un vacio junto con un anhelo por alguien que no podía recordar. Después de recoger lo que creía necesitar,  como el termo con mucho te, toalla y,  un suéter extra,  se encamino al río bajo la atenta mirada de unos ojos negros puestos en él desde que dejara su casa.

- rayos...  para colmo hoy hace mas frio que nunca,  si me enfermo no tendré a nadie que cuide de mi... ¡aah,  no te pongas sentimental,  Naruto! Parezco idiota,  pero en verdad... aquella vez,  alguien me... ¿Por qué no puedo recordarlo? ¡Demonios! - grito pateando una piedra del camino al llegar al río.

Con un hondo suspiro comenzó a sacarse la ropa hasta quedar solo con su prenda interior,  su cuerpo temblaba debido al frio reinante,  el cual  aplacaba abrazándose a si mismo mientras caminaba hacia la orilla del río,  metió la punta de los dedos de su pie para comprobar que tan fría estaba el agua mientras era observado por el intruso que se  había convertido  su propia sombra en la compañera de la del Gitsune,  ojos negros, deseosos y,  a la vez consiente de algo que llevaba guardado en su corazón hacia mucho,  mucho tiempo,  con su chakra al mínimo, para no ser detectado por el ojiazul,  aguardaba y contemplaba el cuerpo de Naruto,  que para estar en su adolescencia,  estaba bien formado y  sumamente hermoso o por lo menos...  así él lo pensaba,  así como  también  imaginaba poder acariciar esa piel tan suave a la vista y,  tan deseada por su sentido del tacto.

- ¡esta helada,  por Kami-sama!! - El grito del rubio lo saco de sus pensamientos y deseos mentales - ¡ramen,  ramen!! - gritaba el gitsune para darse valor y entrar al agua.

- eres gracioso,  es algo que me gusta mucho de ti... aparte de tu inocente alma y espíritu libre  - susurro la sombra en la rama de un árbol cerca del rubio.

- ¿Qué fue ese murmullo? - mirando a todos lados,  el espía se sobresalto ocultándose entre el follaje de las hojas de la rama donde estaba - creo que el hambre me hace escuchar cosas... como sea,  ¡a remojarse! - metiéndose de una sola vez en el agua helada.

- no esperaba menos de ti... mi cachorro de nueve colas - sonriendo complacido.

En menos de quince minutos encontró las trampas liberando a los peces en ellas y sacándolas del río como se le había pedido,  tras su última zambullida para sacar la que quedaba algo muy notorio, cerca de donde había dejado su ropa,  llamo su atención dejándolo totalmente confundido.

- ¿pero que...? ¿Quién...? - con los ojos muy abiertos,  alguien había encendido una fogata donde  se encontraba su ropa un poco mas arriba de la orilla del río.

Despacio y,  mirando a todos lados,  salió del agua para acercarse a su bolsa donde guardaba sus kunai y tomo uno para defenderse de cualquiera que quisiera sorprenderlo,  giro sobre si mismo contemplando el terreno a su alrededor,  nadie al alcance de su vista,  sus sentidos no captaban ningún chakra extraño cerca de él, lo cual lo desconcertaba aun mas ¿había entrado a un planeta que no era el suyo al salir del agua? ¿O simplemente alucinaba? Se preguntaba  mientras lentamente se acercaba al fuego y extendió su mano hacia las llamas para comprobar si era reales o solo un producto de su imaginación,  la retiro rápidamente al sentir  calor en ella,  Itachi lo observaba desde su escondite con una sonrisa en los labios,  sabia que lo haría,  conocía el modo de proceder del rubio... o eso pensaba.

- ¿Kakashi-sensei? - Pensando que seria su sensei,  el de la idea de la fogata para calentar sus huesos,  pero entonces... ¿Por qué no estaba ahí? Pensó el rubio - ¿hay alguien aquí? Una fogata no se enciende sola... o eso creo ¡ya déjense de bromas,  quien sea!! - gritaba enfadado por creer ser victima de una broma.

- si hubiera querido,  ya estarías muerto... eres demasiado frontal sin saber siquiera quien es el enemigo, tienes muy poco sentido común... lo que facilita mucho mi misión - el rubio salto al escuchar la voz a su espalda antepuso el kunai entre él y el intruso.

- ¿Q-Quien eres tú? ¿Cuál misión? ¿Qué quieres de mí? ¿Quién te envió? ¡Puede que parezca presa fácil,  pero será mejor que no te confíes!! - posando su mirada en la figura frente a él,  sintiendo algo de temor por el desconocido,  aunque sabia disimularlo muy bien.

- preguntas,  preguntas,  quien soy no importa,  mi misión eres tú,  quien me envió es alguien con mucho poder y... con respecto a lo ultimo... no estés tan seguro - acercándose mas.

Envuelto totalmente en su vestimenta negra de ninja y con su rostro oculto hasta los ojos Itachi dio unos pasos hacia el gitsune,  este fijo sus azules gemas en los negros azabache dando unos pasos atrás.

- ¿eres de la pandilla de...? como es que se llaman... Hmm,  ya lo olvide - sacando otro kunai de la bolsa - ¿lo eres? Claro que si...  estoy seguro - rodeando la fogata para que quedara entre los dos - veo que no traes tu chaqueta negra con esas ridículas nubecitas rojas ¿la dejaste en la tintorería? - Decía con los labios morados por el clima - ¿Por qué tapas tu rostro? Y no me digas que porque eres un ninja, yo también lo soy y no me la cubro - sintiendo sus dedos engarrotados y calambres en sus piernas.

- eso en ti,  seria un pecado bastante grande.

- no entiendo lo que dices ¿Qué significa?

- el que tú llevaras una mascara seria como privar a las flores de que tengan primavera... tu rostro es hermoso,  al igual que todo tu cuerpo - agudizando su ojos negros como la noche.

- lo que faltaba,  un bandido que resulta ser  comediante,  además de decir frases que solo él entiende.

- solo expreso lo que veo...  lo que en realidad es mucho,  me pregunto como te verías sin la ultima prenda que llevas puesta - señalando con el dedo la ropa interior del rubio.

- ¿acaso eres un pervertido? ¿o es que gustan los hombres? - tragando saliva.

- ¿te resultaría desagradable si así fuera? - tratando de averiguar los gustos sexuales del ojiazul.

- no particularmente,  siempre he dicho que cada oveja con su pareja... trátese de quien se trate.

- ¿te gustan a ti? - siguiendo la investigación.

- ¿Qué cosa? - despistado como siempre,  si no,  no seria Naruto.

- los hombres,  mi estimado pequeñín.

- ¿a quien le dices pequeñín? ¡Eso es algo que solo a mi me concierne! Será mejor que no te acerques,  no se que tienes en la cabeza...  pero sea lo que sea no dejare que me pongas un dedo encima ¿esta claro?

- demasiada fanfarronería para alguien a quien le tiemblas las manos, que me apunta con  armas peligrosas y además... semidesnudo,  no soy de los que dejan pasar lo que quiero... cuando tengo la oportunidad ¿comprendes? - los ojos del Uchiha recorrían el cuerpo del rubio con deseo.

- "estoy en serios problemas" deja... de mirarme así - dijo apretando sus dientes ruborizado.

- ¿así como? - sonando casual y sonriendo bajo la mascara.

- como si fueras la fiera y yo un trozo de carne para el almuerzo,  no digo que no sea halagador pero... es incomodo - moviéndose despacio hacia su ropa pero sin bajar la guardia.

- pareces saber de lo que hablas - sintiendo celos de las miradas que el rubio pudiera recibir de otras personas - ¿podrías bajar eso? - señalando los kunai con su dedo.

- de ninguna manera,  no con alguien que oculta su rostro y del que me a dejado muy claras cuales son sus intenciones... tus ojos me recuerdan a... no son de fiar - recordando a aquellos otros que lo traicionaron.

- ya nos habíamos visto antes,  Naruto - avanzando unos pasos hacia el rubio.

- ¿Co-Como sabes mi nombre? No te lo dije,  aunque... tu voz me resulta conocida... la he escuchado antes ¿pero donde? No puedo recordarlo ¿Dónde,  donde? Me tienes en desventaja - afilando sus ojos,  el miedo repentino y la incertidumbre  hicieron,  incluso,  que se olvidara del frio.

-  eres mi presa ahora... como lo fuiste en ese momento - mostrando el sharingan a los ojos del rubio.

- I-Itachi - fue lo único que pudo decir antes de que perdiera el sentido.

- si,  mi cachorro de zorro - deteniéndolo antes que cayera al suelo - pasaras unas horas conmigo... a mi lado,  solos tú y yo - quitando el guante de su mano derecha para acariciar el rostro dormido del gitsune.

Se mantuvo por un rato pasando sus dedos por la piel suave de las mejillas y labios del rubio mientras lo estrechaba contra su cuerpo,  luego de vestirlo apago el fuego y escribió un mensaje en un trozo de papel dirigido a la Godayme y,  silbó al aire hasta que un águila mensajera hizo su aparición,  coloco el papel en la pata del ave y formo un sello para que solo la rubia pudiera leer el contenido de dicho mensaje,  después de finalizada la tarea borro todo vestigio de la presencia del ojiazul en el lugar y,  tomándolo en sus hombros se adentro en el bosque con su delicada carga.

- es de Itachi - al ver el sello en la pata del ave en un de las ventanas de su despacho - ¿y ahora que? - Removiendo el sello - esto... ¿será bueno o...? ¿Puedo confiar en ti, Itachi? Si algo le sucede a Naruto,  no habrá lugar en la tierra donde puedas esconderte... te lo aseguro - prendiendo un fosforo y quemando dicho papel.

Contenido del mensaje:

Me llevare a Naruto por un rato,  no pasa nada,  estará a salvo conmigo... lo prometo.

Mas que un mensaje parecía un telegrama,  ya que no especificaba a donde ni por cuanto tiempo tendría alejado al rubio, de la aldea y de ella,  confiaba en que el Uchiha cumpliera su palabra y mantuviera a Naruto sano y salvo,  aunque algo le decía que eso era algo mas que una simple misión para él,  algo mas que solo resarcirse de sus acciones pasadas para con la aldea y para consigo mismo.

- ¡Itachi! - Grito el gitsune despertando de pronto y mirando a los lados con la mano hacia su bolsa,  la cual no encontró - ¿Q-Qué lugar es este? - con la respiración agitada y sus mejillas completamente rojas.

Camino con pasos torpes a lo que parecía la entrada de una cueva, disimulada con algunas ramas por las que se filtraba poca luz no pudiendo ver claramente lo que había a su alrededor,  sentía su cabeza pesada y su cuerpo temblaba como si estuviera desnudo a la intemperie,  sin embargo el calor en sus mejillas era notorio e iba en aumento,  apoyándose en la pared casi alcanzaba la salida...

- ¿A dónde crees que vas? - la figura del moreno apareció frente al ojiazul con sus brazos llenos de ramas secas.

- dé-déjame pasar,  peleare contigo aunque no tenga la mínima posibilidad de ganar... no te lo hare fácil,  se que eres fuerte pero tu hermano también lo era, y aun así... le costo bastante derribarme - retrocediendo unos pasos.

- es algo que tendré que arreglar con él cuando lo encuentre... por atreverse a...

- entiendo,  si hubiera muerto en ese momento,  hubiera sido una gran perdida para ustedes ¿cierto? - retrocediendo lentamente a medida que hablaba.

- ¿hasta donde crees que llegarías en ese estado? No sabes donde estas y... la fiebre no te ayudara en nada - adivinando las intenciones del rubio para escapar de él,  camino hasta el centro de la cueva.

- ¿crees que eso me detendrá? Las he tenido antes y jamás me impidieron hacer lo que tengo que hacer - casi llegando a la entrada sin quitarle la vista al moreno.

- lo se - murmuro el mayor - pero no saldrás de aquí a menos que yo quiera ¿comprendes? Eres mi... - colocando las ramas entre unas piedras y haciendo su jutshu de fuego prendió una fogata que ilumino todo el lugar.

- ¿prisionero? ¿Era lo que ibas a decir? - corriendo hacia la salida mientras se sujetaba de la pared para no caerse debido a la fiebre.

- mi amor... me hubiera gustado decirte - susurro saliendo detrás del rubio.

Corría sin saber que dirección tomar o a donde ir,  su cuerpo no le respondía como hubiera deseado, la fiebre hacia de este que sus movimientos fueran torpes y lentos denotando frustración en él.

- ¡demonios! Mi vista esta borrosa,  ¡maldita sea! - tropezando con todo en su carrera hasta caer al suelo medio inconsciente.

- te lo dije ¿era esto necesario? Vaya que eres terco... no puedes pelear contra la fiebre o contra mi ¿o si? - levantándolo del suelo y cargándolo en sus brazos de vuelta a la cueva.

- no me culpes por intentarlo,  también eres ninja ¿no es así? La locura no disminuye lo que eres, además, gracias a eso pudiste atraparme esta vez... creo que será la ultima ¿cierto? - hablando en voz baja con la cabeza apoyada en el pecho del Uchiha.

- definitivamente... es la ultima - sintiendo su corazón cabalgar sin freno.

- ¿Por qué no me matas y acabamos con esto de una vez? aunque por otra parte entre mas tardes en entregarme... ¿no te pagan horas extras por casualidad? Seria beneficioso para ambos ¿no lo crees? Yo conservo mi vida por largo tiempo y tú te haces rico ¿Qué te parece la idea? - haciendo broma de lo que posiblemente fueran los últimos momentos de su vida mientras percibía en Itachi un aroma ya conocido para él,  aunque no sabia por que.

- ¿matarte? No seré yo quien lo haga "ni nadie más mientras yo viva"- colocando al rubio junto al fuego y tapándolo con la prenda negra de nubes rojas que permanecía oculta en la cueva.

- espera,  ahora que recuerdo... la vez pasada dijiste que tenias que llevarme a no se donde... lo sabia,  muerto no les sirvo de nada,  solo quieren al Kiuubi y,  si yo muero él lo hará conmigo ¿acerté? - tratando de incorporarse.

- ¿Quién dijo que eras tonto? Pero te equivocas en algo... por si la idea de suicidarte te cruzo por la cabeza... igualmente  extraerían al zorro de tu cuerpo - una mentira como una montaña de grande pero impediría que el ojiazul cometiera una locura.

- esa no es una respuesta,  es una evasiva... aparte de que no tiene ningún sentido,  si es así como dices,  entonces... ¿Por qué tomarte la molestia de cuidarme? - viendo algo borroso a su interlocutor debido a la alta temperatura.

- ¿acaso quieres probar que me equivoco? No eres de los que se suicidan, cada segundo de tu existencia has peleado por tu vida con garras y dientes,  por otra parte... ¿Le harías eso a tus amigos o... a tu amado Sasuke? - las ultimas palabras fueron dichas con total amargura y repulsion.

- ¿mi amado, quien? ¿Te refieres al que se marcho sin explicación alguna y estuvo a punto de matarme? Los Uchiha son increíbles... en el sentido malo de la palabra,  asumen cosas que para los demás son solo un chiste... es verdad que sentía algo por él,  pero... - dejándose caer de nuevo en el suelo.

- ¿pero? - queriendo saber la realidad de los sentimientos del ojiazul hacia su hermano.

- no hay un "pero" además de que no te importa lo que yo sienta por él... o tal vez me equivoco,  lo que si es claro para mi es que te odia a muerte,  eres una de las razones,  por no decir la principal,  por las que se marcho de la aldea abandonándolo todo.

- ¿abandonándote a ti?

- ya viste... soy una persona fácil de olvidar - humedeciéndosele los ojos.

- no tienes un buen concepto de ti mismo por lo que puedo ver,  deberías darte un poco de crédito... yo no he podido dejarte atrás - murmurando lo ultimo.

- ¿un asesino en serie dando consejos? No me lo puedo creer,  luego me dirás... pórtate bien en la vida y serás recompensado,  o algo por el estilo.

- tienes una lengua muy aguda ¿lo sabias?

- y muy seca... tengo mucha sed,  mi boca se siente como si hubiera comido tierra.

- espera - Dejando la rama con la que removía los pedazos de madera en el fuego - toma despacio - vertiendo el vital líquido en la boca del rubio y humedeciendo sus labios con sus dedos -  tengo que bajarte la fiebre - con su mano en la frente del Gitsune.

- deberías... o me quejare con tu secta satánica por el mal trato.

Después de poner mas ramas en el fuego y,  tapando bien a su huésped obligado, salió de la cueva,  anduvo por los alrededores,  ya que no quería alejarse demasiado,  buscando hiervas medicinales para su rubio,  después de encontrarlas procedió a molerlas e hizo un ungüento con ellas para luego colocarlas en la frente del ojiazul,  estaba seguro que eso bajaría su temperatura después de un par de horas y,  así sucedió.

- ¿te sientes mejor? Las hierbas funcionaron muy bien - al ver al rubio despertarse.

- si y,  no te daré las gracias por eso,  después de todo es tu deber mantenerme vivo ¿o me equivoco? - se incorporo con su estomago haciendo una sonora protesta.

Estaba atardeciendo y, ni siquiera había desayunado por falta de fondos en su cartera de rana,  los que hubiera tenido después de terminar su trabajo en el rio,  el que había sido interrumpido por el Uchiha,  así que técnicamente el moreno le debía la comida del día.

- parece que un de las partes de tu cuerpo te quiere decir algo - atizando el fuego en el que había colocado unos peces para asar.

- ¿y de quien es la culpa? A estas horas podría estar sentado en el Ichiraku saboreando un estupendo ramen - sentándose algo mareado aunque sin fiebre.

- ¿Qué te parece algo de pescado y unas moras silvestres? - con sus ojos fijos en el rubio.

- como si pudiera elegir... bien,  comida es comida,   necesito recuperar mis fuerzas - sentándose con las piernas cruzadas junto al fuego.

- ¿Cómo para que? - alcanzándole un pescado y un puñado de moras.

- vaya pregunta... para darte una golpiza y,  si fueras justo,  sin usar tu sharingan ¿Qué estoy diciendo? Ser justo... eso no va contigo ¿Cómo podría? Eres un sicótico que mato a un montón de gente inocente por diversión... ¿no es así? - dándole una mordida a su pescado.

- ¡no eran inocentes!! ¡Ninguno de ellos! ¡Ellos,  ellos...  querían quitarme lo que mas amo en esta vida!! No sabes nada... no podía permitirlo - la reacción del moreno asusto al gitsune.

- ¿lo que mas... amas? - mas interesado en saber de que se trataba que del susto en si - ¿Sasuke tal vez? - El moreno lo miro con celos en sus ojos - ¿por eso lo dejaste vivo? - dejando el pesado a un lado.

- era el único inocente en ese maldito clan... del cual me deshice por... por razones muy validas para mi  ¿comprendes? - tirando el pescado en su mano al fuego.

- inocente... claro,  al igual que yo por creer que me consideraba su amigo,  después de tan amarga experiencia comencé a pensar que tener amigos es algo relativo,  necesité que me atravesara el pecho con sus propias manos  para darme cuenta de eso... amigos,  amor,  lindas palabras,  pero solo eso... palabras,  sin ningún significado para la mayoría de la gente - levantándose y caminando hacia a la entrada de la cueva.

- ¿Cómo podrias entenderlo? ¿Alguna vez te has enamorado? - parado detrás del ojiazul y deseando que la respuesta fuera un rotundo "no"

- ¿para que quieres saberlo? Conocer mis afectos personales no va con la descripción de tu trabajo.

- curiosidad,  ya que estamos hablando del tema... además tú comenzaste - deseando deslizar sus manos por los hombros del rubio.

- tal vez,  solo que no fue como esperaba,  a la larga me di cuenta que no era la persona indicada - mintiendo sin entender la razón mientras miraba las estrellas en el cielo nocturno.

El Uchiha apretó sus puños en señal de molestia y celos,  totalmente convencido de que se trataba de su hermano menor la persona en cuestión.

- ¿por eso sientes tanto que se halla ido? - volteando al ojiazul por un hombro.

- ¿Qué se halla ido?... espera,  ¿crees que yo... de tu hermano? Esto es gracioso - quitando la mano del moreno de su hombro - no me veas como a un rival,  es todo tuyo... él trato de matarme y tú me entregaras a unos desquiciados para que hagan lo mismo... ustedes se merecen - sintiendo algo muy desagradable en su estomago.

- ¿crees que amo a Sasuke? - acercándose unos pasos al ojiazul lo que hizo que éste pegara su espalda a la pared de roca.

- es obvio,  lo dejaste vivo ¿no es así? Mientras... me condenas a mí a lo contrario  - sintiendo la respiración del moreno en su rostro - parece que di en el clavo...  "todo para los demás y nada para mi... lo usual"- pensamiento lleno de anhelo.

- ¿si no es Sasuke,  entonces quien? - demandado una respuesta.

 - esto ya esta comenzando a molestarme... hablando de otra cosa ¿Dónde esta tu amigo azul? La ves pasada estaba contigo en tu primer intento por atraparme - la proximidad del ojinegro a su cuerpo lo estaba poniendo nervioso.

- muerto... yo lo mate - el rubio puso cara de sorpresa.

- un malo menos de que preocuparse ¿Qué hizo? ¿No quiso lavar tu ropa,  te quemo la comida... hablaba demasiado? - deslizándose hacia un lado.

- es lo que hago con la gente que no contesta mis preguntas - poniendo ambas manos en la pared a los lados de los hombros del ojiazul.

- ¿eres de los que se excitan infundiendo temor a los demás? Deberías buscar otras formas menos drásticas y mas normales... no se,  búscate una novia o algo por el estilo - subiendo sus hombros como no dándole importancia al comentario.

- "algo por el estilo" suena muy bien... tú estas aquí - relamiéndose los labios y pegándose un poco al cuerpo del ojiazul.

- por eso digo... ¡¿Qué?! ¿No querrás decir que...? ¡Estas demente!! - queriendo salir corriendo en ese instante.

- ¿Por qué te alteras tanto? Estas enamorado de alguien ¿no es así?... debes saber de estas cosas ¿cierto? Las caricias,  los besos... al menos eso,  es lo mas básico de toda relación - acercando su rostro al del rubio mezclando sus respiraciones.

- no me estaba poniendo como alternativa ¿comprendes? Solo fue un decir ¿siempre te tomas todo tan literalmente? Y si,  se de eso y... algunas cosas mas - todo mentira pero no quería que el Uchiha lo creyera un mojigato en esos asuntos.

- ¿es eso cierto? - haciendo ruido con sus uñas en la roca al serrar sus puños ante el comentario del gitsune - dime... ¿aun eres... virgen? - Los ojos de Naruto casi salen de sus cuencas - dependiendo de tu respuesta...  sabré que hacer - con la sangre hirviendo, el corazón acelerado y,  los celos a millón por hora.

- ¡¿Cuál es tu problema?! ¡Eso no te incumbe!! - el moreno apretó su cuerpo contra el gitsune expresando molestia en su rostro en espera de una respuesta satisfactoria para él.

- respóndeme,  Naruto - murmuraba mientras su rostro se acercaba mas a la mejilla del rubio.

- ¿Q-Que te parece si nos jugamos la respuesta a piedra, papel o,  tijeras? ¿Acaso estoy loco? ¿Por qué dije eso? - poniendo sus manos en el pecho del moreno para alejarlo y poder escurrirse de semejante situación,  lo cual logro... a duras penas.

- ¿Por qué la evasiva? ¡¿Acaso ocultas algo... la perdiste?! - subiendo el tono de su voz sin poder evitarlo.

El comportamiento dubitativo del rubio le hacia imaginar un montón de cosas,  desagradables todas,  difíciles de tragar para él,  el solo pensamiento  de que su rubio adorado hubiera sido de otra u otro,  no le estaba ayudando en nada.

- podría preguntarte lo mismo, ¿me responderías? aunque... no me interesa para nada - alejándose del moreno hacia la fogata.

- solo estas ganando tiempo...  al final lo sabré... sin duda alguna - sentándose frente al rubio del otro lado del fuego.

- ¿y como se supone que...? Aguarda ¿acaso tu quieres... comprobarlo? - Tragando saliva - espera un minuto... si tengo que perder mi...  tu sabes,  al menos yo decidiré con quien,  ahora que me presentes a tus amigos quizás halla alguno que quiera divertirse antes de enviarme al otro mundo... ¿Qué te parece? Si tengo que morir...  que sea a lo grande - riendo nerviosamente.

- ¿y que otro tenga el placer de ser el primero en tenerte? Antes me dejo cortar una mano que permitir tal cosa... ese placer no me lo quitara nadie,  tu cuerpo será mío... aunque no pueda tener tu alma  - susurrando para si mismo las ultimas palabras.

- ¡ya deja de murmurar,  demonios!! No escucho lo que dices.

- siéntate y termina tu comida... ahora - dijo seriamente.

- ¿Cuánto tiempo tengo que permanecer aquí? - Cambiando radicalmente de tema - es decir... ¿Cuándo me llevaras con el resto de la pandilla de sicópatas?

- ¿tan pronto quieres morir?

- solo tú podrías evitarlo ¿no es así?

- quizás... ¿Qué me darías a cambio? - posando sus pupilas negras en el rubio.

- no tengo nada que ofrecerte... aparte de mi mismo,  lo cual no sucederá - enfrentando la mirada del Uchiha.

- en eso te equivocas... tienes todo que deseo y... lo tomare - gateando hasta donde el ojiazul se encontraba.

- eres tan pervertido como tu hermano,  debe ser cosa de familia - inclinándose hacia un lado ante la proximidad del Uchiha.

- ¿Por qué la comparación? ¿Te obligo a algo? ¿Dejaste que te tocara? O... ¿hubo algo mas que no quieres decirme? - sintiendo los celos hacia su ototo recorrer su cuerpo.

- en realidad fue algo fortuito...  un accidente en el que casi me ahogo con su lengua metida mi garganta... vaya que la tiene larga - haciendo chiste de lo que no lo fue tanto en su momento.

- ¿te gusto? - agarrándolo por el brazo con enojo.

- tanto como el hecho de morir asfixiado... y eso que fue mi primer y único beso,  por lo cual no puedo hacer comparaciones y... por lo que me espera creo que también será el ultimo.

- ¿Qué fue lo que mas te molesto,  el beso en si o que halla sido un hombre el que te lo dio? - empujando al gitsune hasta acostarlo en el suelo.

- ya comprendo... quieres saber si me gustan los chicos por encima de las chicas ¿me dejarías ir si te lo digo? - con el cuerpo del moreno sobre el suyo.

- si me concedes esta noche... si me dejas hacerte mío sin tener que forzarte,  dejare que te marches... por ahora - rozando sus labios calientes con los del rubio.

- hasta que de nuevo comience la temporada de caza ¿no es así? - el cuerpo del moreno sobre el suyo empezaba hacerlo sentir bien y extrañamente anhelante por el contacto.

- ¿Qué decides,  aceptas? - deseando desgarrar la ropa del ojiazul con sus manos.

- fraternizar con el enemigo no es buena idea,  además... ¿Cómo puedo confiar en un Uchiha? Tengo mala experiencia con respecto a ellos... incluyéndote ¿o ya olvidaste la primera vez que intentaste atraparme? Es lo único que le agradezco a Sasuke... fue una buena distracción - sintiendo la caricia del ojinegro en su rostro.

Itachi lo acariciaba suave y delicadamente como si estuviera tocando el mas fino cristal,  una caricia que Naruto sintió como verdadera y especial,  un roce que nunca antes había experimentado de ninguna otra persona,  un toque que lo hizo estremecer involuntariamente y que el moreno percibió por encima de la ropa de éste.

- estas agitado ¿Qué sientes,  miedo o placer? Puedes decírmelo... quiero saber... aunque creo que es lo segundo - metiendo sus dedos entre los cabellos rubios.

- no es cierto,  no estoy agitado,  si así fuera lo sabría... sabría que estoy agitado si lo estuviera,  pero no,  no lo estoy... yo,  yo lo sabría - hablaba en un trabalenguas por los nervios.

- ¿alguna vez has estado en una situación similar? - el rubio negó con la cabeza - ¿entonces como sabrías? Eso que sientes se llama placer... tu cuerpo vibra al ser acariciado por alguien de tu agrado aunque quieras reprimirlo ¿comprendes? Lo se porque es exactamente lo que tú y tu cuerpo me inspiran.

- y yo quiero saber... ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? ¿Así tratas a todas tus victimas... o solamente a los de sexo masculino? - sintiendo algo de rabia en su interior.

- ¿te molesta eso? - esperanzado de que su gitsune sintiera celos por otros.

- en lo absoluto... no eres nada mío,  acabemos con esto de una vez  - mirándolo directamente esta vez.

- suena como si fuera una transacción comercial - pasando sus dedos por los labios del rubio.

- es algo más importante que eso...  es una transacción por mi vida - con sus ojos llenos de lágrimas - "¿Por qué estoy llorando? ¿Quizás porque creí que me veía como alguien especial? Soy patético en verdad,  es un Uchiha... es lo único que tengo que tener en mente... ¡por Kami,  ya detente! ¡Deja de llorar como un idiota!,  si tengo que hacer esto para salir de aquí... entonces esta bien" - serrando sus ojos.

- ¿esas lagrimas son por ti o estas pensando en alguien más? "¿Quien es? ¿A quien crees que traicionas si te dejas tomar por mi?"  - limpiando las mejillas del menor.

- ¿acaso importa? El que piense en mí o en alguien más,  como dices,  no hace la diferencia,  tómalo o déjalo... quiero volver a casa.

- ¿dejaras que te posea borrándome de tu mente y poniendo a alguien diferente en mi lugar? No lo acepto... no de ti - agarrando la barbilla del rubio para que lo mirara.

- solo hazlo... - cayendo rendido,  por segunda vez,  ante el Sharingan del moreno.

- no así,  no con tu mirada llena de resignación y culpa,  deseo que quieras entregarte a mi por decisión propia,  sin presiones ni amenazas... deseo tu amor... no tu rendición - cargándolo en sus brazos salió de la cueva rumbo a la aldea.

A la mañana del día siguiente el ojiazul despertó en su cama.

- ¿Cómo llegue aquí? Estaba con Itachi y luego... ¿fue un sueño? "pero si fue así ¿Por qué  siento su calor en mi cuerpo y sus manos acariciando mi rostro?" - Levantándose de la cama totalmente confundido hasta que toco su frente sintiéndola pegajosa por causa de las hierbas para la fiebre - fue real,  no lo soñé,  si sucedió y... de seguro volverá,  aunque no por mi... obviamente - con algo de tristeza.

Salió de la habitación rascándose la cabeza cuando algo sobre la mesa llamo su atención,  justo lo que necesitaba para alegrarle el día.

- ¿de donde salió esto? - Al ver tres potes de ramen instantáneo sobre la superficie de la pieza de madera - ¿habrá sido él? Ni en un millón de años, que mas da... sea quien sea no importa,  me muero de hambre - poniendo a hervir el agua para añadirla al delicioso platillo.

Luego del opíparo desayuno y con el estomago completamente lleno se dirigió a la oficina de la Godayme a buscar su paga por el trabajo del día anterior,  abrió la puerta sin ni siquiera tocar para adentrarse en la habitación como Pedro por su casa.

- Naruto... primero que nada se toca antes de entrar, segundo,  se dice buenos días como persona educada y,  tercero... ¿cumpliste con la misión que te encomendé? - preguntándose que había pasado después de recibir el mensaje del Uchiha.

- ni necesitas preguntarlo,  yo siempre cumplo... o casi siempre,  vengo  por mi dinero... ¿algo mas que hacer? - sacando su monedero de rana y extendiendo su mano hacia la rubia.

- ¿nada inusual que reportar, aparte de sacar las trampas del rio? - pregunto la rubia mientras ojeaba unos documentos sin verlos en realidad.

- pues... aparte de que por tu culpa casi pesco una pulmonía,  no hay nada más - dijo el gitsune con toda la calma del mundo.

- ¿solo eso tienes que decir? - dejando los papeles sobre la mesa.

- ¿no te importa? Qué hubiera sido de mi... allí solito,  con frio y... solito,  eres cruel - haciendo morros.

- ya deja el teatro  "es extraño... ¿Por qué no menciono a Itachi? ¿En que estas pensando,  Naruto?" si es todo sal de aquí,  estoy muy ocupada - dándole el dinero y señalando la puerta con el dedo.

- ¿seguro que no hay nada para mi? - haciendo una mueca.

- ¡no tientes mi paciencia,  Naruto!! - lanzándole un libro de sobre el escritorio.

- ¡esta bien,  ya cásate!! - Esquivando el golpe salió del despacho golpeando la puerta -  "¿tendría que haberle dicho lo de mi encuentro con Itachi? Por supuesto que no,  de seguro me encerraría en algún lugar para mantenerme fuera del alcance del Uchiha y su combo... seria un prisionero... como cuando estaba con él,  no me gusta estar encerrado,  manejare esto por mi cuenta" - decidió después de sopesar sus opciones.

Con la cabeza baja y sin rumbo fijo repasaba en su mente lo sucedido el día anterior,  las caricias de Itachi,  el calor de Itachi,  la voz de Itachi, y el regreso de Itachi.

- "¡Itachi,  Itachi,  Itachi! ¿Qué no puedo pensar en otra cosa?" - jalándose el cabello mientras negaba con la cabeza.

Siguió su caminata tratando de poner imágenes en su cerebro que no fuera el rostro del Uchiha,  hasta se puso a contar ovejas imaginarias como cuando se trata de conciliar el sueño,  pero todas tenían el rostro del moreno lo que lo frustro aun mas.

- ¿Por qué tan solito,  Naruto? - sintiendo unos brazos rodearlo por la espalda.

- ¡Kiba,  no me asustes así,  torpe!! - agarrando los brazos del Inuzuka.

- ¿así tratas a los amigos? No quiero ni imaginarme como lo haces con los enemigos - apretándolo a su cuerpo no dejando que el rubio lo apartara.

- ¿lo de ser mi amigo lo dices en serio o de dientes para afuera? Yo no creo que... - levantando su mirada al frente para toparse con unos ojos negros que lo  observaban con enfado - hay no,  volvió mi pesadilla personal - murmuro - será mejor que me sueltes,  es por tu bien.

- ¿Qué pasa? Te pusiste pálido de pronto ¿y que es eso de por mi bien? - dijo Kiba recostando su barbilla en el hombro del gitsune sin soltarlo de su abrazo.

- nada, es solo que estoy algo resfriado y no quiero contagiarte - girando su cabeza hacia la cara de Kiba quedando muy juntas.

- no te preocupes por eso,  por tu cara parece que hubieras visto un fantasma.

- ojala hubiera sido asi... aunque tampoco me gustan.

Dicho esto el rubio dirigió de nuevo su mirada donde antes estuvieran los ojos negros ya familiares para él y se encontró con nada... ya no estaban allí. Al descendiente del clan Inuzuka le gustaba Naruto desde que pelearan en el torneo,  no sabia si estaba enamorado en realidad o simplemente le atraía,  de momento solo estaba seguro de lo segundo y,  cada vez que tenia tiempo libre entre misión y misión trataba de compartirlo con el rubio lo mas que se pudiera... era como un imán casi imposible de resistir.

- puedo ver que estas tan aburrido como yo... ¿Qué te parece si nos divertimos juntos? - poniendo una gran sonrisa.

- ¿de casualidad estuviste en mi casa esta mañana?

- no,  aunque me hubiera gustado... ¿Por qué nunca me invitas? Quisiera conocerla en verdad.

- cuando quieras.

- ¿Qué te parece esta noche? Podríamos jugar a algo... interesante - deslizando sus manos por el pecho del rubio.

- Kiba... ¿Qué haces? - deteniendo las manos del moreno.

- cosquillas... y al parecer no tienes - echándose a reír con su mano en la nuca - dejemos eso y acompáñame... será divertido - agarrando a Akamaru y poniéndolo sobre su cabeza.

- ¿A dónde y hacer que? - pregunto con curiosidad.

- al bosque,  mi madre me pidió que buscara frutas silvestres para preparar un pastel,  dice que son mejores cuando son recién cortadas... capricho de mujeres diría yo.

- pastel de frutillas... suena delicioso - susurro con brillo en sus ojos.

- si me ayudas tendrás tu parte,  te lo prometo - jalando de la mano del rubio.

Itachi los observaba desde un árbol no muy cercano a ellos por lo que no podía escuchar lo que hablaban,  pero si podía ver el proceder del Inuzuka para con su rubio haciendo que se le revolviera la bilis,  la rama que sujetaba fue rota a causa de la presión que su mano ejercía en ella por la rabia y celos encendidos hacia el mas joven del clan de los adiestradores de perros de Konoha.

- "con que así se llevan... ¿es él la persona en quien pensabas, Naruto? ¿Estas enamorado de ese idiota? No, no... eso no puede ser,  no he estado esperando todos estos años para que otro te aparte de mi tan fácilmente,  eres mío,  eres solo para mi,  mate por ti... sin mi no existirías tú, no dejare que nadie mas te toque... me perteneces" - moviéndose de árbol en árbol se adentro en el bosque tras los dos alegres excursionistas.

- ¿Qué debo buscar exactamente?

- todo lo que encuentres,  que mi madre elija después.

- será mas rápido si nos separamos.

- buena idea,  así acabaremos antes,  nos encontraremos aquí, en   digamos ¿una hora es suficiente para ti?

- lo hare en menos.

- se que si - guiñándole un ojo - no olvides la invitación... a tu casa - pasando su mano por la mejilla del rubio.

- claro... no lo he olvidado "no es igual,  se siente distinto a la caricia de Itachi... hay algo diferente,  con él sentí calidez y... aquí voy otra vez ¡despierta! Se que es un asesino,  un mentiroso... un Uchiha y,  aun así... no puedo sacarlo de mi cabeza  ¡demonios! ¿Hasta cuando voy a dejar de pensar estupideces?" - regañándose así mismo mientras caminaba entre los arboles - ¡eso no pasara jamás de los jamases,  ni lo sueñes siquiera,  Naruto!! - grito al aire.

- otra vez solo,  y a mi merced ¿quería verme? - la voz del Uchiha a su espalda lo hizo girarse rápidamente.

- tanto como al mismísimo diablo y,  no estoy solo - retrocediendo ante el salto del moreno para ponerse frente a él - ¿Qué no  tienes alguna otra victima que cazar mas que yo? "estoy comenzando a sentirme extraño de nuevo... ¿Dónde esta Kiba? No,  será mejor que no aparezca o es capaz de..." - pensando en lo que podría hacerle al Inuzuka y no perdiendo detalle de los movimientos del moreno.

- ¿te refieres a ese tonto que anda contigo? ¿Temes que le haga algo... permanente? - acercándose y observando la reacción del ojiazul ante la amenaza.

- ¡no,  el no tiene nada que ver con esto!!... si llegas a lastimarlo te odiare por el resto de mi vida,  aunque sea poca,  no me quejare por lo que hagas conmigo pero no involucres a nadie mas en tu... ya no se ni como llamarlo - anteponiendo el bienestar de su amigo por encima del suyo propio.

- parece que te preocupa bastante lo que puedo hacerle... ¿te gusta? - reprimiendo las ganas de cortarle la cabeza al pobre chico perro o meterlo en una de sus macabra pesadilla.

- eres bastante perspicaz para ser un lunático... podría decirse que lo intenta,  aunque no consiga nada... por ahora "creo que acabo de meter la pata e irme de la lengua" - chocando con su espalda en un árbol al querer retroceder,  fin del camino.

- ese "por ahora" no me agrada... deja la puerta abierta a un "tal vez" cosa que no ocurrirá,  primero le saco las tripas y se las doy de comer a su propio perro ¿entiendes? Olvídalo,  no eres para él - cercándolo contra el árbol.

- ¿Quién eres tú,  el doctor corazón? ¡No tengo que pedirte permiso para estar con quien quiera! ¿esta claro? Es tan buen candidato como cualquiera - Sacando coraje de donde no lo tenia - y de seguro me esta buscando en este momento - mirando por encima del hombro del moreno.

- aun no pasa la hora que pautaron.

- ¿Cómo sabes...? contéstame algo... ¿desde cuando me espías?

- desde que eras un niño... he esperado por ti largo,  largo tiempo.

- ¿me quieres a mi para reemplazar a Sasuke? ¿Es eso? ¿Solo porque en tu retorcida mente aun queda algo de cordura que te recuerda que es tu hermano y por eso no puedes tenerlo? ¡No soy Sasuke!! Mírame bien ni siquiera me parezco a él,  no soy él... demonios,  puedo aguantar el desprecio,  la soledad,  el desamor,  pero nuca... el que vean en mi a alguien que no soy yo - de nuevo las lagrimas bañaban el rostro del rubio

- ¡Naruto! ¡¿Dónde estas?! - retumbó la voz del Inuzuka no muy lejos de ellos.

- kibmm... - solo eso pudo pronunciar ante los labios del ojinegro comiéndose los suyos.

El Uchiha lo besaba fogosamente mientras lo abrazaba pegándolo completamente a él como si en ello le fuera la vida,  verlo en ese estado hizo brotar las lagrimas en él mezclándose con las del gitsune,  el dolor en su pecho lo quemaba recordándole todo el amor que sentía por su maravilloso niño rubio y el gran sacrificio sufrido por verlo crecer para él y solo para él, no satisfecho con el rose,  sujeto la nuca del rubio con una de sus manos para profundizar las ansias con las que  devoraba su boca,  el gitsune sentía que sus piernas flaqueaban mientras que la otra mano deseosa del moreno se deslizaba por su espalda debajo de su chaqueta.

- no es lo que piensas,  yo solo... te veré después - desapareciendo de la escena al sentir el chakra del Inuzuka muy cerca.

- no quiero verte después... ni nunca mas "¿Por qué me duele tanto que no sea yo a quien ama? Yo... Naruto,  no Sasuke... no su remplazo... solo yo" - limpiándose el rostro con las mangas de su chaqueta naranja.

- aquí estas ¿Por qué no contestabas?  Creí que te habías perdido.

- no digas tonterías,  Kiba ¿Cómo podría perderme en nuestro propio bosque?

- ¿Por qué tienes los ojos rojos? - acercándose al rubio con las manos llenas de frutas silvestres.

- creo que toque una hierba venenosa "llamada Uchiha Itachi"

- ¿quieres ir al río a enjuagarte la cara?

- mejor voy a casa a descansar un rato.

- te acompañare,  no me gusta para nada la cara que tienes.

Los dos volvieron a la aldea bajo la mirada del mayor de los Uchiha,  Kiba lo dejo en la puerta de su casa algo preocupado.

- ¿quieres que me quede contigo? Digo... por si necesitas algo o te sientas mal.

- ¡no! - Kiba lo miro con extrañeza ante la fuerza de la negativa - quiero decir... estaré bien,  gracias por preocuparte por mi,  amigo - entrando y serrando la puerta en la cara del Inuzuka.

- Naruto... estas comportándote muy extraño  - alejándose del lugar

- ¿Qué estoy haciendo? Tratar así a Kiba... no es correcto,  apareciste en mi vida para volverlo toda un caos,  mi mente es un desorden y,  mi corazón se agita con tu presencia y,  mi cuerpo es una maraña de sensaciones difíciles de entender... ¿Por qué tu aroma y calidez hace como si mi cuerpo recordara algo que paso alguna vez? no lo entiendo... todo es tan confuso  ¿Qué fue lo que me hiciste,  Itachi? - caminando hacia su habitación y dejando sus ropas por el camino.  

Se acostó en la cama deseando dormir para alejar al Uchiha de su mente,  difícilmente podría lograrlo ya que el ojinegro se había instalado en ella y,  al parecer,  permanentemente.  Durmió por unas horas,  un sueño entre la neblina del sueño en si y la conciencia de no dormir en lo absoluto,  un arrullo entre los sonidos y el silencio lo llevaban a percibir sensaciones en lo más profundo de su alma y corazón,  un calor familiar para él lo hizo salir de esa media inconsciencia en la que estaba sumergido haciéndole abrir sus ojos azules.

- ¿otra vez tú? Ve a buscar a Sasuke y déjame en paz - dijo con amargura sin siquiera moverse de su posición en la cama - luego que sacies tu obsesión... volveremos a la realidad,  tú a tu casería y yo a tratar de no ser cazado por ti o por tu pandilla... ¿eso te suena de algo? No te preocupes,  tendrás trabajo por largo tiempo ya que no me rendiré fácilmente.

- Naruto... - susurro acostado a espaldas del ojiazul.

- ¿sabes? me creerás loco pero tengo la sensación de que ya estuve así contigo antes y,  no me refiero a la cueva,  es algo mas lejano,  algo del pasado,  pero no puedo precisar cuando o si en realidad sucedió... no me hagas caso,  ya no se ni lo que digo - no moviéndose por temor a perder la calidez del cuerpo del Uchiha junto al suyo.

- no lo estas imaginando,  sucedió en realidad... lo que significa que no estas loco,  fue un día antes de que yo... abandonara  la aldea,  eras un niño en ese entonces,  al igual que Sasuke,  creí que moriría de angustia al verte caer de esa altura por lo que estuviste barias horas inconsciente ¿no recuerdas nada de ese día?

- ¿estabas allí? ¿Cómo es eso de que caí? No recuerdo nada parecido - rebuscando en su memoria tal acontecimiento.

- siempre estaba a tu alrededor,  solo que nunca lo notaste, tu terquedad siempre te ha metido en problemas,  tengo que admitir que aquellas frutas  se veía demasiado tentadoras... así como tú,  pero estaban demasiado altas para un pequeño revoltoso que no le temía a nada,  trepaste,  la rama se rompió y fuiste a dar al suelo golpeándote la cabeza con una roca... pensé que mi corazón se detendría cuando quedaste inmóvil y escurriendo sangre de tu cabeza,  doy gracias a que la tengas tan dura como tu carácter - revolviendo los cabellos del rubio con cariño.

- ahora se a que se debe la cicatriz que tengo aquí - poniendo sus dedos en la pequeña línea en el cuero cabelludo.

- se ha hecho pequeña con los años,  en ese momento parecía un cráter en la luna - pasando sus dedos por la mejilla del ojiazul.

- ¿y luego que paso? ¿Me dejaste ahí tirado por que en ese momento se te ocurrió la grandiosa idea de ir matar a todo tu clan?

- eso fue después de recogerte,  curarte y, permanecer contigo,  como lo estamos ahora... pegado a tu lado,  dándote mi calor y esperando a que despertaras,  nadie se entero nunca de lo que sucedió... así como tú lo olvidaste también - susurrándole al oído.

- no recuerdo los frutas,  la caída o el golpe... solo el calor y aroma de alguien desconocido... hasta ahora,  no entiendo ¿Por qué tanta amabilidad conmigo y tanta crueldad para con los tuyos? Ni siquiera te conocía,  entonces ¿Por qué? ¿Por qué me vigilabas? ¿Por qué me ayudaste?

- será mejor que no lo sepas... no quiero que te sientas responsable por algo de lo que solo yo tengo la culpa,  te conozco... se que lo harías.

- ¿responsable? ¿Responsable de que? Hay algo que no quieres decirme ¡¿Qué es?! - empujando al moreno y levantándose de la cama.

- Naruto... déjalo así,  eso ya es pasado y... - queriendo acercarse.

- ¡no seas condescendiente conmigo!! ¡No me trates como si fuera un niño!! - Completamente alterado - ¡quiero que me digas en este instante el porque de tus palabras o lárgate de aquí y de mi vida!! - dando un puñetazo en la pared para descargar su enojo.

- si te lo digo... prométeme que seguirás siendo tú,  que nada cambiara en ti,  promételo... por favor.

- eso solo depende de lo que tengas que decirme ¿no lo crees?

- bien,  descubrí... una conspiración por parte de mi familia y mi clan,  la policía que mi padre formo solo era una fachada,  a través de ella pretendía dominar la aldea poco a poco - sentado en la cama relataba los motivos de su extrema acción - quería hacerse del puesto de Hokage a como diera lugar... cosa que de seguro no hubiera logrado,  no tenia la fuerza para eso - apretando sus manos entrelazadas mientras hablaba.

- ¿entonces,  porque tú...?

- lo hubiera dejado pasar,  ya que seria un completo fracaso intentarlo, pero... cuando supe lo que querían hacer contigo me volví loco ¿entiendes? - agarrándose la cabeza con sus manos.

- ¿hacer conmigo? ¿de que hablas? ¿Qué tengo yo que ver con eso? ¡No entiendo nada! - acercándose unos pasos al moreno.

- creían que al tener al Kiuubi en tu interior a la larga te convertirías en una amenaza para la aldea y para ellos mismos... decidieron deshacerse de ti... mientras que fueras un niño seria fácil,  por eso yo... - levantando su vista hacia el gitsune.

- no,  no puede ser... ¿entonces yo...? ¿Es mi culpa? - retrocediendo hasta quedar pegado a la pared con sus ojos llenos de lagrimas y tapando su boca para no gritar - yo,  ¿yo mate... a toda esa gente? ¡¿Por qué, porque lo hiciste?! ¡Yo no te pedí ningún favor! Oh... dios,  todas esas personas murieron... por mi culpa.

- ¡murieron por la mía,  demonios! - Caminando de un lado al otro de la habitación - ¡no podía dejar que me arrebataran al ser que mas amo en la vida,  entiende!! ¡Querían apartarte de mí!! - serrando sus puños con fuerza sobre su pecho -  No podría volver a ver tus ojos azules,  tú sonrisa inocente... todo tú,  te amo Naruto... siempre lo he hecho,  todos estos años de espera viéndote crecer,  la angustia de que algo malo te pasara,  los celos al verte junto a mi hermano o a cualquier otra persona carcomían mi alma y destrozaban mi corazón... si,  yo también siento, aunque la mayoría de las personas crean que solo soy un monstro sin deseos ni sentimientos y... tú representas todo eso para mi,  Naruto - acercándose al rubio.

- no me toques... márchate - en un hilo de voz y abrazándose a si mismo con lagrimas aun recorriendo su rostro.

- sabia que esto pasaría... que te sentirías culpable,  no importa lo que pase o lo que pienses... solo yo soy responsable de mis actos,  aunque así tú no lo quieras... aunque me rechaces mil veces, no me alejare de ti jamás - saliendo por la ventana de la habitación.

El ojiazul se dejo resbalar por la pared en la que estaba apoyado sin romper el llanto atorado en su garganta y con muchas preguntas en su mente,  de todo lo que el Uchiha había dicho,  solo las voces de los muertos permanecían en sus oídos por encima de las palabras "te amo" pronunciadas por éste,  ya que eran suprimidas por la culpabilidad que sentía y por la cual todo lo demás pasaba a un segundo plano,  agazapado en la penumbra de la habitación pensaba en la suerte del clan de los Uchiha como si hubiera sido él mismo, el perpetrador de dichas muertes aunque fuera indirectamente y con la ignorancia total del motivo que llevo a Itachi a cometerlas.

- todo por mi causa... ¿puede el amor obligarte a cometer semejante locura? No lo se... tal vez,  ¿podría yo hacer algo así por él? Posiblemente... perderlo no es una opción,  yo,  yo lo amo,  pero... creo que no podría llegar hasta ese punto,  por Kami... necesito pensar para aclarar mi mente - metiendo la cabeza entre sus rodillas.

- "no importa que me desprecies mas de lo que ya lo hacías antes de conocer la verdad... mi verdad,  no quería causarte este dolor,  hubiera preferido morir mil veces o regresar el tiempo atrás para buscar otra solución,  pero pienso que las cosas suceden por una razón... aunque no la sepamos en el momento,  yo seguiré aquí... solo me asusta el pensar que es lo que deseas hacer ahora... mi amor"- observando la habitación del rubio desde el techo de enfrente.

Al llegar el amanecer el gitsune abrió sus ojos,  no sabia en que momento se había quedado dormido,  se levando del piso estirando su cuerpo adolorido por la posición en la que había estado toda la noche... o parte de ella,  se dirigió con parsimonia hasta el baño para tomar una ducha caliente y desentumir sus huesos expuestos al frio de la noche durante  varias horas,  ni siquiera desayuno antes de salir,  no le apetecía, dispuesto a ir con la única persona que podría aclararle lo sucedido en el pasado del Uchiha.

- tienes mala cara... - fue lo que dijo la Godayme cuando lo vio entrar a su despacho.

- tú también la tendrías... de haberte enterado de algo de lo que te sientes culpable... aunque ni siquiera hallas estado allí cuando sucedió.

- no comprendo ¿Qué pasa,  Naruto?

- Itachi,  lo he visto... he estado con él,  lo que me dijo es...

- con que es eso... yo se lo ordene - pidiendo al rubio que se sentara con un gesto.

- ¿tú lo sabias? ¿Sabias que rondaba por la aldea y no dijiste nada? - molestándose con la rubia.

- se supone que no tendría ningún contacto contigo,  solo estaba ahí para cuidarte... solo que él...

- ¿cuidarme de quien? ¿De él mismo? Recuerda que quiso atraparme una vez... es absurdo,  uno de los asesinos mas buscados de la aldea,  ahora irónicamente,  tiene la misión de cuidarme y...

- se que es difícil de tragar o de entender pero,  tiene sus motivos y yo los míos.

- ¿es verdad lo que me dijo? - Sentándose en la silla frente a la rubia - eso que de...  ¿su clan intentaba apoderarse de la aldea? Y lo de mi... muerte... - agachando su cabeza.

- todo es cierto,  me entrego pruebas irrefutables de la intención de asesinar a Saratobi-sama y de tu propia desaparición,  Naruto.

- pero... ¿no hubiera bastado con entregarlos al Hokage? Asesinarlos a todos fue algo... - la rubia lo miro con condescendencia en sus ojos.

- ¿drástico? Tal vez pero...  comprendo que fue un momento de locura,  quizás yo hubiera hecho lo mismo, en su lugar,  para proteger a un ser querido de las garras de la muerte - observando detenidamente al gitsune tras sus palabras.

- un ser querido... pero eran sus padres ¿Cómo pudo...? - devanándose los sesos para poder entender.

- eran los principales instigadores de dicho plan... no pensaban tener compasión contigo... a pesar de que eras tan solo un niño - entrelazando sus manos sobre su pecho.

- ¿alguien mas sabe de esto? ¿Kakashi-sensei por ejemplo?

- no,  será un secreto para todos hasta que acabemos con Akatsuki,  Orochimaru y Sasuke este de vuelta en la aldea... así que por el momento,  Itachi solo será tu sombra y guardián.

- ¿y que si no quiero? - desviando su mirada.

- eso no depende de ti... olvida su presencia y deja que haga su trabajo "no se despegaría de ti aunque se lo ordenara,  te ama demasiado... por ti y solo por ti hizo lo que hizo... y le doy las gracias por eso"

- ni que fuera tan fácil,  a cualquier lado que miro allí esta él... observándome,  espiándome... es incomodo.

- solo se tú mismo... haz de cuenta que es tu propia sombra la que te acompaña,  y si no hay nada mas,  debo continuar con mi trabajo - comenzando a revisar papeles de sobre su escritorio,  lo usual.

- ¿no tienes alguna misión para mi? - levantándose de la silla.

- ahora que lo mencionas,  ten,  lleva esta lista a la recepción del hospital para que me la surtan,  después de eso puedes hacer lo que quieras - pasándole el trozo de papel al rubio que hincho sus mejillas al tomarlo - no pongas esa cara,  te pagare... puedes irte,   y recuerda,  ni una sola palabra de lo que hablamos hoy aquí,  cuento contigo - menciono antes de que el ojiazul abandonara el despacho serrando la puerta tras él.

- parezco un ninja recién salido de la academia con estas misiones tan aburridas que la Obacha me da... rayos - murmuraba mientras caminaba hacia el hospital.

Luego de encargarse de entregar dicho papel en la recepción,  y sin nada mas que hacer,  camino por la aldea hasta llegar al campo de entrenamiento del equipo siete como impulsado por una fuerza extraña, se sentó al pie de uno de los palos de castigo rememorando el tiempo que había pasado en aquel lugar cuando entrenaba con Sasuke y Sakura,  sonrió ante los recuerdos que llenaban su mente hasta que sintió que no estaba solo en dicho lugar.

- ¿vas a continuar con esto? Se que estas ahí.

- te lo dije... no voy a irme - dijo sin moverse de donde estaba.

- la Obacha me lo conto todo... los planes que tu familia tenia para mi,  la muerte de Saratobi-sensei... todo ¿Sasuke también sabe de esto? Eso explicaría,  en algo,  el odio que siente por mí... por eso quiso matarme.

- no,  y no tiene porque saberlo... el que halla querido matarte es algo de su propia cosecha,  se lo cobrare después... nadie daña lo que me pertenece sin pagar un alto precio.

- eres bastante arrogante y prepotente,  no le pertenezco ni a ti ni a nadie... y si así fuera,  no te elegiría a ti precisamente... buscaría a alguien que no halla matado por mi causa - sin sentir verdaderamente lo que decía.

- estoy consciente de ello,  pero sin importar cual sea tu decisión o candidato... no te dejare hacerlo,  total ¿Qué es un muerto mas en mi lista? Tan solo una raya más para un tigre,  que te puedo decir... soy egoísta con lo que amo... ¿Qué puedo perder?

- a mi - susurro - ... quiero decir,  no permitiré que lastimes a nadie mas por mi culpa.

- entonces no dejes que nadie mas te toque...  en tus manos esta el que yo no asesine a cualquiera que intente sobrepasar esa barrera contigo - sonando muy serio.

- según tú,  enamorarme de alguien queda descartado - apretando sus labios para no sonreír ya que no estaba seguro en que posición se encontraba el Uchiha,  su voz sonaba como si viniera de todas partes.

- solo de mi,  es lo único que acepto de buen grado.

- si tu supuesto "amor" es en serio... algo que todavía dudo en un cien por ciento,  lo cual es porcentaje bastante negativo para ti,  debo decir,  tengo un mar de posibilidades ¿sabes?

- ¿te comente que aparte de egoísta soy celoso? Mucho... muy celoso.

- es tu karma,  no el mío - levantándose.

- ¿A dónde vas?

- las sombras no hacen preguntas.

- ¡Hei,  Naruto! ¡Te he buscado por todas partes! - grito Kiba al acercarse corriendo hacia el gitsune.

- que coincidencia,  precisamente estaba pensando en ti en este instante - recibiendo al Inuzuka con una gran sonrisa.

- ¿en serio? - arrugando su rostro con incredulidad.

- en cierta medida al menos... creo que aun me debes algo ¿recuerdas? Algo que involucra frutillas y mucha crema - dijo en voz baja.

- ¿Por qué estas susurrando? - extrañado por el tono de voz del rubio.

- nunca se sabe quien puede estar escuchando - comentario que si hizo,  a propósito,  en voz alta.

- ¿Qué es lo que te pasa? Estamos solos aquí - mirando a su alrededor.

- yo que tú no me confiaría demasiado... siempre puede haber algún entrometido fisgando la vida de los demás como deporte...  o a ver si se les pega algo - sonriendo ampliamente.

- creo que tienes delirios de persecución,  como sea,   yo estoy aquí para cuidarte - pasando su brazo por los hombros del gitsune.

- ¿Dónde habré escuchado eso antes? - Rodando sus ojos buscando alguna señal del ojinegro - ¿Qué hay de mi trozo de pastel?

- cierto,  me preguntaba si podríamos ir a tu casa a comerlo... recuerda que te debo una visita - apretando los hombros del rubio con su brazo.

- suena genial,  aunque,  tampoco conozco tu casa... podríamos ir allí ¿te parece? - sabiendo que al ojinegro le seria casi imposible entrar en ella.

- Umm... tampoco es mala idea,  te mostrare mi habitación ¿Qué fue ese ruido? - sonando como si algo hubiera caído al suelo.

- probablemente algún pájaro que cayo de su rama - comento con sarcasmo - uno muy grande ¿nos vamos? - jalando el brazo de Kiba.

- cuanto entusiasmo... si lo emplearas en otras cosas seria... - susurro Kiba pintando imágenes,  nada santas,  en su mente.

- "¡maldición! - grito en su mente el ojinegro levantándose del suelo... a donde había ido a parar luego de caerse de la rama donde estaba al escuchar al ojiazul querer ir a la casa del chico perro - muy listo,  no juegues conmigo,  mi zorrito lindo... no tengo paciencia para esto" - sacudiendo un poco su ropa para después salir corriendo como un poseso hacia la casa del clan canino,  con la sola idea de llegar antes que ellos.

No le fue fácil trasladarse sin ser notado ya que estaban en pleno día,  la prisa lo hizo ser descuidado,  cosa que mas tarde traería sus consecuencias, había sido visto por la única persona que no quería cruzarse en su camino,  una persona tan fuerte como él mismo y de la que sabia sentía algo especial por su ojiazul.

- "¿ese era Itachi o el cansancio me hace alucinar? tal vez sea lo segundo,  pero... es algo que no puedo dejar pasar por alto" - saltando a uno de los techos,  el peligris trato de seguir al Uchiha - Tsunade-sama tendrá que esperar ¿Dónde estará Naruto? - murmuraba hasta que divisó una cabeza rubia junto con otra morena, muy conocida, caminando por la calle principal.

- comprare unas sodas - comentaba el Inuzuka.

- ¿para que?

- para acompañar el pastel,  tonto ¿ya lo olvidaste?

- ¿eh? Claro... el pastel - dijo distraídamente - tú búscalo,  te esperare en mi casa,  o mejor... yo te avisare,  me duele un poco la cabeza - poniendo la lamo en su frente.

- pero creí que... ¿Naruto,  en verdad te sientes bien? Me estas preocupando - poniendo ambas manos sobre los hombros del rubio mientras observaba su cara.

- creo que aun no se me pasa el resfriado... es todo  "en realidad quiero estar solo,  además... no es conveniente estar en compañía teniendo a Itachi vigilándome todo el tiempo,  quien sabe que podría llegar hacer si... a este paso voy a tener que meterme a monje, aunque tampoco resultaría ya que estaría  rodeado de hombres igualmente... esto se pone cada vez mejor"- pensaba al despedirse de Kiba con un "hasta luego,  yo te avisare"

Sin mucho ánimo que se diga llego a la puerta del departamento con una bolsa llena de algunas frutas en su mano,   paseo su vista alrededor antes de entrar esperando ver algún vestigio del Uchiha.

- o sabe esconderse muy bien o ya se canso de espiarme - poniendo la bolsa sobre la mesa - lo que seria bueno para mi,  aunque... cállate, baka o te coseré la boca - se decía así mismo.

Dio unas cuantas vueltas por el departamento con la esperanza de ver alguna sombra fuera de lugar o algo que le indicara la presencia del ojinegro,  descorazonado saco las frutas de la bolsa de papel y las coloco en un plato sobre la mesa,  un par por cada clase de fruta que había comprado,  algo que nunca antes había hecho,  dispuso la tetera sobre el fuego y espero con los brazos cruzados apoyado al lado de la hornilla hasta que el agua hirviera,  con la taza de te en la mano se sentó a la mesa al tiempo que soplaba el liquido humeante,  mientras tamborileaba con sus dedos sobre la superficie de madera,  así paso casi una hora,  como suspendido en el tiempo,  hasta que la ansiedad lo hizo levantarse y comenzar a dar vueltas alrededor del mueble de cuatro patas con la taza de te aun en la mano.

- "¿Dónde se habrá metido? No es que me importe...  pero se supone que no me dejaría ni a sol ni sombra,  ese idiota mentiroso... definitivamente no se puede confiar en un Uchiha - haciendo su recorrido en círculos todavía - ¡baka, baka, baka, te lo dije!! Te dije que no te enamoraras de ese peligro con patas ¿no es así?" pero no... siempre tengo que ir en contra de lo que es lógico... soy un caso perdido - agitando sus brazos y echándose el te encima.

- si continuas con eso te vas a marear - dijo el ojinegro apoyado en el marco de la puerta de la habitación.

- ¡avisa antes de entrar!! A no ser que quieras matarme de un susto... pero eso seria demasiado sutil para ti ¿no es verdad? - Sacudiéndose la chaqueta donde el liquido se había derramado - Y... ¿Dónde estabas? - desviando su mirada y sentándose de nuevo.

- ¿Por qué? ¿Me extrañabas? Eso seria algo nuevo y... prometedor - sentándose en la silla frente al rubio.

- ya quisieras... solo que no me gustan las sorpresas cuando tengo visitas... espero a alguien... a Kiba - dijo con altanería.

- estas mintiendo,  lo despediste cerca de la plaza - cruzando sus brazos mientras miraba de medio lado al gitsune.

- no lo conoces,  vendrá igualmente... aun me debe algo,  es bastante persistente

- ¿algo como que?

- si te lo dijera... "¿seria correcto hacerlo sufrir un poco? Quiero estar seguro... seguro de que sus palabras fueron sinceras cuando dijo que me amaba,  tal vez este jugando con fuego,  pero... necesito esa seguridad"... un trozo de pastel,  quizás un beso... o quien sabe si algo más,  podría llegar a gustarme - terminando con una sonrisa. 

La expresión del Uchiha cambio por completo,  sin decir una palabra se levanto de la silla tan rápido que la hizo caer al suelo,  sujeto por los hombros al ojiazul levantándolo también y lo empujo hacia la pared acorralándolo entre ella y sus brazos,  Naruto lo miraba directamente a los ojos viendo en ellos dolor mezclado con furia.

- ¿crees que aceptare algo así sin mas? ¿Cómo tengo que decírtelo para que entiendas? ¿Con mímica? Eres mío,  tus labios,  tu cuerpo,  el azul de tus ojos... todo me pertenece,  hare que me ames... tanto como yo a ti,  y si para eso debo cometer otra locura... lo are de nuevo - sujetando los brazos del rubio por encima de su cabeza en la pared.

- hice bien en venir aquí cuando perdí tu rastro,  ¡suéltalo Itachi! - grito Kakashi sacando un Kunai de su bolsa,  el moreno se dio la vuelta para enfrentarlo.

- ¡no,  Kakashi-sensei! - contesto el ojiazul colocándose delante del Uchiha con los brazos extendidos.

- hazte a un lado,  Naruto - ordeno el peligris acercándose lentamente.

- apártate,  Naruto - dijo el Uchiha agarrándolo por un brazo para ponerlo detrás suyo.

- ¡dije que basta! Todo esta bien,  Kakashi-sensei,  él no vino hacerme daño... esta aquí para cuidarme,  es la verdad - echando hacia atrás al ojinegro y abrazándose al ninja copia - fue una orden de la Obacha,  tienes que hablar con ella... ella te lo explicara todo,  por favor - hundiendo su cabeza en el pecho de su sensei.

- no es lo que me pareció cuando entre ¿es verdad lo que dice? - mirando retadoramente al moreno.

- es verdad,  esa es mi misión - no gustándole nada el abrazo del peligris a su zorro bonito.

- tranquilo,  hablare con ella... y tú,  mas te vale que siga con tan buena salud como hasta ahora...  o yo mismo te matare - señalando al Uchiha con el kunai antes de guardarlo de nuevo en la bolsa.

- la amenaza esta de mas,  se cual es mi obligación.

- gracias,  Kakashi-sensei - dándole un beso en la mejilla a su maestro,  luego de lo cual se retiro.

- no tenias que besarlo en frente de mi - apoyando las palmas de sus manos en la mesa que lo separaba del ojiazul.

- ¿hubieras preferido que te dijera que salieras? En todo caso no lo hubiera besado,  precisamente,  en la mejilla - del otro lado de la mesa.

- ¿me estas diciendo que lo hubieras besado en la boca si yo no hubiera estado aquí? ¿Es eso? - empezando a hervirle la sangre.

- técnicamente,  no hubiera sido en la boca ya que la tiene cubierta... lo que es una completa lastima,  siempre me he preguntado que clase de labios tiene... sexis,  seguramente.

- ¡ni una palabra mas, si no quieres que sierre tu boca con la mía! - abalanzándose contra el rubio,  siendo esquivado.

- ¡ya deja esa pose de esposo celoso! ¿Quieres?  ¡Tú no eres mi novio ni nada que se le parezca!! - corriendo alrededor de la mesa.

- ¡solo porque tú no quieres! - tratando de alcanzarlo.

- ¡¿y no tengo razón?! ¡¿Quién querría estar con alguien que es perseguido por medio mundo?! - sin dejar la carrera.

- ¡solo los habitantes de la aldea de Konoha,  exagerado! - reprimiendo las ganas de reír por las ocurrencias de su niño bonito.

- ¡no podría vivir escondiéndome de las personas por el resto de mi vida solo para estar con un fugitivo! ¡Alguien que seria capaz de destripar a cualquiera que se me acerque! ¡Eres un bruto animal!! - cansándose de dar tantos rodeos para escapar del ojinegro.

- ¿significa que lo estas considerando? Eso me alegra - disfrutando en grande el juego de las atrapadas y la conversación - se que me quieres... anda,  ¡dilo! - a punto de atraparlo.

- ¡ni muerto! - corriendo hacia el baño y encerrándose en el.

- ¿para que cerraste? No es divertido - apoyando sus manos en la puerta.

- voy a bañarme,  quiero estar presentable para cuando Kiba llegue - dijo con una sonrisa desde el otro lado de la puerta - así que desaparécete un par de horas,  no creo que nadie quiera atacarme aquí - abriendo la llave de la ducha.

- como quieras,  de todas formas tengo que ver a alguien antes de que anochezca,  hasta luego - saliendo por la ventana de la habitación sin decir nada mas.

- ¿ver a alguien? ¿A quien? Demonios... - era su turno de ponerse celoso,  se metió bajo la ducha refunfuñando al pensar de quien se trataría la persona en cuestión.

La Godayme permanecía recostada en su sillón con los ojos serrados como si dormitara... o eso parecía hasta que la presencia de alguien en su ventana la alerto.

- a los jóvenes de hoy no les gustan las puertas por lo que veo.

- no quería toparme con nadie al entrar.

- creo saber porque estas aquí,  Kakashi.

- pensé que confiaba en mi - entrando y colocándose frente a la rubia.

- lo hago,  créeme - agarrando dos vasos y vertiendo algo de sake en ellos - ¿gustas?

- ¿Cuándo pensaba decírmelo? - tomando el vaso que le ofrecía.

- si quiere engañar a los enemigos,  hay que hacerlo primero con los amigos ¿no piensas igual? - bebiendo un sorbo de su vaso.

- ¿Qué ha sucedido para que cambien tan radicalmente su opinión sobre él y su situación para con la aldea? - esperando escuchar algo que fuera lo suficientemente contundente para no ir y apartar al Uchiha del ojiazul.

- te explicare...

Mientras tanto el gitsune terminaba su baño y aun no había señales del regreso del ojinegro al departamento,  hacia rato que había acabado el día, tanto como la paciencia de Naruto,  éste caminaba por todo el lugar esperando a su impuesto guardaespaldas hasta que ya no pudo más con la ansiedad e incertidumbre del paradero del Uchiha.

- es todo,  me marcho... a ver que harás cuando vuelvas y no me encuentres,  baka - decía mientras se vestía y salía del departamento.

Dos horas después Itachi hacia su aparición.

- ¡Naruto! ¿Dónde se metió? ¿Habrá ido con Kiba? ¡Demonios!! - Dando un puñetazo en la puerta de la habitación - relájate y respira hondo,  recuerda que es Naruto con quien estas tratando... ese cabeza dura - sentándose en el borde de la cama,  solo le quedaba esperar.

- creo que fue mala idea salir,  hace un frio que solo los pingüinos podrían soportar - subiendo el cuello de su chaqueta hasta la barbilla - ¿Qué será eso? - viendo un paquete encima de una de las bancas cerca de la plaza 

Al agarrarlo lo agito un poco mientras miraba para todos lados,  se sentó y procedió a desenvolverlo con cuidado,  sus ojos se iluminaron al contemplar el contenido de dicho paquete,  una caja de bombones de tres niveles a diez esferas de chocolate por cada una,  y lo mejor de todo es que serian solo para él.

- esto es tan bueno como un pedazo del pastel... que aun no como - metiéndose el primero,  de todos los que seguirían después,  en su boca.

Uno tras otro los pedazos de chocolate fueron a morir en su estomago,  tras lo cual decidió volver a su casa con la caja vacía bajo el brazo, mientras caminaba,  o era lo que parecía,  abrió el cierra de su chaqueta por el súbito calor que sentía,  al llegar a la puerta se apoyo un momento en la pared mientras abría y serraba los ojos con pesadez como si tuviera un ladrillo colgando de cada uno de sus parpados.

- ¡¿ya viste que hora es?! - fue lo primero que escucho al abrir la puerta.

- Shhhh...  - contesto con un dedo en su boca.

- ¿Dónde estabas? Llevo horas esperándote - acercándose unos pasos.

- jajaja... ¿no es gracioso? Un guardaespaldas que no sabe donde esta la persona que se supone debe cuidar... q-que patético - hablando a media lengua.

- quiero que me digas a donde fuiste - serio como una tumba.

- por ahí y por allá... yo que se... jajaja ¿podrías dejar de moverte? Me estas mareando... hay mucha luz aquí ¿no crees? - tapando sus ojos con la mano,  Itachi lo observaba detenidamente.

- ¿Qué fue lo que bebiste? - agarrándolo por los hombros.

- ¿beber? nada,  solo comí de estos - sacando el paquete de debajo de su brazo - sabían un poco extraño pero estaban deliciosos.

El moreno tomo lo que le era entregado por el ojiazul,  "Supremos bombones rellenos con licor" decía en la tapa.

- ¿te comiste toda la caja? - mirando los ojos vidriosos del rubio.

- sipi... ah,  le di uno a una ardilla... jajaja, hubieras visto,  al rato se puso  a bailar como loca... es-espera... tengo uno... ¿Dónde lo...? Aquí esta,  guarde uno para ti,  ten - agarrando la mano del moreno para poner al sobreviviente - esta un poco aplastado pero... - serrándole la mano.

Efectivamente,  la esfera ya no lucia como tal,  debido al calor del  bolsillo de la chaqueta,  producido por el cuerpo del gitsune el pobre bombón se escurría de la envoltura impregnando la mano del Uchiha de chocolate.

- ¿viste lo que hiciste? Lo mataste - agarrando la mano achocolatada - déjame a mi... ¿Dónde hay...? - mirando a su alrededor,  buscando algo con que limpiarlo - no importa - llevando la mano del ojinegro hasta su boca.

El gitsune pasaba su lengua con deleite por la palma y dedos del moreno sin saber exactamente lo que hacia,  bien dicen que los ebrios hacen las cosas por impulso,  Itachi contemplaba fascinado el proceder de su zorro bonito mientras sentía corrientes eléctricas recorrer su espina dorsal, al mismo tiempo que entreabría su boca aspirando aire y su miembro comenzaba a sentir contracciones de placer.

- n-no hagas eso,  basta,  o yo no podre... - retirando su mano - ¿Qué fue lo que paso con tu ropa,  Naruto? - Viendo lo desaliñado que estaba el gitsune - ¿Quién te dio los bombones? ¿Estabas con alguien? - sumando licor más Kiba más ropa desajustada,  y sospechando el resultado de la ecuación.

- yo estaba... y después,  no lo recuerdo... me siento mal - apoyando su frente en el pecho del moreno - creo,  creo que voy a vomitar - tapando su boca y corriendo,  mejor dicho arrastrándose por las paredes,  hasta el baño.

- ven aquí - levantándolo del suelo junto al inodoro comenzó a quitarle la ropa al tiempo que lo sostenía.

- ¿Q-Que haces? - debatiéndose lo poco que la borrachera le permitía.

- ¿Qué que hago? Quitarte la borrachera,  eso hago... - despojándose también de su ropa.

- ¿Por qué te q-quitas la ropa? - comenzando a asustarse.

- no puedo dejarte solo en la ducha,  podrías resbalar - abriendo la llave del agua fría.

- ¡déjame,  yo puedo solo!! ¡Aaah... esta muy fría! - cobijándose en el pecho del Uchiha pegándose completamente a su cuerpo buscando su calor.

- tranquilízate, solo será un momento - abrazando a su adoración mientras el agua fría bañaba sus cuerpos.

Así estuvieron por un rato hasta que el ojinegro consideró que era suficiente,  delicadamente lo seco con la toalla y lo llevo a la habitación para ponerle su pijama,  los labios del rubio temblaban de frio mientras Itachi lo acostaba y tapaba con la manta.

- vuelvo enseguida - depositando un beso en la frente del rubio.

Luego de unos minutos apareció de nuevo en la habitación con una taza de te caliente.

- bebe esto,  te sentirás mejor,  al menos tienes mas suerte que la ardilla - sentándose al su lado.

- ¿Qué tal tu cita? - pregunto mientras sorbía el te.

- fue tal y como esperaba.

- entiendo - el corazón del rubio se estrujo.

- es suficiente - entregándole la taza a medio beber y dándole la espalda al acostarse,  minutos después se quedo dormido.

- "¿Qué hiciste allá fuera,  Naruto? ¿Con quien estuviste? Aunque no vi marcas en tu cuerpo mientras te secaba,  puede ser que tú... no puedo estar tranquilo,  dentro de dos días lo sabré... dos días y te hare mío por completo" - metiéndose bajo la manta junto al cuerpo del rubio abrazándolo al suyo.

El ojiazul empezaba un nuevo día junto con una jaqueca más grande que un campo de futbol,  sus ojos pesaban más que piedras de cantera y su boca sabia como si hubiera comido pasto,  su cabello más revuelto que de costumbre junto con su pálido rostro parecían como si hubiera visto un fantasma nada más abrir los ojos,  pero la gota que derramo el vaso,  fue ver al Uchiha acostado a su lado y encima de todo... medio desnudo.

- ¿Qué haces aquí? ¡Eres un aprovechado!! - empujando el cuerpo del moreno hasta hacerlo caer al piso.

- ¡Oye,  eso dolió! Además de que no fue lo que dijiste anoche - sentándose con una sonrisa seductora y libidinosa.

- ¿a que te refieres? - arrugando su frente.

- Umm...

- no es cierto,  claro que no... ¡¿crees que soy idiota?! Por Kami... - sujetándose la cabeza.

- deberías emborracharte mas a menudo,  te hace ser... bastante cariñoso,  lo del baño fue... aaah,  pero lo que vino después estuvo aun mejor - guiñándole un ojo a su zorro.

- no te creo nada.

- ¿acaso recuerdas todo lo que hiciste anoche? - tratando de averiguar las peripecias de su rubio la noche en cuestión.

- después de que te marchaste a tu cita... - pensando bien lo que iba a decir.

- continua.

- fui a buscar a Kiba - dijo con seguridad en su voz.

- ¿y luego? - dijo seriamente no queriendo que sus sospechas fueran realidad.

- y luego... me encontré la caja de bombones y después... después,  no lo recuerdo - poniendo los dedos en sus sienes. 

- entonces... ¿Cómo puedes estar tan seguro de que anoche no ocurrió nada entre tú y yo... o alguien más? - apoyándose con las manos en la cama muy cerca del rostro del rubio.

- ¡lo sabría! ¡Al menos me dolería el...! - apretando sus labios.

- ¿Cómo sabes eso si nunca lo has hecho? ¿Me mentiste? - empezando a perder los estribos.

- ¿de que hablas?

- ¿me mentiste cuando te pregunte si eras virgen?

- no te mentí,  simplemente no conteste tu pregunta - desviando su mirada.

- Naruto,  por ultima vez... ¿ya te has entregado a alguien? - arrinconándolo entre la esquina de la cama y la pared.

- no - contesto mirando a los ojos del moreno.

- demuéstramelo - susurro en el oído del ojiazul.

- ¿Qué es esto? ¿Crees que soy un producto que hay que probar antes de su compra? Escucha,  yo no pedí que me cuidaras ni que te "enamoraras" de mi,  como tampoco el que yo me... - mordiendo su labio.

- ¿Qué tú que? - agarrando su barbilla.

- olvídalo - empujándolo a un lado - tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo contigo.

- solo un día más... y entonces no podrás rechazarme,  mi amor - murmuro para si - hablaremos más tarde,  tenemos una conversación pendiente.

- ¿tengo alternativa? - terminando de vestirse tomo una manzana del plato en la mesa y salió a la calle.

- hasta que por fin das la cara - hablando a espaldas del rubio.

- Kiba... ya sabes,  el resfriado y... ¿Qué te parece si para compensarte,  pues...  desayunamos juntos? - con una sonrisa resplandeciente.

- aunque ya lo hice,  acepto tu invitación... más no tu disculpa.

- ¿Qué tengo que hacer para que me perdones? - Poniendo ojos de cachorrito.

- un paseo conmigo y... un beso de disculpa,  solo así perdonare el que me hallas plantado... dos veces - acercando su cara a la del gitsune.

- ¿u-un beso? Eso es fácil para...

- en la boca.

- ah... este... ¿acaso quieres visitar el hospital? Quiero decir...

- ¿el hospital? ¿Qué estas diciendo,  Naruto? - no comprendiendo nada.

- lo que trato de decir es...  todo el que se me acerca demasiado,  pues... no le va muy bien que se diga... mala suerte creo yo - tratando de disuadir al Inuzuka

- me arriesgare,  lo vales.

- demonios... uno pequeño,  en los labios y nada de lengua... espero que no le moleste... demasiado - murmuraba - ¿comemos primero? - caminando hacia el Ichiraku.

Nunca había tenido un desayuno tan incomodo como ese,  Kiba no dejaba de mirarlo ni un solo instante,  lo que hacia sudar al ojiazul a pesar del clima tan frio,  de vez en cuando sonreía con nerviosismo mientras terminaba su ramen,  el mas lento que había comido en su vida,  pero como todo acaba tarde o temprano,  así como el ramen, había que seguir al siguiente paso.

- y... ¿A dónde vamos?

- ¿Qué te parece el bosque?

- ¿con este clima?

- el frio se presta para muchas cosas ¿no lo crees?

- ¿bromeas? Para lo único que se presta es para que se te congele el trasero,  perderte en la neblina o  te encuentres con alguien inesperado... lo ultimo es lo más probable - mirando a todos lados en busca de ya saben que.

- eso mi querido Naruto... es lo divertido.

- Hmm... tal vez sea tu día de suerte,  andando - el comentario iba por Itachi.

- eso espero,  Naruto... eso espero - sonriendo mientras caminaba junto al gitsune de camino al bosque.

Cuando se adentraban entre los arboles Kiba tomo la mano del ojiazul para que caminara a  su lado,   con toda la intención de que no se le perdiera en el camino debido a la neblina reinante,  evitando así que se lo pusiera como escusa si deliberadamente quisiera separarse de él,  después de andar un largo trecho el Inuzuka se detuvo.

- creo que aquí esta bien - jalando al rubio hacia él.

- ¿bien para que? - anteponiendo sus manos ante el abrazo de Kiba.

- para besarte,  cosita rica - tratando de cercar la cara del rubio a la suya.

- espera Kiba,  se supone que solo seria un beso pequeño y nada más ¿en que estas pensando? "Itachi" - apretando sus ojos.

- ¿Qué crees que haces,  Kiba? - una figura salió de entre la niebla.

- ¿K-Kakashi-sensei? ¿Qué hace aquí? - pregunto el Inuzuka soltando al rubio.

- cuidando lo que es mío.

- ¿eh? - pregunto Kiba arrugando su cara y el rubio abriendo su boca.

- ¿quieres decir que él...? - señalando al ojiazul.

- me pertenece... ¿tengo que explicarte lo que viene a continuación? - entrecerrando su único ojo visible.

- no es necesario,  entendí perfectamente - empezando a correr lejos del lugar.

- Kiba,  Itachi,  y ahora tú... nunca había sido tan popular,  creo que es el clima... el frio hace que la gente se vuelva loca,  solo así se explicaría las tonterías que acabas de decir - abrazándose a si mismo por el frio.

- ¿es tan difícil de creer que me intereses? - dando unos pasos para estar más cerca del gitsune.

- tan difícil como que el sol se apague al soplarlo,  además de saber  que Sasuke siempre fue tu preferido - apoyándose al árbol a su espalda.

- fuiste tú... siempre fuiste tú - rodeando el árbol con sus brazos con el ojiazul en medio.

- tal vez porque consideraste que yo era el remplazo perfecto,  Itachi - entre una nube de humo la figura de Kakashi cambio a la del moreno.

- ¿Cómo supiste que era yo?

- puedes disfrazar tu apariencia pero nunca tu olor... lo conozco de memoria ¿Por qué Kakashi?

- Umm... digamos,  que deseaba saber con certeza si harías lo que dijiste la otra vez sobre él,  además de que no podía presentarme ante ese idiota con mi verdadera apariencia - besando la mejilla de su rubio.

- pensaba si darte una oportunidad o definitivamente olvidarme de todo,  pero... tienes demasiados trucos bajo la manga,  Uchiha - agarrando la cara del moreno y besándole los labios tiernamente.

- Naruto... ¿Qué fue eso?

- un comienzo... creo,  una despedida,  tal vez... y tú estas en medio.

- nunca me gustaron los rompecabezas.

- ni a mi los mentirosos,  dices que me amas... teniendo a alguien más,  que conmovedor de tu parte.

- Naruto,  no es lo que piensas.

- debo ser bastante bruto para no haber entendido,  lo que según tú,  fue una estupenda cita la de ayer... ahórrame los adornos y solo reconoce que lo único que quieres de mi,  es saciar tu lujuria - empujándolo.

- creo que tendré que adelantar los acontecimientos.

- ahora eres tú el que habla sin... - ojos rojos frente a los azules,  siendo enviado, de nuevo,  al país de los sueños.

- no me dejas alternativa,  para esta noche seré dueño absoluto de tu persona... para siempre - cargándolo en sus brazos y tomando un camino lejos de la aldea de Konoha.

Media noche,  una habitación adornada con muchas flores  llenaba el ambiente de un aroma delicioso,  velas de diferentes tamaños y estratégicamente colocadas daban al lugar un ambiente romántico y misterioso,  afuera la brisa mecía las hojas como una suave melodía o un preludio a lo que sin lugar a dudas se escenificaría más tarde en dicha habitación,  en medio de la cual estaba dispuesto un amplio futon y un lindo zorro durmiendo en el centro de éste,  abrió sus ojos como si fueran dos persianas desajustadas,  o sea de golpe,  para quedar sentado como si le hubieran pinchado el trasero.

- ¿Qué lugar es este? - Tratando de ver más allá del brillo de las velas - ¿Por qué estoy vestido así,  y mi ropa? - viéndose así mismo. 

Una camisa blanca ancha con adornos bordados en el cuello más un pantalón holgado,  también blanco,  vestían su cuerpo,  su insignia de ninja había sido retirada de su frente para ser reemplazada por una cinta con los mismos bordados de la camisa,  dio varias vueltas sobre si mismo para observar toda la habitación hasta que unos golpes en la puerta corrediza lo trajeron de nuevo a la realidad.

- disculpe ¿descanso bien? - Pregunto un monje,  al menos así estaba vestido,  haciendo una reverencia - su esposo vendrá en un momento - haciendo otra reverencia para retirarse.

- ¡espere!  ¡¿Mi que?! Debe haber un error...  - con sus ojos abiertos cual luna llena.

- Uzumaki Naruto ¿cierto?

- así es,  ese es mi nombre pero...

- entonces no hay ningún error... esta tarde contrajo matrimonio,  ante Buda,  con Uchiha Itachi... ahora su esposo.

- ¿Qué locura es esta? ¿Cómo pude haberme casado sin saberlo? Además de que dos hombres no pueden casarse... ¡no soy un esposo,  soy un rehén!! Todo lo que haya hecho carece de validez y...

- se equivoca,  la tiene ante Buda.

- ¿Qué clase de Buda es al que ustedes rezan,  por Kami? ¿Al de cásate sin protesta y quédate callado por el resto de tu vida? ¡Al diablo con esto! ¿Dónde esta Itachi? - tronando sus dedos mientras abría y serraba sus puños.

- en el baño de purificación antes de...

- ¿Dónde es eso? No importa,  lo buscare yo mismo - apartando a un lado al de cabeza rapada - purificación... aunque pasara el resto de su vida en el agua,  jamás lo lograría - caminando por un largo pasillo - ya lo purificare yo con unos cuantos golpes y... ¿un templo? Es eso o la isla de la fantasía ¡Itachi! - Abriendo y cerrando cuanta puerta encontraba- ¿Dónde estas grandísimo idiota? ¡Solo deja que te encuentre,  y ya veras quien es Uzumaki Naruto,  sabandija de ojos rojos!! - corriendo la ultima puerta al fondo.

Un gran salón con una fuente de aguas termales ante sus ojos,  y en ella el moreno permanecía sentado bajo un chorro de agua caliente con los ojos cerrados y las palmas de sus manos juntas y sus labios se movían como si rezara una oración en voz baja,  el rubio se acerco lentamente hasta estar al borde del estanque donde había barios cojines y tomando uno de ellos lo lanzo a la cara del moreno.

- al fin despertaste,  mi zorro - levantándose y mostrando su cuerpo totalmente desnudo,  el rubio rápidamente le dio la espalda - no debes avergonzarte,  desde ahora lo veras muy a menudo,  mi amor.

- ¡que amor ni que ocho cuernos!! ¿Cómo es eso de que estamos casados? ¡Dos hombres no pueden casarse! - peleando interiormente para no mirar el cuerpo del moreno.

- no en Konoha, el mundo es muy grande,  bebe... solo te traje a un lugar en el que si es posible hacerlo... y con toda validez - saliendo del agua y abrazando  a su,  ahora,  esposo por la espalda.

- no contaste conmigo para eso... en lo que a mi respecta solo sigues siendo mi guardia,  Uchiha - quitando los brazos del moreno de su cuerpo y dándose la vuelta para mirarlo de frente - ¿nunca pensaste en pedírmelo?

- ¿hubieras dicho que si? - viendo a los ojos azules que tanto adoraba.

- definitivamente...  te amo Itachi,  pero como antes dije... tienes demasiados trucos bajo la manga,  y  lo único que me has dejado decidir por mi mismo es que... esta noche dormirás solo - dando unos pasos hacia atrás para luego abandonar el salón.

- Naruto... solo he cometido  error tras error,  dices que me amas pero no me quieres a tu lado... ¿debería alejarme? No,  no quiero,  ni puedo dejarte ir... moriría sin ti... puede que este sea mi castigo - poniéndose una bata negra para salir del lugar.

Luego de pedir a los monjes que le prepararan otra habitación y una bandeja con comida para su zorro bonito,  se vistió con ropas iguales a las del gitsune y metiendo una pequeña cajita en uno de los bolsillos del pantalón salió al pasillo con la bandeja en sus manos,  para luego dar unos toques en la puerta de la habitación junto a la suya.

- soy yo,  Naruto ¿puedo pasar?

- estas en tu templo,  quiero decir... pasa - sentándose en el futon.

- imagino que tendrás hambre,  así que... - poniendo la bandeja a los pies del rubio.

- mucha en realidad... gracias.

- lo olvidaba - deteniéndose en la puerta- mañana es tu cumpleaños,  así que  yo... solo quería, espero que sea de tu agrado - colocando la cajita en la bandeja a sus pies - que descanses.

- ¿no esperaras a que la abra? - queriendo retenerlo.

- ¿en verdad lo deseas? Antes no lucio como si quisieras... lo siento,  adelante - haciendo un gesto con su mano.

El ojiazul miro por un momento la pequeña cajita en sus manos para después abrirla lentamente,  sus labios se contrajeron al ver el contenido.

- no te gusta ¿cierto? - Al ver la cara de su niño - pensé que... soy un idiota ¿Cómo podría gustarte? Representa todo lo que soy... y he sido hasta ahora - bajando su mirada.

- es... simplemente hermoso - tomando el anillo entre sus dedos,   un anillo hermosamente decorado con un pequeño corazón de gema azul y una serpiente de ojos rojos enrollada a su alrededor.

- ¿puedo? - Agachándose frente al rubio y tomando el aro para colocarlo en su dedo - te queda perfecto... también iba a ser  nuestro anillo de casados - mostrando otra cajita en su mano y dejándola sin abrir sobre el futon antes de marcharse.

Luego de que la puerta se serró,  el rubio no pudo contener el impulso de abrir la caja gemela de la suya,  al igual que la anterior,  Naruto la abrió lentamente deleitándose en saborear la sorpresa al ver el anillo que pertenecía a Itachi y del cual tenia que hacerse cargo y sabiendo muy bien donde debía colocarlo.

- debo admitir que tiene buen gusto,  algo extraño... pero hermoso a la vez - mirando el corazón de gema roja engarzado entre las patas de un zorro de ojos azules.

Estuvo más de dos horas dando vueltas por la habitación con la cajita en la mano decidiendo si debía o no ponerle el cascabel al gato,  o sea,  el anillo a Itachi.

- ¿Qué debería hacer? No seas idiota,  sabes perfectamente lo que quieres hacer y lo que él desea de ti  ¿crees que es fácil olvidarlo todo y correr hacia sus brazos así nada más? Admítelo... sus brazos y corazón es todo lo que tienes y quieres... desde aquella ocasión en que te abrazo por primera vez,  siempre anhelando,  inconscientemente,  aquel contacto único y especial... aunque no recordaras de quien se trataba entonces - haciendo conversación como si de dos personas se tratara - ya cállate,  solo le dejare el anillo y punto... luego regresare a dormir.

Corrió la puerta con cuidado y salió al pasillo,  camino de puntillas hasta la habitación del moreno,  lo cual no fue mucho ya que estaban pegadas una de la otra,  deslizo la puerta de Itachi y suavemente gateo gasta el futon,  lo observo por momento,  el cabello azabache reposaba en la almohada mientras que la manta lo cubría hasta la cintura mostrando, su desnudo y bien formado,  pecho a los inquisidores ojos azules del gitsune,  con su mano temblorosa saco el anillo de la caja y procedió a colocarlo en el dedo del moreno con sumo cuidado para no despertarlo,  cosa que le costo bastante ya que sus manos no dejaban de temblar,  contuvo la respiración al deslizar la joya en el dedo para luego soltar poco a poco el aire retenido al terminar,  hecho al fin,  emprendió la retirada.

- ¿después de matar la fiera le tienes miedo a la piel? - Sujetando la mano de su zorro - tardaste mucho - jalándolo para que quedara sobre su cuerpo - necesito ponerle solución a esto - tomando la mano del rubio y poniéndola en su entrepierna sobre la manta y serrando sus ojos al contacto.

- si que tienes... un "gran" problema - apretando un poco el miembro latente.

- N-Naruto... dios.

- escucha,  hemos estado peleando desde que nos conocemos - sentándose en las caderas del Uchiha y quitándose la camisa - así que... considera esto como una reconciliación.

Tirando la camisa a un lado y destapando al Uchiha de la manta que lo cubría.

- valla,  parece que ya estabas listo para la ocasión - viendo el cuerpo totalmente desnudo al retirar la prenda.

- estaba seguro que vendrías - sonriendo de medio lado.

- engreído... después de todo eres un Uchiha.

- puedes hacer conmigo lo que quieras - extendiendo sus brazos a los lados.

- ¿todo lo que quiera?

- más bien debería decir casi todo.

- ya veo... ¿significa que no te dejarías tomar por mi? - La cara de Itachi era todo un poema - despreocúpate... más bien,  soy del tipo maternal... lo que de dice un...

- uke... el que recibe sin importar la posición - explicaba el ojinegro como un maestro a su alumno.

- lo he escuchado alguna vez,  pero no sabia su significado ¿Cuál es la palabra que te define a ti? - recostado sobre el pecho del rubio con sus manos bajo su barbilla.

- seme... puesto que seré yo el que deje mi esencia dentro de ti,  para ser solo uno... unidos en cuerpo y alma - acariciando las mejillas del ojiazul con sus dedos.

- ¿sabes? me gusta mucho hablar contigo,  aunque la mayoría de las veces haya sido para pelear - haciendo círculos con su dedo sobre el pecho del ojinegro - jamás había hablado tanto con una sola persona en toda mi vida... es agradable.

- ¿no hablabas con Sasuke?

- por favor... la única comunicación entre nosotros dos eran los puños,  y valla que los suyos hablaban fuerte,  los míos buscaban amistad mientras que los de él... mi muerte.

- mis manos te darán amor,  protección y,  toda la felicidad de la que soy capaz,  eres todo lo que necesito para vivir,  eres mi aire,  mi alimento... mi redención.

- siempre quise ser todo eso para alguien... y aquí estas,  protegiéndome con tus brazos y amándome con tu corazón... el que ahora me pertenece - repartiendo besos por el agitado pecho del Uchiha.

- s-siempre ha sido tuyo... siempre - empezando a jadear,  y apenas era el comienzo.

El rubio había dejado su nerviosismo de un comienzo  desechándolo en lo más profundo de su mente y sustituyéndolo por audacia para poder poner  en practica sus instintos y sensaciones,  que aunque nuevas para él,  su cuerpo demandaba,  chupaba y mordía con placer cada zona de piel expuesta del ojinegro haciéndolo temblar y contraer sus músculos para poder aguantar lo más posible su liberación.

- aaah... por todos los dioses,  Naruto - atrayéndolo hacia el besándolo con desesperación mientras metía su mano en el pantalón del rubio para apretar sus nalgas - q-quítatelo,  deseo sentir tu piel.

Su zorro obedeció sin rechistar,  ya que también lo deseaba,  coloco su cuerpo,  ahora,  desnudo sobre el ojinegro y éste no tardo en invertir los papeles acomodando a su rubio bajo él,  ambos cuerpos se movían frenéticamente uno contra el otro,  las lenguas danzaban a un mismo ritmo dentro de la boca del contrario produciendo gran cantidad de saliva en común,  las manos inquietas por tocar todo lo que había a su paso parecían una maraña de hilos haciendo mover a unas marionetas en un baile desquiciante,  estuvieron así por varios minutos hasta que ambos soltaron sus semillas debido a la fricción de un miembro con su compañero.

- s-solo tú podrías... causarme tal placer,  mi amor - mezclando sus jadeos con los de su ojiazul.

- yo... cielos,  pi-pienso lo mismo sobre ti,  mi ojos rojos - con su corazón bombeando sangre al igual que un motor bien afinado.

- ¿con quien aprendiste a comportarte así? No parece que fuera la primera que lo haces.

- deja tus celos ¿aun dudas de mi?

- ¡¿Naruto!? - el rubio conocía muy bien ese tono de voz,  reclamo mezclado con muchos,  muchos celos.

- aaah,  esta bien... te lo diré,  pero prométeme que no te reirás -  señalándolo con el dedo.

El ojinegro hizo una señal en su pecho con una mano mientras con la otra cruzaba los dedos tras su espalda,  una promesa trucada a decir verdad.

- hace algún tiempo me escurrí,  sin que el dueño me viera claro esta, en la tienda de revistas,  lo hacia todo el tiempo,  en esa ocasión me acerque hasta la sección de adultos... parecía bastante interesante,  una de las revistas,  con dos hombres besándose en la portada,  llamo mi atención... y el resto es historia.

- jajaja... ¿una revista? Jajaja... ¡arriba la libertad de prensa! - riendo de buena gana.

- ¡tramposo,  lo prometiste!! - pellizcando las mejillas del ojinegro.

- no te enfades,  si es así... te regalare algunos libros que harán correrte con tan solo verlos - besando la nariz de su zorrito bonito.

- ¿Qué me dices de ti? De seguro no te hizo falta ninguna referencia ya que tenías a alguien de carne y hueso para practicar... tu perfecta cita seguramente.

- ¿escucho algo de celos en tu voz o me equivoco? Valla,  al fin un punto para mi... grandioso.

- ¡jumm!... no te des tanta importancia,  baka - volteando su cara a un lado.

- tonto,  mi cita era el monje,   quería dejar todo arreglado... supuestamente para hoy,  ya que pasan de las tres de la madrugada,  pero tu terquedad hizo que me adelantara,  quería que fuera perfecto ¿y que más perfecto que casarnos el día de tu cumpleaños? Para que nunca pudieras olvidarlo.

- ¿no has notado que lo que dices no tiene sentido? ¿Cómo podría olvidar algo que ni siquiera vi,  baka?

- Umm... tienes razón,  punto para ti,  si lo deseas podríamos repetirlo,  es cuestión de que de que hable con...

- ayer,  hoy o mañana... no hay diferencia,  lo que importa es el ahora, tú y yo estamos juntos aquí en este momento... lo demás sobra - rodeando la espalda del Uchiha con sus brazos.

- dos puntos y un bono extra... del que me voy a encargar en este mismo instante.

- Itachi... - los nervios que creía desterrados lo tomaron por asalto.

- Shhhh... se que es tu primera vez,  dolerá un poco,  pero tratare que sea lo menos posible,  pero para eso tú tienes que ayudarme.

- supongo que todo lo bueno,  siempre viene con un poco de dolor antes ¿no es así? estaré bien...

- relaja tu cuerpo,  no pienses en el dolor... instala en tu mente el placer que antes sentiste,  hazlo - besando el blanco cuello de su niño.

- t-tratare... se suave - empezando a sentir las cosquillas que preceden al placer por todo su cuerpo gracias a las caricias de su ojos rojos.

- como si fueras  una roza dentro de una cúpula de cristal,  la que todo el mundo puede ver pero nadie puede tocar... solo yo,  mi cachorro de ojos de cielo - besando el cuerpo del gitsune mientras uno de sus dedos se introducía poco a poco en la estrecha cavidad comprobando que nadie había estado allí antes que él.

- aaahg... se siente extraño,  con esas palabras nadie diría que... Mmm,  casi acabaste con tu apellido,  aaaah... cielos.

- ese es mi verdadero yo... aunque te sea difícil creerlo,  mi amor... solo... solo un poco más y te mostrare hasta donde puedo llevarte.

- I-Itachi... s-si vamos juntos... aaah, Mmm... i-iré a donde quieras - sintiendo los dedos del mayor en su interior.

- vamos juntos entonces - besándolo al tiempo que introducía su miembro en las entrañas que lo llevarían al cielo y al ojiazul al infierno... al menos al principio.

- ¡aaahg... madre santa!! ¡Esto no puede ser bueno! Siento como si me partieras en dos,  demonios... - apretando sus dientes y con lagrimas en los ojos.

- p-perdóname,  no pude a-aguantarme,  hace mucho tiempo que deseaba esto... e-estar dentro de ti es lo que siempre soñé - sintiendo la presión y calor de la cavidad del rubio rodeando su miembro palpitante mientras lo abrazaba y besaba por dodo el rostro.

- ¿s-siempre será así? porque déjame decirte que entonces pediré el divorcio inmediatamente - sonriéndole al Uchiha.

- nunca,  nunca dejare que me abandones... nos aremos viejos juntos - no poniendo aguantar la quietud de su cuerpo y deseando comenzar a moverse.

- sin duda llegaras a eso antes que yo,  anciano... ¿te quedaras así toda la vida? - haciendo un movimiento con sus caderas.

- aaah... solo esperaba a que te adaptaras a mi... p-pero creo que ya estas l-listo...Mmmm.... - empezando a moverse dentro del rubio.

De ahí en adelante todo fueron gemidos,  palabras entrecortadas,  placer y mucho sudor,  sus cuerpos se acoplaban a la perfección al igual que sus almas,  sus corazones palpitaban al unísono demostrando que habían nacido uno para el otro sin duda alguna, barias veces el cuerpo del rubio fue bañado con la esencia del Uchiha esa noche haciendo que sus destinos se entrelazan para siempre así como sus jóvenes vidas,  se amaron toda la noche hasta que sus cuerpos no pudieron más,  cayendo rendidos,  con el moreno abrazado a su querido y adorado ojiazul casi clareando el día.

- despierta,  mi bello zorro - recostándose sobre él.

- Mmmm.... un poco mas,  Itachi - sin abrir sus ojos.

- ¿de amor o de sueño? por mi estaría así toda la vida,  pero... debemos volver,  mi ángel... vamos,  perezoso - besando los labios que ya eran suyos.

- no soy perezoso,  estoy cansado... y un poco adolorido,  tú eres el causante de eso,  baka - agarrando la cara del Uchiha entre sus manos.

- Umm... es cierto,  aunque tú también colaboraste... bastante - rozando su nariz con la de Naruto.

- quisiera quedarme aquí un poco más,  estar así contigo... abrazados sin que nada nos perturbe,  sentir que pertenezco a alguien y que ese alguien también me pertenece,  por primera vez siento que tengo algo que solo es mío verdaderamente... te amo,  Itachi - abrazándose al Uchiha con todas sus fuerzas.

- mi amor,  mío,  mío... y solo mío,  nunca lo olvides,  también quisiera quedarme,  pero si no te regreso pronto... la Godayme me arrancara la cabeza,  así que... partiremos después de que recobres fuerzas - mostrándole una bandeja,  con un suculento desayuno, al lado del futon.

- ¿de vuelta a la realidad? - poniéndose de rodillas para comer ya que su trasero no se lo permitía.

- con una clara diferencia... nunca volverás a dormir solo,  aparte de que esta noche pues... bautizare tu cama con mi amor y deseo - dándole de comer en la boca.

Entre bocado y bocado acabaron el desayuno y se alistaron para el regreso a la aldea,  el Uchiha se despidió del gitsune con "un beso y un hasta luego" antes de llegar a la gran puerta de Konoha.

- ¡Naruto! ¿Dónde te has metido? - interrogo el Inuzuka acercándose a él.

- hola,  Kiba... estaba haciendo un encargo para la Obacha ¿alguna novedad? - mientras caminaba hacia la torre de la Hokage.

- nada fuera de lo corriente ¿Qué te parece si vamos a pescar en la tarde,  te animas?

- acabo de llegar y... estoy algo cansado ¿lo dejamos para otro día,  si? - sonriéndole al heredero del clan Inuzuka.

- esta bien,  pero la próxima vez no te escaparas,  otra cosa... olvida el pastel,  ya se puso viejo - rodeando la espalda del rubio con su brazo.

- ¿a si? Quien lo pensaría... - sin saber exactamente lo que decía.

- no se lo que te pasa últimamente,  pero estas en la luna... mas que de costumbre.

- quizás se deba a que tengo un buen motivo - con los ojos brillando como dos estrellas.

- ¿Cómo cual?

- la felicidad diría yo... estoy feliz - con una sonrisita en los labios.

- Naruto ¿Qué es lo que tienes en la mano? - fijándose en el anillo que el rubio llevaba en el dedo.

- ¿esto? Pues... es un regalo de la Obacha por mi cumpleaños  jejeje - riendo nerviosamente.

- es tu cumpleaños... ¿y no me dijiste nada? Pensé que éramos amigos,  Naruto - sintiéndose dolido por la exclusión.

- no es que no quisiera decírtelo... es que yo tampoco lo recordaba ¡en serio,  Kiba! - tratando de disculparse.

- te creo... ¡feliz cumpleaños,  entonces!!! - Dándole un abrazo de oso - es un anillo bastante extraño ese que tienes ahí.

- ya sabes,  la Obacha tiene unos gustos algo raros - queriendo dejar hasta ahí la conversación ya que sabia que su Uchiha lo vigilaba todo el tiempo.

El Uchiha observaba a lo lejos haciéndose invisible para todo el mundo menos para él,  sabia que Naruto era suyo pero eso no aminoraba los celos que sentía cuando alguien más lo tocaba,  pensaba que a estas alturas era algo absurdo pero no podía evitarlo,  y así se lo hacia ver al gitsune.

- debo  irme,  tendré que pensar en algo para ti,  pero ya sabes... lo de la pesca queda pendiente - rodeándole el cuello con el brazo y revolviendo su cabello,  luego de lo cual se marcho.

- ¿Qué? no es mi culpa - susurraba encogiéndose de hombros y abriendo sus manos en dirección al tejado donde sabia que estaba el ojinegro  haciéndole una señal negativa con el dedo,  sabiendo exactamente lo que significaba - voy a tener que hacerme un traje lleno de picos para que la gente no se me acerque... apuesto que estarías contento con eso - mascullaba llegando al despacho de la Godayme.

- ¿te paso algo bueno? - dijo la rubia con ironía.

- ¿Por qué la pregunta? - parándose en medio de la habitación.

- te brillan los ojos,  lo que significa que algo realmente bueno tuvo que haberte pasado,  te conozco - con media sonrisa en su boca.

- ¿Qué tal la luna de miel? Veo que el matrimonio te ha sentado de maravilla - escucho a su espalda.

- ¡¿EH?! - Volteando hacia la puerta donde el peligris descansaba la espalda con los brazos cruzados - ¡Kakashi-sensei!

- ¿te trato bien? Apuesto a que si... - comento la rubia.

- ¿ustedes... ustedes...? - mirando de uno al otro con la boca abierta.

- lo sabíamos,  Itachi me pidió permiso... y tu mano.

- ¡estaba desmayado,  por Kami-sama!! - grito a ambos.

- un inconveniente que veo... superaste muy bien - recostándose en su sillón.

- ¿te arrepientes? - pregunto el peligris acercándose y apoyándose en el escritorio.

- no... al principio quise golpearlo por lo que había hecho sin mi consentimiento... por lo que debería golpearlos a ustedes también,  pero me di cuenta que yo lo amaba tanto como él a mi - sentándose en la silla frente a la rubia.

- eso supone que deberás hacer ciertos sacrificios hasta que acabemos con Akatsuki,  Naruto... no podrá estar contigo la mayor parte del tiempo ¿estas de acuerdo con eso? - pregunto su sensei.

- a cambio lo tendrás todas las noches solo a ti... exceptuando cuando tengas misión - el ojiazul se puso rojo como la grana ante el comentario y la risita de la rubia - cuando todo termine hare balido su matrimonio en Konoha opóngase quien se oponga.

- gracias,  Obacha,  apreciaremos mucho ese detalle - levantándose para abrazar a la rubia.

- será mi regalo de bodas para ustedes,  cariño - dándole un tierno beso en la frente como si de su madre se tratara.

Salió del despacho más feliz que unas pascuas e hizo unas compras antes de regresar a su casa con el fin de preparar un buen almuerzo para Itachi,  que no fuera ramen,  aunque no era muy bueno en la cocina... haría el esfuerzo ya que pensaba que su ojos rojos lo valía,  al llegar a la puerta vio un paquete envuelto en papel de regalo en el suelo,  lo recogió leyendo la tarjeta prendida al lado de un gran moño de color azul. 

 - esta loco... veamos,  "para mi zorro bonito,  feliz cumpleaños... con todo mi amor,  Itachi".

Abrió la puerta y dejo las bolsas sobre la mesa de la cocina y se dispuso a abrir el regalo del Uchiha,  rasgo el papel ante la curiosidad que sentía por saber de que se trataba.

- ¿un libro? Dice...  "Kamasutra,  El Arte Del amor" ¿Qué será esto? - Pasando algunas paginas - ¡por Kami! ¿Pero como pueden...? - Moviendo el libro en varias direcciones para poderle encontrar sentido a los dibujos que contenía - ¿es posible hacer esto? Se ve difícil - pasando más hojas.

- todas y cada una - saliendo de la habitación después de haber serrado la ventana - ¿quieres probar? - abrazando a su niño con fuerza - si empezamos ahora,  para la noche tendremos cubierta la mitad del libro... Mmm - comiéndose a mordiscos el cuello de su ojiazul.

- ¿quieres poner mi trasero a remojar por un mes? ¿Estas seguro que lo compraste para mi? Porque creo que es todo lo contrario,  pervertido - abrazándose a su cuello.

- para ambos,  y el que aprendas algo nuevo no te hará daño - empujándolo a besos hasta la habitación,  por lo que Naruto dejo caer el libro al piso.

Desnudos sobre la cama comenzaba el juego previo a lo importante hasta que...

- aguarda un momento... - dijo Itachi saliendo hacia la salita y regresando con el libro en las manos y una sonrisa libidinosa en sus labios.

- por Kami...

 

 

Fin.

Notas finales:

¡Hola a todos! disculpen la demora pero ando con la cabeza rebuelta estos dias,  mi esposo sera operado de cancer proximamente,  lo que me tiene fuera de orbita... por asi decirlo,  olviden las faltas de ortografia,  repeticiones o todo lo malo que la historia pueda tener,  sadas las circunstancias... fue lo mejor que pude hacer,  escribir me ayuda a no pensar cosas desagradables y rezo a dios para que todo salga bien,  al menos los tengo a ustedes para darme animos y que sea lo que dios quiera.

un beso para todos y cuidense mucho,  Chaito.

                                                        Nessa Yaoi


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).